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MARTES, 30 NOVIEMBRE 2010 LA VANGUARDIA 47 O P I N I Ó N Sonia Fleury Rousseff, la presidenta incógnita L a historia personal de Dilma Rousseff ha permitido la construcción de varios estereotipos que no contribuyen demasiado a prever cuál será su comportamiento como presidenta. Uno de ellos es la Rousseff guerrillera urbana, respetada incluso por sus verdugos por su inteligencia y resistencia a la tortura, que le garantizaron el apodo de Juana de Arco de la represión política. Dilma Rousseff habla poco de esta parte de su pasado, pero no reniega de ella. En un enfrentamiento que tuvo con un senador que la acusó de no ser de confianza por haber mentido en sus declaraciones de los años setenta, ella emocionó a todos al recordar su juventud y cómo era heroico mentir sometida a las torturas. Otro estereotipo se deriva de su carrera profesional, donde destaca como profesional competente y pionera en asumir cargos públicos en áreas consideradas de dominio masculino, por sus exigencias técnicas y su concentración de poder. Recientemente, la hemos conocido como la dirigente todopoderosa del Gobierno Lula, arrogante e intolerante con todas las formas de incompetencia. Por último, vimos una Rousseff inexperta durante la campaña electoral, constreñida por los dictámenes de los profesionales del marketing político y por el programa retrógrado de la oposición, que la acusaba de estar a favor de la despenalización del aborto. Ninguno de estos perfiles, ni la unión de todos ellos, nos ayudan a comprender cómo será el Gobierno Dilma. Hubo quienes la acusaron de ser una creación de Lula, ya que no era una política de representación nacional ni siquiera dentro del Partido de los Trabajadores (PT), una especie de marioneta o de ocupación temporal de la presidencia hasta la vuelta, en el 2014, del presidente más popular de Brasil. Mientras tanto, sus nuevos pasos desmienten esta falsa percepción, pues con pocas apariciones y discursos la nueva presidenta demostró que tiene personalidad propia. Es cierto que en un régimen presidencial la personalidad del máximo dirigente, sus capacidades técnicas y políticas, contarán en el sentido de dar el tono personal del liderazgo y la dirección del Gobierno. Pero será necesario entender las contingencias en las que se ejercerá esta presidencia para que podamos ir más allá de los estereotipos, prejuicios y mitos. En primer lugar, no queda ninguna duda de que tendrá que lidiar con lo que llamó la herencia bendita del gobierno Lula. En ella se incluyen una economía estable, con el aumento del empleo y con la ascensión a la clase media de un contingente de millones de brasileños, ansiosos por cumplir sus expectativas de consumo; un reconocimiento internacional del brío y autonomía de la política externa y del papel de la economía brasileña en el escenario global; unas expectativas de desarrollo nacional sostenible por parte de las élites políticas y empresariales; la esperanza de integración social y erradicación de la miseria absoluta. Aunque esta herencia se considere un regalo para el nuevo dirigente, impone un elevado nivel de exigencia, que no permitirá vuelta atrás. Incluso en el caso de que la economía mundial impusiera restricciones al crecimiento o si las políticas nacioS. FLEURY, doctora en Ciencias Políticas; docente e investigadora de la Escuela Brasileña de Administración Pública y de Empresas de la Fundación Getúlio Vargas nales demostraran un agotamiento del modelo adoptado hasta ahora para la integración social, el nuevo gobierno tendrá que demostrar la capacidad de innovar y continuar en la misma línea ascendente de desarrollo, so pena de que la presidenta sea considerada una inepta. La composición del Gabinete, en especial en el área económica, tendrá que Aunque la herencia de Lula se considere un regalo para la nueva dirigente, impone un elevado nivel de exigencia afrontar la difícil ecuación entre crecimiento económico, reducción de la deuda pública, estabilidad monetaria y una política de cambio compatible con las necesidades de la economía brasileña. El mantenimiento del ministro de Hacienda, Gui- ses como si fueran resultado de la racionalidad técnica. La composición del ministerio en el área social deberá resguardar de los apetitos de los políticos profesionales las áreas de salud y educación, asegurándoles las prioridades prometidas por la candidata, que pretende distinguirse por fortalecer los sistemas generales de protección social, al mismo tiempo que asegura el mantenimiento de las políticas de transferencias condicionadas de renta. El otro punto que tener en cuenta como un condicionamiento crucial se refiere a la gobernabilidad del modelo político brasileño, que presenta un sistema de partidos fragmentado y con instituciones frágiles, aunque con un elevado grado de consistencia de los partidos en su acción parlamentaria. Este modelo fue denominado “presidencialismo de coalición” para designar la necesidad de que la presidencia disponga una composición política que le asegure condiciones de gobernabilidad. Aunque este Gobierno cuenta con la ma- Pilar Rahola Paisaje con derrota E l arte de vencer se aprende en las derrotas”, decía Simón Bolívar. Sin embargo, no creo que los ánimos estén para filosofía de guerra en los dos escenarios donde la derrota electoral ha barrido esperanzas, ha alimentado incertidumbres y ha creado hondas perplejidades. Más que la derrota, lo que hoy se respira en las calles Nicaragua y Calàbria es un profundo desconcierto, conscientes de que hay un abismo entre perder y ser masacrados. Tanto el PSC como ERC habían esculpido, en sus pesadillas soportables, dos cifras talismán, por encima de las cuales salvaban los muebles: 30 diputados para el PSC y 15 para ERC, y por debajo de esos mínimos llegaba la debacle. La debacle llegó y de forma tan contundente que ha dejado a los dos partidos a las puertas del juicio final. En este punto de inflexión en el que, o dan una patada al tablero, o sufrirán épocas aún más trágicas, el comportamiento de ambos líderes, la noche de autos, fue diametralmente opuesto, recordando que, en el arte de morir, pocos saben morir dignamente. De Montilla a Puigcercós, ambos fueron las ca- Puigcercós no se ha enterado de que, a pesar de ser el Rey Sol, lo han decapitado en la plaza JAVIER AGUILAR do Mantega, muestra la necesidad de continuidad y la afinidad con la línea desarrollista defendida por ambos. Ya se anuncian cambios en el Banco Central, que durante el Gobierno Lula presidió Henrique Meirelles, un legítimo representante de la ortodoxia financiera. A diferencia del inicio del gobierno Lula, Dilma Rousseff se Deberá negociar los puestos clave de la Administración con los gobernadores electos y con los partidos aliados enfrentará a una menor turbulencia del mercado y a menos especulaciones con el objetivo de desestabilizar la economía. Esto le permitirá mover las piezas del tablero, buscando una mayor afinidad entre la aceleración de la reducción de intereses y las políticas desarrollistas defendidas en el área económica. Además, no debemos despreciar su conocimiento en materia económica, que le permitirá evitar las presiones impuestas por los grandes intere- yoría en la Cámara y con un Senado mucho más favorable que los gobiernos anteriores, será necesario un acuerdo, que pasará, como siempre, por la negociación con los gobernadores electos, reorganizando el pacto federal a pesar de las inmensas desigualdades regionales, y con los partidos del grupo de gobierno en la designación de los ministerios y en la ocupación de los puestos codiciados en empresas estatales. Estas tensiones se presentarán de inmediato en la relación entre los dos principales partidos del gobierno, el PT y el MPDB, y se reflejará en la relación entre la presidenta y su vicepresidente, Michel Temer, un experimentado político del poderoso partido aliado, que prefiere no disputar la presidencia para disputar posiciones en el aparato estatal. En su reciente discurso a los militantes del PT, la presidenta electa exigió al partido madurez política para aceptar la necesidad de pacto con otras fuerzas que aseguren la gobernabilidad. Por lo tanto, el Gobierno Rousseff deberá ser como afirmó el filósofo: ella y sus circunstancias.c Traducción: Teresa Matarranz ras inversas de la derrota, y si Montilla supo estar a la altura de tan solemne momento, Puigcercós aún no se ha enterado de que, a pesar de ser el Rey Sol, lo han decapitado en medio de la plaza. Montilla habló de retirada, Puigcercós certificó que se quedaba; el de Iznájar asumió la amargura con humildad, el de Ripoll le puso esa fatxenderia de novela rural tan propia de su propia novela rural. Los mensajes, pues, fueron desde el primer momento opuestos de un partido a otro: el PSC daba la impresión de asumir la tragedia y empezar a trabajar para, a) entender las causas, b) analizar críticamente los errores y c) mirar de llenar el vacío de liderazgo que les marea tanto, como sólo marean los grandes precipicios. ERC, en cambio, parecía lo que es: un partido blindado a la crítica, llevado con férrea mano autárquica, liberado de todos sus sectores críticos y, por ende, convencido de que cuando diluvia en casa, las goteras las tiene el cielo. En definitiva, pues, dos formas de encarar una travesía durísima que los puede conducir a la tierra prometida o al interior más árido del desierto. De momento el PSC trabaja para encontrar a Moisés, y en cambio en ERC aún no saben que se han quedado sin camellos. A la espera, pues, de los siguientes movimientos, un apunte sobre Montilla. Ha demostrado una gran categoría asumiendo la responsabilidad de la derrota, preparando la transición y dejando el Parlament en manos de los que tendrán que gestionar el futuro socialista. Ciertamente, si las comparaciones son odiosas, las de hoy entre Montilla y Puigcercós son demoniacas. Es la diferencia que hay entre la nobleza del que sabe asumir las amarguras del poder y el que sólo sabe agarrarse a él como si fuera una simple teta de vaca. Entre el político, en definitiva, y el líder de la pandilla.c