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Evolución y desarrollo hacia la empresa de economía social 3. La experiencia de la economía de comunión La economía de comunión como hipótesis de camino evolutivo hacia la empresa “social” Esta parte de la investigación está dedicada al examen del proyecto de economía de comunión, que se ha desarrollado desde 1991 en el ámbito del movimiento de los Focolari. Antes de analizar la cuestión, quizás es oportuno explicar cuáles son las motivaciones que han empujado el grupo de estudio a profundizar en el tema de la economía de comunión en el ámbito de un proyecto más amplio, que se fija como objetivo estudiar la evolución de organizaciones asociativas y de voluntariado hacia la empresa de economía social. La elección está dictada esencialmente por dos motivos: uno, por decirlo de alguna manera, teórico; el otro, sin duda más concreto. Empecemos por el primero. Como veremos en detalle más adelante, el proyecto de economía de comunión, que se desarrolla en el seno de la experiencia eclesiástica del movimiento de los Focolari, intenta realizar una síntesis entre dos conceptos que a menudo han sido considerados contrapuestos entre ellos: la economía y el mercado por un lado, la cultura del dar y la comunión por el otro. El proyecto, en la actualidad, en curso de elaboración y perfeccionamiento, prevé que las empresas sigan un camino evolutivo que las lleve a operar según una lógica más compleja respecto a la del logro del beneficio. La meta de las empresas de economía de comunión, entonces, podría estar no demasiado lejos de la meta del camino evolutivo de las organizaciones asociativas y de voluntariado hacia la empresa de economía social. En otros términos, aunque se trata de un fenómeno aún por explorar, es probable que las empresas de economía de comunión tengan muchos elementos en común con aquellas organizaciones asociativas y de voluntariado que emprenden caminos de evolución hacia modelos más estructurados. EMPRESAS EMPRESAS EDC EMPRESAS de Economía Social ORGANIZACIONES ASOCIATIVAS Y DE VOLUNTARIADO 69 Evolución y desarrollo hacia la empresa de economía social De hecho, el proyecto de economía de comunión no representa un fenómeno aislado, sino que se introduce, por decirlo como Bruni, en el ámbito de “uno de los fenómenos más relevantes que están emergiendo en estos últimos años”, es decir “el desarrollo de la sociedad civil que, responsable y más madura, da vida a una pluralidad de experiencias: el voluntariado, organizaciones no lucrativas, ahorro ético, comercio justo, bancos del tiempo, consumo crítico y solidario ”. El interés para la experiencia de la economía de comunión tiene que buscarse en un elemento más concreto, es decir, en el hecho de que el polo productivo, dentro del cual se instalarán unas veinte empresas que han formado parte del proyecto, se encuentra en la Toscana . Aunque se trata de un camino que está todavía en proceso de realización, es plausible creer que la experiencia generará interacciones interesantes con el sistema económico local. La economía de comunión, no obstante se trate de un fenómeno bastante reciente, ha sido ampliamente estudiada y analizada desde muchos puntos de vista, como confirma la bibliografía analítica citada en el apéndice del capítulo. Por este motivo, el objetivo de este trabajo no es analizar a fondo el tema en toda su complejidad, sino más simplemente ofrecer algunos motivos de reflexión. Por lo que concierne a la estructura del capítulo, la primera parte está dedicada a un breve y atento examen sobre el tema de la economía de comunión: el origen del proyecto, la impostación filosófica y teórica y las perspectivas teóricas y concretas. Las informaciones se han recogido en una larga entrevista con Luigino Bruni, catedrático de la facultad de Economía Política en la Universidad Milano Bicocca y teórico del movimiento. En cambio, la segunda parte del capítulo está dedicada al polo productivo Lionello Bonfanti y se articula en una serie de informaciones sobre las perspectivas de desarrollo del polo productivo y en una entrevista con Cecilia Mannucci, administradora delegada de la E. di C. SpA, sociedad creada en 2001 para gestionar el polo productivo y otras actividades. El proyecto de la economía comunitaria: reflexiones teóricas y cuestiones abiertas La idea de economía de comunión nace y se desarrolla en el ámbito del movimiento eclesiástico de los Focolari. Sus elementos característicos resultan estar muy influenciados por la cultura que se respira dentro del movimiento. Por este motivo, es esencial comprender la cultura de los Focolari, o por lo menos los elementos característicos de la misma, para entender las lógicas del proyecto de economía de comunión. 70 Evolución y desarrollo hacia la empresa de economía social “El elemento más relevante y significativo es que la espiritualidad típica de los Focolari es una particular sensibilidad a la dimensión de colectividad comunitaria. ¿Qué significa esto? Que mientras otras experiencias, también eclesiásticas, sacan a la luz la comunidad, pero al mismo tiempo son una vía para el individuo hacia la perfección, este movimiento ha puesto en evidencia desde un principio la dimensión de la comunión y de la colectividad. Esto no significa que la cultura del movimiento no tenga importantes elementos de espiritualidad, sino que la dimensión social ha tenido un papel central y relevante desde el principio”. [L.B.] Efectivamente, la misión prioritaria del movimiento, desde su constitución en Trento entre 1943 y 1945, ha sido la de resolver o intentar dar una respuesta al problema de la pobreza y de las desigualdades sociales. La atención a las dimensiones sociales representa una variable explicativa también por las modalidades de expansión territorial del movimiento. “Con el paso de los años el movimiento ha crecido: se ha difundido en Brasil y luego en Argentina, en años y en áreas en las que el problema social era muy sentido”. [B.L.] La atención y la sensibilidad hacia los problemas sociales, maduradas durante los decenios, desembocan entonces en la propuesta de un modelo, el modelo de la economía de comunión, cuyo nacimiento, aunque identificado de manera convencional con el viaje de Chiara Lubich a Brasil en 1991, presenta raíces mucho más lejanas y profundas. “Chiara Lubich va a Brasil en 1991, pero no era la primera vez. Llega a Sao Paulo a principios de mayo y se queda muy impresionada particularmente por el fuerte contraste que ofrece la ciudad: modernos rascacielos rodeados por chabolas. A la vuelta a Italia decide que es necesario hacer algo, pero no sabía cómo afrontar un problema tan grande: el de la pobreza en el mundo. Nació este deseo de hacer algo, sin hacer magia. De hecho, en aquellos días tuvo esta idea, de la cual nace el proyecto de Economía de Comunión”. [L.B.] La solución propuesta es la de crear empresas o sensibilizar empresas ya existentes, para que se muevan según una lógica compleja: la denominada lógica de los tres tercios. “Las ganancias producidas por las empresas tendrán que ser compartidas, puestas en comunión según tres objetivos: una parte se queda dentro de la empresa para permitir su desarrollo y crecimiento; una parte se dirige a la formación cultural y una parte se dirige a los pobres, según la lógica de un tercio, un tercio y un tercio”. [L.B.] 71 Evolución y desarrollo hacia la empresa de economía social La repartición de las ganancias de las empresas tiene que garantizar, en primer lugar, la autofinanciación de la empresa misma, que tiene que desarrollarse y crecer. “Los tres tercios son importantes porque tienen una lógica profunda. Pensemos en los tres destinatarios: la empresa, la cultura y los pobres. Si lo pensáis, hay tres grandes elementos de la economía de hoy. En primer lugar, el capital productivo: una empresa no puede seguir si no invierte y se no se desarrolla. Por este motivo, es necesario un interés hacia las empresas, porque el objetivo no es que cierren derrochando las ganancias, aunque con un fin positivo, sino que sea de manera que se queden en el mercado”. [L.B.] Una parte de las ganancias tiene que ser destinada a los pobres, según se entienden los pobres de la comunidad, conocidos. Es necesario intervenir en estos sujetos con actuaciones de alta productividad, es decir, no de naturaleza provisional, sino que permitan la eliminación del problema, creando, por ejemplo, puestos de trabajo. En fin, un tercio de las ganancias tiene que ser destinado a la formación cultural. La formación cultural se dirige esencialmente hacia dos objetivos. Uno, con más amplio margen, concierne la difusión de la cultura del ofrecer dentro de la sociedad. El otro, sobre el cual nos vamos a detener más adelante, concierne más en el detalle al proyecto de la economía de comunión, y a las modalidades de adaptación a la economía. “Sin una nueva cultura no se construye una nueva economía. No sé si habéis conocido nunca personas muy idealistas de jóvenes. Éstas se casan, tienen un hijo y su actitud cambia. ¿Esto qué significa? Que si no haces que la comunión se convierta en cultura, el modelo no funciona porque lo vinculas sencillamente al entusiasmo de las personas, que luego, de forma inevitable, se acaba. Si estos valores no se convierten en preferencias verdaderas para las personas, cuando llegue la primera dificultad se abandona todo, porque no han cambiado tus gustos, sino que simplemente han cambiado tus actitudes. Cultura quiere decir dar un valor intrínseco a las propias actitudes, más allá del resultado. ¿Por qué decides poner las ganancias en comunión? Porque has aprendido que hay más felicidad en la comunión que en el egoísmo. Es más humano, más inteligente, más rico, más bello compartir que tener todo para uno mismo. Pero esta filosofía de vida, esta aproximación a la vida, difícilmente dura en el tiempo si no se convierte en cultura. Sin una nueva cultura no se hace una nueva economía. El problema de la pobreza en el mundo no es un problema económico, sino cultural”. [L.B.] Existen algunos aspectos interesantes que hay que subrayar. En primer lugar, es interesante resaltar una aproximación a la problemática de tipo “bottom up”, 72 Evolución y desarrollo hacia la empresa de economía social que en parte se reconduce una vez más a la cultura típica del movimiento. Para enfrentarse al problema de las desigualdades sociales, se proponen un modelos que se mueve desde abajo y desde algo concreto. “Chiara, en parte porque mujer y en parte porque no economista, delante de los problemas no ha dicho pongámonos a estudiar. Ha dicho: hagamos algo en concreto. Empezamos de alguna manera, poco a poco. Ésta es la sabiduría profunda: empecemos por nosotros. Desde ese momento, las empresas han empezado a adherirse al proyecto y hoy en día hay casi 800 empresas en el mundo que operan según la lógica de la economía de comunión.” [L.B.] En segundo lugar, es interesante destacar el hecho de que el modelo no prevé la creación de sujetos diferentes de las empresas. De hecho, el modelo prevé que la comunión penetre en las normales organizaciones económicas, instalándose desde el interior. “Chiara ha dicho: hagamos nacer empresas que sean eficientes y produzcan ganancias. Es importante relevar que la palabra usada es precisamente “empresa” y no, por ejemplo, O.N.G., fundaciones o cooperativas. El proyecto de Chiara se dirige a empresas comerciales que en la clasificación habitual se llaman lucrativas, porque su forma jurídica ha sido pensada para la apropiación privada de las ganancias de empresa”. [L.B.] La idea de que el proyecto tenga que involucrar, aunque para modificar, los sujetos económicos que operan en el mercado, implica una visión positiva del concepto de economía y de mercado. Esta visión está profundamente condicionada por la impostación ideológica del movimiento de los Focolari, para el cual el mercado es un lugar civil y positivo, que se distancia mucho de la impostación de la Iglesia. “Chiara no dijo: hagamos nacer entes asistenciales, sino que ha usado el término “empresas”, es decir sujetos económicos que están dentro del mercado y que cada día se enfrentan con las lógicas que guían los mercados. Las empresas a las que Chiara se refiere son empresas normales, que producen ganancias y no sujetos económicos que nacen y operan al margen del mercado. Esto significa que en le proyecto, en el ADN del movimiento, no hay una idea de mala economía. Para mí, esto es otro aspecto relevante, sobre el cual es oportuno fijar la atención. Tradicionalmente para la Iglesia la idea es que en el fondo la economía es un mal necesario: hace falta producir, pero si se pudiera evitar sería mejor. La Iglesia, entonces, utiliza la economía de manera instrumental y da de la misma un juicio en cierto modo negativo. Esto es uno de los motivos por los que cada vez que la Iglesia ha querido resolver o enfrentar la cuestión social no ha pensado en la empresa sino en entes de asistencias, como las fundaciones y las centros de caridad”. [L.B.] 73 Evolución y desarrollo hacia la empresa de economía social En el movimiento de los Focolari el mercado no representa un lugar negativo de por sí, sino un lugar de encuentro entre personas libres. “El aspecto absolutamente innovador del proyecto de economía de comunión está fundamentado por una visión más positiva de la economía, que de alguna manera se reconduce a su función originaria, que es la de encuentro entre personas libres. Para los que, como yo, se ocupan también de filosofía de la economía, es bastante evidente que la economía no nace “fea”, sino que se vuelve así sucesivamente. La economía moderna nace en la Edad Media, contextualmente al fenómeno del humanismo civil florentino. De hecho, es la primera vez en la que se afirma que hacer economía es tan importante como rezar, y que las virtudes civiles son tan importantes como las virtudes religiosas. Por ello, el comerciante es un bienhechor, porque ofrece trabajo, crea riqueza. Entonces, Chiara ha visto el lado feo del capitalismo, es decir, el fracaso del mercado. Pero para resolver el problema ha individualizado la solución dentro del mismo mercado. El fracaso del mercado y el problema de las desigualdades, según la intuición de Chiara, se soluciona desde el interior, cambiando la cultura del mercado. Porque si dices a las empresas que pongan las ganancias en comunión, cortas la punta del capitalismo. Si produzco de manera eficiente y lo que sobra lo pongo en comunión, tengo la ventaja de la eficiencia del mercado, pero no tengo el hedonismo típico del capitalismo, por lo que produzco para mi propio beneficio”. [L.B.] Y el nombre del proyecto refleja esta idea de fondo: la aunar dos conceptos que a menudo se han considerado contrapuestos: por un lado, la economía; por el otro, la comunión. Introducir un modelo que intente cambiar la cultura de las empresas además conlleva, como justamente se ha observado, la necesidad de interrogarse de manera crítica sobre lo que se entiende con “empresa de economía social”. ¿Cuáles son las empresas de economía social? “La connotación de “social” para una empresa no tiene que asociarse sólo a quien esté al los margen del mercado, porque para mí el mercado tiene una vocación civil. Y no son la forma jurídica o la cantidad de ganancias lo que dan la medida de estos aspectos. Paradójicamente, también puedes tener una multinacional civil, que se mueve según una lógica más ética de una empresa individual que opera según lógicas instrumentales o de una cooperativa que nace exclusivamente para aprovechar las financiaciones europeas”. [L.B.] Como hemos visto, el proyecto de economía de comunión se dirige esencialmente a las empresas, no para transformarlas en algo distinto sino para sensibilizarlas de la cultura del dar. Si la idea parece simple, su concretización plan74 Evolución y desarrollo hacia la empresa de economía social tea por lo menos dos tipos de problemas. Por un lado, está el problema, quizás más operativo, de la transformación de la empresa en el momento en que las personas forman parte en el proyecto. “Pongo un ejemplo que ha pasado recientemente. Un emprendedor con una empresa mediana de 30 dependientes encuentra este proyecto, se apasiona y decide formar parte en ello. Aquí empiezan los problemas concretos, porque si se trata de una empresa individual, las cosas son relativamente sencillas: el emprendedor tiene que compartir el proyecto con su familia, aunque si a menudo no es tan sencillo, decide adherir y divide las ganancias según la lógica de los tres tercios. Pero si en la empresa hay más socios, el primer problema concreto es el de convencer a los demás para formar parte en el proyecto. Tenemos muchos casos en los que sólo uno de los socios se adhiere al proyecto y se mueve según la lógica de los tres tercios con sus ganancias. Está claro que se forma parte en este proyecto sólo con la unanimidad: no basta con la mayoría. En otros casos, el problema es que los socios se han adherido al proyecto, pero no los dependientes. Tampoco en este caso las cosas son sencillas. La elección de adherirse al proyecto es siempre un proceso muy complejo, un camino. Lo que es importante es que el emprendedor empiece a ponerse en un camino.” El segundo problema, quizás de carácter más teórico, pero seguramente muy conectado con la primera cuestión, es el modelo: ¿Qué significa ser una empresa que se adhiere al proyecto de economía de comunión? “La economía de comunión no cambia las formas empresariales: la forma jurídica de las empresas que se adhieren al proyecto no cambia. Hay un primer cambio que consta en empeñarse en adherirse a una especie de manifiesto, formulado en 1997. El documento, que se articula en siete puntos, reglamenta los distintos aspectos de la vida empresarial, explicitando las consecuencias de la vida de comunión en los distintos ámbitos de la vida de una empresa: desde la relación con hacienda a la relación con los clientes, los proveedores, a la atención para el medio ambiente y la armonía de las sedes y los lugares de la empresa”. [L.B.] El documento se basa esencialmente en la idea de que la lógica económica tiene que adaptarse cada vez más a la lógica que generalmente guía a los individuos en la vida de cada día. “De hecho, mientras en la vida privada y la vida relacional uno se mueve más a menudo según una lógica que es la de la simpatía, del empeño, del amor, cuando se va a trabajar se cambia de lógica, y salta la de la conveniencia y del interés. Por este motivo, la idea de fondo es intentar volver a conducir todo a la 75 Evolución y desarrollo hacia la empresa de economía social lógica del amor. Y éste es el verdadero desafío. Intentar salvar la lógica de los mercados viviendo en la cultura del amor”. [L.B.] Y en este punto surge uno de los primeros puntos críticos: es evidente que un manifiesto articulado en siete puntos, y de por sí bastante genérico, no es suficiente para entender exactamente qué es una empresa que forma parte del proyecto de economía de comunión. De hecho, hay que deshacer un nudo muy grande, y en esto está empeñado actualmente el movimiento: cómo traducir el proyecto en una forma de gobierno de comunión. “Pero, ¿qué significa, en concreto, ser una empresa de economía de comunión? ¿Cómo se expresa, por ejemplo, en las relaciones de trabajo? ¿Quiere decir simplemente sonreír al trabajador y quizás involucrarle en los acontecimientos de la empresa? ¿Qué quiere decir amar a todo el mundo en una empresa? ¿Qué quiere decir amar a los proveedores? ¿Pagar un precio más alto para las mercancías?”. [L.B.] Para intentar deshacer este nudo, hay muchas discusiones en curso entre economistas teóricos y emprendedores. La reflexión actual está buscando una manera de traducir la forma de gobierno de comunión en los distintos ámbitos empresariales. Pero se trata de una cuestión extremadamente compleja que, si no se resuelve, puede originar muchos riesgos y malentendidos. “El primero [Ndt: malentendido] es decir que, como no se consiguen individualizar unas reglas comunes, cada uno hace lo que puede, de lo que sale la libertad total de formas. El otro riesgo es que nosotros, desde lo alto, digamos que tiene que ser una empresa, encarcelando la vida. Por este motivo, insistimos mucho en la observación de las cosas, encontramos muchos emprendedores y observamos continuamente la realidad”. [L.B.] Como se ha visto, para enfrentarse a este problema es necesaria una sinergia constante entre reflexión teórica y experiencia práctica. Desde este punto de vista, se introducen también las ideas de los polos productivos, que están naciendo en todo el mundo. “Por ejemplo, en Brasil, hay ocho empresas que han crecido en el mismo lugar, cerca de una ciudadela del movimiento. La idea es dejar que las empresas nazcan en un lugar separado, pero cerca de una ciudadela del movimiento, como pequeño boceto de una ciudad renovada por el evangelio. También en Argentina, en Italia, en Bélgica, en España…”. [L.B.] Los polos, entonces, son pequeñas agrupaciones de empresas, creados cerca de las ciudadelas del movimiento. El elemento de la cercanía es un aspecto cru76 Evolución y desarrollo hacia la empresa de economía social cial, como veremos más adelante en la experiencia del polo de Loppiano, que recuerda en cierto modo al concepto de distrito industrial. “En la idea de salida hay algo a la Becattini; de alguna manera existe la idea del distrito industrial, donde la cercanía, la cultura que se respira baja los costes, crea iniciativa. Todavía, nuestras empresas, a diferencia de las de los distritos industriales, no están unidas por un producto homogéneo y por el empleo de tecnologías similares. El elemento común está representado por el sistema de valores por los bienes relacionales”. [L.B.] No obstante, las experiencias de los polos son minoritarias respecto al proyecto de la economía de comunión. En primer lugar, porque en cada país está provisto de un único polo productivo; y en segundo lugar porque el número de las empresas instaladas está decididamente circunscrito (no más de veinte). “El objetivo de los polos productivos no es mover en un único lugar todas las empresas que se adhieren al proyecto de economía de comunión… sería inviable… sino ofrecer un punto de referencia fuerte, un centro de experimentación y de elaboración de nuevos modelos”. [L.B.] Los polos productivos, entonces, tienen un doble objetivo: por un lado, el de dar visibilidad al proyecto de la economía de comunión; por el otro, el de representar un punto de referencia y de apoyo fuerte para todas las empresas que se adhieren al proyecto. Como hemos visto, la definición de qué hay que entender en concreto por empresa de economía de comunión representa uno de los puntos críticos de todo el proyecto. Pero junto a este elemento crítico existe otro: el de la certificación. De hecho, es bastante evidente que una empresa no puede “autodefinirse” como de economía de comunión. En la actualidad se está trabajando para definir y poner a punto unos criterios lo más objetivos posible, que permitan seleccionar y certificar la adhesión al proyecto. “Está claro que una empresa no puede autodefinirse de economía de comunión. Uno se propone y luego en cada ciudad hay un grupo de personas, una comisión, que recoge las informaciones sobre las empresas que se hayan presentado y decide si aceptarlas o no. De otra manera, se llegaría a la paradoja y acoger empresas que, por ejemplo, producen o venden armas. La idea, entonces, es la de llegar a individualizar un conjunto de criterios y volverlos objetivos. De esta manera, será posible otorgar un tipo de sello, será posible realizar una especie de certificación. Pero para ello es necesario individualizar unos criterios que presenten un mínimo de objetividad y es necesario formar unos recursos humanos que sean capaces de evaluar las empresas que se presentan, deci77 Evolución y desarrollo hacia la empresa de economía social diendo cuáles aceptar en el proyecto y cuáles no. En este momento, estamos en una fase de estudio y estamos intentando individualizar estos criterios”. [L.B.] El Polo industrial Lionello Bonfanti y la E. di C. SpA La mission de la E. di C. Spa El 13 de octubre de 2001 se constituye la sociedad E. di C. S.p.A., cuyo objetivo principal es la constitución de un polo empresarial para dar visibilidad al proyecto de la economía de comunión y para poner en red todas las empresas que, también en un futuro van a adherirse al proyecto. La idea de la realización de un “polo” italiano surgió durante un congreso sobre la economía de comunión que tuvo lugar en el mes de abril de 2001, en el que participaron alrededor de 700 emprendedores y operadores económicos. A consecuencia del interés suscitado por dicha propuesta, se ha constituido un grupo de expertos cuya tarea es la de profundizar el proyecto. El área individualizada para la localización del polo está en la localidad de Burchio, en el Ayuntamiento de Incisa Valdarno. Sobre el terreno, la E. di C. S.p.A. quiere realizar ex novo un conjunto de naves, a dividir en más lotes, destinado a alojar empresas artesanas, comerciales, de servicio y de producción. En el mismo conjunto, además, se creará una estructura integrada como sede de la sociedad para el desarrollo de servicios de naturaleza logística, financiera y comercial. Simultáneamente, E. di C. S.p.A. quiere desarrollar una actividad de prestación de servicios contables, administrativos, organizativos y de formación tanto para las empresas del polo como para la clientela externa al polo. La actividad de formación, que se desarrollará en varios sectores, dedicará también una particular atención para la difusión de los principios inspiradores de la economía de comunión, para ayudar a los emprendedores, que en ella se inspiran, a superar las dificultades que se encuentren en la dirección de las empresas. Por lo tanto, operará también como centro cultural, de formación y de asistencia para operadores económicos que se adhieren al proyecto y que sobre todo se inspiran en los principios de dirección empresarial y de repartición de las ganancias formulados por el proyecto de “Economía de comunión en la libertad” del Movimiento de los Focolari. 78 Evolución y desarrollo hacia la empresa de economía social Cronohistoria del Polo Lionello y de la E. di C. Spa • Abril de 2001 – Chiara Lubich en la Escuela para operadores de la Economía de Comunión lanza la idea de hacer nacer también en Italia, en los alrededores de la ciudadela internacional de Loppiano, un Polo industrial, faro de credibilidad para la Economía de Comunión, al que podrán conectarse las empresas italianas de EdC. • Junio de 2001 – Primer lanzamiento en Loppiano. Participan personas que desde hace tiempo siguen de cerca el desarrollo de las empresas EdC. Se profundiza en temas relativos a la sociedad de gestión del Polo, su estatuto; el Polo como punto de referencia para las empresas de Economía de Comunión y de atracción para los operadores y para los que se interesan de economía. Se propone que la suscripción de las acciones tenga como objetivo la implicación del mayor número de personas posible, para realizar aquel “pobres pero muchos”, palabra llave pronunciada por Chiara al nacimiento de la EdC. Se establece que el valor de una acción es de 50 euros. • Julio de 2001 – Los primeros emprendedores manifiestan su intención de unirse al Polo. Se constituye una comisión de trabajo, se individualizan unos referentes, en aquella ocasión Chiara pronuncia el nombre de “Polo Lionello”, para recordar al focolarino Lionello Bonfanti. • Septiembre de 2001 – Los trabajos preparatorios están preparados, el estatuto está listo y se fija para octubre la constitución de la sociedad. El nombre dado por Chiara es E. di C. S.p.A. Empieza la suscripción de las acciones necesarias para constituir la sociedad. Se examinan propuestasde terreno; se profundizan las distintas funciones del Polo para la ciudadela y para la Economía de Comunión. • Octubre de 2001 – La E. di C. S.p.A. se constituye con un capital de 185.400 euros. El fin de la sociedad es la búsqueda y la adquisición del terreno, la construcción de los edificios, los servicios y todo lo que sea necesario para las empresas que se mudarán y para las demás actividades vinculadas al polo empresarial. En el Estatuto el Art. 32 sobre la distribución de las ganancias se pone en evidencia la novedad del proyecto E. di C. SpA: para ser totalmente conformes se ha fijado que el 30% de las ganancias se destine a un fondo para indigentes. Se localizan los distintos referentes del polo Lionello de las distintas zonas italianas, junto con los responsables del Movimiento, poniéndoles al día sobre el nacimiento de la E. di C. SpA. Se presenta la organización del trabajo para los próximos meses: búsqueda del terreno, contactos con las empresas que quieren abrir una actividad o trasladarse al Polo Lionello, preparación de un plan comercial. • Diciembre de 2001 – Primer encuentro del Consejo de administración de la E. di C. SpA. Con la participación de todos los consejeros y los alcaldes empieza la actividad institucional: se nombra el vicepresidente, los administradores delegados, el comité ejecutivo y las comisiones de trabajo. La Región de la Toscana aprueba una moción de apoyo al Polo empresarial de 79 Evolución y desarrollo hacia la empresa de economía social • • • Loppiano. En el texto se pide a la junta regional adherirse al proyecto por ser un laboratorio de una nueva economía, e inserirlo en los programas de desarrollo de la Región de la Toscana como modelo a proponer para la actuación de una nueva política de cooperación al desarrollo. Febrero de 2002 – El CdA, por encargo otorgado por los socios, que renuncian al derecho de opción, delibera un primer aumento hasta 1.200.000 euros con vencimiento el 31 de marzo de 2002. El proyecto del polo Lionello es presentado a 550 empresarios, operadores económicos y estudiantes. Se comienza con el mensaje de Chiara Lubich, que es programático y fundamental. Se presenta la Ciudadela, su historia, sus habitantes y sus realidades, en particular la realidad productiva. Durante el convenio se han recorrido los últimos desarrollos de la EdC transcurridos 10 años de su nacimiento. El CdA de la E. di C. S.p.A. expone el trabajo realizado; la constitución de la sociedad, su estatuto, el estudio del proyecto edil e industrial. Mayo de 2002 – Asamblea ordinaria para la aprobación del balance para el año 2001. Hay 95 socios presentes (de estos 76 por delega) que representan el 61,9% del capital social. Se presenta el plano de actuación del Polo y un primer estudio del plan comercial. El CdA por encargo otorgado por los socios delibera el aumento del capital a 3.000.000 euros. Mayo de 2003 – Se promueve la primera Expo italiana de las empresas que se adhieren al proyecto de economía de comunión. Hay 58 empresas presentes. Distribución de las empresas que han participado en la Expo por ámbito de actividad económica: Ámbito de actividad económica Agroalimentario Mobiliario Editorial y comunicación Asesoramiento y servicios a las empresas Empresas de servicios sociales Informática Construcción e instalaciones Industria Textil y moda Turismo Total 80 7 5 4 8 3 5 7 7 6 6 58 Evolución y desarrollo hacia la empresa de economía social Distribución de las empresas que han participado a la Expo por sede (región): Sede (región) Piamonte Lombardía Liguria Trentino-Alto Adigio Véneto Emilia Romagna La Toscana Umbría Las Marcas Lacio Abruzos Basilicata Apulia Sicilia Cerdeña Italia 5 9 1 2 4 6 6 1 1 4 1 1 2 1 2 58 81 Evolución y desarrollo hacia la empresa de economía social Una bibliografía sobre la economía de comunión ON-LINE www.focolare.org www.cittanuova.it www.edc-online.org OFF-LINE MORAMARCO V., BRUNI L., (bajo la dirección de) L’economia di comunione, verso un agire economico a misura di persona, Vita e pensiero, Milano 2000. Número especial de la revista “Nuova Umanità” 126 (1999), Città Nuova Editrice, Roma (bajo la dirección de BRUNI L.). Colaboración de: LUBICH C., L’esperienza “economia di comunione”: dalla spiritualità dell’unitàuna proposta di agire economico; ARAUJO V., Quale persona e quale società per l’”economia di comunione”?; BRUNI L., Verso una razionalità economica “capace di comunione”; BURCKART H., Sviluppo sostenibile e management: elementi per un nuovo paradigma di gestione; MONTELMI M., I problemi di sviluppo nelle imprese “a movente ideale”; GUI B., Organizzazioni produttive con finalità ideali e realizzazione della persona: relazioni interpersonali e orizzonti di senso; ZAMAGNI S., Sul fondamento e sul significato dell’esperienza di “economiadi comunione”; BOZZANI C., Apéndice. ARAUJO V., La cultura del dare, in “Nuova Umanitâ” 5 (1999). AA.VV., Etica ed Economia, (bajo la dirección de FORNACIARI L.), Universidad de Módena, 1999. Colaboración de: LUZZATI E., Economia di comunione e cooperative multifunzionali nei PVS; GUI B., Tornaconto personale o cultura de dare?; BRUNI L., Economia e felicità. Un’analisi di una categoria (quasi) dimenticata nella storia del pensiero economico; GULLO E., Il progetto dell’economia di comunione. LUBICH C., Discorso ai politici e agli imprenditori, Brasilia, 7 maggio 1998, en “Nuova Umanità” 6 (1998). BRUNI L., Relazionalità e scienza economica, en “Nuova Umanità” 6 (1997). ARAUJO V., Economia di comunione e comportamenti sociali, en “Nuova Umanità” 2 (1997). LUBICH, C Discorso tenuto all’università di Lublino in occasione del conferimento del dottorato “honoris causa” in Scienze Sociali, 19 giugno 1996, en “Nuova Umanità” 105-106 (1996) AA.VV., Actas del Convenio: Per una diversa dimensione dell’economia: l’esperienza “economia di comunione”, Piacenza, 13 abril de 1996, bajo la dirección 82 Evolución y desarrollo hacia la empresa de economía social de la Universidad Católica del Sacro Cuore, colaboración de: GUI B, Introducción al tema; FERRUCCI A., Presentación del proyecto “economia di comunione”. Intervención de: VACIAGO G., ZAMAGNI S. ARAUJO V., L’esperienza dell’economia di comunione nell’Opera di Maria, en CIARDI F. (bajo la dirección de) “... L’avete fatto a me”, Editorial Città Nuova, Roma 1995. ARAUJO V., Per una economia di comunione secondo la Dotrina sociale della Chiesa, en “La Società” 3 (1994), pág. 501-533, Editorial Cercate, Verona. Numero especial de la revista “Nuova Umanità” 80-81 (1992), Editorial Città Nuova, Roma. Colaboración de: QUARTANA P., L’economia di comunione nel pensiero di Chiara Lubich; ROSSÈ G., L’insegnamento della Scrittura come premessa all’”economia di comunione”; ARAUJO V., Dottrina sociale della Chiesa ed economia di comunione; SORGI T., La cultura del dare; ZAPPALÀ R., Comunismo – Capitalismo – Comunione. Riflessioni in chiave antropologica; BUONOMO V., L’economia di comunione via per l’unità dei popoli; GUI B., Impresa ed “economia di comunione”. Alcune riflessioni; FERRUCCI A., Considerazioni sull’economia di comunione. LUBICH C., Una cittadella pilota (entrevista realizada por BOSELLI G.), en “Città Nuova” 13 (1991), pág. 27-34. Noticiario cuadrimestral “Economia di Comunione – una cultura nuova”, n. 1-12 (1994-2000), Editorial Città Nuova, Roma. Tesis de licenciatura (Las tesis están disponibles en la página: http://tesi.ecodicom.com/tesi2.html). 83