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La hipotermia como alternativa terapéutica en el manejo del estatus epiléptico en caninos1 Hypothermia as an alternative therapy in the management of the epileptic condition of canines Juan Carlos Giraldo Villegas Médico Veterinario Zootecnista de la Universidad de Caldas, Manizales. Estudiante de la Maestría en Ciencias Veterinarias de la Universidad de Caldas, Manizales. Docente de la Universidad de Caldas. Correo electrónico: juancarlos.giraldo@ucaldas.edu.co Fernando Meneses Córdoba Médico Veterinario Zootecnista de la Universidad de Caldas, Manizales. Estudiante de la Maestría en Ciencias Veterinarias de la Universidad de Caldas, Manizales. Docente de la Universidad de Caldas. Correo electrónico: fernando.meneses@ucaldas.edu.co Claudia Marcela Gutiérrez Gómez Bacterióloga y laboratorista clínica de la Universidad Católica de Manizales. Estudiante de la Maestría en Ciencias Veterinarias de la Universidad de Caldas, Manizales. Docente del Departamento de Salud Animal de la Universidad de Caldas, Manizales. Correo electrónico: claudia.gutierrez@ucaldas.edu.co Recibido: 22 de noviembre del 2011 • Aceptado: 24 de enero del 2012 Resumen Abstract Las enfermedades que tienen como origen el sistema nervioso central, presentan un reto para el clínico especialista en pequeños animales. En este artículo se muestra la hipotermia (bajos niveles de temperatura externos al paciente) como una alternativa en el manejo del estatus epiléptico, el cual es un problema neurológico de alto impacto en la clínica cotidiana y se manifiesta con la presencia de eventos epilépticos continuos, en los cuales el paciente no recupera su conciencia entre episodios. Estos eventos son devastadores para el paciente, propietario y médico veterinario. Habitualmente son tratados con diversos medicamentos depresores del sistema nervioso, representando un reto para el profesional, e igualmente se han planteado diversas estrategias terapéuticas para reducir la presencia de eventos sin éxito significativo. La hipotermia se plantea como una Conditions that have origins in the central nervous system present a challenge for clinic specialists in small animals. This article discusses hypothermia (low temperature external to the patient) as an alternative to handle the epileptic condition of canines, which is a neurological problem with high impact in everyday clinic practice. This disease manifests through frequent epileptic events, where the patient doesn’t recover consciousness between episodes. These kinds of events are devastating for the patient, the owner, and the veterinarian. The regular treatment is based on medicaments that control the nervous system, and its management becomes a challenge to be undertaken by the animal health professional. Many other treatments have been devised for the reduction of these episodes without any mayor success. Hypothermia is suggested as an Cómo citar este artículo: Giraldo JC, Meneses F, Gutiérrez CM. La hipotermia como alternativa terapéutica en el manejo del estatus epiléptico en caninos. Revista Spei Domus. 2012; 8(16): 34-41. Este artículo es una actualización de tema (se clasifica en la categoría “otros”). 1 34 R e v i s ta S p e i D o m u s VOLUMEN 8 / NÚMERO 16 / ENERO - JUNIO DEL 2011 Actualización Juan Carlos Giraldo Villegas, Fernando Meneses Córdoba, Claudia Marcela Gutiérrez Gómez herramienta importante que, en combinación con otros medicamentos, puede disminuir los efectos adversos de las crisis convulsivas, reducir el desgaste metabólico que se da durante un evento en el sistema nervioso, y reducir las dosis de los medicamentos, evitando, en parte, los efectos adversos que estos provocan y que no son predecibles. Se resaltan las limitaciones de la hipotermia, algunas técnicas para su aplicación y sus mecanismos de acción, y se denota la importancia de adelantar estudios clínicos al respecto. important tool that, when combined with other medicines, might reduce the adverse effects that convulsive crises produce over the nervous system, and reduce the metabolic wear that occurs during an event on the nervous system; it also allows the reduction of medicament doses, avoiding part of the adverse impacts these may cause. Finally, the article highlights the limitations of hypothermia, some techniques to practice it, and its action mechanisms, and denotes the importance of conducting clinical studies on it. Palabras clave: convulsiones, epilepsia, fenobarbital, hipotermia. Keywords: seizures, epilepsy, phenobarbital, hypothermia. Introducción caninos con epilepsia son tratados con éxito durante largos periodos de tiempo, con medicamentos anticonvulsivos, como fenobarbital y bromuro de potasio. Sin embargo, del 20 al 30% de estos pacientes no responden eficientemente al tratamiento (10-12). Esto lleva a buscar un incremento en las dosis de los medicamentos para controlar los episodios convulsivos, lo que puede terminar con la manifestación de efectos adversos, como poliuria, polidipsia, polifagia, ataxia, letárgia y hepatotoxicidad. (12-13); de igual manera el se frecuentemente no responde a los protocolos básicos de tratamientos anticonvulsivos, recurriendo a la asociación de anestésicos, que también han sido relacionados con efectos adversos (14). Esta situación ha estimulado el interés en el uso de nuevos medicamentos y opciones terapéuticas para el tratamiento (15), como la estimulación vagal, que constituye una alternativa en el manejo de convulsiones intratables (16), el empleo de la belladona 200C en el campo homeopático (17), y la hipotermia. En años recientes, los efectos benéficos de la hipotermia durante o después de una lesión cerebral han sido demostrados tanto en humanos como en animales (18). Clínicamente, ha sido usada por su acción en la reducción del edema cerebral. En combinación con protocolos para el manejo de la epilepsia, ha demostrado una significativa disminución de la actividad convulsiva (19), y potencializa los efectos de las benzodiacepinas en el control de las manifestaciones electroencefalográficas; esto ha sido documentado en animales de experimentación (14). La hipotermia tiene un efecto sobre los procesos que desencadenan la muerte celular luego de una lesión, reduciendo la demanda metabólica celular y La convulsión es una anormalidad en la actividad bio eléctrica encefálica, asociada con una actividad motora generalizada (1), en la que se presentan desórdenes cerebrales expresados como disturbio paroxístico transitorio de la función cerebral, que tienen una presentación súbita y terminan espontáneamente (2), cuya duración no es mayor a 5 minutos (3). En el campo clínico la epilepsia se asocia con las convulsiones, de allí que sea interpretada como la recurrencia de un evento convulsivo (1, 2). El estatus epiléptico (se) se define como una convulsión generalizada continua, de más de cinco minutos, o la presencia de dos o más episodios convulsivos, en los que no se produce una completa recuperación de la conciencia (4, 5). De igual manera, se considera se a la presentación de convulsiones con duración de 30 minutos o más (1, 2). Para efectos prácticos, es de suma importancia diferenciar el se de la crisis convulsiva seriada, en la que hay manifestaciones convulsivas seguidas, pero se recupera la conciencia entre una y otra (6). Estos episodios convulsivos pueden desencadenar fenómenos de toxicidad por sobreexcitación y liberación de especies reactivas de oxígeno (ros) que alteren la integridad del sistema nervioso central (7). Cuando no es atendido adecuadamente, el se genera hipertermia, acidosis láctica, hipoxemia, arritmias cardiacas, edema pulmonar y muerte (5); por esto es fundamental que los clínicos estén familiarizados con alternativas para su manejo (4, 5). El se es un desorden neurológico de frecuente presentación en perros (8-10). Muchos de los pacientes VOLUMEN 8 / NÚMERO 16 / ENERO - JUNIO DEL 2012 / R e v i s ta S p e i D o m u s 35 La hipotermia como alternativa terapéutica en el manejo del estatus epiléptico en caninos la acumulación de sustancias tales como el glutamato y los radicales libres (20). Por otra parte, ha sido sugerido que la hipotermia retrasa la degeneración de la neurona, más que prevenirla; se cuestiona si los efectos dependen de la rapidez con que sea instaurado el tratamiento (20). Fisiopatología El sistema nervioso central (snc) está compuesto por millones de células, las neuronas y las células gliales (21). Las neuronas son células excitables (2) que tienen la capacidad de recibir, procesar y trasmitir información. La transmisión se da por la diferencia de los potenciales eléctricos que al ser estimulados generan potenciales de acción, los cuales permiten la conducción del estímulo a otras neuronas (21). Por esto, en el snc se presenta constantemente un equilibrio entre la inhibición y la excitación. Cuando la inhibición es interrumpida, predomina la excitación y se precipita una convulsión. Las neuronas presentan un umbral convulsivo, el cual equivale a un límite determinado por el medio ambiente en el que se encuentran dichas neuronas, y su genética (2). Si este umbral se disminuye, el paciente se hace más vulnerable a las crisis. La convulsión es una descarga bioeléctrica descontrolada de neuronas que tiene su origen en el procencéfalo (2), y está mediada por neurotransmisores como el glutamato. Durante el se hay un fallo de los mecanismos homeostáticos de inhibición, mediada por la actividad del neurotransmisor ácido gamma-aminobutírico (gaba); se presentan, entonces, en condiciones normales en el snc, y trabajan controlando la excitación que desencadena en convulsiones. Como ha sido propuesto, el mecanismo desencadenante es la pérdida del equilibrio entre excitación neuronal e inhibición. Esto es importante en la difusión y el mantenimiento de la convulsión en el paciente luego de generada la crisis. Se debe resaltar, además, que el exceso no solo de glutamato, sino de otros neurotransmisores como el aspartato, acetilcolina o antagonistas del ácido gamma-aminobutírico (gaba) también pueden ser desencadenantes del evento de se (22). La estimulación constante generada en el se desencadena la liberación de sustancias como el glutamato en cantidades mayores a lo normal, que producen 36 R e v i s ta S p e i D o m u s la excitotoxicidad, la cual constituye un mecanismo importante en el daño neuronal. En condiciones normales, el glutamato es ligado a los receptores N Metil D Aspartato (nmda), lo que permite la entrada de calcio al interior de la célula; este fenómeno presenta una regulación natural, dada por la ubicación de un ion magnesio en el canal, lo que propicia su obstrucción, impidiendo el ingreso inadecuado del calcio. Sin embargo, cuando hay una despolarización severa durante un se, el ion magnesio no se adhiere al poro, permitiendo que el calcio y otros iones ingresen a la neurona; esto ocasionará más adelante la acumulación de calcio intracelular, que termina con daño y muerte celular (1). En animales de experimentación que presentan crisis convulsivas por más de 30 minutos, se presenta daño cerebral; esto también ha sido reportado en crisis cortas. El se causa necrosis neuronal (especialmente cuando hay una tasa metabólica alta) (22). Se reporta en humanos y animales la presencia de edema citotóxico, y edema vaso-génico en pacientes con se (14). El edema cerebral juega un papel importante en la generación de convulsiones crónicas (14). Fenómenos que no son tan importantes en crisis cortas. Asimismo, el se puede ocasionar aumento de la presión intracraneana (pic) por hipertensión y pérdida del mecanismo de autorregulación cerebral; este fenómeno genera muerte neuronal e incluso control inadecuado de futuras crisis convulsivas; es por esto que un se requiere tratamiento inmediato (6). Tratamientos El 68% de los fenómenos epilépticos en humanos se considera idiopático, desde el punto de vista de su evolución; un 30% tiene presentación autolimitante; el 30% cede a la monoterapia (que en algunas ocasiones puede ser suprimida entre 2 a 5 años después de que el paciente no presenta más crisis); un 20% responde a tratamiento, pero precisan politerapia y recidiva si es suspendida; finalmente, en el 20% de pacientes no es posible realizar un adecuado control o se observan efectos indeseables (23). En la medicina veterinaria la etiología más común en caninos es la idiopática. Se referencia una incidencia mayor en razas como el Pastor Alemán, Pastor Belga Tervuren, Beagle y San Bernardo, entre otras. Una reducción parcial de la frecuencia y la VOLUMEN 8 / NÚMERO 16 / ENERO - JUNIO DEL 2012 Actualización Juan Carlos Giraldo Villegas, Fernando Meneses Córdoba, Claudia Marcela Gutiérrez Gómez intensidad de las convulsiones se alcanza en un 70 a 80% de los pacientes (5). Tradicionalmente se ha empleado un número importante de medicamentos como los alopáticos, homeopáticos, al igual que procedimientos de acupuntura, neurocirugía y todas las combinaciones permitidas. Infortunadamente, es frecuente el fracaso, pues los pacientes pueden reaccionar temporalmente o no hacerlo, lo cual genera frustración en el clínico. Por otra parte, los procedimientos quirúrgicos presentan gran cantidad de efectos adversos y, en general, son inalcanzables en la medicina veterinaria por sus costos y alta tecnología. Igualmente, se ha demostrado que el fenobarbital, bromuro de potasio, primidona, diacepam y ácido valproico, presentan efectos adversos (ver tabla 1). Hechos que han propiciado la búsqueda de nuevas alternativas como la homeopatía, que ofrece medicamentos como el absinthium, artemisa vulgaris, silicea, calcárea, arsenica, belladona 200C (24). La eficiencia de los medicamentos anticonvulsivos se ve comprometida cuando el proceso convulsivo es repetitivo, como en el estatus epiléptico (14); una de las razones es que durante el se se induce una sobreexpresión de la glicoproteína P, a nivel de la vasculatura del sistema nervioso central, lo que lleva al aumento de la resistencia de la barrera hematoencefálica, impidiendo el acceso de estos medicamentos al snc (24). En la actualidad se ha mostrado una disminución en la frecuencia de las convulsiones en un 54% de los casos, desde que el levetiracetam fue adicionado a tratamientos con bromuro de potasio y fenobarbital. Sin embargo, algunos estudios concluyen que muchos de los pacientes, después de 4 a 8 meses de tratamiento, presentaban una reincidencia de las crisis (12). En el Tabla 1. Medicamento vs. efecto Medicamento Efecto Fenobarbital Hepatotoxicidad, raras veces leucopenia con o sin trombocitopenia y anemia Bromuro de potasio Vómito, anorexia, constipación, sedación, incoordinación, rara vez pancreatitis, neuotoxicidad. Por su eliminación renal, no se recomienda en pacientes renales Diazepam Sedación Primidona Relacionado con mayor incidencia de hepatotoxicidad Acido valproico No conocidas. Se reporta un paciente que en combinación con fenobarbital y primidona genero necrosis hepática y muerte súbita Corticoide Manitol Fuente: modificado de Nelson, Couto, Bunch, Lappin y Grauer (5) se es frecuente esta situación, lo que conduce a subsecuentes tratamientos con anestésicos, que están asociados con efectos adversos diferentes, dependientes del medicamento, las dosis y el tiempo de suministro (14). La hipotermia es indicada para reducir la transmisión excitatoria y se puede emplear como coadyuvante para el manejo de se. (14), ya que disminuye la severidad y el número de convulsiones. Sin embargo, no altera la descarga epiléptica a nivel electroencefalográfico, por lo que se propone emplearla en combinación con dosis bajas de diazepam, permitiendo la disminución significativa de la amplitud y frecuencia de las descargas epilépticas. Cabe anotar que al regresar a la temperatura normal, la frecuencia de las descargas lograría incrementarse nuevamente, sugiriendo una reversibilidad parcial (14). El se, por su presentación, genera aumento en la temperatura corporal, que puede incluso superar los 41 oC; en estas situaciones se han usado, habitualmente, compresas de agua fría, con el objetivo de descender la temperatura corporal a niveles fisiológicos, sin convertirse en una inducción de hipotermia (5). Hipotermia La hipotermia como estrategia terapéutica ha sido mencionada desde tiempos inmemorables. Clínicamente, su VOLUMEN 8 / NÚMERO 16 / ENERO - JUNIO DEL 2012 / R e v i s ta S p e i D o m u s 37 La hipotermia como alternativa terapéutica en el manejo del estatus epiléptico en caninos uso ha sido restringido por el riesgo y las complicaciones. En 1941, Smith y Fay reportaron que la hipotermia como terapéutica inducía “la recuperación del estado de conciencia de pacientes con daño cerebral”. En 1950, la hipotermia moderada (30 °C) revolucionó la cirugía cardiaca, pues las bajas temperaturas corporales preservaban la función neuronal en pacientes durante estos procedimientos (25). En la medicina humana, la hipotermia leve (32 °C a 34 °C) ha sido empleada con éxito para la disminución de la presión intracraneal y mejora en los resultados de otros tratamientos, además de contribuir en la inhibición de la liberación de citoquinas (26). Es importante resaltar que se ha demostrado en modelos animales que la hipotermia de menos de 29 °C, más allá de brindar protección al paciente, presenta efectos adversos; esto ha sido comprobado en individuos que fueron sometidos a cirugía cardiaca y presentaron un incremento en infecciones y arritmias (27); también ha sido reportada la presencia de alteraciones en la coagulación (28), pero solo ha tenido importancia en temperaturas menores a 32 °C (29); igualmente, se presenta resistencia a la insulina y la disminución en la liberación de esta, lo que ha sido solucionado con protocolos de insulina exógena y monitoreo de la hiperglucemia (29). Las infecciones relacionadas con el comportamiento de los glóbulos blancos requiere de un monitoreo hemático frecuente, junto con la implementación de procedimientos sencillos, como levantar la cabeza del paciente para evitar la bronco-aspiración. Los escalofríos y el temblor deben ser controlados, pues estos procesos tienden a elevar la temperatura y tener un desgaste exagerado de energía (29) (ver tabla 2). El concepto de hipotermia puede ser manejado en tres niveles: leve: 32 °C a 37 °C; moderado: 28 °C a 32 °C y severo: < a 28 °C (24). Todavía no es muy clara la temperatura terapéutica a emplear, debido a que los resultados varían de un estudio a otro. En algunos tratamientos con hipotermia en pacientes humanos se han establecido, como temperatura objetivo, niveles entre Tabla 2. Efectos fisiológicos de la hipotermia Sistema Sistémicos Efecto fisiológico Disminuye la demanda metabólica Disminuye la producción de CO2. Disminuye el consumo de O2 Neurológico Disminuye la demanda metabólica Disminuye la presión intracraneal Disminuye los niveles de conciencia Cardiovascular Taquicardia, durante la inducción Bradicardia Hipertensión Cuidados Monitoreo de oximetría y PaO2 Ninguno, a menos que sea sintomático Administrar analgésicos y sedación apropiada Considerar fliudoterapia y vasopresores Hipotensión Prolongación de intervalos pr, qrs y qt Disritmias si se incrementa la hipotermia Disminución del gasto cardiaco Incremento de la presión venosa central Prevenir sobre enfriamiento Ninguno, a menos que baje presión Gastrointestinal Disminuye la motilidad Puede retrasarse la alimentación Genitourinario Diuresis Monitoreo Endocrino Resistencia a la insulina Administrar insulina y mantener glucosa en rangos normales Inmune Supresión de células blancas Monitoreo Fuente: Fukudome y Alam (35) 38 R e v i s ta S p e i D o m u s VOLUMEN 8 / NÚMERO 16 / ENERO - JUNIO DEL 2012 Actualización Juan Carlos Giraldo Villegas, Fernando Meneses Córdoba, Claudia Marcela Gutiérrez Gómez 31 y 33 °C; sin embargo, hay reportes de resultados exitosos con temperaturas hasta de 35 °C (28). Pacientes con isquemia que son sometidos a hipotermia de 34 °C muestran un efecto protector importante sobre las neuronas del hipocampo CA1. En el cerebro isquémico, sometido a temperaturas de 33 a 30 °C, se produce inhibición amplia de la liberación de glutamato extracelular (29). Las hipotermias profundas (< 30 °C) producen irritación cardiaca y fibrilación ventricular, lo que pone en alerta sobre la administración cuidadosa de la temperatura, para evitar problemas y complicaciones que son documentadas ampliamente. En 1962, De Gusman et al. también identificaron complicaciones pulmonares (25). Inmediatamente después de iniciado el se, la hipotermia no solo muestra efectos protectores contra las convulsiones espontáneas recurrentes, sino también sobre la función cognitiva (19). Está demostrado que el descenso de la temperatura corporal solo en un grado centígrado tiene un efecto protector contra el daño producido por la isquemia (3). Estos beneficios se obtienen gracias a los cambios que presenta la hipotermia en el metabolismo cerebral durante el estatus epiléptico. De igual manera, la disminución en la temperatura puede reducir la transmisión en las sinapsis excitatorias, al igual que las producciones de radicales libres, y preserva los niveles de energía celular por reducción de la demanda metabólica celular (29). En el campo clínico, los resultados muestran cómo la hipotermia tiene efectos depresores sobre los elementos motores ictiales. Este hallazgo toma gran importancia en vista de los efectos convulsivos motores generalizados sobre la integridad neuronal (14). Sin embargo, no hay un efecto sobre la actividad electroencefalográfica, hecho que fue demostrado en un estudio cuyo límite de enfriamiento fue de 29 grados centígrados en la zona epidural (9). En animales de experimentación, la hipotermia tiene un claro efecto antiepiléptico, haciendo sinergismo con las benzodiacepinas (30). En el caso de la combinación entre diazepam y la hipotermia leve, muestra un efecto sobre la barrera hematoencefálica y el aclaramiento de los medicamentos, lo que puede aumentar la concentración neuroactiva de sustancias, en este caso, el diazepam (14). Por este motivo se ha propuesto emplear esta combinación, que muestra un mayor rendimiento del diazepam en la inhibición de la actividad electroencefalografica, lo que implica un sinergismo importante, empleando dosis bajas del diazepam en pacientes sometidos a hipotermia (14). Bajo hipotermia profunda (< 25 °C), las áreas de lesión revelan menos hemorragia, disminuye edema cerebral y la respuesta leucocitaria inflamatoria, además reduce la volemia cerebral (31), por lo que se obtiene un impacto importante sobre la presión intracraneana. Sin embargo, incrementa el riesgo de efectos adversos al implementar la hipotermia como tratamiento. Métodos para generar hipotermia Según Cossins y Bowler (32), en un individuo la temperatura es un balance delicado entre la ganancia y la pérdida del calor, y se encuentra estrechamente relacionada con su metabolismo. Es importante conocer el comportamiento normal de la temperatura durante el desarrollo cronológico de nuestros pacientes. En neonatos, las fluctuaciones de temperatura se dan en márgenes estrechos, que se van haciendo cada vez menos significativo con el aumento de la edad (32, 33). Se han propuesto diferentes alternativas para enfriar a los pacientes, en busca de obtener hipotermias controladas de manera eficiente, segura y rápida. Entre ellas, se mencionan enfriamiento del tronco, empleo de aire frío, hielo aplicado sobre la piel, baipás cardiovascular y algunos tan complejos como la canalización de las cavas, a través de las arterias femorales, para suministrar volúmenes de soluciones cristaloides a 6 °C (14). Incluso, métodos tan invasivos como el empleo de circulación extracorpórea (28). La velocidad de enfriamiento juega un papel importante en los resultados: en perros, el retraso de 15 minutos en el inicio del tratamiento disminuye su eficacia (28). Por esta razón es importante desarrollar sistemas eficientes para generar la hipotermia. Un estudio comparativo enfrentó la cateterización de la cava a través de la femoral, suministrando líquidos a temperaturas bajas contra el enfriamiento por medios externos en contacto con la piel; finalmente, se demostró la eficiencia del primer sistema y su facilidad en la aplicación (18). Sin embargo, se han desarrollado trabajos experimentales en ratas con procesos isquémicos en el cerebro, los cuales mostraron que la hipotermia iniciada en cualquier momento durante la isquemia o después VOLUMEN 8 / NÚMERO 16 / ENERO - JUNIO DEL 2012 / R e v i s ta S p e i D o m u s 39 La hipotermia como alternativa terapéutica en el manejo del estatus epiléptico en caninos de 1, 4 y 12 horas, redujo significativamente el daño en los CA1 en el hipocampo, comparado con los pacientes normotérmicos (34) (ver tabla 3). Se concluye que la hipotermia se presenta como una alternativa en la protección del sistema nervioso central frente a procesos traumáticos, disminuyendo los eventos que se generan luego de situaciones como el estatus epiléptico, incluyendo la exitotoxicidad, las manifestaciones motoras, y los cambios de presión intracraneal, entre otras, además de mejorar el rendimiento de algunos medicamentos en el encéfalo. Pero es evidente que aún no hay herramientas suficientes que permitan su implementación en nuestros pacientes en la clínica diaria. Se presenta, entonces, un reto importante en la generación de nuevos estudios que tengan como objetivo el desarrollo de protocolos concretos en el uso de la hipotermia en pacientes con cualquier injuria cerebral. Tabla 3. Características de la hipotermia inducida y la espontánea Hipotermia espontánea Causa Hipotermia inducida En pacientes con trauma por: • Isquemia tisular sin reservas de energía suficientes para el mantenimiento de la temperatura corporal normal. • Caída de la temperatura corporal descontrolada, por agentes externos. Inducida en una forma controlada, para propósitos terapéuticos asociados con reservas de energía normales. Importancia Isquemia tisular avanzada. Depleción del metabolismo celular. Falla en los mecanismos homeostáticos. Rata metabólica baja. Preservación de las reservas de energía. Disminución de la producción de radicales libres. Disminución del estrés oxidativo. Reducción de la permeabilidad vascular. Implicaciones clínicas Pronóstico pobre, especialmente mezclado con otro componente puede resultar en la tríada fatal (hipotermia, coagulopatia y acidosis.) Una nueva alternativa en la terapéutica de trauma. Fuente: modificado de Fukudome y Alam (35) Referencias 1. Huff JS, Fountain N. Pathophysiology and definitions of seizures and status eilepticus. Emerg med clin N am. 2011; 29:1-13. 2. De Lahunta Glass. Veterinary neuroanatomy and clinical neurology. 3a ed. Saint Louis: Saunders Elsiver; 2009. 3. Maeda T, Hashisume, Tanaka. Effect of hypothermia on kanic acid induced limbic seizures an electroencephalographic and c deoxyglucose autoradiographic study. Brain research. 1999; 818: 228-235. 4. Hernández GG. Estatus epiléptico, fisiopatología y manejo clínico. Recvet. 2007 [revista en Internet] 2007 octubre [acceso 8 de diciembre del 2011]; ii(10). 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