Download Lo que tu síntoma está diciendo de ti. EL MAL ALIENTO PUEDE
Transcript
Lo que tu síntoma está diciendo de ti. EL MAL ALIENTO PUEDE SER SEÑAL DE ESTRÉS Es sorprendente lo poco que se toca el tema del mal aliento tanto en programas de salud por televisión como en revistas especializadas. Cuando el aliento está mal, el amor se pone mal. Según diversas investigaciones el estrés y los problemas emocionales pueden alterar el pH de la boca y desequilibrar la flora estomacal, causando desórdenes orgánicos y halitosis (mal aliento). Un villano silencioso y desagradable, el mal aliento, o halitosis, desanima a quienes osan aproximarse, aparta a las mejores compañías y puede poner fin al romance más promisorio. El síntoma persiste, principalmente, porque la persona que tiene mal aliento no lo percibe a menos que se lo digan, pero es raro que alguien se atreva a tanto. La tensión emocional que deriva en estrés puede intensificar, en la cavidad bucal, la producción de sustancias relacionadas con el azufre o alterar la salivación, causando este problema. Es común que el mal aliento ataque al individuo en las vísperas de una prueba importante, como una entrevista de trabajo o un examen, así como cuando hay una pelea familiar u otro traspié. Con la tensión se seca la boca, la saliva se torna pastosa y eso desequilibra el pH. El líquido salival “lava” la boca, impidiendo la acción de las bacterias y para que eso acontezca, la saliva tiene que ser bien fluida. La sequedad de la boca suele dar mal aliento. La mayoría de nosotros nota sequedad en la boca al despertarse por la mañana. Esto es debido a que la salivación se reduce significativamente durante la noche, y la saliva contiene enzimas protectoras que ayudan a mantener las bacterias en la boca en cantidades mínimas. Sin la saliva no pasa mucho tiempo hasta que proliferan las bacterias. Cuando uno se despierta tiene el típico aliento de la mañana y lo único que desea es besar o ser besado por una botella de enjuague bucal, ni más ni menos. Hay medicación que también puede dar mal aliento como por ejemplo los antihistamínicos, los antibióticos, u otras drogas que se usan por ejemplo para problemas de sinusitis dado que secan la boca junto con la nariz. Asimismo, hay antidepresivos y ansiolíticos que tienen el efecto colateral de deprimir la emisión de saliva. Infecciones de las vías respiratorias, inflamación de amígdalas o adenoides, respiración bucal, úlceras en la boca, abscesos dentarios o caries dentales y enfermedades del pulmón o del hígado son todos productores en potencia de mal aliento. Gente con diabetes puede tener un aliento entre dulce y ácido, a veces con un olor de tipo “metálico”. Problemas digestivos en los cuales la comida refluja hacia el esófago también pueden crear un olor desagradable. Más allá de lo físico, hay experiencias clínicas que comprueban que la mente, las emociones mal resueltas y el estrés también pueden desequilibrar la flora bacteriana estomacal, ya que el estómago es un órgano súper sensible a los problemas emocionales, sobre todo al miedo y a la ansiedad. Cuando eso ocurre, las bacterias deterioran los alimentos allí almacenados, causando la halitosis. Además, la tensión aumenta la adrenalina, que activa la producción de ácidos en el estómago, generando gastritis y el consecuente mal aliento. La rabia y el malhumor descargan sus toxinas en el hígado. A esa compañía implacable no hay aliento fresco y agradable que se resista. Recuerde que las aftas también pueden causar halitosis. Visite al dentista cada seis meses, para evitar la acción progresiva de caries y problemas de las encías. La tensión y el nerviosismo tienden a causar caries y también afectan los nervios de los dientes, además de provocar bruxismo (rechinar de dientes, primordialmente durante el sueño). Al rigidizar y sobrecargar la musculatura mandibular, la persona comprime demasiado los dientes y eso puede traumatizar el nervio y comprometer la irrigación sanguínea, impidiendo que las arterias distribuyan la sangre adecuadamente para nutrir los dientes, además de dificultar la tarea de las venas de llevar las toxinas metabolizadas hacia el exterior. También el síndrome pre-menstrual está asociado a ansiedad, que puede causar desequilibrio del contacto de los dientes, que quedan mal posicionados, y desvío de la mandíbula. Muchos dolores de las articulaciones y músculos de la cabeza y quejas que van a parar al consultorio del otorrino pueden ser solucionadas, resolviéndose el problema del bruxismo, que puede ser muy bien resuelto con remedios florales. Comprobados los hechos, conviene rastrear las causas del estrés. Por ejemplo si confundimos eficiencia y productividad con sobrecarga de trabajo. Por qué corremos tanto a diario, sin tener tiempo ni para reflexionar sobre lo que estamos haciendo con nosotros mismos y con nuestra vida, sacrificando horas de descanso, cariño familiar y placer. El pensar sobre esto no significa que debemos tirar todo por la borda, sino optimizar nuestros tiempos y equilibrar nuestras emociones. Correr tanto a diario puede ser equiparado con no enfrentar verdaderamente determinadas situaciones que tal vez nos inquieten. Pero huir sólo va a aumentar los miedos y la sensación de impotencia. Reprimir o disfrazar los efectos del estrés a través del cigarrillo, del alcohol o de la compulsión a comer, entre otras consecuencias nocivas, también puede causar mal aliento. Sobrecargado, el cuerpo responde. Nuestro organismo dice todo lo que intentamos esconder, y al decir, literalmente, estamos exhalando nuestro estado de salud. No siempre tenemos cómo resolver de inmediato los problemas que nos afectan, pero encarándolos como un desafío, más que como una amenaza, podremos reaccionar mejor a ellos. Las esencias florales potencian el equilibrio de la naturaleza y siendo como guías que nos inspiran y motivan a realizar cambios significativos en nuestra manera de pensar, sentir, actuar, ver el mundo, y resolver nuestras dificultades, reduciendo los efectos del estrés emocional y mental que, asimismo sobrecarga y desequilibra nuestro cuerpo físico. También, para mejorar el mal aliento es aconsejable ingerir frutas diariamente, en especial manzana, limón y ciruela. Consumir levadura de cerveza y germen de trigo, que ricos en vitamina B3 y zinc ayudan a combatir las aftas y la halitosis. Hacer buches o gárgaras de agua tibia con sal, a la que se le puede agregar la esencia floral de Crab Apple. En la práctica, las causas más comunes del mal aliento son: Nutrición inadecuada: evite excederse con las bebidas alcohólicas y con la ingestión de ajo y cebolla ya que contienen sustancias volátiles que entran en la corriente sanguínea y cuando son liberadas por los pulmones, acaban ocasionando halitosis. No abuse de las cantidades de alimentos, pues el organismo demora más para procesarlos, y, además de afectar la salud y la silueta, puede ocasionar mal aliento. Sea moderado, principalmente en relación a las carnes, frituras y grasas, que dificultan la digestión. Caries y mal cepillado: partículas de comida pueden instalarse en las caries, adonde el cepillo no llega. De la misma forma, un cepillado superficial deja residuos alimentarios entre los dientes y encías, como en los surcos e irregularidades de la lengua, entrando en descomposición, pueden causar mal aliento. Para evitar ese trastorno, consulte al dentista regularmente. Además de eso, no deje de usa hilo dental después de las comidas y cepille sus dientes, encías y lengua. Tabaco: relacionado con la respiración y los pulmones, el cigarrillo, como todo el mundo sabe, impregna el aliento con el olor característico de las sustancias químicas nocivas que contiene, pudiendo hasta afectar el corazón, la circulación y el pulmón. Infecciones de garganta: faringitis o amigdalitis así como un resfrío común, acompañado de infección local, acaban comprometiendo el aliento. Gingivitis: es una inflamación inicialmente provocada por bacterias que se depositan en las encías y van colonizando la zona, liberando toxinas. Esas toxinas inflaman la encía, causando mal aliento. Una señal del problema es el sangrado durante el cepillado. En general esta disfunción se agrava cuando la persona al percibir el sangrado, evita tocar la zona afectada con el cepillo o el hilo dental. Lo mejor para terminar con el problema es insistir, adoptando una técnica de cepillado adecuada, y visitando al dentista. Periodentitis: es más grave que la gingivitis ya que no sólo afecta las encías, sino también el hueso que se encuentra debajo de éstas. En este caso el proceso inflamatorio está asociado a infección. Intentando defenderse, el organismo promueve una verdadera guerra entre los glóbulos blancos y las bacterias. La muerte de ambos genera infección, que asociada a inflamación, provoca mal olor. En el caso de la periodentitis, un cepillado adecuado no es suficiente. Ese es un problema que debe ser tratado por el dentista o por el estomatólogo. Disturbios estomacales: gastritis, úlceras y otras dolencias estomacales pueden causar mal aliento. En el caso de úlcera ya hay una alteración que acaba desequilibrando la flora bacteriana y provocando el mal olor en la boca. Cuando la causa es gástrica lo mejor es cambiar la dieta, equilibrando calidad y cantidad de alimentos ingeridos. Extraídas de la naturaleza, hay esencias de flores, que a través de su energía vibracional, colaboran en el proceso de limpieza, refrescando nuestra mente y en consecuencia, nuestro aliento. Habrá que seleccionar las más indicadas para cada caso personal de la descripción que hacemos a continuación: Rescue Remedy funciona como un auxilio inmediato que alivia la tensión, el nerviosismo y el estrés. Banana es excelente para problemas con las encías (sangrado, inflamación, etc.), con los dientes, la mandíbula y cualquier trastorno peridental. Además provee calma, generando una actitud no reactiva a ‘enganches’ negativos. También es para ansiedad, nerviosismo, querella, falso orgullo. Crab Apple promueve el equilibrio de las emociones y pensamientos nocivos. Es la flor de la limpieza y ayuda a contrarrestar los malos olores. White Chestnut permite deshacerse de la rumiación mental y de las toxinas psíquicas que no metabolizadas, llegan a comprometer el aliento. Self-Heal regenera y equilibra el organismo durante los procesos de limpieza y cura. Holly elimina la rabia y el malhumor que afectan el funcionamiento del hígado. Beech es para la tensión mandibular y el bruxismo, así como para personas muy críticas. Mimulus trabaja los sentimientos de impotencia y miedo. Agrimony ayuda a superar la negativa de enfrentar los problemas desagradables. Willow para la amargura, el resentimiento, emociones presentes generalmente en personas con este problema, así como con dificultades en la digestión, flatulencias, eructos. Olive reduce el agotamiento. Recicla la energía. Elm estimula a los que están sobrecargados de responsabilidades, alivia el abrume y la congestión. Crowea es para disminuir el cansancio y la preocupación, actuando sobre las emociones que desencadenan úlceras estomacales y disfunciones digestivas. Vine se suele usar en halitosis. Mountain Devil elimina la rabia y el rencor que corroe. Jacaranda equilibra las emociones que pueden causar reflujo gástrico. Peach-flowered Tea-Tree estabiliza el humor, elimina el tedio y la frustración, fortaleciendo al individuo para llegar a la meta. Paw Paw trabaja sobre el estrés causado por la sobrecarga de tareas o para la ansiedad al tener que tomar una decisión importante. Trabaja la asimilación e integración de nuevas ideas, además de tranquilizar. También actúa como proteína digestiva. Dandelion reduce y alivia la tensión muscular. Chamomile calma las emociones acumuladas en el plexo solar, ayudando en los desórdenes estomacales, flatulencias, eructos. Lavender produce sensación de limpieza y frescura al organismo, especialmente cuando éste está sobrecargado por nerviosismo y tensión. Garlic disminuye el miedo ansioso que ataca la boca del estómago. Morning Glory trabaja patrones de comportamiento adictivos como la compulsión o comer o la dependencia al cigarrillo o al alcohol. Snapdragon reduce la tensión que lleva al bruxismo, alivia problemas en boca y garganta. Lic. Claudia Stern Psicóloga Especialista en Terapia Floral Directora del Centro de Estudios Florales y Naturales