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Doctorado Nombre del estudiante: M.C. Mónica Elena Ortíz Liñán Nombre del tutor: Dr. Valente Vázquez Solís Semestre: 3 1. Antecedentes del problema El turismo es una actividad por demás trascendente y dinámica en México, atractivo de turistas locales, nacionales e internacionales, lo ubica como la tercera fuente de ingresos, es una de las bases económicas del país por su aportación al PIB, al ser el tercer generador de divisas, detrás del petróleo y las remesas, derivado de los intercambios internacionales y el turismo interno, que coadyuva con la estabilidad de la economía nacional mediante la redistribución del ingreso. Asimismo, contribuye con la generación de empleos, es reconocida como actividad prioritaria por actores oficiales, el poder ejecutivo y legislativo, que, años atrás no se consideraba de tal importancia, que el gobierno tuviera que hacerse responsable de coordinar. (Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP), 2006 y SECTUR, 2007). La importancia del turismo a nivel nacional queda de manifiesto en el máximo documento rector del país, el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, que pretende hacer del país un líder en la actividad turística, mediante la inversión en campañas de difusión de los productos, mercados y destinos que ofrece el sector con calidad internacional y el implemento de estrategias para incrementar la concurrencia de los turistas internacionales en 35%. En el caso particular del estado de San Luis Potosí, el sector turístico está normado por el Plan Estatal de Desarrollo, 2009-2015, documento rector del gobierno estatal, en el que se especifica que el turismo “debe orientar acciones para lograr un desarrollo sustentable, dando prioridad al cuidado del medio ambiente, a la integración de comunidades y a la creación de productos turísticos competentes”. Para el gobierno, la principal inquietud es robustecer la estructura y esquema que permitan posicionar al estado como un destino turístico con gran atractivo, sin perder de vista la importancia del cuidado ambiental que debe orientarse al fomento del turismo sustentable (Vázquez y Aguilar, 2011). Objetivo general Proponer una metodología de gestión ambiental sustentable para valorar de la capacidad de carga turística en sitios seleccionados en el estado de San Luis Potosí, México Objetivos particulares 1. Examinar corrientes de pensamiento y posiciones metodológicas del turismo sustentable y la capacidad de carga. 2. Analizar las tendencias cognoscitivas sobre el turismo sustentable y la capacidad de carga turística (CCT) en México 3. Identificar y diagnosticar los recursos y atractivos del turismo sustentable en la zona de estudio 4. Diseñar una propuesta metodológica de capacidad de carga turística. Metodología A continuación se sintetizan los pasos metodológicos a seguir en el proceso de investigación: • Recopilación bibliográfica acerca de los antecedentes histórico-geográficos que distinguen al estado de San Luis Potosí en el contexto nacional e internacional para su posterior clasificación en etapas temporales sucesivas. • Documentación bibliográfica referida al turismo sustentable circunscrita al caso específico de México • • • • • • y que repercute de manera directa sobre San Luis Potosí. Revisión de fuentes documentales sobre las formas en que se efectúa la gestión integral y ambiental del turismo en el estado de San Luis Potosí, se dará especial atención a la información referida a los últimos diez años. Caracterización y diagnóstico de las zonas de interés, con el apoyo de trabajo de campo necesario que apoyará la documentación relativa al desarrollo del turismo sustentable en el estado. Organización, almacenamiento y proceso de información mediante ARCGIS 10. Integración de bases de datos relacionales, diseño e implementación de la información en una plataforma por definir para la presentación de los datos. Determinación y generación de indicadores de capacidad de carga turística en los sitios seleccionados en donde se desarrollará la metodología de la gestión integral para el desarrollo del turismo sustentable. Utilización de métodos de representación cartográfica y buffer para determinar las áreas de extensión con apoyo de los SIG, mediante técnicas de clasificación como las redes de flujos, para las cuales se utilizarán cartogramas, cartodiagramas y símbolos lineales que mensuren la magnitud de los procesos representado. 3. Resultados preliminares y discusión. La presente investigación se nutrirá de las posiciones teóricas siguientes: 1. Desarrollo sustentable La propuesta de desarrollo sustentable emerge de una homogenización de distintas corrientes, y tiene como antecedente las que a continuación se detallan: a. Corriente ecologista de conservación Leopold A. en 1949, promueve una “estética de la conservación” y una “ética de la Tierra” o “bioética”, incluye suelos, aguas, plantas y animales; y el hombre ocupa el papel de habitante de la comunidad natural y cuida de ella y fomenta el respeto entre todos los miembros. b. Ambientalismo moderado o sustentabilidad débil Con fundamento “antropocéntrico y desarrollista que acepta la existencia de ciertos límites que impone la naturaleza a la economía, lo que la separa del optimismo tecnocrático cornucopiano expresado por la economía neoclásica tradicional”. En la sustentabilidad débil, la riqueza natural puede ser remplazada por la actividad humana. Según Pierri (2001), esta corriente da origen al planteamiento político del desarrollo sustentable, teniendo como representantes a los organismos internacionales. c. Corriente humanista Variable de las corrientes anteriores, que con principios en movimientos anarquistas y socialistas, sitúa su interés en los países pobres y supeditados. Advierte un cambio social sustancial, orientado al uso responsable de los recursos naturales y a cubrir las necesidades de las mayorías. Se divide en dos subcorrientes importantes: Subcorriente anarquista y Subcorriente marxista (Anexo 1). En 1987, la ONU concreta en Estocolmo el primer antecedente de la formulación del objetivo del desarrollo sustentable en el informe Brundtland, más allá de los importantes cambios ecológicos, económicos y políticos que median entre el ambientalismo moderado y la ONU. No obstante, aún con los antecedentes anteriores existía una brecha de información de la forma en que se podría concretar y materializar el concepto de sustentabilidad en el sincretismo de la sociedad y la naturaleza de manera operativa en las actividades económicas, en particular en el sector primario y turismo en lo referente al uso y apropiación de los recursos naturales y el impacto ambiental del mismo, así como soluciones aceptables, no expresadas claramente (Weaver D., 2006). 2. Turismo sustentable. Modelos, actores, corrientes principales. La Organización Mundial de Turismo (OMT) promovió los primeros proyectos relativos al turismo y la perspectiva de desarrollo sustentable. Inspirado en la Declaración de Manila, (1980) considera que una buena política turística nacional e internacional es beneficiosa cuando está bien concebida y respeta el patrimonio cultural y el ambiente (OMT, 1980). El Documento de Acapulco de 1982 (OMT, 1982), refiere la importancia de reconocer el papel del turismo como una estrategia internacional de desarrollo. En 1985, se firmó la Carta del Turismo y Código del Turista en Bulgaria (OMT, 1985); el documento especifica la necesidad de “proteger, en interés de las generaciones presentes y futuras, el medio ambiente turístico, que por ser al mismo tiempo un medio humano, natural, social y cultural, constituye el patrimonio de la humanidad entera”, con esto se asemeja al modelo de sustentabilidad que imperó en los siguientes años. En 1989, la Organización de las Naciones Unidas convocó la Conferencia de Naciones Unidas para Medio Ambiente y Desarrollo, llevada a cabo en Río de Janeiro, Brasil (1992), este evento se conoció mejor como Cumbre de la Tierra o Cumbre de Río, de donde derivó la Agenda 21, documento gestor de la cumbre. Éste se considera como el primer plan de acción para impulsar el desarrollo sostenible. Posteriormente, la actividad turística tiene un gran avance al firmar, en la Conferencia Mundial del Turismo Sostenible de Lanzarote de 1995, la Carta del Turismo Sostenible, y es considerada la mejor propuesta de turismo sustentable realizada hasta la fecha (OMT, 1995). El turismo sostenible puso, a partir de entonces, el marco esencial de las teorías referidas al desarrollo que se genera con la condición de evitar la degradación y agotamiento de los recursos, en el intento de conservar los recursos para las generaciones presentes y futuras. Es definido por la OMT en la Agenda 21 como “aquél que satisface las necesidades de los turistas actuales y de las regiones de destino, y al mismo tiempo que protege y garantiza la actividad de cara al futuro. Se concibe como una forma de gestión de todos los recursos, de forma que las necesidades económicas, sociales y estéticas puedan ser satisfechas al mismo tiempo que se conservan la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas que soportan la vida” (OMT, 1992). Con la intención de incluir los fundamentos primordiales de sustentabilidad y coadyuvar su aplicación, Vera, et al. (2001) admite que “el desarrollo turístico sostenible es un proceso de cambio cualitativo derivado de la voluntad política que, con la participación imprescindible de la población local, adapta el marco institucional y legal, así como los instrumentos de planificación y gestión, a un desarrollo turístico basado en un equilibrio entre la preservación del patrimonio natural y cultural, la viabilidad económica del turismo y la equidad social del desarrollo”. En el turismo sustentable participan diversos actores: los tres niveles de gobierno –federal, estatal y municipal-, comunidades locales, comisión de áreas naturales protegidas, Secretaría de Turismo, Organizaciones No Gubernamentales (ONG), iniciativa privada, instituciones financieras y usuarios, en donde cada uno desempeña un papel fundamental en el plan de sustentabilidad. 3. Teoría de gestión ambiental del turismo Bajo la perspectiva de que el conocimiento científico se organiza por unidades de análisis, dadas por comunidades académicas escindidas pero articuladas en disciplinas y especialidades cuya aplicación cognoscitiva repercute en los espacios sociales, a través de procesos holísticos, las funciones se estructuran y planean en la administración pública (Leff E., 1986). En particular, para la administración ambiental, es necesario que esa estructura se realice de manera transversal con las disciplinas que influyen en este contexto de manera que sea viable esa organización debido a que el medio ambiente no puede ser considerado como un sector, sino una extensión que incide en todos los sectores (Laurelli et. al, 1990). La Gestión Ambiental hace referencia a los métodos que apoyan la toma de decisiones hacia un turismo sustentable y a partir de la Cumbre de Río (CNUMAD 1992), con la creación del Comité de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (UNCSD), surge la necesidad de calcular los distintos problemas presentados en el desarrollo sostenible, y a su vez, tener la posibilidad de monitorear y estimar el progreso. En 1995, este comité generó la primer lista de 134 indicadores para el desarrollo sostenible, estructurados en cuatro categorías: económica, social, ambiental e institucional. Seis años más tarde, la lista se redujo a 58 indicadores en una segunda edición (UNCSD, 2001). En la séptima reunión, el UNCSD sugirió que las organizaciones continentales y gobiernos nacionales trabajaran en conjunto con las Naciones Unidas y organismos especializados, con el objetivo de elaborar un sistema de indicadores de sostenibilidad y con el apoyo de los distintos ámbitos de gobierno. De manera similar, la OMT argumenta que la generación de indicadores proporciona instrumentos para apoyar la toma de decisiones, conduce a una gestión y planificación metódica, y que en su formulación deben intervenir las organizaciones privadas, el sector académico y científico, quienes participan también en el proceso de toma de decisiones. Es un beneficio contar con indicadores de sustentabilidad para los sitios turístico ya que facilitan la información a posibles inversionistas (OMT, 2005). 4. Posturas sobre la capacidad de carga turística Son múltiples las investigaciones sobre capacidad de carga. En 1838, el belga Pierre F. Verhlust refiere el término como “nivel máximo de población que puede mantener un determinado ambiente provisto de un número limitado de recursos”, fue en los años setenta, que se incorpora la planeación del territorio, en específico al empleo de recursos renovables. Se considera una contribución destacada, dentro de la capacidad de carga, la gestión territorial, en 1986 los sociólogos Shelby y Heberlein indican que la capacidad de carga es elemental como instrumento de gestión del territorio, (Shelby B. y Heberlein T. A., 1986), distintos investigadores añaden el tono económico, al relacionarlo directamente con el desarrollo, como Wagar que define capacidad de carga como “el nivel de uso exigido después de considerar los costos”. Existen diversas posturas sobre la capacidad de carga turística como instrumento en el plan y gestión del turismo. Algunas corrientes que critican la utilidad de la capacidad de carga es la de Lindberg K. et. al., 1997, la de Buckley R., 1999 y la de McCool S. y Lime D., 2001, quienes sugieren alternativas superiores a la capacidad de carga turística, como son el mantener las condiciones bióticas, físicas y sociales en estado óptimo para realizar una gestión de los impactos nocivos del turismo, más que los “números mágicos” obtenidos por la capacidad de carga (McCool y Lime, 2001). De otra manera, Watson G. L. y Kopachevsky J. P. (1996) afirman que la capacidad de carga se acerca a una perspectiva cualitativa, que debe complementarse a una perspectiva cuantitativa, en donde es necesario fijar límites numéricos, ya que, como marca Vera F. y Baños C. (2004) reducir el numérico máximo de capacidad puede significar un abuso, que reduce la utilidad de esta técnica. Sin embargo, determinar el número máximo depende directamente del sitio turístico, por lo que es importante definir claramente el espacio, por ejemplo: edificios históricos y culturales o los parques naturales. En este contexto, Cifuentes M. et al. (1999) indican que la capacidad de carga de un sitio obedece a las características específicas del mismo y no puede ser aplicada a otro lugar sin ser analizado previamente. Existen otros autores que se muestran pesimistas respecto a esta técnica, Swarbrooke J. (2001) expone que es útil, pero también complicado en la práctica, para apoyar el desarrollo del turismo sostenible. León C. J. (2004) enfatiza que es un criterio inconsistente, por la dificultad de precisión y finalmente se tiene que involucrar a los agentes sociales. En definitiva, existen las posiciones totalmente opuestas, que protegen lo valioso de la capacidad de carga turística, sin menoscabar sus debilidades. Garrigós S. et. al. (2004) contemplan una lista de desventajas relacionados a la medición de la capacidad de carga: 1. Mide diferentes personas, no simboliza una definición universal y está definida en base a niveles de tolerancia; 2. Diversos patrones de medida; 3. Es un concepto dinámico; 4. Carentes medidas cuantificables; 5. Es difícil predecir los impactos; 6. La gestión puede alterar los efectos o los procesos; 7. Las soluciones propuestas por los expertos, difícilmente alcanzan un acuerdo. Al mismo tiempo, Alipour et al. (2007) mencionan una serie de factores adicionales que frenan la capacidad de carga: 1. Falta de indicadores aceptables del entorno; 2. Ciertos parámetros son subjetivos; 3. Conflicto de uso de los recursos; 4. Las técnicas utilizadas por los investigadores y su complejidad. No obstante, a pesar de las limitaciones, los métodos implementados y la poca aceptación, el concepto de capacidad de carga recupera un papel importante por el prototipo de sustentabilidad (Echamendi L., 2001). La labor que desempeña la capacidad de carga cambia de acuerdo a las reformas políticas y la esencia de las actividades turísticas, una señal es la constante atención por el círculo académico y los cada vez mayores trabajos de investigación publicados en relación con este tema (Coccossis H., 2004). Conclusiones Históricamente, el medio natural ha sido un atractivo turístico por diversas causas como la cacería, pesca, atractivo por la biodiversidad, flora y fauna exótica; además del gusto por la naturaleza. Existen factores que condicionan la actividad turística en el proceso en que los individuos realizan la planificación de sus actividades de ocio e intervienen factores no sólo económicos, sino también psicológicos, sociológicos, físicos y éticos, que se evalúan en cada sitio, con características específicas e individuales. Este trabajo pretende realizar una propuesta de indicadores de capacidad de carga en sitios seleccionados del estado de San Luis Potosí, donde la evidencia de la actividad turística es marcada, para que se realice un turismo sustentable con una gestión eficiente. Estos trabajos en San Luis Potosí, prácticamente son inexistentes, por lo que la propuesta que se realice, permitirá extender reflexiones metodológicas a considerar en otros espacios que reúnen condiciones geográficas similares y que se ubican en las extensas zonas áridas de México. Anexos Anexo 1. Corrientes que marcan el inicio de la homogenización del desarrollo sustentable Fuente: elaboración propia con base en: Leopold 1949; Arne Naess, 1973; Enzensberger, 1979; O’Connor, 1991; Pearce et al., 1993; Bookchin, 1992 y 1994; Foster, 1994; Pearce y Turner, 1995; Martínez Alier, 1995 y Foladori, 2001. Referencias consultadas Alipour, H, Altinay, M., Hussain, K. y Sheikhani, N. 2007. Perceptions of the beach users: a case study of the coastal areas of North Cyprus towards establishment of a ‘carrying capacity’, FIU Review, 24 (2), 28-48. Bookchin, Murray, 1994, “La obsesión por el crecimiento. Una pasión muy racional”, en Tierra Amiga, 22: 42-45, Montevideo, Redes-AT. Buckley, R. (1999). An ecological perspective on carrying capacity, Annals of Tourism Research, 26 (3), 705-708. Cifuentes, M. et al. 1999. Capacidad de carga turística en las áreas de uso público del Monumento Nacional de Guayabo, Costa Rica. 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