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Agencia Sueca de Desarrollo Internacional JULIO 2016 PLA POLÍTICAS Y LÍNEAS DE ACCIÓN - CLACSO By the Rivers of Babylon…: Hacia un trazado de políticas para la acción MARIALINA GARCÍA RAMOS Licenciada en Historia del Arte (2003) y Master en Antropología Cultural (2009), Universidad de La Habana. Cursa Doctorado en Antropología Social, Universidad Iberoamericana de México, D.F. E-mail: marialina.ramos@gmail.com Presentación La emergencia de un discurso rastafari en un segmento juvenil en La Habana deviene uno de los fenómenos identitarios que irrumpen hoy en la sociedad cubana. La adopción del concepto de tribus urbanas, en el estudio de la problemática, devela los contactos inter/transculturales en el abordaje de un imaginario derivado de los procesos de desterritorialización que intervienen en la configuración de Este texto es resultado de la Escuela Internacional “Juventud y desigualdad en América Latina y el Caribe”, que se llevó a cabo de 22 al 26 de junio de 2015 en Tegucigalpa, Honduras, en el marco del Programa de Estudios sobre la Pobreza y la Desigualdad, por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). PALABRAS CLAVE Rastafarismo Tribus urbanas Sociedad cubana Políticas públicas Líneas de acción comunidades transnacionales resultantes de los escenarios de diálogo surgidos del mercado, las industrias culturales y otras agencias de la globalización de fuerte impacto también en Cuba. Al mismo tiempo, dicho enfoque permite evaluar las relaciones existentes entre la aparición de este conglomerado juvenil urbano y los cambios acontecidos en el país, signado tras la crisis económica de la década de los 90 por las transformaciones de su estructura social y el surgimiento de tendencias desintegradoras al interior de su tejido societal, en relación con un panorama internacional donde el rastafarismo protagoniza un continuo proceso de secularización. De tal suerte, se identifica en el escenario habanero una cultura juvenil urbana donde se verifican tendencias tribales (tribu rasta) conformada por un sector juvenil minoritario —integrado en su mayoría por negros y mestizos con una endeble participación social efectiva— que se reconoce en los productos simbólicos procedentes del universo rastafari, adopta comportamientos específicos en el entramado citadino y asume valores concretos. Se verifica, en este sentido, un conjunto de valores y motivaciones específicos como reflejo de las complejidades de la cambiante sociedad cubana y los modos de socialización emergentes con que una joven generación experimenta y asimila tales cambios. La asunción de valores y normas de comportamiento distintivos surge en concomitancia con un panorama nacional caracterizado por la fragilidad en su cohesión social, que será favorecedor de la búsqueda de espacios de pertenencia e integración alternativos, donde se verifican las adscripciones a un repertorio simbólico foráneo e importado. Entre las sintomatologías sociales más marcadas en el grupo aparecen la desigualdad social y la discriminación racial. Algunas problemáticas observadas son la pérdida del protagonismo del trabajo y la superación técnico-profesional como valores esenciales, la emigración como fuerte motivación, la preferencia por prácticas centradas en el ocio, el esparcimiento y las actividades festivas, la abulia, el consumo de marihuana, prácticas vinculadas a la prostitución y otros eventos ilícitos. Análisis político Desde la Academia cubana ha existido cierto interés y preocupación por el tema. Si bien en las indagaciones se constata el reconocimiento de un discurso o cultura rastafari en Cuba, no se ha logrado aún una sistematización que profundice en su estudio. Las incursiones realizadas delatan la urgencia de miradas dialógicas e interdisciplinarias, de enfoques sistémicos que permitan evaluar con mayor profundidad las múltiples interacciones que existen entre este y el tejido sociocultural de la Isla. Se propone que tales acciones sean proyectadas de manera conjunta con el sistema institucional de la isla, en un diseño de políticas que indague en sus determinaciones y promueva la búsqueda de soluciones no discriminatorias que contribuyan a paliar la satanización del grupo juvenil. Generar iniciativas que eliminen estigmas hacia el seno de la población e involucrar en este esfuerzo a sectores comunitarios, institucionales y políticos. Uno de los aspectos más polémicos que adopta este fenómeno radica en los prejuicios y estereotipos existentes, conformados o afianzados de manera extendida, pero reproducidos igualmente desde algunas instancias del poder y asociados casi siempre al carácter marginal del movimiento, su vínculo con el consumo de drogas y otros eventos ilícitos. La criminalización de estos sujetos se ejerce también desde las autoridades policiales, donde son eventualmente frecuentes discursos y conductas que insisten en catalogarles como fuente de peligro para el orden, a través de rótulos como “delincuentes”, “drogadictos”, “jineteros”, entre otras clasificaciones despectivas conducentes a su estigmatización. Procedimientos, incluso, no exentos de detenciones gratuitas y posturas arbitrarias. Propuestas Se impone trabajar en programas orientados a que entidades involucradas en el control y seguridad ciudadanos se acerquen a la problemática desde una mirada desprejuiciada. Reconocerle entre una de las múltiples expresiones surgidas en los contextos de la globalización, fenómeno creciente y susceptible de adquirir mayor arraigo en el entorno capitalino como consecuencia de inevitables factores. Aquilatar y comprender su alcance en el sentido de una propuesta estética-discursiva que difiere de la norma, con vistas a evitar su identificación según estereotipos que propicien su caricaturización o “hamponización”. Las políticas públicas implementadas por la PNR, el DNA y otros organismos, no han de estar enfocadas exclusivamente a censurar o coartar estas manifestaciones. Si las instituciones que generan mayor desconfianza a dichos sujetos son la Policía, las estructuras del gobierno y el sistema de justicia, es fundamental establecer acciones para intentar atemperar “que no revertir” tal relación, como única vía para que estos jóvenes y sus expresiones no escapen al control normativo de la sociedad. Articular estrategias desde aquellos sectores encargados de la seguridad y prevención del delito “consumo de drogas y otros” que no estén solo encaminadas a la represión, sino a la educación, prevención y reforzamiento de las redes familiares y comunitarias. En definitiva, promover el conocimiento y la investigación de estas variantes culturales alternativas desde una perspectiva incluyente que evite su demonización. Indagar más a fondo en la caracterización de estos grupos en la escena sociocultural cubana. Incluir dentro de las prioridades desplegadas por el país en la actual coyuntura, la detección de situaciones de riesgo de este segmento, así como fomentar el análisis de sus causas y la búsqueda de soluciones saludables, no discriminatorias. Esto es, dirigir los esfuerzos del Estado y el gobierno hacia la localización, análisis y erradicación de aquellas condicionantes que conducen a las sintomatologías presentes: pobreza, prostitución, desigualdad de oportunidades, drogas, etc. Para ello, es imprescindible el trazado desde el sistema institucional “que involucre a las esferas de la Cultura y Académica” de un programa de atención estratégica que contemple la investigación científica y la creación de equipos para estudios interdisciplinarios. Procurar así, con un trabajo desde lo cultural y académico, la integración de estas expresiones en escenarios más amplios de participación juvenil. Por último, la proyección de una agenda orientada a la generación de ámbitos de inserción para estos grupos, a partir de enfoques no abocados a la restricción o discriminación en los modos de representación de los diversos imaginarios sociales juveniles que emergen en el panorama cubano de hoy. La creación de espacios en medios de difusión masiva para la exhibición y difusión de agrupaciones internacionales y nacionales de reggae, así como el fomento de este género musical: experiencia de gran efectividad en otros géneros y movimientos como el hip hop y el rock. Esfuerzos todos que contribuyan a debilitar el estigma que, bajo un discurso excluyente, ha acompañado esta producción, reduciéndola o confinándola a un reducto de alternatividad, a canales harto restringidos. Asimismo, la pertinencia de una flexibilización en cuanto a la prohibición de sitios para el encuentro y sociabilidad en determinados enclaves de la ciudad, eliminando medidas radicales o rígidas. Viabilizar, como necesidad urgente, la creación de nodos culturales y de esparcimiento que permitan a estos jóvenes canalizar motivaciones y necesidades recreativas. www.clacso.org PLA Secretario Ejecutivo | Pablo Gentili Directora Académica | Fernanda Saforcada Editor | Carlos Fidel Coordinador Editorial | Lucas Sablich Coordinador de Arte | Marcelo Giardino