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INFORME EFECTO DE LAS INTERVENCIONES PSICOSOCIALES EN PACIENTES DE CÁNCER Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (AETS) Instituto de Salud Carlos III Febrero 2013 1 ÍNDICE 1. Introducción 2. Las intervenciones psicológicas en pacientes de cáncer 2.1 Salud mental y malestar emocional en pacientes de cáncer 2.2 El ajuste o adaptación psicosocial y la aflicción 2.3 Las intervenciones psicosociales para la aflicción 2.4 Las intervenciones psicosociales y la supervivencia 2.5 Las intervenciones psicosociales en el dolor 2.6 La literatura de las intervenciones psicosociales en cáncer 3. Metodología 4. Resultados 5. Discusión 6. Bibliografía 2 Lista de abreviaturas, siglas y acrónimos AETS: Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias CBT: Cognitive behavioral therapy CONSORT: Consolidated Standards of Reporting Trials ECA: Ensayo controlado aleatorizado ECNA: Ensayo controlado no aleatorizado ICO: Institut Català d’Oncologia IOM: Institute of Medicine IPOS: Psycho-Oncology Society ISCIII: Instituto de Salud Carlos III MA: Meta-análisis NCCN: National Comprehensive Cancer Network NCI: National Cancer Institute NICE: National Institute for Health and Clinical Excellence QoL: Calidad de vida RS: Revisión Sistemática SEOM: Sociedad Española de Oncología Médica SNS: Sistema Nacional de Salud 3 1. Introducción En respuesta a la solicitud de información sobre la evidencia disponible en relación a la efectividad de las intervenciones psicosociales en cáncer, remitida por el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad a la AETS del Instituto de Salud Carlos III, se ha elaborado el siguiente informe. Según los datos aportados por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se estima que a lo largo del año 2012 se diagnosticarán en España unos 208.268 nuevos casos de cáncer, mientras que el número de fallecimientos causados por esta enfermedad ascenderá a unos 102.639. Las cifras son más altas que las registradas en 2006, cuando se registraron más de 187.500 nuevos casos y 98.700 muertes. Sin embargo, la diferencia entre ambos incrementos confirma la tendencia a la disminución de la mortalidad por cáncer. El cáncer sigue siendo más frecuente en hombres (104.800 nuevos casos para 2012, frente a los 103.400 en mujeres) aunque la incidencia de todos los cánceres en mujeres se está acercando a la de los hombres. El aumento en los últimos años ha sido más destacado en mujeres. El cáncer más frecuente en el 2012 seguirá siendo el colorrectal, con más de 33.800 nuevos casos, seguido del de próstata, con 29.800 nuevos casos, siendo éste el más frecuente en hombres. En tercer lugar se sitúa el de mama, con 27.100 nuevos casos, el más diagnosticado en mujeres. La incidencia de estos tres tumores ha aumentado en España en estos últimos seis años, al igual que el de pulmón, el cuarto más diagnosticado con 24.400 nuevos casos. El cáncer de estómago, es el quinto más frecuente y el único de los tumores más habituales que presenta una tendencia descendiente con respecto a años anteriores, pasando de los 8.100 casos en 2006 a los 7.500 previstos para 2012. En lo que respecta a las previsiones de mortalidad, la SEOM reconoce que, aunque las tasas generales siguen creciendo, se observa una disminución de fallecimientos en dos de los cinco tipos más frecuentes, el de próstata y el de estómago. El cáncer de pulmón será el más letal, seguido del cáncer colorrectal. El interés por los aspectos psicológicos en la enfermedad del cáncer es relativamente reciente. A mediados de los años 70 se inició esta andadura en el ámbito internacional. Son varios los factores que han contribuido a un mayor interés en los aspectos psicológicos del cáncer. En primer lugar, se ha producido un cambio en la actitud hacia el cáncer, ha dejado de percibirse 4 como una enfermedad necesariamente mortal. En segundo lugar, se ha realizado un esfuerzo para ofrecer una atención más humana a las personas con cáncer terminal. En tercer lugar, se ha comenzado a reconocer que determinadas variables psicológicas y del estilo de vida de las personas constituían factores de riesgo para el desarrollo del cáncer, por ejemplo, los datos sobre la asociación entre fumar cigarrillos y padecer cáncer de pulmón. En 2008, un documento publicado por el Consejo de la Unión Europea reconoció la importancia de los aspectos psicosociales de la atención del cáncer con un enfoque interdisciplinario integral. En nuestro país se han desarrollado diversas Estrategias dentro del Plan de Calidad. La Estrategia en Cáncer del Sistema Nacional de Salud (SNS) (2010) señala como punto a destacar: “El avance en los aspectos vinculados a la calidad de vida y la mejora de la atención de los efectos adversos de la enfermedad o del tratamiento, como es la atención psico-oncológica, la rehabilitación del linfedema o de otros efectos debe ser un motivo de atención de los diferentes servicios sanitarios”. Entre los principales problemas detectados se menciona “Recursos muy limitados dedicados a la atención psicosocial y a la rehabilitación”. En el epígrafe “Calidad de vida”, se describen las repercusiones psicológicas de la enfermedad en la calidad de vida del momento, como en la capacidad de recuperación y adaptación a la enfermedad, y “se considera conveniente incluir aspectos de la psico-oncología en los equipos para una atención sanitaria de calidad”. Dentro de la Estrategia en Cuidados Paliativos del SNS (2007), se menciona también como punto crítico la necesidad de un abordaje biopsicosocial, valorando integralmente las necesidades de pacientes y familias, y la insuficiente atención psicológica a pacientes pediátricos y sus familias. El documento Modelo para la organización de la atención psicooncológica hospitalaria (ICO, 2009) tiene como objetivo ofrecer un marco de referencia organizativo para la implementación óptima de la atención psicooncológica, atendiendo a criterios de volumen asistencial oncológico, de multidisciplinariedad en la atención y de las características de las entidades hospitalarias (figura 1). Los servicios se orientan en tres ámbitos de intervención: Pacientes y familias, profesionales que componen el equipo multidisciplinario de atención oncológica y los profesionales de la psicooncología. 5 Figura 1. Modelo para la organización de la atención psicooncológica hospitalaria Fuente: Modelo para organización de la atención psicooncológica hospitalaria (2009) A nivel internacional la información sobre cómo la atención psicosocial ha sido reconocida e integrada en el tratamiento del cáncer es muy limitada. Uno de los estudios (Grassi L, 2012), coordinado por la Psycho-Oncology Society (IPOS), presenta los datos de una encuesta sobre la integración de la atención psicosocial en los programas de cáncer o en planes nacionales contra el cáncer, dirigida a sociedades profesionales de psico-oncología representativas en 30 países. 2. Las intervenciones psicosociales en pacientes de cáncer Las intervenciones psicosociales tienen como objetivo mejorar la calidad de vida y adaptación del paciente y personas de su entorno familiar ante la enfermedad. El nivel de adaptación dependerá de la gravedad clínica del proceso, de los efectos de los tratamientos médicos, del nivel de información que reciba, del apoyo social y recursos, y de su capacidad para hacer frente al estrés. Las intervenciones abordarán: - Aspectos preventivos Información adecuada al paciente Preparación para la hospitalización y los tratamientos Tratamientos asociados a la patología oncológica Intervención en la fase terminal Entrenamiento del personal voluntario de apoyo al paciente Entrenamiento en afrontamiento del estrés al personal sanitario 6 Existe una amplia gama de intervenciones psicológicas, que pueden ayudar a los pacientes a hacer frente a situaciones muy dolorosas, que de manera positiva puede mejorar el estado afectivo, y que sin duda ayudará a reducir los efectos secundarios físicos de la enfermedad o su tratamiento. Intervenciones psicosociales comunes son: intervención conductual, intervención cognitiva, intervención cognitivo conductual, counselling, intervención psicoeducativa, terapia de grupo, mindfulness o conciencia plena, técnicas en habilidades de comunicación, técnicas de relajación, entre otras. En España se ha desarrollado un gran número de escritos sobre las reacciones psicosociales de estos pacientes y sus respectivas opciones terapéuticas; el enfoque predominante es el cognitivo conductual, que goza de gran aceptación en el ámbito de los servicios de salud (Die Trill, 2004). 2.1 Salud mental y malestar emocional en pacientes de cáncer En el momento del diagnóstico de cáncer se inicia un proceso dinámico, sujeto a cambios. En la persona se produce una serie de repercusiones, aunque éstas no sean patológicas. Holland expone una lista con repercusiones a través del estudio de los miedos del paciente con cáncer, conocidas como las seis “D” en inglés: death (muerte), dependency (dependencia), disfigurement (deformidad), disability (incapacidad), disruption of interpersonal relationships (alteración de las relaciones interpersonales) y disconfort (dolor). Dependiendo de la fase de la enfermedad en la que se encuentre la persona, se podrá reaccionar de una manera u otra. La intensidad y duración de las emociones variará según las estrategias y recursos de cada persona. Fawzy y Greenber (1996) diferencian siete fases en la enfermedad (prediagnóstico, diagnóstico, tratamiento, postratamiento, recidiva y fase terminal o paliativa), que se pueden vivir de manera adaptiva o no. Una revisión bibliográfica reciente (Hernández et al., 2012) muestra la elevada frecuencia de problemas de salud mental y de síntomas de ansiedad, depresión y malestar emocional en pacientes con cáncer, en mayor medida que en la población general. Pero las diferencias metodológicas entre los distintos estudios, respecto a las muestras evaluadas, y la falta de homogenización de los conceptos e instrumentos utilizados, impiden concluir sobre la prevalencia real de estos problemas. Esta revisión pone de manifiesto las diversas barreras que pueden dificultar una detección adecuada de los problemas psicológicos, que tienen su fuente en: a) los pacientes (pueden no informar de su malestar, no atreverse a pedir ayuda aunque puedan necesitarla), b) los profesionales, que atienden más a los problemas físicos del paciente dejando de lado o considerando la situación 7 emocional como secundaria; c) el contexto (presión asistencial, aumento de la demanda, gravedad de la situación física de los pacientes, dificultad diagnóstica ante algunos síntomas). Ello contribuye a que actualmente la asistencia psicológica que se presta a los pacientes sea muy deficitaria, por lo que muchos pacientes que podrían necesitar una ayuda o un tratamiento psicológico específico no lo reciben, probablemente ni siquiera son detectados. Las razones pueden estar en una escasa implementación de los recursos psicológicos en los hospitales, y, a la inversa, los escasos recursos pueden sustentarse en un deficitario sistema de detección y evaluación, que ponga en evidencia la necesidad de aquéllos. En las últimas décadas, los estudios incluyen cada vez más el concepto de malestar emocional (distress) siendo fundamental su valoración clínica. Es un concepto propuesto por la National Comprehensive Cancer Network (NCCN), para no estigmatizar ni cargar de contenido psicopatológico a las dificultades psicológicas de los pacientes con cáncer. Pero es impreciso tanto en su definición: “experiencia emocional desagradable que afecta al funcionamiento cognitivo, conductual, social, emocional y espiritual” como respecto a los instrumentos utilizados para su evaluación operativa. Sin embargo, este concepto sirve para reconocer una realidad clínica, muy prevalente en los pacientes oncológicos, poco atendida, y que supone, en cuanto a factor de riesgo, un elemento diferenciador de la evolución psicopatológica de estos pacientes. Es un modo de detección rápida, que facilita la orientación a los distintos niveles de intervención, incluida la atención en salud mental. Existen diversos instrumentos simples de detección1 de problemas psicológicos en pacientes con cáncer (Hernández et al., 2012): la escala de ansiedad y depresión hospitalaria (HADS), el listado de detección de problemas psicosociales (SIPP), el listado breve de síntomas (BSI), el test de calidad de vida en cancerología (FLIC), el listado de malestar psíquico (PDI), la escala de síntomas Edmonton (ESAS), el termómetro de malestar psíquico (DT- Distress Thermometer), el cuestionario de una sola pregunta para la depresión ¿Está usted deprimido?, el cuestionario de una sola pregunta para valorar la ansiedad, entre otros. Las críticas al uso de instrumentos tan simples y breves para la detección del malestar psíquico y de la salud mental de estos pacientes, provienen de los clínicos que defienden la necesidad de la evaluación psicopatológica mediante entrevistas estructuradas, con criterios DSM-IV más precisos y eficaces. Otras críticas se refieren a la incapacidad de los instrumentos para la validez en todo tipo de pacientes o en distintos momentos de la evolución de la enfermedad, y 1 La detección identifica de forma rápida qué pacientes pueden tener dificultades importantes en su proceso de enfrentar la enfermedad y de adaptarse a los tratamientos. 8 a la dificultad de extrapolar el uso de cuestionarios a culturas distintas de aquellas en que se desarrollaron. 2.2 El ajuste o adaptación psicosocial y la aflicción En el documento Adjustment to Cancer: Anxiety and Distress del Instituto Nacional de Cáncer (NCI) de EEUU, los estudios que examinan la prevalencia de los trastornos mentales en el cáncer revelan que la mayoría de los pacientes que padecen de cáncer no satisfacen criterios diagnósticos para ningún trastorno mental específico; no obstante, muchos pacientes realmente presentan una variedad de respuestas emocionales difíciles. El ajuste o adaptación psicosocial se refiere a un proceso constante durante el cual cada paciente trata de manejar la aflicción emocional, solucionar problemas específicos relacionados con el CA. Los pacientes se enfrentan a múltiples retos que varían según el curso clínico. Los períodos de crisis son los siguientes: - Diagnóstico - Tratamiento (cirugía, radiación y quimioterapia) - Postratamiento y remisión - Recidiva y cuidados paliativos - Supervivencia El ajuste o la adaptación psicosocial están influidos por factores derivados del cáncer (tipo, estadio, pronóstico, ubicación de paciente en el continuo diagnóstico, tratamiento y recidiva), del paciente (recursos interpersonales para enfrentar situaciones difíciles, apoyo socio-interpersonal, apoyo familiar y la etapa de la vida) y del entorno social (opiniones y estigmas, disponibilidad de tratamientos, creencias populares sobre sus causas). En cuanto a la aflicción, ésta se ha definido como una experiencia desagradable de naturaleza emocional, psicosocial, social o espiritual que interfiere en la capacidad de enfrentar el tratamiento de cáncer. Se extiende en un continuo (figura 2) desde sentimientos normales comunes de vulnerabilidad, tristeza y temores hasta problemas que incapacitan, como la depresión, ansiedad, el pánico y la sensación de aislamiento o de presentar una crisis espiritual. 9 Figura 2. Aflicción psicosocial Fuente: Adjustment to Cancer: Anxiety and Distress (NCI) Por tanto, la aflicción psicosocial se presenta en un continuo que varía desde asuntos relacionados con la adaptación normal hasta síndromes que llenan todos los requisitos del criterio diagnóstico de enfermedad mental. La NCCN tiene como meta amplia establecer normas de atención para que se que se identifiquen, reconozcan y traten todos los pacientes que presentan aflicción psicosocial, de forma precisa y rutinaria. Estas pautas incluyen recomendaciones para las siguientes acciones: Detección Priorización Evaluación inicial También se incluyen recomendaciones para la derivación y tratamiento para cada profesión participante: salud mental (psicología y psiquiatría), trabajo social, cuidados paliativos y atención pastoral. Los momentos que exigen la detección de la aflicción, incluyen los siguientes períodos de la enfermedad cuando ésta es más probable que se presente: Enseguida después del diagnóstico Al comienzo del tratamiento (cirugía, radiación, quimioterapia) Al final de un ciclo largo de tratamiento Periódicamente, durante el postratamiento y la remisión En el momento de la recidiva En la transición a los cuidados paliativos 2.3 Las intervenciones psicosociales para la aflicción El citado documento del NCI pone de manifiesto la gran cantidad de literatura que respalda la eficacia de las intervenciones psicosociales para pacientes adultos de cáncer. Los análisis concluyeron que tienen beneficios positivos. Las intervenciones psicosociales se definieron como intervenciones no 10 farmacológicas con variedad de componentes psicológicos y educativos. Los componentes típicos incluyen los siguientes: - capacitación para la relajación estrategias cognitivas y conductuales para enfrentar situaciones difíciles sesiones de educación o información sobre el cáncer apoyo social grupal Las intervenciones han incluido varias combinaciones de estos componentes, con diferente duración (desde sesión individual a múltiples sesiones semanales) y se han administrado tanto en formato individual como grupal. La población más común de pacientes ha sido la de mujeres caucásicas estadounidenses de condición socioeconómica media a más alta con cáncer de mama; no obstante, algunos estudios incorporan diagnósticos de cáncer mixtos y, han surgido más estudios provenientes de países europeos. Las mediciones de los resultados fueron variadas y comprendieron los siguientes aspectos: Adaptación emocional (por ejemplo, depresión, ansiedad) Trastorno funcional (por ejemplo, retorno al trabajo, funciones sociales) Síntomas relacionados con la enfermedad (por ejemplo, náuseas y vómitos, fatiga, dolor) Conductas de salud (por ejemplo, régimen alimentario, tabaquismo, ejercicio) Funcionamiento del sistema inmunitario Gran parte de esta investigación ha estado orientada por un modelo bioconductual que parte de la hipótesis de vías psicológicas, conductuales y biológicas a partir de los factores del cáncer que producen tensión hasta el desenlace de la enfermedad; sin embargo, la adaptación emocional ha sido el resultado medido con mayor frecuencia. Si bien se encontraron beneficios positivos, se cuestionó su importancia clínica. Los análisis ofrecieron conclusiones variadas sobre la dimensión de estos efectos positivos, que van desde insignificantes para la depresión, hasta pequeños en cuanto a los resultados emocionales generales y hasta moderados en cuanto a la ansiedad. Las dimensiones de los efectos se pueden relacionar con el momento apropiado en que se realiza la intervención y los procedimientos para la selección de pacientes. En el caso de la mayoría de los pacientes, los niveles de sufrimiento psicosocial son más altos durante los primeros días de su experiencia con el cáncer y, para muchos, se disipan rápidamente. De este modo, si las intervenciones se ofrecen más adelante durante la experiencia del cáncer (semanas o meses después del diagnóstico y el tratamiento), los 11 pacientes pueden sentir menos sufrimiento que el que hubieran padecido si las intervenciones se hubiesen ofrecido más temprano, con lo cual es más difícil detectar los efectos más importantes. En resumen, parece que cuando se ofrecen intervenciones psicosociales a los pacientes que presentan sufrimiento (por ejemplo, ansiedad, depresión), la eficacia de la intervención es muy sólida. Así, el beneficio positivo general de las intervenciones psicosociales parece ser mayor para quienes parecen necesitarlo más. 2.4 Las intervenciones psicosociales y supervivencia La investigación sobre el efecto de la intervención grupal sobre la supervivencia de la persona con cáncer, se inició a finales de los ochenta. El estudio original de Spiegel, Bloom y Kraemer (1989) analizó una terapia de grupo con formato de apoyo expresivo para mujeres con cáncer de mama metastásico, mientras que otro estudio (Fawzy et al., 1993) analizó un grupo de intervención psicoeducativa para pacientes de melanoma maligno. En ambos estudios, se encontró una ventaja en cuanto a la supervivencia en la intervención grupal. Sin embargo, un análisis crítico del primer estudio encontró que los miembros del grupo de control presentaron una supervivencia significativamente más corta de lo que se esperaba, cuando se le comparó con datos del National Cancer Institute's Surveillance, Epidemiology and End Results (SEER) Program, donde se indicó que las ventajas en cuanto a la supervivencia pudieron ser el resultado de errores en la muestra. En resumen, la evidencia indica que a pesar de los hechos que denotan una mejoría de la calidad de vida, resulta poco probable que la intervención psicosocial tenga muchas probabilidades de aportar una contribución independiente a la duración de la supervivencia. Estos hechos han logrado que algunos indiquen (Coyne, Stefanek y Palmer, 2007) que ya no sea tan necesario continuar investigando más sobre este asunto. 2.5 Las intervenciones psicosociales en el dolor En el documento Tratamiento médico y con irradiación del dolor oncológico (2009), se expone: El dolor oncológico es un problema frecuente y complejo, tanto en las fases iniciales de la enfermedad como en las avanzadas. No se trata de un fenómeno uniforme, sino que hay que distinguir entre el dolor basal y el dolor episódico o irruptivo. Se reconoce que es un concepto multidimensional (figura 3), en que influyen aspectos cognitivos, emocionales, socioambientales, y se hace necesario un abordaje integral, donde habrá que atender tanto al componente físico como al psicológico. 12 Figura 3. Concepto multidimensional del dolor Fuente: Tratamiento médico y con irradiación del dolor oncológico (2009) El uso exclusivo del tratamiento farmacológico analgésico no siempre consigue reducir la sintomatología dolorosa, que muchas veces requiere tratamientos psicológicos o farmacológicos dirigidos a síntomas afectivos para controlarla. Parece recomendable que las terapias psicológicas se usen de forma simultánea en el abordaje interdisciplinar del dolor en cáncer. Diagnosticar y tratar los trastornos mentales en cáncer es importante, también lo es atender a los síntomas físicos que deterioran la calidad de vida de los pacientes. El dolor u otros síntomas físicos no detectados o no reconocidos pueden causar un gran malestar emocional al paciente, malestar que sería evitado con un control efectivo de estos síntomas. Es básico evaluar y tratar adecuadamente el dolor oncológico. La psicoterapia, las técnicas cognitivoconductuales, la hipnosis, el biofeedback y los tratamientos psicofarmacológicos adyuvantes, habitualmente en combinación, han demostrado ser eficaces en el control del dolor agudo y crónico en pacientes oncológicos. El nivel de afectación emocional es variable y depende de factores médicos, del apoyo social, de la manera de afrontar situaciones y de la personalidad de cada paciente. Los síntomas ansiosos, depresivos y el significado que el paciente atribuye al dolor pueden intensificar su experiencia. Otros factores, como son las dificultades en la vida diaria, los pensamientos negativos respecto a las competencias sociales y personales que se atribuye el paciente, un afrontamiento inadecuado de la enfermedad y de los síntomas que la acompañan, los bajos niveles de autoeficacia del paciente y el malestar emocional asociado a los tratamientos médicos y a la progresión de la enfermedad pueden aumentar la intensidad del dolor. 13 2.6 Sobre la literatura de las intervenciones psicosociales en cáncer En este apartado se presenta una breve descripción del debate sobre la efectividad de los principales tipos de intervenciones psicosociales estudiadas en la población con cáncer. Sin embargo, para información adicional y de mayor profundidad es preciso consultar los diversos artículos de la revisión expuesta en el apartado de resultados de este documento. La literatura sobre psicoterapia con pacientes de cáncer es relativamente joven en comparación con la literatura en general. La investigación en la última década ha aumentado considerablemente, lo que puede reflejar el impulso y apoyo a proveer atención con base empírica a las personas para hacer frente al diagnóstico, tratamiento y supervivencia. Esto coincide con las conclusiones de un informe del Instituto de Medicina (IOM) (2008), sobre la disponibilidad de recursos psicosociales, por ejemplo, información de los tratamientos, apoyo mutuo, asesoramiento/psicoterapia, apoyo a personas cuidadoras, ayuda a las actividades de la vida diaria, servicios legales, asesoría financiera y de seguros. Las investigaciones de intervención se centran principalmente en el establecimiento de los efectos de las intervenciones psicoterapéuticas en lugar de los mecanismos que subyacen a tales efectos (Schnur y Montgomery, 2010). Debido a que el cáncer no es una sola enfermedad, sino más bien una colección de muchos tipos, la identificación de intervenciones efectivas para el cáncer es particularmente difícil en comparación con otros tipos de enfermedad crónica. Para complicar aún más la investigación, la enfermedad varía no sólo por el tipo sino también por la etapa (por ejemplo, inicial, avanzada). Los niveles de distress varían según el tipo y la etapa del cáncer y la persona, y pueden provenir de diversas fuentes de estrés, incluidos el que existía antes de un diagnóstico de cáncer, el diagnóstico de cáncer en sí, los síntomas desagradables de cáncer, calidad de vida, preocupaciones con respecto a la interrupción de los planes de vida, recurrencia de la enfermedad y el progreso, y el final de la vida (IOM, 2008). Existe una sobreabundancia de las revisiones narrativas en oposición a las revisiones sistemáticas y meta-análisis. Artículos que son citados frecuencia en las publicaciones sobre intervenciones de cáncer son el de Meyer y Mark (1995), que concluyeron que la relajación y modificación de la conducta mejoraron la adaptación funcional y control de síntomas, pero no afectaron a los resultados médicos; Fawzy et al. (1995), que 14 revisaron las cuatro intervenciones más usadas (educación, psicoterapia conductual, intervención individual y grupal) y examinaron los resultados de cada tipo de intervención; y Newell et al. (2002), donde la terapia individual y de grupo, las intervenciones educativas y la imaginación guida mostraron ser eficaces para pacientes de cáncer. Para una mayor profundidad sobre revisiones y meta-análisis, ver el artículo de Raingruber (2011) que enumera y describe un conjunto de estudios2, y el de Linden y Girgis (2012), que mencionan alguno más3. En el conjunto de publicaciones se produce una variabilidad muy reconocida sobre la efectividad de las intervenciones psicosociales con personas que viven con el cáncer. Las revisiones llegan a conclusiones muy diferentes sobre la efectividad de las intervenciones. AM Nezu, CM Nezu y Felgoise (2012), en Psychosocial Oncology, ponen de manifiesto que, la complejidad en la realización de múltiples investigaciones en poblaciones con cáncer, ha contribuido a informes contradictorios sobre la efectividad general de las intervenciones psicosociales. Tal contradicción, en parte, han llevado a algunos investigadores a creer que las intervenciones psicosociales dirigidas a la angustia en los pacientes de cáncer son ineficaces, así como no aceptadas por los pacientes (Coyne y Lepore, 2006; Coyne et al., 2006). Por ejemplo, la revista Annals of Behavioral Medicine publicó una serie de argumentos que representan este debate. También apuntaron al sesgo y defectos metodológicos de los estudios anteriores. En defensa de las intervenciones psicosociales, investigadores con argumentos opuestos (Andrykowski y Manne, 2006) señalaron una suficiente "preponderancia de la evidencia", citando en particular cinco ensayos controlados aleatorios, que demostraron resultados positivos y significativos, a pesar de mencionar la diversidad de rigor metodológico en un gran número de estudios, diseños metodológicos deficientes, y en consecuencia conclusiones que podrían ser discutidas. Para ambos autores, la decisión de una posible participación de las personas en un ensayo de intervención psicológica estaría motivada por una serie de factores, donde la mayoría no tiene nada que ver 2 - Meyer y Mark, 1995 - Newell, 2002 - Barsevick, 2002 - Rehse y Pukrop, 2003 - Uitterhoeve, 2004 - Chow, 2004 - Williams y Dale, 2006 - Osborn, 2006 - Jacobsen y Jim, 2008 - Edwards y Hulber Williams, 2008 3 Moyer, 2009; Soellner , 2007 15 con el atractivo inherente de la intervención. Esta decisión puede estar motivada por consideraciones prácticas, por ejemplo, el tiempo requerido, que incluye no sólo el tiempo en sí, sino también el tiempo de viajes, el tiempo necesario para completar todas las evaluaciones del estudio, la incapacidad de encontrar tiempo necesario del cuidado infantil. Muchas personas no se atreven a participar en los ensayos clínicos independientemente de la opinión personal sobre la intervención específica. La no aceptación no es una base sólida para concluir que las intervenciones psicológicas son inaceptables para los pacientes con cáncer. Paralelo a este debate, se han publicado ensayos clínicos aleatorizados adicionales que proporcionan evidencia de la efectividad de las intervenciones. En los últimos años, numerosos revisiones y meta-análisis han evaluado la efectividad general, pero siguen informando del tamaño variable de los efectos. Aunque los investigadores han mejorado la metodología de sus estudios para cumplir con las directrices CONSORT, continúan las críticas sobre la eficacia. Muchos investigadores han reconocido la dificultad para afirmar una eficacia global de las intervenciones psicosociales, en su lugar mencionan una eficacia discutida en términos de intervención específica, según tipos y aplicabilidad específica de cáncer. A pesar de que las intervenciones psicosociales se han desarrollado en un intento de mejorar los resultados psicosociales en los pacientes y sobrevivientes de cáncer, hay un debate continuo sobre si hay un nivel alto suficiente de evidencia para establecer la efectividad de estos intervenciones (Sanson-Fisher et al., 2012).Las barreras incluyen un reclutamiento insuficiente de participantes, dificultades en la comparación de estudios que usan resultados (ansiedad, depresión, distress, trastorno de estrés postraumático, calidad de vida, necesidades insatisfechas, el miedo a la recurrencia del cáncer y la satisfacción con la atención) y medidas de resultado diferentes, adecuación del diseño de investigación, dificultad en la creación y gestión de equipos de investigación con experiencia multidisciplinaria, falta de incentivos para los investigadores, desafíos de los sistemas de salud (insuficiencia de recursos) y falta de acuerdo sobre las cuestiones fundamentales de la investigación. Para fortalecer la evidencia, son necesarios más estudios de intervención que empleen diseños de investigación metodológicamente rigurosos. Se propone fomentar ensayos multicéntricos mediante red de centros colaboradores. El objetivo de este trabajo es describir la literatura sobre la eficacia de las intervenciones psicosociales en pacientes con cáncer. 16 3. Metodología El objetivo de este informe es presentar las revisiones sistemáticas y metaanálisis de los estudios sobre las intervenciones psicosociales en pacientes de cáncer, publicadas en la literatura científica. Se pretende mostrar los métodos y los resultados correspondientes de estas revisiones. Dada la amplitud de la pregunta planteada, y a la existencia de un gran número de revisiones disponibles publicadas recientemente, se decidió centrar la búsqueda de la literatura en revisiones sistemáticas, más que estudios primarios. Estas revisiones e incluirían los estudios primarios de mayor calidad, y permitirán obtener una imagen amplia de una situación compleja, como son las intervenciones psicosociales en el cáncer. Las revisiones sistemáticas constituyen un modo rápido y seguro de conocer las últimas evidencias, al integrar integrar los estudios empíricos que se han llevado a cabo sobre ella. Si en este proceso de integración se aplican métodos estadísticos sobre los resultados de los estudios, entonces esta revisión sistemática se denomina meta-análisis. En el ámbito de la intervención psicosocial el meta-análisis permite determinar qué programas son más efectivos, bajo qué condiciones y para qué tipos de participantes, receptores o pacientes. 4 Para la identificación de las revisiones se ha realizado una búsqueda bibliográfica, manual y automatizada, durante los últimos años (desde el año 2004 hasta enero de 2013). Se han consultado las bases de datos MEDLINE, a través de Pubmed. La recuperación de los estudios se realizó atendiendo a los siguientes criterios de inclusión: - Tipo de estudio: Cualquier diseño que fuera una revisión narrativa, revisión sistemática y/o meta-análisis. Participantes: Personas diagnosticas de cáncer. Tipo de intervención: Intervenciones psicosociales y/o intervenciones psicológicas. 4 Puesto que no todas las revisiones sistemáticas de la bibliografía han de incluir necesariamente un meta-análisis, en la actualidad se recomienda utilizar ambos términos para acuñar distintas realidades. Así, se suele hablar de revisión sistemática para referirse al proceso de identificar sistemáticamente y evaluar varios estudios del mismo tipo y con un objetivo común, mientras que por meta-análisis nos referiremos habitualmente al conjunto de técnicas estadísticas mediante las cuales se combinan los resultados de estos estudios para obtener parámetros de medida globales (Pértega y Pita, 2005). 17 - Estudios publicados en inglés. El procedimiento de este informe se describe a continuación. Se realizó una primera selección de los artículos mediante la lectura de título y abstract. Con la lectura del texto completo se revisaron aquellos que cumplían los criterios de inclusión. Se diseñó una tabla para sintetizar la información del conjunto de artículos analizados en este informe, atendiendo a una serie de características (autor, año, diseño de estudio, población, intervenciones incluidas, resultados evaluados, número de estudios, conclusiones y evidencia informada). Además se ha resumido la información proporcionada de cada artículo en una tabla con los siguientes apartados: criterios de selección, bases de datos consultadas, número de estudios incluidos, referencias a otras revisiones sistemáticas (si hubieran aparecido) y resultados. Este último apartado se refiere tanto a los resultados de las intervenciones estudiadas, efectos de las medidas y las limitaciones. 4. Resultados Del conjunto de la literatura científica revisada, se han considerado para su inclusión en este informe un total de 13 artículos cuyo diseño de estudio ha sido una revisión sistemática (RS), con síntesis narrativa, o un meta-análisis (MA) (ver tabla 1). Sólo 4 artículos presentan un MA. El primer artículo es del año 2004. Se ha incluido un artículo para cada uno de estos años, 2005 y 2006; cuatro artículos del año 2008, uno del 2009, otro del 2010, uno de 2011 y dos del 2012. Finalmente, el más reciente de 2013. En cuanto a las características de la población estudiada, se define una cierta variedad. La muestra con mayor presencia es la de pacientes adultos de CA. También hay un estudio con muestra de sobrevivientes de cáncer, otro con mujeres con CA de mama metastásico, uno con pacientes de CA avanzado incurable, otro con pacientes de CA que reciben tratamiento activo, y uno con pacientes de CA con síntomas depresivos elevados. Las intervenciones se denominan de forma diversa (psicológicas, psicoterapéuticas, no farmacológicas-psicosociales), y recogen un amplio abanico de perspectivas, técnicas y terapias: terapia de comportamiento, terapia cognitivo-conductual, educación, counselling, grupos de apoyo, etc. En la mayoría de estudios se evalúan múltiples resultados, salvo cuatro estudios (sólo figuran como resultado calidad de vida, supervivencia, fatiga y síntomas depresivos). Un estudio combina resultados físicos y resultados psicológicos. Los resultados analizados se distribuyen de la siguiente manera: 18 - - Depresión y ansiedad, en siete estudios: Osborn (2006), Jacobsen (2008), Akechi (2008), Raingruber (2011), Linden (2012), Hart (2012) y Faller (2013). Calidad de vida, en cinco estudios: Uitterhoeve (2004), Rodgers (2005), Osborn (2006), Raingruber (2011) y Faller (2013). Dolor, en dos estudios: Rodgers (2005) y Osborn (2006). Fatiga, en dos estudios: Kangas (2008) y Goedendorp (2009). Supervivencia, en dos estudios: Rodgers (2005) y Ewards (2008). Alianza terapéutica: Schnur (2010). La mayor parte de los artículos incluyen estudios con ECA. Sólo unos pocos incorporan estudios no aleatorios. Un artículo incluye revisiones sistemáticas, y dos artículos, meta-análisis. El número de estudios incluidos en cada artículo es muy variable: 5, 6, 8,10, 14, 15, 19, 27. Sólo dos estudios tienen un mayor número: 108 y 198 estudios. En general, a pesar de que la mayoría de los estudios informa sobre una limitada evidencia, se menciona una mejora de los resultados, en mayor o menor medida (ver tablas sucesivas de los 13 artículos que se han descrito en el informe). 19 Tabla 1. Características de los estudios incluidos (n=13) AUTOR Uitterhoeve 2004 Rodgers 2005 Osborn 2006 Jacobsen 2008 Kangas 2008 Edwards 2008 Akechi 2008 DISEÑO ESTUDIO RS RS POBLACIÓN INTERVENCIONES INCLUIDAS RESULTADOS EVALUADOS Pacientes adultos de CA en estado avanzado Counselling, terapia de comportamiento, educación e información, apoyo social o combinación de varias QoL Pacientes con cualquier tipo de CA Terapia cognitivo-conductual, psicoterapia, manejo ansiedad/depresión/stress, counselling, terapia familiar, educación, técnicas de relajación, apoyo social Físicos: supervivencia, náuseas, vómito, dolor o QoL. Psico: depresión o ansiedad Nº DE ESTUDIOS CONCLUSIONES EVIDENCIA 10, que incluyeron 13 ECA 12 ECA evaluaron la terapia conductual, con efectos positivos en 1 o más indicadores de QoL. Principal beneficio: mejora de la depresión y sentimientos de tristeza. La mayoría de los efectos fueron de pequeña magnitud, no está claro si son clínicamente significativos. Apoyo de la recomendación de terapia de comportamiento Limitada 22 RS Efectos sobre resultados como la depresión. Los efectos relativos de los diferentes tipos de tratamiento (CBT vs counselling) fueron inconsistentes. Ningún efecto beneficioso en resultados físicos Limitada MA Sobrevivientes de CA Terapia cognitivo-conductual y educación Depresión, ansiedad, dolor, función física y QoL 15 ECA RS Pacientes adultos de CA Cognitivo-conductual, psicoeducativa, counseling, etc. Ansiedad y depresión 14(aleatorios y no aleatorios) RS y MA Pacientes adultos de CA No farmacológicas: psicosociales y ejercicio Fatiga y vigor/vitalidad 108: 68 ECA, 9 ECNA y 32 estudios antesdespués RS Mujeres con CA de mama metastásico Intervenciones psicológicas: educativas, cognitivo-conductuales con grupo de apoyo Supervivencia 5 ECA Pacientes de CA avanzado incurable Intervenciones psicoterapéuticas, mediante comunicación verbal directa o interactiva, por profesionales de la asistencia sanitaria Depresión, ansiedad, trastorno psicológico general 10 ECA RS y MA CBT eficaz en depresión, ansiedad y QoL. EP no se relacionó con mejores resultados. Relación CBT con depresión y ansiedad (efectos a corto plazo) y QoL (efectos a corto y largo plazo). Más eficacia de intervenciones de carácter individual que de grupo. Enfoques de CBT ( individual) pueden ayudar a los sobrevivientes de CA en la reducción de estrés emocional y mejorar QoL 8/14 publicaciones: eficacia para la ansiedad (6/8 conclusiones positivas). 13/14 publicaciones: eficacia para la depresión. Muchos estudios evaluaron ansiedad y depresión. 9/13 conclusiones positivas Ambas intervenciones tienen beneficio clínicamente significativo para la fatiga pero no estaba claro cuál era más eficaz Los beneficios son evidentes sólo para algunos de los resultados psicológicos y en el corto plazo. Los efectos sobre la supervivencia no son estadísticamente significativos La psicoterapia puede ser útil para mejorar una amplia variedad de trastornos psicológicos, excepto la ansiedad Limitada Limitada Limitada Limitada Limitada 20 Tabla 1. Características de los estudios incluidos (n=13) (continuación) AUTOR DISEÑO ESTUDIO POBLACIÓN INTERVENCIONES INCLUIDAS RESULTADOS EVALUADOS Nº DE ESTUDIOS RS Pacientes de CA que reciben tratamiento activo Psicoterapia, psicoeducación, terapias conductuales, auto-ayuda, apoyo grupal, relajación, manejo estrés Fatiga 27 ECA RS Pacientes de CA Intervenciones con técnicas verbales, en el contexto de relación interpersonal Alianza terapéutica, empatía, colaboración y cohesión 8 (aleatorios y no aleatorios) Raingruber 2011 RS Pacientes adultos de CA, cualquier tipo o etapa, que viven en casa Cognitivo-conductuales, intervenciones de apoyo, en grupo, o asistidas por teléfono. Depresión Ansiedad Calidad de vida 19 ECA Linden 2012 RS Pacientes de CA Terapia psicológica, psico-educación, terapia conductual Ansiedad y depresión 14 MA Hart 2012 RS Pacientes de CA con síntomas depresivos elevados Intervenciones psicoterapéuticas Síntomas depresivos 6 ECA RS y MA Pacientes adultos cualquier tipo CA, estadio y tratamiento Intervenciones psicológicas: educación, estrategias de afrontamiento, psicoterapia y relajación Distress emocional y QoL. Resultados secundarios: ansiedad y depresión 198 ECA 172 en MA Goedendorp 2009 Schnur 2010 Faller 2013 CONCLUSIONES La efectividad de intervenciones específicas para la fatiga fue significativamente mayor (80%) que en las intervenciones no específicas para la fatiga (14%). En 5 estudios, las intervenciones se centraron específicamente en la fatiga, en 4 fueron efectivas Sólo 2/8 publicaciones midieron la relación de variables. El estudio de la relación terapéutica parece bastante raro en la literatura de psicoterapia del CA 11/19 estudios mostraron resultados positivos, 4 mostraron resultados positivos después de realizar un análisis post hoc. Resultados consistentes en más de un estudio incluyen disminución de la depresión, ansiedad, mejor QoL y estado funcional Los efectos de tratamiento son siempre positivos, pero varían mucho en magnitud. Se carece de evidencia para cuestiones importantes, en particular los efectos diferenciales de distintos tipos y etapas del CA La efectividad en la reducción de síntomas depresivos es mayor después de la intervención que en el grupo control. Análisis de subgrupos mostraron que la terapia cognitivo-conductual parece más eficaz que la de resolución de problemas. Tamaño de efecto moderado Efectos significativos pequeños y medios para psicoterapia individual, de grupo, y psicoeducación. Efectos mantenidos en el medio (≤6 meses) y largo plazo (más 6 meses). Efectos a corto plazo para los ejercicios de relajación. Efecto moderador de la variable "duración de la intervención," con intervenciones de más tiempo se producen efectos más sostenidos. Varios tipos de intervenciones se asocian a efectos significativos, pequeños y medianos sobre la angustia emocional y la calidad de vida. EVIDENCIA Limitada - Limitada Limitada Limitada Limitada 21 AUTOR, AÑO Uitterhoeve et al., 2004 La revisión se centra en la eficacia de las intervenciones psicosociales en la calidad de vida (QoL) de los pacientes de cáncer avanzado. Formulación de hipótesis: los pacientes se beneficiarán de las intervenciones psicosociales mediante la mejora de la calidad de vida, especialmente en el dominio de funcionamiento emocional. Las intervenciones psicosociales incluyen counselling, terapia de comportamiento, educación e información, apoyo social o una combinación de intervenciones. Para la calidad de vida se operó con medidas globales y medidas relativas al funcionamiento emocional del paciente, funcionamiento social, funcionamiento físico y preocupaciones existenciales o espirituales. Método de RS y síntesis narrativa. Búsqueda de la literatura publicada entre 1990 y 2002. CRITERIOS DE SELECCIÓN Estudios controlados con intervención psicosocial. Población pacientes adultos (mayores de 18 años) con cáncer en estado avanzado (IV), con una o más dimensiones de QoL en medidas de resultado. BASES DE DATOS CONSULTADAS MEDLINE (1989-2002) PsycInfo (1988-2002) Cinahl (1982-2002) Nº ESTUDIOS INCLUIDOS 10 estudios aleatorios controlados que incluyeron 13 ensayos. REFERENCIAS A OTRAS RS En la última década varias RS se han publicado sobre la efectividad de las intervenciones psicosociales en pacientes con cáncer. - Trijsburg et al., 1992 - Devine y Westlake, 1995 - Meyer y Mark, 1995 - Sheard y Maguire, 1999 - Barsevick et al., 2002 - Newell et al., 2002 Cada revisión tenía objetivos algo diferentes, por ejemplo, los resultados de interés entre revisiones oscilaron entre supervivencia y resultados inmunológicos. Cada revisión empleó diferentes criterios de inclusión. A pesar de la estas diferencias, parece que las intervenciones psicosociales pueden ayudar en cierta medida. Ninguna revisión se centró en los efectos en pacientes con cáncer en estado avanzado de la enfermedad. RESULTADOS Las intervenciones y medidas de resultado entre los estudios fueron heterogéneas. Respecto a la medida de resultados, la dimensión QoL de funcionamiento emocional se midió con mayor frecuencia. En 12 ensayos que evaluaron la terapia conductual se encontraron efectos positivos en uno o más indicadores de calidad de vida, el principal beneficio es una mejora de la depresión y sentimientos de tristeza. La mayoría de los efectos fueron de pequeña magnitud, no está claro si estos efectos son clínicamente significativos. Sin embargo, como los cambios reflejados en la medidas son importantes para los pacientes con cáncer avanzado (aliviar la angustia o mejora del paciente) en la vida diaria, pequeños efectos pueden ser clínicamente significativos. El tipo más frecuente de intervención psicosocial fue la terapia de comportamiento, como intervención aislada o combinada. Los resultados de la revisión apoyan la recomendación de terapia de comportamiento en la atención a pacientes con cáncer avanzado. Respecto a las limitaciones, había problemas con la validez de los resultados. La evidencia es limitada. Aunque el rigor científico es necesario, hay que tener en cuenta las circunstancias de la atención de los pacientes con cáncer avanzado. 22 AUTOR, AÑO Rodgers et al., 2005 Los tipos de intervenciones evaluadas incluyen la terapia cognitivo-conductual, psicoterapia, counselling, manejo del estrés, atención psicoeducativa, terapia familiar y terapia de relajación. Los objetivos de la revisión son: a) examinar los tipos de intervenciones psicosociales que se han utilizado con personas que sufren cáncer, b) evaluar los efectos de estas intervenciones sobre los resultados físicos (supervivencia, bienestar, por ejemplo nausea, vómito y/o dolor, o QoL), resultados psicológicos (tanto depresión o ansiedad), c) evaluar la calidad metodológica de las revisiones sistemáticas incluidas. Método de RS y síntesis narrativa. CRITERIOS DE SELECCIÓN Revisión Sistemática. Pacientes con cualquier tipo de CA. Evaluación de una o más intervenciones psicosociales: terapia cognitivo-conductual (CBT) u otro tipo (psicoterapia, manejo de la ansiedad, de la depresión o del stress, counselling, terapia familiar, educación, técnicas de relajación, apoyo social). BASES DE DATOS CONSULTADAS Cochrane Database of Systematic Reviews (CDSR) DARE National Research Register, EMBASE, Health Technology Assessment Database SIGN Guidelines, National Guideline Clearinghouse, National Coordinating Centre for Health Technology Assessment, NICE web page HSTAT TRIP ScHARR Lock’s Guide to the Evidence Clinical Evidence and Health Evidence Bulletins Wales Nº ESTUDIOS INCLUIDOS 22 RS que evalúan los efectos de la intervención psicosocial en cáncer con un total de 336 publicaciones. (*) RESULTADOS En general, las revisiones de las intervenciones psicosociales en pacientes con CA indican que son susceptibles de producir algún efecto beneficioso sobre el distress o el ajuste emocional de los pacientes. Los efectos sobre resultados específicos, como la depresión, son claros. Los resultados sobre los efectos relativos de los diferentes tipos de tratamiento (CBT vs counselling) fueron inconsistentes. Los resultados de revisiones que investigan resultados físicos en su mayoría no detectaron ningún efecto beneficioso de la intervención, aunque no hay suficiente evidencia para determinar si los efectos pequeños pudieran existir. Debido a las limitaciones considerables de las revisiones, se proponen recomendaciones para revisiones futuras en este ámbito. Según Devine y Westlake se requiere de una mejor presentación de las características del diseño de estudio, los participantes y las intervenciones. Recomiendan que los múltiples tratamientos se comparen en el mismo estudio para que los efectos relativos de diferentes tipos de atención psicoeducativa se puedan evaluar. Barsevick menciona la necesidad de ECA comparando directamente la terapia conductual con la psicoterapia counselling, que los ECA incluyan sólo pacientes con depresión al inicio del estudio para ver más el manejo que su prevención, y que se puedan evaluar los efectos de la intensidad/duración de la intervención. (*) Esta revisión incluye intervenciones psicosociales en cáncer (22RS), en enfermedad coronaria (10RS), y en ambas (3). 23 AUTOR, AÑO Osborn, 2006 El objetivo del estudio ha sido investigar los efectos de la terapia cognitivo-conductual (CBT) y la educación del paciente (PE) en la depresión, ansiedad, dolor, función física y QoL de los sobrevivientes adultos de cáncer. La CBT con sobrevivientes de CA suelen incluir el manejo de estrés y resolución de problemas. La PE incluye típicamente información respecto a la enfermedad o síntomas, manejo de síntomas, discusión de las opciones de tratamiento y puede incluir el uso de folletos, vídeos u otros materiales. El período de tiempo seleccionado es 1993-2004. CRITERIOS DE SELECCIÓN ECA de terapia cognitiva conductual y educación del paciente. BASES DE DATOS CONSULTADAS MEDLINE PSYCHINFO Cochrane Database Nº ESTUDIOS INCLUIDOS 15 estudios, el tamaño de la muestra fue de 1492 adultos sobrevivientes de cáncer. REFERENCIAS A OTRAS RS Anteriores meta-análisis sobre los efectos de este tipo de intervenciones en sobrevivientes de CA han informado resultados modestos. RESULTADOS El tamaño de la muestra fue de 1.492 sobrevivientes adultos de cáncer con un rango de edad de 18-84 años. 790 fueron asignados al azar al grupo intervención y 702 al grupo control. La terapia cognitivo-conductual ha variado en duración. La intervención educación del paciente varió de una sola sesión de 20 minutos semanales a 6 sesiones de una hora. El seguimiento osciló entre 1 semana y 14 meses. La CBT fue eficaz para la depresión, la ansiedad y QoL. La calidad de vida ha mejorado tanto a corto como a largo plazo. La educación del paciente no se relacionó con mejores resultados. La terapia cognitiva conductual se ha relacionado con efectos a corto plazo en la depresión y la ansiedad, y tanto a corto como a largo plazo en la QoL. Las intervenciones de carácter individual fueron más eficaces que las de grupo. Diversos enfoques de la CBT en formato individual pueden ayudar los sobrevivientes de cáncer en la reducción de estrés emocional y mejorar la calidad de vida. Las limitaciones se refieren a que los estudios incluyen muestras heterogéneas de pacientes de cáncer tanto en el diagnóstico como estadio de la enfermedad, entre otras. 24 AUTOR, AÑO Jacbosen, 2008 Existe un reconocimiento creciente de que la atención psicosocial es una parte importante de la atención integral de las personas diagnosticadas de CA. El objetivo de la revisión es describir la evidencia en la atención psicosocial para controlar la ansiedad y la depresión en adultos con cáncer. Posibles fuentes son problemas de diagnóstico de CA previo, reacciones a un diagnóstico grave, la presencia de síntomas desagradables (dolor, náuseas y fatiga), preocupaciones sobre interrupciones en planes de vida, disminución de la calidad de vida y recurrencia o progresión de la enfermedad, efectos fisiológicos de determinados tratamientos sobre el sistema nervioso central. Aunque las estimaciones de prevalencia de ansiedad y depresión varían mucho, según los métodos de evaluación y las diferencias entre pacientes (por la edad y gravedad de la enfermedad), la evidencia sugiere que son algunos de los síntomas más comunes en los pacientes. CRITERIOS DE SELECCIÓN Estudios aleatorios y no aleatorios. BASES DE DATOS CONSULTADAS MEDLINE PsycINFO Nº ESTUDIOS INCLUIDOS 14 publicaciones. RESULTADOS 8 de las 14 publicaciones ofrecieron conclusiones sobre la eficacia de las intervenciones psicosociales para la ansiedad en pacientes con cáncer. 6 de las 8 publicaciones llegaron a conclusiones positivas. 13 de las 14 publicaciones identificaron conclusiones sobre la eficacia de las intervenciones en la depresión. Estas publicaciones se superponen con las examinadas para la ansiedad. Muchos estudios evaluaron ansiedad y depresión como resultados. 9 de las 13 publicaciones muestran conclusiones positivas. El número y variedad de ECA realizados muestran la amplitud de la investigación sobre intervenciones psicosociales para el manejo de la ansiedad y depresión en adultos con CA. No obstante, las diferencias en los alcances y los métodos utilizados para resumir los resultados entre los estudios limitan las conclusiones. Debilidades en la evidencia en 4 áreas principales: a) Lagunas en la literatura respecto a los beneficios psicosociales para pacientes con ciertas características demográficas, enfermedad, tipo de cáncer y tratamiento. La mayoría de los estudios se basan en muestras con varios tipos diferentes de CA. A excepción del cáncer de mama, son muy pocos los estudios que se limitan a un solo tipo de CA. b) La presencia de hallazgos inconsistentes, que se puede atribuir en parte a las diferencias entre los estudios, el número y el momento de realizar las evaluaciones de los resultados, las medidas de resultado utilizadas, el número y contenido de las sesiones de intervenciones. Se necesita adoptar medidas de resultados comunes y una terminología común para describir el formato y contenido de las intervenciones. c) La calidad de los estudios. Los problemas son también evidentes cuando la metodología de estudio está descrita adecuadamente. d) La falta de investigación sobre los pacientes que experimentan niveles clínicamente significativos de ansiedad y depresión. El desafío es traducir la abundancia de información en recomendaciones pertinentes para la práctica clínica. Se proponen tres recomendaciones: Los estudios deben ser informados por el creciente cuerpo de investigaciones que demuestran que los pacientes tienden a experimentar un conjunto de síntomas más que síntomas aislados. Las intervenciones deben ser evaluadas en combinación con otras intervenciones (ej. farmacoterapia) para el manejo de la ansiedad y depresión. Es necesario que se evalúe todo el proceso a través de que los pacientes puedan recibir una intervención psicosocial en la práctica clínica. 25 AUTOR, AÑO Kangas et al., 2008 Se llevó a cabo una revisión sistemática de la literatura sobre intervenciones no-farmacológicas (psicosociales y ejercicio) destinadas a mejorar la fatiga relacionada con el cáncer y los síntomas asociados (vigor / vitalidad) en pacientes. El objetivo es evaluar la efectividad de las intervenciones psicosociales y ejercicio físico para reducir la fatiga y mejorar el vigor y la vitalidad en pacientes adultos (mayores de 18 años) con cáncer. BASES DE DATOS CONSULTADAS CANCERLIT CINAHL EMBASE MEDLINE PsycINFO CRITERIOS DE SELECCIÓN ECA, ensayos controlados no aleatorios (ECNA), estudios antes y después, para cualquier tipo y etapa del cáncer, y en cualquier fase del tratamiento o recuperación. En los estudios incluidos, un grupo de estudio tuvo que recibir una intervención no farmacológica, y los síntomas de fatiga o afines (cansancio, letargo, vigor, vitalidad o energía) tuvieron que ser informados como una medida de resultado primaria o secundaria. La mayoría de los estudios incluyeron participantes con una variedad de diagnósticos de cáncer o se limitaron a mujeres con cáncer de mama. Etapas variadas del cáncer. En la mitad de los estudios, los participantes estaban recibiendo tratamiento convencional. La revisión incluyó una amplia gama de intervenciones psicosociales y el ejercicio, administrados en una variedad de entornos individual o grupal. La duración de las intervenciones psicosociales era muy variable. También la duración de las intervenciones de ejercicios. Los controles recibieron un placebo o ninguna intervención, o estaban en lista de espera. Nº ESTUDIOS INCLUIDOS 108 estudios: 68 ECA, 9 ECNA y 32 estudios antes y después. 57 ECA (n = 4.621 pacientes) fueron meta-analizados. RESULTADOS Tanto las intervenciones psicosociales como el ejercicio son de beneficio clínicamente significativo para la fatiga relacionada con el cáncer, pero no estaba claro cuál era más eficaz. Las conclusiones deben interpretarse con cautela, por los problemas metodológicos de la revisión, en especial el hecho de no abordar adecuadamente la heterogeneidad estadística entre los estudios. Las principales limitaciones son la falta de información adecuada de ocultamiento (72% de los ECA psicosociales, el 41% ECA ejercicios) o evaluación cegada de los resultados (85% de los estudios psicosociales). Intervención psicosocial en comparación con los controles: En general el 24% de 50 comparaciones aleatorias relevantes informó de resultados positivos para la fatiga con intervenciones psicosociales, el 30% reportó resultados positivos para los resultados de vigor / vitalidad. Los resultados detallados de los análisis de subgrupos también fueron reportados. Todos los resultados fueron heterogéneos. En vista de los problemas metodológicos, en particular la falta de evaluación de heterogeneidad estadística entre los estudios, las conclusiones de deben interpretarse con cautela. 26 AUTOR, AÑO Edwards et al., 2008 El objetivo es evaluar los efectos de las intervenciones psicológicas (educativas, cognitivo-conductuales individuales o psicoterapéuticas, o grupo de apoyo) en resultados psicológicos y de supervivencia para las mujeres con cáncer de mama metastásico. CRITERIOS DE SELECCIÓN ECA de intervenciones psicológicas para las mujeres con cáncer de mama metastásico. Los estudios que no eran 'intención de tratar' t se incluyeron debido a la naturaleza del grupo de pacientes en estudio y la probable pérdida máxima de datos de seguimiento. BASES DE DATOS CONSULTADAS Cochrane Breast Cancer Group Specialised Register (septiembre de 2007) MEDLINE (1966-septiembre 2006) CINAHL (1982-septiembre 2006) PsycInfo (1974-septiembre 2006) SIGLE (1980-septiembre 2006) Nº ESTUDIOS INCLUIDOS 5 ECA, 511 mujeres RESULTADOS Cinco estudios primarios (511 mujeres) han identificado todas las intervenciones psicológicas de grupo. Dos de ellos eran intervenciones cognitivo-conductual y tres eran de terapia de apoyo-expresiva terapia. Los cinco estudios de terapias psicológicas de grupo mostraron evidencia muy limitada de beneficio derivado de estas intervenciones. Aunque hubo evidencia de beneficio a corto plazo para algunos resultados psicológicos, en general éstos no se mantuvieron en el seguimiento. Un modelo más claro de los resultados psicológicos no se pudo discernir. En los estudios se utilizó una amplia variedad de medidas de resultado y de duraciones de seguimiento. Los posibles mayores tiempos de supervivencia en las mujeres asignadas a recibir la intervención psicológica en el estudio inicial no se han replicado en los siguientes cuatro estudios, y en general los efectos de estas intervenciones sobre la supervivencia no son estadísticamente significativas. Se concluye que no hay suficiente evidencia para sostener que las terapias psicológicas de grupo (ya sean cognitivo-conductual o de apoyo expresivo) deban estar disponibles para todas las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama metastásico. Los beneficios de las intervenciones son evidentes sólo para algunos de los resultados psicológicos y en el corto plazo. 27 AUTOR, AÑO Akechi et al., 2008 Los estados depresivos suponen complicaciones frecuentes en pacientes de CA y son más frecuentes en pacientes con CA avanzado. Los resultados de diversas RS sobre la efectividad de la psicoterapia para tratar los estados depresivos son contradictorios, y no se centraron en pacientes con CA avanzado. El objetivo es investigar los efectos de la psicoterapia en el tratamiento de la depresión también de la ansiedad, de trastornos psicológicos en general, la calidad de vida, la gravedad de los síntomas físicos como el dolor, entre los pacientes de CA avanzado, con cualquier diagnóstico primario de CA incurable. El término “psicoterapia” se define como diversas clases de intervenciones para mejorar o prevenir los trastornos psicológicos, realizadas mediante la comunicación verbal directa o interactiva, o ambas, por parte de profesionales de la asistencia sanitaria. BASES DE DATOS CONSULTADAS Registro del Grupo Cochrane de Dolor, Apoyo y Cuidados Paliativos (Cochrane Pain, Palliative and Supportive Care Group) Registro Cochrane de Ensayos Controlados (Cochrane Controlled Trials Register) MEDLINE EMBASE CINAHL PsycINFO CRITERIOS DE SELECCIÓN ECA que comparan cualquier clase de psicoterapia con el tratamiento convencional. Nº ESTUDIOS INCLUIDOS 10 ECA, 780 participantes. RESULTADOS Los sujetos provenían de 3 grupos principales: pacientes con CA de mama metastásico, pacientes que habían recibido algún tipo de cuidados paliativos y diversos pacientes con CA avanzado. Las intervenciones fueron diversas. Se utilizaron los datos de seis estudios para los meta-análisis (292 pacientes en el brazo de psicoterapia y 225 pacientes en el brazo de control). Entre estos seis estudios, cuatro usaron psicoterapia de apoyo, uno usó terapia cognitivo-conductual y uno adoptó una terapia de resolución de problemas. Al comparar la psicoterapia con el tratamiento habitual, se la asoció con una disminución significativa en la puntuación de depresión (DME = -0,44; intervalo de confianza [IC] del 95% = -0,08 a -0,80). Los estudios no se centraron en los pacientes con depresión clínicamente diagnosticada. Los resultados respecto a la ansiedad y los trastornos psicológicos generales fueron similares a los de la depresión, aunque los resultados para la ansiedad no lograron significación estadística. Estos resultados sugieren que la psicoterapia puede ser útil para mejorar una amplia variedad de trastornos, a excepción de la ansiedad. Ninguno de los estudios cumplió los criterios de calidad para una calificación óptima. La calidad de la mayoría de los estudios fue problemática. Limitaciones de la revisión: estudios con tamaños de muestra pequeños, sólo un reducido número de estudios (6) se incluyó en el meta-análisis y los resultados no se pueden aplicar a los pacientes de CA avanzado con depresión clínicamente diagnosticada. 28 AUTOR, AÑO Goedendorp et al., 2009 La fatiga es un síntoma común en los pacientes de cáncer que reciben tratamiento activo. Hay un número limitado de revisiones que evalúan las intervenciones para la fatiga durante el tratamiento activo, y se limitan a los pacientes de cáncer avanzado, o a los pacientes durante la radioterapia. No existe una revisión sistemática de las intervenciones psicosociales para la fatiga durante el tratamiento del cáncer. El objetivo es evaluar si las intervenciones psicosociales son eficaces en la reducción de la fatiga (medida de resultado) en pacientes con cáncer que reciben tratamiento activo, y qué tipos de intervenciones psicosociales son las más efectivas. BASES DE DATOS CONSULTADAS Cochrane Central Register of Controlled Trials (CENTRAL) PUBMED MEDLINE EMBASE CINAHL PsycINFO CRITERIOS DE SELECCIÓN Ensayos controlados aleatorios. Nº ESTUDIOS INCLUIDOS 27 estudios, con un total de 3324 participantes. RESULTADOS Siete estudios informaron efectos significativos de la intervención psicosocial en la fatiga. En tres estudios el efecto se mantuvo durante el seguimiento. La calidad de los estudios fue en general moderada. Los tamaños del efecto variaron entre 0,17 a 1,07. La efectividad de las intervenciones específicas para la fatiga fue significativamente mayor (80%) en comparación con las intervenciones no específicas para la fatiga (14%). En cinco estudios, las intervenciones se centraron específicamente en la fatiga, siendo efectiva en cuatro estudios. Las cinco intervenciones fueron breves, constaban de tres sesiones individuales, facilitadas por enfermería (oncología). En general, en estas intervenciones los participantes fueron informados sobre la fatiga, se les enseñó en el autocuidado o técnicas de afrontamiento. De los restantes 22 estudios sólo tres fueron eficaces para reducir la fatiga, y estas intervenciones tuvieron un enfoque más general. Estas intervenciones estaban dirigidas a distress psicológico, el estado de humor, síntomas físicos, y variaron mucho en duración y contenido. Los autores concluyen que existe evidencia limitada de que las intervenciones psicosociales durante el tratamiento del cáncer sean eficaces para reducir la fatiga. En la actualidad, las intervenciones psicosociales específicamente para la fatiga son un tipo de intervención prometedora. Sin embargo, no existe evidencia sólida para la efectividad de las intervenciones no específicas para la fatiga. La mayoría de las características de los estudios incluidos fueron heterogéneas, por lo que no se pudo establecer qué otros tipos de intervenciones o elementos son esenciales para reducir la fatiga. 29 AUTOR, AÑO Schnur et al., 2010 Se revisaron de forma sistemática (desde noviembre de 2008) los efectos de 4 factores, relacionados con la relación terapéutica (la alianza terapéutica, la empatía, el objetivo de consenso/colaboración y la cohesión de grupo) en los resultados de las intervenciones psicoterapéuticas en personas que viven con CA. No ha habido ninguna revisión sistemática de la literatura sobre la asociación entre los factores enumerados y el resultado de la psicoterapia en personas con CA. La alianza terapéutica se refiere a la participación de un acuerdo entre terapeuta y paciente en los objetivos de tratamiento, las tareas necesaria para lograr las metas y el sentido de vínculo personal entre el terapeuta el paciente. La empatía se describe como la capacidad sensible del terapeuta y la voluntad de comprender los pensamientos de los clientes, sentimientos y luchas desde el punto de vista del paciente. El objetivo de un consenso se define como un acuerdo paciente-terapeuta en los objetivos terapéuticos y las expectativas para la terapia. Cohesión es uno de los factores que contribuye a los efectos beneficiosos de la terapia de grupo. Se incluye intervenciones psicoterapéuticas con técnicas verbales, que se producen en el contexto de una relación interpersonal con el fin de permitir la evaluación. Se excluyen las intervenciones que no son principalmente verbales (terapia del arte, musicoterapia, terapia de masaje, el ejercicio, la danza y la terapia del movimiento, aromaterapia, reflexología), otras como, la escritura expresiva, biblioterapia y grabaciones de audio). CRITERIOS DE SELECCIÓN Estudios aleatorios y no aleatorios. BASES DE DATOS CONSULTADAS PubMed PsycINFO CINAHL Nº ESTUDIOS INCLUIDOS 8 estudios REFERENCIAS A OTRAS RS Existe variabilidad reconocida en la supuesta efectividad de las intervenciones psicoterapéuticas en pacientes con CA: Stanton (2006), Jacbosen y Jim (2008), Andryskowki (2006) y Lepore y Coyne (2006): Las RS no proporcionan ninguna evidencia convincente de las intervenciones para la reducción de diferentes resultados de distress en CA. RESULTADOS Sólo 8 estudios examinaron la asociación entre los factores de la relación terapéutica y los resultados de la psicoterapia en cáncer. Sólo dos de estos estudios midieron directamente la relación de variables. Por tanto, el estudio de la relación terapéutica parece ser bastante raro en la literatura de psicoterapia del CA, ésta ha prestado atención a otros factores comunes como la esperanza y las expectativas de respuesta. Existe una gran desconexión con la literatura de la psicoterapia en general, donde no sólo existen numerosos artículos sino también meta-análisis. Las directrices publicadas por la American Psychological Assocation indican que las descripciones de las psicoterapias efectivas que no incluyan información acerca de la relación terapéutica son “muy incompletas y potencialmente engañosas tanto por motivos clínicos como empíricos". Esta revisión pone en duda la rigurosidad de la literatura de psicoterapia en CA (literatura relativamente joven respecto a la literatura general). A menudo las investigaciones se centran principalmente en los efectos de las intervenciones, en lugar de hacerlo sobre los mecanismos que subyacen a tales efectos. 30 AUTOR, AÑO Raingruber, 2011 Las intervenciones psicosociales se han utilizado con éxito para minimizar el estrés, mejorar la calidad de vida, tratar la depresión y apoyar a los pacientes de CA a lo largo del diagnóstico y recuperación. El objetivo de esta revisión integradora es examinar si los estudios recientes (2006-2010) han demostrado la eficacia de las intervenciones psicosociales para los pacientes con cáncer. CRITERIOS DE SELECCIÓN ECA con pacientes adultos (mayores 18 años) de cáncer que viven en casa. Criterios de inclusión: pacientes con cualquier tipo o etapa de CA. Dado el número pequeño de estudios localizados, la revisión no se limitó a una medida de resultado específico como la depresión o calidad de vida. Agrupación en cuatro categorías: intervenciones cognitivo-conductuales, intervenciones de apoyo, intervenciones en grupo e intervenciones asistidas por teléfono. BASES DE DATOS CONSULTADAS Pub Med CINAHL Cochrane Library Nº ESTUDIOS INCLUIDOS 19 ECA. REFERENCIAS A OTRAS RS Revisiones de la literatura y meta-análisis han arrojado resultados contradictorios sobre la efectividad de las intervenciones. RESULTADOS 11 de los 19 estudios mostraron resultados positivos, mientras que 4 demostraron resultados positivos sólo después de realizar un análisis post hoc. Resultados consistentes en más de un estudio incluyen disminución de la depresión, de la ansiedad, mejor calidad de vida y mejor estado funcional. El tiempo de supervivencia en 2 estudios no se incrementó en el grupo intervención. La calidad de los estudios en general fue limitada. En 8 estudios la intervención no se describió adecuadamente, 7 estudios no contenían hipótesis, 4 estudios no incluían criterios claros de elegibilidad, 10 no asignaron al azar adecuadamente, 10 no aclaran las razones de los abandonos. Las variaciones entre las medidas de resultado, condiciones de tratamiento (estadio CA, tipo de tratamiento, lugar de tratamiento, enfoque grupal/individual), edad, origen étnico, y calidad metodológica hacen difícil extraer conclusiones de esta revisión sistemática e integrar los resultados de los ECA. Los estudios futuros deben basarse en los resultados anteriores, el uso de medidas comparables de resultados, y adherirse a los estándares de calidad de investigación, tales como los identificados en las guías CONSORT. Es importante identificar el tipo y la duración de la intervención. Se propone incluir la calidad de las medidas guías CONSORT. También identificar qué tipo de intervención y duración son efectivas y para qué población. 31 AUTOR, AÑO Linden, 2012 Existen desacuerdos en las conclusiones extraídas de la literatura, dos explicaciones hipotéticas son: baja calidad versus alta calidad de los estudios y las variaciones en el protocolo de quién es reclutado y cómo son tratados los pacientes. Esta revisión considera que la calidad de las revisiones puede ser una variable de confusión. El objetivo de esta meta-revisión es agregar y comparar resultados de revisiones anteriores (2000-2010) e intentar explicar la variación en los resultados observados. A parte de la calidad, se ha considerado la posibilidad de las siguientes variables mediadoras: tipo y estadio del cáncer, tipo de tratamiento, duración del tratamiento (dosis), cualidades de los terapeutas y el formato de intervención (grupal, individual, o de auto-ayuda) y detección versus no detección de puntuaciones elevadas en el resultado. CRITERIOS DE SELECCIÓN Meta-análisis. BASES DE DATOS CONSULTADAS MEDLINE Psyc Info Cumulative Index to Nursing Allied Health Literature Web of Science Nº ESTUDIOS INCLUIDOS 14 estudios. Variables moderadoras enumeradas previamente. REFERENCIAS A OTRAS RS Existencia de un gran debate sobre la eficacia de las intervenciones. A pesar de un gran número de EC y RS disponibles, las opciones están divididas. 3 estudios presentan interpretaciones optimistas de la evidencia acumulada, aunque con cautela: Jacobsen, Soellner y Andrykowski. Concluyen que una variedad de tratamientos cognitivos y psicoeducativos fueron eficaces en la reducción de la ansiedad y depresión. Sin embargo, también existe una gran heterogeneidad en la calidad de los estudios (Coyne y Lepore). RESULTADOS Aunque siempre a favor del tratamiento sobre el no tratamiento, los tamaños del efecto observados revelan la notable heterogeneidad en los resultados. Teniendo en cuenta que sólo 7 estudios contribuyeron cada uno a la clasificación de la calidad del diseño, con los tamaños del efecto para la ansiedad y depresión, no son posibles conclusiones definitivas. Los efectos de tratamiento son siempre positivos, pero también varían mucho en magnitud. Se carece de evidencia para cuestiones importantes, en particular los efectos diferenciales de distintos tipos y etapas del CA. Se señala el error de no incluir un criterio de selección de los pacientes que van a recibir tratamiento psicológico según grado de distress. Si se hiciera esto, y se incluyeran en los trabajos revisados a los pacientes con altos grados de distress, los resultados mostrarían hasta tres veces más de eficacia que lo que realmente hallan en sus análisis. Los intentos de agregar resultados a través de estudios y todos los grupos de pacientes son muy engañosos a causa de los efectos demostrados de tres variables moderadoras (efecto suelo, dosis y cualidades del terapeuta). Pocos estudios han tratado la posibilidad de resultados diferenciales por tipos diferentes de cáncer o estadio (la excepción es el cáncer de mama). El sexo del paciente también ha recibido poca atención. 32 AUTOR, AÑO Hart et al., 2012 Los pacientes de CA tienen un mayor riesgo de depresión en comparación con los individuos sin diagnóstico de cáncer, sin embargo, pocas intervenciones se dirigen a pacientes depresivos con cáncer. La depresión no sólo representa una carga psicológica en los adultos de CA, también conlleva consecuencias negativas de salud y de la conducta, incluyendo la falta de adherencia a los tratamientos médicos, mayor uso del servicio hospitalario, retraso en la incorporación al trabajo y posiblemente elevadas tasas de ideación suicida o suicidio, y mortalidad. El objetivo es examinar los ECA que evalúan la eficacia de las intervenciones psicoterapéuticas y farmacológicas (*) para síntomas depresivos en las personas diagnosticadas con cáncer. Esta revisión identifica las intervenciones existentes que pueden ser productivamente dirigidas a los pacientes de cáncer deprimidos, subraya las limitaciones en la literatura actual y propone orientaciones para la práctica clínica e investigación. CRITERIOS DE SELECCIÓN ECA. Criterios de ele elegibilidad: Participantes adultos con un diagnóstico de cáncer en el momento del ingreso al estudio. Síntomas depresivos elevados en el inicio del estudio. Asignación aleatoria a una o más intervenciones frente a la atención habitual, placebo, o condicióncontrol lista de espera. Síntomas depresivos evaluados como un resultado. BASES DE DATOS CONSULTADAS MEDLINE PsycINFO CINAHL EMBASE Cochrane Library Nº ESTUDIOS INCLUIDOS 6 ECA de intervenciones psicoterapéuticas (4 ensayos evaluaron terapia de resolución de problemas y 2 terapia cognitiva-conductual) y 4 ECA de intervenciones farmacológicas. Un ensayo atípico fue retirado del análisis (ECA de resolución de problemas). RESULTADOS La mayoría de los participantes fueron mujeres, la edad media 51 años. El nivel de educación y las características étnico-raciales variaron ampliamente. En ECA específicos de psicoterapia, la efectividad en la reducción de los síntomas depresivos es mayor después de la intervención que en el grupo control. Análisis de subgrupos mostraron que la terapia cognitivo-conductual parece más eficaz que la de resolución de problemas. La evidencia disponible sugiere que los pacientes que muestran síntomas elevados de depresión deben ser referidos para tratamiento. Las conclusiones respecto a la eficacia de intervención están limitadas por el pequeño número de ensayos existentes con datos disponibles, las diferencias entre los ensayos en algunas características (tamaño de la muestra, nivel de educación de los participantes, sexo, raza/etnia, etapa del cáncer y tiempo transcurrido después de los criterios de diagnóstico de CA, tipo de intervención y experiencia, tiempo de la intervención) y la falta de evaluación de la eficacia después de 24 meses de la asignación al azar en los en los ensayos de psicoterapia. Los datos disponibles son insuficientes para examinar si las intervenciones son diferencialmente efectivas para los individuos deprimidos con cánceres avanzados frente a la enfermedad en etapa temprana. El tamaño de efecto moderado deja espacio para la mejora del poder de las intervenciones en la mejora de la depresión. (*) Las intervenciones farmacológicas no son interés de estudio. 33 AUTOR, AÑO Faller et al., 2013 Un diagnóstico de cáncer supone un distress emocional significativo en una proporción sustancial de pacientes. Sin embargo, el beneficio de las intervenciones psico-oncológicas permanece poco claro. El objetivo es evaluar los efectos de las intervenciones de psico-oncología sobre la angustia emocional y la calidad de vida en pacientes adultos de cáncer. Esta RS, que abarca desde 1980 hasta 2010, atiende a criterios de elegibilidad en el marco conceptual PICOS: a) Participantes, mayores de 18 años diagnosticados de cualquier tipo de cáncer (sólidos y hematológicos), cualquier estadio tumoral, cualquier modo de tratamiento, y en cualquier momento desde el tratamiento; b) Intervenciones, que se definieron como no farmacológicas usando técnicas psicológicas, tanto de educación, estrategias de afrontamiento, psicoterapia, y relajación, solas o en combinación, proporcionadas por un terapeuta profesional en un proceso interpersonal, cara a cara, para aliviar distress emocional y mejorar la calidad de vida en salud; c) Controles: No tratamiento (atención habitual) y atención placebo; d) Resultados: primarios (distress emocional y QoL después del tratamiento), resultados secundarios (ansiedad y depresión). Los resultados se evaluaron durante tres periodos de tiempo: después del tratamiento, ≤ 6 meses y más de 6 meses. CRITERIOS DE SELECCIÓN ECA. BASES DE DATOS CONSULTADAS MEDLINE via Ovid an PubMed PsyInfo Cochrane Central Nº ESTUDIOS INCLUIDOS 198 estudios (que cubren 22.238 pacientes). 172 estudios (publicados o no) se emplearon para el metaanálisis. RESULTADOS 54% de los estudios se llevaron a cabo en Estados Unidos. La mediana de edad de los participantes fue 54 años. La proporción media de mujeres fue 82%. Los terapeutas incluyen enfermeros (40%), psicólogos (37%) y trabajadores sociales (16%). El número medio de sesiones fue de 6, y la duración media 6 semanas. Se observaron efectos significativos pequeños y medios para la psicoterapia individual y de grupo, y la psicoeducación. Estos efectos se mantuvieron, en parte, en el medio plazo (≤6 meses) y a largo plazo (más 6 meses). Efectos a corto plazo fueron evidentes para los ejercicios de relajación. Estudios en los que los participantes preseleccionados de acuerdo a un distress aumentado, produjeron grandes efectos en el post-tratamiento. Un efecto moderador se encontró para la variable "duración de la intervención," con intervenciones de más tiempo se producen efectos más sostenidos. Los indicadores de calidad de los estudios no se informaron con frecuencia. Varios tipos de intervenciones se asocian con efectos significativos, pequeños y medianos sobre la angustia emocional y la calidad de vida. Estos resultados deben ser interpretados con precaución debido a la baja calidad de la información en muchos de los ensayos (sólo el 40% informó del método de aleatorización utilizado, sólo el 26% proporcionó información sobre el adecuado ocultamiento de la asignación al azar). 34 5. Discusión Aunque la literatura sobre las intervenciones psicosociales en pacientes de CA es relativamente joven, existe un gran número de publicaciones que examinan el posible beneficio o eficacia de las intervenciones psicosociales5. De forma general, puede concluirse que los resultados acumulados de las publicaciones respaldan la eficacia de estas intervenciones, ya que la mayor parte de los trabajos recogidos en las revisiones analizadas aporta beneficios a los pacientes (NCI, 2012). El problema que existe en estos momentos sería determinar qué tipo de intervenciones funcionan y para qué pacientes. La evidencia científica que se ha podido identificar refleja que la demanda planteada en términos de conocer la efectividad de las intervenciones psicosociales en cáncer, es demasiado amplia. Se ha comentado en el inicio de este informe (apartado 2.6), que el cáncer no es una sola enfermedad, sino más bien una colección de muchos tipos, que avanza y evoluciona en fases muy diferentes. Por otra parte, las intervenciones que se plantean son en sí mismo complejas y en ocasiones no están perfectamente descritas en sus características más específicas. A esto hay que añadir la pluralidad de enfoques teóricos y técnicas que definen las intervenciones psicosociales. Hay que tener en cuenta, además, que los niveles de distress varían según el tipo y la etapa del cáncer, y puede haber fuentes de estrés que existían antes del diagnóstico de CA. Se plantean también diferencias en términos de los contextos de aplicación de las intervenciones. Los tipos de resultados que se evalúan son también diversos, así como el momento del tiempo de evolución de la enfermedad en que se evalúan. La gran heterogeneidad identificada puede ser una consecuencia de lo emergente de este tipo de intervenciones. Todas estas situaciones reflejan la dificultad de determinar no si las intervenciones son efectivas, sino compararlas entre si y señalar en qué condiciones y para qué pacientes pueden aportar todo su beneficio. A pesar del beneficio de las intervenciones que se ha descrito al principio, en el conjunto de publicaciones se observa una gran variabilidad en cuanto a los resultados, que está en consonancia con el debate actual sobre si la evidencia es suficiente o no. Una pregunta que todavía no tiene una respuesta clara es el mecanismo por el que actúa la intervención psicosocial. Algunos autores sostienen que la falta de diferencia entre las distintas intervenciones se deben a que los elementos claves en el cambio terapéutico no son las técnicas específicas utilizadas dentro de cada intervención, sino más bien los factores comunes que existen 5 En los últimos meses continua la publicación de estudios. Un estudio reciente es el de Galway et al 2012. 35 entre ellas (por ejemplo, la alianza terapéutica, la expresión de emociones, las cualidades del terapeuta). No obstante, otros autores plantean que son las técnicas específicas empleadas dentro de cada enfoque, las que contribuyen significativamente a los efectos de la intervención. La realidad es que en muy pocos estudios se ha analizado el efecto que podrían tener factores como las características del terapeuta (formación, destreza, experiencia y estilo), del paciente (socio-demográficas, de personalidad, angustia inicial, apoyo social) y la relación terapéutica, entendida como la naturaleza colaborativa de la relación paciente-terapeuta, el acuerdo de objetivos, las tareas y el vínculo que se desarrollan en el tratamiento. La investigación sobre la relación terapéutica es limitada. De las revisiones analizadas en este informe solo una de ellas tiene en cuenta estos temas Schnur y Montgomery (2010). Además de estos problemas, la calidad de los propios estudios primarios incluidos presenta algunas características que es preciso señalar. Para intentar dar respuesta a la demanda planteada, se ha llevado a cabo una revisión de la literatura con el fin de localizar aquellos estudios con diseños de revisión sistemática, síntesis narrativa y meta-análisis. Estos diseños se utilizan frecuentemente para recopilar y resumir los resultados de las investigaciones, y proporcionan una visión general y sistemática. En un meta-análisis, la unidad de análisis son los estudios empíricos, y éste permite calcular los tamaños del efecto, que indica la fuerza de la relación entre dos o más variables y permite también la comparación directa de los efectos entre los diferentes estudios. Es preciso señalar que el uso de un enfoque narrativo en la revisión de la literatura puede distorsionar los resultados al incluir estudios de calidad diversa y con mucha heterogeneidad. Por ejemplo, de 36 artículos revisados, Lepore y Coyne (2006) informaron que el 72% no seleccionaron los estudios con criterios metodológicos (por ejemplo, asignación al azar), sólo consideraron que el 25% siguió un estándar de calidad. Hasta el momento, la mayor parte de la investigación para examinar los efectos de las intervenciones psicosociales se ha centrado en la eficacia. Estos estudios se han basado en los ECA, modelo que se considera como la metodología más adecuada para evaluar la eficacia de una intervención. Sin embargo, también se conoce que los ECA tienen su limitación, principalmente validez externa. Estos diseños pueden excluir elementos fundamentales que se producen en la realidad clínica, por tanto tienen dificultad de ser trasladados a la práctica clínica habitual. 36 Casi todos los estudios revisados expresan claramente este problema relacionado con la falta de criterios de calidad, mencionando sus debilidades y limitaciones, y reflejan los problemas de validez interna que se han detectado en estos trabajos: - - - Características de los pacientes: la mayoría son muestras con varios tipos de CA, exceptuando el CA de mama, son pocos los estudios que se limitan a un solo tipo. La calidad metodológica de los estudios, en cuanto al diseño y el procedimiento experimental llevado a cabo. Existencia de grupo de control, asignación aleatoria de los participantes, enmascaramiento. Número escaso de estudios, y volumen pequeño de pacientes. Diversidad de intervenciones Otro elemento a valorar, es la no concreción en los criterios de selección de la población (en general, en los estudios incluidos en este informe son pacientes de CA, la mayoría adultos, salvo el estudio de mujeres con CA de mama metastásico) sobre el tipo específico de CA, localización o estadio de la enfermedad. También son escasas estas investigaciones. En este sentido, estudios recientes son los referidos a pacientes de CA ginecológico (Hersch, 2009), de CA de cabeza y cuello (Luckett et al., 2011), de CA de próstata (Chien, 2013). Sobre las limitaciones que presenta la revisión realizada en este informe comentar los siguientes aspectos. En cuanto al rango que pueden cubrir las intervenciones, no se han incluido los estudios sobre intervenciones que integran a la familia de pacientes de CA. Hay que señalar que es escasa, a pesar de que se ha puesto de manifiesto que el diagnóstico y tratamiento del cáncer tiene también un gran impacto en la familia. Tampoco se han incluido intervenciones en grupos de edad especial, la infancia (Bragado, 2009) y la adolescencia, dirigidas principalmente a motivar los apoyos psicosociales que ayuden al dolor y el malestar asociado a algunos procedimientos de diagnóstico y tratamiento. Finalmente, señalar que una revisión de esta naturaleza basada lo cuantitativo puede llegar a establecer si la intervención analizada tiene mayor o menor eficacia, pero no llega a poder demostrar por qué funciona. En este caso, y dada la naturaleza de la intervención revisada esta limitación es importante. Finalmente mencionar que sigue siendo complicada la cuestión de cómo establecer un modelo de atención psicosocial a los pacientes que garantice la prestación de servicios óptimos, teniendo en cuenta dimensiones tan complejas en la misma prestación de servicios. En línea con esto, se han establecido directrices que se refieren a las mejores prácticas en la atención psicosocial. Entre ellas están las siguientes. 37 Las directrices de la National Comprehensive Cancer Network (NCCN). Clinical Practice Guidelines in Oncology: Distress Management (2010), recomiendan que se adopte la angustia como el sexto signo vital en medicina (seguido de otros signos vitales tales como la temperatura y la presión arterial). Se recomienda el uso del Distress Thermometer como la herramienta para supervisar la angustia del paciente en puntos clave de la experiencia de CA, comenzando en el punto de entrada al sistema. Las directrices de NICE (en: Improving Supportive and Palliative Care for Adults with Cancer, 2004) recomiendan un modelo de cuatro niveles de evaluación y apoyo psicosocial. Se propone un modelo que sea activamente sensible a las necesidades del paciente por medio de cribado sistemático del distress psicológico. En Australia la National Breast Cancer Centre and the National Cancer Control Initiative: Clinical Guidelines for the Psychosocial Care of Adults with Cancer, (2003), se ha desarrollado en parte como respuesta a la exitosa implementación de directrices específicas en la atención psicosocial de cáncer de mama. Se incluyen revisiones de la literatura y recomendaciones generales para el personal médico que se ocupa de situaciones difíciles (por ejemplo, comunicación de malas noticias, hablar sobre el pronóstico). También ofrece información sobre la eficacia de diferentes intervenciones para el tratamiento de problemas psicológicos. La Canadian Association of Psychosocial Oncology (2010), en sus directrices ofrece recomendaciones similares, evaluación sistemática de las intervenciones basadas en la evidencia para abordar la variedad de necesidades psicosociales de salud. La atención centrada en la familia debe estar disponible a través del sistema de salud e incluye la provisión de servicios considerando necesidades multiculturales. Conclusiones Sería necesario investigar específicamente la eficacia de intervenciones específicas y en grupos específicos de pacientes. Probablemente no todas las intervenciones tengan la misma eficacia en cualquier tipo de paciente. Los estudios hablan, en general, de cáncer como si se tratase de una única entidad nosológica. Es decir, se comparan resultados obtenidos en pacientes con distintas localizaciones, estadios de evolución, sin tener en cuenta variables socio-demográficas diferenciales de ese tipo de cánceres, sin considerar tanto el distinto nivel diagnóstico y/o pronóstico que tienen las distintas enfermedades que se engloban bajo el epígrafe común de cáncer, como los recursos de apoyo social. 38 Para la implantación en el Sistema Nacional de Salud de esta tipo de intervenciones y para garantizar una atención integral al paciente y su familia en los servicios de salud, habría que considerar también dimensiones del contexto organizativo y profesional como del desarrollo de las propias intervenciones. El efecto que estas características puede tener en la eficacia no puede determinarse a partir de la literatura internacional, dadas las amplias diferencias de modelos asistenciales, estructura, prácticas y cultura organizativa. Para dar respuesta a estas preguntas sería refinar más precisamente el alcance de las revisiones, lo que implicaría preguntas de investigación más concretas, que determinarían unos criterios de búsqueda más acotados para futuras investigaciones, que puedan favorecer un conocimiento valioso para que los pacientes reciban aquellas intervenciones psicosociales que potencialmente ofrezcan beneficio en su situación concreta. 39 6. Bibliografía Akechi T, Okuyama T, Onishi J, Morita T, Furukawa TA. Psychotherapy for depression among incurable cancer patients. Cochrane Database of Systematic 2008 Reviews 2:CD005537. Andrykowski MA, Manne SL. Are psychological interventions effective and accepted by cancer patients? I. Standards and levels of evidence. Annals of Behavioral Medicine 2006;32,93–97. Bragado C. Funcionamiento psicosocial e intervenciones psicológicas en niños con cáncer. Psicooncología 2009;6(2-3):327-341. Canadian Association of Psychosocial Oncology. 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