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Salir A CI NE A OB GI ST LO ET CO RI GI Y Siguiente DE DE EL A SO ZU E CI NE DA D VE Sociedad Venezolana de Mastología Nos complace presentar esta versión electrónica del libro Editado por las Dras. María Cristina Angelino de Blanco, Mariella Bajares de Lilue y Rita Pizzi Haciendo click en el capítulo correspondiente y que aparece en el Contenido, podrá accesar al mismo. Además se incluyen botones que lo ayudarán a desplazarse con facilidad a lo largo de la obra. Igualmente podrá movilizarse mediante el uso de las flechas del tablero de su computadora. Finalmente, el botón BUSCAR, lo lleva directamente a la herramienta de búsqueda avanzada. BUSCAR Inicio Cont eni do CONSENSO VENEZOLANO DE MENOPAUSIA ACTUALIZACIÓN 2008 EDITORAS Dra. María Cristina Angelino de Blanco Dra. Mariella Bajares de Lilue Dra. Rita Pizzi La Veglia Sociedad Venezolana de Mastología 1 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 CONSENSO VENEZOLANO DE MENOPAUSIA. ACTUALIZACIÓN 2008 EDITORAS Dra. María Cristina Angelino de Blanco Dra. Mariella Bajares de Lilue Dra. Rita Pizzi La Veglia Versión impresa Depósito Legal lf6342008610265 ISBN 980-6905-42-9 Versión electrónica Depósito Legal lf6342008610266 ISBN 980-6905-43-6 Editorial ATEPROCA C.A., Caracas, Telef. (212) 793.5103, Fax: (212) 781.1737 e-mail: ateproca@cantv.net • www.ateproca.com Impreso en Caracas, Venezuela 3000 ejemplares, febrero 2008 2000 CD, febrero 2008 2 Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R CONSENSO VENEZOLANO DE MENOPAUSIA ACTUALIZACIÓN 2008 EDITORAS Dra. María Cristina Angelino de Blanco Dra. Mariella Bajares de Lilue Dra. Rita Pizzi La Veglia Grupo 1: Atención de la mujer Dra. Marisol Fernández Dr. Rafael Molina Vílchez Dra. Lía Muñoz Dra. Mariella Lilue de Sáez Grupo 2: Cardiovascular y metabólico Dr. Franklin Ablan Candia Dra. Elsy Velázquez Maldonado Dra. María Luisa Francis Grupo 3: Patología mamaria Dr. Gerardo Hernández Dr. Alexander Mendoza Dr. Ricardo Paredes Grupo 4: Oncología general Dr. Ricardo Blanch Dr. Francisco Yaremenko Dr. Jorge Sánchez Grupo 5: Metabolismo óseo y osteoporosis Dr. Jorge Cedeño Dr. Gregorio Riera Dr. Armando Pérez Monteverde Dra. María Fernanda Tamayo Grupo 6: Sistema nervioso central, sexualidad y calidad de vida Dra. Guadalupe Stanbury MCs. Isbelia Segnini Dra. Laura Pérez SOCIEDADES PARTICIPANTES: SOCIEDAD DE OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA DE VENEZUELA SOCIEDAD VENEZOLANA DE ENDOCRINOLOGÍA Y METABOLISMO SOCIEDAD VENEZOLANA DE MENOPAUSIA Y OSTEOPOROSIS SOCIEDAD VENEZOLANA DE MASTOLOGÍA 3 CONSENSO VENEZOLANO DE MENOPAUSIA ACTUALIZACIÓN 2008 EDITORAS Dra. María Cristina Angelino de Blanco Dra. Mariella Bajares de Lilue Dra. Rita Pizzi La Veglia EDITORAS Dra. María Cristina Angelino de Blanco Médico Internista. Endocrinóloga. Profesora en la categoría de Titular de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario de Caracas (HUC). Directora del Postgrado de Endocrinología y del Curso de Endocrinología Ginecológica HUC-UCV. Dra. Mariella Bajares de Lilue Médico Especialista en Ginecología. Profesora de Ginecología en la categoría de Titular, Facultad de Medicina de la UCV. Coordinadora del Curso Universitario de Endocrinología Ginecológica, HUC. Dra. Rita Pizzi La Veglia Médico Especialista en Gineco-Obstetricia. Adjunto docente del Servicio de Endocrinología, HUC. Coordinadora del Curso Universitario de Endocrinología Ginecológica, HUC. PARTICIPANTES Dr. Franklin Ablan Candia Endocrinólogo. Profesor del Curso de Endocrinología y Metabolismo. Servicio de Endocrinología, Hospital Vargas de Caracas. Presidente de la Sociedad Venezolana de Endocrinología y Metabolismo (2004-2006; 2006-2008). Dr. Ricardo Blanch Cabrera Médico Especialista en Cirugía General y Ginecología. Profesor de Ginecología en la categoría de Asociado, Facultad de Medicina de la UCV. Jefe de la Cátedra de Ginecología del HUC, UCV. 5 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 Dr. Jorge Cedeño Médico Especialista en Endocrinología. Investigador Asociado al Centro de Investigaciones UNILIME Estado Carabobo. Coordinador de la Sección de Densimetría, Sociedad Venezolana de Menopausia y Osteoporosis (SOVEMO). Dra. Marisol Fernández Especialista en Ginecología-Obstetricia. Doctora en Ciencias Médicas. Profesora Asociado del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Universidad del Zulia. Maracaibo, Estado Zulia. Dra. María Luisa Francis Médico Especialista en Endocrinología. Médico Adjunto del Servicio de Endocrinología del HUC. Dr. Gerardo Hernández Muñoz Cirujano Oncólogo Mastólogo. Unidad de Mastología del Centro Clínico de Maternidad Leopoldo Aguerrevere, Caracas. Dra. Mariella Lilue de Sáez Médico Especialista en Ginecología y Obstetricia. Curso Universitario de Endocrinología Ginecológica, HUC. Médico Adjunto del Servicio de Endocrinología del HUC. Dr. Alexander Mendoza Médico Especialista en Ginecología y Obstetricia. Curso de Ampliación en Patología Mamaria, HUC. Curso Universitario de Endocrinología Ginecológica, HUC. Dr. Rafael Molina Vílchez Gineco-Obstetra. Especialista en Gineco-Obstetricia del Hospital Manuel Noriega Trigo, San Francisco y Policlínica San Luis, Maracaibo, Estado Zulia. Ex Presidente de La Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Venezuela. Dra. Lía Muñoz Médico Especialista en Ginecología y Obstetricia. Unidad de Ginecología y Obstetricia de la Clínica Briceño Rossi, Caracas. Dr. Ricardo Paredes Hanny Cirujano Oncólogo Mastólogo. Unidad de Mastología del Centro Clínico de Maternidad Leopoldo Aguerrevere, Caracas. Dr. Armando Pérez Monteverde Médico Internista - Endocrinólogo - FACP. Jefe del Servicio de Endocrinología del Centro Médico Docente La Trinidad, Caracas. Ex Presidente de SOVEMO. 6 Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R Dra. Laura Pérez Médico especialista en Ginecología y Obstetricia. Curso Universitario de Endocrinología Ginecológica, HUC. Dr. Gregorio Riera Médico especialista en Medicina Interna y Nefrología. Profesor en la categoría de Titular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Carabobo. Director del Centro de Investigaciones UNILIME, Estado Carabobo. Ex presidente de SOVEMO. Dr. Jorge Sánchez Lander Cirujano Oncólogo. Adjunto y coordinador Docente del Servicio de Ginecología Oncológica del Instituto Oncológico "Luis Razetti". Cirujano de la Clínica Santa Sofía, Caracas. MCs. Isbelia Segnini Licenciada en Psicología. Postgrado en Psicología Clínica. Master of Science. Colorado State University. USA. Dra. Guadalupe Stanbury Médico especialista en Ginecología y Obstetricia Miembro de la Junta Directiva de SOVEMO. Directora del Centro de Estudios de Menopausia y Osteoporosis, Valencia, Estado Carabobo. Dra. María Fernanda Tamayo Médico especialista en Ginecología y Obstetricia. Curso Universitario de Endocrinología Ginecológica, HUC. Dra. Elsy Velázquez Maldonado Endocrinóloga. Doctora en Ciencias Médicas. Profesora en la categoría de Titular de la Facultad de Medicina, Universidad de los Andes, Mérida, Estado Mérida. Dr. Francisco Yaremenko Médico especialista en Ginecología y Obstetricia. Curso Universitario de Endocrinología Ginecológica, HUC Director Médico Profértil; Unidad de Reproducción Asistida. 7 Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R, editoras. Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008. Caracas: Editorial Ateproca;2008. p.1-12. CONTENIDO Participantes 5 Capítulo 1 ATENCIÓN DE LA MUJER Dra. Marisol Fernández, Dr. Rafael Molina Vílchez, Dra. Lía Muñoz, Dra. Mariella Lilue de Sáez 11 Capítulo 2 CARDIOVASCULAR Y METABÓLICO Dr. Franklin Ablan Candia, Dra. Elsy Velázquez Maldonado, Dra. María Luisa Francis 23 Capítulo 3 PATOLOGÍA MAMARIA Dr. Gerardo Hernández Muñoz, Dr. Ricardo Paredes, Dr. Alexander Mendoza 30 Capítulo 4 ONCOLOGÍA GENERAL Dr. Ricardo Blanch, Dr. Jorge Sánchez Lander, Dr. Francisco Yaremenko 35 Capítulo 5 METABOLISMO ÓSEO Y OSTEOPOROSIS Dr. Jorge Cedeño, Dr. Armando Pérez Monteverde. Dr. Gregorio Riera, Dra. María Fernanda Tamayo 41 Capítulo 6 SISTEMA NERVIOSO CENTRAL, SEXUALIDAD Y CALIDAD DE VIDA Dra. Guadalupe Stanbury, MCs. Isbelia Segnini, Dra. Laura Pérez 53 9 Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R, editoras. Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008. Caracas: Editorial Ateproca;2008. p.11-22. Atención de la mujer Capítulo 1 ATENCIÓN DE LA MUJER Dra. Marisol Fernández Dr. Rafael Molina Vílchez Dra. Lía Muñoz Dra. Mariella Lilue de Sáez CONTENIDO I. Aspectos epidemiológicos II. Definición de términos III. Manifestaciones clínicas IV. Evaluación inicial de la paciente A. Historia clínica B. Historia ginecológica C. Hábitos psicobiológicos D. Examen físico integral E. Exámenes complementarios F. Criterios de seguimiento V. Pautas para el tratamiento 1. Indicaciones 2. Vías de administración 3. Contraindicaciones 4. Uso bajo estricta vigilancia médica 5. Terminología de la terapéutica 6. Estrógenos y progestágenos 7. Otros medicamentos 8. Dosis y tendencias actuales 9. Cambios de estilo de vida 10. Consideraciones sobre contracepción en la perimenopausia Fernández M, Molina Vílchez R, Muñoz L, Lilue de Sáez M I. ASPECTOS EPIDEMIOLÓGICOS La edad promedio de la menopausia varía entre 47-52 años. En Venezuela se ha calculado en 48,7 ± 4,6 años para el cese espontáneo de la menstruación, y de 43 ± 3,2 años para la menopausia quirúrgica. Según datos del INE (Instituto Nacional de Estadística), en nuestro país, la esperanza de vida para el año 2005 fue de 73,18 años, de manera que buena parte de la vida transcurre después de cesar la función menstrual. De hecho, para el año 2007, de una población femenina de 13 690 447, se calcula que 2 304 394 tienen 50 y más años, cifras que para 2015, se proyectan en 15 493 362 con 2 409 636 mujeres de 50 y más años. Entonces para 2015, una de cada 6 mujeres será peri o posmenopáusica. La menopausia es un proceso natural que marca una etapa de la vida de la mujer, como parte del envejecimiento. Un grupo de mujeres menopáusicas se presentan sin ningún síntoma, mientras que otras tienen síntomas moderados a severos y discapacitantes. Es por ello, que se ha propuesto el uso de tratamientos, hormonales o no, para las molestias climatéricas o para la probable prevención de algunas enfermedades crónicas. El climaterio es tiempo propicio para la consulta médica, el tamizaje diagnóstico de cierto tipo de enfermedades y la reorientación del estilo de vida. La manera de evaluar la condición clínica de las consultantes, así como la validez de ciertas modalidades terapéuticas, ha ido 11 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 cambiando; sobre todo por el impacto que sobre los médicos, como sobre sus pacientes, han tenido los resultados de algunos estudios clínico-epidemiológicos. Por eso, es necesario revisar los problemas que plantea la mujer climatérica, y el estado actual del conocimiento de los diferentes recursos profilácticos y terapéuticos disponibles. II. DEFINICIÓN DE TÉRMINOS Menopausia: cese permanente de la menstruación que ocurre debido a la pérdida de la función ovárica folicular. Su diagnóstico es retrospectivo después de 12 meses consecutivos de amenorrea secundaria. Puede ser natural o inducida (radioterapia, quimioterapia, cirugía). Climaterio: período de transición que va desde la etapa reproductiva a la no reproductiva en la vida de una mujer, en el cual se observa una serie de signos y síntomas de duración e intensidad variables. Incluye la peri y la posmenopausia. Es un término antiguo, más general, poco preciso, por lo que se sugiere limitar su uso. Transición menopáusica: período variable que va de 2 a 8 años previos a la menopausia (edad media calculada entre 45,5 y 47,5 años) y duración media de 4 años, caracterizado clínicamente por irregularidad menstrual que termina con el último sangrado, y bioquímicamente se manifiesta por una caída de los niveles de inhibina-B y el consecuente aumento de la hormona folículo estimulante (FSH). Algunos autores lo definen como transición perimenopáusica. Perimenopausia: se refiere al período de la transición menopáusica y al año posterior a la última menstruación. Premenopausia: período anterior a la última menstruación. Posmenopausia: período que sigue a la última menstruación. Se ha clasificado como temprana (los primeros 4 años) y tardía. Menopausia prematura: se define como la menopausia que ocurre en mujeres menores de 40 años. Ventana terapéutica: lapso que se extiende desde la transición menopáusica hasta alrededor de los 59 años, en el cual, de acuerdo a estudios de 12 ciencias básicas, y a las más recientes interpretaciones de los estudios epidemiológicos, se presentan condiciones de susceptibilidad para responder positivamente a la terapia estrogénica. III. MANIFESTACIONES CLÍNICAS Este período de la vida se caracteriza por la presencia de un conjunto de síntomas que comienzan en una etapa temprana con irregularidad menstrual, luego síntomas vasomotores (oleadas de calor y sudoración nocturna), cambios del humor y del sueño. En una etapa intermedia se presenta resequedad vaginal, dispareunia, disfunción sexual e incontinencia urinaria y por último, en etapa tardía se presentan enfermedades degenerativas. Todo esto conlleva a una disminución de la calidad de vida. Los síntomas pueden variar de una mujer a otra, se presentan algunas asintomáticas mientras que en otras hay variación en la intensidad, combinación y duración, que llevan en algunos casos a la incapacidad. En relación con los síntomas vasomotores, el médico debe tener en cuenta otras causas como son: psicosomáticas, estrés, enfermedades tiroideas, feocromocitoma, síndrome carcinoide, leucemia y cáncer, entre otras. IV. EVALUACIÓN INICIAL DE LA PACIENTE A. HISTORIA CLÍNICA 1. Antecedentes personales Infancia y adolescencia • Bajo peso al nacer, macrosomía fetal, obesidad infantil y puberal, intolerancia a la glucosa, diabetes mellitus diagnosticada, síndrome metabólico. Adultez • Hipertensión arterial, síndrome metabólico, dislipidemia, diabetes, obesidad, síndrome de ovario poliquístico. • Trombosis venosa profunda, tromboembolismo pulmonar, insuficiencia renal, enfermedad cerebral vascular (embólica, trombótica, hemorrágica, con o sin secuelas); enfermedad vascular periférica, Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R síndrome varicoso severo, flebitis, hiperuricemia. • Colagenopatías, enfermedades autoinmunes, litiasis vesicular, hepatopatías, gastropatías, trastornos bipolares, cognitivos, depresión, osteopenia, osteoporosis. • Hipertensión arterial asociada al embarazo, diabetes gestacional. • Oncológicos: cáncer de mama, ovario, colon, endometrio y otros. 2. • • • • • • • • • • • Antecedentes familiares Enfermedad cardiovascular precoz. Diabetes melliltus. Obesidad. Síndrome metabólico. Enfermedad tromboembólica familiar. Colagenopatías. Oncológicas: ovario, mama, colon. Enfermedad de Alzheimer. Trastorno bipolar. Osteoporosis. Trastornos tiroideos. B. HISTORIA GINECOLÓGICA 1. • • • • • • 2. • • • • • 3. • • • • Antecedentes ginecológicos Menarquía. Ciclo menstrual. Infertilidad. Uso de inductores de ovulación. Anticoncepción. Última menstruación. Antecedentes obstétricos Número y resultado de gestaciones. Fetos macrosómicos o de bajo peso. Diabetes gestacional. Abortos recurrentes. Preeclampsia. Antecedentes quirúrgicos Histerectomía. Ooforectomía. Esterilización quirúrgica. Ablación endometrial. Fernández M, Molina Vílchez R, Muñoz L, Lilue de Sáez M Atención de la mujer C. HÁBITOS PSICOBIOLÓGICOS • Tabáquicos. • Ejercicio físico. • Hábitos nutricionales. • Alcohol, drogas recreacionales o ilícitas. • Medicación. • Sexualidad. D. EXAMEN FÍSICO INTEGRAL Énfasis en: • Índice de masa corporal (IMC) • Circunferencia abdominal. • Presión arterial. • Tiroides. • Mama. • Ginecológico. E. EXÁMENES COMPLEMENTARIOS • Citología exo-endo cervical o vaginal. • Ecosonograma preferiblemente transvaginal, en fase folicular temprana o en cualquier momento si la paciente está en amenorrea. • Laboratorio: hematología completa, glicemia, perfil lipídico, urea, creatinina, ácido úrico, calcio y fósforo sérico, transaminasas, fibrinógeno y proteínas totales y fraccionadas (deseable, no indispensable). Uroanálisis, sangre oculta en heces. • Laboratorio especial: hormona tiroestimulante (TSH) ultrasensible y anticuerpos antitiroideos microsomales (deseable mas no indispensable). Si el IMC es mayor de 30, realizar glicemia basal y poscarga 75 g de glucosa a las 2 horas. FSH, estradiol en el tercer día del ciclo en pacientes menores de 40 años, o en mayores si hay dudas diagnósticas. • Mamografía bilateral de alta resolución. • Densimetría ósea central. • Colonoscopia cada 5 años después de los 50 años de edad. • Estudios especiales según cada paciente en particular. En relación con el examen ginecológico complementario: 13 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 • Colposcopia y biopsia cervical, en caso de citología anormal. • En caso de sangrado posmenopáusico o ecosonograma con endometrio engrosado (> 5 mm pacientes sin terapia hormonal, > 8 mm con terapia hormonal): biopsia endometrial, preferiblemente guiada por histeroscopia. F. CRITERIOS DE SEGUIMIENTO Primer control: entre tres y seis meses si tiene patología asociada, factores de riesgo, o bien si se inició o cambió el esquema terapéutico. Se debe evaluar: • Peso. • Presión arterial. • Circunferencia abdominal. • Perfil lipídico. • Cumplimiento de tratamiento. Control anual: • Examen integral. • Examen ginecológico. • Mamografía. • Citología exo-endo. • Ecosonografía transvaginal. • Densimetría ósea (de acuerdo a capítulo metabolismo óseo). • Exámenes de laboratorio: los que se realizan en la evaluación inicial. V. PAUTAS PARA EL TRATAMIENTO HORMONAL 1. INDICACIONES La terapia hormonal (TH) es el estándar de oro en el tratamiento de los síntomas vasomotores y los debidos a atrofia urogenital. Otros, posiblemente relacionados con el proceso menopáusico, como mialgias, artralgias, cambios en el humor, alteraciones del sueño, y disfunción sexual, pudieran mejorar con la TH. La TH puede ser indicación de primera línea para prevenir el deterioro en la masa y calidad del hueso en mujeres menores de sesenta años con síntomas vasomotores. Existe consenso internacional en la indicación formal de TH en las pacientes con menopausia precoz 14 o falla ovárica primaria. Aunque las reevaluaciones recientes del estudio WHI, vuelven a plantear el posible efecto cardioprotector cuando la terapia se indica durante la ventana de oportunidad, en la actualidad no es una indicación formal en tal sentido. 2. VÍAS DE ADMINISTRACIÓN ORAL PARENTERAL: • Transdérmica: gel, parches • Transvaginal • Inyectable • Nasal Se recomienda la ruta parenteral, en especial transdérmica, en casos de: várices, hipertrigliceridemia, hipertensión arterial, litiasis vesicular, antecedentes de enfermedad tromboembólica, fumadoras, obesidad, enfermedad de Gilbert y migraña. Cuando la indicación de la terapia hormonal es exclusivamente para el alivio de los síntomas vulvares y atrofia genital, se recomienda la vía vaginal. 3. CONTRAINDICACIONES • Tromboembolismo venoso presente o pasado. De existir factores de riesgo, como la historia familiar o várices, entre otros, debe considerarse el uso de la administración no oral. • Enfermedad arterial trombótica activa o reciente (angina e infarto). • Cáncer de mama. Para mejorar la atrofia genital, pueden indicarse estrógenos locales, de baja potencia biológica, como el estriol. • Neoplasia estrógeno dependiente. • Sangrado genital no diagnosticado. • Hepatopatía activa, con daño funcional. • Hipertensión arterial no controlada. • ����������������������������������������������� No hay consenso en referencia a diabetes mellitus. Algunos la contraindican en enfermedad no controlada, o de larga evolución con vasculopatía establecida; para otros la contraindicación es absoluta. • Migraña con aura. • Lupus eritematoso diseminado. • Porfiria cutánea tarda. Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R 4. USO BAJO ESTRICTA VIGILANCIA MÉDICA • Historia familiar de cáncer de mama en primer grado. • Hipertensión arterial. • Várices grado III y IV. En pacientes con várices debe preferirse la vía transdérmica. • Colecistopatía calculosa. • Hipertrigliceridemia mayor de 300 mg/dL. La contraindicación es para la vía oral, y debe prescribirse vía transdérmica o vaginal. • Epilepsia. • Hábito tabáquico. • Pancreatitis crónica. • Migraña sin aura. 5. TERMINOLOGÍA DE LA TERAPÉUTICA • TE: terapia estrogénica. • TEP: terapia combinada estrógeno + progestágeno. • TH: terapia hormonal (incluye terapia estrogénica y estrógenos + progestágeno combinados). • TEP-CC: terapia continua combinada, de estrógeno asociado a progestágeno (administración diaria de estrógeno y progestágeno) • TEP-CS: terapia de estrógeno asociado a progestágeno (estrógeno diario y progestágeno secuencial). • Progestágeno: incluye tanto la progesterona natural como las sintéticas (progestinas). 6. ESTRÓGENOS Y PROGESTÁGENOS 6.1. Estrógenos solos. 6.2. Progestágenos solos. 6.3. Combinados (estrógenos + progestágenos). 6.1. ESTRÓGENOS SOLOS En nuestro país disponemos de múltiples presentaciones de estrógenos: vía oral, transdérmica, percutánea, vaginal. En otros países también se dispone de implantes, anillos y nasal. (Ver Tabla 1.1) 6.2. PROGESTÁGENOS SOLOS La administración de progestágenos por diversas vías, puede ser continua o cíclica, a dosis variable (ver Tabla 1.2). Fernández M, Molina Vílchez R, Muñoz L, Lilue de Sáez M Atención de la mujer 6.6 COMBINADOS ESTRÓGENO - PROGESTINAS (Ver Tabla 1.3) 7. OTROS MEDICAMENTOS 7.1. ANDRÓGENOS Se han usado como complemento de la terapia hormonal, en casos de disminución de la libido y con el objetivo de producir una sensación de bienestar general. Se recomienda no usar los andrógenos sin estrógenos. En Venezuela no están aprobados estos productos para su uso en la mujer (ver Capítulo 6). 7.2. TIBOLONA Livial®, Fomene®, Tinox®, Femsel®; (2,5 mg) uso diario continuo. Molécula de acciones variadas según el contexto tisular, “reguladora de la actividad estrogénica específica de tejido” (“STEAR”). Se trata de una prodroga que, de acuerdo con la presencia de ciertas enzimas que participan en su metabolismo, puede ser transformada en sustancias estrogénicas, progestágenas y androgénicas. Se emplea en la posmenopausia, como terapia del síndrome vasomotor, y en los estados de disminución de la libido. Sus efectos biológicos hacen que el tratamiento sea considerado como una variedad hormonal continua combinada. Existe controversia con respecto a sus acciones en mama y endometrio. En la mayoría de las pacientes el endometrio, después de 3 meses de tratamiento, se ha atrofiado; sin embargo, se describe discreto aumento en la incidencia de pólipos benignos y, en el Reino Unido, el llamado “Estudio del Millón de Mujeres”, señala, una elevación en la incidencia de adenocarcinoma endometrial, lo que no ha sido reproducido en otras investigaciones. La misma contraposición de criterios existe en cuanto a la mama: la mayoría opina que mas bien pudiera ser una terapia protectora, mientras que en el referido y controversial estudio británico, se encontró un aumento de riesgo relativo para carcinoma. Es un medicamento de uso amplio en Europa, pero aún 15 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 Tabla 1.1. Presentaciones de estrógenos solos, vía de administración y dosis FÁRMACOS VÍA DE ADMINISTRACIÓN DOSIS ESTÁNDAR DOSIS BAJAS Estrógenos equinos conjugados (EEC) Premarin® Oral 0,625 mg 0,30 mg Estrógenos conjugados sintéticos (ECS) Climatrol –E® Biostrogen® Menostat® Oral 0,625 mg 0,30 mg — — — Vaginal 0,625 mg/1g de crema. — Valerato de estradiol Progynova® Oral 2 mg ND* 1 mg 17-Beta-estradiol micronizado. Estrofem® Oral — 1 mg 17-Beta-estradiol transdérmico Climaderm® Estradot® Femseven® Transdérmico 50 µg-37,5 µg 25 µg Percutánea 2,5 gel- 150 µg 1,25 gel-75 µg Estrógenos equinos conjugados (EEC) Premarin® 17-Beta-estradiol en gel Estrogel® Estriol óvulos y crema Ovestin® Orthogynest® 17-Beta-estradiol aerosol Aerodiol® ND* Vaginal 0,5 mg 3,5 mg Nasal 300 µg Anillo vaginal de 3 meses 100-50 µg Estradiol implante ND* Implante subdérmico 75-50 µg Estradiol tableta vaginal Vagifem® ND* Tableta vaginal Acetato de estradiol Anillo vaginal ND* FemRing® MenoRing® Estriol comprimido Ovestin® Oral 150 µg 25 µg 25 µg 2 mg 1 mg *ND: no disponible en Venezuela. 16 Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R Atención de la mujer Tabla 1.2. Presentaciones de progestágenos solos, vía y frecuencia de administración y dosis FÁRMACOS Progesterona natural micronizada Utrogestan® Geslutin® Progendo® VÍA DE FRECUENCIA DE ADMINISTRACIÓN ADMINISTRACIÓN DOSIS CÍCLICA* DOSIS CONTINUA Oral Vaginal Diario 200 mg 100 mg Didrogesterona (DG) Duphaston® Oral Diario 10 mg 5 mg Acetato de medroxiprogesterona (AMP) Provera® Farlutal® Oral Diario 5 mg 2,5 mg Acetato de medroxiprogesterona depósito (AMPD) Depoprovera® Intramuscular Mensual Trimestral - 50 mg 150 mg Intrauterino 5 años - 20 µg Levonorgestrel sistema de liberación intrauterina Mirena® * > 12 días. no ha sido aprobado por la FDA (Food and Drug Administration) de Estados Unidos. 7.3. Moduladores selectivos de receptores estrogénicos (“SERM”) 7.3.1.-Tamoxifeno. Nolvadex®, Taxus® Sustancia derivada del trifeniletileno, químicamente relacionada con el clomifeno, que ha sido muy usada por su acción antiestrogénica como prevención y adyuvancia en el tratamiento de cáncer de mama. A nivel hipotalámico funciona como antiestrógeno, y causa un síndrome vasomotor. Por el contrario, en hueso y endometrio, actúa como estrógeno, mejora los ciclos de remodelado óseo, pero con la posibilidad de provocar lesiones proliferativas endometriales. Fernández M, Molina Vílchez R, Muñoz L, Lilue de Sáez M Actúa a través de los receptores de estrógeno y de acuerdo con las proteínas coactivadoras o correpresoras de estos. 7.3.2. Raloxifeno. Evista® Es un derivado de benzotiofeno. Al igual que el tamoxifeno, es un antiestrógeno a nivel mamario, hipotalámico (induce síndrome vasomotor) y en endometrio (no provoca proliferación). Se ha reportado en diversos estudios un efecto protector a nivel mamario. En hueso actúa como estrógeno, por lo cual su uso actualmente está aprobado en prevención de osteoporosis posmenopáusica. Su efecto biológico lo lleva a cabo a través de los receptores y sus proteínas asociadas. Al igual que los estrógenos tiene riesgo de tromboembolismo venoso. 17 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 Tabla 1.3. Presentaciones de estrógenos - progestinas, tipo y vía de administración y dosis FÁRMACOS TIPO DE VÍA DE DOSIS ADMINISTRACIÓN ADMINISTRACIÓN ESTÁNDAR DOSIS BAJA EEC + AMP Premelle continuo® Premelle plus continuo® Continuo-combinado Oral 0,625/2,5 mg 0,625/5 mg — Valerato de estradiol + NETA Cliane® Continuo-combinado Oral 2 mg/1 mg — EEC + AMP Premelle cíclico® Continuo-secuencial (p 15-28) Oral 0,625/5 mg ESC + AMP Climatrol® Continuo-secuencial (p 15-28) Oral 0,625/2,5 mg — 17ß-E + Trimegestona (TMG) Totelle® ND* Continuo-secuencial (p 15-28) Oral 2 mg/0,5 mg — 17ß-E + DG Femoston® Continuo-secuencial (p 15-28) Oral — 1/10 mg Valerato de estradiol + gestodeno Avaden® Continuo-secuencial Oral — 1 mg/250 µg 17-ß E+DG Femoston Conti® Continuo-combinado Oral — 17-ß estradiol + TMG Totelle C® ND Continuo-combinado Oral — 1 mg/0,25 17-ß estradiol + drospirenona Angelic® Continuo-combinado Oral — 1 mg/2 mg Cíclico-secuencial Oral 2 mg/1mg — Continuo-combinado Transdérmico — 25 µg/0,125 mg Valerato de estradiol+ Acetato de ciproterona Climene® 17-ß E + NETA Estragest TTS® 1/5 mg *ND: no disponible en Venezuela. 18 Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R 7.4. Terapias no hormonales para alivio de síntomas vasomotores 7.4.1. Clonidina, bromocriptina y naloxona Estos fármacos usados por vía oral han sido parcialmente efectivos en el alivio de los síntomas vasomotores, sin embargo requieren de altas dosis lo cual tiene elevadas tasas de efectos colaterales. El Bellergal (combinación de alcaloide de belladona, tartrato de ergotamina y fenobarbital) ha mostrado resultados similares al placebo luego de 8 semanas de uso. 7.4.2. Antagonistas dopaminérgicos El veralipride tiene actividad hipotalámica y muestra moderada efectividad en síntomas vasomotores, pero presenta muchos e intensos efectos adversos como mastodinia y galactorrea. No está disponible en Venezuela. 7.4.3. Vitamina E Con una dosis de 800 UI/día, se obtiene una respuesta igual a la del placebo. 7.4.4. Inhibidores de la recaptación de serotonina (ISSR) La fluoxetina a 20 mg/día reduce hasta un 50 % los síntomas, la paroxetina a 20 mg/día los disminuye hasta en un 62 %. Otros inhibidores mixtos de recaptación (serotonina/norepinefrina) como la venlafaxina (Effexor XR®) a dosis de 75 mg/día mejoran los síntomas vasomotores en 61 %; esta última ha sido estudiada en pacientes con cáncer de mama, y su eficacia se ha demostrado tanto en las mujeres tratadas como las no tratadas con tamoxifeno. 7.4.5. Gabapentina (Neurontin®) Es un medicamento anticonvulsivante, análogo al ácido gama-aminobutírico, coadyudante en el tratamiento del dolor neuropático, migraña, temblores, y desorden de pánico; la dosis empleada de 900 mg diarios, es la que presenta una mejoría de la sintomatología hasta de un 45 %, lo cual no se observa cuando la dosis es de 300 mg/día. Su potencia es considerada menor que la de los ISSR. 7.4.6. Fitoestrógenos Algunos autores los clasifican dentro de las terapias no hormonales, aunque son estrógenos de origen vegetal con muy poca potencia biológica en Fernández M, Molina Vílchez R, Muñoz L, Lilue de Sáez M Atención de la mujer comparación con el estradiol. Son compuestos no esteroideos cuya molécula tiene parcialmente similitud con la del estradiol. Las isoflavonas, lignanos, y los coumestanos pertenecen a este grupo. En un metaanálisis se encontró que las isoflavonas de trébol rojo (“Red Clover”) no tienen eficacia en el tratamiento de los síntomas vasomotores, mientras que para las isoflavonas de soya los resultados son mixtos. En una publicación reciente de Tempfer y col. se analizaron 25 estudios aleatorizados controlados con placebo. Los fitoestrógenos mostraron una mejoría estadísticamente significativa comparada con placebo, solo en paciente con síntomas vasomotores leves, no en pacientes con síntomas severos. No hay evidencia científica en estos estudios de los beneficios en enfermedad cardiovascular, ósea o protección mamaria. Igualmente no hay datos de seguridad mamaria y endometrial. 8. DOSIS Y TENDENCIAS ACTUALES Dosis menores que las estándares tanto de estrógenos solos como de estrógenos asociados a progestágenos, han demostrado en múltiples publicaciones, ser tan eficaces en el alivio de síntomas vasomotores, atrofia urogenital y preservación de la masa ósea, como las anteriores. ¿QUÉ SE CONSIDERA DOSIS BAJA? • Estrógenos equinos conjugados: 0,45 - 0,3 mg (0,45 mg aún no disponible en Venezuela). • Estradiol oral: 1,0 - 0,5 – 0,25 mg. • Estradiol transdérmico: 25 µg. • Estradiol en gel: 75 µg. Actualmente existen preparados de dosis ultrabaja, con 14 µg de estradiol para uso transdérmico, que son de utilidad en pacientes posmenopáusicas. No están disponibles en Venezuela y sus resultados son controversiales. En las pacientes con útero intacto, la indicación del uso del progestágeno es la protección endometrial, por el riesgo de cáncer de endometrio en usuarias de estrógenos solos, tanto en casos de dosis estándar como de baja dosis. 19 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 Existen publicaciones en las que se han utilizado las dosis ultra-bajas sin oposición de progestágenos en pacientes posmenopáusicas, sin evidencia de alteraciones endometriales, sin embargo los estudios tienen pocos casos por lo que se necesita mayor evidencia, y no se recomienda por tanto su uso sin la adición del progestágeno. En lo referente al progestágeno, se prefiere el uso de progesterona natural o derivados de la 19norprogesterona. En la actualidad contamos con progestágenos derivados de la espironolactona, como la drospirenona, que tiene un perfil similar a la progesterona natural con efecto beneficioso adicional sobre la presión arterial en mujeres hipertensas. 8.1. PACIENTES CON ÚTERO INTACTO • Perimenopáusicas: • Continua secuencial. • Cíclica secuencial. • Anticonceptivos orales de baja dosis, en pacientes con perfil de salud apropiado, no fumadoras y que requieran anticoncepción. • Sistema intrauterino liberador de levonorgestrel, asociado o no a estrógenos según el caso. • Posmenopáusicas: • Continua combinada. • Tibolona. • Estrógeno continuo asociado a sistema intrauterino liberador de levonorgestrel. 8.2. PACIENTES HISTERECTOMIZADAS • Estrógenos solos. • Terapia combinada en casos de: • Pacientes con antecedente de endometriosis. • Antecedente de adenocarcinoma de endometrio tratado. • Pacientes sometidas a procedimientos que tienen el potencial de dejar endometrio residual, como histerectomía supracervical, y ablación endometrial. • Pacientes con antecedente de tumores endometrioides de ovario. 20 8.3. TIEMPO DE TRATAMIENTO Se ha aconsejado, posterior a los estudios aleatorizados y controlados, mantener las terapias hormonales el menor tiempo posible (sin que exista un acuerdo para precisar el tiempo límite de su uso) por el riesgo de enfermedad cardiovascular, enfermedad cerebral vascular, cáncer de mama, entre otros, con el tratamiento a largo plazo. Sin embargo, estos resultados no pueden ser extrapolados a mujeres posmenopáusicas, sintomáticas menores de 59 años, quienes inician terapia durante la transición menopáusica, porque los estudios no incluían a este grupo etario. Tampoco pueden ser extrapolados a pacientes con menopausia prematura que inician terapia en ese momento. El consejo general es que el médico y la paciente deben reconsiderar el tratamiento a intervalos que no superen el año, conversar sobre riesgos y beneficios y tomar cualquier decisión sobre la base de un consentimiento informado. Indicaciones de uso prolongado • Mujeres en las cuales en su propia opinión los beneficios en la mejoría de los síntomas son mayores que los riesgos. • Mujeres en riesgo de fracturas por osteoporosis y síntomas vasomotores moderados a severos. • Síntomas moderados a severos que recurren al omitir la terapia. • Paciente con pérdida de masa ósea en las cuales otras terapias no son apropiadas o causan efectos secundarios no deseables. 9. • • • CAMBIOS DE ESTILO DE VIDA Cese del tabaquismo. Mantener peso corporal ideal. Recomendaciones nutricionales: se recomienda 4-5 raciones al día que incluya frutas, vegetales, fibra, granos. Pescado 2 veces por semana. Consumo limitado de sal y disminución de la grasa total. • Limitar el alcohol (máximo 2 copas diarias). • Suplementos de calcio. Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R • Ejercicio: de moderado a intenso en sesiones de 30 minutos, al menos 3 veces a la semana. • Control médico apropiado. • Modificación en el estilo de vida que incluye: socializar, ser física y mentalmente activa. 10. CONSIDERACIONES SOBRE CONTRACEPCIÓN EN LA PERIMENOPAUSIA Durante este período, existe un conjunto de situaciones que se deben tener en consideración: la necesidad de contracepción, el manejo de la anovulación persistente y sus consecuencias, y la terapia hormonal. Los anticonceptivos orales combinados de baja dosis representan una opción segura en mujeres mayores sanas, no fumadoras. Además de llenar la necesidad de contracepción, poseen beneficios adicionales especialmente valiosos en esta etapa, como son la regularización de los ciclos menstruales, la prevención de las complicaciones propias del hiperestrogenismo sostenido, sin oposición, y el alivio de los síntomas menopáusicos. Se ha comprobado que su uso reduce el riesgo de cáncer de ovario, entre un 10 % a 12 % después del primer año, y hasta 78 % después de cinco años; disminuyen el cáncer de endometrio hasta en 50 % a los tres años de uso y persiste la protección por años después de descontinuar su uso. Asimismo, incrementan la masa ósea. Además de la vía oral, la transdérmica y la vaginal resultan opciones adecuadas. Los anticonceptivos de solo progestágeno, representan una alternativa en las pacientes con contraindicación al uso de estrógenos, pacientes fumadoras, con hipertrigliceridemia, migraña, hipertensión o historia de enfermedad tromboembólica. Sin embargo, los patrones de sangrado irregular producidos por estos medicamentos resultan molestos e incluso preocupantes para algunas pacientes. Otra alternativa de contracepción reversible son los dispositivos intrauterinos, los cuales son especialmente útiles en pacientes diabéticas, tanto insulino dependientes como no insulino dependientes, sin incremento de efectos adversos. También en otras Fernández M, Molina Vílchez R, Muñoz L, Lilue de Sáez M Atención de la mujer pacientes con factores de riesgo metabólico y cardiovascular. El sistema intrauterino liberador de levonorgestrel es de especial utilidad en este grupo de pacientes. Su acción es principalmente local, a nivel endometrial, con pocos efectos sistémicos. Disminuye el sangrado uterino y tiene eficacia comprobada en el tratamiento de pacientes con menorragia idiopática. Disminuye el sangrado en pacientes con leiomiomas uterinos, y en casos de adenomiosis se ha demostrado mejoría de la dismenorrea en forma significativa. Es eficaz para el tratamiento de la hiperplasia endometrial típica. Representa una alternativa en la transición hacia el uso de terapia estrogénica. LECTURAS RECOMENDADAS 1. Archer DF. Drospirenone and estradiol: a new option for the postmenopausal women. Climateric 2007; 10 (Suppl 1):3-10. 2. De Franciscis P, Cobellis L, Fornaro F, Sepe E, Torella M, Colacurci N. Low-dose ����������������������������������������� hormone therapy in the perimenopause. Int J Gynaecol Obstet. 2007;98: 138-142. 3. Diem S, Grady D, Quan J, Vittinghoff E, Wallace R, Hanes V, Ensrud K. Effects of ultralow-dose transdermal estradiol on postmenopausal symptoms in women aged 60 to 80 years. Menopause. 2006;13:130-138. 4. Ettinger B, Barrett-Connor E, Hoq LA, Vader JP, Dubois RW. When is it appropriate to prescribe postmenopausal hormone therapy? Menopause. 2006;13:404-410. 5. Heikkinen J. Hormone therapy: Maximizing the benefits. Gynecol Endocrinol. 2006;22:160-162. 6. Lethaby A, Brown J, Marjoribanks J, Kronenberg F, Roberts H. Phytoestrogens for vasomotor menopausal symptoms. Cochrane Database Syst Rev. 2007 17;(4):CD001395. 7. Molina R, Gil S, Marante D, Muñoz L, Seckler E, Velásquez E. Atención de la mujer en el climaterio. En: Bajares M, Pizzi R, editoras. Consenso Venezolano de Menopausia 2004, Caracas 2004.p.3-10 8. North American Menopause Society. ����������������� Estrogen and progestogen use in peri- and postmenopausal women: March 2007 position statement of The North American Menopause Society. Menopause. 2007;14:168-182. 9. North American Menopause Society. The role of local vaginal estrogen for treatment of vaginal atrophy in postmenopausal women: 2007 position statement of The North American Menopause Society. Menopause. 2007;14(3 Pt 1):355369. 10. Nelson HD, Vesco KK, Haney E, Fu R, Nedrow A, Miller J, et al. Nonhormonal therapies for menopausal hot flashes: systematic review and meta-analysis. JAMA. 2006;295:20572071. 11. Board of the International Menopause Society, Pines A, Sturdee DW, Birkhäuser MH, Schneider HP, Gambacciani 21 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 M, Panay N. IMS ���������������������������������������� updated recommendations on postmenopausal hormone therapy. Climacteric. 2007;10:181-194. 12. Sánchez W, Díaz M, Rosales C, Sánches B, Szczedrin W. Situaciones especiales en obstetricia y ginecología. En: Bajares M, Molina R, Pizzi R, editores. Anticoncepción oral 2006. Caracas: Editorial Tips; 2007.p.73-100. 13. Schmidt JW, Wollner D, Curcio J, Riedlinger J, Kim LS. Hormone replacement therapy in menopausal women: Past problems and future possibilities. Gynecol Endocrinol. 2006;22:564-577. 14. Speroff L, Fritz M. Menopause and perimenopausal transi- 22 tion. En: Speroff L, Fritz M, editores. Clinical gynecologic endocrinology and infertility. Filadelfia: Lippincott Williams and Wilkins.7a edición; 2005.p.621-628. 15. Speroff L, Darley. A clinical guide for contraception. Filadelfia: Lippincott Williams & Wilkins, 2006.p.329-357. 16. Tempfer CB, Bentz EK, Leodolter S, Tscherne G, Reuss F, Cross HS, et al. Phytoestrogens in clinical practice: a review of the literature. Fertil Steril. 2007;87:1243-1249. 17. www.ine.gob.ve/Registros vitales/Estadísticas vitales.asp/ esperanza de vida 2005 Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R, editoras. Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008. Caracas: Editorial Ateproca;2008. p.23-29. Cardiovascular y metabólico Capítulo 2 CARDIOVASCULAR Y METABÓLICO Dr. Franklin Ablan Candia Dra. Elsy Velázquez Maldonado Dra. María Luisa Francis CONTENIDO I. Alteraciones metabólicas asociadas a la menopausia II. Enfermedad cardiovascular III. Tromboembolismo venoso IV. Enfermedad arterial V. Hipertensión arterial VI. Enfermedad cerebral vascular VII.Dislipidemia La incidencia de la enfermedad cardiovascular aumenta con la edad tanto en las mujeres como en los hombres, sin embargo, en las mujeres hay un aumento adicional debido a la menopausia. En Venezuela, la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en mujeres mayores de 45 años y la probabilidad de morir por infarto del miocardio agudo en estas mujeres es 6 veces mayor que la probabilidad de morir por cáncer de mama. I. Alteraciones metabólicas asociadas a la menopausia La falta de estrógenos en la mujer posmenopáusica condiciona la aparición de factores de riesgo adicionales para el desarrollo de enfermedad cardiovascular. En los primeros años de la menopausia hay un aumento de peso y un cambio en la distribución de la grasa corporal, caracterizado por un aumento de la grasa abdomino-visceral. Este patrón anormal de la composición corporal se ha asociado con diversas complicaciones metabólicas como la dislipidemia, la resistencia a la insulina, la diabetes mellitus tipo 2 (DM2), la hipertensión arterial y un aumento de riesgo de enfermedad coronaria. Estas alteraciones metabólicas actualmente se han agrupado para definir el síndrome de resistencia a la insulina o síndrome metabólico (SM). Existen muchos criterios para definir este síndrome, sin embargo, la tendencia actual es utilizar los criterios de la Federación Internacional de Diabetes (IDF), que se presentan en la Tabla 2.1. Ablan Candia F, Velázquez Maldonado E, Francis ML 23 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 Tabla 2.1. Criterios para SM de la Federación Internacional de Diabetes PARÁMETRO MUJER HOMBRE Circunferencia abdominal (cm) ≥ 80 ≥ 90 HDL-colesterol (mg/dL) ≤ 50 ≤ 40 Triglicéridos (mg/dL) ≥ 150 ≥ 150 Glucosa en ayunas (mg/dL) > 100 > 100 Presión arterial (mmHg) ≥ 130/85 ≥ 130/85 La presencia de 3 parámetros de los 5 citados permite hacer el diagnóstico. La prevalencia global del SM aumenta después de la menopausia y alcanza hasta un 44 % en la séptima década. Algunos estudios han indicado que la terapia hormonal (TH), independientemente de la ruta de administración y del progestágeno, disminuye la grasa abdomino-visceral; este efecto es más marcado en mujeres con circunferencia abdominal mayor de 88 cm. Al mejorar la composición corporal, puede mejorar la resistencia a la insulina y disminuir el riesgo de desarrollar nuevos casos de DM2. De hecho, en el estudio WHI (Women’s Health Iniatiative) y los subsiguientes, se demostró que la TH disminuye la aparición de nuevos casos de DM2. La DM2 también aumenta su prevalencia en la posmenopausia, probablemente relacionado con los cambios metabólicos citados anteriormente y con otros factores como la predisposición genética, el sedentarismo y los malos hábitos alimentarios. En condiciones de control glucémico óptimo, la TH puede mejorar adicionalmente otros parámetros metabólicos como la hemoglobina glucosilada (HbA1c), perfil lipoproteico, y otras alteraciones metabólicas que aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular. En contraste, en pacientes diabéticas con pobre control metabólico la TH no se debe indicar. II. Enfermedad cardiovascular El efecto de los estrógenos, difiere de acuerdo a la edad y a la condición vascular. En la mujer peri24 menopáusica con arterias aparentemente sanas, el uso de estrógenos puede reducir la progresión de estados subclínicos de la ateroesclerosis, mientras que en las mujeres de mayor edad, la hipercoagulabilidad y tendencia trombogénica de los estrógenos favorece el desarrollo de la placa y su inestabilidad con la subsiguiente producción de eventos clínicos cardiovasculares. Diversos estudios de intervención controlados de prevención primaria y secundaria (WHI, HERS I y II [Heart and Estrogen/progestin Replacement Study]), indican que la TH no debe ser utilizada para prevención cardiovascular primaria o secundaria. Es interesante señalar que en el estudio WHI, el grupo de mayor riesgo fue el de mayor edad y mayor tiempo de menopausia, lo cual estuvo relacionado con la persistencia de síntomas vasomotores moderados o severos. Se ha especulado que los síntomas vasomotores en mujeres recientemente menopáusicas, representan la reacción de un endotelio sano frente a la disminución de los estrógenos; los síntomas persistentes podrían significar alguna alteración vascular adicional. La implicación clínica de estos hallazgos permite sugerir que la persistencia de los síntomas vasomotores moderados o severos en mujeres mayores indicaría la coexistencia de otros factores de riesgo para enfermedad cardiovascular, los cuales deberían ser evaluados exhaustivamente. Diversos estudios observacionales previos han demostrado que la TH está asociada con una reducción de eventos cardiovasculares en las mujeres posmenopáusicas. Contrariamente, los ensayos clínicos Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R de intervención aleatorizados no demostraron este beneficio. Datos de estudios más recientes sugieren que la divergencia en estos resultados obedece a diferentes aspectos: edad cronológica, tiempo trascurrido desde el inicio de la menopausia y enfermedad cardiovascular previa. En el WHI se demostró que la terapia combinada estrógeno/progestina aumentaba el riesgo de enfermedad cardiovascular, sin embargo en análisis posterior de diferentes categorías de edad y tiempo de inicio de la menopausia, se demostró que el inicio precoz (menos de 10 años) de tratamiento en mujeres entre 50-59 años estuvo asociado con menor índice de eventos finales como infarto al miocardio (IM), revascularización de arterias coronarias y muerte coronaria. En un estudio de caso-control que evaluó la asociación de TH, factores de riesgo y características del estilo de vida con la manifestación de enfermedad cardíaca coronaria, se demostró que comparado con las mujeres que nunca usaron estrógenos, las usuarias de TH tenían mejores hábitos de alimentación, menor frecuencia de obesidad, hipertensión arterial (HTA), resistencia a la insulina y DM2, sin embargo, en estos grupos hubo más fumadoras. Estos datos confirman que la TH tiene un efecto beneficioso sobre la enfermedad cardiovascular, con disminución de la adiposidad central, resistencia a la insulina y presión arterial. El número absoluto de mujeres que podrían beneficiarse o ser perjudicadas por la TH en el grupo de 50-59 años fue de 0-1 caso extra/1 000 mujeres/año de uso hormonal, por tanto, se considera que las mujeres sanas en esta etapa temprana de la menopausia no deberían preocuparse por los riesgos atribuidos a la TH, los cuales hoy día parecen ser irrelevantes. El aumento de riesgo de enfermedad cardiovascular en mujeres de mayor edad (y más de 10 años de menopausia) junto con el aumento de riesgo para enfermedad cerebral vascular, cáncer de mama y tromboembolismo pulmonar, debe considerarse como una contraindicación absoluta del uso de hormonas en este subgrupo de mujeres. A pesar de demostrarse que el inicio temprano de TH no está asociado con un riesgo aumentado de enfermedad cardiovascular, la misma no debe ser utilizada como Ablan Candia F, Velázquez Maldonado E, Francis ML Cardiovascular y metabólico prevención primaria. El inicio y continuación de la TH debe ser individualizado y se debe tomar en cuenta la interrelación del médico con una paciente bien informada sobre sus riesgos. En relación con la prevención cardiovascular secundaria, en el HERS se presentó un 50 % de aumento en el riesgo de eventos cardiovasculares durante el primer año del estudio. Estos hallazgos, aunque no han sido comprobados en otros estudios, indican que la TH no beneficia la evolución de la enfermedad cardiovascular y por tanto, la misma está absolutamente contraindicada en este grupo de pacientes. III. Tromboembolismo venoso El tromboembolismo venoso (TEV) ha sido considerado como una complicación de la TH. Es bien conocido que los estrógenos orales aumentan el riesgo de TEV en mujeres posmenopáusicas por alterar el balance entre los factores procoagulantes y mecanismos antitrombóticos, lo cual es consecuencia de su efecto primario a nivel hepático. Diversos estudios observacionales y ensayos cínicos controlados (HERS y WHI), han demostrado un aumento de la frecuencia del TEV, sin embargo, la mayoría de estos estudios han sido realizados con estrógenos orales solos o en combinación con progestágenos. El estudio ESTHER, recientemente publicado, evaluó el efecto diferencial de los estrógenos orales y transdérmicos y diferentes combinaciones con progestágenos y su influencia en el TEV. Los resultados demostraron que comparado con la terapia transdérmica, la terapia oral se asoció con un riesgo elevado de TEV (oral: RR: 4,2; IC 95%: 1,5-11,6; transdérmica: RR: 0,9; IC 95%: 0,4-2,1). La combinación con progesterona micronizada y/o progestágenos pregnánicos (didrogesterona, clormadinona, acetato de ciproterona o acetato de medroxiprogesterona) fue asociada con menor riesgo de TEV, en contraste con el grupo que usó derivados no pregnánicos, los cuales no están disponibles en Venezuela. Si bien los estudios previos han demostrado que los fenómenos de TEV se presentan con más frecuencia al inicio del tratamiento y tienden a disminuir a lo largo del 25 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 tiempo, no sería recomendable la TH en pacientes con evidencia clínica o historia previa de enfermedad tromboembólica. IV. Enfermedad arterial Es bien conocido que los estrógenos inducen tanto efectos pro-inflamatorios (por acción hepática) como anti-inflamatorios (acción vascular). La acción anti o pro-inflamatoria, depende de la condición vascular preexistente. Los efectos pro-inflamatorios derivados de la acción hepática, pueden ser obviados con el uso de la terapia no oral o uso de dosis bajas de estrógenos orales. Los estrógenos orales también promueven la producción de la metaloproteinasa de la matriz en la placa vascular, la cual es una enzima importante en la desestabilización y ruptura de la placa. Aparentemente, la acción de los progestágenos no modifica los cambios estrogénicos ya señalados. La calcificación de la placa en las arterias coronarias, es un marcador importante de riesgo de futuros eventos cardiovasculares. En un subgrupo de mujeres del WHI, se demostró que entre las mujeres de 50-59 años de edad, la incidencia de placas calcificadas en las arterias coronarias fue más baja en el grupo tratado con estrógenos respecto al placebo, lo cual apoya el concepto de que la terapia hormonal puede ser cardioprotectora en menopáusicas jóvenes. V. Hipertensión arterial La hipertensión arterial es el principal factor de riesgo para enfermedad cardiovascular, enfermedad cerebral vascular y enfermedad renal terminal. De acuerdo con el Nacional Health and Nutricional Examination Survey (NHANES) el 44 % de los hombres y el 53 % de las mujeres entre 55 y 64 años tienen hipertensión arterial; estos valores aumentan a 60 % de hombres y 70 % de las mujeres con edades entre 65 y 74 años. El incremento de la presión arterial asociado con el envejecimiento es afectado por otros factores como la falta de estrógenos, la dislipidemia, la obesidad, el consumo de alcohol, el sedentarismo y el aumento de la prevalencia de la enfermedad renal. Se ha estimado que la mayor prevalencia 26 de hipertensión ocurre en mujeres mayores de 60 años, lo cual explica el incremento progresivo de eventos cardiovasculares observados en la mujer posmenopáusica. Es bien conocido que a pesar de los beneficios del tratamiento antihipertensivo, el porcentaje de pacientes que alcanza un control óptimo es muy bajo, lo cual contribuye a mantener la alta prevalencia de enfermedades cardiovasculares. Entre los médicos tratantes de la menopausia se ha generado preocupación acerca de los posibles efectos adversos de la TH. En el estudio WHI se observó un pequeño aumento de 1,5 mmHg en la presión sistólica bajo terapia combinada y de 1,1 mmHg en las mujeres con estrógenos solos, sin cambios significativos en la presión diastólica. El Posmenopausal Estrogen/Progestin Intervention Trial (PEPI) también encontró un aumento de la presión sistólica en todos los grupos de pacientes independientemente del tipo de régimen, sin embargo, no hubo una diferencia significativa con los grupos placebo. En los estudios anteriormente citados la medroxiprogesterona fue utilizada como progestágeno. Estudios recientes que han utilizado drospirenona en esquemas combinados demuestran un efecto neutral y/o disminución de la presión arterial. Probablemente, la drospirenona por ser un antagonista de la aldosterona, puede tener un efecto adicional sobre la pared vascular. El impacto de los estrógenos en la hipertensión arterial ha sido básicamente evaluado con estrógenos orales. La terapia transdérmica, al obviar el primer paso hepático, podría teóricamente tener un impacto menor sobre la presión arterial. Existe poca información en relación con el efecto de esquemas que usen esta vía de administración. En experiencia venezolana realizada por Velázquez y col. (en prensa) se mostró que la TH combinada cíclica tiene un efecto beneficioso sobre la presión arterial, y es más efectiva la terapia transdérmica. Por lo anteriormente señalado, no existe contraindicación para la TH en mujeres posmenopáusicas hipertensas controladas, sin embargo, el tratamiento debe ir dirigido hacia el logro de las metas que permitan un control óptimo de la misma, el cual incluye cambios en el estilo de vida, reducción de peso, reducción del sodio en la dieta, actividad física, moderado consumo de alcohol y el Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R Cardiovascular y metabólico uso de fármacos antihipertensivos apropiados para cada paciente, y así prevenir o retardar el desarrollo de enfermedad cardiovascular y sus complicaciones. cardiovascular modificables como: la hipertensión arterial, la dislipidemia, el sobrepeso, el sedentarismo, el alcohol y el hábito tabáquico. VI. Enfermedad cerebral vascular V. Dislipidemia La evidencia de estudios controlados indica que la TH en la posmenopausia puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares que incluyen los accidentes cerebrales vasculares. En estudios de meta-análisis se ha concluido que la terapia hormonal incrementa la incidencia total de enfermedad cerebral vascular particularmente del tipo isquémico; esta complicación aparentemente también está relacionada con la edad, el tiempo transcurrido de la menopausia y la dosis. En un estudio prospectivo reciente, Cairo Li y col. demostraron que la incidencia de enfermedad cerebral vascular total e isquémica no tuvo relación significativa con la TH, sin embargo, se observó que la incidencia de accidentes hemorrágicos, estuvo más relacionada con la administración de estrógenos solos ya sean estradiol o estrógenos conjugados; además entre las usuarias de estrógenos, el riesgo de enfermedad cerebral vascular estuvo fuertemente asociado con la edad, el hábito de fumar, el sobrepeso y la hipertensión arterial. Es importante señalar que estos últimos, como factores de riesgo independiente en cualquier mujer, pueden aumentar la prevalencia de enfermedad cerebral vascular; particularmente, la hipertensión arterial tiene un impacto crítico sobre el riesgo de la misma. En comparación con usuarias de TH normotensas, aquellas con valores de presión arterial ≥160/100 mmHg tienen un aumento de 5 veces el riesgo de esta afección. Al igual que para la enfermedad coronaria, el riesgo de enfermedad cerebral vascular es más bajo en las usuarias que inician TH en la perimenopausia o en su etapa más temprana. Por consiguiente, los resultados sugieren que la TH puede retardar el desarrollo de ateroesclerosis si la mujer inicia su tratamiento antes de la menopausia, pero no es efectiva cuando ya existe ateroesclerosis establecida. Toda mujer posmenopáusica candidata a TH requiere de un estricto control de todos los factores de riesgo La menopausia se asocia con una alteración del metabolismo de las lipoproteínas caracterizado por un aumento del colesterol total, LDL-colesterol y triglicéridos lo cual ocurre dentro de los 6 primeros meses de amenorrea; también el colesterol HDL disminuye significativamente pero en forma más gradual comenzando en la etapa perimenopáusica. Al igual que la hipertensión, la dislipidemia que es un factor de riesgo cardiovascular importante, no es óptimamente tratada en la población posmenopáusica, lo cual contribuye al aumento de la enfermedad cardiovascular en esta etapa de la vida. La hipertrigliceridemia es la dislipidemia más comúnmente observada en la población venezolana. Es importante señalar que los estrógenos a través de su primer paso hepático, estimulan la síntesis de triglicéridos y los diferentes estudios observacionales y de intervención han demostrado aumento de triglicéridos asociados con la terapia oral. Los estrógenos orales disminuyen tanto el colesterol total como el de la lipoproteína de baja densidad (LDL) y aumentan el colesterol de la lipoproteína de alta densidad (HDL). Además los estrógenos orales disminuyen las concentraciones de lipoproteína(a) [Lp(a)], la cual es altamente aterogénica, y disminuyen la oxidación de la LDL y con ello, el estrés oxidativo; este efecto es observado independientemente de la vía de administración. Por otra parte, también disminuyen las concentraciones de homocisteína y aumentan la proteína C reactiva (marcador de inflamación), particularmente los estrógenos orales utilizados con dosis alta (estrógenos equinos conjugados: 0,625 mg). Estos datos son importantes para la selección de pacientes para TH oral; toda paciente con hipertrigliceridemia debe ser tratada y recibir tratamiento específico para la dislipidemia y deberían indicarse básicamente estrógenos vía transdérmica por su efecto neutral sobre los triglicéridos. En la Tabla 2.2 se muestra el efecto de las dife- Ablan Candia F, Velázquez Maldonado E, Francis ML 27 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 rentes vías de administración de estrógenos, raloxifeno y tibolona sobre el perfil lipídico y parámetros cardio-metabólicos y en la Tabla 2.3, los efectos sobre la función endotelial. Tabla 2.2. Efectos de la terapia estrogénica, raloxifeno y tibolona sobre el metabolismo de las lipoproteínas y parámetros cardio-metabólicos ESTRÓGENO ORAL ESTRÓGENO TRANSDÉRMICO RALOXIFENO TIBOLONA Colesterol total C-LDL C-HDL Triglicéridos Lp(a) Apoproteína A1 ¿? Apoproteína B ¿? Homocisteína Glucosa Insulina Microalbuminuria ¿? ¿? Proteína C reactiva Interleucina 6 ¿? ¿? Presión arterial Peso corporal Tabla 2.3. Efectos de los estrógenos, raloxifeno y tibolona sobre factores de la coagulación ESTRÓGENO ORAL 28 ESTRÓGENO TRANSDÉRMICO RALOXIFENO TIBOLONA Protrombina I-II Antitrombina III PAI-1 Fibrinógeno Factor VII y vW ¿? ¿? Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R Cardiovascular y metabólico LECTURAS RECOMENDADAS 1. Ablan F, Brajkovich I, Loyo J, Osuna J. Cardiovascular y metabólico. En: En: Bajares M, Pizzi R, editoras. Consenso Venezolano de Menopausia 2004. Caracas; 2004.p.3-10. 2. Board of the International Menopause Society, Pines A, Sturdee DW, Birkhäuser MH, Schneider HP, Gambacciani M, et al. IMS updated recommendations on postmenopausal hormone therapy. Climacteric. 2007;10:181-194. 3. Canonico M, Oger E, Plu-Bureau G, Conard J, Meyer G, Lévesque H, et al. Hormone ������������������������������������� therapy and venous thromboembolism among postmenopausal women: impact of the route of estrogen administration and progestogens: the ESTHER study. Circulation. 2007;115:840-845. 4. Canonico M, Straczek C, Oger E, Plu-Bureau G, Scarabin PY. Postmenopausal hormone therapy and cardiovascular disease: an overview of main findings. Maturitas. 2006;54:372379. 5. International Menopause Society. Hormone therapy and cardiovascular disease in the early postmenopause: the WHI data revisited. Press statement. Issued on behalf of the by Amos Pines, President, David Sturdee, General Secretary and Martin Birkhäuser, Treasurer april 3, 2007. www.imsociety. org. 6. Lewis SJ. Risk of cardiovascular disease as a woman ages. J Reprod Med. 2007;52 (2 Suppl):147-151. 7. Li C, Engström G, Hedblad B, Berglund G, Janzon L. Risk of stroke and hormone replacement therapy. A prospective cohort study. Maturitas. 2006;54:11-18. 8. Manson JE, Allison MA, Rossouw JE, Carr JJ, Langer RD, Hsia J, et al. Estrogen therapy and coronary-artery calcification. N Engl J Med. 2007;356:2591-2602. 9. Manson JE, Bassuk SS, Harman SM, Brinton EA, Cedars MI, Lobo R, et al. Postmenopausal hormone therapy: new questions and the case for new clinical trials. Menopause. 2006;13:139-147. Ablan Candia F, Velázquez Maldonado E, Francis ML 10. North American Menopause Society. Estrogen and progestogen use in peri- and postmenopausal women: March 2007 position statement of The North American Menopause Society. Menopause. 2007;14:168-182. 11. Preston RA. Effects of blood pressure reduction on cardiovascular risk estimates in hypertensive postmenopausal women. Climateric. 2007;10 (Suppl 1):32-41. 12. Rosano GM, Vitale C, Marazzi G, Volterrani M. Menopause and cardiovascular disease: the evidence. Climacteric. 2007;10 (Suppl 1):19-24. 13. Rossouw JE, Prentice RL, Manson JE, Wu L, Barad D, Barnabei VM, et al. Postmenopausal hormone therapy and risk of cardiovascular disease by age and years since menopause. JAMA. 2007;297:1465-1477. 14. Stevenson JC. HRT and the primary prevention of cardiovascular disease. Maturitas. 2007;57:31-34. 15. Windler E, Zyriax BC, Eidenmüller B, Boeing H. Hormone replacement therapy and risk for coronary heart disease. Data from the CORA-study--a case-control study on women with incident coronary heart disease. Maturitas. 2007;57:239246. 16. You T, Ryan AS, Nicklas BJ. The metabolic syndrome in obese postmenopausal women: relationship to body composition, visceral fat, and inflammation. J Clin Endocrinol Metab. 2004;89:5517-5522. 17. Yüksel H, Odabasi AR, Demircan S, Köseoğlu K, Kizilkaya K, Onur E. Effects of postmenopausal hormone replacement therapy on body fat composition. Gynecol Endocrinol. 2007;23:99-104. 29 Angelino deVenezolano Blanco MC, Bajares de Lilue M,Actualización Pizzi R, editoras. Consenso de Menopausia. 2008 Capítulo 3 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008. Caracas: Editorial Ateproca;2008. p.30-34. PATOLOGÍA MAMARIA Dr. Gerardo Hernández Muñoz Dr. Ricardo Paredes Dr. Alexander Mendoza CONTENIDO I. Incidencia y mortalidad por cáncer de mama en Venezuela II. Factores de riesgo a considerar en la evaluación mastológica III. Historia personal de biopsias mamarias IV. Evaluación hormonal personal V. Otros antecedentes VI. Modelos de riesgo VII. M amografía de base VIII. M amografías de seguimiento IX. Terapia hormonal El cáncer de mama es la neoplasia más frecuente a nivel mundial. Según la OMS es la primera causa de muerte por cáncer en mujeres en el mundo. En los países en vías de desarrollo, es la segunda causa de muerte después del cáncer de cuello uterino. Gracias a los avances de la ciencia médica, vemos como ha aumentado la expectativa de vida de la humanidad, por lo que cada vez un mayor número de mujeres llegan al climaterio, y es más frecuente la necesidad de prescripción de la terapia hormonal. La terapia hormonal (TH) es capaz de revertir los síntomas neurovegetativos, la atrofia urogenital y la pérdida de la masa ósea. Sin embargo, pese a todos estos efectos positivos, existen otros que se le contraponen, como son el aumento de riesgo cardiovascular, el riesgo de cáncer de mama, el sangrado genital irregular o la mastalgia. I. Incidencia y mortalidad por cáncer de mama en Venezuela Para el año 2005 el cáncer de mama ocupaba el segundo lugar en incidencia y mortalidad en las mujeres venezolanas, con una incidencia de 3370 nuevos casos, y una mortalidad de 1 375. Igualmente se ha demostrado un aumento en la incidencia de este cáncer en mujeres más jóvenes, 30 % de los casos en Venezuela se diagnostican antes de los 45 años. 30 Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R II. Factores de riesgo a considerar en la evaluación mastológica a. Edad: el riesgo aumenta con la edad. b. Antecedentes familiares: b.1. Familiares de primer grado: madre-hermanahija. un familiar RR 3,1/ 2 familiares RR 6,8. b.2. Antecedentes paternos: Ca de próstata. b.3. Familiares de segundo grado: tía-abuelaprima. Paternos RR 1,6/ maternos RR 1,4 / dos o más RR 2,2 b.4. Edad de los familiares: si el o los familiares afectados son menores de 50 años el riesgo conferido es mayor. b.5. Bilateralidad: el riesgo es mayor. b.6. Carcinoma de ovario, colon y próstata: relacionado con cáncer mamario familiar asociado a BRCA1 y BRCA2. Es importante señalar que el 80 % de las mujeres que desarrollan cáncer de mama no tienen antecedentes familiares, y predominan los tumores esporádicos. III. Historia personal de biopsias mamarias • Lesiones no proliferativas: las lesiones como los quistes simples, ectasia ductal, fibroadenomas, mastitis, fibrosis, metaplasia apocrina, no confieren riesgo para cáncer mamario. La presencia de quistes complejos hace necesaria la realización de estudios histológicos. • Lesiones proliferativas sin atipias: papiloma intraductal, adenosis esclerosante, cicatriz radial. RR 1,5-2,0 • Lesiones proliferativas con atipias: hiperplasia ductal y lobulillar: RR 4,5- 5.5. Las lesiones de células columnares (LCC) constituyen un espectro de alteraciones histológicas que afectan a las unidades ductolobulillares terminales (UDLTs), que se conocen desde hace décadas. Pueden presentar grados variables de proliferación y atipia, aunque no suficiente para el diagnóstico Hernández Muñoz G, Paredes R, Muñoz L, Mendoza A Patología mamaria de hiperplasia ductal atípica (HDA) o carcinoma ductal in situ (CDIS). La nueva clasificación de la OMS ha propuesto el término de “atipia de epitelio plano” (AEP) para el cambio de células columnares con atipias y la engloba dentro del concepto de neoplasia ductal intraepitelial. • Carcinoma ductal y lobulillar in situ no comedo: RR > 4. • Antecedente de carcinoma de mama previo. IV. Evaluación hormonal personal • Edad de la menarquía: menarquía antes de los 11 años aumenta el riesgo: RR < 2. • Edad de la menopausia: menopausia después de los 55 años aumenta el riesgo: RR < 2. • Nuliparidad: RR < 2. • Edad del primer embarazo a término: primer embarazo a término después de los 30 años el RR es mayor y similar a lo observado en las nulíparas. Se ha demostrado que el embarazo temprano le da a las células epiteliales mamarias una firma genómica que las hace más refractarias a la transformación maligna (células madre tipo 2). Estas células contienen genes específicos que controlan la respuesta inmune, apoptosis, reparación del ADN. Sus proteínas codificadas pueden servir como biomarcadores de protección para el cáncer de mama. • Lactancia: no se ha confirmado su efecto protector. • Usuarias de terapia hormonal: Los estrógenos endógenos pueden tener una influencia negativa en aquellas mujeres con susceptibilidad genética. El riesgo de cáncer de mama se incrementa con terapia combinada (estrógenos + progestágenos) usada por más de 5 años. El riesgo disminuye a los 2 años de suspendida y se iguala a la de la nunca usuaria en un lapso de 5 años. El estudio WHI demostró un aumento del cáncer de mama en la rama de E + P con RR de 1,26. En términos absolutos se presentaron 8 cánceres invasivos adicionales por 10 000 mujeres x año con el uso de la TH por más de 5 años, no hubo diferencia entre el uso continuo o secuencial de los progestágenos. 31 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 En la rama del WHI con estrógenos solos no se demostró un aumento en el riesgo de cáncer de mama después de 7,1 años de uso promedio, con 8 casos menos de cáncer de mama invasivo x 10 000 mujeres x año de uso (RR 0,77). La progesterona natural micronizada en asociación con estrógenos orales o percutáneos no representa riesgo o se asocia a un riesgo bajo de cáncer de mama, como lo demostró el estudio E3N. Para el momento actual los datos no son suficientes para evaluar el efecto de los diferentes tipos y vías de administración de estrógenos y progestágenos y el efecto de la terapia andrógenica en relación con cáncer de mama. En un ensayo clínico observacional se ha señalado que la tibolona confiere un aumento en el riesgo relativo a desarrollar cáncer mamario (Estudio del Millón de Mujeres: RR 1,45). Sin embargo, diversos estudios observacionales y casos control no han demostrado un incremento del riesgo de cáncer de mama en usuarias de tibolona. Están en curso estudios aleatorizados cuyos resultados se publicarán en próximos años. En una revisión de 25 estudios aleatorizados controlados ningún compuesto de fitoestrógenos, ha demostrado protección en cáncer de mama. Tampoco se conoce si pueden ser usados de forma segura en pacientes con cáncer de mama. V. Otros antecedentes Consumo de alcohol: el riesgo es proporcional a la cantidad y tiempo de consumo. Obesidad posmenopáusica: el riesgo de cáncer mamario aumenta 3,1 % por cada elevación de 1 kg/ m2 de índice de masa corporal. Ejercicio: se ha demostrado una disminución de riesgo en las mujeres que realizan ejercicio físico continuo. VI. Modelos de riesgo El riesgo es un evento que cambia continuamente y debe ser evaluado en cada consulta. Existen herramientas clínicas para su cálculo que nos permiten 32 individualizar el riesgo de cada paciente. El modelo de Gail (http//www.nih.gov) permite identificar el riesgo particular de una paciente lo cual contraindicaría el uso de TH. VII. Mamografía de base La mamografía ha permitido el diagnóstico de lesiones cada vez más precoces y el logro de una disminución de la mortalidad entre 30 %-50 %. En la mujer venezolana se recomienda realizarla a partir de los 35 años; si existe algún riesgo personal o familiar debe comenzarse antes. El seguimiento mamográfico sería bianual hasta los 40 años y anual posteriormente. Es de vital importancia que se realice una mamografía de alta calidad antes del inicio de cualquier régimen de TH. En relación con la mamografía digital, existen ciertas ventajas con respecto a la analógica: entre 20 %-80 % menor exposición a las radiaciones, logra mejor definición, permite mediante programas de computación ampliar y modificar una imagen, variar colores, tonos, intensidades y contrastes. Además permite la consulta de imágenes con especialistas a distancia y actualmente se está ensayando la implementación del análisis de las imágenes mediante equipos de diagnóstico inteligente. Pese a todas estas ventajas aún la mamografía digital no se encuentra ampliamente difundida en nuestro medio y esto es debido al alto costo de los equipos, por lo que la mamografía analógica de alta calidad sigue siendo una herramienta imprescindible para la pesquisa mastológica. El ultrasonido es un método complementario y no sustituirá a la mamografía en la evaluación mamaria. La resonancia magnética nuclear (RMN) debe considerarse en pacientes con alto riesgo personal y familiar y mamas densas. Las pacientes portadoras de implantes mamarios, pueden ser evaluadas con mamografía, mediante la realización de una adecuada técnica que permita estudiar la totalidad del tejido mamario, y es recomendable complementar con ultrasonido. También se debe considerar el uso de la RMN en este grupo Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R de pacientes ante cualquier duda diagnóstica. VIII. Mamografías de seguimiento La TH condiciona un aumento de la densidad mamaria hasta en el 30 % de las usuarias. Este aumento determina una disminución en la sensibilidad mamográfica y es mayor en los regímenes combinados (E + P), lo que sugiere un acortamiento en el intervalo entre los controles mamográficos. Estudios han demostrado que la tibolona produce un incremento menor de la densidad mamográfica. Se sugiere realizar el primer control mamográfico a partir de los 6 meses del inicio de la TH para establecer el nuevo patrón imaginológico. Posterior a esto el seguimiento debe ser anual, y de aparecer algún signo o síntoma de enfermedad mamaria se debe evaluar imaginológicamente sin importar el tiempo transcurrido desde la última avaluación. Los cambios mamográficos atribuibles a la TH son dinámicos desde su inicio, se mantienen durante su empleo y se revierten al suspenderla. Ante cualquier cambio imaginológico, con o sin manifestación clínica, se debe suspender la TH, caracterizar la imagen y realizar biopsia de ser necesario; si ésta es negativa se puede reiniciar la TH. Si la biopsia no está indicada, es idóneo suspender la TH por un período de 6 meses y reevaluar imaginológicamente. Las imágenes de sospecha (BIRADS 4—5) son contraindicación absoluta de TH hasta descartarse malignidad. iX. Terapia hormonal 1. Lesiones benignas La TH puede asociarse con aumento de la congestión, sensibilidad y nodularidad mamaria. Las lesiones como quistes y fibroadenomas pudieran aumentar de tamaño, pero su existencia no contraindica su uso. Ante la presencia de lesiones proliferativas sin atipias el empleo de TH debe ser individualizado. 2 Lesiones proliferativas con atipias y/o cáncer: contraindica el uso de TH. Hernández Muñoz G, Paredes R, Muñoz L, Mendoza A Patología mamaria 3. Pacientes con síntomas climatéricos y cáncer de mama. Existe suficiente evidencia que demuestra que el uso de TH en pacientes que hayan sido tratadas por cáncer de mama está contraindicado. La mayoría de los trabajos aleatorizados demuestran un incremento en el desarrollo de recidivas en las pacientes sometidas a TH y tratadas por cáncer de mama. El estudio HABITS demostró un aumento RR: 3,3 en desarrollar recidivas de cáncer de mama por lo cual fue suspendido en diciembre de 2003. En el estudio STOCKHOLM el riesgo de cáncer de mama no fue asociado con la TH, con un RR: 0,82. Sin embargo este último fue suspendido por problemas de reclutamiento y heterogeneidad de la muestra. En el estudio LIBERATE, realizado en paciente con antecedentes de cáncer de mama a quienes se les administró tibolona, se encontró un aumento en las recidivas, por lo cual fue suspendido en marzo de 2007. 4. ¿Cómo influye la TH en aquellas mujeres que desarrollan cáncer de mama durante su uso? La mayoría de los trabajos, con excepción del WHI (rama E + P), demostraron que las pacientes que desarrollan cáncer mamario durante el uso de la TH tienen mayor incidencia de tumores detectados mamográficamente, de menor tamaño (T1), de bajo grado nuclear, receptores hormonales positivos, ganglios negativos (N0), con una mejor sobrevida en comparación con las no usuarias de TH. LECTURAS RECOMENDADAS 1. Bundred N. Does tibolone improve menopausal symtoms after breast cancer ? Conferencia en el 5th Amsterdam Menopause Symposium 21. Junio 2007. 2. Board of the International Menopause Society, Pines A, Sturdee DW, Birkhäuser MH, Schneider HP, Gambacciani M, et al. IMS updated recommendations on postmenopausal hormone therapy. Climacteric. 2007;10:181-194. 3. Col NF, Kim JA, Chlebowski RT. Menopausal hormone therapy after breast cancer: a meta-analysis and critical appraisal of the evidence. Breast Cancer Res. 2005;7:R535-540. 4. Fournier A, Berrino F, Clavel-Chapelon F. Unequal risks for breast cancer associated with different hormone replacement therapies: results from the E3N cohort study. Breast Cancer Res Treat. 2008;107:103-111. 5. Hernández G, Acosta V, Bracho M, Jahon J, Longobardi I, López L, Paredes R, Petrilli A. Patología mamaria. En: Bajares 33 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 M, Pizzi R, editoras. Consenso Venezolano de Menopausia 2004. Caracas; 2004.p.19-25. 6. Holmberg L, Anderson H; HABITS steering and data monitoring committees. HABITS (hormonal replacement therapy after breast cancer--is it safe?), a randomised comparison: trial stopped. Lancet. 2004;363:453-555. 7. Maia H Jr, Albernaz MA, Baracat EC, Barbosa IC, Bossemeyer R, Bueno AH, et al. Latin American position on the current status of hormone therapy during the menopausal transition and thereafter. Maturitas. 2006;55:5-13. 8. North American Menopause Society. Estrogen and progestogen use in peri- and postmenopausal women: March 34 2007 position statement of The North American Menopause Society. Menopause. 2007;14:168-182. 9. Rice S, Whitehead SA. Phytoestrogens and breast cancer-promoters or protectors? Endocr Relat Cancer. 2006;13:9951015 10. Tempfer CB, Bentz EK, Leodolter S, Tscherne G, Reuss F, Cross HS, et al. Phytoestrogens in clinical practice: a review of the literature. Fertil Steril. 2007;87:1243-1249. 11. von Schoultz E, Rutqvist LE; Stockholm Breast Cancer Study Group. Menopausal hormone therapy after breast cancer: the Stockholm randomized trial. J Natl Cancer Inst. 2005;97:533-535. Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R, editoras. Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008. Caracas: Editorial Ateproca;2008. p.35-40. Oncología general Capítulo 4 ONCOLOGÍA GENERAL Dr. Ricardo Blanch Dr. Jorge Sánchez Lander Dr. Francisco Yaremenko CONTENIDO I. ONCOLOGÍA GENERAL A. Carcinoma de endometrio B. Sarcoma del estroma endometrial C. Cáncer de cuello uterino D. Cáncer de ovario E. Cáncer de vulva F. Cáncer de colon G. Melanoma H. Meningioma II. PATOLOGÍA GINECOLÓGICA BENIGNA A. Leiomiomatosis uterina B. Endometriosis Blanch R, Sánchez Lander J, Yaremenco F I. ONCOLOGÍA GENERAL A. CÁNCER DE ENDOMETRIO Es una afección neoplásica que aparece preferentemente en posmenopáusicas. En Venezuela según el registro central del MPPS de 2003, el cáncer de endometrio ocupa el octavo lugar, con un número absoluto de 380 nuevos casos por año, que corresponde a 89 % mujeres mayores de 45 años. En países desarrollados ocupa el primer lugar de incidencia de todos los cánceres ginecológicos. El cáncer de endometrio es quizás uno de los tumores estrógeno dependientes mejor estudiados. La relación etiológica de cáncer de endometrio y terapia hormonal (TH), con estrógenos sin oposición progestacional, en pacientes que conservan el útero, está ampliamente reconocida. La estrogenoterapia sin oposición es un factor de riesgo importante, especialmente después de los diez años de tratamiento. Sin embargo el uso de terapia con estrógenos y progestágenos, en esquema cíclico o continuo, en pacientes con útero ha mostrado una seguridad adecuada. El uso de un progestágeno, protege al endometrio de los cambios hiperplásicos inducidos por la terapia estrogénica sola. En el estudio WHI no se encontró aumento en la incidencia de cáncer endometrial en pacientes con TH combinada. Sin embargo, en el Estudio del Millón de Mujeres se concluye que en las mujeres sin sobrepeso el uso de tibolona, estrógenos solos 35 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 y/o TH cíclica aumenta la incidencia de cáncer de endometrio, y que la TH continua no aporta ningún beneficio. En contraste, en las pacientes obesas (IMC>30) el uso de TH cíclica o continua redujo de forma significativa la incidencia de cáncer endometrial; en cambio, el uso de tibolona y de estrógenos solos, tuvo un pequeño efecto adicional sobre la incidencia. Los resultados de este estudio han sido controversiales y diversos autores han criticado la metodología del mismo. En el estudio THEBES, la incidencia de hiperplasia endometrial y cáncer endometrial fue cero, por lo que se concluyó que la tibolona no induce hiperplasia endometrial, cáncer de endometrio ni aumento del grosor endometrial en mujeres posmenopáusicas. La incidencia de este tipo de tumores en pacientes con TH combinada en algunas series impresiona ser la misma o inclusive menor que en las pacientes que recibieron placebo. En el estudio HERS II, el riesgo de cáncer endometrial fue 75 % más bajo en las mujeres del grupo con terapia hormonal combinada en comparación con el grupo placebo, sin embargo la comparación no alcanzó una significación estadísticamente válida. Por otra parte, el diagnóstico temprano se ha considerado un valor agregado relacionado con el control sucesivo de las pacientes con TH, pero para el momento actual, no se ha encontrado en la literatura disponible, series que soporten este hecho en forma evidente. Se ha aceptado que para el momento del diagnóstico, la mayoría de las pacientes a quienes se les diagnostica un cáncer endometrial, durante la TH, presentan tumores hormonodependientes, considerados de mejor pronóstico. En cuanto al uso de tamoxifeno, el incremento en la incidencia de patología endometrial preinvasiva y cáncer invasor, es también un hecho reconocido desde hace más de dos décadas. El uso de tamoxifeno, como quimioprofilaxis del cáncer mamario, se ha relacionado con un aumento en la incidencia de esta patología. Para el estudio NSABP P-1, el incremento en la incidencia de cáncer endometrial en pacientes de alto riesgo para cáncer de mama que recibieron tamoxifeno, fue mayor que en las que recibieron placebo, con un aumento del riesgo de 2,5 (95 % CI: 1,35-4,97). 36 El estudio sueco (Swedish Study), en el que se utilizaron 40 mg diarios de tamoxifeno como terapia adyuvante en 931 pacientes con cáncer de mama, reportó un aumento de la incidencia de cáncer endometrial en un seguimiento de 4,5 años RR de 6,4 (P<0,01). Por otra parte, el uso de TH en pacientes sobrevivientes de cáncer endometrial ha sido limitado. Algunas series han reportado intervalos prolongados libres de enfermedad en pacientes tratadas por carcinoma endometrial estadio I y II y que recibieron TH, lo cual sugiere que la administración de una terapia con estrógenos asociada a un progestágeno tendría cierto grado de seguridad. Los siguientes aspectos necesitan investigaciones futuras en relación con seguridad endometrial: • La administración de progestágenos en ciclos largos (administración cada 3 meses). • El uso del dispositivo intrauterino (DIU) liberador de progestinas. • El uso de TE de dosis ultra baja sin oposición progestacional. • Terapias no hormonales: fitoestrógenos. En conclusión: • En toda mujer con útero que reciba TE se debe administrar progestágenos en esquemas continuo, o cíclico con una duración mínima de 12 días. • Se recomienda realizar control ultrasonográfico de las usuarias de TH. • Los datos de los estudios aleatorizados han demostrado que la tibolona tiene efectos endometriales similares a la terapia combinada continua. • Pacientes usuarias de tamoxifeno deben ser vigiladas con ultrasonido transvaginal. B. SARCOMA DEL ESTROMA ENDOMETRIAL La relación etiológica entre uso de TH y sarcomas uterinos ha sido reconocida, principalmente con el uso de estrogenoterapia sin oposición con progestágenos. Asimismo, el uso de TH con estrógenos solos o tamoxifeno, en pacientes con antecedentes de sarcoma del estroma endometrial se ha asociado con recurrencias y metástasis a distancia. Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R Al igual que en los tumores epiteliales endometriales, el uso de progestágenos, como acetato de medroxiprogesterona, se considera como un factor protector, y ha sido usado en el tratamiento de las metástasis de dicha entidad. C. CÁNCER DE CUELLO UTERINO El cáncer de cuello uterino ocupa el primer lugar de mortalidad por cáncer en la mujer venezolana, con un registro de 1 500 muertes por año y 3 657 nuevos casos por año. La mayor incidencia se observa en mujeres mayores de 45 años, y el factor de riesgo más importante, es el no haberse realizado nunca una citología o haber transcurrido un período mayor de cinco años desde su última realización. Por tanto, en nuestro país se recomienda mantener el control citológico cada 3 años hasta los 65, y anual en pacientes de riesgo, según las normas establecidas en el Programa Nacional de Control de Cáncer de Cuello Uterino Venezolano. La relación etiológica entre cáncer de cuello uterino y TH, no ha sido bien establecida. Eventualmente el uso de TH se pudiera considerar como un elemento protector del epitelio cervical, ante los fenómenos de atrofia urogenital propios del climaterio, sin embargo el nivel de evidencia de esta aseveración no se considera suficiente. Diversos estudios han reportado, que no existe un incremento de riesgo de cáncer de cuello uterino durante el climaterio, igualmente la detección de infección por virus de papiloma humano (VPH), factor importante de riesgo, no se modifica durante este período. El déficit estrogénico que conlleva a la atrofia genital puede producir cambios citológicos que confundan el diagnóstico. En relación con el uso de terapia hormonal: 1. No modifica el porcentaje de detección de infección por VPH. 2. Mejora el diagnóstico citológico para la detección de lesiones preinvasoras de cáncer de cuello uterino, al mejorar la atrofia urogenital, tanto con terapia sistémica o local. Blanch R, Sánchez Lander J, Yaremenco F Oncología general 3. No incrementa el riesgo de desarrollar cáncer epidermoide de cuello uterino. El uso de TH en pacientes con antecedentes de cáncer cervicouterino resulta, la mayoría de las veces, una necesidad. La incidencia de esta patología en mujeres en edad fértil y la deprivación hormonal relacionada con el tratamiento, en la mayoría de los casos, es un hecho cada vez más frecuente. Si bien el uso de TH no está contraindicado en estas pacientes, en aquellas con adenocarcinoma y cáncer de células claras del cuello uterino, resulta una contraindicación formal, dada la reconocida hormonodependencia de estos tumores. D. CÁNCER DE OVARIO El cáncer de ovario constituye la tercera causa de muerte en la mujer de Estados Unidos. En nuestro país constituye la quinta causa de mortalidad; la incidencia estimada en Venezuela hasta el año 2001 reportó 427 nuevos casos con una mortalidad de 304 para la misma fecha. Es el cáncer de peor pronóstico, en parte debido a que aproximadamente el 70 % de los casos se diagnostica en estadios avanzados III-IV, aunque con el creciente uso del ultrasonido transvaginal y el advenimiento del ultrasonido Doppler se ha logrado diagnosticar esta patología en etapas más tempranas. Se recomienda investigar los síntomas gastrointestinales que refiera la paciente en la consulta ginecológica, porque algunos de estos pueden estar relacionados con neoplasias de origen anexial. Una serie de estudios han señalado consistentemente que el uso de anticonceptivos orales disminuye el riesgo de cáncer de ovario. Existen estudios que reportan un incremento del riesgo de cáncer de ovario en usuarias de terapia hormonal, como el del Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos del año 2002, cuyo hallazgo principal fue que las mujeres que utilizaron terapia estrogénica por más de diez años tenían un riesgo significativamente mayor que las que nunca usaron terapia hormonal. El estudio del millón de mujeres reportó que las usuarias de terapia hormonal tenían un incremento de 20 % de riesgo de desarrollar 37 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 cáncer de ovario en relación con las no usuarias; sin embargo, la Sociedad Internacional de Menopausia comenta al respecto, que el aumento del riesgo relativo reportado en este estudio carece de significancia clínica, porque el riesgo absoluto de cáncer de ovario en usuarias de terapia hormonal es de un caso extra por cada 2 500 pacientes después de 5 años, y una mortalidad adicional de 1 caso por cada 3 300 mujeres. En estudios observacionales el uso de tibolona no ha mostrado un incremento en el riesgo de cáncer de ovario. No hay datos en relación con cáncer de ovario y fitoestrógenos. Para el momento actual no existen datos claros que contraindiquen el uso de TH en sobrevivientes de cáncer de ovario epitelial. Sin embargo, debe considerarse con precaución en pacientes con receptores estrogénicos positivos. Se recomienda realizar exploraciones cuidadosas antes del inicio de la terapia en pacientes posmenopáusicas, así como seguimiento estricto; considerar, además del uso del ultrasonido transvaginal, el abdominal, debido a que las masas de grandes dimensiones pueden escapar del alcance del transductor de exploración transvaginal y en estos casos el estudio abdominal sirve para visualizar toda la cavidad y complementar así la evaluación. E. CÁNCER DE VULVA Representa del 3 % al 5 % de los cánceres ginecológicos. Se pueden relacionar con infección por VPH o bien distrofia vulvar no neoplásica. No se ha señalado en la literatura evidencia que indique relación entre terapia hormonal y cáncer de vulva. F. CÁNCER DE COLON El cáncer de colon ocupa el tercer lugar en la incidencia de cáncer en mujeres venezolanas. El estudio WHI demostró una disminución del riesgo de cáncer de colon en un 37 % en las usuarias de terapia hormonal de estrógenos más progestágenos, protección que no se evidenció en las pacientes usuarias de estrógenos solos. 38 Los mecanismos de protección sobre el cáncer de colon no son del todo conocidos; se han relacionado con modulación de factores genéticos, expresión de los receptores de vitamina D y disminución de ácidos biliares, entre otros. En relación con terapia hormonal y cáncer de colon podemos concluir: 1. La terapia hormonal combinada reduce el riesgo de cáncer de colon. 2. No hay contraindicación en administrar terapia hormonal en sobrevivientes de cáncer de colon. 3. La protección del cáncer de colon disminuye sustancialmente con el cese de la terapia. 4. No hay evidencia de cuál es la dosis, la vía de administración adecuada o la posible diferencia en la protección de colon derecho o colon izquierdo. 5. Parece no haber diferencia en la protección de cáncer de colon al comparar diversas formulaciones de terapia hormonal, sin embargo, se necesitan nuevos estudios. G. MELANOMA La incidencia de melanoma está en aumento. En Estados Unidos en los últimos 30 años ha ocurrido un incremento de aproximadamente 150 % y la mortalidad por dicha patología es cercana al 44 %. La exposición a la luz solar está íntimamente relacionada con melanoma. La evidencia en relación con TH y desarrollo de melanoma ha sido controversial. Se ha demostrado la presencia de receptores de estrógenos y progesterona en tejidos de melanoma en un 7 %-46 % y 18 %-48 % respectivamente; estudios recientes con inmunohistoquímica casi nunca tienen la clásica expresión de los receptores de estrógenos. La revisión de la literatura señala lo siguiente: 1. No hay evidencia de que el uso de hormonas exógenas aumente el riesgo de melanoma. 2. La menopausia no está asociada con melanoma, pero puede relacionarse con factores de riesgo para melanoma, como la exposición a la luz solar. Se necesitan estudios para esclarecer mejor esta relación. Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R H. MENINGIOMA La asociación entre meningioma y terapia hormonal ha sido estudiada debido a la mayor incidencia de esta neoplasia en mujeres que en hombres y además porque ciertas hormonas han sido involucradas en la patogénesis de estos tumores. Los estudios que evalúan la asociación de meningiomas en pacientes posmenopáusicas usuarias de TH son controversiales. Aumento del riesgo relativo de meningioma ha sido reportado en usuarias de TH en el estudio de Wigertz, sin embargo otros estudios como el de Custer, encontró una asociación en pacientes que habían recibido terapia hormonal en el pasado y no en las usuarias actuales. El uso de TH está contraindicado en pacientes con diagnóstico de meningioma. II. PATOLOGÍA GINECOLÓGICA BENIGNA A. LEIOMIOMAS UTERINOS La principal preocupación de indicar TH en pacientes menopaúsicas con diagnóstico previo de leiomiomas uterinos, radica en la posibilidad de aumento de volumen y número de los mismos tras el inicio de la terapia. Sin embargo, la presencia de miomas no es contraindicación para TH. En la serie de Palomba y col., se concluyó que el factor crítico es la dosis de progestágeno (2,5 mg vs. 5 mg de acetato de medroxiprogesterona), dosis bajas no incrementan el riesgo de crecimiento de los miomas. Sin embargo en esta serie esta dosis no influyó en el control o disminución de los síntomas de sangrado. El uso de tibolona en pacientes con miomas pareciera ser la alternativa más adecuada porque esta terapia, en comparación con la TH combinada, no aumenta el volumen uterino ni el número ni el volumen de los miomas. Sin embargo, algunos estudios no reportan diferencias entre estos dos regímenes de reemplazo hormonal. Se requieren estudios con un mayor número de pacientes para llegar a una conclusión al respecto. Blanch R, Sánchez Lander J, Yaremenco F Oncología general B. ENDOMETRIOSIS Es bien conocido el efecto de los estrógenos, tanto endógenos como exógenos, en el progreso de la endometriosis, es por ello que cuando se indica TH en una paciente con menopausia natural o quirúrgica que presenta síntomas climatéricos se debe administrar la TH con precaución por la posibilidad de exacerbar focos o implantes, macro o microscópicos que hayan quedado después del tratamiento. Se calcula que un 2 % de las pacientes menopáusicas pueden tener endometriosis latente. Rattanchaiyanont y col. reportan un 2 % de endometriosis recurrente y 6 % de pacientes con persistencia de síntomas cuando se utilizan estrógenos solos. El uso de terapia hormonal en pacientes menopáusicas tratadas por endometriosis es controversial, sin embargo los beneficios de su uso sobrepasan los riesgos. Si la TH está indicada, debe comenzarse inmediatamente después de la cirugía, independiente de la extensión de la enfermedad. Sin embargo, no hay estudios de gran escala que avalen estas observaciones. Las pacientes tratadas por endometriosis que requieran terapia, a pesar de no tener útero deben recibir TH continua combinada. Se recomienda, aun en ausencia de útero, realizar un control estricto con el examen clínico y estudio ultrasonográfico transvaginal para evaluar hallazgos sugestivos de recidiva o actividad de los implantes. LECTURAS RECOMENDADAS 1. Archer DF, Hendrix S, Ferenczy A, Felix J, Gallagher JC, Rymer J, et al. Tibolone histology of the endometrium and breast endpoints study: design of the trial and endometrial histology at baseline in postmenopausal women. Fertil Steril. 2007;88:866-878. 2. Biglia N, Gadducci A, Ponzone R, Roagna R, Sismondi P. Hormone replacement therapy in cancer survivors. Maturitas. 2004;48:333-346. 3. Biglia N, Mariani L, Marenco D, Robba C, Peano E, Kubatzki F, et al. Hormonal replacement therapy after gynaecological cancer. Gynakol Geburtshilfliche Rundsch. 2006;46:191196. 4. Custer B, Longstreth WT Jr, Phillips LE, Koepsell TD, Van Belle G. Hormonal exposures and the risk of intracranial meningioma in women: a population-based case-control study. BMC Cancer. 2006;6:152. 39 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 5. Dinger JC, Heinemann LA, Möhner S, Thai do M, Assmann A. Colon cancer risk and different HRT formulations: a casecontrol study. BMC Cancer. 2007;7:76. 6. Fedele L, Bianchi S, Raffaelli R, Zanconato G. A randomized study of the effects of tibolone and transdermal estrogen replacement therapy in postmenopausal women with uterine myomas. Eur J Obstet Gynecol Reprod Biol. 2000;88:9194. 7. Fisher B, Costantino JP, Redmond CK, Fisher ER, Wickerham DL, Cronin WM. Endometrial cancer in tamoxifen-treated breast cancer patients: findings from the National Surgical Adjuvant Breast and Bowel Project (NSABP) B-14. J Natl Cancer Inst. 1994;86:527-537. 7. Fisher B, Costantino JP, Wickerham DL, Redmond CK, Kavanah M, Cronin WM, et al. Tamoxifen for prevention of breast cancer: report of the National Surgical Adjuvant Breast and Bowel Project P-1 Study. J Natl Cancer Inst. 1998;90:1371-1388. 8. Fornander T, Rutqvist LE, Cedermark B, Glas U, Mattsson A, Silfverswärd C, et al. Adjuvant tamoxifen in early breast cancer: occurrence of new primary cancers. Lancet. 1989;1(8630):117-120. 9. Hulley S, Furberg C, Barrett-Connor E, Cauley J, Grady D, Haskell W, et al. Noncardiovascular disease outcomes during 6.8 years of hormone therapy: Heart and Estrogen/ progestin Replacement Study follow-up (HERS II). JAMA. 2002;288:58-66. 10. Million Women Study Collaborators. Endometrial cancer and hormonal-replacement therapy in the Million Women Study. Lancet 2005;365:1543-1551. 11. North American Menopause Society. Estrogen and progestogen use in peri- and postmenopausal women: March 2007 position statement of The North American Menopause Society. Menopause. 2007;14:168-182. 12. Palomba S, Sena T, Morelli M, Noia R, Zullo F, Mastrantonio P. Effect of different doses of progestin on uterine leiomyomas in postmenopausal women. Eur J Obstet Gynecol Reprod Biol. 2002;102:199-201. 13. Board of the International Menopause Society, Pines A, Sturdee DW, Birkhäuser MH, Schneider HP, Gambacciani M, Panay N. IMS updated recommendations on postmenopausal 40 hormone therapy. Climacteric. 2007;10:181-194. 14. Pink D, Lindner T, Mrozek A, Kretzschmar A, Thuss-Patience PC, Dörken B, et al. Harm or benefit of hormonal treatment in metastatic low-grade endometrial stromal sarcoma: single center experience with 10 cases and review of the literature. Gynecol Oncol. 2006;101:464-469. 15. Rattanchaiyanont M, Tanmahasamut P, Angsuwatthana S, Techatraisak K, Inthawiwat S, Leerasiri P. Hormonal replacement therapy in surgical menopause with underlying endometriosis. J Med Assoc Thai. 2003;86:702-707. 16. Rees M. Gynaecological oncology perspective on management of the menopause. Eur J Surg Oncol. 2006;32:892897. 17. Rodríguez O, Acosta H, Blanch R, Hernández R, Medina F, Nieves L. Oncología general. En: Bajares M, Pizzi R, editoras. Consenso Venezolano de Menopausia 2004. Caracas; 2004.p.28-34. 18. Simsek T, Karakus C, Trak B. Impact of different hormone replacement therapy regimens on the size of myoma uteri in postmenopausal period: tibolone versus transdermal hormonal replacement system. Maturitas. 2002;42:243-246. 19. Soliman NF, Hillard TC. Hormone replacement therapy in women with past history of endometriosis. Climacteric. 2006;9:325-335. 20. Speroff L, Fritz M. Postmenopausal hormone therapy. En: Speroff L, Fritz M, editores. Clinical gynecologic endocrinology and fertility. Lippincott Williams and Wilkins editorial. 7a edición 2005.p.689-778. 21. Wigertz A, Lönn S, Mathiesen T, Ahlbom A, Hall P, Feychting M, et al. Risk of brain tumors associated with exposure to exogenous female sex hormones. Am J Epidemiol. 2006;164:629-636. 22. The Writing Group for the PEPI Trial. Effects of hormone replacement therapy on endometrial histology in postmenopausal women. The Postmenopausal Estrogen/Progestin Interventions (PEPI) Trial. JAMA. 1996;275:370-375. 23. Rossouw JE, Anderson GL, Prentice RL, LaCroix AZ, Kooperberg C, Stefanick ML, et al. Risks and benefits of estrogen plus progestin in healthy postmenopausal women: principal results from the Women’s Health Initiative randomized controlled trial. JAMA. 2002;288:321-333. Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R, editoras. Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008. Caracas: Editorial Ateproca;2008. p.41-52. Metabolismo óseo y osteoporosis Capítulo 5 METABOLISMO ÓSEO Y OSTEOPOROSIS Dr. Jorge Cedeño Dr. Armando Pérez Monteverde Dr. Gregorio Riera Dra. María Fernanda Tamayo CONTENIDO I. Definición II. Fisiopatología III. Epidemiología IV. Factores de riesgo clínicos V. Evaluación diagnóstica VI. Tratamiento de la osteoporosis posmeno páusica VII.¿A quién tratar? VIII.¿Cuándo llamar a un especialista en osteoporosis? I. DEFINICIÓN La osteoporosis posmenopáusica es un trastorno metabólico óseo producido por la carencia de estrógenos, caracterizado por una masa ósea baja y una alteración de la fortaleza del hueso que predispone a un aumento del riesgo de fractura. La fortaleza, refleja densidad y calidad ósea; a su vez la calidad ósea incluye la arquitectura, la tasa de recambio, la acumulación del daño, las propiedades de la matriz y la mineralización. II. FISIOPATOLOGÍA El papel de los estrógenos es fundamental en la fisiopatología de la osteoporosis en la mujer posmenopáusica, su deficiencia incrementa la resorción y disminuye la formación, lo cual resulta en un deterioro rápido de la masa ósea. Esta pérdida es inicialmente rápida (primeros 10 años de la menopausia) y se hace más lenta con el transcurso de los años. Un desequilibrio entre la resorción ósea mediada por osteoclastos y la formación ósea, continúa siendo la clave para entender y tratar la osteoporosis posmenopáusica. Desde hace varios años se ha propuesto que la red de osteocitos continuamente detecta las cargas mecánicas puntuales, en un momento dado, con las cargas usuales sobre el esqueleto, le envía señales a osteoclastos y osteoblastos, lo que resulta en pérdida o ganancia de hueso. Un mecanismo por el cual los Cedeño J, Pérez Monteverde A, Riera G 41 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 osteocitos activan la resorción ósea es sometiéndose a la apoptosis. Tatsumi y col. han demostrado que la apoptosis de osteocitos es suficiente para disparar el reclutamiento de osteoclastos y la resorción ósea. La apoptosis de los osteocitos es inhibida no sólo por el estímulo mecánico, sino también por los estrógenos y bifosfonatos. Los osteocitos constituyen más del 90 % de las células del hueso y forman una tela de araña entre ellas y las células de la superficie ósea a través de procesos citoplásmicos que circulan por excavaciones en la matriz celular. Los mecanismos por los cuales estas células controlan la función de osteoblastos y osteoclastos comienzan a emerger. La esclerostina es expresada únicamente por los osteocitos en el hueso y es el primer mediador indiscutible entre los osteocitos y las células que intervienen en el recambio óseo. Evidencias en humanos y en animales indican que la esclerostina actúa en forma paracrina inhibiendo la formación ósea y por otra parte es inhibida por los estímulos conocidos de formación ósea como son la carga mecánica y la paratohormona. La vía RANK-L/RANK/OPG media la producción y actividad de las células en la línea de osteoclastos, pero sin embargo la línea de células osteoblásticas y la red de osteocitos en la profundidad del hueso han adquirido un papel preponderante en la fisiopatología del recambio óseo. El sistema Wnt de señales controla la diferenciación de osteoblastos, el depósito de masa ósea y la pérdida de hueso. La esclerostina inhibe las señales del sistema Wnt y la formación ósea, pero después de varios eventos bioquímicos intracelulares que promueven la transcripción celular, aumenta el número y actividad de los osteoblastos, por ende la formación ósea. Las evidencias fisiopatológicas incluyen: 1. El estradiol activa la apoptosis, o muerte celular programada, de los osteoclastos, y estimula la producción del factor de crecimiento tisular (TGF) beta y osteoprotegerina en osteoblastos. 2. La ooforectomía en animales de experimentación aumenta el factor de necrosis tumoral alfa activando el reclutamiento de los osteoclastos. 3. La deficiencia estrogénica, además estimula la resorción ósea mediante el incremento en la 42 producción de citoquinas. 4. La deficiencia de estrógenos disminuye la absorción intestinal de calcio y estimula su excreción urinaria, lo cual contribuye a la producción de hiperparatiroidismo secundario. De igual manera, la carencia de estrógenos disminuye la síntesis de 1-25 (OH) D3 por déficit en la síntesis de la 1 alfa hidroxilasa renal. Los parámetros de calidad ósea: microfracturas (daño acumulado), tasa de recambio, mineralización, propiedades de la matriz ósea y microarquitectura, son de igual manera determinantes en la resistencia ósea y por tanto de la aparición de fracturas. III. EPIDEMIOLOGÍA La osteoporosis ha sido declarada por la OMS como una “Epidemia intolerable” y constituye una de las 10 enfermedades que más daño causa a la humanidad. Esta afección determina el 70 % de las fracturas por trauma menor en mujeres mayores de 45 años. Así, el 40 % de las mujeres mayores de 50 años sufrirán una fractura osteoporótica en algún momento de su vida. La fractura vertebral osteoporótica es la más común en la menopausia temprana y una de cada tres mujeres la sufrirá en algún momento de su vida. En el estudio multinacional EVOS (European Vertebral Osteoporosis Study), la prevalencia de deformidades vertebrales fue de 13 % en mujeres entre 65 y 69 años de edad. Datos recientes del estudio LAVOS (Latin American Vertebral Osteoporosis Study) mostraron valores desde 8,0 %, 8,3 % y 12,6 % en la década de 60-69 años en Brasil, Puerto Rico y México respectivamente; y hasta 26,8 %, 21,5 % y 37,9 % después de los 80 años en dichos países. Más del 50 % son asintomáticas y una fractura previa predice la aparición de una nueva fractura, así 1 de cada 5 tendrá un nuevo episodio en el año siguiente. En referencia a nuestro país, el último censo poblacional del año 2001 mostró que el número de mujeres mayores de 45 años fue de 2 262 897, con una esperanza de vida en la actualidad de 73,7 años y se estima que para el año 2050 alcanzará 79,9 años. El promedio de edad de la menopausia es Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R 47,8 años. La prevalencia de osteoporosis y fracturas en Venezuela no es del todo conocida. Se estima, por estudios limitados, que mujeres mayores de 50 años cerca del 40 % presenta osteopenia y 25 % osteoporosis, sólo un 10 % de mujeres mayores de 70 años tienen masa ósea normal. En el mundo ocurrieron 1,7 millones de fracturas de fémur en 1990 y se esperan 6 millones en 2050. En Venezuela, en un estudio regional en Carabobo en el año 1995, se estimaron 9,6 fracturas de fémur por día y se proyectaron 67 fracturas diarias para el año 2030. En estadísticas mundiales mueren en el primer año 36 % de hombres y 21 % de mujeres. Durante el período de hospitalización por fracturas, 8 % de hombres y 3 % de mujeres mueren por cualquier causa. Estudios realizados en el Estado Mérida revelan una mortalidad por fracturas de cadera mayor en mujeres que en hombres; la mortalidad fue de 46,7 % durante el primer año y de 36,1 % durante los primeros 5 años. Igualmente se reportó una mortalidad de 100 % en las pacientes que no fueron intervenidas. En el estudio realizado en el Estado Carabobo se reveló una mortalidad en el año 1995 del 17 % en los primeros 4 meses. Al año de la fractura de cadera 40 % de los pacientes son incapaces de caminar por sí solos, 60 % necesitan ayuda para actividades esenciales y un 80 % es incapaz de realizar por lo menos una actividad de su vida diaria. Se necesitan nuevos estudios epidemiológicos en nuestro país para conocer mayores detalles sobre la incidencia y/o prevalencia de la osteoporosis posmenopáusica así como de sus consecuencias. IV. FACTORES DE RIESGO CLÍNICOS Los factores de riesgo más importantes de osteoporosis que deben ser considerados en las posmenopáusicas son: • Avance de la edad. • Historia personal o familiar de osteoporosis y/o fractura a edad mayor de 50 años. • Baja masa ósea actual. • Mujer blanca o asiática. • Peso menor de 57,7 kg. Índice de masa corporal (IMC) < 21 kg/m2. Cedeño J, Pérez Monteverde A, Riera G Metabolismo óseo y osteoporosis • Hábitos psicobiológicos: cigarrillo y alcohol (> 2 tragos/día). • Menopausia precoz o quirúrgica. • Historia de períodos de amenorrea. • Anorexia nervosa. • Ingesta baja de calcio de por vida. • Deficiencia de vitamina D. • Tratamiento con glucocorticoides, quimioterapia, anticonvulsivantes, anticoagulantes, exceso de hormona tiroidea, análogos GnRH, inhibidores de la aromatasa. • Inactividad física. • Ciertas enfermedades crónicas como artritis reumatoide. V. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA La osteoporosis posmenopáusica es asintomática a menos que aparezcan complicaciones como fracturas, pérdida de estatura y deformidades. 1. Anamnesis y examen físico completo La anamnesis, usualmente aporta más información que el examen físico y resulta el instrumento más poderoso con el que cuenta el médico para elegir a quién estudiar. El objetivo de la evaluación es determinar la extensión y la severidad de la enfermedad, la intensidad del recambio óseo y estimar el pronóstico en relación con el riesgo de fractura para iniciar una estrategia terapéutica. 2. Laboratorio Debe incluirse dentro de los exámenes de rutina la determinación de calcio sérico y urinario, fósforo sérico y fosfatasa alcalina, que usualmente están normales. Otros análisis específicos se solicitarán en caso de sospecha de osteoporosis secundaria. 3. Densimetría ósea Constituye el estándar de oro para el diagnóstico de osteoporosis. 4. Imaginología Radiología simple, tomografía axial computarizada, resonancia magnética nuclear, gammagrafía, ultrasonido. Nuevas técnicas imaginológicas como el microtac tridimensional podrán ser utilizadas en un futuro. 43 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 5. Marcadores bioquímicos de formación y resorción ósea 6. Histomorfometría ósea DENSIMETRÍA ÓSEA La densimetría ósea es el procedimiento no invasivo de evaluación cuantitativa de la masa ósea. INDICACIONES • Determinar riesgo en mujeres peri y posmenopáusicas. En países desarrollados con sistemas de salud de cobertura total o casi total de gastos, indican el estudio en mujeres mayores de 65 años por análisis de costo/beneficio. • Mujeres con hallazgos radiológicos que sugieran osteoporosis. • Presencia de factores de riesgo para osteoporosis y fracturas. • Mujeres con hiperparatiroidismo primario y cualquier problema metabólico óseo. • Mujeres que inician o en aquellas donde se contemple terapia prolongada con corticosteroides. • Monitoreo de terapias para osteoporosis. En la Tabla 5.1 se presentan las pautas de la OMS para el diagnóstico de la osteoporosis en mujeres. Observaciones en relación a densidad mineral ósea (DMO) y fracturas en la práctica clínica diaria • La densidad mineral basal baja predice el incremento del riesgo de fracturas. • Otros factores distintos a DMO influyen en la resistencia ósea y en la aparición de fracturas, estos factores constituyen en su conjunto lo conocido como calidad ósea. Por ello pacientes con DMO normal o discretamente disminuidos pueden presentar fracturas osteoporóticas. • Con terapia farmacológica la notable disminución del riesgo de fracturas no es explicada sólo por los incrementos de densidad mineral ósea observados. • La reducción del riesgo de fractura se observa mucho antes que los cambios observados en densidad mineral ósea. • La DMO puede variar en diferentes segmentos corporales en el mismo individuo, debido a la heterogeneidad de respuesta del tejido óseo a los diferentes factores que producen esta enfermedad. • En la osteoporosis posmenopáusica los cambios observados son más significativos en el hueso trabecular (vértebras y región trocantérea del fémur) Aspectos prácticos en la interpretación de la densimetría ósea por DXA • La presencia de cambios artrósicos en la columna vertebral y la calcificación de la aorta abdominal pueden dar lugar a falsas interpretaciones de la densimetría en esa zona especialmente en mujeres mayores de 65 años. Tabla 5.1. Pautas del grupo de la OMS para el diagnóstico de osteoporosis en mujeres 44 Categoría diagnóstica DMO comparado a la media de mujeres jóvenes Normal Hasta < 1 DS debajo del promedio Osteopenia o baja masa ósea Entre – 1 DS y -2,5 DS del promedio Osteoporosis -2,5 DS o más bajo del promedio Osteoporosis severa o establecida -2,5 DS o más bajo con presencia de fracturas Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R Metabolismo óseo y osteoporosis • La densimetría en el antebrazo no dominante debe indicarse en pacientes con escoliosis o artrosis severa, prótesis femoral bilateral o con implantes vertebrales. • Existe correlación mayor entre una DMO baja en fémur y el riesgo de fracturas en dicha área (riesgo sitio específico). • El riesgo de fracturas en un sitio determinado es más específico cuando se evalúa la DMO de ese segmento. • El diagnóstico de osteoporosis debe sustentarse en la DMO más baja obtenida en las regiones de interés (ROI) validadas. En la columna el diagnóstico debe basarse en el análisis del mayor número de cuerpos vertebrales posibles, siendo cuatro el ideal (L1-L4) y al menos dos para poder hacer el diagnóstico. Nunca basar el diagnóstico de osteoporosis en el análisis de una sola vértebra. En el fémur, se debe seleccionar el área con densidad más baja sin incluir el triángulo de Wards. En el antebrazo, el área del radio ultradistal no está validada para diagnóstico; el mismo debe realizarse con los resultados de DMO obtenidos del tercio medio o 33 % del radio. • Para seguimiento de la historia natural de la enfermedad o de tratamiento se recomienda la realización de densimetría ósea cada 2 ó 3 años. Intervalos menores se recomiendan en casos especiales como pacientes tratadas con glucocorticoides o pérdidas bruscas de peso o estatura. • Para una interpretación adecuada del cambio observado entre 2 densimetrías sucesivas debemos hacer un cálculo estadístico del mínimo cambio significativo (MCS) basado en la precisión del equipo y del técnico de cada unidad de densimetría, lo que se denomina coeficiente de variación, el cual debe ser de 1 % a 2 %. El cambio detectable debe superar el coeficiente de variación. Para que el cambio sea significativo debe estar entre 3 % y 5 % o cambios mayores del MCS. artículo sobre riesgo de fracturas en sujetos mayores de 50 años con información de 9 grandes estudios epidemiológicos, validaron los resultados con otros 11 estudios y agregaron factores de riesgo a modelos sólo de densidad mineral ósea. Los hallazgos fueron: • Los modelos de predicción de fracturas de fémur fueron sustancialmente mejores que los modelos de otras fracturas osteoporóticas, ya fuese con DMO sola, factores de riesgo solo o ambos. • La DMO fue un fuerte predictor de fractura de fémur especialmente en aquellos menores de 70 a 75 años. • La DMO y los factores de riesgo clínicos combinados, fueron mejores predictores de fractura de fémur en gente más joven (50 a 60 años) que en los mayores de 80 años. • Para predecir otras fracturas osteoporóticas (no de fémur), los factores de riesgo clínicos fueron de más utilidad que la DMO, pero incluso los mejores modelos para estas fracturas no fueron muy significativos. Predicción de riesgo de fractura con DMO y factores clínicos de riesgo Kanis y col. publicaron en agosto de 2007 un • Fosfatasa alcalina ósea (isoenzima ósea de la FA) en suero** • Osteocalcina (OC) en suero** Cedeño J, Pérez Monteverde A, Riera G Métodos periféricos de medición de densimetría ósea Los métodos periféricos incluyen ultrasonido de calcáneo, falange, tibia y antebrazo. El único método periférico validado para diagnóstico de osteoporosis es el DXA de antebrazo. Otros métodos como DXA de la falange media del tercer dedo de la mano no dominante y del calcáneo han sido utilizados para pesquisa. Ambos métodos son ampliamente utilizados en la evaluación de grandes masas de población para la pesquisa de osteoporosis, sin embargo, hasta el momento estos métodos no son recomendables ni para el diagnóstico de la enfermedad ni para su seguimiento. Utilidad clínica y limitaciones de los marcadores bioquímicos de remodelado óseo Marcadores de formación ósea 45 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 • Propéptidos de extensión del colágeno tipo 1: • Propéptido carboxiterminal del colágeno tipo I (PICP) en suero**. • Propéptido aminoterminal del colágeno tipo I (PINP) en suero. Marcadores de resorción ósea • Enlaces cruzados de piridinium: • Piridinolina en orina**. • Deoxipiridinolina en orina**. • Telopéptidos de enlaces cruzados del colágeno tipo 1: • C-terminal (CTX) – N-terminal (NTX) en orina**. • CTX generado por MMP*. • Fosfatasa ácida tartrato resistente (TRAP). • Galactosil-hidroxilisina. • Fragmentos urinarios de OC (región-media). • Hidroxiprolina. * Metaloproteinasas de la matriz celular ** Disponibles y validados en Venezuela Los valores medios de marcadores de resorción se encuentran entre 20 % y 100 % más elevados en osteoporosis en relación con valores de referencia obtenidos en mujeres premenopáusicas. De ellas entre 40 % y 60 % presentan valores de marcadores óseos 2 ó más DE por encima de los valores de referencia y se clasifican como “perdedoras rápidas” de masa ósea. Además, se ha determinado que el incremento de los marcadores se correlaciona con la incidencia de fractura de cadera independientemente de los valores de DMO. Mujeres con altos niveles de marcadores pretratamiento tienen mayores aumentos de DMO con terapia antirresortiva, por lo cual es interesante considerar que aquellos pacientes con aumento del recambio óseo tendrán mayores beneficios de la terapia con antirresortivos, y pacientes con recambio bajo deberían ser tratados con anabolizantes. Riera y col., han señalado que la mujer venezolana premenopáusica tiene un promedio de NTX en orina de segunda micción en la mañana de alrededor de 40 NMosm Bce/NM creat/L, valor medio que nos ayuda a decidir si tiene valores adecuados o está 46 perdiendo hueso. El monitoreo de tratamiento con marcadores muestra eficacia terapéutica al cabo de tres a seis meses y adicionalmente predice el efecto de disminución del riesgo de fractura. De igual forma, mientras mayor sea la reducción de marcadores de resorción, mayor será el aumento de la masa ósea durante el tratamiento con antirresortivos como bifosfonatos, estrógenos, moduladores selectivos de receptores estrogénicos (SERMs) y tibolona; esta reducción permite predecir la disminución del riesgo de fracturas. Además, luego de 3 a 6 meses, ayuda a determinar la adherencia y persistencia, así como la eficacia del tratamiento antirresortivo. VI. TRATAMIENTO DE LA OSTEOPOROSIS POSMENOPÁUSICA Antes de iniciar el tratamiento de la osteoporosis es necesario descartar las causas secundarias. Objetivos del tratamiento: • Prevenir fracturas. • Estabilizar u obtener un aumento en la masa ósea. • Restablecer el balance en el recambio óseo. • Aliviar los síntomas de fracturas y de deformidades esqueléticas. • Maximizar la función física y detener la progresión de deformidades. • Aportar calidad de vida al paciente. VII. ¿A quién tratar? • Debe recibir tratamiento toda mujer que muestre un score T < -2,5 ó -1,5 que presente un factor de riesgo. • Debe ser objetivo de tratamiento prevenir la primera fractura porque el riesgo de nuevas fracturas es sumamente elevado. • Mujeres que hayan tenido fracturas vertebrales o de cadera deben ser consideradas para tratamiento de manera agresiva, aun si las pruebas de densimetría no se encuentran disponibles. De igual manera, mujeres con fracturas no vertebrales anteriores también poseen un incremento del Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R riesgo y deben ser tratadas aunque sólo presenten osteopenia. La dieta, el ejercicio, y otros cambios de estilo de vida son fundamentales pero no suficientes. La mayoría de las mujeres con riesgo ameritan un tratamiento farmacológico más potente. Alternativas terapéuticas en osteoporosis • Terapia hormonal. • SERMs: raloxifeno. • Calcio y vitamina D. • Calcitriol y alfacalcidiol. • Calcitonina. • Bisfosfonatos. • Ranelato de estroncio. • PTH 1-34 recombinante humana (teriparatide) y PTH total (1-84). • Terapias combinadas y secuenciales. Terapia hormonal en osteoporosis y fractura Existe buena evidencia de aumento en densidad mineral ósea en columna, fémur y otras áreas. Un metaanálisis de 22 estudios mostró reducción de 27 % de fracturas no vertebrales RR 0,73 (IC: 0,56-0,94). Tabla 5.2. Resultados del estudio WHI Fracturas totales RR 0,76 (IC: 0,63 – 0,92) Fracturas vertebrales RR 0,66 (IC: 0,32 – 1,34) Fracturas de fémur RR 0,66 (IC: 0,23 – 1,33) La terapia hormonal no está indicada para la prevención o para el tratamiento de la osteoporosis, sin embargo puede ser utilizada en la prevención de la osteoporosis en mujeres que necesiten tratamiento hormonal por síntomas vasomotores. Cedeño J, Pérez Monteverde A, Riera G Metabolismo óseo y osteoporosis En relación con la tibolona y las fracturas osteoporóticas, para el momento actual no han sido publicados los resultados de los estudios aleatorizados, y controlados en curso. Raloxifeno El raloxifeno es un modulador selectivo de los receptores estrógenicos (SERM), tiene acciones estrogénicas sobre hueso, lípidos y endotelio y parece mejorar la capacidad cognoscitiva. Entre las acciones antiestrogénicas, reduce la proliferación endometrial, la densidad mamaria, aumenta los síntomas vasomotores y en estudios controlados reduce el riesgo de cáncer mamario estrógeno dependiente (estudio STAR). El raloxifeno aumenta discretamente la masa ósea entre 1 % y 5 % en columna vertebral en tres años y entre 1 % y 2 % a nivel de fémur, reduce el riesgo de fractura vertebral alrededor de 40 % en cuatro años de uso, pero el efecto sobre fracturas no vertebrales aún no es concluyente. Su indicación actual es la prevención de fracturas vertebrales. Calcio y vitamina D Todo tratamiento debe combinarse con un suplemento nutricional de calcio elemental en las dosis adecuadas. La dosis recomendada en la osteoporosis establecida es de 1 500 a 2 000 mg la cual debe administrarse en dosis fraccionadas preferiblemente durante las comidas. Las diferentes sales de calcio deben suministrarse de acuerdo con la tolerancia del paciente. En 76 507 mujeres posmenopáusicas se analizó el impacto de la ingesta de calcio y vitamina D sobre la DMO y el riesgo de fractura a 1 año. El calcio adecuado con o sin vitamina D redujo el riesgo de osteoporosis pero no el de fracturas (Estudio NORA). La vitamina D juega un papel importante en la absorción del calcio y en la mineralización normal del hueso nuevo. La dosis recomendada es de 400 a 800 mg de vitamina D3 (colecalciferol). Estudios recientes han encontrado que el suplemento de vitamina D a dosis de 600 a 800 UI/D con suplementos de calcio disminuye la tasa de reducción de masa ósea, especialmente en mujeres ancianas. El estudio WHI mostró un aumento discreto pero significativo de 47 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 1 % en la masa ósea con 1 000 mg de calcio diario y 400 UI de vitamina D. Calcitriol y alfacalcidiol Calcitriol y alfacalcidiol han sido eficientes en prevenir fracturas en pacientes deficitarias de vitamina D, así como en sujetos por encima de 65 años en los cuales se demuestre déficit de la misma, por la medición en sangre de 25 (OH) D3. En la experiencia venezolana, Riera y col. han encontrado un valor promedio para mujeres premenopáusicas sanas con DMO normal de 52,86 ± 24,8 ng/mL de 25 OH D3. El uso de estas últimas debe ser monitorizado regularmente por el riesgo de hipercalciuria y eventual hipercalcemia por lo que recomendamos la participación de un especialista en caso de sospecha y tratamiento de insuficiencia de dicha vitamina. Por otra parte, se ha observado un efecto beneficioso de la vitamina D y análogos activos sobre la fuerza muscular, lo que reduce el riesgo de caídas en mujeres de edad avanzada con la consiguiente disminución de las fracturas. Calcitonina La calcitonina es una hormona con actividad antirresortiva potente in vitro pero su efectividad en aumentar la masa ósea es discreta. Estudios controlados demuestran su efectividad al administrarla a dosis de 200 unidades diarias por vía intranasal. Aumenta la densidad mineral ósea de 1 % a 3 % en columna y fémur. La reducción de fracturas vertebrales observadas es del orden de 30 %. No ha demostrado ser eficiente en la prevención del riesgo de fracturas no vertebrales. Su utilidad como terapia para osteoporosis ha sido desplazada por nuevas drogas más efectivas. Bisfosfonatos Los bisfosfonatos son potentes agentes antirresortivos. Reducen la tasa de pérdida ósea preservando la microarquitectura del hueso, aumentan el volumen de la matriz ósea, aumentan el grado de mineralización a un nivel semejante al observado en la mujer premenopáusica sana mediante la prolongación 48 del lapso de mineralización secundaria. En los últimos años han sido aprobados dos nuevos aminobisfosfonatos para el tratamiento de la osteoporosis: el ibandronato y el zoledronato, los cuales han demostrado su efectividad en la reducción del riesgo de fracturas, mejoría de la masa ósea y supresión de marcadores bioquímicos por su importante efecto antirresortivo. Alendronato y risedronato El alendronato y el risedronato son los bisfosfonatos más estudiados. La evidencia en estudios controlados es inequívoca en relación con la reducción del riesgo de fracturas vertebrales, no vertebrales y de fémur. Su efecto supresor de los marcadores de resorción ósea es de 50 % a 70 % y la mejoría de masa ósea en columna, fémur y antebrazo son bastante similares, aunque se han realizado estudios comparativos “Head to Head” entre ambos que parecen favorecer al alendronato sobre el risedronato en cuanto a su efecto antirresortivo y de mejoría de la masa ósea. El alendronato aumenta la masa ósea en 3 años de un 8 % a 10 % en columna y un 4 % a 6% en cuello femoral, con una reducción de riesgo de fractura vertebral en 47 %, de fractura de fémur 51 % y de radio 48 %. La efectividad del alendronato se mantiene en estudios controlados a diez años. Estos efectos se mantuvieron después de tres años de haber suspendido el tratamiento, con mantenimiento de la masa ósea y la supresión moderada de los marcadores, pero sin reducción adicional del riesgo de fracturas. Un estudio reciente observacional comparativo entre risedronato y alendronato en un número grande de mujeres mayores de 65 años, mostró una reducción mayor y significativa del riesgo de fracturas no vertebrales en aquellas que recibieron risedronato vs. las que recibieron alendronato en 1 año de seguimiento. Los efectos adversos más frecuentes incluyen esofagitis y trastornos del tracto digestivo superior que pueden evitarse siguiendo estrictamente las técnicas recomendadas de administración oral. El risedronato tiene efectividad semejante al Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R alendronato con un mecanismo de acción similar, con aumento de la densidad mineral ósea en columna y fémur. Reduce el riesgo de fracturas vertebrales entre un 40 % a 50 % y el riesgo de fracturas no vertebrales en un 32 %. Los efectos adversos gastrointestinales parecen ser menos frecuentes. Ibandronato El ibandronato es otro aminobisfosfonato potente que ha demostrado su efectividad y buena tolerancia. En 2004 fue publicado el estudio BONE, controlado, multicéntrico, aleatorio y doble ciego en 2 946 mujeres posmenopáusicas con osteoporosis. El objetivo final primario fue la reducción de fracturas vertebrales nuevas a 3 años. La administración diaria e intermitente por vía oral redujo significativamente el riesgo de fractura vertebral en un 62 % y 50 % respectivamente con significativos aumentos de masa ósea y supresión del recambio. No hubo reducción de fracturas no vertebrales sino en un subanálisis en mujeres con osteoporosis severa. Posteriormente el estudio controlado MOBILE, comparó diferentes dosis de la droga, y se demostró más efectividad en la dosis mensual de 150 mg que con la dosis diaria de 2,5 mg en cuanto a la supresión de marcadores bioquímicos y en mejoría de masa ósea hasta 2 años de seguimiento. El estudio DIVA comparó la administración intravenosa de 2 mg cada 2 meses con 3 mg cada 3 meses y se demostró su efectividad en marcadores y DMO; previamente se había demostrado su efectividad en la reducción de fracturas vertebrales. La dosis actual recomendada es de 150 mg mensuales en una sola toma en ayunas, y se deben tener las mismas precauciones que con todos los bisfosfonatos. El ibandronato es preferido por un gran número de pacientes debido a la toma mensual de la droga. Ácido zoledrónico El ácido zoledrónico (AZ) es un bisfosfonato de tercera generación, el monohidrato de ácido bisfosfónico. Es un aminobisfosfonato potente con alta afinidad por el tejido óseo. El promedio de excreción urinaria del AZ es del 50 % lo que permite inferir que Cedeño J, Pérez Monteverde A, Riera G Metabolismo óseo y osteoporosis el 50 % de la dosis administrada es captada por el hueso. Recientemente aprobado por la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos y en Venezuela para el tratamiento de la osteoporosis posmenopáusica. El uso de una infusión anual endovenosa de AZ de 5 mg redujo el riesgo de fracturas vertebrales morfométricas en un 70 % durante un período de tres años y redujo el riesgo de fractura de cadera en un 41%; las fracturas no vertebrales, las fracturas clínicas y las fracturas vertebrales clínicas, se redujeron en un 25 %, 33 % y 77% respectivamente. El uso del AZ se asocia con reducciones significativas del metabolismo mineral y con incrementos de DMO. En relación con efectos adversos se observó una mayor incidencia de fibrilación auricular en usuarias de AZ comparadas con placebo y de aparición 30 días después de haberse aplicado el fármaco. No está claro que esta asociación sea causa/efecto, pues se trata de pacientes de edad avanzada. Algunos pacientes presentan síntomas semejantes a un cuadro viral durante las primeras 48 horas de recibir la droga por vía IV, como malestar general, náuseas, dolores musculoesqueléticos y calofríos. En los estudios de osteoporosis no hubo casos de osteonecrosis de la mandíbula. Recientemente Lyles y col., investigadores del estudio HORIZON (Recurrent Fractures Trial) demostraron una reducción del riesgo de 35 % de cualquier nueva fractura clínica en pacientes tratadas con 5 mg de AZ en infusión endovenosa luego de 90 días posterior a fractura de cadera, reducción que se asoció a una disminución de la mortalidad por cualquier causa de un 28 %. Osteonecrosis de mandíbula En los últimos años, han aumentado los reportes de necrosis ósea a nivel de maxilares, particularmente a nivel del maxilar inferior y usualmente de inicio en áreas de extracción previa de piezas dentales, que se manifiestan con dolor e inflamación local, visible en la encía como una úlcera de bordes edematosos con congestión y un centro oscuro gris-pardo de tejido necrótico. La necrosis ósea puede ser extensa con riesgo de infección. La lesión ha sido reportada en pacientes con cáncer metastásico a hueso (cáncer 49 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 de mama, mieloma múltiple y cáncer de próstata) tratados con zoledronato y pamidronato, indicados como coadyuvantes a la quimioterapia, en inyecciones mensuales y repetidas durante largos períodos. Se ha querido atribuir este evento a la supresión exagerada del recambio óseo con el uso de bisfosfonatos sin prueba alguna fisiopatológica. La evidencia parece indicar que se trata de un problema mas bien vascular e inmunológico, unido a infección posterior a la extracción de piezas o trabajos odontológicos complejos. Se han descrito algunos casos aislados en pacientes osteoporóticas tratadas con alendronato, risedronato e ibandronato sin demostrarse causa/efecto. En todo caso, se recomienda estar alerta ante la posibilidad de tal efecto adverso y recomendar antes del inicio del tratamiento con cualquier bisfosfonato, hacer una evaluación dental y realizar revisiones y limpiezas odontológicas periódicas durante el tratamiento. En caso de aparecer una necrosis de mandíbula, se recomienda omitir el tratamiento con bisfosfonatos, referir a un cirujano maxilofacial para debridamiento quirúrgico y observar la evolución. Ranelato de estroncio El ranelato de estroncio (RE) es un metal formado por un ácido orgánico, el ácido ranélico y dos átomos de estroncio estable, que administrado oralmente ha demostrado su efectividad en la reducción de riesgo de fractura. Meunier y col. (Estudio SOTI) demostraron que la administración oral de 2 g de RE al día durante tres años, disminuía significativamente el riesgo de fracturas vertebrales en mujeres posmenopáusicas con osteoporosis e historia de fractura vertebral en un 49 % durante el primer año de tratamiento y en un 41 % a los tres años de iniciado el mismo. La reducción de fracturas clínicas vertebrales alcanzó un 52 % en el primer año, efecto que se mantuvo a largo plazo. Este efecto se acompañó de un aumento a los tres años en la DMO tanto de columna lumbar como del cuello del fémur de un 14,4 % y 8,3 % respectivamente. Por otra parte los marcadores de remodelado óseo se modificaron significativamente a partir de los tres meses de tratamiento con un incremento de la fosfatasa alcalina específica de hueso (marcador de formación) y una reducción 50 significativa de CTX sérica (marcador de resorción ósea) lo que mostró la acción dual de este compuesto con incremento en la formación ósea y disminución de la resorción ósea. Estudios más recientes han demostrado efectividad semejante en reducción de riesgo de fracturas con aumentos marcados de la masa ósea por densimetría, particularmente en columna, lo cual parece explicarse por absorción radiológica mayor del metal que de la hidroxiapatita lo que falsea los resultados de la densimetría ósea. En el estudio STRATOS conducido por Meunier y col. se menciona que por estudios in vitro la concentración de un 1 % en tejido óseo de RE, induce una sobreestimación de un 10 % de la DMO expresada como equivalentes en hidroxiapatita de calcio, de lo cual se deriva que el uso de la densitometría debe ser interpretada con cautela en pacientes usuarias de RE. Los efectos adversos más comunes fueron gastrointestinales: intolerancia digestiva a la ingestión diaria del diluido del producto y diarrea. Recientemente el laboratorio fabricante del RE publicó una declaración (20 de noviembre de 2007) en la que notifica a los médicos que prescriben este compuesto sobre la ocurrencia de un síndrome de hipersensibilidad conocido como DRESS en 16 pacientes en Europa para 570 000 pacientes-año, dos de los cuales fueron mortales. Las siglas DRESS vienen del inglés Drug Rash With Eosinophilia and Systemic Symptoms y consiste en una reacción de hipersensibilidad severa que se observa después de 3 a 6 semanas de iniciado el tratamiento. Teriparatide (PTH recombinante 1-34) y PTH completa (1-84) La hormona paratiroidea (PTH) en sus fracciones 1-34 aminoácidos y completa 1-84 son biológicamente activas sobre el esqueleto, aumentan la formación ósea, a través de la inducción de la osteoblastogénesis y la proliferación de osteoblastos y particularmente evitan la apoptosis de dichas células por estímulo del sistema Wnt. Debido al acoplamiento de las fases del remodelado óseo, también estimula la resorción ósea en Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R forma secundaria. El efecto anabolizante de la PTH ocurre los primeros meses de tratamiento, etapa que se ha denominado ventana anabólica, para después instalarse una etapa de resorción ósea demostrada con la medición de marcadores de formación y resorción ósea Estudios controlados demuestran un aumento rápido y sostenido de la masa ósea hasta de un 14 % en 2 años en hueso trabecular y de 5 % en cuello femoral en 18 meses. El aumento es notorio en hueso trabecular con el uso de tomografía cuantitativa volumétrica QCT en columna y con estudios histomorfométricos con tetraciclina marcada. Estudios controlados demostraron en 18 meses una reducción en el riesgo de nuevas fracturas vertebrales de un 65 % en relación con placebo y un 53 % de reducción de fracturas no vertebrales. Igualmente se demostró disminución del dolor y una reducción en la pérdida de estatura asociada a fractura en relación con placebo. Los efectos adversos observados han sido la elevación discreta del calcio sérico posterior a la inyección y un discreto aumento de náuseas y calambres en miembros inferiores comparado con placebo. El teriparatide (PTH recombinante humano 1-34) ha sido comercializado en Venezuela y disponible para su inyección diaria con aplicador (pen) desechable, contiene un cartucho con dosis diaria de 20 microgramos para un total de 28 días. El tiempo total de tratamiento es de 18 a 24 meses. Existe suficiente evidencia en estudios controlados de que la PTH no debe ser utilizada en combinación con bisfosfonatos pues estas drogas reducen la efectividad del teriparatide. Esto no parece ocurrir con el uso de estrógenos ni con raloxifeno, pero no hay suficientes estudios en combinación con estas drogas para recomendar el uso combinado. Por otro lado, se ha demostrado que después de terminar el ciclo de tratamiento con PTH debe indicarse un bisfosfonato para preservar el efecto anabolizante de la PTH. Su indicación está reservada para pacientes con osteoporosis severa (con fractura) y osteoporosis con alto riesgo de fracturas y en pacientes con osteoporosis por glucocorticoides. Cedeño J, Pérez Monteverde A, Riera G Metabolismo óseo y osteoporosis Debido a observaciones de efectividad clínica con terapia secuencial de PTH sólo por 3 meses y antirresortivos sólo 3 meses, estamos a la espera de nuevos estudios en progreso para poder recomendar esquemas de terapia secuencial. Tratamiento combinado y secuencial La asociación de terapia hormonal con bisfosfonatos ha sido utilizada en la práctica clínica, con observación de un efecto aditivo en cuanto a densidad mineral ósea, sin embargo, no hay estudios que demuestren una mayor disminución del riesgo de fracturas que el obtenido sólo con bisfosfonatos. De esta forma, la asociación de medicamentos antirresortivos no ha demostrado ser más beneficiosa que el empleo de cada droga por separado en el tratamiento de la osteoporosis. El teriparatide ha sido aplicado en combinación con estrógenos con producción de un mayor efecto de formación ósea, sin embargo no existen estudios de fracturas con esta combinación. La combinación de teriparatide con bisfosfonatos no es recomendable porque estudios recientes demuestran que los bisfosfonatos reducen el efecto de formación ósea observado con teriparatide. VIII. ¿Cuándo llamar a un especialista en osteoporosis? 1. Paciente con osteoporosis de severidad no esperada o que tenga características inusuales al momento del diagnóstico: a.Que tenga una densidad mineral ósea muy baja (score T< -3,0 o score Z < -2,0). b.Que tenga osteoporosis a pesar de ser joven (premenopáusica). c.Que tenga fracturas a pesar de densidad mineral ósea normal. 2. Paciente con sospecha o condición subyacente de osteoporosis (por ejemplo: hiperparatiroidismo, hipertiroidismo, hipercalciuria, síndrome de Cushing, hipogonadismo, mala absorción intestinal). 3. Candidata a tratamiento con teriparatide. 4. Intolerancia a terapias aprobadas. 5. Falta de respuesta al tratamiento. a. Pacientes que reciban estrógenos y continúen 51 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 con densidad mineral ósea baja. b. Pacientes que reciben otros tratamientos y a pesar de ello tengan aparente disminución de densidad mineral ósea en estudios seriados. c. Pacientes que presenten fracturas a pesar del tratamiento. Lecturas recomendadas 1. Aguirre JI, Plotkin LI, Stewart SA, Weinstein RS, Parfitt AM, Manolagas SC, et al. Osteocyte apoptosis is induced by weightlessness in mice and precedes osteoclast recruitment and bone loss. J Bone Miner Res. 2006;21:605-615. 2. Bellido T. Osteocyte apoptosis induces bone resorption and impares the skeletal response to weghtlessness. Bonekey Osteovision. 2007; 4:252-256. 3. Black DM, Schwartz AV, Ensrud KE, Cauley JA, Levis S, Quandt SA, et al. Effects of continuing or stopping alendronate after 5 years of treatment: the Fracture Intervention Trial Long-term Extension (FLEX): a randomized trial. JAMA. 2006;296:2927-2938. 4. Colón-Emeric CS, Caminis J, Suh TT, Pieper CF, Janning C, Magaziner J, et al. The HORIZON Recurrent Fracture Trial: design of a clinical trial in the prevention of subsequent fractures after low trauma hip fracture repair. Curr Med Res Opin. 2004;20:903-910. 5. Kanis JA, Oden A, Johnell O, Johansson H, De Laet C, Brown J, et al. The use of clinical risk factors enhances the 52 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. performance of BMD in the prediction of hip and osteoporotic fractures in men and women. Osteoporos Int. 2007;18:10331046. Kraenzlin ME. Practical use of biochemical markers of bone turnover. Ann Endocrinol (Paris). 2006;67:155-156. Lyles KW, Colón-Emeric CS, Magaziner JS, Adachi JD, Pieper CF, Mautalen C, et al. Zoledronic acid and clinical fractures and mortality after hip fracture. N Engl J Med. 2007;357:1799-1809. Meunier PJ, Slosman DO, Delmas PD, Sebert JL, Brandi ML, Albanese C, et al. Strontium ranelate: dose-dependent effects in established postmenopausal vertebral osteoporosis--a 2-year randomized placebo controlled trial. J Clin Endocrinol Metab. 2002;87:2060-2066. Meunier PJ, Roux C, Seeman E, Ortolani S, Badurski JE, Spector TD, et al. The effects of strontium ranelate on the risk of vertebral fracture in women with postmenopausal osteoporosis. N Engl J Med. 2004;350:459-468. Pérez A, Riera G, Blanco M, Belzarez E, Nieto E, Rengifo R. Metabolismo óseo. En: Bajares M, Pizzi R, editoras. Consenso Venezolano de Menopausia 2004. Caracas; 2004.p.37-44. Plotkin LI, Manolagas SC, Bellido T. Dissociation of the proapoptotic effects of bisphosphonates on osteoclasts from their anti-apoptotic effects on osteoblasts/osteocytes with novel analogs. Bone. 2006;39:443-452. Reginster JY, Seeman E, De Vernejoul MC, Adami S, Compston J, Phenekos C, et al. Strontium ranelate reduces the risk of nonvertebral fractures in postmenopausal women with osteoporosis: Treatment of Peripheral Osteoporosis (TROPOS) study. J Clin Endocrinol Metab. 2005;90:28162822. Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R, editoras. Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008. Caracas: Editorial Ateproca;2008. p.53-60. Sistema nervioso central, sexualidad y calidad de vida Capítulo 6 SISTEMA NERVIOSO CENTRAL, SEXUALIDAD Y CALIDAD DE VIDA Dra. Guadalupe Stanbury MCs. Isbelia Segnini Dra. Laura Pérez CONTENIDO I. TRASTORNOS NEUROENDOCRINOS 1. Síntomas vasomotores II. TRASTORNOS EN LA ESFERA PSÍQUICA 1. Depresión 2. Trastornos del sueño III, TRASTORNOS EN LA ESFERA NEUROLÓ GICA 1. Función cognoscitiva 2. Demencia y enfermedad de Alzheimer 3. Enfermedad de Parkinson 4. Migraña IV. SEXUALIDAD V. CALIDAD DE VIDA Stanbury G, Segnini I, Pérez L I. TRASTORNOS NEUROENDOCRINOS Los síntomas vasomotores (calorones y sudoración) son los que más perturban a la mujer menopáusica. Para la mayoría de las mujeres estos aparecen en el período de transición, se intensifican en la menopausia temprana y se resuelven en forma espontánea en pocos años, aunque en algunas de ellas pueden persistir toda la vida. Los síntomas vasomotores también se han relacionado con ansiedad, fatiga, trastornos del humor y del sueño. Estos síntomas se deben a un desajuste temporal del centro termorregulador hipotalámico como consecuencia del aumento del tono noradrenérgico y disminución de la actividad dopaminérgica, lo cual condiciona un estrechamiento de la zona termoneutral, con un aumento de la sensibilidad a cambios leves de la temperatura corporal. La FDA (Food and Drug Administration) de Estados Unidos cataloga estos síntomas de moderados a severos cuando aparecen 7-8 veces por día o por lo menos 60 veces por semana. Los síntomas vasomotores son la principal indicación del uso de terapia hormonal (TE o TEP) la cual se considera actualmente el tratamiento de elección. Debe evaluarse el status menopáusico, los riesgos personales y familiares de cada paciente así como la aceptación por parte de la misma para indicar el tratamiento, personalizar la dosis y el tiempo de uso. 53 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 En pacientes con contraindicaciones absolutas al uso de la terapia hormonal o en aquellas que la rechacen, se recomendarán cambios en el estilo de vida como son: el ejercicio, la disminución de peso, eliminar el hábito tabáquico, etc. Esta recomendación es común para todas las mujeres durante el climaterio. Terapias alternativas 1. Medidas generales • Desarrollo de técnicas de relajación con control de la respiración. La respiración pausada (respiración abdominal lenta y profunda), con sesiones durante el día o al inicio del “calorón” ha demostrado ser efectiva. • Temperatura corporal. Evitar la elevación de la temperatura corporal y mantener un ambiente fresco en el hogar y sitio de trabajo, con utilización de ropa ligera e ingestión de alimentos y bebidas frías. • Evitar el cigarrillo el cual se asocia con un aumento del riesgo para la aparición de los síntomas vasomotores. 2. Tratamientos no hormonales • Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS): fluoxetina, (Anoxen®, Antipres®, Prozac®, Fluzac®, Psiquial®), paroxetina, (Paxil®), y el citalopram (Seropram®). • Inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina: venlafaxine (Effexor XR®). • Gabapentina (Neurontin®) • Agonistas alfa adrenérgicos: clonidina (Catapresan®, Naclodin®, Velaril®) Estas alternativas demostraron su eficacia en estudios clínicos controlados aunque en menor grado en relación con la TH. • Fitoestrógenos. Los únicos disponibles en el mercado son las isoflavonas de soya. Pueden ser usados en síntomas vasomotores leves. No han demostrado protección ósea, cardiovascular o en cáncer de mama. (Ver Capítulo 1). Productos botánicos • Black Cohosh (Cimicifuga racemosa syn. Actaza racemosa): no se ha aclarado su acción estrogénica, estudios recientes reportan que podría actuar 54 como un agonista del receptor de serotonina o como un antioxidante. • Otros productos como el Dong Quai, el EPO (evening primrose oil), el Ginseng y la vitamina E han sido inefectivos o muy poco efectivos en el alivio de los síntomas vasomotores. II. TRASTORNOS EN LA ESFERA PSÍQUICA 1. Depresión Las mujeres en la transición menopáusica tienen más riesgo de presentar depresión que en la posmenopausia. Las fluctuaciones hormonales podrían explicar en parte la etiología de la depresión en este período. Se consideran factores de riesgo: la presencia de síntomas vasomotores, el estrés psicosocial, las actitudes negativas frente a la menopausia, la depresión previa, la depresión posparto, el síndrome premenstrual y el hábito tabáquico. Estudios prospectivos muestran un aumento de la depresión mayor en la etapa de la transición menopáusica aun sin antecedente de depresión. En algunos estudios prospectivos se ha reportado mejoría de los síntomas depresivos en mujeres en transición menopáusica tratadas con estrógenos pero no en la posmenopausia, sin embargo no hay suficiente evidencia para recomendar la TE como tratamiento antidepresivo. Tampoco se ha demostrado ningún efecto en pacientes con depresión mayor. El tratamiento de la depresión durante la menopausia dependerá de la severidad de los síntomas; de acuerdo a esto podemos identificar 3 grupos: • Humor depresivo. Psicoeducación, cambios en el estilo de vida (dieta y ejercicios), tratamiento de los síntomas relacionados con la menopausia (estrogenoterapia si hay indicación), mejorar el estado general de salud. • Depresión menor. Psicoterapia cognitiva y terapia estrogénica si hay una indicación para su uso. • Depresión mayor. Medicación antidepresiva y psicoterapia. Estas pacientes deben ser manejadas por un especialista. En relación con la progesterona y sus derivados, existe evidencia clínica de sus efectos negativos en Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R cuanto al humor en algunas mujeres. La progesterona micronizada tiene efecto sedante y propiedades anestésicas debido a su conversión hepática en dos metabolitos, los neuro-esteroides alopregnenolona y pregnenolona los cuales al unirse a los receptores GABA (el principal neurotransmisor de acción inhibitoria cerebral) ejercen un efecto similar a las benzodiazepinas. Estudios en animales demuestran, sin embargo, que en dosis menores a las farmacológicas podrían actuar como ansiolíticos. Las progestinas no son metabolizadas en los compuestos mencionados pero también han demostrado un efecto depresor del SNC en algunas mujeres, que es diferente de acuerdo al compuesto. Algunos estudios reportan un fuerte impacto negativo en relación con el humor y la administración de acetato de noretisterona (NETA) y del acetato de medroxiprogesterona (AMP) en mujeres con antecedentes de síndrome de tensión premenstrual (STP). En pacientes sin este antecedente el efecto negativo que ejerce NETA es mayor al observado con AMP. 2. Trastornos del sueño Las alteraciones del sueño en pacientes menopáusicas pueden ser producidas por un trastorno primario o secundario a síntomas vasomotores o a otras condiciones como el estrés, la apnea del sueño, cambios propios de la edad como aumento de peso y disminución de la actividad física. La TH es el tratamiento más efectivo para las alteraciones del sueño relacionados con los trastornos vasomotores. III. TRASTORNOS EN LA ESFERA NEUROLÓGICA 1. Función cognoscitiva Existe una clara evidencia que sugiere que los cambios en la función cognoscitiva ocurren con el envejecimiento normal. Actualmente también se sabe que las alteraciones de la función cognoscitiva ocurren de manera selectiva y no global, y se demostró que la memoria episódica verbal y reciente son las más afectadas y que los estrógenos podrían jugar un rol importante en el mantenimiento de esta función; Stanbury G, Segnini I, Pérez L Sistema nervioso central, sexualidad y calidad de vida sin embargo, cabe mencionar que esta afectación no es igual en la transición menopáusica que en la posmenopausia, ni en la menopausia natural y la quirúrgica. Los cambios que ocurren durante la transición menopáusica en relación con la memoria episódica verbal no parecen tener la magnitud suficiente como para ser demostrables por los métodos de diagnóstico convencionales utilizados en la actualidad, igualmente en esta etapa no se ha demostrado efecto beneficioso de los estrógenos en relación con este dominio, contrario a lo que ocurre en pacientes jóvenes con menopausia quirúrgica en las que puede haber un deterioro de la función cognoscitiva a corto plazo. El efecto a largo plazo del uso temprano de la TH después de una menopausia natural o quirúrgica es hasta ahora desconocido y los hallazgos de estudios bien diseñados reportan resultados conflictivos, sin embargo, parece que en pacientes menopáusicas que iniciaron la terapia tempranamente los estrógenos pudieran tener un efecto beneficioso en la memoria episódica verbal a corto y largo plazo. Existe suficiente evidencia que indica que iniciar la TH en forma tardía en la posmenopausia no mejora la función cognoscitiva global ni tiene efecto sobre la memoria episódica ni otras funciones cognoscitivas. En conclusión: a pesar de las debilidades observadas en los diferentes estudios que evalúan la función cognoscitiva durante la pre y posmenopausia y el efecto de la terapia hormonal, la evidencia disponible sugiere que la etapa de la transición menopáusica no está asociada con cambios importantes en la esfera cognoscitiva y el médico debe descartar otros factores como trastornos del sueño y del humor y la depresión que pueden alterar la calidad de vida de estas mujeres. No recomendamos el uso de TH para prevención de funciones cognoscitivas en ninguna etapa de la menopausia. 2. Demencia y enfermedad de Alzheimer Se ha demostrado que el inicio tardío de la TH, es decir en pacientes mayores de 65 años, no tiene efecto beneficioso en relación con prevención de la demencia 55 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 y podría incrementar su riesgo durante los 5 años siguientes del uso en este grupo etario. En pacientes en etapa de transición o menopausia temprana no existe suficiente evidencia de un efecto beneficioso de la TH aun cuando hay estudios (Cache County study) que apoyan el concepto de una “ventana terapéutica” en la cual los estrógenos pudieran tener un efecto protector para la enfermedad de Alzheimer (EA) en pacientes con inicio temprano de la TH cercano al comienzo de la menopausia. Sin embargo no podemos recomendar el uso de TH como prevención primaria ni tratamiento para enfermedad de Alzheimer u otro tipo de demencia. No existe evidencia clínica que apoye que los estrógenos mejoren los síntomas o retrasen la progresión de la EA. El uso de TH en mujeres de edad avanzada parece aumentar el riesgo de enfermedad de Alzheimer como lo demuestra el estudio WHIMS (WHI Memory Study). 3. Enfermedad de Parkinson Estudios recientes sugieren una relación etiológica entre la baja exposición a estrógenos endógenos y exógenos y el incremento en el riesgo de aparición de la enfermedad de Parkinson. El efecto protector de los estrógenos sobre el sistema dopaminérgico podría explicar la influencia de la menopausia en la aparición de enfermedad de Parkinson en mujeres predispuestas. Sin embargo, debido a la falta de datos concluyentes al respecto, no recomendamos el uso de TH para prevención ni tratamiento de esta enfermedad. 4. Migraña Los cambios hormonales durante la menopausia, en especial durante la transición, pueden ser los desencadenantes para la migraña sobre todo en aquellas pacientes con antecedentes de migrañas menstruales o relacionadas con el uso de anticonceptivos orales. A pesar de una amplia variación individual la incidencia de migraña tiende a disminuir con la edad hasta en un 60 %. La menopausia quirúrgica parece estar asociada con un incremento en la aparición de la migraña. La migraña que se acompaña con aura es un factor de riesgo importante para enfermedad cerebral vascular. Los anticonceptivos orales y la 56 terapia hormonal por vía oral y transdérmica a altas dosis y con esquemas cíclicos tienden a desencadenar migraña con aura. El tratamiento inicial de una mujer menopáusica con migraña es la prevención con los derivados de los triptanos y con AINES. No recomendamos el uso de anticonceptivos orales en la etapa de transición en pacientes con antecedentes de migrañas menstruales. Si bien la migraña sin aura no es una contraindicación para el uso de TH, recomendamos utilizarla con precaución considerando las siguientes pautas: • Descartar otras causas de cefalea. • Reducir dosis de estrógenos. • Cambiar el tipo de estrógeno. • Cambiar el régimen de cíclico a continuo. • Cambiar la vía: de oral a parenteral. • Cambiar el progestágeno, reducir su dosis o usar ciclos largos (ciclos con estrógenos continuos más progestágenos por 14 días cada 3-6 meses). • Usar bajo estricta vigilancia. • Cambiar a tibolona o SERM. IV. SEXUALIDAD DE LA MUJER MENOPÁUSICA El interés por la sexualidad y la capacidad de respuesta de la mujer menopáusica se afecta por múltiples factores, y es uno de ellos los problemas físicos relacionados con la edad y las dificultades provenientes de la duración y calidad de la relación de pareja, así como algunos factores de estrés y condiciones socioeconómicas. También influye la presencia de disfunciones sexuales o de enfermedades físicas en el compañero así como la ausencia de pareja. Por su parte, los cambios hormonales asociados con la menopausia juegan un rol trascendental en la sexualidad. Estos cambios hormonales, pueden tener un impacto negativo en diferentes áreas, tales como la imagen corporal, el aumento de peso, resequedad en la piel, baja autoestima, trastornos del sueño, angustia y depresión. Las disfunciones sexuales, que se presentan durante la transición de la menopausia asociados al hipoestrogenismo, son la dispareunia y/o el vaginismo, lo que produce coitos dolorosos que resultan de la atrofia Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R y resequedad urogenital. En cuanto al efecto de la disminución de los andrógenos, se puede producir disminución en el deseo sexual, baja motivación, menor frecuencia sexual, ausencia de fantasías y pensamientos sexuales y desórdenes del orgasmo. Esta problemática compleja, puede conducir a evitar el contacto sexual y cuando se acepta la actividad por compromiso con la pareja, generalmente hay dolor y/o poca satisfacción sexual. En general, los profesionales a quienes acude la mujer menopáusica, no exploran en detalle su sexualidad por múltiples razones. Por parte de la paciente: la vergüenza o incomodidad que siente ella para hablar de sexo; o porque espera ser abordada por su propio médico; o porque cree que es personal y que puede solucionarlo sola o con su pareja; o simplemente porque la mujer acude al médico cuando tiene un problema físico muy específico. Por parte del médico: limitaciones de su tiempo; desconocimiento del tema; incomodidad para hablar de sexo o porque espera que la paciente aborde el tema. Por las razones expuestas se hace necesario que la evaluación de la sexualidad incluya una historia sexual completa que comprenda, entre otros elementos, las diferentes áreas de la función sexual. Se puede utilizar como guía el siguiente cuestionario: 1. Consideraciones generales para tocar el tema de la sexualidad: ¿Crees que la sexualidad es importante en este momento de tu vida? ¿Alguna vez piensas en sexo? 2. Relacionadas con el deseo: ¿Tienes deseos de hacer el amor igual que antes? ¿Cuando tu pareja te busca, lo aceptas porque tienes ganas o porque hace tiempo que lo rechazas y se pone agresivo? 3. Relacionadas con la excitación y la lubricación: ¿Sientes que te cuesta excitar y lubricar? ¿Cuando estás excitada te parece que lubricas igual que antes? 4. Relacionadas con la penetración: ¿Tienes alguna molestia con la penetración? ¿Tus relaciones sexuales son incómodas y dolorosas? ¿Después de las relaciones te duele al orinar o lavarte? Stanbury G, Segnini I, Pérez L Sistema nervioso central, sexualidad y calidad de vida 5. Relacionadas con el orgasmo: ¿Te cuesta alcanzar el orgasmo cuando tienes relaciones sexuales? 6. Relacionadas con la satisfacción sexual general: ¿Sientes algún cambio en tu sexualidad general? ¿Estás satisfecha con tu vida sexual? También se pueden utilizar algunos cuestionarios auto-administrados como el Índice de la Función Sexual Femenina y el Cuestionario de Función Sexual de la Mujer, entre otros. Es importante reconocer que hasta la fecha, existen controversias en cuanto a la correlación directa entre bajos niveles de testosterona y bajo deseo sexual porque la medición de la testosterona en la mujer es muy compleja, debido a las dificultades técnicas para la medición de la misma y a la variabilidad de los valores de los andrógenos inclusive durante un mismo día. Las formas de administración de andrógenos disponibles y en investigación son: • Vía oral: metiltestosterona, undecanoato de testosterona. • Intramuscular: propionato de testosterona, cipionato de testosterona, enantato de testosterona, formas combinadas estrógenos + testosterona. • Implantes subcutáneos: propionato de testosterona (pellets). • Uso transdérmico: parches, gel, emulsión y spray de testosterona. • Otros: anillos vaginales, testosterona sublingual y gingival. El ajuste de los andrógenos dentro del rango de la normalidad se ha tornado muy difícil, las preparaciones de testosterona vía oral tienen una biodisponibilidad muy variable, la metiltestosterona y el undecanoato de testosterona tienen vidas medias muy cortas y éstas producen elevaciones suprafisiológicas de andrógenos con una caída muy rápida de sus niveles. La testosterona transdérmica (parches y gel), es más conveniente. Algunos estudios demuestran las bondades de la oxandrolona (análogo sintético de la testosterona). Ninguna de las opciones disponibles en la actualidad están aprobadas por la FDA ni por las autoridades 57 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 venezolanas para tratamiento del déficit androgénico en la mujer. Las recomendaciones de la North American Menopause Society (NAMS) para el tratamiento androgénico son: 1. Mujeres posmenopáusicas que presenten síntomas de disminución de deseo sexual después de descartar otras causas (hipotiroidismo, alcohol, drogas). 2. La terapia con testosterona sola sin estrógenos no está recomendada. 3. Los ensayos de laboratorio para testosterona sólo deben ser utilizados para monitorear los niveles suprafisiológicos de testosterona durante la terapia. No se recomiendan para hacer el diagnóstico de déficit de testosterona. 4. Los valores de testosterona varían de un laboratorio a otro. Se recomienda el índice de andrógenos libres. Los ensayos en saliva no se recomiendan. 5. Antes de iniciar el tratamiento con testosterona realizar: perfil lipídico, función hepática. Reevaluar a los tres meses por un año y luego en forma anual. 6. La testosterona debe ser administrada en su menor dosis y por corto tiempo. 7. Las presentaciones en gel o en parches son las preferidas. 8. Los pellets y fórmulas intramusculares tienen el riesgo de sobredosificación. 9. No hay datos suficientes sobre el uso de testosterona por más de 6 meses. 10.Si se observan efectos adversos debe ser reducida la dosis. Si estos continúan se debe suspender la terapia. 11.La terapia con testosterona no debe ser iniciada en mujeres con cáncer de mama, cáncer uterino, enfermedad cardiovascular o hepática. En Europa, se utiliza la testosterona vía transdérmica (300 mg/día) en mujeres posmenopáusicas con trastornos de deseo sexual (deseo sexual hipoactivo), que reciben concomitantemente terapia estrogénica, lo que mejora el deseo y la satisfacción sexual en todos los aspectos. Esta dosis de testosterona está asociada a bajo riesgo de efectos secundarios an58 drogénicos. Todos estos resultados provienen de los estudios INTIMATE SM1 e INTIMATE SM 2. De la misma forma no existen datos que lo relacionen con aumento del riesgo de cáncer de mama o enfermedad cardiovascular o efectos adversos del endometrio. La utilización de tibolona, en el tratamiento de los síntomas de la menopausia, ha demostrado mejoría en la función sexual, especialmente en la fase del deseo y de la excitación, por su efecto androgénico indirecto al disminuir los niveles de la globulina transportadora de hormona sexual y aumentar los niveles séricos de testosterona libre. Existe una relación directa entre los andrógenos y la función cognitiva y el bienestar personal. Por otra parte, existen diversos tratamientos no farmacológicos que se pueden recomendar en estas pacientes, como por ejemplo, el ejercicio cardiovascular, el cual aumenta los niveles de endorfinas, la producción de ACTH y de los opioides endógenos que mejoran la función sexual. De la misma forma, se debe recomendar la disminución de los hábitos tabáquicos y alcohólicos. Adicionalmente se sugiere la práctica de los ejercicios de Kegel, puesto que mejoran el tono de los músculos y aumentan el flujo sanguíneo en la zona pélvica. En conclusión: 1. La función sexual femenina se puede ver afectada por factores biológicos/hormonales (andrógeno, estrógeno, medicamentos, enfermedades y fatiga); emocionales (historia negativa de sexo, ausencia de intimidad personal, ansiedad, miedo, traumas sexuales, físicos o médicos), y de pareja (falta de estímulo apropiado, conflictos en la relación, disfunción sexual de la pareja). 2.Las disfunciones que se generan en las diferentes etapas de la respuesta sexual se conocen como: deseo sexual hipoactivo, trastorno de la excitación sexual, trastorno del orgasmo y/o dolor sexual (dispareunia y/o vaginismo). Estas disfunciones se pueden presentar en forma exclusiva o combinada. La evaluación de las mismas incluye el interés y la motivación, la habilidad para excitarse y lograr el orgasmo, la presencia o ausencia de Angelino de Blanco MC, Bajares de Lilue M, Pizzi R dolor, lo placentero de la experiencia y la satisfacción personal. 3. La complejidad del cuadro de la mujer menopáusica, reclama una especial atención dirigida a la evaluación de los síntomas asociados a las disfunciones sexuales y de las causas que los generan. Recomendación ésta que se soporta en la realidad porque la paciente generalmente no hace referencia a esta situación. Por su parte el médico, en gran proporción, no incluye en su evaluación esta área tan importante para el bienestar general de la mujer. 4. Es esencial individualizar la estrategia de tratamiento de acuerdo con las necesidades de cada mujer (terapia hormonal, no hormonal y/o terapia psicosexual). 5. Gran importancia tiene la identificación de los límites de cada especialidad, lo que sugiere la conveniencia del trabajo en equipo interdisciplinario, o en su defecto, la referencia de la paciente a profesionales que participen en el trabajo de su recuperación en el ámbito emocional, a través de la terapia psicosexual y/o de pareja. V. CALIDAD DE VIDA DE LA MUJER MENOPÁUSICA El concepto de calidad de vida es muy amplio puesto que abarca diferentes ámbitos del ser humano. En el campo de la salud individual incluye aspectos físicos, emocionales, intelectuales, sociales, espirituales y del bienestar general. La armonía de estos factores facilita la productividad personal, el funcionamiento cognitivo y sexual. De la misma forma, permite el desempeño dentro de la pareja, la familia, el trabajo y la sociedad. Es importante señalar que la calidad de vida es diferente según los grados culturales, el ambiente, las épocas y la percepción personal sobre lo que cada quien considera como felicidad y satisfacción de vivir. Asimismo abarca las percepciones y sentimientos de la persona con respecto a su pasado, presente y expectativas hacia el futuro. En este amplio espectro de situaciones y posibilidades que conforman el vivir, la salud reviste Stanbury G, Segnini I, Pérez L Sistema nervioso central, sexualidad y calidad de vida un acento muy especial. En este sentido se ha determinado que los diferentes aspectos de lo que denominamos calidad de vida relacionada con la salud (HRQOL, health related quality of life) corresponden a la presencia de síntomas, actividad diaria, estabilidad emocional, funcionamiento social y satisfacción general con la vida. Existen instrumentos diseñados para medir HRQOL, tales como el SF-36, Calidad y Función Sexual de Heineman, el Cuestionario para medir el Impacto de la Menopausia sobre la Calidad de Vida, y la Escala Cervantes. De esta forma, al evaluar la calidad de vida en todas sus dimensiones (estado de salud, actividad sexual) podemos tener idea del impacto de la menopausia en el bienestar de la mujer, y así determinar los beneficios del tratamiento indicado. En el caso de la mujer menopáusica, específicamente, la disminución de los estrógenos y de la producción de andrógenos ováricos y adrenales relacionados con la edad, puede afectar significativamente su salud y en consecuencia el bienestar personal, produce impacto de muy variada naturaleza, que, como hemos dicho, están directamente relacionados con las características personales y del ambiente sociocultural en el que se desenvuelve la mujer, lo que incide en las diferentes percepciones de los síntomas tales como síntomas vasomotores, cambios en el estado de ánimo, fatiga y alteraciones en las diferentes etapas de la función sexual. En conclusión 1. El estado de salud representa el determinante más importante en la calidad de vida de la mujer menopáusica. 2. Las disfunciones sexuales son un problema frecuente en la mujer durante esta época de la vida, aun cuando pocas consultan por éstas. Por su parte el especialista generalmente no las evalúa dentro de sus procedimientos de rutina. 3. Los cambios hormonales asociados con el envejecimiento y con la menopausia pueden afectar profundamente la calidad de vida. 4. Las intervenciones terapéuticas, como los tratamientos hormonales y no hormonales diseña- 59 Consenso Venezolano de Menopausia. Actualización 2008 dos para mejorar la salud y la sexualidad, pueden mejorar directamente la calidad de vida. LECTURAS RECOMENDADAS Sistema Nervioso Central 1. Berga SL. Does estrogen use support cognition in postmenopausal women? Menopause. 2007;14:163-165. 2. Pinkerton JV, Pastore LM. Perspective on menopausal vasomotor symptoms, CAM, and the SWAN. Menopause. 2007;14:601-605. 3. Freedman RR. Hot ������������������������������������������ flashes: behavioral treatments, mechanisms, and relation to sleep. Am J Med. 2005;118 Suppl 12B:124-130. 4. Henderson VW, Sherwin BB. Surgical versus natural menopause: cognitive issues. Menopause. 2007;14:572-579. 5. International Menopause Society. Management Handbook. Health Plan for the Adult Woman. Martin H Birkhauser at col. Taylor & Francis. 2005. 6. Lethaby AE, Brown J, Marjoribanks J, Kronenberg F, Roberts H, Eden J. Phytoestrogens for vasomotor menopausal symptoms. Cochrane Database Syst Rev. 2007 Oct 17;(4):CD001395. 7. NAMS. Role of progestogen in hormone therapy for postmenopausal women: position statement of The North American Menopause Society. Menopause. 2003;10:113-132. 8. Quick Reference to the Diagnostic Criteria from DSM-IV-TR. American Psychiatric Association. 2000. 9. Richardson MK. Black cohosh: will there ever be an answer or answers? Menopause. 2006;13:164-165. 10. Shulman LM. Gender differences in Parkinson’s disease. Gend Med. 2007 Mar;4(1):8-18. 11. Sitruk-Ware R. Progestogens in hormonal replacement therapy: new molecules, risks, and benefits. Menopause. 2002;9:6-15. 12. Stanbury G,Yabur J,Arteaga M,Salas A,Weiser R. Sistema nervioso central y calidad de vida. En: Bajares M, Pizzi 60 R, editoras. 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