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Arrepentimiento es transformación
Pastora GISELLE ROGER de TEJERO
La palabra arrepentimiento, en el sentido espiritual y escritural, tiene un significado tan
profundo, que creo que comenzar a enseñarlo será como comenzar en la superficie, pero
Dios nos va a ir llevando poco a poco a lo más profundo. ¿Por qué? Porque muchas veces
nosotros tenemos algunos conceptos de arrepentimiento que son religiosos, pero que no
causan efecto en nuestra vida, porque si estuvieran correctos, los efectos de ese
conocimiento acerca del arrepentimiento, se verían en nosotros.
El arrepentimiento no es un sentimiento, aunque puede ir acompañado de estos, no es
una forma de ganar algo de Dios, no es lo que sentimos sólo el día en que recibimos a Cristo
como Señor y renunciamos a la vida de pecado. El arrepentimiento estará presente cada día
en la vida de un creyente que desee permanecer siempre lleno de la presencia de Dios,
porque está dispuesto a hacer todos los cambios que sean necesarios para agradar a su Rey
y Señor Jesucristo.
El arrepentimiento es una herramienta que Dios nos permite usar cada día para ser
renovados y re-direccionar nuestros corazones en su voluntad.
La palabra arrepentimiento es en griego la palabra metanoieo que significa cambio de
mente, transformación.
Juan el Bautista
Entonces vamos empezar en una escritura que nos muestra en el nuevo testamento al
primer vocero que habló de esto: el profeta Juan el Bautista.
Mateo 3:2
“y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”.
La primera cosa que Juan el Bautista empezó a predicar, fue arrepentimiento.
Arrepentimiento, es un cambio de mente, arrepentimiento es un cambio de dirección,
arrepentimiento es un cambio de pensamiento, porque mientras no cambiemos
internamente tampoco nuestras actitudes y la forma de vivir, van a cambiar. Entonces
cuando Dios nos enseña el arrepentimiento, no es algo que muchas veces nosotros
tomamos como: “Ay, me tengo que arrepentir, me están diciendo que me arrepienta”, NO!
Dios nos va a enseñar que esta es un arma poderosa, porque esta arma va a permitir que el
reino se manifieste en nuestras vidas, entonces, no le tengamos miedo a esta palabra,
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amemos esta palabra, porque cada vez que Dio nos dice: “arrepiéntanse”, es que está
diciendo que hay cosas que no nos están permitiendo ver su poder en nuestras vidas, pero
Él desea enseñarnos cómo hacerlo.
Juan predicó el arrepentimiento de pecados, anunciando el Reino proclamó que era
necesario un cambio de mente, de forma de vivir, porque algo grande se había manifestado
en la tierra. Es imposible poder disfrutar del bienestar del reino si no hay cambios en
nuestras vidas, es por eso que arrepentimiento es necesario.
Jesús, el enviado del Padre
Jesús comenzó su ministerio predicando lo mismo que le fue escuchado a Juan el
Bautista. Después de pasar por el desierto y salir desde ahí fortalecido y lleno del Espíritu
Santo, fue a predicar a las sinagogas el evangelio del reino.
Mateo 4:17
“Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los
cielos se ha acercado”.
Nosotros no podemos caminar en el reino con una mente que siempre es igual, con una
mente que siempre se cree con la razón, con una mente que siempre está buscando la
forma de huir del cambio.
¿Cuántas veces nos hemos equivocado? Muchas veces, pero ¿Por qué nos equivocamos?,
porque somos un poco locos. Hay una definición de locura y es que es: “hacer siempre las
mismas cosas y esperar un resultado diferente”. Locura es hacer las cosas siempre igual y
pensar que un día algo nos va a pasar, que todo va a ser diferente, eso es un concepto
religioso, que espera que Dios haga nuestra parte, pero Dios no va hacer nuestra parte, ya
hizo su parte cuando él envío a su hijo Jesucristo a morir en la cruz por nosotros y nos dio la
capacidad por medio del Espíritu Santo, de hacer todos los cambios que nosotros
necesitamos hacer.
Entonces, el arrepentimiento es necesario para entrar en el reino, para ver el poder de
Dios operando en nuestras vidas, ver como Él hace cosas maravillosas en nuestras familias,
en el matrimonio, con los hijos, en medio de nuestros trabajos, en nuestros proyectos.
Es necesario comenzar a levantar el corazón delante de Dios, y dejar que él escudriñe lo
profundo, ahí donde las cosas no han cambiado porque hemos levantado barreras que no le
han permitido a Dios obrar. Por eso, muchas de nuestras oraciones son sin poder, si efecto,
la oración tiene que estar tan conectada con Dios en lo profundo del corazón, que podamos
entender cuál es su voluntad. Jesús nos enseñó a orar, “Padre nuestro, santificado sea tu
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nombre, venga tu reino y hágase tu voluntad”, entonces hacer la voluntad de Dios está muy
ligada al arrepentimiento, porque nunca podremos hacer la voluntad de Dios si no
queremos cambios, porque, generalmente, la voluntad de Dios es diferente a nuestra propia
voluntad.
“El arrepentimiento, es una oportunidad de cambio total en nuestras vidas”.
Si hemos tenido fracasos en un área de nuestra vida, podemos ir al éxito, es un arma
poderosa, para poder ver a Dios operando en nuestra vida.
“El arrepentimiento es un arma poderosa”
¿Queremos amar a Jesús con pasión? ¿Queremos que nuestras generaciones sirvan a
Jesús con pasión? ¿Queremos vernos viviendo con gozo cada día? Dios también lo quiere, él
nos está entregando un arma poderosa para que el reino de los cielos se manifieste en
nosotros.
Jesús dijo en Juan 3:3 que había gente que iba a ver el reino: “Respondió Jesús y le
dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de
Dios.” Pero en el versículo 5 del mismo capítulo dice que hay otros que iban a entrar en el
reino. “Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del
Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.”
¿Qué estamos haciendo nosotros? ¿Estamos mirando de lejos como a otros les resulta?
¿O realmente estamos esforzándonos para entrar a ese lugar, a ese ambiente espiritual
donde las cosas del cielo se manifiestan, donde los milagros van a ser algo común, donde la
gracia el favor de Dios se manifiestan a diario en el reino?
Muchos de los errores que hemos cometido son porque no nos hemos sujetado a nuestro
Rey y esa es una de las primeras cosas que nosotros tenemos que arrepentirnos, es una de
las primeras cosas de las cuales nosotros debemos arrepentirnos. Cuando hacemos las cosas
fuera del gobierno de Jesucristo, nuestro Señor, porque cuando entramos al Reino, nosotros
ya no somos dueños de nuestra propia vida.
La Palabra dice que ahora el dueño de nuestra vida es Jesús, pero cuando tenemos tanto
concepto religioso pensamos que, como ahora Jesús es mi Señor, no podemos hacer nada,
todo está prohibido, pero es todo lo contrario porque cuando somos de Jesús, somos libres,
verdaderamente libres, por eso Jesús dijo: “conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”,
Él es la verdad y Él nos hace verdaderamente libres, todo otro tipo de libertad es una
mentira, el mundo nos enseña un tipo de libertad basado en la mentira, para el mundo
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libertad es: pensar lo que yo quiero, hacer lo que yo quiero, acostarme con quien yo
quiero… ‘porque soy libre’, esa es una libertad falsa, es un libertinaje.
Dios en este tiempo nos está lavando por su palabra, porque la iglesia tiene que ser un
lugar que levante la verdad de Dios, no podemos se relativos, nuestra vida familiar no puede
ser relativa, nuestra vida personal no pude ser relativa, porque la gente que no conoce a
Cristo y nos ve en ese relativismo, jamás va a querer conocer a ese Dios que decimos servir,
por eso nos pasa lo que nos pasa, pero el arrepentimiento, nos lleva a una vida real con
Cristo.
¿Cuál fue el mensaje de Jesús? “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha
acercado”, aquí está el reino de los cielos, en medio de nosotros está el reino de los cielos,
hoy día el reino de los cielos se acerca a nuestra vida, el reino de los cielos nos habla una
palabra, el reino de los cielos nos hace un llamado, a los cambios que nosotros tenemos
que hacer.
Muchas veces nosotros decimos: “yo vi a tal persona súper arrepentido porque lloró
mucho”, “tal persona me dijo que iba a cambiar”, pero debemos pensar que si esa persona
está haciendo las mismas cosas al mes siguiente: “¿Hubo realmente un arrepentimiento?”
Porque nosotros tenemos es concepto emocional del arrepentimiento, pero lo que mostrará
realmente el arrepentimiento de nuestro corazón son los frutos, lo que se ve externo en
nuestra vida, los cambios en nuestra vida, pero si seguimos con la misma actitud, con las
mismas palabras en nuestra boca, con la misma clase de pensamientos, con la misma clase
de relaciones personales, realmente no estamos cambiando en el interior.
Mateo 3:8
“Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento”.
Frutos dignos de arrepentimiento, o sea, que cuando hay un cambio de dirección, cuando
Dios nos dice: “ésta es la oportunidad de cambio en tu vida”, y la palabra viene sobre
nosotros y nos muestra que estamos equivocados en algún área de nuestra vida. ¿Qué
tenemos que hacer nosotros? Aceptar esa palabra, tener un corazón dispuesto para que esa
palabra sea puesta en el centro del corazón, guardarla como un tesoro precioso y que esa
palabra comience a dar frutos en nuestra vida, porque Él es digno de que nosotros demos
fruto, porque Jesús dijo que: “los frutos glorificaban a nuestro Padre”.
Mateo 21: 28-32
“Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve
hoy a trabajar en mi viña. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. Y
acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no
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fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De
cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios”.
Esto nos puede suceder. No es lo que decimos, es finalmente lo que hacemos lo que vale
delante de Dios. Pero muchas veces lo que hacemos nos desenfoca de quien ha hecho
posible los cambios en nuestro corazón. ¿No es acaso el Espíritu Santo el que nos
transforma por su poder? Jesús confrontó a los religiosos con esta palabra y les enseñó que
los humildes de corazón no sólo dicen sino que hacen, porque reconocen su necesidad de
Dios.
El arrepentimiento a nosotros nos conviene, porque nos libra de toda esa justicia religiosa
que tenemos, de que ‘nosotros nunca haríamos lo que hizo el vecino, de que nosotros no
seriamos como la vecina’. Hermanos, sino es por la gracia de Dios, sino es porque el Señor
está en nosotros, sino es porque Él nos libra cada día, sino es porque hay promesas “que
aunque siete veces caigamos, de todas esas el Señor nos levantara”, ¿Qué sería de nuestra
vida? Nosotros podemos estar haciendo juicio de los demás, eso es lo primero que Jesús dijo
que impedía que el reino de los cielos se manifestara en nuestra vida, Él dijo: “no juzguéis
para que no seáis juzgados”
Cuando les dijo “más buscad el reino de los cielos y su justicia”, les enseñó a no juzgar a
los demás, porque cuando juzgamos a los demás, cortamos el fluir de la gracia de Dios en
nuestra vida y si la gracia de Dios no está, nosotros seremos peores que los que nunca han
confesado a Cristo como su Señor.
Mateo 21:32
“Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis”.
Vino Juan el bautista para llamar a los hombres al arrepentimiento, a tener un cambio de
vida, a salir de la religión y la tradición que dominaba a los hombres, pero ellos no le
creyeron. Entonces la falta de arrepentimiento también es falta de confianza en Dios,
porque cuando Dios nos corrige no lo hace para llevarnos a algo malo, Él que es sabio, que
es el dueño de nuestra vida, siempre nos va a llevar a algo mejor, porque él conoce cada día
de nuestra vida, Dios siempre llega a tiempo para mostrarnos Su grandeza, para mostrarnos
Su misericordia, para mostrarnos que Él sí está pendiente de nosotros, para mostrarnos que
nos ama, que ama aún al pecador, al que lo desecha.
Muchas veces nos van a tildar de locos, pero Dios nos va a usar si tenemos el corazón
correcto, para dar la oportunidad a otros que se arrepientan, para dar la oportunidad que se
vuelvan al Señor, que se vuelvan de sus malos caminos, que se vuelvan del orgullo en que
viven, que se vuelvan de estar viviendo de solo el dinero que ganan, que dejen de estar
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viviendo de toda la gloria que el mundo les pueda dar, porque el día que esa persona esté
bajo tierra, no se va a llevar nada de eso, ‘así como vinimos, así como nos vamos’, Dios nos
da un cuerpo para cumplir su propósito aquí en la tierra, pero nada de los logros materiales
los presentaremos delante del Señor.
Esto tiene que estar claro en medio de la iglesia, por eso la iglesia no busca la gloria de los
hombres, la iglesia no puede estar buscando agradar a la gente, la iglesia tiene que estar
buscando agradar a Dios, porque un día estaremos delante de su presencia, un día
estaremos delante de él. Dice que “él va a juzgar a grandes y a pequeños”, pero la iglesia
hoy vive como si nunca fuéramos a dar cuentas, la palabra dice que eso es completa
ignorancia en nuestro corazón, nosotros tenemos que estar listos para estar delante de Él,
por tanto, un arrepentimiento emocional es peligroso, necesitamos aprender a tener un
arrepentimiento genuino y comenzar a dar frutos de ese arrepentimiento.
Esto parece profundo, pero en realidad es muy básico, Pablo lo dice en Hebreos que esto
es parte de los primeros rudimentos de la palabra de Dios, la primera doctrina:
Arrepentimiento de obras muertas”, o sea esto debe estar operando todos los días de
nuestra vida, cada día, por eso Jesús nos enseñó a pedir perdón a Dios por nuestros
pecados cada día, porque de lo contrario, no le estamos dando a Dios cabida en nuestro
corazón para corregirnos. Pero cuando Dios tiene abierta una entrada en el corazón para
corregirnos, es señal de que tenemos una relación verdadera de padre e hijo, porque su
palabra dice: “Que al que ama corrige, como un padre corrige a un hijo”.
Cuando la corrección de Dios viene, viene luz a nuestra vida y cuando viene la luz las
tinieblas se van, entonces dejamos de caminar en oscuridad, dejamos de caminar en esa
confusión interna, mental, porque nuestra relación con Dios va hacer que esos frutos
comiencen a mostrase en nosotros.
Entonces, para caminar en la voluntad de Dios nosotros necesitamos estar listos para
arrepentirnos, estar listos para cambiar. La palabra ‘arrepentimiento’ es la palabra
metanoieo en el original y eso significa cambio total, cuando lo estamos haciendo a nuestra
manera, nos va a costar hacerlo a la manera de Dios, entonces una relación más profunda
con Dios es lo que necesitamos, empezar a cavar en la intimidad, empezar a estar en su
presencia, a no pensar que la iglesia es algo opcional, a entender que es aquí donde nos
están preparando, nos están enseñando a como cavar en nuestra vida, hasta que nuestras
cisternas sean los suficientemente grandes y podamos recibir todas esas aguas que vienen
de parte de Dios.
Dios nos habla por su palabra para darnos una respuesta que va a provocar también los
cambios que nosotros mismos estamos esperando ver en nuestra vida y la gracia de Dios va
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a ser suficiente, el plan de Dios se manifestará, pero necesitamos arrepentimiento, porque
el arrepentimiento nos mantiene con un corazón humilde.
Cuando Dios nos muestra algo, el orgullo debe caer. Dios nos está hablando, Él nos
conoce y nos da una palabra y sabe lo que pasa en nuestra intimidad, Él sabe cuál es nuestro
corazón, ¿cómo podremos negarnos a su presencia, a su voz?
Una persona que se arrepiente es una que está bajo la convicción de que cometió un
error, pero no solo eso, sino que está listo para hacer los cambios necesarios para no
volver a cometerlos.
Si Dios nos muestra por su palabra, por medio del Espíritu Santo, que nuestra forma de
vida le ofende, no es para mostrar que Él siempre tiene la razón, aunque así es, sino para
llevarnos a un cambio que bendecirá nuestras vidas.
Necesitamos de la gracia y del poder de Dios que obra los cambios en nosotros. Dios no
solo es aquel que nos muestra las cosas equivocadas que hacemos, eso sería injusto, sino
que junto con la luz viene la gracia, la capacidad que el Espíritu Santo tiene para
transformarnos.
Filipenses 1:6-7
"Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la
perfeccionará hasta el día de Jesucristo; como me es justo sentir esto de todos vosotros, por
cuanto os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del
evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia".
Sin duda que la palabra nos enseña una y otra vez que la obra en el corazón la hace Dios,
Él nos cambia y transforma. Pero Pablo también enseñó acerca del arrepentimiento a las
iglesias del Nuevo Testamento, porque esta herramienta es para ser usada no solo por los
que no conocen la obra de Cristo y entran a la salvación, sino que es un ejercicio que debe
estar presente cada día que caminamos con el Espíritu Santo.
El apóstol escribió a la iglesia en Corinto, corrigiendo ciertas conductas y fue fuerte en su
hablar con los hermanos. Entonces en su segunda carta les escribe lo siguiente.
2 Corintios 7:8-11 (NVI)
"Si bien los entristecí con mi carta, no me pesa. Es verdad que antes me pesó, porque me di
cuenta de que por un tiempo mi carta los había entristecido. Sin embargo, ahora me alegro,
no porque se hayan entristecido sino porque su tristeza los llevó al arrepentimiento. Ustedes
se entristecieron tal como Dios lo quiere, de modo que nosotros de ninguna manera los
hemos perjudicado. La tristeza que proviene de Dios produce el arrepentimiento que lleva a
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la salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo produce
la muerte. Fíjense lo que ha producido en ustedes esta tristeza que proviene de Dios: ¡qué
empeño, qué afán por disculparse, qué indignación, qué temor, qué anhelo, qué
preocupación, qué disposición para ver que se haga justicia! En todo han demostrado su
inocencia en este asunto".
Pablo les explica a los corintios que la palabra que les envió por carta, tuvo por objeto
que ellos se arrepintieran del error que habían cometido. Vemos aquí que el corazón se
entristece pero también nos enseña que esa tristeza debe actuar en nosotros para
arrepentimiento y eso causara vida y no muerte, porque tendremos muestras en nuestras
vidas de lo que hay en nuestro corazón. Si amamos a Cristo, eso causará que mostremos que
ese amor nos guía cada día a ser gente que está dispuesta a los cambios, que reaccionamos
espiritualmente frente a la palabra y respondemos humildemente al Espíritu Santo.
Características de un verdadero arrepentimiento
1. Viene del corazón.
El arrepentimiento no es un acto emocional, religioso, externo. Es algo que debe suceder en
el corazón del hombre pero que se mostrara en los frutos externos.
Mateo 3:8 (NVI)
"Produzcan frutos que demuestren arrepentimiento".
Frutos dignos de arrepentimiento, son las conductas que vienen de un corazón y mente
transformados. No es solo algo mental, no es solo información de lo que es correcto o no, es
un cambio de pensamientos porque hemos permitido que nuestro corazón sea cambiado,
eso produce que nuestra mente comience a tener cambios que nos llevaran a nuevas
conductas. La mente es de acuerdo a lo que hay en el corazón.
Proverbios 23:7
"Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; Mas su
corazón no está contigo".
 Siempre el arrepentirnos nos dará la oportunidad de comenzar de nuevo en algún
área de nuestra vida.
 Cuando tenemos malas actitudes pero hay humildad en nuestro corazón, el
arrepentimiento nos impulsara a los cambios que necesitamos.
 El arrepentimiento tiene que ver con desechar el orgullo y ser mansos y humildes
como Jesús. Él nos enseñó que aprendiéramos esta característica de Él.
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 Cada vez que Dios llamaba al arrepentimiento a su pueblo tenía que ver con el
estado de su corazón. Generalmente se habían vuelto a los ídolos, otro había
ocupado Su lugar en el trono.
 Para caminar en la voluntad del Padre debemos estar listos para quitar de nuestro
corazón todo lo que este ocupando su lugar - Jeremías 2:11-13.
2. Es un acto de gratitud y reconocimiento, por el amor que Dios ha manifestado hacia
nosotros.
Mateo 11:20-24
"Entonces comenzó a reconvenir a las ciudades en las cuales había hecho muchos de sus
milagros, porque no se habían arrepentido, diciendo: ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida!
Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras,
tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza. Por tanto os digo que en el día
del juicio, será más tolerable el castigo para Tiro y para Sidón, que para vosotras. Y tú,
Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades serás abatida; porque si en
Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido
hasta el día de hoy. Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo
para la tierra de Sodoma, que para ti."
Vers. 20 - Jesús comenzó a reconvenir a estas ciudades porque a pesar de todos los milagros
que habían recibido, no tenían una actitud de arrepentimiento, de cambio.
Ver obrando el poder de Dios nos debe llevar al arrepentimiento.

El hecho de no valorar lo que Dios hace por nosotros creyendo que nuestra vida puede
seguir igual, provoca que cortemos el fluir de las cosas del cielo sobre nosotros.
Vers. 23 - La falta de arrepentimiento trae juicio.
Compara estas dos ciudades por la respuesta que ellas tuvieron. Sodoma no tuvo la
oportunidad de ver los milagros que estas dos ciudades sí tuvieron, pero el juicio es mayor
por su falta de arrepentimiento.

La forma en que reaccionamos cuenta delante de Dios.
Romanos 2:4-7 (NTV)
“¿No te das cuenta de lo bondadoso, tolerante y paciente que es Dios contigo? ¿Acaso eso
no significa nada para ti? ¿No ves que la bondad de Dios es para guiarte a que te arrepientas
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y abandones tu pecado? Pero eres terco y te niegas a arrepentirte y abandonar tu pecado,
por eso vas acumulando un castigo terrible para ti mismo. Pues se acerca el día de la ira, en
el cual se manifestará el justo juicio de Dios. Él juzgará a cada uno según lo que haya hecho.
Dará vida eterna a los que siguen haciendo el bien, pues de esa manera demuestran que
buscan la gloria, el honor y la inmortalidad que Dios ofrece; pero derramará su ira y enojo
sobre los que viven para sí mismos, los que se niegan a obedecer la verdad y, en cambio,
viven entregados a la maldad”.

Dios usa las cosas buenas que Él nos da para que dejemos de vivir para nosotros mismos
y nos volvamos a El de todo nuestro corazón.

La tierra es el lugar donde se nos da la oportunidad de arrepentirnos para ganar las cosas
del cielo.
3. Es adquirir una nueva forma de pensamiento.
Romanos 12:2
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y
perfecta”.
El negarse a tener una mente mundana y renovarnos con pensamientos de Dios trae la
transformación completa en toda área de nuestra vida. Es por eso que el arrepentimiento
nos vuelve a una forma de vida cambiada definitivamente.
No podemos esperar cambios duraderos si seguimos pensando de la misma manera, será
solo un intento más, algo pasajero que nos mantendrá en la frustración y la limitación de la
carne.
Bendito sea nuestro Dios y Padre, cada dia nos colma de sus favores y de sus
misericordias. No tengamos miedo de venir a Él como estamos, tengamos un corazón
correcto y permitamos los cambios que nos llevarán a experimentar su poder y gloria.
¡Bendecidos!
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