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DEBATE 2 Educación y mercado de trabajo urbano: la situación en seis países de la región Informalidad en América Latina: educación y grupos sociales más vulnerables Ignacio Llamas Huitrón Informalidad en América Latina: educación y grupos sociales más vulnerables Ignacio Llamas Huitrón 1 1. Informalidad y escolaridad Para mostrar que los trabajadores con menores niveles se concentran en el sector informal de la economía se utiliza un índice de representación por género y por país. Este índice mide la igualdad o desigualdad de la distribución de la participación relativa de los trabajadores con un cierto nivel de escolaridad con respecto al total de los trabajadores en el sector informal. Por ejemplo, para el caso de las mujeres trabajadoras informales, el índice se calculó de la manera siguiente: % de mujeres informales con nivel de escolaridad j Índice de representación = -----------------------------------------------------------% de mujeres en el sector informal Los niveles de escolaridad con un índice mayor a la unidad están sobrerepresentados y los que tienen un índice menor a la unidad están subrepresentados. Los niveles de escolaridad j son de 0 a 5 años, 6 a 9, 10 a 12, 13 o más. En las figuras 1 se presentan los índices de representación de escolaridad por género para seis países de América Latina: Argentina, Brasil, Chile, Honduras, México y Perú. Como puede observarse, en los dos años que se analizan, en estos países los trabajadores con bajo nivel de escolaridad (0-9 años) se concentran en el sector informal. Las excepciones son: 1) los hombres en Brasil en el año 1990 y 2) los hombres y las mujeres en el caso de México. En este último caso, los índices de representación toman valores cercanos a la unidad. Los sectores informales de Argentina y Chile son los que tienen una mayor concentración relativa de trabajadores con bajo nivel de escolaridad en el sector informal. Además, ésta es mayor en el caso de las mujeres. A su vez, los sectores informales de Honduras y Perú son los de menor concentración relativa de trabajadores con bajo nivel de escolaridad en el sector informal y no existen Sistema de Información de Tendencias Educativas en América latina http://www.siteal.iipe-oei.org Pág. 2 grandes diferencias entre hombres y mujeres. En una situación intermedia se sitúan Brasil y México. La concentración de trabajadores de bajo nivel de escolaridad en el sector informal sugiere que las credenciales educativas pueden constituir una posible barrera a la entrada del sector formal. Es decir, es probable que los mayores requerimientos educativos del sector formal limiten la movilidad del sector informal al formal. Roubaud (1995, p.210) encuentra, en el caso de México, que los perfiles de la mano de obra para los sectores formal e informal casi no difieren salvo en los niveles de escolaridad. Por otra parte, en un estudio del sector informal en América Latina (López, Sierra y Henao 1987; citado por Roubaud 1995: p.211), se observa una tendencia a que las características de la fuerza laboral de ambos sectores sean similares con excepción de los niveles educativos y la edad de los trabajadores. En otro estudio (Llamas y Garro, 2003) encontramos que las diferencias en los atributos personales se presentan en capacitación, escolaridad y, en menor medida, en experiencia laboral. La concentración de los trabajadores menos educados en el sector informal de la economía tiene serias consecuencias para la reproducción de la desigualdad en nuestras sociedades. La evidencia muestra que el porcentaje de población ocupada capacitada aumenta con el nivel de escolaridad y que en el sector formal se capacita más que en el informal para cualquier nivel de escolaridad. Lo anterior significa que las oportunidades para sobreponerse a las desventajas de un bajo nivel educativo son reducidas pero éstas se reducen aún más si los trabajadores se incorporan al sector informal de la economía. Los patrones observados de educación y capacitación posterior a la incorporación al mercado laboral indican que la brecha entre los más y los menos educados crece durante la vida laboral (Llamas y Garro, 2003). Los trabajadores con menor nivel educativo son los que tienen menos posibilidades de recibir capacitación en el trabajo. A principios de la década pasada, en Estados Unidos y Alemania (OECD 1994: 119 y122) los trabajadores con estudios universitarios recibieron más capacitación, en una relación de entre cinco y cuatro veces más respectivamente, que los trabajadores con bajo nivel educativo. Además se observó que la inversión en capacitación y la mayor estabilidad en el empleo se refuerzan mutuamente; la menor rotación ocasiona que los empleadores sean menos renuentes a capacitar. En México, en la década 1 Profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, Ciudad de México. Sistema de Información de Tendencias Educativas en América latina http://www.siteal.iipe-oei.org Pág. 3 pasada, el sector formal capacitó tres veces más trabajadores que el informal. Además, en ambos sectores se capacitó casi el doble de trabajadores con educación superior (13 o más años de escolaridad) comparados con los que tienen nivel de secundaria (7-9 años de escolaridad) (Llamas y Garro 2002). Existen varias razones que explican la baja probabilidad de encontrar trabajadores capacitados con bajos niveles educativos. Primera, la desaparición relativa de oportunidades de hacer carrera de por vida en las empresas. Con ella, las oportunidades de capacitación se han distribuido más desigualmente que en el pasado. En un mundo en rápida transformación, el tiempo necesario para aprender nuevas competencias es más crítico, puesto que el horizonte temporal de las empresas es más corto; como resultado, si las competencias no pueden ser aprendidas rápidamente, no se enseñarán en el lugar de trabajo. Las empresas tienden a capacitar a quienes pueden hacerlo en forma rápida y barata; esto es, a quienes tienen niveles de educación más altos, porque a medida que la persona ha aprendido más, más fácil le será aprender (Thurow 1999: 145). Segunda, los menos educados tienen menos posibilidades de encontrar trabajo de base (empleo estable); es decir, presentan mayores niveles de rotación que los más educados. Un estudio de la OECD (1993: cap. 4) encontró que en Francia, Japón y los Estados Unidos, los trabajadores con mayores niveles educativos tienen mayor potencial de conseguir empleos estables que los menos educados. Por ello, los empleadores tendrían menores probabilidades de cosechar los beneficios de la capacitación de los trabajadores menos educados que de los más educados. Adicionalmente, los menos educados tendrían menores incentivos a participar en programas de capacitación ofrecidos por los empleadores si no esperan permanecer por mucho tiempo en la empresa. Tercera, el lento crecimiento de la demanda de trabajo formal en las economías menos desarrolladas en relación con el crecimiento de la población económicamente activa ocasiona que una fracción importante de los empleos se generen en el sector informal de la economía, en el cual se concentran los trabajadores de menores niveles educativos y las oportunidades de capacitación son pocas. La alta concentración de mujeres en el sector informal en los países de América Latina ha sido atribuida a tres factores (Pollack, 1993; Freije 2001). Primero, los aumentos en las tasas de matrícula escolar y en el promedio de años de escolaridad, los cuales ocasionaron un aumento en las tasas de participación laboral. Segundo, la caída en los ingresos familiares, debido a las crisis económicas propició un aumento en la oferta laboral de las mujeres (el efecto del Sistema de Información de Tendencias Educativas en América latina http://www.siteal.iipe-oei.org Pág. 4 trabajador adicional). Tercero, el aumento en la oferta laboral de las mujeres se observó en un contexto recesivo en varios países, lo que ocasionó una escasez de trabajos formales y que las mujeres se concentraran en el sector informal. El hecho de que las mujeres con menor nivel de escolaridad se concentren en el sector informal tiene serias consecuencias para el logro de la equidad por género. Estudios sobre los mercados laborales urbanos de El Salvador (Funkhouser 1997) y México (Gong y van Soest 2002) encuentran que la movilidad de los trabajadores del sector informal al formal es menor en las mujeres que los hombres. En el primer estudio no se encontraron evidencias definitivas que apoyaran la hipótesis de que el mercado laboral para los hombres se encuentra segmentado, mientras que la evidencia tiende a apoyar más la presencia de segmentación en el caso de las mujeres. En el segundo estudio los resultados también apoyan la hipótesis de segmentación del mercado laboral de las mujeres (Galli y Kucera 2003). Se encuentra que una vez que las mujeres se integran al sector informal de la economía, tienen una mayor probabilidad que los hombres de permanecer en dicho sector. Es decir, es como si estuvieran “atrapadas” en dicho sector. 2. Informalidad, bajo nivel de remuneraciones y precariedad En este inciso se muestran y analizan las distribuciones, por grupos de edad y género de tres grupos de trabajadores: los trabajadores del sector informal, los trabajadores ocupados que se encuentran en el 30% más bajo de la distribución de la remuneración horaria y los trabajadores asalariados precarios (sin protección de un sistema de previsión social). 2.1 Trabajadores en el sector informal, por grupos de edad y género En las gráficas 2 se muestra que al diferenciar por grupos de edad a los trabajadores informales resulta una curva en forma de U. Ello significa que tanto los hombres como las mujeres jóvenes (15-24 años) y adultos (50 años o más) tienen mayor representación en el sector informal de la economía. Además, es mayor la representación de las mujeres en el sector informal de la economía que la de los hombres. Es decir, la U que muestra las cifras de las mujeres está por Sistema de Información de Tendencias Educativas en América latina http://www.siteal.iipe-oei.org Pág. 5 arriba de la U que muestra las de los hombres; la excepción se presenta en Brasil para el grupo de mujeres de 15 a 24 y de 25 a 34 años de edad en el año 2001. Los sectores informales en los países en desarrollo generalmente absorben una gran proporción de los jóvenes que se integran por primera vez al mercado laboral. Los jóvenes que carecen de experiencia laboral y tienen un bajo nivel educativo muy probablemente inician sus actividades en el sector informal. Esta probabilidad aumenta significativamente en el caso de las mujeres. Por otro lado, el acceso limitado a un sistema de protección social causa que los trabajadores informales adultos no se puedan retirar y que permanezcan periodos prolongados en el mercado laboral. Estos hechos generan una curva en forma de U cuando se representa el porcentaje de trabajadores informales por grupos de edad. 2.2 Ocupados con el 30% más bajo de remuneración horaria La concepción de que los mercados laborales de los países en desarrollo están divididos en dos sectores uno formal y otro informal, generalmente, caracteriza al primero como de altos ingresos laborales y al segundo como de bajos ingresos laborales. Esta caracterización encuentra apoyo en los resultados que se presentan en este inciso. Cuando se divide por grupos de edad y género a los trabajadores de menores remuneraciones horarias, resulta una línea en forma de U--gráficas 3. Las curvas que se obtienen parecen una copia o repetición de las gráficas anteriores. Así, se tiene que en el grupo de trabajadores, hombres y mujeres, de menores niveles de remuneración se encuentran en mayor porcentaje relativo tanto los jóvenes como los adultos. Asimismo, se encuentra que para cualquier grupo de edad el porcentaje de mujeres es mayor que el de los hombres; es decir, la U que representa a las mujeres se encuentra por encima de la de los hombres. Un rasgo que persiste en los análisis de la informalidad es la brecha de ingresos laborales por género. Los estudios muestran que para iguales niveles de escolaridad, las mujeres ganan menos que los hombres en el sector informal. Ello se debe a varios factores (Freije 2001). Primero, la experiencia laboral afecta positivamente a los ingresos y las mujeres tienden a tener menos experiencia laboral que los hombres. Segundo, las mujeres se concentran en actividades de baja productividad. Tercero, existen diferenciales no explicados en los ingresos Sistema de Información de Tendencias Educativas en América latina http://www.siteal.iipe-oei.org Pág. 6 laborales de los hombres y mujeres en espera de más investigación que explique su persistencia. La evidencia acumulada muestra que los trabajadores asalariados tienen menores salarios y productividad que los formales (Freije 2001). Como resultado, la informalidad se asocia a pobreza y bajas remuneraciones. En un estudio previo (Hernández Laos, Garro y Llamas 2000) se muestra, para el caso de México, que en los años 1988, 1993 y 1996, el ingreso medio por hora trabajada que percibían los trabajadores en el sector formal urbano fue sistemáticamente mayor que en el sector informal urbano cuando se considera la posición en el trabajo, el tamaño de establecimiento y los niveles educativos2. Por su parte, Roubaud (1995: 249-50) encuentra, con base en datos de la Encuesta Nacional de Empleo Urbano del tercer trimestre 1987, que los ingresos promedio de los trabajadores del sector informal fueron alrededor de 40% menores a los que recibieron los trabajadores formales con los mismos atributos personales de educación, experiencia laboral, sexo3. Estimaciones recientes señalan la presencia de un diferencial salarial (o premio) a la formalidad de 16% en promedio en los ingresos laborales directos por hora trabajada para el periodo 1991-19994 (Llamas y Garro 2003). Este premio a la formalidad sugiere la presencia de líneas de espera de trabajadores del sector informal dispuestos a movilizarse al sector formal. Asimismo, su presencia probablemente refleja la existencia de límites a la movilidad de los trabajadores entre ambos sectores así como de distintos mecanismos de determinación de los ingresos laborales. Es probable que los procesos de trabajo del sector formal sean más complejos que los del informal. Mientras más complejos sean dichos procesos se requiere una fuerza laboral más competente y los empleadores incurren en mayores costos de reclutamiento y capacitación (Lay y Wiebelt 2001). Estos costos pueden inducir a los empleadores a establecer salarios mayores a los que prevalecen en el mercado como un mecanismo de retención de los trabajadores contratados y como un estímulo para que trabajen eficientemente5; lo anterior 2 Los autores definieron como población ocupada formal a la que contaba con alguna de las siguientes prestaciones: IMSS, ISSSTE o Seguro Social voluntario o facultativo. La población ocupada informal se definió como la que no cuenta con ninguna de las anteriores prestaciones. 3 Este autor consideró como trabajadores del sector informal a los que se encontraban ocupados en el sector no registrado de la economía. Con este criterio empírico de carácter jurídico se considera informales a los establecimientos productivos no registrados en las dependencias fiscales oficiales. 4 Los resultados son para la población ocupada de las áreas más urbanizadas controlando por variables personales y de mercado laboral. 5 Las teorías de los salarios de eficiencia (Lindbeck 1994: 36) postulan que los empleadores están dispuestos a pagar salarios mayores a los que fijaría un mercado laboral competitivo con el propósito Sistema de Información de Tendencias Educativas en América latina http://www.siteal.iipe-oei.org Pág. 7 limitaría la competencia para los trabajadores ya contratados y, probablemente, explica en parte la presencia del premio a la formalidad. En los años analizados, tal como lo señala la teoría, encontramos que el premio a la formalidad de los trabajadores capacitados (18.7%) es mayor que el de los no capacitados (15.1%) y, además, el premio a la formalidad de los trabajadores con mayores niveles de competencias—señalizadas por los niveles de escolaridad: media superior y superior—es mayor en los capacitados que en los no capacitados (Llamas y Garro 2003). Adicionalmente, es probable que los costos de rotación y despido generen “rentas” y poder de negociación a los trabajadores ya contratados en las empresas y los proteja de la competencia de los desempleados y de los trabajadores del sector informal.6 La mayor presencia de los jóvenes en este grupo de trabajadores de baja remuneración es probable que se deba a la poca experiencia laboral y al hecho de que se concentren en el sector informal de la economía en empleos de baja productividad. En el caso de los adultos, probablemente ello se deba a su concentración en el sector informal de la economía y al deterioro natural de sus competencias laborales. 2.3 Asalariados precarios por grupos de edad y género En las últimas tres décadas se han elaborado un gran número de estudios teóricos y empíricos que tratan de explicar la naturaleza, las características y el funcionamiento de los mercados informales. A pesar de la numerosa literatura sobre el tema, no existe una definición única. La definición varía entre investigadores dependiendo de los intereses de los mismos. Aunque no existe consenso en cómo diferenciar estos sectores, en general, los distintos enfoques que dividen las actividades del mercado laboral urbano en un sector formal y otro informal coinciden en que este último funciona al margen de la reglamentación, ya sea porque las unidades productivas necesitan aumentar la flexibilidad y reducir los costos de la mano de obra, o como resultado de una estrategia de sobrevivencia de los trabajadores en las de reclutar buenos trabajadores, disminuir los abandonos del trabajo o estimular a que los trabajadores tengan mejor desempeño. 6 Esta argumentación se desarrolla en las teorías basadas en los mecanismos de trabajadores ya contratados versus trabajadores en busca de empleo (insiders-outsiders; Lindbeck 1994: 37). La diferencia entre esta teoría y la de salarios de eficiencia reside en que en ésta la empresa tiene interés en no reducir salarios mientras que en la primera los trabajadores son los interesados en mantener su poder de negociación para conservar salarios por encima de los de mercado. Sistema de Información de Tendencias Educativas en América latina http://www.siteal.iipe-oei.org Pág. 8 economías con excedentes de mano de obra, o por lo inadecuado del sistema regulador gubernamental (Tokman 1990: 5; Roubaud 1995: cap.I). Así, una definición de sector informal alternativa a la que se presenta en la sección 2.1, es la que considera como trabajador informal al que no tiene protección social, que no recibe prestaciones. Este trabajador puede ser asalariado, por cuenta propia o trabajador familiar. Según esta definición, el trabajador informal carece de casi cualquier forma de protección social y está expuesto a los riesgos normales del trabajo. El no tener acceso a un sistema de pensiones le impide retirarse y lo obliga a permanecer en activo por un periodo más prolongado que el normal para el trabajador formal. En las gráficas 4 se presentan los asalariados precarios o asalariados que no están protegidos por un sistema de previsión social. Estos constituyen una parte del sector informal. Por ello, las gráficas tienen un comportamiento similar al comportamiento de las gráficas 2. En las gráficas 4 se muestra que al diferenciar por grupos de edad a los trabajadores asalariados precarios resulta una curva en forma de U. Ello significa que tanto los hombres como las mujeres jóvenes (15-24 años) y adultos (50 años o más) tienen mayor representación entre los asalariados precarios, con excepción de Perú. En este país, en el año 2000, el porcentaje de los hombres asalariados precarios disminuye con la edad. En términos generales, se puede observar que en tres países—Argentina, Brasil y Chile--es mayor la representación de las mujeres que la de los hombres y en dos países—México y Perú—dicha representación es menor. 3. Informalidad y desigualdad Existe una relación entre informalidad y desigualdad. El Banco InterAmericano de Desarrollo (1998), en un reporte sobre la desigualdad en América Latina estimó que el estar empleado en el sector formal o informal explica entre el 10 y el 25% de la desigualdad en el ingreso laboral. La relación entre informalidad y desigualdad de los ingresos laborales se debe a que el crecimiento del empleo en el sector informal se da en actividades de baja productividad. La desigualdad en la distribución de los ingresos laborales por hora trabajada entre los trabajadores de acuerdo a sus años de escolaridad se puede representar Sistema de Información de Tendencias Educativas en América latina http://www.siteal.iipe-oei.org Pág. 9 por el índice de Gini. Éste índice o coeficiente es una medida de concentración de un bien; por ejemplo, del ingreso, riqueza, años de escolaridad. El índice toma un valor de 0 cuando el bien —escolaridad o ingresos—se distribuye igualitariamente y de 1 cuando se concentra en manos de una persona (o muy pocas personas). El uso de este índice tiene dos propósitos. 1) Comparar distribuciones. Las comparaciones se pueden hacer, por ejemplo, con las distribuciones del ingreso de un mismo país en dos años distintos y analizar los cambios en la desigualdad. También se pueden hacer comparaciones de la distribución de un bien entre países (Atkinson 1975: 45). 2) El índice se utiliza para asignar una medida absoluta al grado de desigualdad o para dar una idea de si la desigualdad es “grande” o “pequeña”. En el cuadro 1 se presentan los coeficientes de Gini de los niveles de escolaridad y del ingreso por hora para el caso de México. Como puede observarse, la distribución de la escolaridad en la población ocupada remunerada es menos desigual que la distribución de los ingresos laborales por hora trabajada. Asimismo, las distribuciones de los años de escolaridad y de los ingresos por hora son menos desiguales en el sector formal de la economía que en el informal. Los índices aumentan por lo general en los primeros cuatro años de estudio y declinan en el último. Esta tendencia es consistente con lo observado en el análisis de los diferenciales de ingreso por nivel educativo de los trabajadores. Cuadro 1 México. Índices de Gini de los años de escolaridad y del ingreso por hora Escolaridad Ingreso por hora Total Formal Informal Total Formal Informal 1991 0.262 0.231 0.301 0.492 0.474 0.525 1993 0.252 0.226 0.284 0.485 0.472 0.499 1995 0.312 0.269 0.350 0.514 0.493 0.533 1997 0.335 0.282 0.374 0.550 0.542 0.550 1999 0.286 0.244 0.324 0.476 0.450 0.499 Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de la Encuesta Nacional de Empleo, Módulo de Capacitación y Educación (ENECE), 1991, 1993, 1995, 1997 y 1999. Los índices cambian en la misma dirección y están positivamente correlacionados. No obstante la presencia de tales relaciones, existen límites al efecto de las políticas educativas como mecanismo para combatir la desigualdad. Sistema de Información de Tendencias Educativas en América latina http://www.siteal.iipe-oei.org Pág. 10 La expansión del sistema educativo y el aumento del logro escolar por sí mismos no incrementan las posibilidades de que los trabajadores encuentren empleo. Además, una vez que los trabajadores encuentran un empleo intervienen otras fuerzas que influyen en la distribución de los ingresos laborales (Llamas 1989: 104): a) las características personales —sexo, edad, estado civil, experiencia laboral, actitudes— y b) la posición que ocupan en la división social del trabajo — supervisados, supervisores, gerentes, directores—. Específicamente, una política de expansión del sistema educativo debe estar asociada a una política activa de empleo. Los mayores ingresos y productividad de los trabajadores con mayores niveles de escolaridad sólo se manifiestan cuando éstos tienen un empleo. A su vez, las oportunidades de empleo dependen del crecimiento de las actividades económicas. Los índices de desigualdad de las distribuciones de los años de escolaridad y del ingreso laboral están positivamente correlacionados. Ello sugiere que la escolaridad es uno de los principales determinantes del ingreso de los trabajadores. Pero aunque las credenciales educativas ayudan a quienes las poseen a colocarse en el mercado de trabajo, ello no significa necesariamente que elevando los niveles de escolaridad de la población aumente el ingreso real de los trabajadores y mejore la distribución del ingreso. Estos resultados también dependen de los factores que determinan la demanda de trabajadores por parte de los empleadores. Específicamente, el efecto de la escolaridad en el ingreso laboral depende de la acumulación de los otros factores productivos —por ejemplo, de la disponibilidad de capital físico y de las técnicas de producción— que determinan las posibilidades de empleo, los niveles de productividad e ingresos de los trabajadores. 3. Conclusiones En este ensayo se revisaron algunas relaciones entre informalidad, edad y educación. Algunas de las preguntas pendientes son: ¿qué políticas educativas se pueden proponer para reducir el número de trabajadores informales que desean salir de su situación de informalidad? ¿Cómo se puede reducir el grado de vulnerabilidad de aquellos que permanecerán en la informalidad en un futuro predecible? Las propuestas de política se pueden dividir en políticas económicas y políticas sociales. Sistema de Información de Tendencias Educativas en América latina http://www.siteal.iipe-oei.org Pág. 11 La política económica de los países latinoamericanos debe estar orientada a elevar los niveles de acumulación de capital físico y humano para alcanzar un crecimiento sostenido. Los mayores niveles de escolaridad de la población sólo se traducirán en aumentos en productividad e ingresos laborales si cuentan con los recursos complementarios que se necesitan para desplegar su potencial productivo. La acumulación de capital físico y la incorporación de nuevas tecnologías son elementos indispensables para satisfacer las expectativas de quienes se educan y requieren de oportunidades formales de trabajo. El sector informal de la economía es un rasgo estructural de las economías en desarrollo. Éste no tiende a desaparecer; al contrario, parece crecer con el paso del tiempo. Por ello, se necesita el diseño de políticas económicas que apoyen la capacidad de generar nuevos empleo formales, tales como políticas de crédito a los micronegocios, de capacitación para la creación, organización y manejo administrativos de micronegocios. La política social debe integrar a los trabajadores informales. Existe evidencia de que son las empresas formales las que más capacitan a sus trabajadores de manera institucional en y fuera del lugar de trabajo, mientras que el sector informal casi no capacita a los trabajadores. El acceso de los trabajadores informales, con niveles de escolaridad por encima del umbral mínimo para capacitarse, a programas de capacitación general es fundamental para que adquieran las competencias y habilidades laborales que se necesitan en el mercado de trabajo. Ello les permitirá obtener mejores oportunidades de empleo. Los trabajadores informales de bajo nivel de escolaridad necesitan elevar su nivel como condición necesaria para capacitarse. Por ello, se les debe facilitar el acceso a los servicios educativos para que puedan acreditar los niveles primario y secundario. Sistema de Información de Tendencias Educativas en América latina http://www.siteal.iipe-oei.org Pág. 12 Gráfica 1 Argentina. Sector informal. Índice de representación de escolaridad por género. 1990 y 2000 2 1,8 1,6 Índice 1,4 1,2 1 0,8 0,6 0,4 0,2 0 0a5 6a9 10 a 12 13 o más Años de escolaridad Hombres.1990 Hombres.2000 Mujeres.2000 Índice de igualdad Mujeres.1990 Brasil. Sector informal. Índice de representación de escolaridad por género. 1990 y 2001 2 1,8 1,6 Índice 1,4 1,2 1 0,8 0,6 0,4 0,2 0 0a5 6a9 10 a 12 13 o más Años de escolaridad Hombres.1990 Hombres.2001 Mujeres.2001 Índice de igualdad Sistema de Información de Tendencias Educativas en América latina http://www.siteal.iipe-oei.org Mujeres.1990 Pág. 13 Chile. Sector informal. Índice de representación de escolaridad por género. 1990 y 2000 2 1,8 Índice 1,6 1,4 1,2 1 0,8 0,6 0,4 0,2 0 0a5 6a9 10 a 12 13 o más Años de escolaridad Hombres.1990 Hombres.2000 Mujeres.2000 Índice de igualdad Mujeres.1990 Honduras. Sector informal. Índice de representación de escolaridad por género. 1990 y 2001 2 1,8 1,6 Índice 1,4 1,2 1 0,8 0,6 0,4 0,2 0 0a5 6a9 10 a 12 13 o más Años de escolaridad Hombres.1990 Hombres.2001 Mujeres.2001 Índice de igualdad Sistema de Información de Tendencias Educativas en América latina http://www.siteal.iipe-oei.org Mujeres.1990 Pág. 14 México. Sector informal. Índice de representación de escolaridad por género. 1992 y 2000 2 1,8 1,6 Índice 1,4 1,2 1 0,8 0,6 0,4 0,2 0 0a5 6a9 10 a 12 13 o más Años de escolaridad Hombres.1992 Hombres.2000 Mujeres.2000 Índice de igualdad Mujeres.1992 Perú. Sector informal. Índice de representación de escolaridad por género. 1997 y 2000 2 1,8 1,6 Índice 1,4 1,2 1 0,8 0,6 0,4 0,2 0 0a5 6a9 10 a 12 13 o más Años de escolaridad Hombres.1997 Hombres.2000 Mujeres.2000 Índice de igualdad Mujeres.1997 Fuente: SITEAL, 2003 Sistema de Información de Tendencias Educativas en América latina http://www.siteal.iipe-oei.org Pág. 15 Grafica 2 Argentina. Trabajadores en el sector inform al, por grupos de edad y género. 2000 (Porcentajes) 70 70 60 60 50 50 Pordentajes Pordentajes Argentina. Trabajadores en el sector inform al, por grupos de edad y género. 1990 (Porcentajes) 40 30 20 10 30 20 10 0 0 15-24 25-34 35-49 50 o más 15-24 25-34 35-49 50 o más Grupos de edad Grupos de edad Hombres Hombres Mujeres 70 60 60 50 50 Pordentajes 70 40 30 20 Mujeres Brasil. Trabajadores en el sector inform al, por grupos de edad y género. 2001 (Porcentajes) Brasil. Trabajadores en el sector inform al, por grupos de edad y género. 1990 (Porcentajes) Pordentajes 40 40 30 20 10 10 0 0 15-24 25-34 35-49 50 o más 15-24 25-34 35-49 Grupos de edad Grupos de edad Hombres Hombres Mujeres Sistema de Información de Tendencias Educativas en América latina http://www.siteal.iipe-oei.org 50 o más Mujeres Pág. 16 Chile. Trabajadores en el sector informal, por grupos de edad y género. 2000 (Porcentajes) 70 70 60 60 50 50 Pordentajes Pordentajes Chile. Trabajadores en el sector inform al, por grupos de edad y género. 1990 (Porcentajes) 40 30 20 40 30 20 10 10 0 15-24 25-34 35-49 0 50 o más 15-24 Grupos de edad Hombres 35-49 50 o más Grupos de edad Mujeres Hombres 70 60 60 50 50 Pordentajes 70 40 30 20 Mujeres Honduras. Trabajadores en el sector inform al, por grupos de edad y género. 2001 (Porcentajes) Honduras. Trabajadores en el sector inform al, por grupos de edad y género. 1990 (Porcentajes) Pordentajes 25-34 40 30 20 10 10 0 0 15-24 25-34 35-49 50 o más 15-24 25-34 35-49 Grupos de edad Grupos de edad Hombres Hombres Mujeres Sistema de Información de Tendencias Educativas en América latina http://www.siteal.iipe-oei.org 50 o más Mujeres Pág. 17 México. Trabajadores en el sector inform al, por grupos de edad y género. 2000 (Porcentajes) 70 70 60 60 50 50 Pordentajes Pordentajes México. Trabajadores en el sector inform al, por grupos de edad y género. 1992 (Porcentajes) 40 30 20 10 30 20 10 0 0 15-24 25-34 35-49 50 o más 15-24 25-34 35-49 Grupos de edad Grupos de edad Hombres Hombres Mujeres Perú. Trabajadores en el sector inform al, por grupos de edad y género. 1997 (Porcentajes) 70 70 60 60 50 50 40 30 20 10 50 o más Mujeres Perú. Trabajadores en el sector inform al, por grupos de edad y género. 2000 (Porcentajes) Pordentajes Pordentajes 40 40 30 20 10 0 0 15-24 25-34 35-49 50 o más 15-24 25-34 35-49 Grupos de edad Grupos de edad Hombres Hombres Mujeres 50 o más Mujeres Fuente: SITEAL, 2003 Sistema de Información de Tendencias Educativas en América latina http://www.siteal.iipe-oei.org Pág. 18 Gráfica 3 A rge nt ina . O c upa do s c o n e l 3 0 % m á s ba jo de re m une ra c ió n ho ra ria . 1 9 9 0 ( P o rc e nt a je s ) A rge nt ina . O c upa do s c o n e l 3 0 % m á s ba jo de re m une ra c ió n ho ra ria . 2 0 0 0 ( P o rc e nt a je s ) 60 60 50 50 40 40 30 30 20 20 10 10 0 0 15-24 25-34 35-49 15-24 50 o más Ho mbres 25-34 35-49 50 o más Gr up o s d e ed ad Gr up o s d e ed ad Ho mbres M ujeres M ujeres B ra s il. O c upa do s c o n e l 3 0 % m á s ba jo de re m une ra c ió n ho ra ria . 1 9 9 0 ( P o rc e nt a je s ) B ra s il. O c upa do s c o n e l 3 0 % m á s ba jo de re m une ra c ió n ho ra ria . 2 0 0 1 ( P o rc e nt a je s ) 60 60 50 50 40 40 30 30 20 20 10 10 0 0 15-24 25-34 35-49 50 o más 15-24 Ho mbres 25-34 35-49 50 o más G r up o s d e ed ad Gr up o s d e ed ad M ujeres Ho mbres M ujeres C hile . O c upa do s c o n e l 3 0 % m á s ba jo de re m une ra c ió n ho ra ria . 1 9 9 0 ( P o rc e nt a je s ) C hile . O c upa do s c o n e l 3 0 % m á s ba jo de re m une ra c ió n ho ra ria . 2 0 0 0 ( P o rc e nt a je s ) 60 60 50 50 40 40 30 30 20 20 10 10 0 0 15-24 25-34 35-49 50 o más 15-24 G r up o s d e ed ad Ho mbres M ujeres Sistema de Información de Tendencias Educativas en América latina http://www.siteal.iipe-oei.org 25-34 35-49 50 o más G r up o s d e ed ad Ho mbres M ujeres Pág. 19 H o ndura s . O c upa do s c o n e l 3 0 % m á s ba jo de re m une ra c ió n ho ra ria . 1 9 9 0 ( P o rc e nt a je s ) H o ndura s . O c upa do s c o n e l 3 0 % m á s ba jo de re m une ra c ió n ho ra ria . 2 0 0 1 ( P o rc e nt a je s ) 60 60 50 50 40 40 30 30 20 20 10 10 0 0 15-24 25-34 35-49 15-24 50 o más Ho mbres 25-34 35-49 50 o más G r up o s d e ed ad Gr up o s d e ed ad M ujeres Ho mbres M ujeres M é xic o . O c upa do s c o n e l 3 0 % m á s ba jo de re m une ra c ió n ho ra ria . 1 9 9 2 ( P o rc e nt a je s ) M é xic o . O c upa do s c o n e l 3 0 % m á s ba jo de re m une ra c ió n ho ra ria . 2 0 0 0 ( P o rc e nt a je s ) 60 60 50 50 40 40 30 30 20 20 10 10 0 0 15-24 25-34 35-49 15-24 50 o más G r up o s d e ed ad Ho mbres 25-34 35-49 50 o más G r up o s d e ed ad Ho mbres M ujeres M ujeres P e rú. O c upa do s c o n e l 3 0 % m á s ba jo de re m une ra c ió n ho ra ria . 1 9 9 7 ( P o rc e nt a je s ) P e rú. O c upa do s c o n e l 3 0 % m á s ba jo de re m une ra c ió n ho ra ria . 2 0 0 0 ( P o rc e nt a je s ) 60 60 50 50 40 40 30 30 20 20 10 10 0 0 15-24 25-34 35-49 50 o más 15-24 G r up o s d e ed ad Ho mbres M ujeres 25-34 35-49 50 o más Gr up o s d e ed ad Ho mbres M ujeres Fuente: SITEAL, 2003 Sistema de Información de Tendencias Educativas en América latina http://www.siteal.iipe-oei.org Pág. 20 Gráfica 4 A rge nt ina . A s a la ria do s pre c a rio s po r grupo s de e da d y gé ne ro . 1 9 9 0 ( P o rc e nt a je s ) A rge nt ina . A s a la ria do s pre c a rio s po r grupo s de e da d y gé ne ro . 2 0 0 0 ( P o rc e nt a je s ) 90 90 70 70 50 50 30 30 10 -10 10 15-24 25-34 35-49 50 o más -10 15-24 Gr up o s d e ed ad Ho mbres 25-34 35-49 50 o más Gr up o s d e ed ad Ho mbres M ujeres M ujeres B ra s il. A s a la ria do s pre c a rio s po r grupo s de e da d y gé ne ro . 1 9 9 0 ( P o rc e nt a je s ) B ra s il. A s a la ria do s pre c a rio s po r grupo s de e da d y gé ne ro . 2 0 0 1 ( P o rc e nt a je s ) 90 90 70 70 50 50 30 30 10 10 -10 15-24 25-34 35-49 50 o más -10 15-24 Ho mbres M ujeres C hile . A s a la ria do s pre c a rio s po r grupo s de e da d y gé ne ro . 1 9 9 0 ( P o rc e nt a je s ) Ho mbres 90 70 70 50 50 30 30 10 10 15-24 25-34 35-49 50 o más -10 G r up o s d e ed ad Ho mbres 35-49 50 o más M ujeres C hile . A s a la ria do s pre c a rio s po r grupo s de e da d y gé ne ro . 2 0 0 0 ( P o rc e nt a je s ) 90 -10 25-34 G r up o s d e ed ad G r up o s d e ed ad M ujeres Sistema de Información de Tendencias Educativas en América latina http://www.siteal.iipe-oei.org 15-24 25-34 35-49 50 o más Gr up o s d e ed ad Ho mbres M ujeres Pág. 21 M é xic o . A s a la ria do s pre c a rio s po r grupo s de e da d y gé ne ro . 1 9 9 2 ( P o rc e nt a je s ) M é xic o . A s a la ria do s pre c a rio s po r grupo s de e da d y gé ne ro . 2 0 0 0 ( P o rc e nt a je s ) 90 90 70 70 50 50 30 30 10 10 -10 -10 15-24 25-34 35-49 50 o más 15-24 Ho mbres 25-34 35-49 50 o más G r up o s d e ed ad G r up o s d e ed ad M ujeres P e rú. A s a la ria do s pre c a rio s po r grupo s de e da d y gé ne ro . 1 9 9 7 ( P o rc e nt a je s ) Ho mbres P e rú. A s a la ria do s pre c a rio s po r grupo s de e da d y gé ne ro . 2 0 0 0 ( P o rc e nt a je s ) 100 90 80 70 60 M ujeres 50 40 30 20 10 0 15-24 25-34 35-49 50 o más -10 Gr up o s d e ed ad Ho mbres M ujeres 15-24 25-34 35-49 50 o más Gr up o s d e ed ad Ho mbres M ujeres Fuente: SITEAL, 2003 Sistema de Información de Tendencias Educativas en América latina http://www.siteal.iipe-oei.org Pág. 22 Bibliografía > Atkinson, A. B. (1975) The Economics of Inequality. Oxford: Oxford University Press. > Freije, S. (2001) Informal Employment in Latin America and the Caribbian: Causes, Consequences and Policy Recommendations. Venezuela: Instituto de Estudios Superiores de Administración. > Funkhouser, E. (1997) “Mobility and labor market segmentation: the urban labor market in El Salvador,” en Economic Development and Cultural Change, Vol. 46, No. 1. > Galli, R. y Kucera, D. (2003) Informal employment in Latin America: Movements over business cycles and the effects of worker rights. 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Sistema de Información de Tendencias Educativas en América latina http://www.siteal.iipe-oei.org Pág. 24 ¿Qué es el SITEAL? El Sistema de Información de Tendencias Educativas en América Latina (SITEAL) es un programa que desarrollan en forma conjunta el Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación - Buenos Aires (IIPE - UNESCO, Sede Regional Buenos Aires) y la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI). Este Programa comenzó a funcionar a comienzos del año 2003. Los objetivos del programa son: - Producir, sistematizar y analizar información cuantitativa y cualitativa orientada a la toma de decisiones - Transferir la información a la comunidad de interés: decisores políticos, académicos, técnicos, docentes, estudiantes, periodistas, etc. El SITEAL está orientado a monitorear la inequidad en el acceso y en los logros educativos de la población, así como el impacto de la educación en la calidad de vida de las familias y en la dinámica social. En su primera etapa, el Programa se concentrará en la producción y análisis de información proveniente de las Encuestas a Hogares que se implementan en casi todos los países de la región, ya que esta fuente, por su periodicidad y cobertura temática, posibilita diagnosticar la situación y la evolución de la relación entre educación y sociedad. Esta iniciativa busca aportar un mayor conocimiento sobre la situación social y educativa de la región, como contribución al fortalecimiento de las políticas educativas ante el desafío de garantizar una educación de calidad para todos. Sistema de Información de Tendencias Educativas en América latina http://www.siteal.iipe-oei.org Pág. 25