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Los efectos de la política monetaria sobre la industria. Evidencia empírica para el caso español Carlos J. Rodríguez Fuentes Departamento de Economía Aplicada Universidad de La Laguna e-mail: cjrodrig@ull.es David Padrón Marrero Departamento de Economía Aplicada Universidad de La Laguna e-mail: dpadron@ull.es Resumen El propósito de este trabajo es el de analizar la existencia de asimetrías sectoriales en la transmisión de la política monetaria en España en el período inmediatamente anterior (1988-1998) a la puesta en marcha de la política monetaria única. Para ello, en primer lugar se identifican los shocks de política monetaria por medio de la estimación de un modelo vectorial auto-regresivo (shock-VAR) y la especificación de una función de reacción (shock-FR) para la autoridad monetaria en España. A continuación, se analizan las respuestas de las distintas ramas industriales ante los shocks monetarios estimados, tanto al nivel de secciones como de sub-secciones de la contabilidad nacional. Los resultados de nuestras estimaciones confirman la existencia de importantes diferencias en las respuestas sectoriales ante los shocks monetarios nacionales en España entre 1988 y 1998. Asimismo, las asimetrías sectoriales encontradas en este trabajo guardan una cierta relación con las asimetrías regionales encontradas en otro trabajo anterior (Rodríguez Fuentes et al. 2004), pues la clasificación que resulta al ordenar las regiones españolas a partir de la sensibilidad de las distintas ramas industriales que componen su VAB industrial en 1998 muestra una correlación elevada con la ordenación de la regiones a partir de su sensibilidad ante los shocks monetarios nacionales. Palabras clave: política monetaria; efectos sectoriales; modelos vectoriales auto-regresivos; funciones de reacción Area temática: economía española y europea 1. Introducción. Tradicionalmente, el análisis del mecanismo de transmisión de la política monetaria se ha enfocado desde una perspectiva agregada, de modo que su interés se ha centrado, fundamentalmente, en el estudio del impacto de las actuaciones de la autoridad monetaria sobre los niveles de producción y precios de la economía nacional. Sin embargo, en la última década hemos asistido a una creciente proliferación de trabajos que se interesan por el estudio de las asimetrías que podrían aparecer en la transmisión de los shocks monetarios nacionales, ya sea entre las distintas regiones que componen la economía nacional (asimetrías regionales), o entre sus respectivos sectores productivos (asimetrías sectoriales). Seguramente, buena parte de esta literatura viene motivada por la pérdida de soberanía monetaria que experimentaron los países que actualmente forman parte de la zona euro, que al haberse convertido en regiones de la eurozona y, de ese modo, haber perdido irreversiblemente su “identidad monetaria nacional”, empiezan a evidenciar un gran interés por el estudio de las repercusiones regionales de la política monetaria del Banco Central Europeo (Rodríguez Fuentes 2005: 5-7). Asimismo, el creciente interés por el estudio de las asimetrías sectoriales en la transmisión de la política monetaria se ha visto estimulado por la previsión de que, al promover procesos de especialización regional, el establecimiento de una moneda única en la Unión Europea (UE) convertiría los shocks sectoriales en verdaderos shocks regionales (Krugman y Venables 1996), lo cual acarrearía la aparición de tensiones regionales en el proceso de integración europeo.1 Esta previsión, además, ha encontrado cierto respaldo empírico en los trabajos que resaltan la importancia de las diferencias en la estructura productiva regional en la explicación de las diferentes respuestas regionales antes los impulsos de política monetaria nacional (véase, entre otros, Carlino y DeFina 1996, 1998a, 1998b y 1999, Guiso et al. 1999 y Arnold, 2001). 1 No obstante, esta hipótesis ha sido cuestionada por otros autores, que señalan que la conformación de una unión monetaria también refuerza el comercio bilateral entre sus miembros, lo cual se traducirá en mayores niveles de correlación en sus respectivos ciclos, y una menor probabilidad padecer shocks asimétricos (Frankel y Rose 1998). 2 El presente trabajo se sitúa en esta última línea de investigación, pues no sólo tiene por finalidad el análisis de las asimetrías sectoriales en la transmisión de los shocks monetarios nacionales en España, sino que también pretende explorar las posibles relaciones que existen entre los shocks sectoriales estimados en este trabajo con los shocks regionales estimados en un trabajo anterior (Rodríguez Fuentes et al. 2004). El trabajo se ha estructurado en cuatro epígrafes, además de esta introducción y del correspondiente apartado de conclusiones. En el segundo epígrafe se ofrece un breve repaso de la literatura empírica que se ha ocupado del estudio de las asimetrías sectoriales en la transmisión de la política monetaria. A continuación, en el tercer y cuarto epígrafe se estudian las respuestas de los distintos sectores que componen la industria en España ante los shocks de política monetaria entre los años 1988 y 1998. En concreto, en el epígrafe tercero se estiman los shocks de política monetaria en España. Como se sabe, la estimación de los shocks monetarios constituye un paso crucial en cualquier trabajo que pretenda analizar los efectos de la política monetaria, en la medida en que las correlaciones observadas entre los tipos de interés, el output y los precios pueden ser debidas a un proceso de causación inversa, por lo que su componente exógeno (shocks monetarios) debe ser aislado de su respuesta endógena. En línea con gran parte de la literatura empírica reciente sobre el mecanismo de transmisión monetaria, en nuestro trabajo emplearemos la modelización VAR para identificar dichos shocks. No obstante, y con el propósito de contrastar la robustez de los resultados obtenidos en las modelizaciones VAR, en nuestro trabajo también estimaremos una función de reacción para el Banco de España, a partir de la cual los shocks monetarios serán identificados como las variaciones en los tipos de interés no explicadas por la regla de política monetaria estimada, lo cual constituye, en nuestra opinión, una novedad en la literatura empírica existente. Por su parte, en el cuarto epígrafe se estudia la respuesta de la producción industrial (a nivel de sección y subsección) ante los shocks de política monetaria estimados en el epígrafe anterior. En línea con la evidencia empírica disponible para otros países, los resultados obtenidos en nuestro trabajo confirman la existencia de importantes diferencias en las respuestas sectoriales ante los shocks monetarios nacionales en España. Además, las asimetrías sectoriales encontradas en este apartado guardan una cierta relación con 3 las asimetrías regionales encontradas en otro trabajo anterior (Rodríguez Fuentes et al. 2004), pues la clasificación que resulta al ordenar las regiones españolas a partir de la sensibilidad de las distintas ramas industriales (asimetrías sectoriales) que componen sus respectivos VAB industriales muestra una elevada correlación con la ordenación que se obtiene utilizando su sensibilidad ante los shocks monetarios nacionales (asimetrías regionales). 2. Asimetría sectoriales en la transmisión de la política monetaria: breve revisión de la literatura empírica. La revisión de los trabajos que se han ocupado de estudiar, desde un punto de vista empírico, los efectos sectoriales de la política monetaria, nos permite extraer tres importantes conclusiones. En primer lugar, el predominio de la modelización VAR como técnica econométrica para la identificación de los shocks monetarios. En segundo lugar, que la estrategia seguida para valorar el grado de heterogeneidad en la respuesta sectorial consiste en la estimación de un modelo VAR para cada uno de los sectores considerados, lo cual conduce a estimar tantas funciones de reacción como sectores se consideren (lo cual resulta difícil de justificar) y, consecuentemente, la obtención de series de shocks monetarios distintos2 para cada uno de los sectores considerados (lo que complica notablemente la validez de las comparaciones intersectoriales). Por último, en la mayoría de los trabajos se suelen incorporar en el vector de variables endógenas tanto variables nacionales (nivel de producción y precios) como sectoriales (normalmente, la producción, aunque en ocasiones también se incluye algún indicador de precios), siendo lo más frecuente que los agregados nacionales se posicionen antes de la variable instrumental de política monetaria, mientras que las variables sectoriales aparecen después de esta última (véase, por ejemplo, Ganley y Salmon 1997 y Dedola y Lippi 2000 y 2005). Por ello, y debido al empleo de métodos de identificación recursivos (del “tipo Cholesky”) para la 2 De hecho, y aunque la autoridad monetaria tuviera en consideración a la hora de adoptar decisiones de política monetaria la situación de cada sector, es evidente que el resultado de su deliberación será el mismo para todos, por lo que el shock monetario es siempre común para todos los sectores, independientemente de que su efecto sobre la trayectoria de cada sector pudiera variar. 4 obtención de los shocks estructurales a partir de la estimación del modelo VAR en forma reducida, en estos modelos se asume implícitamente el supuesto de que los shocks monetarios no tienen un impacto contemporáneo sobre los agregados nacionales (producción y precios), aunque sí sobre las variables sectoriales, lo cual podría interpretarse como una inconsistencia del modelo.3 Este tipo de análisis es el que se emplea, por ejemplo, en el trabajo de Ganley y Salmon (1997), que estudia la respuesta de distintos sectores productivos ante los shocks de política monetaria en el Reino Unido. En concreto, en este trabajo se estiman 24 modelos VAR (uno para cada uno de los sectores considerados) en los que se incorporan, como variables endógenas, un tipo de interés a corto plazo, el PIB real del Reino Unido y su deflactor implícito y, en último lugar, el índice de producción del sector analizado en cada caso. El método de identificación empleado es el de Cholesky, con las variables ordenadas tal y como fueron presentadas antes. Los resultados del trabajo apuntan a que las medidas de política monetaria implementadas por el Banco de Inglaterra han tenido un impacto sectorial diferenciado. En concreto, el sector de la construcción y, en menor medida, el sector manufacturero, presentan una mayor y más rápida respuesta ante los shocks monetarios nacionales. Además, los autores encuentran una gran variabilidad en la respuesta de cada una de las ramas que conforman el sector de manufacturas, de tal forma que mientras algunas de ellas presentan una respuesta muy débil, otras, fundamentalmente las industrias tradicionales, presentan una respuesta muy pronunciada. Los resultados de Hayo y Uhlenbrock (2000) también apuntan hacia la existencia de importantes diferencias sectoriales en las respuestas ante los shocks monetarios nacionales en la Alemania Occidental. En concreto, estos autores encuentran que, aproximadamente la mitad de las ramas analizadas, muestran una respuesta diferente de la respuesta media del sector. 3 No obstante, Dedola y Lippi (2005: 1551) señalan que, como el parámetro estimado asociado a la respuesta contemporánea de la producción sectorial ante el shock monetario no es significativamente distinto de cero, tal inconsistencia no resultaría relevante en su modelo. 5 Por su parte, Dedola y Lippi (2000 y 2005) estudian las respuestas de la producción industrial en cinco países de la OCDE ante los shocks monetarios no anticipados. En concreto, estos autores estudian la respuesta de la producción de 21 ramas industriales en Alemania, Francia, Estados Unidos, Italia y el Reino Unido, empleando para ello una especificación común en los modelos VAR estimados. Los resultados de estos trabajos señalan que las diferencias entre las respuestas sectoriales (ante los shocks monetarios) son mucho mayores que las encontradas entre los distintos países. Además, al estudiar si la heterogeneidad sectorial observada en las respuestas ante los shocks monetarios nacionales se debe más a factores relacionados con el propio sector (industry-specific) o a otros de carácter nacional (country-specific), los autores concluyen que las respuestas sectoriales son similares entre los distintos países considerados. En concreto, sus resultados muestran que el impacto de los shocks monetarios es mayor en las industrias productoras de bienes duraderos (durable goods), que tienen mayores exigencias de capital circulante (working capital) y una menor capacidad de endeudamiento (smaller borrowing capacity) (Dedola y Lippi, 2005: 1565). Tal y como hemos señalado al principio de este epígrafe, en la mayor parte de la literatura empírica que analiza los efectos sectoriales de la política monetaria se suele estimar un modelo VAR para cada uno de los sectores considerados, al tiempo que se supone que los shocks monetarios no tienen un impacto contemporáneo sobre los agregados nacionales aunque sí sobre las variables sectoriales, lo cual podría interpretarse como una inconsistencia del modelo. Para intentar solventar esta inconsistencia se han propuesto diversas alternativas. Así, por ejemplo, Raddatz y Rigobon (2003) proponen estimar un único modelo VAR nacional, en el que la producción nacional es sustituida por la producción de cada uno de los sectores analizados. De esta forma los autores logran sortear el obstáculo que significa asumir la existencia de shocks diferentes para cada uno de los sectores productivos contemplados. Además, al emplear un método de identificación no recursivo, superan la inconsistencia que significa suponer que las actuaciones política monetaria tienen un impacto contemporáneo sobre la actividad sectorial, pero no sobre la actividad agregada. Aún así, los resultados obtenidos por Raddatz y Rigobon 6 (2003) también sugieren la existencia de importantes asimetrías sectoriales en las respuestas de las distintas ramas industriales de la economía estadounidense ante los shocks de política monetaria nacional, siendo los bienes de consumo duradero y la inversión residencial los sectores que muestran una mayor respuesta ante los mismos. Ahora bien, la alternativa sugerida por Raddatz y Rigobon (2003) no está exenta de inconvenientes, pues la plena identificación de los parámetros estructurales de su modelo requiere de la imposición de numerosos supuestos. Además, el elevado número de parámetros a estimar ocasiona una importante merma en los grados de libertad, cuestión especialmente delicada cuando trabajamos con series temporales cortas. Por su parte, Peersman y Smets (2002) proponen una estrategia en dos etapas para valorar el grado de asimetría sectorial en la transmisión monetaria en la zona euro. En la primera etapa se llevaría a cabo la extracción de los shocks monetarios a partir de la estimación de un modelo VAR para el conjunto del área euro. En una segunda etapa, tratan de explicar el comportamiento de la producción sectorial en base a su comportamiento pasado y los shocks monetarios estimados en el paso anterior, que al haberse extraído del modelo VAR para el conjunto de la eurozona, son iguales para cada uno de los sectores considerados. Esta estrategia (Peersman y Smets 2002) es la que precisamente seguiremos en nuestro trabajo, si bien como novedad la estimación de los shocks monetarios nacionales también la abordaremos a través de la especificación de una función de reacción para el Banco de España. 3. Identificación de los shocks monetarios: modelos VAR y funciones de reacción. Como ya hemos señalado con anterioridad, la identificación de los shocks monetarios se ha realizado mediante la especificación de un modelo VAR, así como también a través de la estimación de una función de reacción para el Banco de España, constituyendo esta segunda alternativa, en nuestra opinión, una cierta novedad en el 7 contexto de la literatura empírica sobre las asimetrías sectoriales en la transmisión de la política monetaria. A continuación se detalla la especificación y procedimiento de estimación tanto del modelo VAR como de la función de reacción empleada en nuestro trabajo. 3.1. Modelo VAR La representación general del modelo VAR que hemos escogido para identificar los shocks de política monetaria inducidos por el Banco de España es la siguiente: ⎡X t ⎤ ⎡A(L) B(L) ⎤ ⎡X t −1 ⎤ ⎡a b ⎤ ⎡e Xt ⎤ ⎢ Y ⎥ = ⎢ C( L ) D ( L ) ⎥ ⎢ Y ⎥ + ⎢ c d ⎥ ⎢ Y ⎥ ⎦ ⎣e t ⎦ ⎦ ⎣ t −1 ⎦ ⎣ ⎣ t⎦ ⎣ (1) donde Yt es el vector de variables endógenas del sistema, todas ellas referidas al conjunto de la economía nacional, entre las que se incluyen, por este orden, el índice de producción industrial nacional (IPI), el índice de precios al consumo nacional (IPC), el tipo de interés interbancario alemán ( i AL ), el agregado monetario M3, el tipo de interés de los depósitos no transferibles a 3 meses ( i ESP ) y el tipo de cambio efectivo real de la peseta (TCER).4 Yt = [IPI t IPC t i AL M3 i ESP ′ TCER ] (2) También hemos incorporado un vector de variables exógenas donde, además de una constante (cte) y una tendencia (tend), incluimos un indicador de los precios internacionales de las materias primas (WCPI), con el propósito de controlar por posibles shocks externos. ′ X t = [cte tend WCPI t ] (3) 4 La inclusión del tipo de interés alemán pretende tener en cuenta la pertenencia de España al SME y el papel de “ancla” desempeñado por la economía alemana dentro del mismo. También hemos considerado la incorporación del agregado monetario M3 debido a la importancia concedida por el Banco de España a los agregados monetarios (en su estrategia monetaria) durante buena parte del período muestral considerado. 8 El modelo VAR ha sido estimado en niveles, lo que nos permite controlar la posible existencia de relaciones de cointegración. Todas las variables, a excepción de los tipos de interés, se encuentran expresadas en logaritmos. Los datos, que han sido extraídos del Boletín Estadístico del Banco de España, tienen una frecuencia mensual y el período muestral se extiende desde enero de 1988 hasta diciembre de 1998.5 Por último, la estructura de retardos empleada en el modelo es de dos meses, y el shock de política monetaria lo hemos identificado a través del método de descomposición de Cholesky, con las variables ordenadas tal y como fueron detalladas anteriormente.6 En el gráfico 1 se representa la función impulso-respuesta en las principales variables de interés (producción y precios). Tal y como se puede apreciar, parece que en España los precios se mantienen inalterados tras un shock inesperado de política monetaria, lo cual podría justificarse por los mayores niveles de rigidez que tradicionalmente ha mostrado la economía española en los mecanismos de fijación de precios y salarios. En el caso de la producción, sin embargo, y en línea con los resultados alcanzados en otros trabajos, se aprecia la trayectoria “esperada” ante un endurecimiento de la política monetaria, alcanzándose el impacto máximo sobre la producción al séptimo mes de ocurrir el shock monetario. 5 Con la elección de este período pretendemos evitar el periodo de inestabilidad monetaria de la década de los años setenta y principios de los ochenta, en la que la estrategia de política monetaria del Banco de España (BE) se centró en el control estricto de los agregados monetarios. A partir a mediados de los años ochenta, la creciente apertura financiera de la economía española, su incorporación al SME y, sobre todo, el proceso de liberalización del sistema financiero español, provocaron cambios importantes en la estrategia seguida por el BE, adquiriendo una creciente importancia en la ejecución de la política monetaria los tipos de interés. Hemos escogido el año de 1988 como la fecha de inicio de este segundo periodo, para evitar la importante variabilidad que mostraron los tipos de interés durante el año 1987. 6 Al actuar de este modo estamos suponiendo que las acciones no anticipadas de política monetaria no tienen un impacto contemporáneo sobre el output (IPI) y los precios (IPC). 9 Gráfico 1. Función de impulso-respuesta de la producción industrial y los precios ante un shock monetario (una desviación estándar) en España 0,0010 0,0005 0,0000 -0,0005 -0,0010 -0,0015 -0,0020 IPI -0,0025 IPC -0,0030 1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 25 27 29 31 33 35 37 39 41 43 45 47 Notas: Las estimaciones fueron realizadas con el paquete estadístico Eviews. 3.2. Función de reacción La metodología VAR ha desempeñado un papel protagonista en el análisis empírico del impacto de las acciones de política monetaria sobre el sistema económico. Ahora bien, no por ello está exenta de críticas, las cuales no sólo tienen que ver con los métodos empleados para la extracción de los denominados shocks monetarios, sino también con los problemas asociados a la hora de recoger el comportamiento forward-looking que las teorías modernas de la política monetaria asignan a los bancos centrales (Clarida et al. 1999 y Svensson 1999). Bajo este comportamiento, la autoridad monetaria tiene en consideración en la toma decisiones la evolución esperada de los agregados económicos relevantes en un número definido de meses o trimestres. Este comportamiento, por el que se viene decantando un número creciente de autores al evaluar la actuación de los bancos centrales, es susceptible de ser incorporado en la especificación de una función de reacción de la autoridad monetaria. Por este motivo, frente a la modelización VAR como herramienta para la estimación de los shocks monetarios, también hemos optado por estimar una función de reacción para el Banco de España (BE) y, a partir de ella, extraer los shocks monetarios como aquella parte de los tipos de interés observados no explicada por los tipos derivados a partir de la función de reacción estimada. 10 La función de reacción que hemos estimado tiene la siguiente representación general: [ ] i i = ρi t −1 + (1 − ρ ) α + βπ t + k + γx t + p + λZ t + ε t (4) donde π es la tasa de inflación interanual, x es el output gap, y Z representa un conjunto de variables observables que pueden afectar a las decisiones de tipo de interés, independientemente de su poder predictivo sobre la evolución de la inflación y el output gap, y entre las que se suelen incluir las variaciones del tipo de cambio o tipos de interés extranjeros. Nuestra especificación incluye la variación del tipo de cambio nominal peseta/marco y el tipo de interés de los depósitos no transferibles a 3 meses alemán (al objeto de tener en cuenta la pertenencia de España al SME y el papel central que la economía alemana jugó en él). La función de reacción propuesta no es más que el resultado de combinar, por un lado, una función de reacción sencilla tipo regla de Taylor (Taylor 1993) en la que se ha incorporado el supuesto de comportamiento forward-looking de la autoridad monetaria (bajo la hipótesis de expectativas racionales) y, por otro, una regla de ajuste parcial autorregresiva de primer orden para recoger la tendencia mostrada por los bancos centrales al alisamiento de los tipos de interés. La función de reacción resultante fue estimada mediante el Método Generalizado de los Momentos (MGM), explotando el siguiente conjunto de condiciones de ortogonalidad: [ [ ] ] E[ε t / Ω t ] = E i t − ρi t −1 − (1 − ρ ) α + βπ t + k + γx t + p + λZ t / Ω t = 0 (5) Debido a la posible existencia de problemas de heterocedasticidad y autocorrelación, se ha empleado el método de Newey y West en el cálculo de los errores estándar. Asimismo, se calcula el estadístico J de Hansen para controlar por la posibilidad de sobreidentificación. Como puede apreciarse en el cuadro 1, los mejores resultados se alcanzaron para el horizonte de predicción k=6 ∩ p=3. Además, como las variaciones en el tipo de cambio nominal peseta/marco no resultaron ser estadísticamente significativas en ninguna de las especificaciones probadas, decidimos omitir esta variable. 11 Cuadro 1. Resultados de la estimación de la función de reacción para el Banco de España k=3 k=6 k=3 k=6 k = 12 k=6 k = 12 K = 12 p=3 p=3 p=3 p=6 p = 12 P=3 p=3 p=6 Z = i AL Z = i AL ρ α β γ λ R2 S.E. J-test 0,905** 0,949** 0,973** 0,924** 1,006** 1,002** 0,898** 0,897** -0,485 -2,015 -0,249 -1,943* 33,049 81,290 -0,414 -1,204 2,054** 2,556** 1,532** 2,252** -0,700 -4,583 1,895** 1,523** 0,223** 0,088 -0,337* 0,423** -2,662 -3,986 0,205** 0,226** 0,122 0,561** 0,986 0,419 17,12 [0,998] 0,985 0,424 17,32 [0,998] 0,982 0,444 16,69 [0,998] 0,983 0,458 17,60 [0,997] 0,982 0,439 17,22 [0,998] 0,982 0,443 17,39 [0,997] 0,986 0,419 16,99 [0,997] 0,985 0,433 17,75 [0,995] Notas: Las estimaciones fueron realizadas con el paquete estadístico Eviews. * y ** implican que una variable es significativa al 5 y 1%, respectivamente. Como instrumentos se emplearon las siguientes variables: constante, it-1, it-2, it-3, it-4, it-5, it-6, it-9, it-12, πt1, πt-2, πt-3, πt-4, πt-5, πt-6, πt-9, πt-12, xt-1, xt-2, xt-3, xt-4, xt-5, xt-6, xt-9, xt-12, qt-1, qt-2, qt-3, qt-4, qt-5, qt-6, qt-9, qt-12, mt-1, mt-2, mt-3, mt-4, mt-5, mt-6, mt-9, mt-12. Donde q es la variación del tipo de cambio nominal peseta/marco y m la tasa de crecimiento de la oferta monetaria (M3). Junto con los estadísticos J se incluye la probabilidad de aceptación de la hipótesis nula. En el gráfico 2 mostramos una comparativa entre los shocks monetarios obtenidos a través de la metodología VAR y los derivados a partir de la función de reacción. En concreto, la representación se refiere en ambos casos al shock acumulado, que proporciona una imagen más estable de las decisiones exógenas de política monetaria. Tal y como se puede apreciar, los perfiles temporales mostrados por ambas series son bastante similares, lo que interpretamos como evidencia a favor de la robustez de nuestros resultados. Asimismo, vale la pena destacar la existencia de una estrecha relación entre la trayectoria mostrada por los shocks acumulados y el tipo de interés a corto plazo, de modo que en los periodos en los que el tipo de interés a corto plazo aumenta se corresponden con etapas dominadas por shocks contractivos, y viceversa. No obstante, entre 1996 y 1997 esta relación parece diluirse, lo cual podría interpretarse como una acción deliberada por parte del Banco de España por de endurecer el tono de la política monetaria para, de este modo, ejercer un control más estricto sobre la evolución de la tasa de inflación y cumplir así los criterios de Maastricht. 12 Gráfico 2. Shocks monetarios y tipos de interés a corto plazo 20 shock-VAR shock-FR Tipo de interés a corto plazo 15 10 5 0 -5 jul-98 ene-98 jul-97 ene-97 jul-96 ene-96 jul-95 ene-95 jul-94 ene-94 jul-93 ene-93 jul-92 ene-92 jul-91 ene-91 jul-90 ene-90 jul-89 ene-89 jul-88 ene-88 4. Asimetrías sectoriales en la transmisión de los shocks monetarios. Siguiendo la propuesta formulada por Peersman y Smets (2002), el análisis de las asimetrías en las respuestas de las distintas ramas que comprenden la industria7 en España ante los shocks monetarios nacionales lo hemos abordado a través de la siguiente expresión, que relaciona la evolución de la actividad productiva de cada rama industrial con su comportamiento pasado y con el shock monetario acumulado estimado en el epígrafe anterior: 12 ipi i ,t = α i + ∑ βi ⋅ ipi i ,t − j + γ i ⋅ shock t −1 + ηi ,t (6) j=1 donde ipi i ,t es la tasa de crecimiento (mensual) del Índice de Producción Industrial (IPI) de la rama i, shock t − 1 es el shock acumulado de política monetaria que hemos estimado con anterioridad (shock-VAR y shock-FR) y η i , t es un término de error. 7 Debido a limitaciones en los datos, las estimaciones para las ramas de actividad industriales se realizan para el período 1991-1998. 13 Debido a la posible existencia de correlación contemporánea entre las distintas ramas industriales españolas, la expresión (7) ha sido estimada a través del método SUR (Seemingly Unrelated Regressions). En el cuadro 2 se recogen los valores estimados de la respuesta de la producción de las distintas secciones industriales en España ante un shock monetario ( γ i ). Tal y como puede apreciarse, la respuesta de la producción ante un shock monetario no anticipado es, por lo general, negativa. Otro aspecto que merece la pena destacarse es la existencia de un claro paralelismo entre los resultados obtenidos para ambos shocks (shock-VAR y shock-FR). En concreto, los resultados sugieren que la contracción es mayor entre las industrias extractivas (sección C), mientras que la sección E (producción y distribución de energía eléctrica, gas y agua) se encuentra en el extremo opuesto. No obstante, conviene subrayar también la baja significación estadística de las estimaciones realizadas para este nivel de desagregación (secciones), ya que sólo ha resultado ser estadísticamente significativa la respuesta estimada de las industrias extractivas para el shock-FR. Cuadro 2.- Respuesta de las distintas secciones industriales ante un shock monetario ( γ i ) Shock-FR Shock-VAR Sección Coeficiente Estadístico-t Sección Coeficiente Estadístico-t C -1,260707 -2,648278 C -0,665141 -1,641380 D -0,490532 -1,509285 D -0,229419 -0,973417 E -0,025145 -0,103596 E 0,221215 0,869998 C (Industrias extractivas), D (Industria manufacturera) y E (Producción y distribución de energía eléctrica, gas y agua) Dado que la falta de significación estadística de los resultados obtenidos a nivel de secciones de la actividad industrial podría deberse a la existencia de comportamientos muy diferentes entre las distintas ramas de actividad (subsecciones) que conforman las distintas secciones industriales, procedimos al análisis de las respuestas sectoriales al nivel de subsecciones, mostrándose los resultados en el cuadro 3. Nuevamente, los parámetros estimados presentan, por lo general, el signo negativo esperado, indicando que el endurecimiento (no anticipado) en el tono de la política 14 monetaria ocasiona una contracción en las distintas ramas industriales consideradas. Además, los resultados vuelven a evidenciar que los parámetros estimados a partir del shock-FR son mayores (en valor absoluto) que los obtenidos al emplear el shockVAR, siendo también mayor su significatividad estadística. A pesar del mayor grado de desagregación de estas estimaciones, la comparación entre las respuestas sectoriales obtenidas a partir de ambos shocks (shock-VAR y shock-FR) permite extraer algunas regularidades. Una de ellas es que, al igual que ocurría al nivel de sección, la subsección EA (producción y distribución de energía eléctrica, gas y agua) vuelve a aparecer como una de las ramas menos sensibles a los shocks monetarios. Junto a ella aparecen otras ramas como la industria de la alimentación, bebidas y tabaco (subsección DA), así como la industria del cuero y del calzado (subsección DC), la industria del papel (subsección DE) y la de refino de petróleo y tratamiento de combustibles nucleares (subsección DF). Por su parte, las actividades industriales que muestran una mayor sensibilidad ante los shocks monetarios nacionales serían las de la construcción de maquinaria y equipo mecánico (subsección DK), la extracción de productos energéticos (subsección CA) y la extracción de otros minerales (subsección CB). 15 Cuadro 3.- Respuesta de las subsecciones industriales ante un shock monetario ( γ i ) Subsección DA DC EA DE DF DG DI DN DL DD DB DH DJ CB CA DK DM Shock-FR Coeficiente 0,107995 -0,032593 -0,051506 -0,081628 -0,224908 -0,292967 -0,412020 -0,537933 -0,823875 -0,861333 -0,948324 -1,088006 -1,090333 -1,126873 -1,560122 -1,925580 -2,002185 Estadístico-t 0,367364 -0,082099 -0,213997 -0,342259 -0,668028 -0,733748 -1,659494 -1,236804 -1,465081 -1,646532 -2,477780 -2,424762 -2,990396 -1,988770 -3,520476 -3,067467 -2,523202 Subsección EA DN DF DE DA DC DH DI DJ DM DL DG DB DD CA CB DK Shock-VAR Coeficiente 0,245455 0,208370 0,070817 -0,033691 -0,090756 -0,095969 -0,276524 -0,314554 -0,339709 -0,391174 -0,515330 -0,535510 -0,551075 -0,630545 -0,715491 -0,819522 -1,111361 Estadístico-t 0,968357 0,460732 0,185372 -0,139498 -0,293388 -0,228702 -0,644695 -1,506139 -1,129706 -0,435383 -0,896411 -1,533995 -1,706137 -1,298233 -1,580320 -1,629274 -2,136371 DI = Industrias de otros productos minerales no metálicos DJ = Metalurgia y fabricación de productos metálicos DK = Industria de la construcción de maquinaria y equipo mecánico DL = Industria de material y equipo eléctrico, electrónico y óptico DM = Fabricación de material de transporte DN = Industrias manufactureras diversas EA = Producción y distribución de energía eléctrica, gas y agua CA = Extracción de productos energéticos CB = Extracción de otros minerales excepto productos energéticos DA = Industria de la alimentación, bebidas y tabaco DB = Industria textil y de la confección DC = Industria del cuero y del calzado DD = Industria de la madera y del corcho DE = Industria del papel DF = Refino de petróleo y tratamiento de combustibles nucleares DG = Industria química DH = Industria de la transformación del caucho y materias plásticas No obstante, la comparación entre los resultados de las estimaciones obtenidas a partir de la función de reacción (shock-FR) y el modelo VAR (shock-VAR) también pone de manifiesto algunas importantes diferencias. Una de ellas es que, mientras las subsecciones DM (fabricación de material de transporte) y DJ (metalurgia y fabricación de productos metálicos) muestran una elevada sensibilidad antes los shocks monetarios estimados a partir de la función de reacción (shock-FR), para el shock-VAR estas subsecciones muestran una sensibilidad bastante inferior. Por otro lado, las industrias manufacturares diversas (subsección DN) muestra una escasa sensibilidad ante los shock monetarios estimados a partir del modelo VAR (shock- 16 VAR). Sin embargo, la respuesta estimada para la función de reacción (shock-FR) sitúa a esta sección en una posición intermedia en el ranking global de sectores La constatación de la existencia de asimetrías sectoriales en la transmisión de la política monetaria tiene implicaciones directas evidentes a nivel regional. En efecto, dado que las regiones españolas muestran importantes diferencias en materia de especialización industrial, la existencia de respuestas sectoriales diferenciadas ante los impulsos de la política monetaria en España se podrían traducir, también, en asimetrías regionales. Con el propósito de explorar la vinculación entre asimetrías sectoriales y asimetrías regionales en España, hemos calculado, a partir de las estimaciones contempladas en el cuadro 3, un índice de sensibilidad regional8 (ISR1) que, hipotéticamente, reflejaría la sensibilidad de las comunidades autónomas españolas ante los shocks monetarios a partir de su perfil de especialización industrial. Los resultados obtenidos para este índice de sensibilidad regional los hemos enfrentado9 con la respuesta estimada del IPI regional ante el shock-FR (ISR2), que fue obtenida en un trabajo anterior (Rodríguez Fuentes et al. 2004: 260). 8 Este parámetro ha sido calculado como el resultado de multiplicar, para cada región, la sensibilidad estimada a partid el shock-FR (cuadro 4) de cada una de las subsecciones industriales por su respectiva participación en el conjunto del valor añadido bruto industrial de la región en el año 1998. 9 Los valores de ambos parámetros se muestran en el cuadro 1 del anexo de este trabajo. 17 Gráfico 3. Asimetrías regionales y especialización industrial Panel A 1,0 Coef. Correlación: 0,394 0,9 0,8 0,7 ISR-1 0,6 0,5 0,4 0,3 0,2 0,1 0,0 0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0 ISR-2 Panel B 1,0 Coef. Correlación: 0,684 0,9 0,8 0,7 ISR-1 0,6 0,5 0,4 0,3 0,2 0,1 0,0 0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 ISR-2 Panel A: incluye todas las CCAA. Panel B: excluye las CCAA de La Rioja y Castilla La Mancha. En términos generales, al comparar ambos parámetros (véase gráfico 3) se aprecia la existencia de un importante grado de correlación entre las asimetrías regionales y sectoriales en España ante los shocks monetarios nacionales, en línea con la literatura 18 tradicional sobre el canal de transmisión del tipo de interés. Ahora bien, esta correlación dista de ser perfecta, por lo que es probable que otros factores, como los referidos a la estructura financiera (véase Rodríguez Fuentes et al 2004: 260-262), también podrían haber desempeñado un papel relevante en la explicación de las asimetrías regionales en la transmisión de los shocks monetarios en España. 4. Conclusiones. En el presente trabajo se han estudiado las asimetrías sectoriales en la transmisión de los shocks de política monetaria en España en el período inmediatamente anterior a la puesta en marcha de la política monetaria única (1988-1998). La identificación de los shocks monetarios se ha realizado mediante la estimación de un modelo VAR para el conjunto de la economía nacional, así como a través de la estimación de una función de reacción para el Banco de España. Una vez obtenidos los shocks monetarios, en un segundo paso analizamos el grado de sensibilidad de las distintas actividades que componen el sector industrial en España, tanto al nivel de secciones como de subsecciones de la contabilidad nacional. En línea con la evidencia empírica disponible para otros países (Ganley y Salmon 1997, Dedola y Lippi 2000 y 2005, Hayo y Uhlenbrock 2000, Peersman y Smets 2002 y Raddatz y Rigobon 2003), los resultados obtenidos en nuestro trabajo confirman la existencia de importantes diferencias en las respuestas sectoriales ante los shocks monetarios nacionales en España. Además, las asimetrías sectoriales encontradas en nuestro trabajo guardan una cierta relación con las asimetrías regionales encontradas en otro trabajo anterior (Rodríguez Fuentes et al. 2004), pues la clasificación que resulta al ordenar las regiones españolas a partir de la sensibilidad de las distintas ramas industriales (asimetrías sectoriales) que componen sus respectivos VAB industriales muestra una elevada correlación con la ordenación que se obtiene utilizando su sensibilidad ante los shocks monetarios nacionales (asimetrías regionales). De estos resultados podría concluirse que, al menos durante el período 1988-1998, las diferencias existentes en materia de especialización industrial constituyeron un importante factor explicativo de las asimetrías regionales en el mecanismo de transmisión monetaria en España. 19 Ahora bien, y dado que la correlación entre los shocks sectoriales y regionales es inferior a la unidad, de nuestros resultados también podría concluirse que la explicación de las diferencias regionales ante los shocks monetarios nacionales requiere la inclusión de otros factores diferentes a la especialización productiva regional, entre los cuales probablemente se encuentren aquellos relacionados con la dimensión y la estructura financiera del tejido empresarial, así como con los niveles de competencia (interna y externa) existentes en el sector. Referencias. Arnold, I. J. M. (2001), The Regional Effects of Monetary Policy in Europe, Journal of Economic Integration, 16 (3), pp. 399-420. Arnold, I. J. 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(2002), Efectos regionales de la política monetaria en Colombia, Banco de la República de Colombia, Centro de Estudios Económico Regionales, Documento de Trabajo sobre Economía Regional no. 32, julio. 23 ANEXO-1 Cuadro 1.- Asimetrías sectoriales y regionales en España ISR-1 ISR-2 Andalucía 0,58 0,22 Aragón 0,99 0,60 Asturias 0,83 0,52 Baleares 0,39 0,12 Canarias 0,39 0,28 Cantabria 0,70 0,56 Castilla-León 0,74 0,77 Castilla-Mancha 0,67 0,06 Cataluña 0,70 0,60 Extremadura 0,34 0,17 Galicia 0,76 0,48 Madrid 0,62 0,38 Murcia 0,63 0,26 Navarra 1,00 0,68 Pais Vasco 0,95 0,77 Rioja 0,66 1,00 Valencia 0,69 0,60 Coeficiente de correlación (1) 0,394 Coeficiente de correlación (2) 0,684 ISR-1: Este índice es el resultado de multiplicar la sensibilidad de cada sector ante los shocks monetarios por su respectiva participación en la VAB industrial de la CCAA en el año 1998. Los valores mostrados en tabla son el resultado de dividir el valor de la CCAA por el valor máximo de la serie. ISR-2: Este parámetro es la respuesta del índice de producción industrial de la región ante un shock monetario estimado a través de una función de reacción, y ha sido extraído de Rodríguez Fuentes et al. (2004: 260). Los valores mostrados en tabla son el resultado de dividir el valor de la CCAA por el valor máximo de la serie. (1) Incluye todas las CCAA. (2) Excluye las CCAA de La Rioja y Castilla La Mancha. 24