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Orientaciones - 6 2011 "Estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús” (Fil 3,8) Introducción La materia de la oración que estamos reflexionando tiene la lógica de Dios, que no coincide con la de este mundo. En este sistema “globalizado” se nos dice que lo importante es tener cada día más cosas, saber cada día más para nuestro propio provecho y tener más poder para ser más fuertes que los demás. No se trata de entender esto solo con la mente, sino con el interior, con lo más profundo de mi ser: afectividad, entendimiento y voluntad. Esto es experiencia espiritual. Aunque sepa que el agua es buena para quitar la sed, si no la tomo... me quedaré igualmente con sed... No el mucho saber… sino el sentir y gustar internamente… Dios cuenta con la libertad del ser humano. Conocer aquello que obstaculiza la libertad (o puede obstruirla, desviarla, aniquilarla) sigue siendo una gracia a pedir y desear. En la experiencia espiritual que estoy haciendo en estos EE, voy caminando y avanzando. No me quedo en el mismo lugar, en el mismo punto, dándole vueltas a las mismas cosas. Dios me va manifestando nuevas invitaciones. Meta y objetivo para este mes Por todo esto, el objetivo de esta semana será prepararme para ordenar mi voluntad. Conocer y sentir los peligros y obstáculos en los medios, para poder desear y elegir aquellos que Dios me muestra como los que en verdad necesito Me fijo muy bien en la petición y voy a cuidar de no caer en una trampa: porque puedo pensar que esto es demasiado difícil, entonces me tranco y no reviso bien cuáles son mis ataduras. Así comprendo que antes Dios me invitó a "quitarme las sandalias' y como alguien dijo muy bien, las sandalias no las tenemos sólo en los pies, sino también en el corazón. Ir concretando, detallando, haciendo caer en la cuenta de las ataduras que tengo en mi vida (afecciones desordenadas, todo lo que me impide vivir, hacer el bien a los demás, comprometerme más) es un desafío para cada día. Por eso este tema no finaliza con esta semana: quedará abierto para siempre. San Ignacio calibra el uso de las creaturas en relación con la alabanza, reverencia y servicio de Dios nuestro Señor. La gloria de Dios, fin del hombre, nos centra en una perspectiva apostólica concreta. Dios no busca ni necesita gloria para sí mismo, sino que quiere comunicarla a sus creaturas con el fin de que participen de su plenitud. Texto clave «Para lo cual es menester hacernos indiferentes a todas las cosas criadas, en todo lo que es concedido a la libertad de nuestro libre albedrío, y no le está prohibido; en tal manera, que no queramos de nuestra parte más salud que enfermedad, riqueza que pobreza, honor que deshonor, vida larga que corta, y por consiguiente en todo lo demás; solamente deseando y eligiendo lo que más nos conduce para el fin que somos criados.» Como nos indica San Ignacio en el Principio y Fundamento, pido: "sólo desear y elegir lo que más me conduce a hacer lo que Dios quiere". Caigo en la cuenta que desear y elegir son dos cosas, no una sola. Elijo hacer eso que Dios quiere, porque deseo siempre hacer su voluntad. Página | 1 Orientaciones - 6 2011 Distribución de la oración durante el mes 1º semana: Génesis 12, 1- 6 y Génesis 22, 1-19 INDIFERENCIA, según el “Principio y Fundamento”, significa llegar a un estado de equilibrio, de aceptación mayor de la Voluntad de Dios antes que de los propios deseos o intereses personales, frente a dos cosas moralmente buenas. Es decir: no elegir antes lo que correctamente deseo, sin preguntarle al Señor cuál es Su deseo. Para hacer esta oración, sigo los pasos que siempre se me indican: - Me pongo en la presencia de Dios, (puede ayudarme algún Salmo). - Le pido a Dios que me conceda el fruto de la oración: "Enséñame, Señor, tu camino para que siga siempre tu verdad". - Leo lentamente el texto que voy a usar en la oración. Que en esta oportunidad es Génesis, 12,1-6 y Génesis, 22,1-19. Y comienzo la reflexión y la aplicación para mi vida personal: voy a pensar cómo era Abrahán, su historia, sus cualidades, su edad, su familia, sus riquezas... Dios le dice que tiene que dejarlo todo: sus tierras, su casa, su familia. Para irse a otro país... que no conoce, que no sabe dónde está, cómo es... también en mi vida, lo más seguro es que yo haya tenido que dejar muchas cosas, sin quererlo, sin buscarlo; - pero ahora, mientras hago esta experiencia espiritual: ¿me siento dispuesto/a a dejarlo todo si Dios me lo pidiera? ¿Qué es lo que creo que Dios me puede invitar a renunciar (comodidades, tiempos, talentos para dar a otros, seguridades, autoritarismos…). Dios le pide a Abrahán lo que más quiere, aquello que nunca había podido tener, porque su esposa era estéril y él era ya muy anciano. Dios le pide a Abrahán, dejar su propio hijo, su hijo único... Dios le pide a Abrahán la disposición total, el ser libre... Nota: Es muy importante que este ejercicio lo hagamos con mucha tranquilidad. No ponerse a pensar en que Dios pide el sacrificio de este hijo o esta hija... y que me quiere hacer sufrir mucho, o que no tengo fuerzas suficientes para soportar esto o aquello... Cuidado con el engaño del mal espíritu y con la trampa que me puede presentar, porque puedo confundirme todo y no reflexionar con provecho sobre cuáles son "mis hijos", es decir, aquellas cosas ante las que no soy libre, o aquellas que no estoy dispuesto a renunciar... y los "hijos" pueden ser: "fama", "comodidad", "ambición", "rencor", "soledad", “cruz", "fracaso", "imagen propia", "envidia", celos", "la angustia de futuro", “el espacio ganado en la parroquia”... el estar y vivir centrado en mi mismo/a. Dios me puede pedir que renuncie a cosas buenas, por ejemplo, el descanso, la seguridad, la fama o éxito (Juan 12, 24), o me puede pedir amar a los enemigos (Lucas 6, 27) o creer en lo imposible, por ejemplo, creer en Dios hecho hombre y crucificado o como le pidió a María que creyera que podía ser Madre de Dios... Por eso en esta oportunidad reflexiono y oro: sobre los "hijos" que no me dejan vivir con plenitud: y pueden ser cosas, pueden ser problemas, pueden ser personas... Le pido mucho a Dios cuatro cosas: 1. Que vea claro cuáles son las cosas, situaciones, personas... Que no me dejan vivir con la libertad que Dios quiere que yo viva. 2. Que comprenda que esas ataduras, esos "hijos" son los que no me dejan ser feliz. 3. Que de verdad me libere de todas esas ataduras que no me permiten vivir. Se trata no sólo de desear, sino de elegir! 4. Que crea que "Dios proveerá" y que pueda decirle "aquí estoy" (gén. 22, 8.11) Nota: me ayudará mucho, en el proceso espiritual, anotar las ataduras que sé que tengo en mi vida. Lo hago con toda sinceridad. Sé que eso lo converso con Dios y tal vez con el acompañante, si eso me ayuda en mi proceso espiritual. Página | 2 Orientaciones - 6 2011 2º semana: "El Absoluto" Se trata de imaginarme lo que leo y reflexionar y seguir todo lo que ahí se me dice "Dice Dios: "dame tu corazón", Y luego, en respuesta a mi perplejidad, le oigo decir: "donde está tu tesoro, allí está tu corazón". Mis tesoros son estos, aquí están: personas... lugares... ocupaciones... trabajos... cosas... experiencias del pasado... esperanzas y sueños del futuro... Tomo cada uno de esos tesoros, le digo unas palabras y lo pongo en la presencia del Señor.. ¿De qué modo y manera le voy a "dar" esos tesoros? Mientras mi corazón descanse en pasados tesoros, estaré fosilizado, endurecido, muerto, pues la vida está sólo en el presente. Así pues, me desprendo de cada uno de esos pasados tesoros, de esos dorados "ayeres". Y a cada uno le explico que, aunque le estoy sumamente agradecido por haber entrado en mi vida, ahora debe salir de ella... de lo contrario, mi corazón no aprenderá jamás a amar el presente... fama. Y le digo incluso a mi vida, que un día deberá sucumbir ante la muerte: "Eres deseable y maravillosa, pero no eres mi vida, Mi vida y mi destino son distintos de tí". 3º semana: Con la misma forma que en las semanas anteriores, aplico el principio de la “indiferencia ignaciana” a estos textos: Lucas 21, 2 o Mateo 13, 45-46 4º semana: Isaías 54, 1-10 o Filipenses 3,4-14 Pero mi corazón también está en el futuro. Sus angustiados temores por lo que habrá de ser el mañana consumen mucha de la energía necesaria para vivir plenamente lo que es el hoy. Hago una lista de esos temores... y a cada uno le digo: "hágase la voluntad de Dios", y observo el efecto que ello produce en mí... sabiendo en el fondo de mi alma que Dios únicamente puede desear mi bien... Tengo puesto el corazón en mis sueños, en mis ideales, en mis esperanzas, que me hacen vivir fantasías y sueños futuros. Y a todos ellos les digo: "Hágase la voluntad de Dios... que El disponga de ustedes como juzgue oportuno"... Después de haber rescatado la parte de mi corazón que estaba prisionero del futuro y del pasado, examino ahora mis tesoros presentes: Y a cada una de las personas que quiero le digo con ternura: "Eres muy querida para mí, pero no eres mi vida. Tengo una vida que vivir, un destino que buscar y que es distinto de tí"... Y les digo a los sitios y a las cosas a las que estoy atado: "Los quiero mucho, pero no son mi vida. Mi vida y mi destino son distintos de ustedes". Les digo esto a las cosas que parecen ser parte integrante de mi propio ser: mi salud, mi manera de pensar, mi buena Página | 3