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Principios Y Consecuencias
Apóstol Sergio G. Enríquez O.
Guatemala, 1 de julio del Año De La Abundancia
Estamos esperando un derramamiento de espíritu de gracia, con el cual podremos vencer al
pecado; los acontecimientos nos dicen que la venida del Señor Jesucristo está cerca. Iniciaremos
un tiempo para estudiar los principios inmutables y sus consecuencias. Un principio puede ser la
Toráh, la enseñanza, un conjunto de principios inmutables, es decir, que no cambian. Por eso la
ley de Moisés se hizo conforme a los principios inmutables, y la sustancia de donde provienen las
leyes, no cambia, pero la ley si puede cambiar.
Cuando cumplimos o dejamos de cumplir un principio, tarde o temprano habrán consecuencias, no
es en el preciso instante en que se cumple o deja de cumplir que se ve la consecuencia, sino que
puede pasar un tiempo para esto; por ejemplo, Sansón juzgó a Israel, le dieron un tiempo después
de que dejó de cumplir el principio, y 20 años después vino la consecuencia. Otro principio muy
debatido es el principio del diezmo, puesto que el primero que diezmo fue Abraham y todavía no
había ley, ni siquiera era de origen hebreo. Abraham no tenía un heredero, pero al cumplir el
principio, pudo tener un heredero, pues dice la palabra que le fue contado a Leví el diezmo de su
bisabuelo.
Si nos aferramos al cumplimiento de los principios, vendrán buenas consecuencias, pero puede
que estas no se vean de inmediato. Por ello, también tenemos la oportunidad de corregir nuestro
caminar cuando dejamos de cumplir los principios, para que no tengamos malas consecuencias.
Todo el evangelio tiene principios y consecuencias, por ejemplo, el principio de estar llenos del
Espíritu Santo para no satisfacer los deseos de la carne; este principio significa que la
consecuencia será que haremos morir las cosas de la carne en nosotros (Romanos 8:13). Otro
principio es buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todo lo demás vendrá por
añadidura.
Necesitamos pedir al Señor que nos revele esto para que nuestra vida vaya siendo cambiada, el
cumplimiento de estos principios traerá consecuencias que pueden venir en un proceso, es decir,
no se verán de forma instantánea; por ejemplo, la medicina homeopática, tiene el principio de que
no se ataca la enfermedad directamente, si no que activa el organismo para que éste ataque y
luche contra la enfermedad, cosa que lleva un tiempo más largo que la medicina convencional. De
igual manera Dios da un tiempo para cambiemos nuestra forma de actuar, arrepintiéndonos, para
volver a cumplir los principios.
Mateo 12:30 LBLA El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo,
desparrama.
El no estar con el Señor es un principio y la consecuencia sería estar en contra. El no estar con el
Señor en algun momento puede ser algo neutral, pero conforme vaya pasando el tiempo, puede
tener entonces una consecuencia, por ejemplo el Faraón dice la Palabra que él endureció su
corazón cada vez que vio una señal de Dios para que el pueblo de Israel saliera de Egipto. Dios
entonces vio que endurecer el corazón era lo que el Faraón quería constantemente y por eso
endureció su corazón al final, pero esto ya no tenía revés, si Dios endurece, nadie suaviza. Por
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ello es que debemos dar gracias a Dios si tenemos un corazón sensible o suave, pues Dios puede
cambiar sentencias para alguien si ve que su corazón es suave.
En este versículo dice que todo aquel que desparrama o esparce es porque no recogió con el
Señor, el principio sería entonces: “ven recoge conmigo para que no desparrames”. La palabra
skorpizo (G4650), tiene varios significados: desperdiciar, desparramar, dispersar, esparcir. Hemos
puesto especial atención en la palabra esparcir.
Se esparce necedad, calumnias, rumores, luto, maldiciones, a Jezabel y mala fama. Las personas
que esparcen estas cosas, es porque no han recogido con el Señor, y lo que hay en su vientre es
lo que pueden esparcir. A Jezabel se la comieron los perros, y una profecía de Elías decía que iba
a ser esparcida como estiércol, la única manera que podía ser esto, era que fuera comida por
animales, tal como sucedió. Los perros según la Biblia, son de los 5 tipos de personas que nos
tenemos que cuidar, de los mutiladores del cuerpo (falsos apóstoles), de los falsos profetas, de los
malos obreros (falsos evangelistas), de los fariseos y escribas (falsos maestros) y de los perros
que son los falsos pastores, éstos se comen la falsa doctrina y la esparcen, porque no recogieron
con el Señor.
Ahora bien, si recogemos con Cristo, no recogeremos todas estas maldades, pero debemos saber
qué vamos a recoger con el Señor: con Él se recoge a los aguiluchos y a los polluelos. Sigamos
entonces con lo que podemos recoger.
Rut 2:16 LBLA También sacaréis a propósito para ella un poco de grano de los manojos y lo
dejaréis para que ella lo recoja, y no la reprendáis.
En los tiempos de este pasaje, había una ley que decía que los primeros frutos que se recogían
eran las primicias, después se recogía la cosecha y entonces las viudas y los huérfanos podían
recoger lo que se les caía a los siervos que cosechaban, por lo que debían agacharse para
recogerlo; esto significa que para poder recoger con el Señor, debe haber una actitud de
humillación.
De igual forma la mujer que tocó el borde del manto del Señor, tuvo que humillarse y pasar
arrastrada entre los pies de todos los que estaban alrededor del Señor y entonces pudo tocar el
borde del manto. Esta mujer tenía anemia, además de eso era una mujer inmunda, pero logró
llegar al manto del Señor y sacar de Él virtud. Esto nos dice que para poder obtener victorias en el
Señor debemos humillarnos.
Ahora bien, en este pasaje se relata que Booz quería ayudar a Rut y pidió a sus siervos que no
fueran solo espigas las que dejaran, si no también grano de los manojos, para que ella pudiera
recogerlo y que nadie la reprendiera por ello. Esto significa que Dios quiere que llevemos grano a
nuestra casa, para que nosotros mismos lo procesemos, lo metamos en el molino, saquemos
harina y hagamos nuestro propio pan, es decir, que recojamos el grano de la Palabra, aquel que se
da en un mensaje, y lo procesemos y hagamos nuestro propio pan. Si hacemos esto, será muy
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difícil que esparzamos alguna de las cosas que no se recoge con el Señor. Aquellos que
predicamos, debemos tratar de recoger las espigas o el grano que ha quedado de la predicación
de otro, pero siempre respetando y mencionando de dónde se recogió el grano.
Salmos 113:7 BLA Al pobre lo recoge desde el polvo, de la mugre retira al desvalido.
Con el Señor se recoge a los pobres, esto significa que aquellos que recogen con el Señor también
tienen la necesidad de ayudar a lo pobres o a los necesitados. Dios quiere que nuestra sensibilidad
se despierte para poder ir a los lugares donde hay necesidad y poder llevar ayuda. Debemos
atender la Palabra, pero no debemos descuidar el hacer el bien a aquellos que tienen más
necesidad que nosotros, esto es recoger al pobre.
Proverbios 13:11 LBLA La fortuna obtenida con fraude disminuye, pero el que la recoge con
trabajo la aumenta.
Sabemos bien que no predicamos una doctrina de prosperidad, pero si predicamos que Dios
puede prosperar a aquellos que trabajan y se esfuerzan para poder obtener su sustento. El Señor
es el dueño del oro y de la plata, pero todo hombre debe esforzarse para obtener lo que el Señor le
quiere dar. Debemos trabajar y esforzarnos para poder ser prosperados; también debemos
enseñar a las nuevas generaciones que la prosperidad no viene por ganancias fraudulentas, si no
por trabajo y esfuerzo.
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