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24 | CIENCIA TENDENCIAS | LATERCERA | Sábado 13 de diciembre de 2014 VIENE DE PÁG. 23 base de eso se propuso bloquear esta molécula y sacar “el pie del freno”. Ese fue el comienzo, de ahí vinieron las distintas etapas de estudios y recién el 2011 se publicó la Fase III, con cientos de pacientes tratados y demostrando aumento de sobrevida. Toma tiempo, y lo que hemos visto en estos cinco años en el resultado de décadas de investigación… ¡y es sólo el comienzo! ¿Hay ciertos cánceres más fáciles de tratar con esta terapia? Todavía es temprano para poder hacer una comparación científica entre cánceres que responden más o menos. La mayoría de estas terapias se han estudiado inicialmente en melanoma o cáncer de la piel. Se sabe mucho de su alta eficiencia en este tipo de tumores y menos en otros. Al parecer, el cáncer de pulmón y el de riñón también responden bastante bien; y el de páncreas se sitúa al otro extremo, con las respuestas más débiles. ¿La inmunoterapia implica dejar atrás los actuales tratamientos que existen para el cáncer? Absolutamente no. La combinación de terapias convencionales con la inmunoterapia generaran las mejores respuestas en el futuro. Pero se requiere más ciencia básica o preclínica para definir las mejores maneras de combinar estas modalidades. “ Llevo sólo tres años como investigador independiente y el primer paso es solidificar mi carrera para poder seguir descubriendo cosas que tengan impacto a nivel internacional” “Siempre me ha interesado el cáncer, sobre todo por el impacto que tiene a nivel personal. Es una enfermedad muy ruda, se puede llevar a tu gente más cercana en un abrir y cerrar de ojos” Ciencia local Si alguien muy cercano a ti se enferma, ¿cuál es tu recomendación? ¿Irse de Chile si puede? ¿Dónde podemos hacer inmunoterapia los chilenos? Sé que algunas de estas terapias se han administrado en Chile. Mi primera recomendación es siempre hablar con el médico tratante y pedir información acerca de la inmunoterapia y los centros que administren esas alternativas en Chile. Es importante tener en claro que el problema que existe con estas terapias a nivel mundial es el precio, que hace que su acceso sea complejo por ahora. Hay que preguntarse si este tipo de terapias se consideran o se considerarán en planes de salud como el AUGE. Si hablamos de investigadores o cuerpo médico capaz de administrar estas terapias, la masa crítica en Chile está. Pero la inmunoterapia se basa en la manipulación de la respuesta inmune, no es como administrar una pastilla, por lo que se necesita un grupo clínico que lo entienda, que conozca los potenciales efectos colaterales y sepa manejarlos. ¿Cómo ves lo que se está haciendo en Chile en tratamiento e investigación en cáncer comparado con países como Inglaterra? Llevo muchos años afuera, pero siempre he mantenido contacto con investigadores en Chile, y está claro que hay varios grupos haciendo ciencia de alto nivel. Claro, es más lento y hay menos recursos, pero eso también genera más eficiencia. También es importante que cada día hay más gente saliendo a entrenarse afuera que regresa con más conocimiento, experiencia y redes. ¿Cómo se para un chileno frente al mundo? Los que conozco, en mi área, lo hacen muy derechos y valientes, pero sin soberbia. Son muy trabajadores porque esa es la única moneda de cambio, nadie te conoce, algunos ni siquiera saben dónde queda Chile y, si tu idioma no es el mejor, la única manera de destacar es ser muy bueno. Una vez que el inglés empieza a fluir mejor, vuelves a ser tú y te empiezan a conocer en lo personal. ¿Por qué Londres? Acá existía un muy buen nicho para desarrollarme. Hubo varios factores. El primero era que tenía un muy buen colaborador clínico para echar a andar todo; hay muy buena ciencia y me gané un proyecto que me permitió financiar toda mi investigación por seis años. Fue una decisión acertada, hemos generado tremendos grupos interdisciplinarios donde estudiamos la respuesta inmune desde lo más básico a lo más aplicado. Uno de nuestros focos actuales es entender el por qué algunos pacientes responden y otros no, y desde ahí poder desarrollar drogas aún mejores. ¿Y cuál es tu objetivo ahora? Llevo sólo tres años como investigador independiente y el primer paso es solidificar mi carrera para poder seguir descubriendo cosas que tengan impacto a nivel internacional. En lo específico, quiero contribuir al desarrollo de un centro de inmunología del cáncer en UCL, porque aunque todos hablen de inmunología queda mucho trabajo por hacer. ¿Volver a Chile es una opción? Somos una familia chiquitita e itinerante y, por supuesto, que nos encantaría. Quería hacerlo después del postdoctorado, pero es tentador quedarse y seguir absorbiendo conocimiento. Necesito alcanzar un nivel de madurez científica y una visión que me permita contribuir realmente una vez que vuelva. No por nada, hombres como Pablo Valenzuela han podido hacer ciencia desde Chile… él es un tipo con una gran visión, que hizo cosas fantásticas en Estados Unidos, que lo hicieron respetado y reconocido a nivel mundial y que, con madurez y visión, las está haciendo desde su país.T