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La investigación de Giulio Cossu para DMD Uno de los estudios más avanzados y prometedores a nivel internacional en el campo de la terapia celular para la DMD, se lleva a cabo por el italiano Giulio Cossu, del Instituto Científico de la Universidad San Raffaele de Milán. La investigación se basa en el uso de mesoangioblastos, células madre específicas que normalmente se asocian con los vasos sanguíneos, identificadas por el equipo de Cossu en 2002 como células capaces de regenerar el tejido muscular dañado y restaurar su funcionalidad. Uno de los aspectos más interesantes de los mesoangioblastos es que si se introducen en el torrente sanguíneo, estas células son capaces de migrar fuera del endotelio de los vasos sanguíneos y colonizar los tejidos circundantes. Los estudios en modelos animales Los primeros resultados interesantes - publicado en Science en 2003 - se obtuvieron en experimentos en modelo de ratón de distrofia muscular (ratones mdx). El siguiente paso del grupo italiano fue repetir los mismos resultados en un modelo animal más complejo, como el perro. Los experimentos se llevaron a cabo en Golden Retriever con Distrofia Muscular (GRMD), que son perros que tienen una mutación en el gen de la distrofina. El estudio fue publicado en Nature en 2006 y en videos de perros distróficos, que al ser tratados con células madre caminaban de nuevo, y dieron la vuelta al mundo. En una primera fase experimental, los investigadores extrajeron mesoangioblastos de los vasos sanguíneos de los perros sanos, se hicieron multiplicar en cultivo, y los inyectaron intraarterialmente en perros GRMD. Los científicos siguieron la migración de los mesoangioblastos y se observó que, una vez fuera de los vasos sanguíneos, iban a colonizar los músculos dañados. La célula madre se fusiono con las fibras musculares existentes, produciendo distrofina saludable y así regenerar el tejido muscular. El estudio de Giulio Cossu ha tenido un enorme impacto en la comunidad científica y la comunidad de pacientes con DMD. Resultados alentadores posteriores se produjeron en 2007, con la identificación de células madre en humanos que corresponden a los mesoangioblastos aislados en ratones y perros. Una serie de experimentos demostraron que las células son fáciles de manipular en el laboratorio y que, si se inyectan sistémicamente o en el torrente sanguíneo, en ratones mdx inmunosuprimidos, son capaces de colonizar el tejido muscular y generar una forma correcta distrofina humana. El estudio en humanos Estos datos han creado la base para el diseño de los primeros ensayos clínicos en humanos con el trasplante de células madre para DMD. El estudio, que comenzó hace aproximadamente un año, se basa en el trasplante heterólogo de mesoangioblastos de un donador inmunocompatible - en este caso un hermano o hermana - a un paciente con DMD. Una primera etapa del ensayo, ahora a punto de concluir, se basa en una serie de medidas detalladas de la fuerza y la función muscular, y el análisis de la evolución clínica de cada paciente durante un período de tiempo de un año. 28 pacientes con DMD están participando en esta primera fase, y el reclutamiento se hizo posible gracias al Registro Italiano de pacientes con DMD/DMB creado por el Parent Project Onlus. Entre estos 28 pacientes, 3 niños (de edades entre los 6 y 9 años) han sido identificados como elegibles para el tratamiento de células madre heterólogo previsto para la próxima primavera. Ahora el compromiso de Giulio Cossu es ser capaz de desarrollar un sistema para efectuar un trasplante autologo (autotrasplante) de células madre en pacientes con DMD. En resumen, el objetivo final es ser capaces de utilizar para el trasplante células madre del paciente y "corregidas genéticamente" en el laboratorio. Superando así la problemática debida a la necesidad de un donador inmunocompatible y una terapia de por vida de inmunosupresión. Sustituir el gen defectuoso de la distrofina por uno completamente sano, sin embargo, es una empresa tremendamente difícil que la comunidad científica Internacional entera no ha encontrado aún una solución. El gen de la distrofina es, de hecho demasiado grande (de 2.4 Mb es el mayor gen contenido en nuestro ADN) para ser insertado en la mayoría de los vectores virales normalmente usados para terapia génica. En este sentido, el equipo de Giulio Cossu ha creado una ruta alternativa y muy innovadora: el uso de un cromosoma humano artificial. Un cromosoma artificial para la DMD Los primeros cromosomas artificiales de mamíferos fueron diseñados y desarrollados por primera vez hace una década, con muchas de las características de un vector ideal para la terapia génica: replicación autónoma en la célula huésped, elevada capacidad de clonación, posibilidad de insertar genes de grandes dimensiones junto elementos propios de control y unidades adicionales, con mínima interferencia del genoma de la célula huésped. Pero su uso eficaz en el campo de la terapia génica aún no se ha extendido por una serie de obstáculos: los cromosomas artificiales son moléculas de ADN de tamaño considerable (50-10 Mb) difícilmente manipuladas por las técnicas convencionales de biología molecular, por lo tanto su ensamblaje y transferencia se basan en un método largo, laborioso e ineficiente, que requiere destreza especial que sólo personal experimentado es capaz de obtener buenos resultados. El equipo de Giulio Cossu, en colaboración con investigadores japoneses de la Universidad de Tottori, está desarrollando un cromosoma humano artificial construido ad hoc, a fin de transmitir las secuencias que codifican la distrofina, flanqueadas por las secuencias reguladoras, con el fin de "corregir genéticamente" las células madre que tienen el gen de la distrofina mutado. El cromosoma artificial representa una herramienta muy versátil para la terapia génica y celular, dentro de el se puede insertar, o eliminar, a pedido toda una serie de unidades genéticas que sirven para regular finamente la función del gen estudiado. Por ejemplo, además del gen de la distrofina y sus secuencias reguladoras, el cromosoma artificial ideado para la DMD puede ser diseñado para acomodar el gen que produce las células inmortales, que es capaz de diferenciar continuamente y repoblar el músculo después del trasplante, o MyoD - un gen puede ayudar a la diferenciación de las células madre en el músculo - o incluso varias copias de la misma secuencia codificante de la distrofina, por lo que cada célula trasplantado en vez de hacer una proteína por unidad de tiempo hace cinco. Nos enfrentamos a un cromosoma "a la carta" según lo definido por el mismo Giulio Cossu. Todas estas estrategias de ingeniería genética tienen la intención de hacer que las células trasplantadas produzcan grandes cantidades de distrofina y poder compensar de la mejor manera las células defectuosas en los pacientes de DMD. Esto es la base para el estudio de terapia génica y celular para la DMD iniciado por el equipo de Giulio Cossu y financiado por el Parent Project Onlus para los próximos tres años. Los experimentos se llevarán a cabo en ratones mdx (modelo de ratón de distrofia muscular): El cromosoma artificial se manipulara en el laboratorio y después se insertara en mesoangioblastos tomados de pacientes con DMD, estas células, "genéticamente corregidas" serán trasplantadas en ratones mdx inmunodeficientes (usan ratones inmunodeficientes para abordar el problema de la respuesta inmune cuando la distrofina humana se produce). El objetivo del proyecto es poder demostrar, en los próximos tres años, que las células madre humanas corregidas por el cromosoma artificial pueden formar distrofina en ratones distróficos e inducir beneficios a nivel de la función muscular. Si los resultados son positivos, este estudio nos permitirá poner a prueba, en unos pocos años, estas células también en los seres humanos y señalar el camino para el ensayo clínico de un tratamiento de células madre autólogas para la DMD. Un aspecto muy importante de este enfoque es también el hecho de que, en teoría, puede ser aplicada a la totalidad de pacientes con Duchenne y Becker, independientemente del tipo de mutación en el gen de la distrofina. Hablamos entonces de una terapia "universal” de todas las mutaciones, de la más frecuente a la menos común. Giulio Cossu es Director de la División de Medicina Regenerativa del Instituto Científico de la Universidad San Raffaele de Milán, y profesor de Histología en la Universidad de Milán. Parent Project Onlus financia la investigación de Giulio Cossu desde 1999. Por Francesca Ceradini Responsable Científico Parent Project Onlus www.parentproject.it Traducido y adaptado al Español por: Ricardo Rojas C