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Artículo Especial Biología del Aprendizaje y de la Memoria Dr. Roberto Cisneros-Corral Neuroanestesiólogo Servicios Profesionales de Anestesiología y Medicina del Dolor Centro Médico del Noroeste Tijuana B.C., México rcisneros@anestesia-dolor.org Resumen Por siglos la mente y el soma han sido el motivo del estudio y análisis profundos de la Humanidad; filósofos, reyes, reinas, políticos, mentores, investigadores, Premios Nobel y muchos otros han escrito artículos al respecto. Todo en nuestra existencia depende de la memoria, inclusive los minutos previos a este instante. Esta función cerebral es la piedra angular que delinea nuestra existencia, y hace que otras funciones humanas tenga un objetivo. Las investigaciones científicas han hecho historia en las últimas décadas al comprender los secretos de la memoria, al desarrollar pruebas y drogas para tratar y prevenir enfermedades que dañan a la memoria. El comprender las capacidades y fallas de la memoria ayudará a la Humanidad a prepararse para un mejor futuro. Aprendiendo como nosotros aprendemos y olvidamos es la clave para sobrevivir. La memoria episódica es la más importante de los sistemas humanos de memoria y está relacionada con el hipocampo, permitiendo recuerdos del pasado ricos en detalle, a la vez que facilita pensamientos al futuro. Esta memoria es muy sensitiva a la anestesia y no puede formarse correctamente durante la anestesia general. En este artículo especial reviso algunos conceptos fundamentales sobre anestesia y memoria con la idea de dar información general y estimular el interés de los anestesiólogos para leer más sobre el tema. Palabras clave: Memoria, anestesia Abstract For centuries mind and soma have been the purpose of profound mankind study and analysis; philosophers, kings, queens, politicians, mentors, researchers, Nobel prizes, and many others have written plenty of articles on this issue. Everybody life depends on memory, even the previous minutes of this moment. This brain function is the cornerstone that outlines our existence, and makes other human functions to have a meaning. Scientific investigators have made history in the last decades understanding the secrets of memory, developing tests and drugs to treat and prevent illness that may damage memory. Understanding the memory capabilities and failures will help mankind to be prepared for a better future. Learning how we learn and forget is the key point to survive. Episodic memory is the most important memory human systems. It is linked to the hippocampus, and permits memories of the past in rich detail, allows projection of thoughts into the future. This type of memory is very sensitive to anesthesia and cannot be formed during adequate general anaesthesia. This special article reviews a few fundamental concepts regarding memory and anesthesia, in order to bring up general information, and to encourage the interest of the common anesthesiologist to read more about this issue. Key words: Memory, anesthesia Introducción E l deseo irresistible que nace en el corazón del hombre por verse a sí mismo como algo aparte de la naturaleza, ha estimulado, desde Platón hasta nuestros días, concepciones duales de la condición humana. Así, en su época René Descartes (1596-1650) postuló que el hombre está constituido por dos esencias distintas: una extracorpórea, la mente pensante, consciente y eterna y Anestesia en México, Vol.17, No.2, (Mayo-Agosto), 2005 otra corpórea, el soma, sujeta a las leyes de la naturaleza. Para explicar la acción recíproca de una sobre otra, propuso que ambas convergen en un punto del cerebro, la glándula pineal. A este ilustre investigador le faltó la información con que cuenta el hombre de ciencia moderno; no sabía que la maquinaria del cerebro está construida y mantenida conjuntamente por genes y experiencias que es el resultado 67 de millones de años de evolución, de lo que es responsable el proceso de selección natural (Teoría de Carlos Darwin). Personalidades como el Dr. Charles Sherrington, premio Novel en 1932 y fundador de la neurofisiología moderna junto con el Dr. Wilder Penfield, expresaron su estar de acuerdo en la idea dualista: “El que nuestro ser pueda consistir en dos elementos fundamentales, no es menos improbable que lo sea solamente por uno”.1 Todo en la vida es memoria. La memoria es una función mental crucial que protege y da forma a nuestra existencia. El resto de las funciones cognitivas no tuvieran sentido si el cerebro perdiera la capacidad para recuperar y recordar experiencias previas. Se perdería la conexión con nosotros mismos y con los que nos rodean, la vida se tornaría vacía y sin esencia, como sucede de manera trágica a los pacientes que sufren demencias severas cuando han perdido la memoria. La tarea de abordar los mecanismos íntimos que subyacen a la actividad cerebral no es sencilla. La corteza cerebral humana, el logro más reciente de la evolución, es compleja. Como mencionó Emerson Pugh: “Si el cerebro humano fuera tan simple que lo pudiéramos comprender, seríamos tan simples que no lo comprenderíamos”, y aunque nuestra comprensión es aún elemental y fragmentaria, lo poco que sabemos es convincente .1 La memoria es un componente de la conducta que años atrás era un campo exclusivo de la fisiología. En la actualidad, su estudio se ha extendido de tal manera que ya se incluyen otras disciplinas, como la biología molecular, neurobiología, neuroanatomía, neuroquímica, neurofarmacología, neurofisiología, imagenología asistida, neurología, psiquiatría, la anestesiología y la psicología entre otras importantes disciplinas. No se debe descartar la filosofía, que nace y camina a la par de dos funciones que son el pináculo de la función cerebral: la conciencia y las emociones, capacidad cerebral que sólo le pertenece al ser humano. Se define a la memoria como la capacidad de almacenar y recuperar información, siendo su principal función la de transformar un estímulo sensorial en una forma determinada por el cerebro, para que ésta información pueda ser almacenada y recuperada y nos permita enfrentar el presente, sus hechos cotidianos y prepararnos para el futuro. No se trata de una función única que está localizada en un sitio específico del sistema nervioso, sino que reside en una serie de sistemas múltiples interconectados. El aprendizaje y la memoria son funciones cerebrales que trabajan armónicamente y al unísono, existiendo en el cerebro regiones específicas y no específicas para que ambas funcionen a manera de red, en la que cada región desempeña una función diferente. Por el contrario, se define a la amnesia como la incapacidad de almacenar y recuperar información previamente adquirida (Diccionario Salvat, 1999), aunque a veces nos preguntamos ¿si no hay recuerdo, existe la amnesia? 68 Anestesia en México, Vol.17, No.2, (Mayo-Agosto), 2005 Los anestésicos inhalados, opioides, inductores endovenosos del sueño, anestésicos disociativos, tranquilizantes, anticolinérgicos, etanol, el uso y abuso de drogas recreativas, las enfermedades neurodegenerativas, una gran variedad de fármacos, el trauma y enfermedades cerebrales, la isquemia global sostenida y la obstrucción del flujo cerebral sanguíneo, y la vejez entre otras, inducen impedimentos de las funciones cognitivas como los es la memoria. Uno de los apoyos más importantes con los que cuentan los investigadores de la memoria es el armamentario para la exploración de las funciones cerebrales, iniciándose ésta con el recurso de la electroencefalografía de superficie, que aparece por primera vez en 1924 con Hans Berger, lo que permitió el registro de los potenciales eléctricos del cerebro intacto, poderoso instrumento que ha permitido el análisis de la actividad eléctrica cerebral durante el sueño No-REM y REM, el estado de vigilia y de patología cerebral, bases fisiológicas que en la actualidad se utilizan durante la sedación a través del BIS para evaluar el grado de la misma. Otros instrumentos que han permitido avances importantes en la exploración de las funciones cerebrales son la tomografía axial computarizada por rayos X, la resonancia magnética funcional, la electroencéfalo- magnetografía, la resonancia magnética con emisión de positrones (partículas cargadas positivamente sin actividad radioactiva) cuyos principios fisiológicos se basan en los cambios del flujo sanguíneo y el consumo de O2 y glucosa regional cerebrales, que resultan de la actividad neuronal regional. Estas nuevas técnicas con la ayuda de imagenología, permiten estudiar las neuronas que se activan en áreas específicas del cerebro durante la ejecución de determinadas funciones mentales inducidas o espontáneas. Para algunos puede ser desalentador saber que compartimos 98.4% de nuestra dotación genética con el Chimpancé y el 99.3% con el Macacus Rhesus, y que las moléculas y las células que operan en sus cerebros y en el nuestro son las mismas. Una de las diferencias principales radica en que las conexiones interneuronales en el cerebro humano son mucho más numerosas y complicadas que en las de estos monos. Cien trillones de interconexiones en serie y en paralelo proveen la base física y la sutileza de operación del cerebro, y hacen posible sus funciones. Al nacer contamos con casi todas las neuronas que habremos de tener en la vida, y el aumento en el tamaño de la masa cerebral, hasta alcanzar la del adulto, no se debe al incremento en el número de células, sino al de sus ramificaciones y conexiones sinápticas y axónicas. El proceso evolutivo dotó al humano para evolucionar hasta alcanzar que su cerebro se perfeccionara, y lograra construir su Neocorteza, conservando la Arquicorteza y la Paleocorteza, que son una herencia filogenética de los mamíferos que no necesitaron pensar para dominar la naturaleza, y que a diferencia del humano, contaban con la suficiente fuerza física y habilidades para la depredación, por lo que se quedaron en la etapa de reproducirse y morir. De esta herencia filogenética, el sistema límbico denominado así desde 1952 (rombencéfalo, tercer cerebro, cerebro emocional, animalístico, o visceral) compuesto por el hipocampo, la corteza olfatoria, y la amígdala entre otros, representa la agresión, la defensa y la necesidad de reproducirse nos a permitido sobrevivir. El hipocampo en el que se asienta el aprendizaje y la memoria y otras estructuras corticales (corteza prefrontal) y subcorticales (diencéfalo entre otras), permitieron al humano alcanzar el clímax de su existencia para desarrollar la capacidad de pensar, imaginar, identificarse así mismo y resolver la incógnita de nuestros orígenes, evolución y futuro destino. Un proceso observado en los mamíferos es que desde antes de su nacimiento el cerebro cuenta con un número excedente de neuronas, lo cual permite la eliminación selectiva de las que son innecesarias (muerte celular programada o apoptosis). También se sabe que la maduración de las neuronas en el tubo neural del embrión requiere de estímulos tróficos, un proceso que persiste después del nacimiento.1 El universo de conexiones que toman forma en el cerebro refleja la suma de influencias epigenéticas, nutritivas y ambientales, que durante el desarrollo convergen de manera irrepetible sobre la dotación genética de cada cerebro. Otro hecho importante es la unidad presente en la diversidad de todos los sistemas nerviosos animales, a través de cientos de millones de años de evolución. Por ejemplo, la estructura de las proteínas que constituyen los canales iónicos y las bombas metabólicas neuronales, se conserva con ligeros cambios en todos los seres animados. El período pico del desarrollo y crecimiento cerebral en los humanos, ocurre durante el último mes de la gestación y durante los últimos seis meses del crecimiento. Durante la adolescencia ocurre un significativo desarrollo cerebral. Cambios en el flujo sanguíneo y en la tasa metabólica cerebrales, cambios que se asocian con incremento en la mielinización y disminución de la materia gris, los que reflejan maduración y remodelación del cerebro. En animales jóvenes de laboratorio, la aplicación de substancias como el fenobarbital, fenitoína, etanol, marihuana, oxido nitroso (este combinado con benzodiazepinas e isofluorano) y otros fármacos que bloqueen los receptores del glutamato del tipo NMDA, o que inducen hiperactividad de los receptores inhibitorios del sistema GABA tipo A, han mostrado ser neurotóxicos en estos modelos de laboratorio. Mathew y col. 2 reportaron efectos significativos que se correlacionan con la edad en que se inicia el consumo de la marihuana en la morfología cerebral. Sujetos que iniciaron antes de los 17 años de edad el consumo de la marihuana, mostraron disminución en el porcentaje de la substancia gris cortical y un incremento en la substancia blanca, en relación con los sujetos que iniciaron posteriormente el consumo de esta droga. Los datos obtenidos en animales adultos de laboratorio muestran grandes cambios histológicos cerebrales en animales peripubertales versus jóvenes adultos expuestos a Anestesia en México, Vol.17, No.2, (Mayo-Agosto), 2005 los canabionoides. La plasticidad cerebral, propiedad fundamental de los sistemas neuronales, se expresa en la formación de nuevos circuitos como sustrato de las experiencias o como reparación del daño causado por lesiones. Hoy se sabe más acerca de los factores tróficos derivados del cerebro, que regulan el crecimiento de las neuronas y les confieren a sus redes capacidad plástica. Amnesia Infantil. Consiste en la incapacidad del recién nacido y el infante para codificar, consolidar y recuperar la información en un formato declarativo o explicito, así que ésta capacidad corre en paralelo a una función de la edad junto con la capacidad de almacenamiento como con la recuperación, que también correlaciona con la adquisición de la capacidad lingüística, aspectos que relacionan directamente también el desarrollo y maduración de SNC. La etapa de amnesia infantil desaparece a los 2 a 3 años de edad y existe el riesgo de prolongarse cuando se presentan fenómenos hipóxico-isquémicos en el neonato al momento de su nacimiento,(3) por la epilepsia o patología tumoral del lóbulo temporal entre otras. (Figura 1) Aunque éste tema se ha explorado mucho, es controversial y muy amplio, solo se mencionaran aspectos básicos para su entendimiento. La memoria bibliográfica se manifiesta por primera vez cuando el infante se da cuenta de su existencia (aparece el sí mismo, yo existo, soy alguien), siendo esta respuesta cognitiva una manifestación de la funcionalidad de la memoria de largo plazo que indica la capacidad para manifestar la memoria episódica (memoria consciente: evoca momentos y experiencias personales con detalles que permiten ser identificados por los padres). La memoria episódica se debe de acompañar de un cierto grado de competencia linguística y narrativa, que coincide con la etapa preescolar (4 años) que madura y se fortalece con el paso de los años. Tanto interés el que ha despertado el proceso de desarrollo y maduración cerebral, también lo ha despertado su Figura 1. Amnesia infantil. La gráfica ilustra la relación que existe entre la capacidad para recordar y la edad. Modificado de Kandel.3 69 declinación como resultado del envejecimiento fisiológico. Conforme se llega a la senectud, ciertas células del cerebro se dañan en forma progresiva y mueren, predominando en este daño las neuronas de la corteza prefrontal, que conducen a la amnesia de corto y largo plazo (amnesia y demencia seniles), independientemente de la disminución de otras reservas fisiológicas. Figura 2. Habilidad del adulto para recordar. Modificado de Kandel.3 Tipos de memoria En 1885 Herman Ebbinghausen anticipaba la memoria de corto y largo plazo; transformó la especulación acerca de la memoria en un laboratorio científico, sometiendo a sujetos a memorizar una lista de silabas tontas, de ésta manera Ebbinghausen generó dos principios básicos del almacenaje de la memoria: primero encontró que la transición de la memoria de corto plazo a memoria de largo plazo es gradual, la práctica hace la perfección. Segundo, anticipó la existencia de una distinción fundamental entre memoria de corto y largo plazo. El fisiólogo norteamericano Williams James (1890) comunicó una clara distinción entre memoria de corto y largo plazo. En esta clasificación de la memoria, el parámetro que la define es el tiempo. La memoria de corto plazo muestra sus propias características, tiene una duración de segundos a minutos o pocas horas, muestra una capacidad limitada, se representa de manera visual, auditiva, gustativa y verbal. La información se presenta en un formato muy corto y superficial. Su localización anatómica la ubica en la corteza prefrontal y a diferencia de la memoria de largo plazo, no necesariamente requiere del hipocampo. Esta memoria también puede ser identificada como memoria de trabajo, anterógrada, cotidiana, no permanente, transitoria, limitada. Esta función biológica es susceptible de perderse por la acción de anestésicos inhalados, benzodiazepínicos, inductores del sueño, ketamina cuando se asocia a un benzadiazepina, opioides y otros fármacos de uso anestésico, esto cuando se induce el aprendizaje después de aplicado 70 Anestesia en México, Vol.17, No.2, (Mayo-Agosto), 2005 el fármaco anestésico. Por el contrario, los agentes Alfa2agonistas, no inducen amnesia si las dosis utilizadas no rebasan las establecidas, por lo que debemos de considerar a este fármaco y a la ketamina, drogas con alto riesgo de inducir síndrome de estrés postraumático por conservar memoria de largo plazo. La memoria de largo plazo, la que nos permite regresar al pasado y que además se le conoce como retrógrada, descriptiva, consciente, permanente. A diferencia de la primera, puede durar semanas, meses o años. Por lo tanto se almacena en forma permanente, aunque se puede perder lenta y autonómicamente. Posee una capacidad ilimitada. El probable mecanismo de su consolidación se describe a través de la Potenciación de Largo Plazo (LTP siglas en inglés), la que a nivel del hipocampo, sus zonas adjuntas y la corteza cerebral, reciben estímulos repetidos y prolongados lo que induce cambios químicos a nivel pre y post sinápticos, cambios estructurales mediante factores neurotróficos derivados del cerebro con formación de nuevas comunicaciones sinápticas y síntesis de nuevas proteínas por inducción de factores de transducción genética. Los anestésicos y otros fármacos ya mencionados que inducen amnesia sobre la memoria de corto plazo, no actúan sobre la memoria de largo plazo, aunque existe el síndrome de amnesia global transitoria post anestésica. Schacter divide respectivamente a la memoria de largo plazo en memoria explícita (Figura 3), en la que su parámetro es el estado emocional, y memoria implícita a la que no participa el estado emocional. La primera (memoria consciente o declarativa) se refiere a la recolección intencional o consciente de experiencias previas y la segunda (inconsciente o no declarativa), se refiere a los cambios que ha experimentado el sujeto en la conducta debido a experiencias previas, y no requiere de ninguna intención o esfuerzo para recuperar información de esas experiencias.4 Otra clasificación divide a la memoria explícita en episódica, la cual es consciente, expresa emoción, es el recordatorio de tiempos y sitios particulares, y en memoria semántica que es la expresión Figura 3. Taxonomía de la memoria de largo plazo y su asociación con estructuras cerebrales. Modificado de 5 de la letra, de los números, es inconsciente y no existe la expresión emocional. Además de estas dos divisiones de la memoria, existe la memoria procesada,7 que probablemente sea la más duradera de las memorias, y que corresponde a los hábitos y a las habilidades físicas como deportes, manualidades, resolver un rompecabezas, tocar un instrumento etc., que son adquiridas por repetición. En este proceso biológico no participa el hipocampo, el cerebelo y los ganglios basales son los elementos pivotes. Además de la memoria procesada, se agregan la memoria preparada, no asociativa y condicionada simple. El aprendizaje y la memoria conllevan tres fases importantes para su adquisición que se describen a continuación. La primera se denomina fase de codificación; esta fase se caracteriza por representar el primer proceso mnémico recibido por el cerebro, para ser procesado de tal manera que es posible darle forma para pasar a la siguiente fase denominada de consolidación, etapa intermedia, durable y permanente en la que la información adquirida pasa por una etapa de reorganización gradual, la que puede ser retenida o almacenada (memoria). La etapa final, corresponde a la denominada fase de recuperación. Esta última fase permite substraer la información ya formada y almacenada para ser recordada o recuperada. Neurobiología molecular El premio Nobel Eric R. Kandel (Figura 4), neurobiólogo nacido en Viena, que obtuvo este prestigiado reconocimiento en el año 2000, por sus hallazgos en la investigaciones sobre los mecanismos moleculares y neuroanatómicos de la memoria, utilizó como modelo de laboratorio un invertebrado simple, un molusco marino denominado Aplysia californica (babosa marina), que posee aproximadamente 20 mil neuronas (el humano tiene 100,000 millones aproximadamente) lo que facilitó su investigación, trabajo que inició en la Universidad de New York en 1966, para culminar en la década de los 1990. Kandel y cols. demostraron que un estímulo débil, daba inicio únicamente a ciertos cambios químicos y no estructurales en la sinapsis neuronal y que éstos cambios, son la base biomolecular de la memoria de corto plazo. Por otro lado, retomo lo ya reportado por Bliss et al., en 1972, que un estímulo repetitivo y de mayor magnitud (LTP) induce la denominada Facilitación Sináptica, siendo a través de éste mecanismo sináptico el inicio de la formación de la memoria de largo plazo. Kendal comprobó que éste tipo de memoria se producía a través de cambios químicos y estructurales a nivel pre y post-sinápticos de la misma célula, asociándose con la formación de nuevas conexiones sinápticas y retracción o desaparición de las ya existentes. Además de éstos cambios producían nuevas proteínas, siendo éstas las bases biomoleculares y estructurales de la memoria de largo plazo.3 Anestesia en México, Vol.17, No.2, (Mayo-Agosto), 2005 Figure 4. Erick L. Kandel. Laureado Nobel 2000 La anestesiología ha participado de forma importante para el estudio de la memoria, ya que a través de su armamentario farmacológico, induce cambios tan significativos que logra inducir amnesia farmacológica, modulando o evitando de esta manera que el paciente sufra del llamado síndrome de estrés perioperatorio, una respuesta cognitiva autonómica que es modulado por el sistema límbico, la corteza prefrontal y el sistema talámico entre otros. La amígdala que es parte integral del sistema límbico, participa de tal manera que induce de manera autonómica la respuesta adrenérgica, sistema de defensa que ha permitido a la especie humana conservar la existencia y la especie y el síndrome de estrés post traumático, entidad bien conocida que se caracteriza por ansiedad diurna, agresión, inseguridad, temor, insomnio, pesadillas, trastornos de conducta y rechazo a nuestra especialidad, en la que el paciente conserva la memoria explícita (conservación de los recuerdos, hechos o experiencias durante la anestesia general) y que se presenta cuando no se indican agentes que inducen amnesia anterógrada, dosis insuficientes de anestésicos inhalados o endovenosos y mantenimiento de la inmovilidad con relajantes musculares, y que se observa con mayor frecuencia en pacientes de alto riesgo como los politraumatizados (11-43%), cirugía cardíaca (1.141.5%) y obstétrica (0.04%)2, o el uso para mantenimiento anestésico con fármacos como los opioides o propofol a dosis subclínicas justificadas debido al alto riesgo clínico y quirúrgico del paciente, que en países como Estados Unidos de Norteamérica son motivos de demandas legales en contra de hospitales y anestesiólogos, con repercusiones legales, económicas, personales y laborales importantes. En los Estados Unidos de Norteamérica se reportan una incidencia de memoria explícita (awareness) durante la anestesia de un 0.2% en pacientes quirúrgicos no cardíacos y no obstétricas, y sólo el 0.01% reportaron dolor antes de recuperar la conciencia.2 En México el síndrome de estrés post traumático ocasionado por un acto anestésico, al menos hasta la fecha, no existen antecedentes significativos en éste sentido y la información conocida es mayormente anecdótica. El interés y la necesidad de que el anestesiólogo domine los conocimientos de la biología del aprendizaje, la memoria y 71 la amnesia, así como la definición de las diferentes clases de memoria y su dicotomía, las regiones cerebrales, los mecanismos químico moleculares y los cambios neuronales (plasticidad neuronal), que participan durante éste proceso biológico, es importante, ya que parte del estado anestésico, la amnesia, es tan relevante como los es la inmovilidad, (el paciente no quiere recordar nada y la cirugía obliga inmovilidad en el paciente). Según Eger II,6 el dolor y la respuesta neuroendócrina son irrelevantes, se pueden manipular farmacológicamente con el uso de opioides, alfa2agonista, MAC-BAR (concentración mínima alveolar que bloquea las respuestas autonómicas y por lo tanto elimina las respuestas circulatorias a la estimulación quirúrgica). El estrés perioperatorio es una respuesta fisiológica neurohumoral, que nos obliga a darle tratamiento y éste lo iniciamos con la indicación de fármacos que inducen ansiolisis y amnesia y si se justifica, sedación moderada preanestésica, con lo que iniciamos el manejo de la amnesia perioperatoria, cumpliendo con uno de los requisitos relevantes del estado anestésico y ayudará de alguna forma, a disminuir el consumo de inductores del sueño y de los anestésicos generales entre otros. La historia de la amnesia inducida durante la anestesia, es tan antigua como la anestesia misma. Los efectos de los anestésicos sobre la memoria empezaron a reportarse desde años atrás, siendo uno de los primeros Humprhey Davy con el óxido nitroso (1799), John Snow, amnesia relacionada con la inhalación del dietiléter (1848), Davison con óxido nitroso y acetileno (1925), reportando que el grado de amnesia se relacionaba con la dosis del anestésico inhalado. En los años 50s, ya se sabía que el óxido nitroso y otros anestésicos inhalados, inducían amnesia temporal, bloqueando la capacidad para almacenar nueva información después de aplicado el anestésico (amnesia anterógrada) y que se conservaba la memoria aprendida o almacena previa (memoria retrógrada) a la aplicación del anestésico. El método de aplicación de una droga que induce amnesia y la dosis, fueron identificados como factores determinantes. En los años 60s, Dundee, Hardy y Wakely, informaron de las propiedades amnésicas de dos diferentes fármacos para su uso como preanestésicos, las benzodiazepinas y la escopolamina, fármacos que posteriormente serían los más investigados en relación a la memoria. En la década de los años 70s, se inició la investigación del efecto amnésico ocasionado por una gran gama de fármacos, entre los que destacan los realizados por Ghoneim y colaboradores. Investigaciones que reportó sobre los efectos de las benzodiazepinas, escopolamina, opioides, óxido nitroso, anestesia quirúrgica, ketamina, por el abuso de abuso de polidrogas, mariguana, propanolol, cafeína y otras más.7 En los 70 y 80s, ya se informa que las regiones cerebrales principales donde se forma el aprendizaje y la memoria, siendo esto a través del sistema lóbulo temporomedial (forma parte del sistema límbico) y de éste, la formación hipocampal 72 Anestesia en México, Vol.17, No.2, (Mayo-Agosto), 2005 (hipocampo, región cerebral muy sensible a la isquemia, a la obstrucción o disminución del flujo sanguíneo o privación de O2, a la enfermedad de Alzheimer, y a la epilepsia), la corteza perirhinal, la parahipocampal (memoria de largo plazo o descriptiva), el eje tálamo anterior hipocampal, la amígdala (respuesta adrenérgica), el neoestriado, cuerpos mamilares, fórnix, la substancia nigrans, además de la corteza prefrontal , son algunas de las zonas involucradas en éste múltiple proceso biológico 8,9 y de otras regiones cerebrales no de menos importancia, pero que aún no se han dilucidado a plenitud como lo son la corteza parietal, occipital y regiones subcorticales como el diencéfalo (tálamo, hipotálamo, epitálamo y subtálamo) y mesencefálicas, que conectadas en serie permiten la formación de la memoria y cualquier interferencia en esta red de circuitos sea farmacológica, traumática, tumoral, metabólica, neurodegenerativa, etc, induciría déficit en la función mnémica. Ahora ya se sabe que en la memoria procesada (hábitos y habilidades físicas) están involucrados el cerebelo y los ganglios basales y otros importantes subsistemas. En la actualidad se sabe que el aprendizaje y la memoria se llevan a cabo a través de un proceso bioquímico molecular neuronal, que consiste en estímulos repetitivos del hipocampo, en las neuronas piramidales de las regiones CA1 y Ca3 hipocampales, así como sus cortezas adyacentes perirhinal y parahipocampal en los que participan el sistema excitatorio, y se involucran los receptores del tipo NMDA ligado al glutamato y el ión Ca+ principalmente, proceso que fue definido por Tim Bliss y Terie Lomo en 1972 como Long Term Potentation (LTP. Figura 5), que seguramente no es el único proceso de la memoria y que inducen facilitación sináptica y cambios químicos a nivel pre, postsinápticos y cambios estructurales con la formación de nuevas sinapsis neuronales a los que acompañan, según lo describen las recientes investigaciones, la formación de nuevas proteínas y sistemas membranales facilitadores, reconociéndose la participación genética del ARNm (ARN nuclear mensajero) para desencadenar a través de su activación, factores de transducción de ésta función biológica. Este proceso neurobiológico implica la participación de diversos sistemas bioquímicos e importantes neurotramisores como la serotonina y aceticolina, receptores transmembranales iontrópicos y metabotrópicos (vía proteína G, Adenil ciclasa-AMPc), iones como el Ca++, 1os, segundos y terceros mensajeros, así como sistemas complejos como son la participación del óxido nítrico en su función retrógrada, por mencionar los más conocidos. Los factores tróficos neuronales, estimulados para su función por el ARN mensajero nuclear, da la posibilidad de la inducción en la formación de nuevos contactos sinápticos y formaciones proteicas nuevas reguladoras genéticas nucleares como la CREB-1 y 2 (C-AMP Response Elemental Binding Protein) y que si persiste el estímulo, permitirán la conservación del material aprendido llevándose a cabo el último proceso conocido como recuperación, existencia y función que debaten diversos neurofisiólogos. El esquema de la figura 5 describe de manera secuencial la vía neuroquímica a través de la proteína G, vía metabotrópica o enzimática, iniciándose con la activación de la adenilciclasa (inductor de ATP) para inducir AMPc, que constituye el segundo mensajero, previa facilitación neuronal presináptica a través de la presencia de la serotonina/ acetilcolina. El AMPc, induce en presencia de serotonina, y de la fosforilación activada por la proteína-quinasa A y con la inducción del ARNm nuclear, la activación en el núcleo celular de la formación de nuevas proteínas (CREB-1 y CREB-2 reguladores nucleares), cuya estimulación conduce a la activación de factores trófico neuronales genéticos para inducir la formación de nuevas conexiones sinápticas y nuevas proteínas. receptores post sinápticos del glutamato (LTP). Además de la vía ya descrita, participan en este proceso de aprendizaje y memoria la vía metabotrópica, con sus sistemas más complejos y especializados como es el sistema enzimático de la proteína G, que activa enzimas inicialmente como la adenil-ciclasa (activa el AMP-c), fosfolipasa-C (segundos mensajeros) y la fosfolipasa A-2 (estimulación y liberación del ON+ retrógrado). La fosfolipasa C utiliza como segundos mensajeros al trifosfato de inositol y al diacilglicerol para liberar más iones de Ca++ del retículo endoplásmico rugoso, el mayor depósito de Ca++ citosólico y de esta forma actuar como tercer mensajero para activar la sintasa del NO+ y la fosfoquinasa del AMP-c para activar la CREB-1 y 2. La acción de la fosfolipasa A2 es la de estimular la inducción y liberación de aminoácidos excitadores, para secundariamente, por acción retroalimentadora y seguramente por otros sistemas complejos aún no dilucidados, se libere de manera continuada el glutamato a nivel sináptico de forma semejante al NO+ retrógrado (LTP). Figura 5. Proceso bioquímico de la síntesis de proteínas pnémicas a nivel sináptico. En la figura 6 se ilustran los mecanismos subcelulares (moleculares) para describir la participación más explícita de los diferentes y variados sistemas en los que los aminoácidos excitadores vía sistemas ionotrópicos y metabotrópicos inician la activación del proceso de la memoria. En esta figura se observa que el estímulo inicial (visual, olfativo gustativo, sensorial, auditivo o de cualquier otro origen) representado por el potencial de acción (a), induce la despolarización de la membrana (presináptica) activando el sistema del glutamato conduciendo a su liberación a nivel sináptico, para activar receptores ionotrópicos post sinápticos representados por (Ri-AMPA Y Ri NMDA) para permitir la entrada del ión Ca++ del espacio sináptico al post sináptico, que induce mayor concentración a este nivel del mismo ión a partir de su liberación por el retículo endoplásmico, y activar por esta vía la kinasa del AMP-c y la kinasa fosforiladora del AMP-c, e iniciar la transcripción genética a nivel nuclear. Además de la vía ya descrita, el ión Ca++, actuando como un tercer mensajero, estimula la producción de la sintasa del ON+, para liberar ON+ retrógrado, el que va a continuar estimulando la liberación del glutamato presináptico hacia la sinapsis, y con esto mantener un constante estímulo de los Anestesia en México, Vol.17, No.2, (Mayo-Agosto), 2005 Figura 6. Esquema de los biomecanismos moleculares del aprendizaje y la memoria.10 El sistema de la adenil-ciclasa una vez activado por la proteína G y a través de la cascada del AMP-c, activa la quinasa del AMP-c fosforiladora para inducir con la participación de interneuronas moduladores de serotonina, la activación genético nuclear del ARNm, mensajero que transporta la información traductora genética al ADN nuclear, para iniciar la actividad inductora de proteínas reguladoras genéticas denominadas CREB-1 y 2, constructoras de síntesis proteicas necesarias para la estimulación de crecimiento neuronales y nuevas uniones sinápticas. Estos mecanismos aún complejos, dan forma a lo que ahora conocemos como plasticidad y consolidación sináptica, la que permite la facilitación (habituación y sensibilización) del aprendizaje y construir la memoria permanente. 73 El ilustre fisiólogo español Ramón y Cajal, comunicó en 1894 a la Royal Society de London que “El ejercicio mental facilita un gran desarrollo del citoplasma y de sus colaterales nerviosas de la región cerebral que se utiliza y de esta forma, las conexiones nerviosas preexistentes entre grupos de células, pueden ser reforzadas por multiplicación de las ramas terminales de las apéndices protoplasmáticas y de las colaterales nerviosas”. Su razonamiento estaba a 100 años de comprobarse a través de la tecnología y de investigadores que no se desanimaron en ningún momento, logrando así el poder ahora conocer y entender esta maravillosa función cerebral, que nos da la posibilidad de entendernos unos a otros, alcanzar el aprendizaje, recordar y avanzar en nuestros conocimientos. Referencias 1. 74 De La Fuente R. Biología de la mente. Psiquiatría y psicoanálisis. Anestesia en México, Vol.17, No.2, (Mayo-Agosto), 2005 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. México, 1998. Mathew RJ, Wilson WH, Coleman RE, Turkington TG, De Grado TR. Marijuana intoxication and brain activation in marijuana smokers. Life Sci. 1997;60:2075-2089. Kandel ER, Squire LR. Neuroscience: breaking down scientific barriers to the study of brain and mind. Science 2000;290:1113-1120. Schacter DL. En búsqueda de la memoria: El cerebro, la mente y el pasado. Ediciones Barcelona, S.A. Barcelona, España. 2000 Ghoneim MM. 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