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UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR FACULTAD DE MEDICINA ESCUELA DE MEDICINA INTERVENCION PARA LA ENCEFALOPATIA ISQUEMICA HIPOXICA. TRATAMIENTO BAJO HIPOTERMIA INDUCIDA CONTROLADA EN NEONATOS Informe final presentado por: DR. JUAN CARLOS CHAVEZ HERNANDEZ Para optar al título de especialista en: MEDICINA PEDIATRICA Asesor: DR. OSWALDO REVELO SAN SALVADOR, EL SALVADOR INDICE INTRODUCCION 3 OBJETIVOS 7 METODOLOGIA 8 DESARROLLO Y DISCUSION 12 CONCLUSIONES 43 RECOMENDACIONES 45 REFERENCIAS 46 ANEXOS 48 INTRODUCCION La encefalopatía hipóxico-isquémica es el síndrome producido por la disminución del aporte de oxígeno o la reducción mantenida del flujo sanguíneo cerebral al encéfalo. Puede ser provocada por una; a) hipoxemia sistémica ya sea por asfixia o por insuficiencia respiratoria, b) una alteración en el transporte del Oxígeno sea en la anemia aguda, intoxicación por monóxido de carbono, c) una reducción del Flujo sanguíneo cerebral global como en el caso del paro cardíaco. La encefalopatía hipóxico isquémica que resulta al momento del nacimiento de un ser humano puede culminar en un estado de daño cerebral que requiere maniobras de resucitación, depresión neurológica, convulsiones y anormalidades en el electroencefalograma. Existe un riesgo aumentado de muerte o de anormalidades en el desarrollo neurológico cuando el daño es severo. El actual manejo consiste en tratar de mantener todas las variables hemodinámicas estables en rangos normales y tratar las convulsiones con medicación anticonvulsiva. La encefalopatía hipóxico-isquémica es entonces una entidad que se presenta en recién nacidos de término y pretérmino que han sufrido antes, durante o posterior al nacimiento, una agresión relacionada con la falta de oxígeno llamado también asfixia perinatal. La expresión clínica va a tener una gama diversa de signos y síntomas que están relacionados con el tiempo de hipoxemia o asfixia, la forma de presentación y los fenómenos bioquímicos que se establecen por la falta de oxígeno, así también se ha visto relacionado con la respuesta de los vasos sanguíneos y los territorios que irrigan dentro del tejido cerebral y el compromiso de otros órganos como son: el pulmón, corazón, riñón y los fenómenos bioquímicos que se suceden en la reperfusión de tejidos. 3 Los estudios clínicos y experimentales recientes han demostrado que la muerte neuronal ocurre en dos fases después de una lesión global hipóxica-isquémica reversible. Si la lesión es grave, es posible que exista una "muerte neuronal primaria" inmediata relacionada a la hipoxia celular con agotamiento de reservas altas de energía de la célula conocido como fallo primario de energía. Después de un período latente de al menos seis horas, comienza la fase secundaria de "muerte neuronal diferida". Los mecanismos involucrados en la muerte neuronal diferida incluyen hiperemia, edema citotóxico, fallo mitocondrial, acumulación de excitotoxinas, muerte de células activas que son análogo a la apoptosis de desarrollo, síntesis de óxido nítrico, daño por radicales libres y acciones citotóxicas de microglia activada. La fase diferida está asociada a la encefalopatía y al aumento de crisis epilépticas, y es responsable de una proporción significativa de la pérdida total de células aún después de injurias muy graves. En los recién nacidos a término que presentan signos de hipoxia durante el parto y encefalopatía moderada o grave, los estudios de espectroscopia por resonancia magnética son coherentes con el modelo bifásico de muerte neuronal. Estos estudios demuestran el metabolismo oxidativo cerebral normal poco después del nacimiento seguido del "fallo secundario de energía", cuyo grado predice el resultado de mortalidad y del neurodesarrollo en el primer y cuarto año de vida. Por consiguiente, existe una "ventana de oportunidad" terapéutica en el intervalo siguiente a la reanimación del recién nacido asfixiado antes de la fase secundaria de deterioro del metabolismo de energía y lesión. En Estados Unidos y países con altos avances tecnológicos tienen una incidencia de 1 a 8 casos por 1000 niños nacidos. La incidencia de la encefalopatía isquémica-hipóxico es al parecer alta en países con recursos limitados; sin embargo, no existen cifras precisas. La Asfixia Perinatal es la causa del 23% de las muertes neonatales en todo el mundo. Es una de las 20 4 principales causas principales de enfermedad en todos los grupos de edad por la Organización Mundial de la Salud y es la quinta causa de muerte de niños menores de 5 años (8%). Aunque los datos son limitados, la asfixia perinatal se estima que causa la muerte neonatales de 920,000 niños cada año. Más de un millón de niños que sobreviven de la asfixia de nacimiento desarrollan problemas tales como parálisis cerebral, retraso mental, dificultades para alimentación, juego aprendizaje entre otras. La asfixia perinatal es todavía entonces una causa importante de muerte, secuelas neurológicas graves y de trastornos del aprendizaje. Existen claros avances en el manejo intensivo del Recién Nacido asfixiado y las nuevas técnicas de imagen, como la resonancia nuclear magnética, permitiendo la identificación de lesiones cerebrales que determinan el pronóstico a largo plazo, sin embargo, no ha habido progreso en el área de la neuroprotección y rescate neuronal de aquellos Recién nacidos con encefalopatías graves moderadas y graves. En los últimos años se han publicado numerosas investigaciones experimentales, sobre los mecanismos de injuria cerebral hipóxico isquémica, y sobre esta base se han intentado distintas estrategias para aminorar o prevenir el daño neuronal. La hipotermia cerebral ha sido el método más exitoso en experimentación animal, y estudios de factibilidad y seguridad clínica indican que bien empleado no tiene efectos adversos importantes El Hospital Nacional de Niños Benjamín Bloom como único centro de referencia de tercer nivel de atención de salud pediátrico a nivel nacional, recibe constantemente en su Unidad de Emergencia y Cuidados Intensivos Neonatales pacientes con dicha patología que necesitan soporte ventilatorio y evaluación por especialidades como neonatología, neurología, fisioterapista, nutrición, estudio de imágenes, entre otros; con el fin de proporcionar la mejor terapéutica que brinde el mejor egreso del paciente con la menor discapacidad posible. Además como centro hospitalario con funciones de hospital escuela 5 tanto para el pregrado como el postgrado debe incorporar actualizaciones del mismo manejo en base a experiencias en otros centros documentados en estudios con aval internacionales, comprobaciones y aceptaciones dentro de lo ético y de las mismas posibilidades de ejecución por parte de la institución, con el fin de garantizar un adecuado estado de salud de la población del país. El presente trabajo de revisión documental pretende actualizar el tratamiento entendido en los últimos 5 años sobre la encefalopatía hipóxico isquémica con los resultados obtenidos en los diferentes estudios, comparaciones, y la incorporación de nuevos métodos terapéuticos del mismo con el fin de incorporarlos en el uso hospitalario con las adaptaciones y recursos disponibles para que con base a la evidencia se realice un mejor desempeño en el tratamiento del paciente que consulta. Específicamente el tratamiento en neonatos sobre la aplicación de hipotermia inducida, que en nuestro país no es empleado aún, pero podría abrir discusión y retomar elementos importantes creando adaptaciones a nuestro medio para su utilización en beneficio del paciente, fomentando la investigación dentro de nuestro hospital. En aras de la futura ampliación y remodelación del área cuidado crítica neonatal que contará con equipo moderno y que pudiera mejor monitoreo de los pacientes, sería considerable someter dicho procedimiento en cuenta como parte de la medicina basada en la evidencia. Proponiendo a la vez un trabajo conjunto con otras instituciones de función social, con propósitos de rehabilitación, fisioterapia y afines, para estudiar el desarrollo posterior de los pacientes que haya sido sometidos a la terapia hipotérmica. 6 OBJETIVO OBJETIVO GENERAL: Realizar una ordenada y estructurada revisión bibliográfica de los datos existentes en la literatura a partir de fuentes primarias y secundarias sobre Encefalopatía Hipóxico Isquémica en el Neonato, valorarla críticamente y elaborar un artículo de revisión actualizado sobre la temática especificada, en especial delimitado al tratamiento bajo Hipotermia inducida en dicha patología. 7 METODOLOGIA Búsqueda en National Center for Biotechnology Information (NCBI) como parte de la U.S. National Library of Medicine a través de la página de internet www.ncbi.nlm.nih.gov. En dicha página electrónica bajo la búsqueda en PubMed, a través de MeSH se introdujeron los términos incluidos dentro del tema INTERVENCIONES PARA LA ENCEFALOPATIA ISQUEMICA HIPOXICA, tales como “Encefalopatía hipoxico isquémica” “terapéutica” “Terapia” “Egreso con tratamiento”. La búsqueda es Limitada a los últimos 5 años, incluyendo solamente género humano tanto masculino y femenino, con enlaces a textos completos y libres, en idioma inglés y español. Además con resultados que pueden ser medidos con diferentes marcadores físicos, psicológicos, que pueden ser aplicables a nuestro medio hospitalario. Se excluyen estudios con animales, con más de 5 años de publicación, y estudios con restricciones para su visualización y revisión, y que no fuera del idioma Español e Inglés. Además revisión primaria del Documento escrito compilatorio sobre la Revisión de la Encefalopatía Hipoxico Isquemica en Washington 2008. Se obtienen los siguientes resultados: I. II. III. IV. "Hypoxia-Ischemia, Brain" AND "Therapeutics" 27 resultados. "Hypoxia-Ischemia, Brain" AND "Treatment Outcome" 12 resultados. "Hypoxia-Ischemia, Brain" AND "therapy " 33 resultados "Hypoxia-Ischemia, Brain" AND "Treatment Outcome" AND ("Therapeutics” OR "therapy " 10 resultados. En la Librería Cochrane al colocar "hypoxic ischemic encephalopathy in Title, Abstract or Keywords in Cochrane Database of Systematic Reviews da como resultado 63 artículos de Estudios Clínicos, y 3 revisiones de Cochrane. 8 En buscadores más populares tal como Google Académico al colocar “Tratamiento encefalopatía hipoxica isquémica” da como resultado 825 estudios pero al limitarlo a los últimos 5 años se reduce el número a 242 estudios. La mayoría de los artículos cuentan con aval investigativo y de carácter científico adecuado, siendo los estudios TOBY el que cuenta con mayor respaldo. Se cuenta además con un consenso internacional por escrito proporcionado por el asesor de investigación descrito en Washington en el año 2008. Criterios de selección Se incluyeron ensayos controlados aleatorios que comparaban el uso de la hipotermia terapéutica con la atención estándar en recién nacidos ecefalopáticos con pruebas de asfixia en el periparto y sin anomalías congénitas importantes reconocibles. La medida de resultado primaria fue la muerte o una grave discapacidad en el desarrollo neurológico a largo plazo. Otras medidas de resultado incluyeron efectos adversos del enfriamiento o los indicadores "iniciales" de medidas de resultado del desarrollo neurológico. La selección de artículos es basada en la idea de buscar revisiones, guías clínicas o protocolos de actuación en base a la Encefalopatía Hipoxico Isquémica en donde se expongan modificaciones en tratamiento y eficacia con resultados que pueden ser cuantificados mediante escalas de valoración neurológica y disminución de morbimortalidad. Según los filtros de investigación CASPE, se cuenta con información de los últimos cinco años con aval científico importante y respaldo con estudios de población; aunque hay ciertos protocolos que no han sido avalados en su totalidad por quedar en fase aun de experimentación. 9 ENCEFALOPATIA HIPOXICO ISQUEMICA TRATAMIENTOS HIPOTERMIA INDUCIDA CRITERIOS DE INCLUSION GRUPO TOBY PARA HIPOTERMIA INDUCIDA A. Paciente con más de 36 semanas completas de gestación admitido en UCIN con uno de los siguientes: • APGAR menor de 5 a los 10 minutos de nacido •Necesidad de resucitación continúa incluyendo ventilación con máscara o tubo endotraqueal a los 10 minutos de nacido • Acidosis a los 60 minutos de nacido, definido como pH menor de 7 en sangre del cordón umbilical • Déficit de base mayor de 16 mmol/l en sangre del cordón umbilical o cualquier muestra arterial, venosa o capilar a los 60 minutos de nacido Los que cumplen los criterios A deben ser evaluados neurológicamente por personal entrenado para encontrar anormalidades como; 10 B. Encefalopatía moderada a severa, que consiste en estado alterado de la conciencia, tal como letargo, estupor o coma y al menos uno de los siguientes: • Hipotonía • Anormalidades en los reflejos, incluyendo oculomotor y pupilar. • Succión débil o ausente • Convulsiones Los que cumplen los criterios A y B deben ser evaluados con EEG leído por personal entreando: C. Al menos a los 30 minutos de iniciar el EEG que muestre anormalidades en el trazo o convulsiones. Debe tener al menos uno de los siguientes. • Trazo normal con alguna actividad convulsiva • Actividad moderada anormal en trazo • Cese de actividad eléctrica en el trazo • Actividad convulsiva continúa. Criterios de exclusión • Anormalidades congénitas mayores como hernia diafragmática que requiera ventilación o anormalidades que sugieran cromosomopatías u otros síndromes que incluyan disgenesia cerebral. 11 DESARROLLO Y DISCUSION La asfixia neonatal sigue siendo un problema importante de mortalidad y morbilidad a largo plazo en las unidades de neonatología, a pesar de las mejoras en estudio y monitoreo perinatal. Su principal expresión clínica usada como sinónimo es la encefalopatía hipóxico isquémica. La presente revisión tiene el fin de recordar la etiopatogenia, fisiopatología, expresión clínica y actualizar el manejo y tratamiento establecido como experimental. Asfixia se define como la falta de oxígeno (hipoxia) o la falta de perfusión (isquemia) en diversos órganos. Se acompaña de acidosis láctica en los tejidos y si se asocia a hipoventilación, presenta hipercapnia. Incidencia Es variable dependiendo de los centros de referencia, se calcula de 1 a 1,5% en la mayoría de ellos, este porcentaje sube a 9% en menores de 36 semanas. Es responsable del 20% de las muertes perinatales. La incidencia aumenta en hijos de madres diabéticas y toxémicas, también está en relación con parto en presentación de nalgas, retraso de crecimiento intrauterino y recién nacidos postmaduros Fisiopatología y etiología En un 90% están en relación con el periodo de ante parto e intraparto, como consecuencia de insuficiencia placentaria, que determina en el feto la incapacidad para recibir O2 y eliminar CO2. El resto de casos se producen en relación a insuficiencia cardiopulmonar o neurológica en el post parto. Diferentes procesos producen descompensación que pueden desencadenar el proceso asfíctico, como ser patologías que alteren la oxigenación materna, que disminuyan flujo sanguíneo desde la madre a la placenta o desde ésta al feto, que modifiquen el intercambio gaseoso a través de la placenta o a nivel de los tejidos fetales o que aumenten las necesidades fetales de oxígeno. 12 La lesión hipóxico isquémica produce una serie de eventos: inicialmente existen mecanismos compensatorios de redistribución como el llamado reflejo de inmersión que frente a la presencia de hipoxia e isquemia produce la recirculación de sangre hacia cerebro, corazón y glándulas suprarrenales, en detrimento del pulmón, intestino, hígado riñones bazo, huesos, músculos esqueléticos, vasos y piel. En la hipoxia leve se produce disminución de la frecuencia cardiaca, aumento de la presión arterial y aumento de la presión venosa para mantener una adecuada perfusión cerebral. Con la persistencia de hipoxia se produce una disminución en el gasto cardiaco y posteriormente una caída de la presión arterial por un fracaso de la fosforilación oxidativa al acabar las reservas energéticas. El metabolismo anaerobio produce ácido láctico, que inicialmente se queda en los tejidos hasta que se recupera la perfusión. Pasada la injuria inicial viene una etapa de recuperación en la que existirá mayor daño, llamada reperfusión, el cerebro hipóxico aumenta el consumo de glucosa, la hipoxia causa dilatación vascular lo que facilita el ingreso de glucosa a la célula y mayor producción local de ácido láctico. La creciente acidosis lleva a: descenso de la glicólisis, pérdida de la autorregulación vascular cerebral, disminución de la función cardiaca, isquemia local y disminución de llegada de glucosa al tejido que lo requiere. Se alteran las bombas de iónes, lo que lleva al acumulo intracelular de Na, Cl, H2O, Ca+ y extracelular de K , aminoácidos exitotóxicos como glutamato y aspartato; como consecuencia se alterará la corteza cerebral y núcleos de la base, que mediaran la apertura de canales iónicos para la entrada de Na y Cl a la célula, y muerte neuronal. El flujo excesivo de Ca+ al espacio intracelular acaba produciendo la muerte celular. 13 Por otra parte la glicólisis anaeróbica incrementa el nivel de adenosina y, a través de esto, el nivel de hipoxantina y xantina, que al igual que todos los otros factores mencionados producen daño neurológico Tabla. Desencadenantes de Asfixia Perinatal En la Madre En la Placenta Hipertensión crónica, pre eclampsia o eclampsia Infartos Afecciones Vasculares Diabetes En el Cordón En el Feto Prolapso Hídrops Fibrosis Vueltas Infecciones Desprendimientos Nudos Prematuros Verdaderos Uso de Drogas Compresión Anomalías en Hipoxia por alteraciones vasos Cardiorespiratorias umbilicales Hipotensión Infecciones 14 RCIU Post Madurez Lesión cerebral por hipoxia-isquemia Dependiendo de la magnitud de la injuria cerebral inicial se produce una alteración del metabolismo oxidativo, aumento del lactato y caída del pH con la siguiente ineficacia de la glicólisis anaerobia para generar ATP y disminución de compuestos de fosfatos de alta energía (primero fosfocreatina, luego ATP). Después de la asfixia moderada a severa pueden verse las siguientes lesiones: 1. Necrosis cortical focal o multifocal (ocasionalmente con edema cerebral), que resulta en encefalomalasia quística. 2. Infartos de zonas limítrofes entre los territorios de irrigación de las arterias cerebrales, especialmente después de una hipotensión severa. En pretérminos se expresa como leucomalasia periventricular, en neonatos de término como lesiones parasagitales o corticales. 3. Necrosis neuronal selectiva 4. Necrosis de los núcleos talámicos y ganglios basales. Síndrome de encefalopatía hipóxico-isquémica (EHI). Después de una fase inicial de 12 horas de la acción causal, se observan signos de disfunción neurológica, un neonato obnubilado o comatoso, con respiración periódica e irregular, hipotónico, con ausencia de reflejos, movimientos oculares erráticos y generalmente reflejos pupilares conservados. Cuando se presentan crisis convulsivas, uno de los elementos clínicos más significativo de la EHI, éstas pueden ser tónicas, clónicas o multifocales; pueden observarse entre las 6 a 24 horas, se presentaran en 50% de las asfixias moderadas a severas. Entre las 12 a 24 horas pueden aparecer crisis de apnea (afección de tronco). El deterioro neurológico sobreviene en las primeras 24 a 72 horas. Para valorar la severidad de la asfixia se puede usar la clasificación de estadios clínicos de encefalopatía hipóxico isquémica descrita por de Sarnat. 15 Como medios que ayudan a precisar la lesión asfíctica se pueden usar el electroencefalograma, potenciales evocados, ecografía, tomografía axial computarizada (TAC), resonancia nuclear magnética (RMN) y gammagrafía cerebral. Efectos cardiacos Se puede presentar isquemia miocárdica transitoria poco después del nacimiento, se expresa como dificultad respiratoria, cianosis y signos de insuficiencia cardiaca, taquipnea, taquicardia, hepatomegalia, ritmo de galope. Se ausculta un soplo sistólico paraesternal izquierdo bajo, que corresponde a insuficiencia tricúspide e insuficiencia mitral con un soplo apical. El electrocardiograma muestra depresión del intervalo ST en las derivaciones precordiales e inversión de onda T en precordiales izquierdas. El eco cardiograma permite cuantificar la disminución de la función ventricular, hipertensión pulmonar e insuficiencias valvulares. En laboratorio se encuentra un valor de creatinfosfokinasa elevado con una fracción MB de más del 20% de ésta. Efectos renales La lesión hipóxico isquémica predispone el riesgo de necrosis tubular aguda, por lo que es necesario monitorizar: diuresis, orina completa, densidad urinaria, osmolaridad, electrólitos séricos, niveles de creatinina y sodio urinarios, para calcular la fracción excretada de sodio. Efectos gastrointestinales La disminución en el flujo esplácnico predispone a un mayor riesgo de enterocolitis necrotisante; y dependiendo la severidad de la injuria inicial se maneja ayuno en los primeros 2 a 5 días de vida. Efectos hematológicos La hipoxia isquemia a nivel hepático determina la disfunción en la producción de los factores de coagulación y a nivel de la médula ósea, disfunción plaquetaria, pudiendo llevar a una coagulación intravascular diseminada. 16 Efectos hepáticos Se expresa como un hígado de choque, se debe controlar función hepática con niveles de transaminasas, factores de coagulación, albuminemia, bilirrubinemia y detección de los niveles séricos de amonio. Efectos pulmonares Tanto la hipoxia, la acidosis y la hipercarbia determinan un aumento de la resistencia vascular pulmonar e hipertensión pulmonar persistente que ocasiona sintomatología de dificultad respiratoria y requerimientos de oxígenoterapia o ventilación asistida, esta injuria puede llevar a hemorragia pulmonar y edema pulmonar. Tabla. Clasificación de Sarnat de los estadios clínicos de la EHI GRADO I GRADO II GRADO III Letargia Estupor o coma Flacidez Nivel de Hiperalerta o Conciencia irritable Tono Muscular Normal Hipotonía Ligera Flexión Fuerte Flexión Distal Distal Hiperreactivo Débil, incompleto Ausente Débil Débil o ausente Ausente Simpática Parasimpática Disminuida Pupilas Midriasis Miosis Posición media Convulsiones Ausentes Frecuentes Raras EEG Normales Alterado Anormal Duración <24h 2-14 días Postura Reflejo de Moro Reflejo de Succión Función Autonómica 17 Descerebración Horas a Semanas Medidas preventivas Al ser la asfixia una patología de muy difícil manejo y mal pronóstico en un porcentaje elevado de los neonatos afectados, las medidas preventivas siguen siendo una intervención esencial. - Valoración prenatal: estudio antecedentes y control prenatal - Monitoreo perinatal: la monitorización de la frecuencia cardiaca fetal y estudio ecográfico de flujometría fetal, son exámenes auxiliares que disponemos en nuestro medio. También se puede tomar el pH de piel de la cabeza fetal, cuando es necesario. La presencia de signos de sufrimiento fetal agudo como, líquido amniótico con meconio, disminución en la frecuencia cardiaca y ritmo cardiaco fetal, deben ser detectadas a tiempo y llevar a decidir realizar o no una cesárea de urgencia. - Diagnóstico y manejo en sala de partos: las puntuaciones de APGAR menores a 3 persistentes más de 5 minutos son evidencia de asfixia. Contar con todos los medios necesarios para una adecuada reanimación neonatal y una persona entrenada en ello, cambia en forma determinante el pronóstico final de estos pacientes. Tratamiento Una vez diagnosticada la asfixia perinatal, el manejo del recién nacido se realiza en terapia intensiva neonatal, siguiendo las siguientes directrices: 1. Mantener niveles de oxemia adecuados, evitando la hipoxemia que puede exacerbar la lesión. 2. Evitar la hipercapnea por riesgo de vasodilatación y disminución del flujo sanguíneo cerebral. 3. Optimizar la perfusión y evitar la reperfusión de los tejidos que puede producir que la zona infartada se torne hemorrágica. Se recomienda mantener una presión arterial media (PAM) de 45 a 50 en Recién nacidos a término y 35 a 40 en Prematuros con pesos menores a 2000g, para esto se requiere: • Monitorización continúa. 18 • Presión venosa central en neonatos de término entre 5-8 y 3-5 en pretérminos. • Uso de dopamina, en dosis de 2 a 5 μg/kg/min para mejorar la perfusión renal. • En miocardiopatía asfíctica se recomienda el uso dobutamina entre 5 a 10 μg/kg/min. Dependiendo el caso, se puede usar beta agonistas periféricos como el isoproterenol, alfa bloqueantes periféricos y nitroprusiato. • Reducir al mínimo la administración en bolo de sustancias coloides y bicarbonato. Efectuar reposición de volúmenes en forma lenta. • Reducir al mínimo la administración de agua libre (perdidas insensibles más diuresis). • El empleo juicioso de agentes presores, puede disminuir al mínimo la necesidad de usar coloides. • Medición de presión intracraneal de ser posible. 4. Mantener niveles de glicemia adecuados para aportar suficiente sustrato al cerebro. Existe un estado hiper insulínico en neonatos asfícticos de causa desconocida con un déficit de glucógeno secundario a liberación de catecolaminas. Después de una fase inicial de hiperglicemia sobreviene hipoglicemia, que puede llegar a requerir velocidades de glucosa de 9 a 15 mg/kg/min., durante periodos breves. 5. Evitar la hipocalcemia, a pesar de que no tiene efecto protector a nivel cerebral. 6. Manejo de convulsiones; se recomienda el uso de fenobarbital 20 mg/kg/dosis ante la primera crisis y una dosis de mantenimiento de 3 a 5 mg/kg/día. Algunos grupos usan fenobarbital en forma preventiva ante la clínica evidente de EHI. De persistir convulsiones se puede usar fenitoina o midazolam. 7. Edema cerebral. Se puede prevenir manteniendo una estabilidad hemodinámica y adecuada PIC. Existen dos patologías asociadas a asfixia en las que se puede predisponer la sobrecarga de volumen, el síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética y la necrosis tubular aguda. 19 8. Medidas neuro-protectoras; se han experimentado una serie de medidas neuroprotectoras como ser: antagonistas de los receptores de neurotrasmisores excitotóxicos, eliminadores de radicales libres (superóxido dismutasa, vitamina E), bloqueadores de los canales del calcio (nifedipina, nicardipina), inhibidores de la ciclooxigenasa benzodiazepínicos (dexametasona) y (indometacina), (midazolam), estimulantes favorecedores de de la los receptores síntesis proteica vasodilatadores (prostaciclina), ninguno con evidencia científica significativa como para sugerir su uso en forma normada. Fisiología de la termorregulación El mantenimiento de la temperatura en animales homeotermos es esencial para la vida, pues permite mantener: la actividad enzimática, la tasa metabólica, la contracción muscular y optimizar la conducción eléctrica en el sistema nervioso central y periférico. La desnaturación proteica se inicia sobre los 42°C y la formación de cristales de hielo intracelulares bajo –1°C (1). La temperatura corporal depende de la relación entre la producción y pérdida de calor. La temperatura central (tronco y cabeza) normal en humanos varía entre 36°C en la mañana y 37,5°C en la tarde, siguiendo un ciclo circadiano, esto se correlaciona bien con el 10 a 15% de reducción de la tasa metabólica durante el sueño fisiológico. La temperatura periférica (extremidades y piel) tiene una mayor variación, especialmente en ambientes fríos. El 90% del calor se disipa a través de la piel y sólo 10% por los pulmones. El intercambio de calor se realiza a través de 4 mecanismos: radiación, conducción, convección y evaporación. El más eficiente es la radiación (60%), este consiste en la transmisión de energía calórica a distancia por radiación infrarroja desde un cuerpo más caliente a uno más frío, incluso a través de aire caliente. El cuerpo humano desnudo es una excelente fuente de radiación. 20 La conducción es el traspaso de calor por contacto directo entre dos objetos a diferente temperatura, su eficacia depende directamente de la superficie de contacto y de la diferencia de temperatura entre los dos objetos. A través de la piel, la pérdida de calor por esta vía es de sólo un 5%, debido a que la piloerección favorece la formación de una capa de aire inmóvil en la superficie de la piel, la cual rápidamente adquiere la temperatura corporal, produciendo así un aislante térmico. La convección o conducción facilitada se refiere a la pérdida de calor a través de conducción ayudada por el movimiento de aire, el cual retira el aire inmóvil aislante de la superficie de la piel. Factores determinantes de su eficacia son la temperatura y velocidad del aire. La evaporación es responsable de un 20% de la pérdida de calor del cuerpo humano, su eficiencia depende de la humedad ambiental, superficie de piel expuesta y presencia de diaforesis. La evaporación es el único mecanismo por el cual el cuerpo humano puede eliminar el exceso de calor cuando la temperatura ambiental es mayor a la corporal. Un individuo puede producir hasta 700 ml/hr de sudor, y con la exposición continua al calor, puede llegar a 1500 ml/hr, lo que aumenta en 10 veces la pérdida de calor corporal. La termorregulación se produce mediante mecanismos de reentrada cuyo centro integrador es el hipotálamo. Los receptores térmicos se localizan en la piel, tejidos profundos y médula espinal. Existen centros moduladores de la vía aferente en la médula espinal y troncoencéfalo. Además, el núcleo preóptico del hipotálamo tiene sus propios receptores térmicos y recibe vías aferentes de receptores térmicos localizados en el mismo encéfalo. En respuesta al frío, el hipotálamo posterior desencadena vasoconstricción, piloerección y calofrío. En respuesta al calor, el hipotálamo anterior produce vasodilatación y sudoración. 21 Fiebre en el neurointensivo La incidencia de fiebre, definida como una temperatura axilar mayor a 38°C, es alta en pacientes con ENC. Un estudio retrospectivo mostró que el 47% de los enfermos hospitalizados en un neurointensivo presentó fiebre (3). Otro estudio con pacientes con ataque vascular encefálico mostró una incidencia de 43%. Numerosos estudios experimentales en animales con trauma encefálico, infarto encefálico y encefalopatía hipóxico isquémica han mostrado que la fiebre es un factor independiente de mal pronóstico neurológico. En pacientes con infarto encefálico, la presencia de fiebre también se asocia a mal pronóstico neurológico (4, 6-9). Un metaanálisis con 3790 enfermos confirmó esta asociación (p<0.001), así como también la relación entre fiebre y muerte (p<0.00001) (10). Por otro lado, un estudio sugirió que la fiebre era un efecto del infarto encefálico, y por lo tanto, sólo un epifenómeno y no la causa del mal pronóstico. Un trabajo con 196 enfermos con hemorragia encefálica espontánea también mostró una correlación entre mal pronóstico y fiebre, al igual que otro estudio con 38 pacientes con hemorragia subaracnoidea. Resultados similares se han obtenido en pacientes con trauma encefálico y encefalopatía hipóxico isquémica. Se puede concluir que existe una relación directa entre la presencia de fiebre y mal pronóstico en pacientes con ENC, sin embargo, esta asociación no indica causalidad, aunque tampoco la niega. Existen dos métodos para determinar la causalidad de la fiebre en el mal pronóstico neurológico: 1. Inducir fiebre en animales de experimentación con un daño neurológico controlado y comparar el pronóstico con un grupo control. 22 2. Evaluar en pacientes con un daño encefálico grave si la mantención de la normotermia disminuye la morbimortalidad respecto a un grupo control con fiebre. Teniendo en cuenta lo mencionado, parece lógico asumir, o al menos investigar, si la hipotermia leve a moderada mejora el pronóstico neurológico de estos pacientes. Definición de hipotermia No existe en la literatura una definición universal para los diversos grados de hipotermia. Algunos los definen como: Leve: > 32°C, moderada: 28-32°C, severa: 20-28°C y profunda:< 20°C (18). Sin embargo, en la literatura neurológica es más frecuente considerar hipotermia leve entre 34 y 36°C y moderada entre 32 y 34°C. La hipotermia sobre 34°C se puede realizar en pacientes despiertos tratados con fármacos para evitar calofríos y con mínima monitorización debido a la escasa respuesta sistémica, en cambio, en la más profunda se requiere de sedación, relajación y ventilación mecánica invasiva. Historia de la hipotermia La hipotermia fue utilizada con propósitos curativos por egipcios, griegos y romanos. En el siglo XIX fue usada en procedimientos quirúrgicos debido a sus propiedades como anestésico local. El primer intento terapéutico con hipotermia inducida se realizó en 1937 en una paciente con cáncer metastásico, se basó en la observación de que las células neoplásicas no presentaban mitosis en hipotermia. El mismo autor fue el primero en describir el uso de hipotermia en pacientes con trauma encefálico grave. En 1950, Bigelow et al. Iniciaron la protección neurológica con hipotermia durante 23 Cirugía cardiaca, la cual sigue vigente en la actualidad. Sin embargo, se debe reconocer que a pesar de su uso rutinario, no existen trabajos bien diseñados que la avalen. Desde su introducción como neuroprotector en la cirugía cardiaca, se ha intentado Utilizar la hipotermia en pacientes con ENC, pero debido a las graves complicaciones sistémicas los ensayos fue suspendido. Durante la segunda guerra mundial los Nazis realizaron experimentos con hipotermia en víctimas de los campos de concentración. Basándose en el beneficio observado en pacientes sometidos a cirugía cardiaca, su eficacia como neuroprotector en animales de experimentación y casos aislados de niños sumergidos en agua fría por hasta 40 minutos con indemnidad neurológica; resurgió el interés en el uso de la hipotermia como neuroprotector. Mecanismos de neuroprotección de la hipotermia Los mecanismos físico-bioquímicos que explican la neuroprotección de la hipotermia son desconocidos y probablemente multifactoriales. Además, se ha observado que éstos tienen distinta relevancia según la intensidad de la hipotermia así como del tipo de daño encefálico. Basados en estudios experimentales con animales, se ha determinado que los mecanismos más probables de neuroprotección son: 1. Disminución de la tasa metabólica. 2. Disminución de la secreción de neurotransmisores excitatorios. 3. Disminución de la actividad enzimática intracelular. 4. Aumento de la síntesis de proteínas reparadoras. 5. Estabilización de la barrera hematoencefálica. 6. Reducción del edema vasogénico. 7. Disminución de la cascada inflamatoria. 24 8. Disminución de la síntesis de radicales libres. 9. Inhibición de la apoptosis Respuesta fisiológica a la hipotermia La primera respuesta al frío es conductual, la persona evita el ambiente frío y tiende a abrigarse. En la intoxicación por alcohol, frecuentemente acompañada de hipotermia, ésta se debe a la pérdida de la respuesta conductual y no la acción directa del alcohol en la capacidad de generar calor. Bajo 36,5°C se produce vasoconstricción superficial debido a la activación de “shunts” arteriovenosos de 100 um de diámetro en la dermis. Su efecto concreto es la reducción de la pérdida de calor en un 25%. Al llegar a 35,5°C se produce calofrío, el cual puede aumentar transitoriamente la tasa metabólica 4 a 5 veces. Primero se observa en los músculos pectorales, siendo los más eficientes los de las extremidades. La hipotermia afecta el funcionamiento de todos los órganos del cuerpo, los más trascendentes para el clínico son los siguientes: Sistema nervioso central Por cada 1°C que disminuye la temperatura encefálica se reduce la tasa metabólica del encéfalo en un 6 a 7%. Por otro lado, la hipotermia ha demostrado que reduce la presión intracraneana y que puede tener una acción anticonvulsivante. Un estudio con 14 pacientes con infarto hemisférico sometidos a hipotermia a 33°C fueron evaluados con Doppler transcraneano (DTC), determinándose la indemnidad de la autorregulación hidráulica del hemisferio contralateral. Otros estudio con 18 voluntarios sanos sometidos a hipotermia a 34,5°C y evaluados con DTC mostró que la velocidad de la arteria cerebral media aumenta y el índice de pulsatibilidad disminuye. Estudios observacionales entre 1930 y 1950 describen que a los 34°C aparecen 25 amnesia retrógrada y disartria, a los 27°C afasia, y a los 26°C pérdida del reflejo pupilar y en algunas oportunidades muerte súbita, probablemente debido a fibrilación ventricular. Sistema Cardiovascular Entre 36 y 34°C se producen calofríos intensos y se incrementa la concentración de noradrenalina en un 700%, esto aumenta significativamente la tasa metabólica y la demanda de oxígeno, lo que puede explicar la alta incidencia de infarto miocárdico en pacientes con antecedentes de enfermedad coronaria (39). Por otro lado, cuando la hipotermia se realiza con fines terapéuticos y se previenen los calofríos con sedación y relajantes musculares, la hipotermia entre 32 y 34°C disminuye la frecuencia cardiaca e incrementa la resistencia vascular periférica por lo que el débito cardíaco y la presión arterial media se mantienen relativamente estables. La vasoconstricción periférica incrementa la presión arterial media en 14 +/- 5 mmHg. Algunos autores han sugerido que esto puede explicar el incremento del riesgo cardiaco, sin requerir la presencia de calofrío. Se debe considerar que la vasoconstricción de las arteriolas superficiales disminuye el flujo sanguíneo cutáneo, por lo que el uso de fármacos subcutáneos puede tener un efecto sistémico discreto. Así, es aconsejable utilizar temporalmente la vía intravenosa, por ejemplo, heparina intravenosa para reemplazar las heparinas subcutáneas de uso profiláctico e insulina intravenosa para el control de la hiperglicemia. Las arritmias cardíacas severas son infrecuentes sobre 33°C, incluso en pacientes con isquemia miocárdica. Sin embargo, bajo 30°C las extrasístoles ventriculares y la fibrilación ventricular son frecuentes. Una excepción sobre 33°C es la presencia de bradicardia, la cual se observó en un estudio multicéntrico en el 62% de los casos. La frecuencia puede ser menor a 30 latidos por minuto y no es raro que se requiera de atropina intravenosa y rara vez de marcapaso transitorio. A 33°C 26 se puede observar en el electrocardiograma una escotadura en el complejo QRS denominado onda Osbourne. La anestesia general asociada a relajantes muscular es el método más eficaz para prevenir la termogénesis y calofríos, este método ha sido utilizado con éxito durante décadas en la cirugía cardiovascular y neurocirugía. El midazolam disminuye levemente el umbral de vasoconstricción y calofríos (0,6°C). En cambio, los opiáceos tienen un efecto inhibitorio de la termorregulación similar a la anestesia general pero a una dosis en la cual producen también una inhibición del centro respiratorio, requiriéndose de ventilación mecánica invasiva. Una excepción dentro de los opiáceos es la meperidina, el fármaco más eficaz para controlar los calofríos (0,6ug/ml reduce el umbral de calofríos en 2,3°C). Su mecanismo de acción se debe probablemente a su actividad agonista en los receptores opiáceos kappa y adrenorreceptores centrales alfa 2b. La meperidina es parcialmente metabolizada a normeperidina, un metabolito que baja el umbral convulsivante. Por esta razón, se recomienda no utilizar dosis altas de meperidina por más de 24 horas. La combinación sinérgica entre meperidina y buspirona (agonista parcial de serotonina 1a) es el tratamiento farmacológico más eficaz para controlar la termogénesis después de la anestesia general. La mitad de la dosis habitual de ambos fármacos reduce el umbral de calofríos en 2.3°C (47). Esta combinación farmacológica puede ser utilizada en pacientes sometidos a hipotermia leve y a quienes no se desea conectar a un ventilador mecánico invasivo. Sistema Respiratorio Para prevenir los calofríos, todos los pacientes sometidos a hipotermia a 33°C deben ser sedados, relajados y ventilados invasivamente. Habitualmente se utiliza el modo ventilatorio controlado por presión y se regulan los parámetros ventilatorios para obtener gases sanguíneos arteriales normales (ver equilibrio 27 ácido-base). Se recomienda el uso de una presión positiva al final de la espiración (peep) de al menos 5 cm de agua. El riesgo de neumonía en pacientes con hipotermia moderada depende directamente de la duración de esta. En pacientes tratados por 12 a 24 horas la neumonía es infrecuente, en cambio, aquellos tratados por 7 días, el riesgo es de 45% (48). Un estudio multicéntrico detectó 48% de neumonía en pacientes tratados con hipotermia a 33°C durante menos de 4 días. Equilibrio ácido-base En hipotermia, la solubilidad de los gases sanguíneos aumenta, es decir, la presión parcial de CO2 disminuye (4,5% por cada 1°C) y consecuentemente, el pH se alcaliniza (0,015 unidades de pH por cada 1°C). Existen dos estrategias para el manejo de los gases sanguíneos en hipotermia, en la primera se corrige la presión parcial de CO2 con el aporte de este gas (pH-stat) y en la segunda se decide no corregirlo (alfa-stat). Ambas estrategias tienen beneficios y riesgos. En la estrategia de pH-stat se busca normalizar la presión parcial de CO2 y el pH, para esto, se suministra CO2 o bien se regulan los parámetros ventilatorios, esto produce un incremento relativo del CO2, el cual ante un sistema de autorregulación metabólico funcional, produce un incremento del flujo sanguíneo encefálico (FSE). Esto último puede ser teóricamente beneficioso para el área penumbra de un infarto encefálico. Un estudio reciente con ratas con infarto encefálico en el cual se compararon ambas estrategias mostró que el uso de pH-stat se asoció a un aumento del FSE, menor volumen del infarto y menor edema post infarto. Estudios en humanos que comparen ambas estrategias son necesarios. 28 Hígado y Páncreas La hipotermia leve reduce el metabolismo y clearance hepático de los fármacos, aumentado su vida media. Esto debe ser considerado durante la hipotermia y el recalentamiento. Se ha observado la elevación de lipasa y amilasa plasmática en pacientes sometidos a hipotermia a 33°C, habitualmente no acompañada de otras manifestaciones de pancreatitis. Esta elevación enzimática revierte espontáneamente después del recalentamiento. Sistema Renal Durante la hipotermia moderada puede aumentar la diuresis debido a una disminución de la reabsorción de soluto en el brazo ascendente del asa de Henle. Se debe intentar mantener un balance neutro o ligeramente positivo. Electrolitos Durante hipotermia, el potasio se transporta desde el extracelular al intracelular, provocando hipocalemia, durante el recalentamiento se produce el proceso inverso. Es trascendente evaluar periódicamente la calemia pues el incremento del aporte de potasio durante la hipotermia puede desencadenar hipercalemia durante el recalentamiento, la que puede provocar arritmias y ser potencialmente mortal. Hidratación y nutrición La hidratación debe buscar un balance neutro o ligeramente positivo. La nutrición por vía enteral se ve retardada en pacientes con hipotermia debido a que ésta induce parálisis intestina. En caso de hipotermia por más de 48 horas se recomienda el uso de nutrición parenteral parcial o total. 29 Por otro lado, la hipotermia puede disminuir la secreción de insulina, provocando hiperglicemia. Esta debe ser corregida pues se ha establecido que la hiperglicemia en pacientes en una unidad de cuidados intensivos es un factor independiente de mal pronóstico. Como se mencionó, debe preferirse el uso de insulina intravenosa en infusión continua a la vía subcutánea debido al bajo flujo sanguíneo subcutáneo en hipotermia. Sistema Hematológico Durante la hipotermia moderada se puede producir leucopenia y disfunción leucocitaria, lo que ha sido implicado en el aumento de la incidencia de sepsis, especialmente de origen respiratorio. También se puede observar trombocitopenia, disfunción plaquetaria y alteración de las pruebas de coagulación. En un estudio multicéntrico se detectó un 70% de pacientes con trombocitopenia. Afortunadamente, la hemorragia es infrecuente en la práctica clínica. Localización del termómetro Se han utilizado diversos sitios para determinar la temperatura corporal y correlacionarla con la encefálica. Las más frecuentes son: axilar, bulbo yugular, bucal, rectal, timpánica, vesical, esofágica, arterial y venosa central. Ninguna tiene una correlación exacta con la temperatura encefálica, la que habitualmente es 0,3 a 1,1°C mayor. Por otro lado, se debe considerar que esta diferencia se ve incrementada en pacientes con lesiones encefálicas o fiebre. Si bien un estudio no mostró diferencia de la temperatura encefálica en diversas localizaciones intracraneanas, otro trabajo determinó que la temperatura es ligeramente mayor en la profundidad del encéfalo. Además, en pacientes con infarto encefálico se ha detectado una diferencia de 0,8°C entre el hemisferio infartado y el contralateral. Considerando los estudios comparativos, riesgos, costos y facilidad de uso de las diversas localizaciones, parece razonable utilizar la temperatura vesical 30 cuando la temperatura encefálica no se encuentra disponible. Además los 2 estudios que demostraron eficacia de la hipotermia en la encefalopatía hipóxicoisquémica utilizaron la temperatura vesical. TERAPIA CON HIPOTERMIA EN ASFIXIA PERINATAL El uso de hipotermia ha mostrado en diversos trabajos de investigación ser una medida de resultados prometedores con disminución significativa tanto en la mortalidad como en las secuelas. La disminución en 3ºC de la temperatura corporal o el enfriamiento selectivo de la cabeza, se ha usado en diversos protocolos experimentales y humanos. Actualmente existen trabajos bajo las exigencias de la medicina basada en evidencia, en Reino Unido (proyecto TOBY), en Australia (proyecto ICE), en Europa y en China. Sobre los estudios publicados con evidencia científica significativa, está el estudio publicado en Lancet el 2005, con enfriamiento selectivo de la cabeza, donde se estudiaron 234 neonatos con encefalopatía moderada y severa con enfriamiento de inicio en las primeras 6 horas de vida y por 72 horas, manteniendo una temperatura rectal de 34,5ºC, disminuyendo la mortalidad y secuelas de un 65,9% a un 47,6% (p=0.01, OR 0,42(022-0,8). Otro estudio multicéntrico, con enfriamiento de todo el cuerpo, publicado por la NICHD (National Institute of Child Health and Development), en New England Journal the 2005, estudio de 208 neonatos con EHI, disminuyendo la temperatura corporal a 33,5ºc por 72 horas, mostrando una disminución de cerca del 30% de encefalopatías severas (RR 0,72(0,55-0.93)), sin tener diferencias significativas en las secuelas. 31 Pronóstico La incidencia de secuelas neurológicas en los supervivientes es de 20 a 45%, de estas 40% es mínimas y 60% graves. De los que sufren encefalopatía grado I, el 100% tiene una evolución normal, los que cursan con encefalopatía grado II en un 80%, mientras que los que cursan con encefalopatía grado III fallecen en un 50% y los restantes presentan severas secuelas neurológicas. La asfixia neonatal y EHI, es un problema importante en nuestro medio. La alta incidencia de mortalidad y secuelas, hacen que las medidas preventivas sigan siendo la mejor intervención para disminuirlas. El continuo entrenamiento en reanimación neonatal y manejo protocolizado en terapia intensiva son determinantes en el pronóstico final de morbimortalidad. Los nuevos estudios en hipotermia nos dan nuevas armas en el manejo de esta enfermedad, teniendo que esperar la validación científica de los mismos, para poder aplicarlas rutinariamente. El conocimiento de las secuelas derivadas de la asfixia perinatal se basa en los estudios longitudinales de los pacientes afectos. Sin embargo, una revisión de la literatura permite detectar una escasa homogeneidad en las poblaciones utilizadas para el seguimiento del neurodesarrollo. Ello se debe en parte a la falta de una definición de asfixia perinatal uniformemente aceptada. Aunque en los últimos años se utilizan definiciones de asfixia que incluyen la constatación de la tríada: signos antenatales de distress fetal, signos clínicos y bioquímicos de asfixia intraparto y el desarrollo subsiguiente de una encefalopatía neonatal, estos criterios son susceptibles de diferentes interpretaciones según los autores. La asfixia perinatal mantiene una incidencia de 1,5-6 /1000 recién nacidos vivos en los países desarrollados. En el grupo de recién nacidos a término, se calcula que la asfixia perinatal ocasiona secuelas neurológicas graves en un 20-30% de casos. Por otro lado, es factor etiológico en un 10-25% de los niños con 32 parálisis cerebral. Sin embargo, usando las definiciones más amplias de asfixia, se conoce que la mayoría de niños con asfixia perinatal no desarrollan secuelas. Las secuelas de la asfixia en el Recién nacido a término afectan primordialmente a los sistemas sensitivos y motores. Cuando existen secuelas motoras, dando lugar a las diferentes formas de parálisis cerebral, pueden asociarse además el déficit cognitivo, las alteraciones sensoriales, trastornos de la conducta y epilepsia. En consecuencia, es excepcional que alguno de estos síntomas pueda aparecer en ausencia de déficits perceptivo-motores y sean atribuibles a una situación de asfixia perinatal. La mayoría de recién nacidos a término con encefalopatía hipóxico-isquémica (EHI) de grado I de Sarnat y Sarnat no presentan secuelas neurológicas a medio plazo, aunque los datos en niños de edad escolar son escasos. Los que presentan con encefalopatía grado III, mueren o se ven abocados a muy graves secuelas. Donde el pronóstico es realmente complicado es en los recién nacidos con formas moderadas de asfixia, habitualmente asociada a encefalopatía grado II. De ellos, aproximadamente un 25 % presentan secuelas neurológicas moderadas o severas. Además, en los pacientes con EHI grados II-III, la necesidad de cuidados intensivos neonatales, incluida la ventilación mecánica, y el uso de fármacos antiepilépticos en aquellos casos con crisis comiciales clínicas o eléctricas, limitan la utilidad de herramientas pronosticas como la exploración neurológica neonatal y el EEG Son diversos los instrumentos utilizados en el intento de establecer un pronóstico neurológico precoz en la EHI neonatal: Exploración neurológica, marcadores bioquímicos- enolasa específica neuronal, GFAP, lactato- EEG, Monitor de función cerebral (aEEG), potenciales evocados visuales y somatosensoriales, ecografía, eco-Doppler, TAC, RM o espectroscopia por RM. 33 De entre ellos, se atribuye a las técnicas de imagen la mayor información pronóstica, dado que permiten reconocer precozmente la existencia de lesiones características de la EHI, con patrones bien diferenciados en función de la extensión y severidad de la asfixia. En los casos de asfixia parcial, suele ocurrir lesión por hipoxia ligera o moderada o por hipotensión que, en el RNAT, recae en la substancia blanca subcortical y córtex cerebral en regiones limítrofe de los grandes territorios vasculares, aunque también puede afectar a la substancia blanca periventricular o provocar accidentes cerebrovasculares focales. La lesión predominante inicial es el edema. En los de asfixia global, suele existir hipotensión severa o paro cardiocirculatorio y se afectan las áreas de mielinización activa del RNAT: ganglios basales (especialmente núcleos lenticulares), tálamos, córtex perirolándico, cápsula interna, e incluso radiaciones ópticas, todas ellas áreas donde la tasa metabólica es más elevada. La ecografía transfontanelar posee un fuerza predictiva importante en el caso de la hemorragia peri-intraventricular, pero su sensibilidad disminuye en el RNAT con EHI. El uso de sondas de alta frecuencia (10 MHz) parece haber mejorado la correlación entre imagen y neuropatología en casos graves. En cualquier caso, razones de manejabilidad, disponibilidad y bajo coste hacen de la ecografía la mejor elección inicial como estudio de imagen en el recién nacido encefalopático. La valoración de la velocidad del flujo sanguíneo en la arteria cerebral anterior mediante Eco-doppler parece ofrecer un elevado valor predictivo positivo, si bien estudios a largo plazo parecen no corroborar este punto. En el caso de la TAC, existen también limitaciones para delimitar las lesiones isquémicas en el cerebro inmaduro derivadas de su baja sensibilidad para la detección de los cambios madurativos del cerebro en desarrollo. Como en el caso de la ecografía, sin embargo, la TAC puede detectar lesiones talámobasales que se correlacionan con mal pronóstico neurológico. A pesar de su baja sensibilidad al daño cerebral en fases precoces, la RM cerebral realizada a partir de la semana de vida es la técnica de imagen con 34 mejor correlación pronóstica. Diversos autores han recurrido a clasificaciones de grupos pronósticos en función de la topografía de las lesiones detectadas por RM en el periodo neonatal, pero sólo algunos de estos estudios proporcionan información sobre el seguimiento neurológico a medio plazo. Las alteraciones de la señal de RM en el recién nacido asfíctico cambian de características a lo largo de los primeros días de vida: días 1-2: prolongación T2 (y alteración de la ERM y RM con difusión). A partir del día 3: acortamiento de la señal en T1 y/o señal amentada en T2 en las áreas vulnerables. Días 6 y siguientes: acortamiento de la señal en T2. Martin y Barkovich afirman que el hallazgo en la RM de edema cortical difuso, con borramiento del ribete cortical o las lesiones de los núcleos ventro-laterales del tálamo y estriados dorsales comporta un mal pronóstico neurológico, con independencia del resto de variables clínico-biológicas, como el test de Apgar o el pH de cordón. Estas anomalías de la RM neonatal se asocian además a desarrollo ulterior de microcefalia. Barkovich et al., desarrollaron un sistema de puntuación basado en la presencia de alteraciones en ganglios basales y zonas terminales de perfusión, que se correlaciona con el desarrollo neuromotor a los 3 y 12 meses. La secuencia de primer eco de T2 fue la que mejor se correlacionó con el pronóstico neurológico. Rutherford et al., señalaron que el hallazgo de una intensidad de señal anómala en el brazo posterior de la cápsula interna entre los días 1 y 17, se asoció a alteraciones del neurodesarrollo en el 100% de los casos, mientras que la normalidad en dicha región predijo un desarrollo normal en 28/32 casos. Estudios recientes del mismo grupo, sugieren que la lesión difusa de substancia blanca, pero también la lesión severa de ganglios basales predicen la evolución a microcefalia y/o crecimiento cefálico deficiente al año de edad. Los mismos autores han confirmado recientemente estos hallazgos en 25 pacientes con asfixia estudiados mediante RM y EEG: el EEG discrimina en los primeros días entre los pacientes con buen o mal 35 pronóstico, y en estos últimos la RM a la semana de vida puede dar información más específica sobre el tipo y severidad de las secuelas. La RM precoz (primera semana de vida) presenta varias limitaciones: como la señal del tejido cerebral no mielinizado es similar a la del tejido dañado, es importante reparar en la señal del brazo posterior de la cápsula interna, que debe aparecer brillante en T1 en el RN normal y está hipointenso en el RNAT asfíctico. Además del mencionado estudio de Rutherford et al., es interesante señalar que, alrededor de la edad gestacional de término, la asimetría en la mielinización de dicho brazo posterior de la cápsula interna es altamente predictiva de hemiplejia en neonatos que han sufrido infarto hemorrágico periventricular. Otro dato a tener en cuenta es que las circunvoluciones pre y postcentrales presentan una señal brillante en T1 y oscura en T2 en el RN normal, pero esta alteración de la señal está aumentada en la profundidad del surco en los niños con asfixia perinatal. Por último, aunque no se trata de lesiones comunes, la RM también puede detectar lesiones en cerebelo, tronco o médula espinal en casos de EHI severa. Ocasionalmente, las lesiones parenquimatosas cerebrales se acompañan de trombosis venosas. La espectrocopia por RM (ERM) ha sido utilizada para estudiar el metabolismo energético cerebral durante y después de la EHI neonatal. La ERM con 31P revela una caída en el cociente fosfocreatina/fósforo inorganico, como reflejo de la reducción en la concentración de fosfatos de alta energía en el cerebro. Se ha hallado correlación entre alteraciones en el neurodesarrollo y fosfocreatina y ATP en la ERM practicada en el periodo neonatal. Usando ERM con 1H se ha demostrado que la elevación del cociente lactato/N-acetil aspartato conlleva un riesgo elevado de secuelas neurológicas a la edad de 12 meses. Esta técnica puede detectar anomalías en las horas siguientes a la hipoxia-isquemia. La RM potenciada con difusión detecta lesiones aún en fases más precoces, habiéndose descrito cambios a los 15minutos del insulto, pero 36 es posible que esta herramienta deje de apreciar parte de la lesión relacionada con la fase de reperfusión, especialmente la asociada a muerte celular retardada, de aparición más tardía. Neuroprotección En el campo de la neuroprotección, lo que más se ha investigado es la hipotermia. Estudios experimentales han demostrado que la hipotermia disminuye el consumo cerebral de oxígeno, retarda la disminución de la relación energética fosfocreatín/fosforo inorgánico, suprime la actividad citotóxica de los aminoácidos excitatorios, inhibe la actividad sintetasa de oxido nítrico y disminuye los niveles de interleuquina 1 (IL-1) beta, disminuye la liberación de citoquinas tóxicas para la glía y disminuye la actividad de radicales libres, lo que a su vez reduce la apoptosis. Sin embargo, los trabajos de investigación que se han realizado aplicando esta teoría al campo clínico no han tenido los resultados esperados. Gluckman estudió los efectos de la hipotermia sistémica en pacientes con encefalopatía neonatal en 116 pacientes en los que se aplicó enfriamiento selectivo de la cabeza mediante hipotermia sistémica leve. Los datos se compararon con los de un grupo control de 118 individuos. Como requisito de inclusión todos debían tener un electroencefalograma (EEG) previo, con el objetivo de determinar la gravedad de las lesiones antes de la intervención. En el análisis global no se encontraron diferencias significativas, pero al separar a los pacientes según nivel de gravedad al ingreso se encontró una diferencia significativa en muerte y daño grave a los dieciocho meses en aquellos con EEG intermedio. Se concluyó que en este estudio, el beneficio de la hipotermia se obtuvo en los pacientes con daño intermedio y por lo tanto, con alguna potencialidad de mejoría 37 En una revisión sistemática de varios estudios relacionados con el uso de hipotermia para el tratamiento de la EHI neonatal se logró identificar 16 estudios de los cuales seis se excluyeron por tratarse de estudios retrospectivos o series de casos; de los diez restantes sólo se incluyó a ocho estudios, de los cuales cuatro mostraban resultados según eficacia y los restante presentaban resultados sobre seguridad. Los criterios de inclusión consideraron determinados niveles de puntaje Apgar, pH y gases en sangre de cordón antes y después del nacimiento, más la necesidad de medidas de reanimación. Los criterios de exclusión incluyeron enfermedades metabólicas y congénitas, entre otras. En todos los estudios se determinó la forma de aplicar la hipotermia, la temperatura a alcanzar, la naturaleza aleatoria de la selección, la aplicación de un sistema ciego para los resultados y la realización de seguimientos completos. Los resultados mostraron diferencias significativas en cuanto a discapacidad neurológica en los sobrevivientes, a favor del grupo tratado, También se evaluó el resultado en cuanto a parálisis cerebral grave, índice de desarrollo mental y psicomotor alterados (<70), déficit visual y auditivo grave, presencia de epilepsia, necesidad de soporte vital y muerte. Al separar los resultados según gravedad de encefalopatía no se encontró diferencia significativa en los pacientes con encefalopatía grave, pero sí la hubo en aquellos con encefalopatía moderada, tanto en muerte y daño grave como en parálisis cerebral, en varios de los estudios En el año 2005 se publicó en New England Journal of Medicine un trabajo acerca de la hipotermia corporal global en recién nacidos con EHI que entregó resultados primarios sobre muerte y discapacidad y resultados secundarios en relación a sobrevivencia, presencia de parálisis cerebral y ceguera, entre otros aspecto Posteriormente, en 2008, el mismo autor publicó en Pediatrics un segundo trabajo dedicado sólo a resultados secundarios. Lo interesante es que en el primer trabajo, en los resultados primarios se encontraron diferencias significativas respecto a muerte y discapacidad moderada o grave, mientras que 38 en la publicación de 2008 no hubo diferencias significativas en muerte y discapacidad, ni tampoco las hubo al analizar las complicaciones o secuelas de las encefalopatías moderadas y graves por separado. Un dato importante de este estudio es que la refrigeración de los pacientes se inició con una mediana de 35,5 minutos después de ser seleccionados para el estudio, pero el tiempo medio que tardó el proceso desde el nacimiento de los pacientes fue 5 horas, lo que demuestra que se cuenta con una ventana de tiempo determinado para inducir hipotermia. El problema surge en la práctica clínica, ya que, a diferencia de los estudios experimentales no siempre es posible reconocer el momento en que se produce la noxa que desencadena el fenómeno hipóxico isquémico, por lo tanto es difícil precisar el momento adecuado para iniciar la terapia. Otros datos importantes, que resultan alarmantes para aquellos centros que incorporan tanto la hipotermia activa mediante máquinas especializadas para inducción, como la pasiva, mediante la manipulación de los controles de incubadoras o cunas radiantes, indican que un recién nacido nunca alcanzó la temperatura de equilibrio y que ocurrieron 40 eventos con temperatura <32° C después de logrado el enfriamiento inicial, es decir, hubo sobreenfriamiento, en 27% de los pacientes; y 10 lactantes tuvieron temperatura <32º C tras lograr el equilibrio, es decir, de los pacientes que se sobreenfriaron previamente 10 volvieron a desarrollar el mismo estado. En el grupo sometido a hipotermia 43 pacientes presentaron convulsiones y a 44 se les administró anticonvulsivantes, mientras que en el grupo control esto ocurrió en 48 y 45 pacientes respectivamente. Finalmente, de los 32 pacientes con encefalopatía grave en el primer grupo, 33% recibió soporte inotrópico, en cambio, de los 38 pacientes con encefalopatía grave en el grupo control sólo 25% recibió apoyo inotrópico; llama la atención la gran cantidad de pacientes que no recibió este tipo de apoyo inotrópico en estas circunstancias. 39 La hipotermia ha sido utilizada como una herramienta terapéutica desde la antigüedad. Sin embargo, de forma rigurosa, se la utiliza desde hace no más de 60 años. En animales de experimentación la hipotermia es el neuroprotector más potente. En los últimos años, ha sido evaluada en pacientes con diversas enfermedades neurológicas catastróficas (ENC), con resultados excepcionales en pacientes con paro cardiaco extrahospitalario por fibrilación ventricular. La decisión de usar un método nuevo para el manejo de patologías graves, es siempre difícil cuando no se cuenta con el respaldo de trabajos clínicos que lo avalen. Por otra parte, la seguridad del procedimiento está avalada por trabajos que demuestran que el método empleado es seguro y sin efectos colaterales importantes, excepto una tendencia a la bradicardia moderada En los últimos 10 años se han diseñado estudios dirigidos a entender mejor los mecanismos del daño hipóxico isquémico producido por la asfixia intrauterina. Trabajos experimentales en diversas especies animales muestran que la injuria cerebral no es un evento único, sino más bien un fenómeno evolutivo que lleva a la muerte celular después de una cascada de reacciones celulares y bioquímicas. Existe un daño bifásico, inicialmente se produce una falla energética primaria, caracterizada por despolarización de la membrana celular, entrada de sodio, agua y desarrollo de edema cerebral; hay un aumento de la producción de radicales libres, liberación de exitotoxinas como glutamato, y acumulación de calcio intracelular, todos estos fenómenos llevando a un proceso de necrosis neuronal primaria. Por otra parte, el flujo vascular cerebral, que inicialmente esta disminuido aumenta considerablemente, acentuando la producción de radicales libres, y finalmente se produce el daño celular secundario en que las neuronas se destruyen por un proceso de apoptosis. Esta fase está caracterizada por hiperemia, edema cerebral y convulsiones. Las características del daño hipóxico isquémico, indican que existe por lo tanto un periodo intermedio, antes del daño secundario, en que es posible intervenir interrumpiendo la cadena de eventos que llevan a la destrucción celular 40 definitiva. Esta es la llamada ventana terapéutica, y evidencias experimentales sugieren que no dura más allá de 6 horas. Los estudios clínicos basados en el tratamiento farmacológico de la asfixia no han demostrado eficacia hasta la fecha. La estrategia basada en la remoción de radicales libres con alopurinol está limitada a un estudio de 11 Recién nacidos a término con EHI, que mostró una mejoría parcial del EEG y flujo cerebral en aquellos RN tratados. Los bloqueadores del calcio tienen enormes efectos colaterales sobre la presión arterial. No existen estudios clínicos sobre el uso de antagonistas del glutamato y bloqueadores del fierro libre. La melatonina y eritropoyetinas se han usado experimentalmente y limitadamente en clínica en estudios no controlados. El fenobarbital se usa extensamente en el tratamiento de las convulsiones post asfícticas y ha sido usado en forma profiláctica en dosis de 40 mg/kg en dos estudios controlados, uno de ellos demostró una disminución de las secuelas en el grupo tratado a los 3 años, sin embargo, el escaso número de pacientes y la falta de un criterio estricto de inclusión no permite confirmar su utilidad. El análisis sistemático de los trabajos controlados hasta la fecha, no permite recomendar el fenobarbital como uso rutinario en la neuroprotección. El enfriamiento cerebral es la estrategia que ha tenido más impulso en los últimos años. Este método no es algo nuevo, existen comunicaciones que datan de 1964 de estudios no controlados que sugirieron una mejor evolución neurológica en RN enfriados en baños de agua fría por 10 min post nacimiento. Sin embargo, los efectos deletéreos de una baja temperatura publicados en 1958 en prematuros impidió que esta estrategia fuera investigada más seriamente. Estudios realizados en diversos animales de experimentación han demostrado en forma concluyente que la disminución de temperatura corporal y cerebral de 3-4 grados bajo la basal disminuye la mortalidad y el daño neuronal secundario, más aún, se han observado efectos protectores sobre las alteraciones conductuales en seguimientos más prolongados. Los mecanismos que explican 41 este fenómeno no están claros pero se sugiere que el menor consumo de oxígeno secundario a la disminución del metabolismo celular permite un mejor acoplamiento del flujo vascular cerebral a los requerimientos energéticos. También, la menor temperatura disminuiría la producción de radicales libres y glutamato. Uno de los aspectos críticos de este tratamiento es que debe iniciarse muy precozmente, ya que la ventana terapéutica es corta, se ha demostrado experimentalmente que si se inicia la hipotermia más allá de las 6 horas, cuando se han desarrollado convulsiones, los efectos neuroprotectores desaparecen. También es vital la adecuada selección clínica de los pacientes que se pueden beneficiar con esta modalidad de tratamiento. El criterio de selección más aceptado, por 3 ensayos multicéntricos y colaborativos que se encuentran en su fase terminal, es que sólo deben ingresar RN de más de 36 semanas, con un Apgar inferior a 3 a los 5 min, y/o un pH de cordón inferior a 7,0 y/o exceso de base mayor de –15 mEq/lt en la primera hora de vida, con signos de encefalopatía moderada a grave y un EEG precoz, que muestre depresión mantenida de voltaje. Este es el grupo de RN que claramente se benefician de la hipotermia, con una disminución significativa de las secuelas neurológicas graves en seguimientos a 18 meses plazo, como fue demostrado en los resultados del primer trabajo multicéntrico de hipotermia cerebral selectiva. Existen todavía numerosas interrogantes con esta modalidad de tratamiento, como cuál es la temperatura ideal, por cuánto tiempo debe mantenerse el enfriamiento, velocidad de recalentamiento, uso de otros medicamentos además de la hipotermia como removedores de radicales libres y o antagonistas del glutamato. El procedimiento es factible de aplicar si se cuentan los elementos necesarios y se usa un estricto criterio de selección, intentándolo sólo en aquellos recién nacidos que potencialmente se pueden beneficiar. Existen en este momento 2 estudios multicéntricos, sobre el uso de hipotermia, próximos a publicarse lo que permitirá contestar esta pregunta. 42 CONCLUSIONES Existen pruebas derivadas de los ensayos controlados aleatorios de que la hipotermia terapéutica es beneficiosa para los recién nacidos a término con encefalopatía isquémica hipóxica. El enfriamiento reduce la mortalidad sin aumentar la discapacidad grave entre los supervivientes. Los beneficios del enfriamiento sobre la supervivencia y el desarrollo neurológico superan los efectos adversos a corto plazo. Se necesitan realizar ensayos adicionales para determinar el método apropiado para proporcionar una hipotermia terapéutica, como la comparación de cuerpo entero con enfriamiento cefálico selectivo con hipotermia sistémica leve. 1. Los estudios en animales adultos y recién nacidos han demostrado que una reducción de la temperatura corporal de 3-4 º C después de una injuria cerebral se asocia con mejores resultados histológicos, de conducta y comportamiento. Varios mecanismos pueden ayudar a explicar estos beneficios: el aumento de glutamato extracelular y la síntesis de óxido nítrico se suprimen, la energía cerebral como fosfatos se conservan y la alcalosis cerebral y el lactato reducidos. La hipotermia leve también puede suprimir la activación de la microglía. Estos cambios pueden mantener el metabolismo energético cerebral, reducir el edema cerebral citotóxico y la presión intracraneal e inhibir la apoptosis. 2. Factores que podían afectar a la respuesta terapéutica a la hipotermia es el intervalo entre la lesión y el inicio de la hipotermia, la gravedad de la lesión y la duración y la profundidad de la hipotermia. La mayoría de los estudios indican que el máximo beneficio se produce cuando el tratamiento se inicia dentro de seis horas de la injuria; y con una neuroprotección limitada se ha observado cuando la hipotermia se inicia tan tarde como a 12 horas de la injuria. Por lo tanto, el tratamiento de hipotermia después de la asfixia perinatal, debe iniciarse 43 tan pronto como sea posible. Beneficios limitados sólo se pueden esperar si el tratamiento se retrasa más de seis horas después del nacimiento 3. La duración del tratamiento con hipotermia ha variado mucho en los estudios experimentales. Consistentemente efectos beneficiosos se han observado cuando la hipotermia moderada se mantuvo durante 12-24 horas, pero se ha sugerido que el tratamiento hasta 72 horas puede ser necesaria si el intervalo antes de inducir la hipotermia es prolongada o grados más leves de hipotermia son empleados. Un aumento de recuperación de la actividad epileptiforme en corderos fetales y de la presión intracraneal en adultos con ictus se han reportado cuando la hipotermia se interrumpió antes de las 72 horas 4. En los recién nacidos, la hipotermia fue reportado por primera vez como terapia para la reanimación, antes de las modernas técnicas de reanimación que posteriormente fueron introducidas. Estudios experimentales en niños con encefalopatía de enfriamiento de la cabeza junto con todo el cuerpo de la hipotermia leve y moderada de todo el cuerpo de refrigeración a 33,5 ° C han sido reportados. No se observaron complicaciones, pero el tamaño de los grupos era demasiado pequeño para evaluar los beneficios. 5. Hay pocos datos sobre la seguridad de la hipotermia leve o moderada en los recién nacidos. Ya que los estudios previos son de los que emplearon hipotermia durante breves períodos posterior a una falla de la reanimación convencional. Estos primeros estudios parecen demostrar mejores resultados sin efectos secundarios, pero pocos controles fueron incluidos. No hay efectos adversos clínicamente significativos debido al enfriamiento de todo el cuerpo observado en los estudios pilotos recientes posteriores a encefalopatía. Como era de esperar, la frecuencia cardiaca reduce a menos de 100 lat / min con enfriamiento, pero esto no fue acompañado por arritmia, y la presión arterial y la perfusión se mantiene. 44 RECOMENDACIONES 1. Documentar, analizar y recopilar los expedientes, casos y pacientes que se les identifique con encefalopatía hipoxico isquémica para obtener una base de datos que sirva como referente para el Hospital Nacional de Niños Benjamín Bloom para futuras intervenciones de estudio y posible incorporación y justificación para medidas como las descritas en este documento. 2. Incorporar estudios retrospectivos y prospectivos con referencia al paciente con encefalopatía hipoxico isquémico, para crear cultura de investigación dentro del Hospital de Referencia del país para disminuir potencialmente dichos cuadros o mejorar su condición de egreso. 3. Conformar un equipo multidisciplinarios entre neonatología, neurología, fisiatría, fisioterapia, nutricionistas, psicología entre otros para proporcionar a los pacientes un control adecuado y mejorar su estado de salud y recuperación o identificaciones tempranas de problemas. 4. A medida que se logre documentar a nivel nacional y con la información de soporte internacional se disponga en algún momento en la conformación de la nueva área de UCIN de la tecnología apropiada para tratamiento de pacientes críticos con el fin de ofrecer manejos de avanzada y con evidencia comprobada. 45 REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 1. Dr.: Hugo Tejerina Morató Asfixia neonatal http://www.ops.org.bo/textocompleto/rnsbp07460212.pdf 2. A.Macaya Ruiz Secuelas neurológicas en el recién nacido a término con asfixia perinatal Sección de Neurología Infantil Hospital MaternoInfantil Vall d'HebronBarcelona http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/rehabilitaciontemprana/secuelas_de_l a_encefalopatiahipoxico_isquemica_en_el_recien_nacido_1.pdf 3. Cabello, J.B. por CASPe Plantilla para ayudarte a entender una Revisión Sistemática.. En: CASPe. Guías CASPe de Lectura Crítica de la Literatura Médica. Alicante: CASPe; 2005. Cuaderno I. p.13-17. http://www.redcaspe.org/que-hacemos/herramientas/ 4. Jacobs S, Hunt R, Tarnow-Mordi W, Inder T, Davis P Enfriamiento para los recién nacidos con encefalopatía isquémica hipóxica (Revisión Cochrane traducida). En: La Biblioteca Cochrane Plus, 2008 Número 4. Oxford: Update Software Ltd. Disponible en: http://www.update- software.com. (Traducida de The Cochrane Library, 2008 Issue 3. Chichester, UK: John Wiley & Sons, Ltd.). http://www.updatesoftware.com/BCP/BCPGetDocument.asp?DocumentID=CD003311 5. Dr. Patricio Mellado, Dra. Aitziber Aleu , Dr. Thorsten Steiner Hipotermia en el Neurointensivo Bases Fisiológicas y Fisiopatología http://escuela.med.puc.cl/publ/cuadernos/2006/Hipotermia.pdf 46 6. Hernán González L., Paulina Toso M., Javier Kattan S., Tomas Mesa L., Eugenia Pérez Tratamiento de la asfixia perinatal con hipotermia corporal total Rev Chil Pediatr 76 (3); 275-280, 2005 http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S037041062005000300006&script=sci_arttext 7. The TOBY Study Group The TOBY Study. Whole body hypothermia for the treatment of perinatal asphyxial encephalopathy: randomised controlled trial BMC Pediatrics A 2008, 8:17doi:10.1186/1471-2431-8-17 http://www.biomedcentral.com/1471-2431/8/17/ 8. Santina A Zanelli, Hypoxic-Ischemic Encephalopathy http://emedicine.medscape.com/article/973501-overview?src=smo_peds 47 ANEXOS MÉTODOS PARA INDUCIR HIPOTERMIA EN UCIP Radiación: transferencia del calor en forma de rayos infrarrojos. La pérdida de calor se produce por la exposición de la piel al medio ambiente. Es un método “pasivo” de hipotermia, pero realmente eficaz en neonatos y lactantes que tienen una gran superficie corporal en relación a su bajo peso; si queremos enfriar a un neonato “lo dejamos de calentar” y lo “destapamos”, el grado de hipotermia dependerá de la temperatura ambiental. Evaporación: transferencia del calor al pasar un líquido a estado gaseoso. Por aplicación de paños fríos o soluciones alcohólicas sobre la piel del paciente. Se trata de un método lento para obtener temperaturas menores de 34ºC que requiere el constante cambio de los paños. En ocasiones estos pacientes tienen poca “superficie libre” para colocar los paños ya que están los cables de marcapasos, vías centrales, electrodos, drenajes, etc… Convección: transferencias de calor por corrientes de aire aplicadas sobre la superficie del paciente en caso de los ventiladores. En nuestra experiencia, producen una gran incomodidad del paciente y requieren un alto nivel de sedación para tolerarlos. En ocasiones, se puede mejorar el rendimiento de estos métodos combinándolos (paños fríos + ventilador). Conducción: transferencia del calor por el contacto entre dos objetos. Presenta la desventaja de que son los métodos de hipotermia inducida que más temblores (“tiritona”) desencadenan. Este es el caso de la aplicación de bolsas de hielo protegidas sobre la superficie del paciente. Otro método de hipotermia por conducción es el lavado de suero frío a través de la sonda nasogástrica. En los intercambios de SSF frío, valoramos la cantidad de volumen que introducimos, dependiendo del tamaño de los niños, la introducción de volúmenes grandes de suero frío en pacientes de bajo peso puede producir reacciones vagales con bradicardia e hipotensión, que pueden resultar fatales en el paciente inestables. En lactantes, se administran volúmenes de 10 a 20 cc, en niños de 1 a 6 años de 30 a 50 cc y en niños mayores de 6 años, desde 50 a 100 cc aproximadamente. El tiempo que debe permanecer el SSF en el estómago oscilará entre 4-5 min. Se realizarán de forma continua hasta que se consiga la hipotermia deseada. Se debe vigilar la cantidad exacta de suero en los intercambios y tenerlo en cuenta para el balance de líquidos en caso de no aspirar la totalidad de líquido introducido. Otro método de hipotermia por conducción es la utilización de mantas térmicas con Servocontrol; se trata de mantas de material plástico (polivinilo), que tienen un sistema de circulación interna de agua conectado a través de unas gomas a una maquina refrigerante en donde se puede programar la temperatura deseada del circuito de agua. En nuestra experiencia, es el método más eficaz para mantener de forma constante una hipotermia terapéutica (< 34º C). Los otros métodos, son mucho más laboriosos y requieren de la dedicación constante de una enfermera para conseguir el grado de hipotermia deseado, presentando además el riesgo que la falta de aplicación constante puede producir “recalentamientos” no deseados y/o “hipotermias de rebote” que pueden ser perjudiciales en el paciente crítico. Para el enfriamiento de la manta térmica, utilizamos las mismas máquinas que se utilizan para la circulación extracorpórea, se programa la temperatura del agua a < 20º C y cuando la temperatura central del paciente se aproxima a 35 ºC comenzamos a subir la temperatura del circuito de agua; puesto que existe una “inercia térmica” por la cual la temperatura del paciente sigue disminuyendo a pesar de subir la temperatura de la manta. Para ello, nos debemos adelantar, calentando el agua de la manta para evitar que la temperatura del paciente disminuya <30º C (mayor riesgo de arritmias y fibrilación). El enfriamiento entre 32-34º C se consigue en aproximadamente 2-3 horas, una vez conseguido éste punto mantener ese grado de hipotermia resulta sencillo. Este tipo de mantas se pueden colocar debajo o por encima del paciente, interponiendo sólo una sábana, pero no “empapadores” que disminuyen la rentabilidad de la conducción al ser aislantes térmicos. Por otra parte, en pacientes en los cuales existan sistemas de depuración extrarrenal veno-venosos, la pérdida de calor al enfriarse la sangre en los circuitos es importante. En éstos casos, la manta térmica puede ser utilizada para compensar esa pérdida adicional de calor aumentando la temperatura del agua para mantener el rango de hipotermia terapéutica (32-34º ) Figura 1.- Manta Térmica con Servocontrol, conectada a colchón de polivinilo Figura 2.- Manta Térmica, panel de programación MONITORIZACIÓN DEL PACIENTE EN HIPOTERMIA INDUCIDA 1.-TEMPERATURA: Temperatura: la monitorización de la temperatura en el paciente con hipotermia inducida trata de reflejar la temperatura de los órganos que se quieren proteger (cerebro, riñón, corazón), es decir la temperatura central. Temperatura periférica: sensores adhesivos sobre la piel del paciente. La obtenemos ante la colocación de un sensor en la planta del pie, conectado a un termómetro. No se corresponde con la temperatura central, pero es un dato útil para el recalentamiento del paciente, sobre todo en pacientes con mayor masa muscular (adolescentes). Por otra parte, el mantenimiento de diferencias menores de 3-4º C entre la temperatura periférica y la temperatura central es una situación deseable; significa un enfriamiento más homogéneo del paciente y un adecuado flujo de sangre hacia los territorios más periféricos. El aumento de ésta diferencia puede condicionar el uso de otras terapéuticas como los vasodilatadores intravenosos (para compensar la vasoconstricción periférica inducida por la hipotermia). Temperatura central: Sensores Nasofaríngeos: son usados porque sus valores son el reflejo de la temperatura de la base del cerebro (hipotálamo) al estar colocados en su proximidad y cerca de áreas con un alto flujo sanguíneo (cornetes). Deben tener una correcta ubicación por detrás del paladar blando. Sensores Esofágicos: es muy buen indicador de la temperatura del corazón y de la sangre ya que está muy cerca del arco aórtico. El extremo de la sonda debe situarse en el tercio distal del esófago sin introducirse en la cavidad gástrica. Se intentará estimar la longitud necesaria a la que debe introducirse la sonda para que el sensor situado en la punta alcance la altura aproximada de las mamilas. Los valores obtenidos por los sensores nasales y esofágicos pueden alterarse por pérdidas y fugas del tubo endotraqueal; sobre todo en tubos no balonados. Sensores rectales: son frecuentemente utilizados en UCIP, pero es un reflejo muy irregular de la temperatura rectal (la ampolla rectal ha de estar siempre vacía para que la medición sea correcta). Sensores vesicales: se utiliza con sondas Foley con sensor de temperatura. Es posiblemente el método más fiable y más extendido en la UCIP. Si el enfriamiento es rápido, la temperatura vesical suele reflejar un retardo respecto a la temperatura esofágica de 3 º C (esto sucede sobre todo en el caso se circulación extracorpórea, pero la correlación es buena en UCIP donde el enfriamiento es más progresivo). Sensores timpánicos: reflejan la temperatura cerebral al estar irrigada la membrana timpánica por una rama de la arteria carótida. Se emplean más en el quirófano de cirugía cardiaca que en la UCIP. Sensores intravasculares: es un fiel reflejo de la temperatura central. Monitorizan directamente la temperatura de la sangre mediante la incorporación de un sensor de temperatura en el catéter intravascular; se puede realizar con el catéter de Swan-Ganz, (situado en la arteria pulmonar), también mediante monitores de oximetría intravascular continua ( Paratrend), y de gasto cardíaco intraarterial (PICCO). En neonatos y lactantes los catéteres se suelen introducir en la arteria femoral progresándolos entre 10-12 cm hasta llegar a la aorta diafragmática. 2.- PCO2: es posiblemente uno de los parámetros más importante a vigilar durante la hipotermia inducida. La PCO2 se debe mantener entre 40-50 para favorecer la vasodilatación y el flujo cerebral. PCO2 < 35 pueden producir isquemia cerebral por vasoconstricción encefálica. Es de especial utilidad para el control de la ventilación, la utilización de monitorización de PCO2 y PO2 continúas mediante el Paratrend. 3.-CONTROL DE COAGULACION Y HEMATOCRITO: Se debe realizara 1 ó 2 veces cada 24 hora un control de Tiempo de Coagulación Activada (ACT) con máquina Hemocron en la propia UCIP, hemograma cada 24 horas para monitorizar el recuento plaquetario , así como el Hematocrito, que no debe sobrepasar el 35 % pues se favorece la hiperviscosidad inducida por la hipotermia. 4.-CONTROLES BIOQUIMICOS: Fundamentalmente vigilar niveles de potasio, glucosa y resto de electrolitos. Los niveles de acido láctico son importantes para monitorizar el posible aumento de la deuda tisular de oxígeno. 5.-CONTROL DEL BALANCE DE LIQUIDOS: Debido a que el paciente suele entrar en hipotermia inducida en oligoanuria, y que la hipotermia suele producir retención hídrica tisular, hay que ser precoces en la instauración de un método de depuración extrarrenal, como pueden ser la diálisis peritoneal o la hemofiltración veno-venosa. 6.-CONTROL DEL NIVEL DE SEDACION. Puesto que durante la hipotermia inducida el niño se encuentras sedado y relajado, en ocasiones puede ser difícil valorar si el grado de sedación es el adecuado. Si se dispone de la monitorización del índice bispectral (BIS) podemos controlar el nivel de consciencia del paciente. El estadío ideal de sedación viene dado por la medición que oscile entre 4060. CUIDADOS DE ENFERMERIA DURANTE LA HIPOTERMIA INDUCIDA El paciente en hipotermia inducida es un paciente crítico, y a la vigilancia habitual de éste tipo de niños se añade la monitorización de los elementos derivados de ésta técnica terapéutica específica. El paciente debe tener una sedación adecuada y, en la mayoría de los casos, deberá estar relajado. Es importante vigilar movimientos espontáneos; mioclonías o temblores que indicarán una insuficiente relajación y/o sedación. La hipoventilación produce vasoconstricción cerebral , durante la hipotermia inducida los niveles de carbónico deben estar elevados entre 40-50 para mantener una vasodilatación cerebral y favorecer el flujo sanguíneo hacia el encéfalo del paciente .Toda situación de hipoventilación (CO2 < 35) es una situación de riesgo puesto que puede producir una hipoperfusión cerebral con daño isquémico cerebral.La monitorización contínua de PCO2 y 02 (Paratrend) es de una gran utilidad para la observación de los parámetros ventilatorios a tiempo real. La hiperviscosidad que se produce durante la hipotermia inducida hace que seamos menos agresivos con el uso de hemoderivados que en otro tipo de pacientes críticos, (en donde se pretende que el hematocrito esté próximo al 40 %); durante la hipotermia no sobrepasaremos el 35% de hematocrito para favorecer la microcirculación capilar. Prevención de úlceras por decúbito, el riesgo es mayor no sólo por la relajación muscular sino también por la mala perfusión debido a la hipotermia. Se deben vigilar con especial cuidado las zonas de apoyo. La aparición de zonas de sangrado (a través de tubo endotraqueal, heridas quirúrgicas, sonda vesical) puede ser un reflejo de la coagulopatía y alteración plaquetaria inducidas por la hipotermia. Su aparición puede indicar la necesidad de transfusión de plasma fresco congelado y/o plaquetas. Los controles de ACT , que nos indican estado de hemostasia del paciente deben ser realizados por enfermería cada 12-24 horas. El paciente en hipotermia tiene una especial susceptibilidad a las infecciones (leucopenia por hipotermia inducida), las manifestaciones de una infección profunda como la fiebre no son evidentes durante el enfriamiento del niño. Se debe prestar especial atención a las medidas de asepsia (manejo de vías, aspiraciones…) para prevenir infecciones. Realización de equilibrio acido-base (EAB) y electrolitos frecuentes para detectar alteraciones como la hipoglucemia y la hipokaliemia. El control de la temperatura recae fundamentalmente en enfermería. Los métodos como la manta térmica con Servocontrol facilitan esa labor, pero todo el personal debe estar familiarizado con el uso del equipo, así como la dinámica a seguir para conseguir un control homogéneo y uniforme de la temperatura. Es importante no disminuir la temperatura, en ningún caso de 31º C, ya que el riesgo de arritmias es mucho mayor. La terapia puede durar desde unas horas a varios días. RECALENTAMIENTO Se debe pensar en interrumpir la hipotermia inducida cuando existe una mejoría de los parámetros hemodinámicas, con mejoría de la diuresis y con descenso del nivel de inotrópicos intravenosos. El recalentamiento debe ser progresivo a una velocidad de 1º C cada 24 horas, vigilando la posible “hipertermia de rebote”. Se aconseja que el calentamiento sea realizado con la manta térmica con Servocontrol para un mejor control del aumento de temperatura. CONCLUSIONES El tratamiento con hipotermia moderada (32-34º C) es de gran utilidad para mejorar la situación crítica de pacientes en bajo gasto cardiaco y otras patologías críticas. El objetivo es minimizar el daño isquémico, disminuyendo el consumo de oxígeno y metabólico y así conseguir: buena protección miocárdica buena protección cerebral buena protección de los demás órganos. La enfermería tiene un papel decisivo, aparte de los cuidados del paciente crítico es la encargada del enfriamiento y de mantener de forma homogénea el rango terapéutico de temperatura, así como para la detección de las complicaciones.