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Revista Argentina de Endocrinología y Metabolismo Copyright © 2004 por la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo Vol 41 • No. 3 REVISIÓN Farmacología de la Insulinor resistencia: Situación actual y perspectivas. Insulin Resistance Pharmacology: Cur rent Situation and Perspectives. González, C.D. 1; Santoro, S.G. 2; Sinay, I. 3 1 Departamentos de Farmacología, Universidades de Buenos Aires y Favaloro e Instituto Universitario CEMIC; Farmacología, Universidad del Salvador; 3 Servicio de Endocrinología, Hospital Francés de Buenos Aires. 2 Cátedra de Resumen El propósito de este trabajo es revisar las estrategias farmacológicas específicamente destinadas a disminuir la insulinorresistencia. Se plantean cuatro objetivos, siendo el primero la inhibición de la producción hepática de glucosa. Aquí se incluye a la metformina, biguanida que reduce la gluconeogénesis desde lactato y aumenta la actividad de la AMPK (enzima que estimula la oxidación de ácidos grasos no esterificados y disminuye la gluconeogénesis y síntesis de colesterol). También se encuentran el BAY-27-9955 y NNC-25-2504L (antagonistas del glucagon), y los inhibidores de la glucógeno fosforilasa hepática, glucógeno sintasa-kinasa-3, piruvatodeshidrogensa-kinasa, fructosa-1,6-difosfatasa y glucosa-6-fosfatasa. Los insulinosensibilizadores, segundo objetivo, incluyen a tiazolidinodionas (agonistas PPARγ) que aumentan la exposición de GLUT 4, lipogénesis y dis minuyen la gluconeogénesis; y a drogas en desarrollo: nuevos agonistas PPAR, activadores RxR, agonistas β3 e inhibidores de la PTB-1B. El tercer objetivo son los modificadores del metabolismo lipídico, y contiene a los inhibidores de la 11β-HSD1. Los activadores del receptor insulínico, dependientes e independientes de insulina, constituyen el cuarto objetivo. La importancia del desarrollo de nuevos fármacos radica en que el control de la insulinorresistencia retrasaría la aparición de diabetes 2, e implicaría un menor riesgo cardiovascular. Abstract Insulin-resistance is the pathophysiological expression of the metabolic syndrome. Therefore, it is intimately related to obesity, hypertension, diabetes and hyperlipidemia. The aim of this article is to review the pharmacological strategies specifically assigned to lower insulin-resistance, and to describe a number of projects in this area which might achieve certain success in the future. According to Laborde and Manchem 3 the following pharmacological aims can be considered: hepatic glucose production inhibitors, insulin-sensitizers, lipid metabolism modifiers, and insulin receptor activators, among others. In the first group biguanides, glucagon receptor Dirección Postal: Dr. Isaac Sinay. Dirección: Bulnes 2572, PB "A" - C1425DKT Buenos Aires - Argentina Telefax: 4804-4152 - E-mail: isasinay@intramed.net.ar Palabras clave: Insulinorresistencia, Biguanidas, Riesgo Cardiovascular Key words: Insulin resistance, Biguanids, Cardiovascular Risk Recibido: 26-04-04 Aprobado: 05-07-04 160 DROGAS EN INSULINORRESISTENCIA RAEM • 2004 Vol 41 • No. 3 antagonists, and inhibitors of glycogen synthase-kinase, hepatic glycogen-phosphorilase, pyruvate-dehydrogenase- kinase, fructose 1,6-biphosphatase and glucose–6-phosphate are included. Metformin, a biguanide, lowers with a intermediate efficacy the hepatic output of glucose. As regards its mechanism of action, it inhibits the complex I of the respiratory chain, consequently stimulating pyruvate kinase and inhibiting pyruvate-carboxilase, therefore glyconeogenesis from lactate is reduced 4-5. It also stimulates AMPK which enhances non sterified fatty acid oxidation, and lowers hepatic glucose and cholesterol production 7. In addition, it has effects on certain factors associated to macrovascular disease (lowers PAI-1, factor VII, fibrinogen and platelet adhesion) and an anti-inflammatory activity 7. There are two non peptidic molecules, BAY-27-9955 12 and NNC-25-250413, capable of antagonize the effects of glucagon in the hepatic production of glucose. With reference to the inhibition of glycogen synthase kinase 3, there are six families of agents in early development 14, as well as the other groups of inhibitors of the hepatic production of glucose. Among the insulin-sensitizers, thiazolidinediones, PPARγ agonists, are well known for lowering insulin-resistance by raising the expression of GLUT 4, enhancing lipogenesis, reducing non sterified fatty acids and the use of glucose by the muscle, lowering hepatic glyconeogenesis and stimulating hepatic glucose intake. Furthermore they produce a down regulation of TNFα, interleukine 6 and resistin (apparently linked to the development of insulin-resistance) 16. An anti-inflammatory, anti-atherogenic as well as an anti-hypertensive effect have been reported 17-18. In addition, table 1 shows diverse PPAR agonists in development. Moreover, there are some agents capable of activating the RxR receptor, which is a protein that after linking PPARγ stimulates the transcription of certain molecules related to glucose metabolism 21. Another target related to insulin-sensibilization is the stimulation of β3 adrenergic receptor. However, there are two main problems related to their use in humans: lack of enough specificity and biodisponibility. Table 2 shows the state of these projects 20. Another possibility is the inhibition of PTB-B1, an enzyme that ends insulin intracellular signal. Table 3 shows the projects in this area 20. The third group, lipid modifiers, is referred mainly to inhibitors of 11β-HSD 1, an enzyme that catalyzes the conversion of cortisone to cortisol. Among them, thiazolidinediones, BVT-2733 and carbenexolone analogs can be considered 25-26. Finally, insulin receptor activators can be subdivided in those independent of insulin (L-783281, which do not need insulin for their activity) and dependent of insulin (TLK-16998) 3. Concluding: as insulin-resistance precedes type 2 diabetes mellitus, and is probably an independent risk factor for cardiovascular disease 28, the development of specific drugs for its treatment acquires major importance for the prevention and management of those entities 27. Introducción El fenómeno conocido como insulinorresistencia es una condición inherente a la Diabetes mellitus tipo 2, la obesidad, hipertensión, poliquistosis ovárica, etc. De hecho, la insulinorresistencia es la expresión fisiopatológica del síndrome metabólico. Asimismo, aunque raros, existen defectos monogénicos que cursan con insulinorresistencia, a veces extrema 1. No es extraño, entonces, que buena parte de la investigación en el área metabólica está destinada a un mejor conocimiento de este fenómeno, así como a la identificación de nuevos "blancos farmacológicos" que conduzcan al hallazgo de drogas más eficaces para su control. Este trabajo tiene por objeto revisar el estado ac- tual de las estrategias farmacológicas específicamente destinadas a la reducción de la insulinorresistencia, repasando, de manera somera, el estado de algunos proyectos en el área que podrían alcanzar cierta perspectiva de éxito en el futuro cercano. Es conocido que muchos fármacos son capaces de modificar la insulinosensibilidad, tanto en un sentido favorable como desfavorable. En efecto, por ejemplo, los tratamientos que conducen a una reducción efectiva del peso corporal suelen, a menudo, mejorar la insulinosensibilidad. Debemos señalar entonces, que no ha sido intención de esta revisión abordar todos los agentes que de manera indirecta promuevan una disminución de la insulinorresistencia, sino a aquellos que específicamente apunten, desde un punto de vista farmacodinámico, a su reducción. GONZÁLEZ, C.D. Y COL. Insulinor resistencia: un agregado fisiopatológicamente complejo. El fenómeno de insulinorresistencia muestra una amplia variabilidad intraindividual y, en el mismo sujeto una amplia variabilidad tejidoespecífica. A efectos del estudio farmacodinámico, ha sido común dividir esta insulinorresistencia en al menos dos grandes componentes 2: • Insulinorresistencia hepática • Insulinorresistencia periférica (especialmente, adiposa y muscular) Esta división, desde luego arbitraria, implica una simplificación del proceso; sin embargo, puede resultar útil a efectos de una mejor compresión de los blancos farmacológicos identificados actualmente y de los proyectos en desarrollo cercano. En efecto, una ampliación de esta línea de pensamiento ha permitido a Laborde y Manchem 3 distinguir los siguientes objetivos farmacológicos para el control de la insulinorresistencia: • Inhibidores de la producción hepática de glucosa • Insulinosensibilizadores con impacto predominante sobre tejidos muscular y adiposo (llamados por Laborde y Manchem: "insulinsensitizers") • Modificadores del metabolismo lipídico • Activadores del receptor insulínico • Otros agentes Como podemos ver, los inhibidores de la producción hepática de glucosa podrían ubicarse dentro de los modificadores de la insulinorresistencia hepática; los restantes agentes, parecen tener, aunque de manera no excluyente, mayor actividad sobre componentes periféricos (que, a su turno, también han de modificar la insulinosensibilidad hepatocitaria). El término "insulinosensibilizadores" en esta clasificación resulta algo amplio e inespecífico, y en tal sentido discutiremos más adelante su alcance desde el punto de vista farmacodinámico. Inhibidores de la producción hepática de la glucosa. Este capítulo de la farmacología de la insulinorresistencia contiene a un grupo de drogas muy co- 161 nocido, el de las biguanidas, e incorpora una serie de proyectos que presenta actualmente diverso grado de desarrollo. Así, tenemos: • Biguanidas • Antagonistas sobre receptores a glucagon • Inhibidores de la glucógeno fosforilasa hepática • Inhibidores de la glucógeno sintasa kinasa-3 (GSK-3) • Inhibidores de la piruvato deshidrogensas kinasa (PDHK) • Inhibidores de la fructosa-1,6-difosfatasa • Inhibidores de la glucosa-6-fosfatasa (G-6-P) Sin dudas, la metformina es uno de los agentes efectivos empleados hoy en el tratamiento oral de la Diabetes tipo 2, y es un reductor de la producción hepática de glucosa de eficacia moderada. Se ha discutido ampliamente su mecanismo de acción, y en la actualidad dos elementos parecen clave en este aspecto: • A pesar de presentar efectos no mitocondriales (por ejemplo, en eritrocitos o su efecto reduciendo la absorción intestinal de glucosa sodio dependiente), la droga afecta el metabolismo mitocondrial: - Inhibe el complejo I de la cadena respiratoria (a concentración 50 uM, bloquea la oxidación de glutamato+malato sin afectar la de succinato) 4. - La droga, entonces, reduce el cociente ATP/ADP a nivel celular (con inhibición de la piruvato carboxilasa), e incrementa la relación NADH+/NAD (estimulando la actividad de piruvato-kinasa) 5 - Considerados en conjunto, estos hechos podrían explicar, al menos en parte, una reducción de la gluconeogénesis especialmente a partir de lactato (hecho que guarda asociación con su más temible –aunque infrecuente- efectos adverso: la acidosis láctica) 4 • La metformina aumenta la actividad de AMP kinasa (AMPK) 6. La AMPK es una enzima clave en varios procesos metabólicos relacionados con la insulinosensibilidad. Esta enzima es activada por fenómenos que incrementen los cocientes AMP/ATP o creatina/fosfocreatina (como, por ejemplo, el ejercicio físico, la hipoxia o la isquemia) 7. Curiosamente, la activación enzimática inducida por metformina no parece vincularse a su efecto sobre el cociente AM- 162 DROGAS EN INSULINORRESISTENCIA P/ATP y es objeto de intenso estudio 8. Otros agentes, como la adiponectina, el AICAR y la leptina estimulan también a la AMPK 7. El incremento de la actividad de AMPK conduce a: - Un aumento de la oxidación mitocondrial de ácidos grasos. En efecto, la actividad de AMPK inhibe a la acetil CoA carboxilasa, de modo que se reducen los niveles de malonil CoA, que es un conocido bloqueante del ingreso de ácidos grasos a la mitocondria 7. La restauración de la oxidación de ácidos grasos parece mejorar la insulinosensibilidad y reduce las concentraciones intracelulares de grasa a nivel miofibrilar y hepatocitario. - Una reducción de la producción hepática de glucosa, probablemente a través de la fosforilación de un intermediario a dilucidar 7 - Una reducción de la producción hepática de colesterol, modulando la fosforilación de la HMG CoA reductasa (posible explicación para los efectos de la metformina sobre lípidos) 7 - Otros efectos sobre la insulinosensibilidad muscular y la captación miofibrilar de glucosa, por mecanismos parcialmente conocidos 7. Además de sus reconocidos efectos sobre la insulinorresistencia, y el control a nivel del metabolismo de los hidratos de carbono y de los lípidos, la metformina ejerce efectos sobre factores asociados a la enfermedad macrovascular: • Reducción de los niveles de PAI-1 • Reducción de las concentraciones de factor VII • Disminución de las concentraciones de fibrinógeno (observado de manera inconsistente sólo por algunos autores) 9 • Reducción de la adhesividad plaquetaria • Disminución de marcadores de actividad inflamatoria Este último aspecto es objeto de particular interés en la actualidad. Se ha informado reducción de los niveles de proteína C reactiva en pacientes tratados con metformina 9. Asimismo, otros mecanismos proinflamatorios e, incluso, inmunocelulares podrían ser modificados por las biguanidas. En efecto, en un modelo experimental de inducción de poliquistosis ovárica en roedores, hemos observado que la droga es capaz de restaurar hacia valores normales los cambios cuantitativos en la relación entre lin- RAEM • 2004 Vol 41 • No. 3 focitos CD4+/CD8+ (reduciendo la actividad citotóxica que podría estar asociada a la producción de los quistes), alterada por la administración de dehidroepiandrosterona 10. Sin embargo, en todos estos casos, es difícil dilucidar qué parte de la variancia de la respuesta puede atribuirse a efectos de la metformina sobre la insulinosensibilidad, la reducción de peso corporal que suele registrarse al inicio del tratamiento asociada a reducción del apetito quizá en relación con un discreto efecto irritativo a nivel de la mucosa gástrica, o a otras eventuales acciones directas por parte del fármaco. La metformina parece reducir la producción de radicales libres de oxígeno (ROS), especialmente los inducidos como consecuencia de la actividad del complejo I de la cadena respiratoria. Este aspecto es de particular interés; en efecto, la disminución de la actividad de ROS podría prevenir el fenómeno conocido como "incremento transicional de la permeabilidad" a nivel mitocondrial, con inhibición de la liberación de citocromo c, que es un desencadenante de actividad apoptótica frente a ciertos estímulos, como la sobrecarga de calcio. Como hemos señalado anteriormente, si bien la metformina es un inhibidor de la producción hepática de glucosa, su eficacia es, en este sentido, más bien moderada (y, en realidad, bastante baja respecto de otros inhibidores de uso experimental). Por tanto, la investigación farmacológica procura la obtención de otros agentes bloqueantes de la producción hepática de glucosa, de mayor eficacia, que puedan alcanzar el uso clínico. En este sentido, se encuentran en desarrollo moléculas no peptídicas, de tamaño relativamente pequeño, capaces de antagonizar los efectos del glucagon sobre la producción hepática de glucosa. Algunos de los agentes actualmente en desarrollo se comportan como antagonistas competitivos; otros son bloqueantes no competitivos. Así, el compuesto BAY-27-9955 es un compuesto fluorado antagonista competitivo, que presenta una fracción biodisponible del 40% y una vida media de unas 18 Hs 11; el antagonista no competitivo NNC-25-2504 muestra una fracción biodisponible del 15% con una vida media de una hora 12. Otro blanco interesante resulta la enzima GSK-3. Algunos de sus inhibidores podrían presentar no só- GONZÁLEZ, C.D. Y COL. lo efecto sobre la insulinorresistencia sino sobre ciertos procesos vinculados con el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Al menos seis familias de agentes se encuentran bajo estudio, destacándose algunas maleimidas, ciertos agonistas muscarínicos (M1) y algunas tiadiazolidinodionas 13. Estos agentes se encuentran aún en etapas muy tempranas de desarrollo. Ello es también válido para los restantes fármacos inhibidores de la producción hepática de glucosa. Insulinosensibilizadores de efecto predominante a nivel adiposo/muscular . Es también conocida la actividad reductora de la insulinorresistencia de los agentes agonistas sobre receptores PPAR gamma, específicamente, las tiazo lidinodionas (rosi y pioglitazona) . Los receptores PPAR son factores de transcripción activados por ligando; esto es, se trata de proteínas que ligan ADN de manera secuencia específica. Previamente, estos factores suelen formar homo o heterodímeros. En el caso de los receptores PPAR, una vez estimulados, tienden a formar heterodímeros con el receptor del retinoide X (RxR) [cuyo agonista es el ácido 9-cis-retinoico]. Este complejo, sin embargo, requiere de la presencia de coactivadores para la modificación del aparato transcripcional. En efecto, estos coactivadores son complejos proteicos que median la conexión funcional entre los factores de transcripción (en este caso, el heterodímero PPAR-RxR) y el aparato transcripcional. Muchos de estos coactivadores ejercen funciones de histona acetilasa o fosforilasa, de modo que la transcripción a partir de la cromatina se vea facilitada. Los diversos tejidos, en sus distintos estadios de desarrollo, pueden expresar diferentes coactivadores, en distintas concentraciones. Existen, por el otro lado, correpresores, que bloquean los cambios conformacionales necesarios para la actividad transcripcional. Hasta el momento, se han descrito tres subtipos de receptores importantes de receptores PPAR: alfa, gamma y delta. A su vez, para el receptor PPAR gamma se han reconocido las isoformas 1 y 2. Los fibratos se comportan como agonistas sobre receptores PPAR alfa: este subtipo de receptor está involucrado en la regulación del metabolismo lipídi- 163 co, y, cuando es estimulado, promueve descenso de la trigliceridemia y elevación del colesterol HDL, con aumento de la oxidación de ácidos grasos. Los receptores PPAR juegan un papel importante en la fisiología del tejido adiposo, así como en su diferenciación a partir de células mesenquimatosas ("preadipocitos"). En efecto, en su camino de diferenciación hacia tejido adiposo, las células tempranamente expresan PPAR gamma. Como es natural, diversos agonistas endógenos (¿ácido grasos? ¿eicosanoides?) inducirán cambios conformacionales que darán origen a heterodímeros PPAR gamma-RxR, con evolución progresiva del tipo celular hacia adiposo. Más tarde, si la célula expresa los coactivadores TRAP220 y PBP parece derivar con más frecuencia a tejido adiposo blanco; de expresar PGC-1-alfa, la célula tiende a progresar a tejido graso pardo (especialmente en animales) 14. Claramente, los receptores PPAR gamma están involucrados en la regulación de la insulinosensibilidad. En este sentido, su participación en la regulación transcripcional afecta la insulinorresistencia tanto por modificación de intermediarios que modulan el metabolismo lipídico, como por mecanismos relacionados con el metabolismo de carbohidratos. En efecto, la administración de tiazolidinodionas (como hemos señalado, agonistas PPAR gamma) induce 15: • Aumento de la expresión de GLUT-4 • Aumento de la lipogénesis a nivel del tejido adiposo • Reducción de los ácidos grasos no esterificados circulantes • Aumento del transporte y de la oxidación de ácidos grasos a nivel del tejido adiposo • Aumento de la utilización de la glucosa a nivel muscular, con reducción del transporte de ácidos grasos en ese tejido. • Reducción de la gluconeogénesis hepática y aumento de la captación hepática de glucosa • Down-regulation del factor de necrosis tumoral alfa (TNF alfa), Interleuquina 6 (IL6), y resistina: estos agentes parecen estar fisiopatológicamente asociados al desarrollo de insulinorresistencia. Algunos autores informan un aumento de la actividad de AMPK tras la administración de rosiglitazona 7. 164 DROGAS EN INSULINORRESISTENCIA Se ha descrito cierta grado de actividad antiinflamatoria por parte de las tiazolidinodionas. Asimismo, se ha sugerido que estas drogas podrían presentar efectos vasculares antiaterógenicos , pero aún no hay estudios que demuestren reducción de eventos cardio o cerebrovasculares. Estos posibles efectos antiaterógenos requieren una cuidadosa interpretación 16: • Las tiazolidinodionas inducen upregulation de receptores CD36 a nivel del sistema monocitario subendotelial: este efecto, a primera vista, incrementaría la captación de LDL oxidada por estas células. Sin embargo, • Estas drogas reducen la expresión de receptores SRA ("scavenger receptor A"), que es una de las vías de captación de LDL oxidada, y, • Aumentan la expresión de ABCA1 (de la familia "ATP binding casette 1"), una proteína que favorece el eflujo de colesterol desde la célula espumosa, iniciando el "transporte reverso" de colesterol. Además, el ya citado efecto reductor de citoquinas proinflamatorias (TNF alfa, IL6, etc) y un ligero efecto reductor de la presión arterial, podrían contribuir con esta mencionada actividad antiaterógena. Asimismo, si bien la concentración de LDL puede elevarse por la administración de estos fármacos, su fracción oxidada parece reducirse; por otra parte, las partículas LDL son menos densas y el incremento de los niveles de HDL que estas drogas inducen, tiende a restaurar el cociente LDL/HDL. Además, son capaces de reducir la trigliceridemia. De todos modos, se requerirá de una investigación apropiada de sus efectos sobre la morbimortalidad de causa vascular para abrir un juicio definitivo en esta materia. Los efectos reductores de la presión arterial estarían relacionados con una disminución de la resistencia periférica, siendo interesante señalar que la actividad de las tiazolidinodionas podría reconocer mecanismos distintos (o tal vez, aditivos) a los explicados por su acción agonista PPAR. Así, por ejemplo, algunos de sus efectos reductores de los niveles tensionales podrían vincularse a represión de Id2, una de las "inhibitor of DNA-binding proteins" 17. Id2 es una proteína inductora de crecimiento de células musculares vasculares (vía de una disminu- RAEM • 2004 Vol 41 • No. 3 ción de la expresión de p21Cip1). Los principales efectos metabólicos de los agonistas PPAR gamma, asociados con mecanismos de transcripción proteica demandan por lo tanto tiempo. Por lo regular la máxima respuesta se alcanza varias semanas después del inicio del tratamiento y, por la misma razón, sus efectos se mantienen 2 a 3 semanas luego de suspendido el fármaco. Entre las reacciones adversas a estas drogas se informan: incremento del peso corporal (en parte debido a efecto lipogénico a nivel adiposo, en parte asociado a edema), cefalea, edema, retención intravascular de fluido, anemia, hipercolesterolemia, hepatotoxicidad; se ha reportado que el aumento de volumen intravascular puede precipitar un cuadro de insuficiencia cardíaca. Por ello los agonistas PPAR gamma están formalmente contraindicados en la insuficiencia cardíaca (Clases III/IV de la NYHA). Con algunas tiazolidinodionas se ha informado la aparición de hematuria 18. La eficacia de los agentes tiazolidinodiónicos sobre la hemoglobina glicosilada es moderada (aproximadamente de 1 a 1.5%). La idea de obtener agentes más potentes, y potencialmente, más seguros, guió la investigación farmacológica hacia agonistas PPAR gamma no tiazolidinodiónicos. Varios de ellos continúan aún en fases tempranas de desarrollo. Por otra parte, la idea de obtener un efecto insulino-sensibilizante con mayor respuesta a nivel del perfil lipídico impulsó el desarrollo de moléculas agonistas duales (PPAR alfa/gamma). La comprobación de cierta actividad metabólica favorable a través de la acción sobre PPAR delta, dio origen a algunos agonistas con afinidad suficiente sobre los tres subtipos PPAR 19. La tabla 1 muestra el estado de desarrollo de diversos agonistas PPAR. Es interesante señalar que alguno de estos proyectos ha sido suspendido frente a la aparición en roedores de células neoplásicas a nivel de la vejiga. Se desconoce que asociación tiene este hecho con la información antes citada 18 de inducción de hematuria por algunas TZD. El estudio de agentes capaces de activar directamente al receptor RxR ha adquirido también cierto desarrollo 20. El RxR presenta por ligando natural al ácido 9-cis-retinoico. Ya se han obtenido otros ago nistas, tales como: rexinoides derivados del ácido trienoico (LG-100754; LG-101392; LG-101506), rexinoides derivados del ácido dibenzo-diacepinil-ben- GONZÁLEZ, C.D. Y COL. Compuesto Perfil Status Farglitazar PPAR α/γ Fase III (abandonado) Ragaglitazar PPAR α/γ Fase III (suspendido) Tesaglitazar PPAR α/γ Fase III BMS-298585 PPAR α/γ Fase III KRP-297 PPAR α/γ Fase II/III LY-519818 PPAR α/γ Fase I DRF-4158 PPAR α/γ Preclínica KT-6207 PPAR α/γ Preclínica LR-90 PPAR α/γ Preclínica GW-58418 PPAR α/γ/δ Preclínica GW-677954 PPAR α/γ/δ Preclínica GW-501516 PPAR δ Preclínica Rivoglitazona PPAR γ Fase I Tabla 1. Estado de desarrollo de los nuevos agonistas PPAR γ zoico (HX-100; HX-531; PA-451), etc. En modelos experimentales animales, algunos de estos agentes han reducido la insulinorresistencia sin inducir incremento del peso corporal, uno de los efectos colaterales no deseados de las tiazolidinodionas. Otro de los blancos bajo investigación farmacológica ha sido la insulinosensibilización a través de 165 la estimulación del receptor beta 3 adrenérgico. Esta línea estratégica fue explorada desde hace algún tiempo, al reconocerse la respuesta termogénica y lipolítica asociada a la activación del receptor beta 3. El estímulo del receptor beta 3 adrenérgico induce un incremento intracelular de las concentraciones de AMPc, y a nivel mitocondrial parece asociado a un aumento de la expresión de las llamadas "uncoupling proteins" (UCP), efecto vinculado a su acción termogénica. Lamentablemente, dos problemas básicos han complicado el desarrollo de agentes útiles para su empleo en humanos: • La falta de suficiente selectividad de los fármacos obtenidos hasta el momento: en efecto, las moléculas capaces de activar el receptor beta 3 presentan cierta afinidad por el receptor beta 1, con aumento de las cuatro propiedades cardíacas (con acción taquicardizante e incremento del consumo de oxígeno del miocardio). • La insuficiente biodisponibilidad de estos agentes, de modo que las concentraciones sistémicas que se obtienen tras la administración oral suelen ser menores a las requeridas para un efecto pleno. La tabla 2 muestra el estado de estos proyectos, en su mayor parte abandonados 19. Compuesto Efecto Información adicional Status BRL-26830 Reducción de peso Temblor, vida media corta Abandonado BRL-35135 Insulinosensibilidad Temblor, vida media corta Abandonado CL-316,243 Insulinosensibilidad Biodisponibilidad oral: 10% Abandonado L-796568 Aumento 5% de tasa metabólica Aumenta la frecuencia cardíaca, sin efecto sobre el peso Desconocido LY-377604 Aumento 17% de consumo de oxígeno β1 / β2 antagonista Desconocido Ro 16-8714 Termogénesis Taquicardia Abandonado AZ-40140 No publicado No publicado AD-9677 No publicado No publicado Tabla 2. Estado actual de los agonistas β3 adrenérgicos en desarrollo. Desconocido 166 RAEM • 2004 Vol 41 • No. 3 DROGAS EN INSULINORRESISTENCIA Otros sensibilizadores bajo investigación actúan sobre los mecanismos de inactivación de la señal insulínica. Cuando la insulina liga a su receptor, induce en éste un cambio conformacional tal que se verifica autofosforilación de residuos tirosina del mismo; esta autofosforilación es seguida de la fosforilación en tirosina de otras proteínas que integran el mecanismo de transductor de la señal hormonal. La actividad del receptor persiste en tanto los residuos tirosina persistan fosforilados. La señal es clausurada por varios mecanismos, entre los que se puede mencionar a la defosforilación enzimática por Proteína-Tirosina-Fosfatasas (PTP). En particular, la PTP-1B participa de manera más selectiva sobre la terminación de la señal insulínica. El desarrollo de inhibidores de PTP-1B, entonces, parece razonable a efectos del logro de insulinosensibilizadores eficaces. Los compuestos del vanadio han mostrado dicho efecto, y la tabla 3 permite observar el grado de desarrollo de los proyectos en ese área 21. Como se puede advertir, la categoría incluida por Laborde y Manchem 3 bajo el nombre de "insulinosensibilizadores" incorpora una variedad muy amplia de agentes, con diferentes mecanismos; además, los fármacos inscriptos dentro de los otros grupos de esa clasificación también presentan efectos insulinosensibilizantes. Como hemos sostenido antes, esta clase ha sido definida de manera muy inespecífica, con límites borrosos y muy amplios. Modificadores del metabolismo lipídico. Desde luego, la mayor parte de los agentes antes citados modifican el metabolismo lipídico en Clase estructural grado diverso; en ocasiones, estos efectos forman parte esencial de su farmacodinamia. Sin embargo, Laborde y Manchem 3 reservan este capítulo para algunos fármacos cuyo mecanismo de acción centralmente se explica por tales modificaciones. En particular, incluyen a los inhibidores de la 1 1 - b e t a h i d ro x i e s t e ro i d e - d e s h iogenasa dr de tipo 1 (11-betaHSD-1). Es bien conocido que la respuesta a los glucocorticoides endógenos no depende sólo de sus niveles plasmáticos; en efecto, la conversión tisular de cortisona en cortisol es otro factor decisivo en este aspecto, siendo el cortisol un metabolito mucho más activo que la cortisona. La enzima que cataliza tal conversión es la 11-beta-HSD-1. Esta enzima se expresa a nivel del hepatocito y del tejido adiposo. La asociación entre obesidad y actividad glucocorticoidea ha sido ampliamente documentada 22. Por lo tanto, el desarrollo de una línea de investigación que explorara los mecanismos involucrados en esta relación no puede resultar extraña. Así, se observó que ratones “knockout” para 11beta-HSD-1 muestra menores glucemias de ayunas con menor actividad de fosfoenolpiruvato carboxiquinasa (PEPCK) 23. Además, se ha informado que: • Las tiazolidinodionas podrían inhibir funcionalmente la actividad de 11-beta-HSD-1, por reducir la transcripción del gen de la enzima • Se han desarrollado inhibidores selectivos de la enzima, entre los que se encuentra BVT.2733 24, aún en investigación temprana. • Un agente utilizado en el pasado para el tratamiento de la enfermedad ulceropéptica, la carbenoxolona, se comporta como inhibidor débil Sitio de interacción Status Bis-F2-MP Sitio catalítico/ Sitio 2 Preclínico Ácidos fenoxiacético y sulfonilsalicílico Sitio catalítico Fase II (discontinuado) O-Carboximetil-salicílico Sitio catalítico Preclínico 2-oxalilaminobenzoico Sitio catalítico/ Sitio 2 Preclínico 2-oxalilarilamino-benzoico Sitio catalítico/ Sitio 2 Preclínico Benzoxatiazoles Desconocido Preclínico Tabla 3. Inhibidores de la proteína-tirosina-fosfatasa 1B (PTB 1B) en desarrollo. GONZÁLEZ, C.D. Y COL. de la 11-beta-HSD-1, pero moderadamente intenso para la isoforma 2. Aún así, reduce la resistencia insulínica. Esta información ha impulsado la búsqueda de agentes análogos, con mayor selectividad, sin los efectos adversos de esa molécula 25. Activadores del receptor insulínico. El descubrimiento de moléculas de pequeño peso molecular capaces de activar el receptor insulínico ofrece algunas perspectivas promisorias. Estos fármacos incrementan la señal insulínica en diversos modelos experimentales. En general, estos activadores del receptor insulínico ofrecen dos categorías mayores: • Aquellos que requieren de la presencia de cierta cantidad de insulina endógena para desenvolver su acción: son los llamados "activadores dependientes de insulina". • Aquellos que activan el receptor aún en ausencia de insulina ("activadores independientes de insulina") A la primera clase corresponden agentes tales como ciertas azonaftil-ureas, como TLK 16998. Entre los fármacos que pertenecen a la segunda categoría pueden mencionarse algunos agentes naturales, derivados de hongos, más específicamente, de Pseudomassaria sp. (especialmente, las demetilasterriquinonas, como L-783,281)(3). Asimismo, se han explorado drogas de naturaleza bis-naftil-ureica (de similitud estructural con los activadores dependientes de insulina), así como análogos diaril-2,5-dihidroxibenzoquinonicos) 3. Conclusión Se ha revisado la farmacología, disponible y en estudio, destinada al tratamiento exitoso de la insulinorresistencia. Indudablemente, la primera propuesta terapéutica consiste en un plan de alimentación restringido en valor calórico, en grasas saturadas y en hidratos de carbono simples y en un incremento de la actividad física programada 26 y no programada. Pero 167 cuando los cambios de estilo de vida son insuficientes, se dispone de fármacos modificadores de la acción de la insulina. Es importante destacar que en la actualidad se estudia el uso precoz de insulinosensibilizadores en condición de insulinorresistencia aún sin diabetes clínica a fines de retrasar la aparición de esta última, con las complicaciones que conlleva. Cabe recordar que: • La insulinorresistencia está presente en la diabetes. Pero antes que ésta eclosione como expresión de un déficit absoluto o relativo de insulina, la insulinorresistencia y su contraparte homeostática, el hiperinsulinismo, se han expresado durante una larguísima etapa prehiperglucémica. • La insulinorresistencia es probablemente un factor de riesgo independiente para enfermedad cardiovascular 27. Entonces su tratamiento podría implicar seguramente un menor riesgo macrovascular 28 y además, en etapa prediabética abre posibilidades de prevenir o postergar la enfermedad como ya se ha demostrado 26. El desarrollo de nuevos grupos de agentes farmacológicos está fuertemente vinculado al avance de nuestros conocimientos fisiopatológicos en el área. Así, fármacos de efecto dual sobre receptores PPAR, activadores del mensaje insulínico, inhibidores de la producción hepática de la glucosa, etc. resultan a menudo el fruto de un diseño molecular "ad-hoc", fundado en los conocimientos adquiridos recientemente en este terreno. Alguno de estos grupos, sin embargo, deberán sortear dificultades farmacocinéticas (como es el caso de los agonistas beta-3) o de seguridad que ponen cierto toque de duda sobre sus reales posibilidades en el futuro. El impacto en términos de prevención de diabetes y de enfermedad cardiovascular para muchos de estos fármacos es también todavía desconocida y deberá ser motivo de futuras investigaciones. Lo cierto es que el campo de la investigación farmacológica en el capítulo de la insulinorresistencia es uno de los de mayor dinamismo en la actualidad, que corre paralelo a la preocupación creciente en torno al incremento en la prevalencia de diabetes y su impacto sobre la enfermedad coronaria. 168 DROGAS EN INSULINORRESISTENCIA Bibliografía 1. Mercado, M.M.; McLenithan, J.C.; Silver, K.D. y col. Genetics of insulin resistance. Curr Diab Rep.2(1):83-95, 2002. 2. González, C. Farmacología de la Diabetes Mellitus. En: Manual de Fármacos en Cardiología. García Merletti PF, González C, Zambrano C. Akadia Ed., Buenos Aires, pag, 219,2003 3. Laborde, E.; Manchem, V.P . Small molecule activators of the insulin receptor: potential new therapeutic agents for the treatment of diabetes mellitus. Curr Med Chem. 9 (24):2231-42, 2002. 4. Owen, M.R.; Doran, E.; Halestrap, A.P . 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