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Fray O.P. Eugenio Ruiz Prieto El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano Salmo 15 Bodas de Oro Sacerdotales Granada, 19 de Diciembre 1964 Cádiz, 19 de Diciembre 2014 Iglesia Conventual de Santo Domingo “Qué cerca nos sentimos de Jesús desde el encuentro fraterno, desde el cariño” Fray Eugenio Ruiz Prieto O.P. Fray O.P. Eugenio Ruiz Prieto N ace en Villanueva de San Carlos, Ciudad Real, en las estribaciones de Sierra Morena, un caluroso 14 de agosto, vispera de la Asunción de la Virgen. Sus padres Ramón y María Teresa, personas nobles, bondadosas y trabajadoras, hijos a la vez de padres provenientes de familias nobles manchegas numerosas, once hermanos tenía su padre y nueve su madre. De corta edad fue enviado al Colegio que los padres dominicos regentaban en Almagro. Al terminar el bachillerato decide, por consejo del director espiritual del Colegio, entrar en el noviciado que tenían los padres dominicos en la sierra de Córdoba. Hizo su primera profesión religiosa a los 18 años, trasladandose después a Granada al estudio general dominicano de esta ciudad. Fue ordenado sacerdote el 19 de diciembre de 1964 continuando sus estudios en Madrid donde se licenció en Filosofia. Su primer destino fue el convento de San Agustín en Córdoba donde se le asignó la dirección de la Residencia Universitaria. Despues de tres años fue destinado a Granada al Colegio Mayor “Santa Cruz la Real” donde fue reconocida su labor pastoral con los universitarios y las celebraciones multitudinarias de las “misas de la juventud” donde era conocido como “Fray Ye-Ye”. Su traslado a Cádiz supuso un reto importante para Fray Eugenio: la dirección del Colegio Mayor y la fundación de la “Comunidad Juvenil Cristiano de Santo Domingo” siendo obispo de la diócesis Don Antonio Dorado Soto. Entre otras labores pastorales de la Comunidad, cada año invitaba a algún prelado entre los que se recuerdan al Cardenal Tarancón, Monseñor Cirarda, Don Antonio Montero... Posiblemente sea esta etapa en la vida de Fray Eugenio, de las más fecundas e influyentes en la formación religiosa y humana de un gran número de jovenes gaditanos, que aún mantienen una relación muy cercana y afectiva entre ellos y sus familias. De allí salieron vocaciones al sacerdocio dominicano y personas muy comprometidas con el evangelio. De Cádiz a prior de Almagro, covento con mucha solera en la Orden, en el que Eugenio había estudiado de joven. Y de Almagro a Roma, para continuar su formación, esta vez la licenciatura en Teología espiritual en la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino. De allí fue destinado a Málaga como prior del convento de los dominicos, donde sirvió durante 22 años como rector y director espiritual de la Basilica de la Esperanza. En Málaga, el periodo más largo de su servicio pastoral, ejerció durante ocho años el cargo de presidente de la CONFER diocesana y otros ocho de vicepresidente. En Julio de 2012, es destinado por el obispo de la diócesis a la parroquia de San José Obrero de Málaga, donde a día de hoy continua con su labor pastoral. El Dios Necesario BIENVENIDOS… BIENHALLADOS A esta celebración de las BODAS DE ORO de la ordenación como sacerdote del Rvdo. Padre Eugenio Ruiz Prieto de la Orden de Predicadores. Cincuenta años de servicio a la Iglesia, de servicio a los hombres, de predicar el evangelio… Cuando se ordenaba, un 19 de diciembre de 1964, en Granada, no podía ser consciente del verdadero alcance de su vocación. Vocación a la que no era ajena el talento de su madre, ni el carácter de hombre leal, donde los hubiere, de su padre. Y por supuesto la influencia cercana del carisma de Santo Domingo con la Comunidad de los padres dominicos de Almagro, a media mañana en mula que lo llevaba su padre desde el Pardillo, su pueblo. Pero únicamente podemos buscar la inspiración profunda de su vocación de sacerdote en la fuerte seducción temprana que siente por la figura de Jesús de Nazareth y la urgente necesidad de vivir y trasladar a los demás su Palabra de Vida Eterna. Su predicación ha sido una constante invitación a vivir la Palabra que hoy celebramos jubilosamente tras 50 apasionantes años. Años donde somos legión los seducidos a su vez por un DIOS NECESARIO que siempre ha defendido con gran vehemencia como pastor de la Iglesia. Un DIOS NECESARIO que compartimos y que manifiesta no solo en la predicación sino sobre todo a lo largo de su vida. Un Dios que resiste en el mundo… si el hombre resiste humanamente, y no desiste subhumanamente… como se recoge en la encíclica Populorum Progresio de un Pablo VI, con el que nuestro dominico se identifica plenamente… dice en su párrafo 14 dicha enciclíca; “Lo que cuenta para nosotros es el hombre, cada hombre, cada agrupación de hombres, hasta la humanidad entera”. Amigas/os, hermanos en el Cuerpo de Jesucristo… venidos de aquellos lugares por donde ha pasado nuestro cura; Almagro, Córdoba, Granada, Málaga y tantos otros. Bienvenidos. Bienhallados. La Comunidad de Cádiz se siente gozosa de poder celebrar con vosotros La Eucaristía en esta Iglesia a la que tenemos un inmenso cariño. Cuantas horas y horas juveniles hemos pasado en estos bancos… recordáis como distraíamos nuestra mente con la visión de la figura de Santo Domingo del que nos intrigaba la compañía de su perro fiel que porta una misteriosa tea ardiendo… Uno de los poetas de cabecera de nuestro fraile, Federíco García Lorca, decía; “Si la esperanza se apaga y la Babel comienza ¿Qué antorcha iluminará el mundo…?” nosotros no sabíamos que la respuesta a Federico figura en el Himno de la Orden de Predicadores, y que ese perro, siempre leal a su dueño, nuestro Padre Domingo, con su tea ardiente iluminará el mundo. Aquellos años, de grandes cambios sociales alrededor, en nuestro corazón palpitaba la apuesta por la bondad, por la belleza, por la verdad… Una verdad que no se tiene, sino que se encuentra como nos muestra el carisma dominico. Renovemos en esta eucaristía nuestra apuesta por todo ello… prendamos nuestra tea ardiente de nuevo, seamos portadores de esperanza, sin miedo, y como en aquellos años sin importarnos si hacemos ruido en la vida y en el mundo. Amigas, amigos disfrutemos de esta Eucaristía, de la alegría del encuentro de tanta alma insatisfecha que a través de cincuenta años el Padre Eugenio nos ha ido contagiando allá por donde ha ido pasando, contando siempre con la ayuda de María la Madre de Dios; Ya sea bajo la advocación como Virgen de La Candelaria en la Alameda, o la del Rosario en el itinerario dominicano o como Virgen de La Esperanza en Málaga… Ildefonso Gómez Ramos Jimena de la Frontera 19 de noviembre de 2014 Tio Eugenio... GRACIAS L as palabras pasan por nuestra mente y por nuestro aliento sin apenas rozarlas. Las pronunciamos, pero ignoramos la presencia que existe tras ellas. La palabra “gracias” es un ejemplo de esta disolución del lenguaje. De tanto usarla, oculta bajo tantos formalismos, el brillo original de su significado se ha ido difuminando. Pero, lejos de ese sonido mecánico con el que cumplimos una convención más, dar las gracias encierra una comunión, un encuentro sincero con el otro. Gracias es la extensión verbal de un abrazo que necesita, para ser real, un requisito indispensable: hablar desde el corazón. Tengo la suerte -y doy gracias por ello- de pertenecer a una familia donde se practica esta comunicación que brota del corazón. El tío Eugenio ha sabido transformar esta virtud en un camino de vida. Pero si fue capaz de articular su realidad a través de los latidos, es porque contaba con una semilla que ya reverdecía en sus padres. En aquella casa, en aquella panadería, vivían dos militantes de un humanismo sincero y sencillo, que supieron transmitir e integrar en el corazón de sus hijos. El abuelo Ramón y la abuela María ya no están aquí, pero en la medida en que su ejemplo sigue vivo en los actos y en la memoria de los que vinimos tras ellos, siempre estarán entre nosotros. Especialmente en días como hoy, es necesario no olvidar esto. Decía María Zambrano que “el corazón es el símbolo y representante máximo de todas las entrañas de la vida, la entraña donde todas encuentran su unidad definitiva, su nobleza”. De entraña a entraña, de alma a alma, el tío Eugenio ha conseguido hacer del verbo un puente hacia el otro. A lo largo de estos 50 años, somos muchos los que hemos sido seducidos por la llamada de su verbo y nos hemos adentrado por este puente que siempre conduce hacia un descubrimiento de nosotros mismos. Practicar el tacto del corazón es la forma más efectiva de convertir al otro. No tanto a un ideología, a una bandera o a una religión, sino a la humanidad, único lugar desde el cualquier ideología, cualquier bandera o cualquier religión cobran sentido. El corazón no busca tanto convencer, como hacer aliados. Desde allí, el tío Eugenio ha mantenido viva la militancia de sus padres, mientras ayudaba a comprender que, solo cuando brota desde este compromiso con la humanidad, ser cristiano puede tener un significado real. Actuar desde el corazón no siempre es sinónimo de ser bueno. Su presencia no nos exime del riesgo de equivocarnos, ni cura nuestras imperfecciones. Pero su impulso siempre busca la luz, porque allí está su hábitat natural. De todas las formas de equivocarnos que tenemos a nuestra disposición, las que implican al corazón son las únicas que merecen la pena. En estos tiempos en que los argumentos se multiplican con un ritmo frenético, mientras las palabras están cada vez más lejos de las personas que las pronuncian, solo el que habla desde el corazón merece ser escuchado. Por eso nunca han faltado oídos dispuestos a acercarse a su predicación, porque el verbo que utiliza el tío Eugenio sabe hermanar. Y si algo necesitamos entre tanta incertidumbre social y espiritual, es saber que la esperanza de una comunicación humana y verdadera, sigue siendo posible. Doy gracias por haber tenido una fuente tan próxima para adquirir un conocimiento tan esencial y necesario. Y solo en la medida en que los que hemos compartido esta enseñanza sigamos propagándola, estos 50 años de encuentro que hoy celebra el tío Eugenio, tendrán sentido. Gracias. Ramón Ruíz Ruíz Ciudad Real 30 de noviembre de 2014 Lecturas Isaias 63-64 Porque tú eres nuestro padre, porque Abraham no nos conoce ni Israel se acuerda de nosotros. ¡Tú, Señor, eres nuestro padre, “nuestro Redentor” es tu Nombre desde siempre! ¿Por qué, Señor, nos desvías de tus caminos y endureces nuestros corazonespara que dejen de temerte? ¡Vuelve, por amor a tus servidores y a las tribus de tu herencia! Cuando hiciste portentos inesperados, que nadie había escuchado jamás, ningún oído oyó, ningún ojo vio a otro Dios, fuera de ti,que hiciera tales cosas por los que esperan en él. Tú vas al encuentro de los que practican la justicia y se acuerdan de tus caminos. Confesión de los pecados y súplica Tú estás irritado, y nosotros hemos pecado, desde siempre fuimos rebeldes contra ti. Nos hemos convertido en una cosa impura, toda nuestra justicia es como un trapo sucio. Nos hemos marchitado como el follaje y nuestras culpas nos arrastran como el viento. No hay nadie que invoque tu Nombre, nadie que despierte para aferrarse a ti, porque tú nos ocultaste tu rostro y nos pusiste a merced de nuestras culpas. Pero tú, Señor, eres nuestro padre, nosotros somos la arcilla,y tu, nuestro alfarero: ¡todos somos la obra de tus manos! Carta a los Hebreos, 5 “Todo sumo sacerdote es tomado de entre los hombres, y le piden representarlos ante Dios y presentar sus ofrendas y víctimas por el pecado..Es capaz de comprender a los ignorantes y a los extraviados, pues también lleva el peso de su propia debilidad por esta razón debe ofrecer sacrificios por sus propios pecados al igual que por los del pueblo..Pero nadie se apropia esta dignidad, sino que debe ser llamado por Dios, como lo fue Aarón..Y tampoco Cristo se atribuyó la dignidad de sumo sacerdote, sino que se la otorgó aquel que dice: Tú eres mi Hijo; te he dado vida hoy mismo..Y en otro lugar se dijo: Tú eres sacerdote para siempre a semejanza de Melquisedec. En los días de su vida mortal, presentó ruegos y súplicas a aquel que podía salvarlo de la muerte; este fue su sacrificio, con grandes clamores y lágrimas, y fue escuchado por su religiosa sumisión..Aunque era Hijo, aprendió en su pasión lo que es obedecer..Y ahora, llegado a su perfección, es fuente de salvación eterna para todos los que le obedecen, conforme a la misión que recibió de Dios: sacerdote a semejanza de Melquisedec. A propósito de esto tendríamos muchas cosas que decir, pero nos cuesta exponerlas, porque se han vuelto lentos para comprender”… Lucas, 22 Cuando llegó la hora, se puso a la mesa con los apóstoles; y les dijo: “Con ansia he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer; porque os digo que ya no la comeré más hasta que halle su cumplimiento en el Reino de Dios.” Y recibiendo una copa, dadas las gracias, dijo: “Tomad esto y repartidlo entre vosotros; porque os digo que, a partir de este momento, no beberé del producto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios.” Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío.” De igual modo, después de cenar, la copa, diciendo: “Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros. Entrada Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. Vienen con Alegria Vienen trayendo entre sus manos esfuerzos de hermanos por la paz, deseos de un mundo más humano que nacen del bien y la verdad. ESTRIBILLO. Eucaristía Cuando el odio y la violencia aniden en nuestro corazón, el mundo sabrá que por herencia le aguardan tristezas y dolor. ESTRIBILLO. Levanto mis ojos Vienen trayendo la esperanza a un mundo cargado de ansiedad, un mundo que busca y que no alcanza caminos de amor y de amistad. ESTRIBILLO. Interleccional VIENEN CON ALEGRÍA, SEÑOR, CANTANDO VIENEN CON ALEGRIA, SEÑOR, LOS QUE CAMINAN POR LA VIDA, SEÑOR, SEMBRANDO TU PAZ Y AMOR. / (2) El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. (bis) No permitirá que resbale tu pie, tu guardián no duerme; no duerme ni reposa el guardián de Israel. El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. (bis) El Señor te guarda a su sombra, el Señor está a tu derecha; de día el sol no te hará daño, ni la luna de noche. El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. (bis) El Señor te guarda de todo mal, el Señor guarda tu alma; él guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre. Maranatha (Ricardo Cantalapiedra) ¿Adónde irán nuestras vidas? ¿Adónde irán nuestras penas? ¿En dónde está la alegría? ¡Ay! ¿En dónde la primavera? ¿Adónde irán nuestras vidas? ¡Ay! Si un salvador no nos llega. ¡Eh! Maranatha, maranatha, maranatha. ¿Qué será de nuestros hijos? ¿Qué será de nuestra tierra? ¿Qué será de los que sufren? ¡Ay! ¿Qué será de los que esperan? ¿Qué será de nuestros hijos? ¡Ay! Si un salvador no nos llega. ¡Eh! Maranatha, maranatha, maranatha. ¿Para qué tantas palabras? ¿Para qué tantas promesas? ¿Quién cambiará nuestra suerte? ¡Ay! ¿Quién pondrá luz en las sendas? ¿Para qué tantas palabras? ¡Ay! Si un salvador no nos llega. ¡Eh! Maranatha, maranatha, maranatha. Está acabando la noche y un nuevo día se acerca vuelve a nacer la esperanza, ¡ay! y se apaga la tristeza y las estrellas nos dicen, ¡ay! que un salvador ya está cerca. ¡Eh! Maranatha, maranahta, maranatha. (bis) Comunión Amar es darse Amar es darse a todos los hermanos uniendo en nuestras manos el gozo y el dolor; y al amarnos el mundo se renueva, la vida siempre es nueva: siempre es nuevo el amor. Yo sé, Señor, que aunque hablara las lenguas del mundo, aunque todos me llamen profeta, si no puedo amar, soy solo un rumor. Yo sé que sabiendo las ciencias extrañas, conociendo secretos ocultos, seré poca cosa si no tengo amor. Yo sé, Señor, que aunque tenga una fe tan intensa que traslade montañas y rocas de nada me sirve si no tengo amor. Yo sé que aunque queme mi cuerpo en las llamas, aunque todo lo entregue a los pobres, si no puedo amar es todo ilusión. Yo sé, Señor, que la vida imperfecta del hombre, las palabras y ciencias transcurren como un ave errante que cruza veloz. Yo sé que aunque el tiempo devore la tierra y el olvido sepulte la historia en medio de todo perdura el amor. Eucaristía Ofrendas Acción de Gracias Final El Señor Cerca Está ¡Salve!, Estrella de los mares, de los mares iris, de eterna ventura. ¡Salve!, ¡oh, Fénix de hermosura! Madre del Divino Amor. La Virgen sueña caminos, está a la espera, la Virgen sabe que el Niño está muy cerca. De Nazaret a Belén hay una senda, por ella van los que creen en las promesas. LOS QUE SOÑAIS Y ESPERAIS LA BUENA NUEVA ABRID LAS PUERTAS AL NIÑO QUE ESTÁ MUY CERCA EL SEÑOR CERCA ESTÁ, ÉL VIENE CON LA PAZ. EL SEÑOR CERCA ESTÁ, ÉL TRAE LA VERDAD. En estos días del año, el pueblo espera que venga pronto el Mesías a nuestra Tierra. En la ciudad de Belén llaman las puertas pregunta en las posadas y no hay respuesta. Eucaristía La tarde ya lo sospecha, está alerta, el sol le dice a la luna que no se duerma. A la ciudad de Belén vendrá una estrella, vendrá con todo el que quiera cruzar fronteras. Salve marinera De tu pueblo, a los pesares tu clemencia dé consuelo. Fervoroso llegue al cielo y hasta Ti, y hasta Ti, nuestro clamor. ¡Salve!, ¡salve!, Estrella de los mares. ¡Salve!, Estrella de los mares. Sí, fervoroso llegue al cielo, y hasta Ti, y hasta Ti, nuestro clamor. ¡Salve!, ¡salve!, Estrella de los mares, Estrella de los mares, ¡Salve!, ¡salve!, ¡salve!, ¡salve!. saecula fuere rebelles”* Chronica Adefonsi Imperatoris. Siglo XII “Los hombres de Castilla por siglos fueron rebeldes” “Castella vires per