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CARIDAD 2012 Corpus Christi, Día de Caridad Vive con sencillez y da lo que recibes Queridos diocesanos: Se aproxima la fiesta del Corpus Christi, que la Iglesia vincula a una llamada social a favor de Cáritas. Es cierto que esta institución de la Iglesia Católica llama de vez en cuando nuestra atención, sobre todo para invitarnos a colaborar en campañas concretas y, en la mayoría de las veces ocasionales. Sin embargo, sólo hay dos campañas institucionales, y las dos están vinculadas a la Eucaristía. La Eucaristía, en efecto, alimenta en nosotros la caridad: es su horno, su fuente. Vivir en la caridad es vivir eucarísticamente. Oportunamente, cada año la Iglesia en España, es decir la Iglesia que se hace presente en cada una de las Diócesis por toda la geografía nacional y se acerca a la vida de los católicos, nos invita no solamente a mirar con el corazón hacia nuestro prójimo, sino también, y sobre todo, a preparar el corazón para el amor y el servicio concreto a cada necesitado. En esta ocasión lo hace con una lema muy al alcance de nuestra comprensión y considero que convincente. Con palabras muy bien escogidas y sencillas nos invita a vivir como hoy muchos reclaman: con sencillez: “Vive sencillamente para que otros, sencillamente, puedan vivir. En la primera parte del lema nos marcan el camino, nos señalan el estilo y, sobre todo, nos sitúan ante el misterio que estamos celebrando: la Eucaristía. De todos es sabido que Eucaristía significa “acción de gracias”, y por tanto vivir eucarísticamente es vivir en la gratuidad y en la gratitud. Eso significa que todo lo que somos y tenemos lo referimos a Aquel que nos lo ha dado. La Eucaristía hace referencia al Amor de Dios manifestado en Cristo, siempre a favor nuestro. Por eso vivir eucarísticamente es vivir recibiendo y consecuentemente agradeciendo. Y esa actitud nos hace siempre humildes, sencillos: somos lo que recibimos. La segunda parte, como la vida es un don, el lema nos enseña a vivir por los caminos del don, evidentemente a imitación de Cristo, que “siendo rico, por nosotros se hizo pobre a fin de enriquecernos con su pobreza” (2 Co 8,9). En efecto, sólo los sencillos recorren el camino de la donación generosa en favor de los demás. De ahí que la conclusión de esta lema, que quizás pueda parecernos muy simple, es que sólo la austeridad, la sencillez, dispone nuestro corazón para compartir, para servir, para dar y darnos, para que desde nosotros, otros puedan vivir. Este día de la caridad 2012 se pretende, por tanto, situar nuestra vida en dos caminos de reforma, que son complementarios: el uno es la reforma de nuestro corazón, una reforma interior que nos enseñe a vivir con un tono mucho más sencillo, simple, austero y, por tanto, menos artificioso, extravagante y derrochador. Y todo como consecuencia de un aprendizaje necesario en nuestra relación íntima con Cristo Eucaristía. El otro camino es el que nos proyecta hacia los demás: la Eucaristía nos hace vivir en Cristo y, por eso, nos hace vivir en el amor y el servicio en relación con los pobres. Pues bien, si esta es la reflexión que necesitamos para renovarnos y para darnos, la que nos sugiere el lema, de ella hemos de pasar al argumento de los hechos: el argumento de situar en la sencillez nuestro modo de vida y el argumento cotidiano de acudir con nuestra ayuda generosa a las necesidades que vemos a nuestro alrededor. El que sabe vivir con apertura de corazón, conoce bien, sin necesidad que se lo recuerden, el rostro de la pobreza que se puede ver a su alrededor. Ésta cada día es más evidente y cada día reclama más nuestra atención. Como católico, o como hombre o mujer de buena voluntad que te fías de la Iglesia en cómo hace las cosas en favor de los pobres a través de Cáritas, te animo a cooperar con esta institución que orienta la caridad de Cristo en el corazón de los cristianos y la convierte en realidad tangible a través de ayudas muy concretas. Gracias por cooperar. Con todo mi afecto. + Amadeo Rodríguez Magro Obispo de Plasencia