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POEMA
Quédate con las migajas
Rafael Castillo Camacho
Al C. enrique peña nieto
a propósito de las reformas
Quédate con las migajas señor presidente;
mi cuerpo desmembrado y famélico necesita más que eso para vivir
mi corazón, oro negro, es jugado cual harapo a los dados por extranjeros
que compran nuestra dignidad con tres dólares y un espejito.
Lobos sin traje de cordero que entierran sus colmillos no sólo en aguas profundas,
lucran con nuestra energía como si Dios les cobrara por encender el sol.
Quédate con las telecomunicaciones;
que mi conciencia sabe más de lo que me quieres ocultar,
pues escucha utópicos susurros de mis antepasados,
brisa de justicia se alimenta en la plaza de las tres culturas.
Apaga un momento la tele y escucha en tu corazón señor presidente
el canto de los que murieron por tu libertad,
Los ríos de sangre que tiñeron tu bandera
y los verdes prados en donde creció tu dignidad.
Escucha la música que somos, un sonido que jamás podrás censurar.
Quédate con tu INE señor presidente;
menos que migajas, una astilla del mismo palo,
no sabe contar mi voz, ni sabe escuchar el tono de mis lamentos.
Judas vestido de Judas, a sueldo fijo con mi dinero.
Se refugia a tu falda como insignia de compra electoral,
como un trofeo robado mientras perdías la batalla,
como un discurso pagado a tus incrédulos creyentes.
Quédate con tu educación tele novelesca;
enajenante, que somete en somnolencia a mi país.
Baja el volumen de la televisión señor presidente,
cáncer inclemente que contagias a decisión,
sombra en HD que nubla el brillo de las tiernas mentes.
Palabras oficiales que nos decrecen, mentiras que se vuelven ciertas
y estridentes enmudecen a la imaginación, nos olvidan de la utopía,
nos enseñan a conformarnos, nos domestican.
Quédate con tu “nueva” Hacienda;
arca saboteada, guillotina adornada de diamantes, tesoro robado
¿dónde queda el esfuerzo que le restan a mi nómina?
¿cuándo elegí ser traicionado por mi propia sangre?
¿quién me preguntó si quería solventar bacanales jurídicos?
¿cuánto? Lo sé antes de saberlo, más de lo que puedo imaginar.
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POEMA
Rafael Castillo Camacho
Quédate con el cambio;
que estoy cansado de felices ocurrencias para saquearme.
Porque tu nombre lo escribo con minúsculas,
porque tu voz no es un aliento de nuestros verdes valles,
sino de 70 años de cadáveres escondidos en cloacas.
Quédate con tus reformas señor presidente
pues yo tengo esta pluma y esta lengua que saben cantar.
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