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Victoria sobre Vida Egocéntrica 1 “Victoria sobre la Vida Egocéntrica” Un estudio para incrementar el discernimiento espiritual. Encontrar la liberación de las ataduras del yo. Enriquecer nuestra relación con Dios y con los demás. Entrar en nuestra herencia y dar fruto divino . LA NECESIDAD DE UN NUEVO CORAZON La rebelión y un corazón duro fueron los mayores problemas de Israel, y también son los nuestros (Neh. 9:26-30). La necesidad más grande de la humanidad siempre ha sido tener corazón y espíritus nuevos. Por eso, Dios proveyó un nuevo pacto mediante el cual un nuevo corazón fuese posible y accesible a toda persona a someter su vida a esa operación (Jer. 31:3131-33; Ez. 11:19-20; 36:25-27). ¡Pero al no permanecer en la senda de Dios, frustramos esta obra! ¿Qué queremos decir por “corazón”? Cuando las Escrituras hablan del corazón, no se refiere a ese órgano del cuerpo que bombea sangre. Lo que da vida y estímulo al resto del cuerpo no es el corazón físico y carnal que está en el centro del pecho. Cuando la Palabra de Dios habla del corazón, se refiere al centro mismo de nuestro espíritu, al meollo de nuestro ser, en el cual reposan nuestras más profundas motivaciones. Este también es el lugar de concentración de nuestros verdaderos problemas. El corazón es realmente mucho más profundo que la mente (aunque en la mente tenemos muchos problemas). La mente es el instrumento de análisis y lógica. Pero el corazón le dicta a la mente lo que debe meditar. El corazón es el asiento de nuestros afectos, motivaciones, y objetos de adoración. La mente recibe estimulo de parte del corazón. Jesús predicó sobre el corazón, más que sobre cualquier otro tema. El corazón alberga todos nuestros verdaderos problemas (Mt. 15:18-20; Mt. 7:21-23). Jesús dijo: “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez”. Por lo tanto nuestra mayor necesidad es tener un corazón tierno, dócil y transformado. Se nos advierte que “guardemos (protejamos) nuestros corazones con todo diligencia, ya que del corazón mana la vida” (Pr. 4:23). Iglesia Cristiana “Luz de Cristo” www.iglesialuzdecristo.org Victoria sobre Vida Egocéntrica 2 Todos los actos, elecciones y decisiones de nuestras vidas, surgen de lo más profundo de nuestro corazón. Incluso un creyente lleno del Espíritu Santo y con una vida crucificada, debe guardar su corazón continua y cuidadosamente contra el orgullo y los excesos (2 Co. 12:7). DESCONOCEMOS LO QUE HAY EN NUESTROS CORAZONES Nosotros no nos conocemos, ni sabemos que es exactamente lo que no hace falta (2 Cr. 32:31) Dios permite que a nuestras vidas lleguen situaciones y personas que nos muestran lo que tenemos por dentro del corazón (1 Cr. 28:9). Dios lleva a Su pueblo por el desierto para mostrarle lo que hay en su interior (Dt. 8:2). El propósito de los tiempos áridos y difíciles es ayudarnos a ver lo que yace dentro de nosotros mismos. En realidad, no conocemos nuestros corazones; eso nos lo tiene que mostrar Dios. El salmista oraba para que Dios le mostrara su ego. “Líbrame de los errores que me son ocultos” (Sal. 19:12). “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos” (Sal. 139:23-24). Pablo dijo que quería conocerse a sí mismo como Dios le conocía (1 Co. 13:12). Él confesó también que desconocía lo que había en su corazón, pero que Dios si lo sabía (Lea. 1 Co. 4:3-5) (Vea también Lv. 4:2-3; 4:13; Lc. 9:55). Jeremías dijo que el corazón es engañoso y desesperadamente perverso, y que nadie puede conocerlo. Dios tiene que mostrarnos lo que Él ve. Es orgullo pensar que nosotros, sin revelación divina, podemos discernir lo que hay en los corazones de otros o en el propio, solo contando con nuestra propia intuición, instinto o inteligencia. El Senor es el único que sabe, y es Él quien nos debe enseñar. (Pr. 21:2; Jer. 17:9-10). Job no podía ver el problema que tenía en el corazón. Después de convencerse de su necesidad, la confesó, y fue liberado de su prueba. Después de conocer a Dios, lo más importante que debemos hacer, es conocernos a nosotros mismo y saber qué es lo que hay en el fondo de nuestros problemas. Quedaremos libres de una atadura solo hasta que la veamos, la confesemos y le pidamos a Dios su misericordia y limpieza. Noventa por ciento de la solución está en reconocer el problema. Lo que pensamos que es la solución, y lo que verdaderamente es la solución, son dos cosas diferentes. En lo físico, quizá usted siente un terrible dolor en una pierna y crea que el mal está en esa extremidad, pero la verdadera raíz del problema pudiera ser un nervio presionado en la parte inferior de la columna vertebral. Esta analogía se aplica también a la vida espiritual. Debemos pedirle a Dios que nos muestre cual es la raíz de nuestras luchas. ¡Quizá nos sorprendamos! Iglesia Cristiana “Luz de Cristo” www.iglesialuzdecristo.org Victoria sobre Vida Egocéntrica 3 LA DUREZA DE CORAZON “No endurezcáis vuestro corazón”. Las Escrituras le advierten al hombre que no endurezca su corazón. Si Dios dice que no lo hagamos, quiere decir que existe gracia (capacitación) para no hacerlo. Por lo tanto, cuando el hombre endurece su corazón, es un acto voluntario y un rechazo de la gracia de Dios. Los apóstoles mismos tenían que cuidarse diariamente de esto (Mr. 6:52). ¿Qué es un corazón endurecido? El endurecimiento comienza cuando algo ofende o hiere a un individuo. Entonces su corazón se cierra. Si se nutre la ofensa, aumenta la amargura del corazón. Si la persona continua endureciendo su corazón, el despecho y la rebeldía se arraiga en él. Cada vez que el hombre se endurece, se entierra más en un hoyo. Si no cesa el endurecimiento del corazón, ello puede llevar al suicidio. Este tema se desarrollara más detalladamente a través de este estudio. Cuando una persona endurece su corazón, ha rechazado la gracia disponible. La gracia (capacitación divina) siempre está disponible cuando estamos necesitado. Pero recuerde que Dios nunca permite que Su pueblo sea probado más allá de lo que es capaz de soportar (1 Co. 10:13). Por lo tanto, cuando ocurran ofensas, frustraciones, o aun desastres, la gracia está disponible instantáneamente. Pero inmediatamente nos enfrentamos con una decisión: “¿Me endureceré y continuare con la ofensa, o buscare al Senor para que me sostenga con Su gracia?” Cuando una persona se amarga, es porque ha escogido rechazar la gracia divina y ha preferido endurecerse (He. 12:15) ¡Es una decisión! ¿Cómo endurece el hombre su corazón? ¡A través de la práctica! Al igual que un levantador de pesas robustece su hombre exterior con mucho ejercicio metódico y vigoroso, así también se endurece el hombre interior. A medida que el hombre practica el endurecimiento cuando le ofenden, aparecen callosidades, y el corazón se vuelve duro. Los corazones se endurecen por el ejercicio. Endurecer el corazón es el primer paso hacia el abismo. La mayoría de los problemas mentales y emocionales pueden rastrearse hasta llegar el momento en que la persona que endureció su corazón fue lastimada. Si la persona continua practicando el endurecimiento de corazón cada vez que alguien la agravia, puede hundirse tan profundamente en el abismo, que no podrá lidiar después con sus sentimientos y hasta con su vida, pudiendo convertirse en una víctima del suicidio. Iglesia Cristiana “Luz de Cristo” www.iglesialuzdecristo.org Victoria sobre Vida Egocéntrica 4 La forma de evitar este horrible precipicio, es dar la vuelta y arrepentirse de las reacciones incorrectas, dependiendo de la gracia y respondiendo con mansedumbre y perdón, en vez de endurecer el corazón. Para cualquier insulto, agravio o injusticia que pueda llegar a nuestro camino, la gracia divina esta siempre disponible para igualar y sobrepasar la herida. Las personas se amargan debido a que han rechazado esta gracia, endurecido su corazón y decidido continuar con su ofensa. Volverse duro de corazón es la mayor causa mayor del fracaso matrimonial (Mt. 19:7-8; Mr. 10:2-9). La dureza de corazón es la incapacidad de perdonar o de seguir teniendo consideración. Es tener un corazón que se ha tornado frio e indiferente. He aquí algunos síntomas de desarrollo del endurecimiento del corazón: “¡Que le vamos a hacer!” “¡Mala suerte!” “¡a mí que me importa! “Bueno, ya tienes tu merecido”. Cuando apartamos nuestro espíritu de nuestra pareja, cuando nos cerramos a los demás, sacando a los demás de nuestras vidas y cortando la comunicación, significa que nos hemos hecho duro de corazón. El orgullo es una de las principales razones por las cuales la gente se vuelve dura de corazón. De acuerdo con Éxodo 8:15, un corazón duro es un corazón fuerte que todavía tiene mucho pleito en reserva. Las personas con mucho orgullo son las que más endurecen su corazón. Faraón es un ejemplo de esto, endureció su corazón diez veces, su corazón era fuerte y orgulloso. Dios endureció a Faraón, quien se había endurecido a sí mismo. La humildad es la clave para un corazón tierno. Dios ablanda y abre los corazones de quienes se ejercitan en tener un corazón receptivo para Él (Hech. 16:14). Un corazón endurecido nunca atrae la bendición de Dios, sino lo contrario. “¿Quién se endureció contra Él, y le fue bien? (Job 9:4). Cuando nos endurecemos contra un individuo o circunstancia, es contra Dios que nos estamos endureciendo, pues ha sido Él el que permitió dicha situación. Podemos observar en las Escrituras que cada vez que alguien se volvió duro de corazón, no atrajo la bendición de Dios, sino su ira. Dios no puede bendecir a un corazón endurecido. De hecho el corazón endurecido le dice al Espíritu de gracia: “Aléjate de mí, prefiero nutrir mis malos sentimiento, pues yo tengo derecho a estar ofendido”. Un corazón endurecido será juzgado por Dios (Jos. 11:20) Cuando una persona se endurece una y otra vez, y rechaza la gracia de Dios, después de un tiempo Dios mismo empezara a endurecer ese corazón. (Dios endurece a aquellos que se han endurecido repetidamente). Faraón es un ejemplo bíblico de esto (He. 10:29). Iglesia Cristiana “Luz de Cristo” www.iglesialuzdecristo.org