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Documento descargado de Cuba Arqueológica www.cubaarqueologica.org El envejeciendo de la población cubana: retos para la Antropología biológica. Autor: Antonio J. Martínez Fuentes Museo Antropológico Montané Universidad de La Habana. ajmf@fbio.uh.cu El envejecimiento irrumpe en nuestras vidas en tanto personas, familias y países. En un proceso planetario que prácticamente acapara la atención de las sociedades actuales. Se constata que hoy las personas viven, como promedio, más años a la par que se observa un aumento en la proporción de personas mayores. Lo primero, la prolongación de la vida, concierne a los individuos, lo segundo a la población El proceso de envejecimiento biológico de las personas es, hasta el presente, irreversible y comienza prácticamente desde el nacimiento. El envejecimiento de la población se expresa habitualmente en el aumento de la proporción de personas mayores y en el influyen aspectos como la disminución de la fecundidad y la mortalidad si bien las migraciones, por ejemplo, pueden también contribuir. De acuerdo con Aranibar Munita (2001) “es necesario que al referirnos a la extensión de la vida humana diferenciemos dos conceptos: el “envejecimiento individual o longevidad” y el “envejecimiento de la población”. El primero se asocia al aumento de la edad cronológica: las personas envejecen en la medida que en su tránsito por las diversas etapas del ciclo de vida ganan anos: el segundo es un proceso mas complejo, definido como el cambio en la estructura por edades de la población, caracterizado por el incremento del peso relativo de personas de edades avanzadas. No obstante sus diferencias especificas, ambas expresiones están interrelacionadas y comparten dos elementos en común: hacen referencia a la edad e implican profundas modificaciones tanto en los individuos como en las sociedades.” La Asamblea Mundial de Envejecimiento, celebrada en Viena en 1982, acordó acotar en esta categoría al segmento de la población que comprende 60 años y Documento descargado de Cuba Arqueológica www.cubaarqueologica.org más, pero sobre esto aún se discute mucho. Se conoce que no todas las personas envejecen de la misma manera, así la edad cronológica puede ser un criterio útil pero no forzosamente exacto pues al parecer existe un “tempo” de envejecimiento que es propio de cada persona. Esta edad umbral es, sin duda, arbitraria y no puede contemplar la multidensionalidad de un estado que depende de muchos factores, en los que la edad por si sola no significa nada. En Cuba, por ejemplo, se consideran ancianos las personas mayores de sesenta años, pero de manera creciente y debido al aumento de la esperanza de vida de la población, el envejecimiento se mide a partir de las personas de sesenta y cinco años (Erviti Díaz, 2001) El fenómeno de envejecimiento poblacional está teniendo lugar por primera vez en la historia de la humanidad, así en muchos países la estructura por edades muestra una tendencia al cambio, en ocasiones dramáticas. En estos momentos más de 600 millones de personas en todo el planeta tienen 60 años o más, para el 2050 se estima que sea el 22% de la población total, casi 2 000 millones de personas. Las diferencias entre países son notoria, mientras que en 1999 en las regiones más desarrolladas el 19% de la población estaba en este rango de edad, en las regiones menos desarrolladas era el 8% y en los países menos desarrollados el 5%. América Latina y El Caribe presentaban el 8% precedidos por Europa (20%), Norteamérica (16%) y Oceanía (13%) (United Nations, 2001). Cuba concluye el año 2003 con un 15% de la población en esta categoría. Según la Primera Regional Intergubernamental sobre Envejecimiento celebrada en Chile en noviembre del 2003 y de acuerdo al criterio existe en nuestra área una importante variación. Sobresalen Argentina, Uruguay, Puerto Rico y Cuba con un porcentaje de población mayor de 60 años superior al 13%. Le siguen, con un “envejecimiento moderado avanzado”, Brasil, Chile, Jamaica, Bahamas, Surinam y Trinidad Tobago, con un porcentaje mayor del 8%. Con un “envejecimiento moderado”, se ubican Belice, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México, Panamá, Perú, Venezuela y República Dominicana con una tasa de adultos mayores de un 6,9%. Al final con un “envejecimiento incipiente” aparecen Bolivia, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua y Paraguay, que tienen Documento descargado de Cuba Arqueológica www.cubaarqueologica.org en la actualidad un 5,5% de su población mayor en este rango de edad. Las proyecciones indican que uno de cada cuatro latinoamericanos será mayor de sesenta años para el 2050 (www.sld.cu/mailman/listinfo/diaria) La edad media de la población presenta la misma tendencia en cuanto a variaciones por regiones. En 1999 era de 26,4 años la media mundial. Las regiones más desarrolladas presentaron un valor de 37,2 años y las menos desarrolladas 24,0 años. En los extremos Africa con 18,3 años y Europa con 37,4 años. América Latina y El Caribe tenían entonces una edad media de 24,2 años. Cuba sobresalía con una edad media de 35,18 años (Erviti Díaz, 2001). De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP) la esperanza de vida al nacimiento reportada en el año 2000 fue de 63,3 años para los hombres y 67,6 para las mujeres al nivel mundial. Pero los promedios no son homogéneos: en las regiones más desarrolladas fue de 71,1 y 78,7 años respectivamente; en las regiones menos desarrolladas de 61,8 y 65,0 años para uno y otro sexo y en los países menos desarrollados 49,6 y 51,5 años. América Latina y El Caribe aparecía entonces con 66,1 y 72,6 años para uno y otro sexo. En Cuba en el trienio 2003 la esperanza de vida total fue de 77,0 años, 78,98 para mujeres y 75,13 en hombres (ONE, 2004) Pero la situación anterior es más dramática si tomamos el nuevo indicador de la OMS para medir el estado de bienestar sanitario de la población, la Esperanza de Vida Ajustada por Discapacidad, o como también se le suele llamar, la Esperanza de Vida Saludable (EVS). De los 191 países en que se aplicó este nuevo indicador, Japón ocupa la posición cimera con 74,5 años, entre otros países que le siguen están Australia, 73,2; Francia, 73,1, España, 72,8. En total 24 naciones presentan una expectativa de vida de 70 años o más (WHO 2000), Cuba aparece con una EVS total de 68,4 años. En el otro extremo de la tabla aparecen 32 estados con valores de menos de 40 años, excepto Afganistán, todos africanos. y los 10 que ocupan el nivel más bajo se sitúan en el Africa Subsahariana,. Los 5 países más afectados son Sierra Documento descargado de Cuba Arqueológica www.cubaarqueologica.org Leona, 25,9 años; Níger, 29,1; Malawi 29,4; Zambia, 30,3 y Botswana 32,3 (WHO 2000). En nuestra región he distinguido tres grupos, el primero con valores entre 60,0 y 69,9 años, en el se encuentran 26 países, entre otros: Dominica (69,8), Chile (68,6), Cuba (68,6), Jamaica (67,3), Uruguay (67,0), Argentina (66,7), Venezuela (65,0), México (65,0), Guyana (60,2). El segundo grupo, en un rango de 50,0 a 59,9 años, lo integran 6 países: Perú (59,4), Bahamas (59,1), Brasil (59,1), Nicaragua (58,1) Guatemala (54,3) y Bolivia (53,3). En el tercer y ultimo grupo (40,0-49,9) se encuentra únicamente Haití con una esperanza de vida saludable promedio de 43,8 años. Las implicaciones sociales y económicas del envejecimiento Según los cálculos se estima para el 2025 en más de 1 100 millones las personas que en todo el planeta tendrán 60 años o más, de ellos la mayor parte, el 71,4%, vivirá en los países subdesarrollados (Hernández Castellón, 1997). Según el informe de la OMS de 1998 los países del tercer mundo difícilmente podrán responder a las necesidades derivadas del aumento del número de ancianos, en especial en materia de servicios médicos y sociales. Ocurre que en su mayoría los países en desarrollo con bajos ingresos no se han podido ocupar del envejecimiento de la población. Han de afrontar problemas tan urgentes como el crecimiento demográfico, la mortalidad infantil elevada, las enfermedades, el éxodo rural, el desempleo, etc. Estas realidades sociales y económicas tienen y tendrán necesariamente repercusiones negativas para las personas de la tercera edad (Apt 1999). En la mayoría de los países del sur, donde los sistemas de seguridad social son inexistentes o embrionarios y donde los programas de salud ni siquiera logran satisfacer las necesidades de los adultos y los jóvenes, tanto el funcionamiento de la sociedad como la mejoría de la situación individual de las personas mayores tropiezan con grandes obstáculos económicos e institucionales (Lassonde, 1997). Documento descargado de Cuba Arqueológica www.cubaarqueologica.org En algunos países, como Argentina, Chile, Cuba y Uruguay, el perfil demográfico es similar al de los países europeos. En ellos, el número de personas de edad ha ido creciendo y los jóvenes, proporcionalmente, constituyen un grupo más reducido. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en los países desarrollados, en América Latina el proceso de envejecimiento se está dando sin un desarrollo económico capaz de asegurar los recursos necesarios para proporcionar a los grupos más viejos una calidad de vida aceptable. Por esto resulta imperioso que los países de la región se dispongan a enfrentar el desafío que esto acarrea en los aspectos sociales, económicos, culturales, políticos y éticos (Chackiel, 1999). En las próximas décadas la región enfrentará el desafío de un cambio irreversible en la estructura por edades de su población. Por lo tanto, deberán contemplarse políticas y programas en torno al retiro laboral con condiciones de vida dignas y la permanencia en el trabajo de personas que desde el punto de vista de su edad pueden considerarse viejas, pero que tienen capacidades y derechos para ser autónomos y prestar servicios útiles a la sociedad. Los sistemas de salud y seguridad social deberán adaptarse a un número creciente de adultos mayores, que además tienen una vida más prolongada, y a una sociedad cambiante. La reducción del tamaño de la familia, debido a una fecundidad cada vez menor, tendrá impactos importantes en términos de los arreglos de vida de las personas mayores y de las relaciones entre sus miembros (Chackiel, 1999). De acuerdo con Erviti Díaz (2001), algunas implicaciones sociales y económicas derivadas del aumento del aumento del número de ancianos para Cuba serán: ¾ La necesidad de aumentar y diversificar los servicios de salud a la tercera edad, así como la cantidad de hogares de ancianos; ¾ El aumento del costo de la salud pública, pues son mayores los costos de salud de la tercera edad; ¾ El cambio de composición y de roles familiares, al coincidir cuatro generaciones en las viviendas; Documento descargado de Cuba Arqueológica www.cubaarqueologica.org ¾ El cambio de enfoque en los servicios recreativos, la alimentación, el transporte, teniendo en cuenta las limitaciones de los ancianos; ¾ El sistema de seguridad social se reciente y puede caer en crisis, por el aumento del índice de dependencia demográfica, y por ende, de dependencia económica; ¾ La escasez de fuerza de trabajo, es difícil suplirla mediante la automatización o la entrada de inmigrantes externos (como ocurre en mayor medida en los países más envejecidos en la actualidad); A esta relación agregaría, el incremento del empleo informal en los ancianos. Los valores de la vejez Por otra parte, estudios recientes a escala mundial muestran como la tradicional atención que la familia prestaba a los ancianos ha venido cambiando por diferentes razones y cada vez más las personas de la tercera edad viven solos los últimos años de su vida. También determinados valores se han ido transformando. Algunas culturas han dado un carácter positivo a la vejez, y la representación del anciano resulta altamente positiva, como ocurre en las sociedades rurales del Africa tradicional. “El es el sabio, el modelo que hay que alcanzar, el que ha sabido resistir a la muerte inspirándose en los valores del grupo. El saber es atributo de los ancianos, pero no se trata de un saber técnico, sino del saber mítico. Poseer el secreto del mito, relato sagrado de los orígenes, equivale a conocer el sentido profundo de las cosas y la Ley de los Padres, es decir el principio que rige y regula el orden social. Esta supremacía en el saber confiere a los ancianos un papel fundamental en el plano educativo” (Puijalon y Trincaz 1999). Documento descargado de Cuba Arqueológica www.cubaarqueologica.org En cambio, las sociedades occidentales por lo general enfocan la vida humana en periodos sucesivos, de modo que tras las fases de crecimiento, de madurez y de apogeo, vienen la decadencia, el ocaso. Entonces, dado que la vejez no es deseable ni envidiable, hay que tratar de alejar su aparición, a fin de lograr una vida cada vez más larga en un estado de inmutable juventud. Se debe luchar por prevenir los estragos de la edad gracias a una higiene adecuada y el recurso a los múltiples medios de la ciencia: medicamentos, cremas, cirugía, etc. Si bien la medicina preventiva apunta a garantizar un buen estado de salud, lo que persigue la prevención de la vejez es impedir su advenimiento. Su finalidad no es desarrollar las capacidades vitales de la persona sino negar esa edad de la vida porque se le considera degradante En las sociedades occidentales la visión de la vejez es la del periodo de la soledad, la incapacidad y la inutilidad social (Puijalon y Trincaz 1999). Un Centro Médico Estético de Uruguay, en un folleto sobre medicina antienvejecimiento expresa “El envejecimiento es una verdadera enfermedad y no debemos resignarnos al paso del tiempo y su acción sobre nuestro organismo (Centro Médico Avril, s.f.). Los retos Evidentemente que la proporción cada vez mayor de personas que alcanzan una edad avanzada, de manera que prácticamente ya la especie humana dispone de un nuevo período de vida - hecho si precedentes en su historia – en un contexto plagado de “estresores” en no pocas sociedades, significa un reto para la Antropología. La sociedad se está gerontizando y es imprescindible que como antropólogos conozcamos las dimensiones básicas del envejecer. A veces sólo vemos el costo que las personas de edad avanzada suponen para los sistemas de salud, por ejemplo, y no lo que pueden aportar de positivo a la sociedad. Los datos demográficos nos muestran que el fenómeno del envejecimiento nos ha alcanzado; pero pese a este hecho, el proceso de envejecimiento de la Documento descargado de Cuba Arqueológica www.cubaarqueologica.org población es una cuestión que al parecer no preocupa mucho a los antropólogos en nuestro país. Sin dudas el incremento de personas mayores demandará nuevas interrogantes relacionadas con éstas y su repercusión en aspectos sociales, económicos, educacionales, sanitarios, recreativos, medioambientales, generacionales, de genero, etc. Para Rustin (1998) a pesar de extraordinario progreso...el proceso de envejecimiento humano sigue siendo una caja negra. A lo que hay que añadir la confusión provocada por el hecho de que los cambios relacionados con la edad no ocurren de manera uniforme, ya sea entre individuos, ya sea entre células. Según López Moratalla (1998) resulta interesante que mientras existen personas que padecen signos de envejecimiento prematuro, por el contrario algunos ancianos centenarios presentan características vitales, mentales y físicas propias de individuos bastante más jóvenes. De acuerdo con Bogin (1999) el envejecimiento es un proceso multi-causal y posiblemente no exista un plan biológico para éste. Puede no haber razones biológicas para envejecer en un sentido determinado. Solo es que recientemente en la historia evolutiva de nuestra especie, un apreciable número de individuos han traspasado los años de la adultez. Para Bogin, no ha existido aún el tiempo suficiente para fijar un patrón específico de envejecimiento. La Antropología tiene un reto importante, precisamente en su contribución al esclarecimiento del patrón o patrones de envejecimiento, si es que estos existieran, y los posibles gradientes entre los sistemas del organismo, sin dejar de considerar los criterios intra e interpoblacionales. Entre otros desafíos para la Antropología consideramos los siguientes: ¾ Deslindar los cambios que están realmente asociados con el envejecimiento de aquellos que tiene su origen en otros procesos. ¾ Estudiar los cambios en la composición corporal por procedimientos de avanzada o tecnologías de punta con el objetivo de investigar no solamente Documento descargado de Cuba Arqueológica www.cubaarqueologica.org su dinámica durante el proceso de envejecimiento sino de realizar las necesarias aplicaciones en las adecuaciones de la nutrición y la medicación en esta etapa de la vida. ¾ Caracterizar los cambios biológicos en la tercera edad para su consideración con fines sociales, sanitarios, educacionales, etc. ¾ Estudiar la relación entre crecimiento y envejecimiento. ¾ Ampliar los conocimientos sobre la adaptabilidad y envejecimiento en una amplia gama o variedad de ambientes naturales, sociales y económicos. ¾ Incorporar este segmento de la población a los objetivos prioritarios de la Antropología social. Resulta entonces incuestionable la importancia del estudio de las cuestiones relativas al envejecimiento desde una perspectiva transdisciplinaria. Entre otros, los aspectos biológicos, psicológicos, socioculturales, demográficos, sanitarios, económicos, a nivel del país y en sus diferentes regiones. ¿No será entonces otro gran desafío para la Antropología desarrollar un nuevo enfoque metodológico, analítico y conceptual para abordar el estudio del envejecimiento humano? La Antropología debe hacer énfasis en las variaciones individuales y poblacionales desde una perspectiva evolutiva y adaptativa, así como en la integración de estrategias investigativas de orden biológico, social, cultural y conductual, que deberán contribuir a avanzar en el mejor entendimiento del proceso de envejecimiento. En este sentido, el desarrollo social no debe verse como algo externo al conjunto de procesos biológicos que tienen lugar en el organismo humano, sino como algo circunstancial a él, evitándose un marco reduccionista del cuerpo humano (Peña Saint-Martín, 1997) Los pronósticos señalan que para el año 2025 el 23,8% de la población cubana tendrá 60 años o mas, casi uno de cada 4 cubanos (Erviti Díaz, 2001). Así, el concepto de esperanza de vida con buena salud, evidentemente nos plantea también otras serias cuestiones para el presente y para el futuro. ¿Qué decisión tomar entre la posibilidad de extender la vida la mayor cantidad de años posibles o Documento descargado de Cuba Arqueológica www.cubaarqueologica.org asegurar a la mayor cantidad posible de personas una vida digna y de calidad hasta una edad razonable? Para Lassonde (1997) esta debe ser una elección del tipo de sociedad pues el envejecimiento plantea interrogantes diferentes de una sociedad a otra, según los parámetros económicos y socioculturales específicos de cada país. El gran reto para la Antropología cubana podría ser entonces su capacidad de desarrollar acciones que contribuyan a que las personas, en su tránsito por la vejez, se sientan útiles y participen en las diversas tareas de la comunidad donde residen, obviando los mitos sobre su dependencia e incapacidad. BIBLIOGRAFIA Apt N. (1999) Tercer mundo, tercera edad. El Correo UNESCO. Enero: 23-25. Aranibar Munita, P.A. (2001) Acercamiento conceptual a la situación del adulto mayor en América Latina. Trabajo preparado a solicitud del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía CEPAL/CELADE, Santiago de Chile. Chackiel, J. (1999) El envejecimiento de la población latinoamericana: ¿hacia una relación de dependencia favorable?. Encuentro Latinoamericano y Caribeño sobre las Personas de Edad. Santiago de Chile, 8 al 10 de septiembre. Erviti Díaz B (2001) La dinámica de la población cubana y sus retos venideros. Universidad de La Habana, 253: 199-205. FNUAP (2000) Estado de la población mundial 2000. FNUAP. New. York. Hernández Castellón R (1997) El envejecimiento de la población en Cuba. Centro de Estudios Demográficos. Universidad de La Habana. Http://www.sld.cu/mailman/listinfo/diaria (consultado el 21 de noviembre de 2003) Lassonde L. (1997) Los desafíos de la demografía. Universidad Nacional Autónoma de México. Fondo de Cultura Económica. México. ONE (2004) Comunicación personal. Peña Saint Martín (1997) Reseña. Antropología Física Latinoamericana. Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Antropológicas. No. 1:137-145, Documento descargado de Cuba Arqueológica www.cubaarqueologica.org Puijalon B y J. Trincaz (1999) El espejo de la sociedad. El Correo UNESCO. Enero: 28-29. 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