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El reto de crear un nuevo hábitat empresarial en España EMPRENDEDORES ¿Boom o burbuja? ¿Vivimos un profundo cambio en la mentalidad empresarial de los españoles o alimentamos una burbuja? El mantra que insistentemente se repite desde el Gobierno, instituciones y medios de comunicación despierta miles de vocaciones emprendedoras o, quizá, ante la dura realidad del mercado laboral no queda más remedio que crear un puesto de trabajo propio. Texto Raúl Alonso Ilustración Alejandro Calderón 148 · FORBES · SEPTIEMBRE 2014 L as cifras son elocuentes. Si queremos un Silicon Valley aquí, deberemos asumir que es trabajo de muchos años. Eso sí que es I+D+i y no se consigue con una visión política que no ve más allá de los cuatro años Agustín del Valle Profesor EOI y analista económico 150 · FORBES · SEPTIEMBRE 2014 La afiliación al régimen de autónomos crece desde el pasado mes de octubre. En mayo, el colectivo había aumentado en más de 70.000 personas con respecto a los doce meses anteriores. Y todos parecen coincidir en que la tendencia se consolida. Uno de cada cuatro jóvenes en paro planea emprender, según el estudio Estado del mercado laboral en España de Esade para Infojob. Y aún más. Palabras como start up, business angel o crowdfunding se oyen en cualquier conversación de barra de bar, y las televisiones generalistas incluyen contenidos sobre emprendimiento en horarios de máxima audiencia. Desde el inicio de la crisis se identificó el emprendimiento como una de las tablas de salvación de la economía española en su camino hacia un nuevo modelo productivo, y son muchos los que han aceptado el reto. Sin embargo, empiezan a ¿Es honesto hacer una llamada tan generalizada a crear empresa sin advertir sobre su alta mortandad? Siendo optimistas, el 50% no llega al quinto año oírse voces que alertan sobre importantes deficiencias en el hábitat emprendedor y sobre la necesidad de contar toda la historia. ¿Es honesto hacer una llamada tan generalizada a crear empresa sin advertir sobre su alta mortandad? Los datos más optimistas hablan de que el 50% no cumple el quinto año de vida. Por no hablar del estigma que le perseguirá tras el cierre; donde otras sociedades ven experiencia, la española ve un fracasado. Sobre cómo empezar desde cero sabe mucho Carlos Blanco, uno de los empresarios de referencia de la llamada nueva economía, obligado a reinventarse en varias ocasiones. Blanco forma parte de una avanzadilla que da ejemplo para instaurar en España esa cultura tan sajona de reinvertir los beneficios en nuevos proyectos. Así, convertido en un activo business angels ha participado en 35 starts up a través de Conector Sartup Accelerator. Su primer análisis sobre la situación actual, es positivo, “para los emprendedores es bueno todo lo que se está viviendo, incluida la dignificación de la propia palabra, porque no hace muchos años te tachaban de loco o friki cuando hablabas de estas cosas”. Dicho esto, su crítica empieza por un problema de definición. Detecta una continua confusión entre la figura del emprendedor y la del autónomo, que incluso se traslada a la propia Ley de Emprendedores, una de las medidas más ambiciosas puesta en marcha en septiembre de 2013 por el Gobierno del Partido Popular: “La redacción de esa Ley estuvo muy mediatizada por la influencia de las organizaciones de los trabajadores autónomos y se atendió más a sus necesidades que a las de los propios emprendedores que le da título. No sé hasta qué punto se vio influenciada por el hecho de que el peso de este colectivo en las urnas sea mucho mayor que el de los emprendedores, más reducido en número”, comenta sin ocultar la malicia de la reflexión. Pero lo cierto es que una única regulación trata situaciones tan dispares como la del autónomo, cuyas aspiraciones en muchas ocasiones no van más allá de la de crear un autoempleo, y la del emprendedor, con proyectos más ambiciosos, tanto en términos de inversión como de generación de empleo y asunción de riesgo. en el tiempo”. La representante de los empresarios menores de 40 años considera que esta llamada masiva al emprendimiento puede animar a muchas personas a lanzarse sin haber madurado el proyecto: “En dos o tres años nos podemos enfrentar a una situación de fracaso en masa, y eso puede generar un problema”. Andrade está convencida de que la ansiada mejora de la competitividad española pasa por apostar por una pyme muy diferente de la actual: “Tenemos que replicar el modelo europeo de empresas con 30 ó 50 trabajadores, y esas sí que aportan valor al PIB de un país. A veces parece que se trabaja sólo para reducir estadísticas, la realidad es que el 51% de los autónomos trabaja en exclusiva para una única empresa. Lo que hay que hacer es crear una estrategia de país pyme y no de autónomos, con las limitaciones de expansión que ello implica”. Un estatuto para la joven empresa En Ceaje se apuesta por seguir trabajando en la Ley de Emprendedores, una ley que definen como “viva”, y en medidas como el Estatuto de la Joven Empresa. Se trata de uno los proyectos estrella de la asociación y pretende establecer un marco regulatorio especial para la empresa hasta los diez años de vida en aspectos como fiscalidad, innovación e internacionalización, con el objetivo de acompañarlas en su fase de mayor debilidad. Abrimos el foco del análisis buscando la opinión del profesor Agustín del Valle, analista económico y profesor de Economía Teórica del Executive MBA de EOI. “Es cierto que cuando no hay trabajo hay que crearlo pero la pregunta es si estamos ofreciendo China gana por goleada La vicepresidenta de ATA, Celia Ferrero, cree que tanto para autónomos como empresarios la Ley de Emprendedores y otras medidas hacen que “hoy sea más fácil emprender en España que hace dos años, pero aún estamos lejos de las tasas de otros países”. Según las estadísticas que maneja la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos, contamos con 5,3 emprendedores por cada cien habitantes frente al 6,2 de media europea, y lejos del 10% o el 14% de Estados Unidos y China. Una distancia que se podría empezar a acortar si se cumple la estimación de ATA para 2014, que contempla la incorporación al régimen de autónomos de 100.000 nuevos cotizantes, una cifra histórica que nos llevaría a 3,1 millones en España. Pero Ferrero pone el dedo en la llaga al citar la alarmante cifra de bajas, “aunque desde abril hay más altas, es preciso que establezcamos políticas de sostenibilidad o, al final, todo este fenómeno va a quedar reducido a coyuntural. Es cierto que asistimos a un cambio importante que sitúa al emprendedor como un colectivo clave, pero si pasada la primera fase no les ayudamos a permanecer en el tiempo, fracasaremos. Apoyemos en su inicio, pero también en su consolidación”, insiste. Dar sostenibilidad y diferenciar la figura del emprendedor de la del autónomo son pues dos aspectos fundamentales a analizar, pero no los únicos. Pilar Andrade, presidenta de Ceaje (Confederación Española de Jóvenes Empresarios) considera que “hay un abuso del eufemismo emprendedor”. En su opinión todo el movimiento en torno a su figura es muy positivo pero no debemos olvidar que lo que necesita este país “son empresarios que generen riqueza y empleo sostenido Es cierto que asistimos a un cambio importante que sitúa al emprendedor como un colectivo clave, pero si pasada la primera fase no les ayudamos a permanecer en el tiempo, fracasaremos. Apoyemos en su inicio, pero también en su consolidación Celia Ferrero Vicepresidenta de ATA SEPTIEMBRE 20 14 · FORBES · 151 Dar sostenibilidad y diferenciar la figura del emprendedor de la del autónomo son pues dos aspectos fundamentales a analizar, pero no los únicos realmente las condiciones que un empresario necesita”. Y ¿cómo no?, la educación vuelve a ser el nudo gordiano a desatar para empezar a trabajar: “El tipo de contenidos que necesita una cultura emprendedora no los vemos ni en la educación primaria ni en la secundaria, y la formación profesional continúa muy desprestigiada en un país que tiene un importante déficit de mandos intermedios”. En opinión del profesor Del Valle, hay que buscar soluciones en modelos que han demostrado su eficiencia como el finlandés, que trabaja más sobre las capacidades que sobre los conocimientos, “que siempre son más fáciles de adquirir”. “Si queremos un Silicon Valley aquí deberemos asumir que es trabajo de muchos años. Eso sí que es I+D+i, y no se consigue con una visión política que no ve más allá de los cuatro años”. En su análisis, Del Valle identifica otros puntos necesarios para generar unas condiciones que realmente fomenten el emprendimiento: “Hay que dar mayores facilidades administrativas y homogéneas, Debemos esforzarnos en convertir ese movimiento emprendedor en la semilla de la empresa. Primero en una pequeña y mediana empresa de calidad generadora de empleo y riqueza. Conseguido ese objetivo, asentaremos las bases necesarias para competir en un mercado mundial. Pilar Andrade Presidenta de Ceaje. 152 · FORBES · SEPTIEMBRE 2014 porque hoy no hay un verdadero mercado único sino 17 diferentes. Hay que facilitar la inversión y ser generoso con los incentivos, empezando por las cuotas a la Seguridad Social. Y además hay que prevenir riesgos, la mortandad empresarial es muy importante y no todos lo saben”. Carlos Blanco concreta otras tres importantes deficiencias: “Para que la fuerza emprendedora que hay en España compita en igualdad de condiciones, es necesario que de una vez por todas se regulen las stock options en el ámbito de la start up. Se trata de una fórmula de pago e incentivo para la fidelización del profesional al proyecto muy utilizada en otras partes del mundo, y no se entiende que aquí quieran hacernos competir en una economía global con reglas que limitan nuestra capacidad de atraer talento”. Otro aspecto que limita la competitividad es la regulación para contratar personal cualificado: “Cuando queremos traer un ingeniero israelí o indio nos metemos en un auténtico follón, no tiene sentido que sea mucho más difícil que traer a una persona de fuera de Europa para encargarla de la limpieza”. Blanco también considera fundamental crear un buen marco jurídico para los business angels: “Aquí son ridículas las deducciones y además habría que buscar alguna fórmula que permita desgravar las inversiones fallidas no fraudulentas, tal como sucede en Francia”. Todas ellas son medidas muy lejanas de la agenda política que por el momento parece centrarse en medidas de mayor visibilidad como la creación de viveros o incubadoras de empresas. Ayuntamientos, diputaciones, universidades y todo tipo de organizaciones empresariales se han apuntado a una desorganizada carrera por crear sus propias plataformas, incluso la gran empresa convoca decenas de concursos de apoyo al emprendimiento de dudosa continuidad mientras sean sostenidos con el presupuesto de sus departamentos de marketing. Un fenómeno hoy imposible de cuantificar sobre el que Carlos Blanco también tiene opinión: “La Administración Pública está confundiendo al emprendedor hablando de incubadoras o aceleradoras de empresas cuando en realidad lo que está haciendo es ofrecer centros de coworking. Reconociendo que eso es mejor que nada, hay que tener claro que una incubadora ofrece mucho más que un espacio de trabajo común, como el apoyo directo de personal cualificado que acompañe a ese proyecto en su camino hacia empresa, lo que incluye una inversión directa”. El emprendedor como negocio Congresos animados por las soflamas de experimentados speakers capaces de despertar las voluntades emprendedoras más adormecidas, ferias donde dar a conocer nuevos proyectos y una legión de coaches... En los últimos años nuestro país ha visto nacer un potente sector capaz de dar soporte a esa necesidad de crear empresa identificada como vital y, ¿cómo no?, que se ha convertido en un nuevo negocio en sí mismo. María José Valdivieso es una de las fundadoras de Plus 40Net, una asociación madrileña nacida en 2013 que agrupa a un centenar de ejecutivos mayores de 40 años con tan larga experiencia profesional como incierto futuro, tanto a través de la organización como de una empresa paralela de servicios: “Lanzamos esta iniciativa desde un espíritu motivador, somos profesionales que no queremos quedarnos en casa quejándonos sobre las dificultades que vivimos cada día. Vamos a por todas, y juntos nos ayudamos tanto para encontrar un nuevo empleo como para emprender o ser autónomos”. Existe un potente sector capaz de dar soporte a esa necesidad de crear empresa identificada como vital y que se ha convertido en un nuevo negocio en sí mismo La realidad que se vive en Plus 40Net es común a la de muchos españoles, que en pocos meses pasaron de una cómoda posición social y reconocimiento profesional a ver como sus capacidades y experiencia no resultan atractivas al mercado laboral. Muchos de ellos saben que el emprendimiento es la única vía de desbloquear la situación: “¿Que si veo un boom de emprendedores?, lo que veo es una burbuja. Es imposible que la actual economía absorba el número de proyectos que se lanzan”. Concluyen Valdivieso en su análisis que la dura situación no parece mellar su voluntad: “Queremos creer que hay futuro, y si no hay otra forma de encararlo lo haremos convirtiéndonos en profesionales autónomos o creando empresas. Por muy en contra que se ponga todo, nuestra obligación es seguir”. Una decisión que se toma desde una cruel estadística: unos 400.000 autónomos españoles obtienen un beneficio anual menor a los 8.000 euros. El dato lo aporta Celia Ferrero desde ATA, y explica la situación real de muchos de los hombres y mujeres que en los últimos meses están alimentando las cifras de autónomos. Entre las medias que desde esta organización se consideran prioritarias para reconducir la situación está la deducción de la presión fiscal: “Tanto al autónomo como al emprendedor se le ha cerrado la vía de la financiación bancaria, pero además se ha encarecido su fiscalidad, por eso creemos que es vital que las actuales retenciones del 21% de IRPF se reduzcan al 15%, al menos para el autónomo profesional”. Otro de los puntos cruciales es trabajar por un sistema de cuotas a la Seguridad Social “dimensionado a los rendimientos reales”. Lo cierto es que un sistema de fiscalidad y de pago de autónomos (de 261 euros para la base mínima de cotización) que no se ajusta a la proporcionalidad de los ingresos convierte en insostenibles las cuentas de muchos emprendedores. Ferrero reconoce que hay que diferenciar entre las situaciones de emprendedor y autónomo, pero encuentra muchos puntos de unión: “El peso de la gran industria sobre el PIB español es del 17%, y si está claro que conviene incrementarlo, lo cierto es que en los últimos años hemos asistido a un redimensionamiento de sus estructuras en Recursos Humanos. En paralelo vivimos un proceso de externalización de amplias áreas de gestión, incluida la de I+D+i, que van a recaer sobre las pequeñas empresas y autónomos. Ahora, lo que tenemos que hacer es trabajar para que las empresas dominantes en esta relación no impongan unas cláusulas abusivas”. Algo, que por ejemplo incluiría que todas las empresas con una facturación inferior a los dos millones estuvieran acogidas al sistema de IVA de caja, y no de forma voluntaria como ha hecho la Ley de Emprendedores sin conseguir su propósito. De este modo, en opinión de Ferrero, sí que se estaría contribuyendo a dar viabilidad financiera. En términos de generosidad habla Agustín del Valle: “Hay que hacer una buena reforma fiscal que aumente los ingresos donde se debe hacer y favorezca todo lo que es inversión”. El profesor cree que “si hoy vivimos un boom emprendedor, seguramente sea porque hacía falta. Pero siempre va a ser una solución complementaria. El país tiene muchos problemas que solucionar en términos de stocks y flujos. La realidad es que estamos en un PIB un 7% por debajo del que teníamos en 2008, lo que obliga a subir un monte muy alto y va a ser difícil remontarlo con los porcentajes de crecimiento que estamos hablando. Es vital combatir el tremendo stock de desempleo del que partimos y para ello debemos ser capaces de crear empleo de calidad, estable y un emprendimiento con garantías de continuidad”. ¿Boom o burbuja? Quizá esta pregunta no tenga aún respuesta, pero todo parece indicar que para asentar ese impulso emprendedor quedan aún muchas cosas por hacer. Ahora, como señala Pilar Andrade, “debemos esforzarnos en convertir ese movimiento emprendedor en la semilla de la empresa. Primero en una pequeña y mediana empresa de calidad generadora de empleo y riqueza. Conseguido ese objetivo, asentaremos las bases necesarias para competir en un mercado mundial”. La Administración Pública está confundiendo al emprendedor hablando de incubadoras o aceleradoras cuando en realidad lo que hacen es ofrecer centros de ‘coworking’. Una incubadora ofrece mucho más que un espacio de trabajo común, como el apoyo directo de personal cualificado que acompañe a ese proyecto en su camino hacia empresa, lo que incluye una inversión directa Carlos Blanco Empresario y business angel SEPTIEMBRE 20 14 · FORBES · 153