Download Homilía Reunificación por P. José a.s.Reyes CJM Venezuela
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“Corazón de Jesús, fuente de todos los bienes, a ti la gloria y la alabanza por siempre” San Juan Eudes Solemnidad de los apóstoles San Pedro y San Pablo Caracas, 29 de junio de 2014 Excelentísimo Mons. Pedro Nicolás Bermúdez Villamizar, Obispo Auxiliar emérito de Caracas, apreciados hermanos sacerdotes, queridas hermanas Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, hermanos y hermanas, amigos, colaboradores y bienhechores todos, para la gran familia Eudista es una inmensa alegría, celebrar esta eucaristía de acción de gracias por todas las bondades que ha tenido y tendrá el Corazón misericordioso del Padre Eterno. Desde el 9 de enero de este año, se nos informó la noticia de la decisión de REUNIFICACIÓN por fusión de las hermanas de Nuestra Señora de la Caridad y hermanas del Buen Pastor. El Equipo de Liderazgo Congregacional de las Hermanas de nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor se reunió para discernir la solicitud realizada por Capítulo General de la Unión de las Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad pidiendo reunificación a través de la fusión. Para esto, se revisaron los resultados de la reflexión teológica a la cual el 100% de las unidades respondieron. De la respuesta recibida el 99.50% dijo que "SI”. Los comentarios incluyeron mensajes inspiradores de acogida, alegría, felicidad, reconciliación, esperanza, gratitud, amistad, respeto, sensibilidad, compasión, la comunión y el enriquecimiento mutuo. Todo el proceso que fue llevado por las hermanas de NSC, demostró que el 100% de las hermanas tomaron la decisión personal de aceptar la petición del Capítulo General. Pero mucho antes, ya por los años 1978 a 1983, debo recordar, que con Mons. Nicolás Bermúdez quien hoy preside esta celebración, ya se habían dado los pasos para fortificar dicha unión, las hermanas en Francia, España, México, Irlanda y Estados Unidos, son testigos y protagonistas de ese trabajo inicial, buscaban con esa ayuda mutua una formación común. El Equipo de Liderazgo Congregacional de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor aprobó por unanimidad la fusión! Momento emocionante e histórico a la vez que queda grabado en los corazones de los hijos e hijas de San Juan y de Santa María Eufrasia, demos gracias a Dios por este gran gozo. Qué bueno es celebrar este gran acontecimiento en el contexto de las solemnidades del Corazón de Jesús y María, y en la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, pilares fundamentales en la Iglesia Naciente de nuestro Señor, heraldos de la Nueva Evangelización, testimonios que nos muestran la gracia y bondad de Dios. “Alegrémonos todos en el Señor, al celebrar la fiesta en honor del Corazón amantísimo de nuestro Señor Jesucristo; los serafines adoran su amor cantando al unísono: Este es Aquel que reina para siempre”, nos recordaba la antífona de entrada, parte de los textos propios que elaboró nuestro fundador para esta gran ocasión. San Juan Eudes estaba convencido de la novedad de esta hermosa devoción y de este culto litúrgico, tenía un profundo sentido de la tradición de la Iglesia, pero sabía que Dios no cesa de crear lo nuevo, de inventar un futuro inédito. Por eso, San Juan Eudes, exhorta a sus hermanos de ayer y hoy a “abrazar con gozo y júbilo la solemnidad del Divino Corazón de nuestro amable Jesús”. Repasando un poco la historia de nuestro Padre fundador y en una época en que el jansenismo helaba las relaciones del hombre para con Dios, como ahora, San Juan Eudes levantó el estandarte del “Amor de Cristo” simbolizado en su Corazón, y un corazón sin espinas, ya que este refleja la misericordia del Padre, estandarte del amor que hoy más que nunca debemos levantar todos los miembros de la gran familia eudista, todo bautizado y bautizada que creemos en ese Amor Salvador y que nos ha cambiado la vida. Elocuentes sermones y doctos escritos, cartas familiares y conversaciones íntimas, ardientes súplicas y fervorosas oraciones lograron que San Juan Eudes fuera el primero en rendir público homenaje a los Sagrados Corazones de Jesús y María, con misas y oficios para las festividades que se celebraron en octubre y febrero; declarado luego por el Papa León XIII, en el decreto sobre heroicidad de virtudes como “Autor del culto litúrgico de los sagrados Corazones de Jesús y María”; después, San Pío X en 1909, en la beatificación y Pío XI en 1925, en la canonización, comprometieron su autoridad al declarar solemnemente a San Juan Eudes, en las respectivas bulas, “El Padre, Doctor y Apóstol del culto litúrgico a los sagrados Corazones de Jesús y María”. Históricamente es incontrovertible. Las fechas son claras. Antes de San Juan Eudes no hubo en la Iglesia, en ninguna parte, Misa y Oficio en honor del Corazón de Jesús. La primera fiesta litúrgica en Paray-le-Monial se celebró en 1686”. Ya decía alguien que “a los Eudistas les gusta celebrar”, a las hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor también celebran, esto es una gran verdad, la historia misma se ha encargado de confirmarlo. Pero, ¿Cómo no celebrar, alabar y bendecir al Señor en su amabilísimo Corazón, él que es el autor de la vida, del Amor y de la Paz, quien tanta felicidad y bien ha traído a la humanidad, empezando por el bien inestimable de la salvación para cada uno de nosotros? Como familia, acojamos esta hermosa herencia que nos legó San Juan Eudes. Herencia que es nuestra identidad y sello Eudista y por supuesto de Uds. también queridas hermanas. A lo largo de toda la historia hemos sido fieles a nuestro patrimonio, viviendo y celebrando las riquezas de un gran tesoro que NO se nos dio solo para nuestro propio disfrute, sino para entregarlo como propiedad de toda la iglesia, un don del Espíritu Santo. La experiencia de San Juan Eudes ha sido muy original, su devoción se dirige primero al Corazón de María y desde ella al Corazón de Jesús, que conforman uno solo. Honrar el Corazón de María, es honrar el Corazón de Jesús, “El Corazón de María es Jesús”. Esa manera de honrar el amor de Jesús, y de su Santísima Madre era el fruto normal del ardiente anhelo de hacer que todos los hombres y mujeres comprendieran cuánto nos ama Dios y cuánto debemos amarnos los unos a los otros. El distintivo de todo discípulo y misionero de Jesús, es el Amor, amor a Dios y amor a los hermanos, mandato Divino, “Como el Padre me ha amado, así los he amado yo: permanezcan en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he hablado de esto para que mi alegría esté con ustedes, y su alegría llegue a plenitud. Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado” (Cf. Jn 15, 9-17). Hoy, a cada uno de nosotros, San Juan Eudes nos dice de igual forma como lo hizo en su tiempo con sus hermanos: “Suplico y conjuro a todos mis amadísimos hermanos que se esmeren en rendir a ese Corazón amantísimo y hacerle rendir todo el honor que les sea posible. Que celebren sus fiestas y oficios en los días señalados en nuestro Propio con todo el fervor y que en todas sus misiones exhorten a los fieles sobre este tema. Les pido que se esmeren por imprimir en sus corazones una imagen perfecta de sus virtudes, considerándolo y siguiéndolo como la regla primera de su vida y lleguen a ser conformes al Corazón de Dios e hijos verdaderos del Corazón de Jesús y María” (Cf. Carta a sus hermanos, 29 de Julio de 1672). Que la poderosa intercesión de la Santísima Virgen María, en su amabilísimo Corazón, nos permita entregarnos también nosotros mismos en un solo corazón, como lo hizo su amado Hijo, y que su infinito y misericordioso amor penetre en lo más íntimo de nuestro corazón. ¡Viva y reine Jesús y María…! Amén. P. José Antonio Sabino Reyes, CJM Superior Provincial en Venezuela