Download 1 MI MANO TAMBIÉN ES FAMILIA NUMEROSA Mi mano también

MI MANO TAMBIÉN ES FAMILIA NUMEROSA
Mi mano también es familia numerosa. Tiene tres niños y los dos padres.
El papá se llama Pulgar, porque es de Bulgaria y su comida favorita es la
hamburguesa, por eso es gordito. La mamá se llama Índice, de uno, porque casi
siempre es la primera en todo: levantarse, sentarse a la mesa, enfadarse…Ella es muy
guapa y delgadita. El hijo mayor se llama Corazón, porque siempre está pensando en
hacer agradable la vida a los demás, es un amor. El mediano se llama Anular, porque
se va a casar, aunque el mayor no se ha casado, pero ¡qué más da! No siempre el
mayor se tiene que casar el primero ¿no? Y por último pasamos a Meñique, aunque es
el último no es el menos importante, tiene una ñ de pequeño, pero eso es lo de menos.
Meñique es un poco travieso y flaquito, hace muchas trastadas y unas cuantas cosas
sin preguntar, como levantarse cuando no debe. Con él, todo es una locura.
Al ser tantos, pueden saludar, dar chasquidos y palmadas, hacer sombras chinescas,
pintar dibujos preciosos para regalar, y un montón de cosas más, siempre que sea
todos juntos, claro.
Un día de lluvia, la familia Mano se fue de viaje al país “De Cabeza a Piernas”, se
cogieron una barca pequeña que tenían guardada y se fueron por una ciudad llamada
Brazo. En esa ciudad hay muchos ríos y allí iban los cinco cuando la barca se rompió.
Todos se pusieron muy nerviosos y la barca se hundía por momentos. Meñique estaba
gritando porque el río era profundo y estaba muy asustado. Pulgar les tranquilizó, y
trabajando en equipo, empezaron a sacar el agua con unos cubos que habían traído
por si acaso hacían falta.
Menos mal que por allí pasaba nuestra amiga Tirita, que es muy aventurera, y se
adapta a todas las situaciones, además es una médica fantástica. Ha ido a Mano,
Pie… pero donde más ha ido es a Rodilla, le encanta ese pueblo, que además es el
primero que visitó y le trae muchos recuerdos. Le pidieron ayuda y ella les echó una
mano. Cogió un trozo de su esquina, la pegaron a la barca, y ya estaban listos para
seguir su aventura, después de dar las gracias a Tirita.
-“Qué educada es esta familia”, pensó Tirita.
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Llegaron a un sitio donde había unas olas enormes, esa zona se llama Hombro. Allí se
les cayó el trozo de Tirita.
- “¡Ohhhhh!”.- dijeron todos apenados y preocupados.
Bueno, no pasó nada, porque Pulgar se sentó en el agujero y ya no entró más agua.
Tuvieron mucha suerte, porque allí no estaba ni Tirita ni nadie para ayudarles, solo
ellos cinco.
Más tarde llegaron a un desierto que se llamaba Barriga. Mientras caminaban, Anular
iba pensando en cómo iba a ser el anillo que le regalaría a su novia, entonces vio un
cactus, cogió una de sus flores y se la guardó para pegarla en un trozo de metal, o
algo así, ya lo pensaría.
El desierto era grande y ancho, y el camino cansado y largo. Meñique se caía de tanto
andar y toda la familia le animaba a seguir adelante, porque todos se ayudaban
mucho.
Después llegaron a un oasis, preguntaron su nombre y se llamaba Ombligo, era un
oasis profundo, de aguas cristalinas y potables, rodeado de palmeras, árboles y
plantas, entonces sonó “¡Plof!”, aquel ruido venía del agua, y vieron a Meñique
nadando. Se hizo dos largos y…:
Se oyó un grito : “¡SOCORROOOOO!”
¡Meñique se hundía de lo cansado que estaba de la caminata por el desierto!
Menos mal que todos sabían nadar, porque si no, no lo habrían podido salvar. ¡Qué
buena idea había tenido Índice al apuntarles a natación! Ahora podían hacer muchas
cosas, como salvar al hermano, hacer carreras en el agua y jugar al waterpolo.
Cogieron mucha agua y emprendieron el camino. Pronto llegaron a la ciudad Pierna;
es la ciudad que más tiendas tiene en todo De Cabeza a Piernas. A Índice le encanta
ir de compras y al cabo de un rato ¡Índice había desaparecido! La buscaron por todas
partes, ¡no aparecía! ¿Qué iban a hacer? Estaban como locos, hasta que Corazón la
vio acercarse, le traía a cada uno un recuerdo de aquel viaje, a parte de las fotos que
iban haciendo: a Pulgar una hamburguesa de hierro bañada en oro, a Corazón una
postal con forma de corazón, a Anular un ramo de flores con margaritas, azucenas,
jacintos, camelias y tulipanes, y a Meñique una camiseta con un oasis dibujado. Todo
el mundo se sentía aliviado de encontrarla, y agradecido por los regalos.
Meñique quería visitar la zona centro, que se llamaba Rodilla. Es una zona un poco
rara, nunca sabes lo que te vas a encontrar. Ellos encontraron un rio rojo. “Mira, ahí
está Tirita, intentando cubrir el río”, dijo Corazón. Tirita decía que no era bueno visitar
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esa parte de la ciudad, aunque a ella le encantaba, porque siempre había algo que
hacer. Meñique admiraba a Tirita, decía que de mayor quería ser como ella.
Fueron al aeropuerto, que estaba lleno de gente, y cogieron el avión para ir a Cabeza,
que es un pueblo que está en la otra punta y no tenían ganas de atravesar el desierto
otra vez. Cuando llegaron, cogieron el autobús para turistas, porque Cabeza es el
pueblo con más edificios de todo De Cabeza a Piernas. Todos estaban fascinados,
había edificios con toda clase de formas: cuadrados, redondos, triangulares,
estrellados, de corazón, hexagonales… Pasaron allí mucho rato y de repente se dieron
cuenta de que Corazón no estaba, después de buscarlo, lo encontraron en el edificio
con forma de corazón comprando bombones para la boda de Anular, quería que su
hermano tuviera una boda preciosa. Le dijeron que se diera prisa, o perderían el
metro, para ir a visitar la plaza de Cara. Era un barrio extraño, por la noche parecía
tenebroso, con cuevas de todos los tamaños y formas, además el terreno era muy
resbaladizo. Sin embargo, por el día era como un parque de atracciones: Los ojos se
abrían y cerraban todo el rato, la boca era una gran cueva con un barco rojo y grande
dentro, que se movía rápidamente. La nariz era un tobogán gigante al final del cual los
niños volaban y los mofletes eran unas colchonetas enormes en las que era
divertidísimo saltar.
Cuando se cansaron de jugar, fueron a Coronilla, una selva que está en la parte alta
de Cabeza. Allí vivía una tribu llamada piojos, eran muy majos, pero un poco raritos.
La familia Mano sabía que no se quedarían mucho tiempo allí, y que en la próxima
visita a aquella selva, posiblemente no estarían, así que decidió quedarse un tiempo
jugando al escondite con ellos, ¡eran muy buenos en ese juego! Mientras estuvieron
con ellos, Anular se acordó de la flor para su novia, entonces cogió una liana fina, hizo
un anillo con ella y le pegó la flor, quedó perfecta. Cuando se tuvieron que ir, dijeron
adiós, y cogieron el avión para volver a casa.
Todos habían disfrutado mucho porque habían pasado un tiempo riéndose,
divirtiéndose, ayudándose, cuidándose, dándose amor unos a otros…, pero lo más
especial era que había sido todos juntos.
…Mi mano se lo pasó muy bien en aquella excursión tan chula.
En ese momento se oyó una voz, era la madre de Sofía que decía:
-“Sofía, ¿sales ya de la ducha? ¡Aligera! Que tus tres hermanas también se tienen que
duchar.”
-“¡Sí, mamá, ya está! ¡Y creo que tengo piojos!”, respondió la niña.
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-“¡Oh, no!” - Suspiró su madre - “Luego te reviso. Te habrás duchado de pies a
cabeza, ¿no?”
-“No” - Contestó Sofía divertida - “de Cabeza a Piernas”.
-“¡Pero bueno!” - Dijo la madre - “Pues inmediatamente a la ducha, ¡y lávate muy bien
los pies de una vez!”
Sofía pensó: Comienza otra divertida aventura……
FIN
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