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TEMA DE FORMACIÓN El Papa Francisco y la parroquia ACTIVIDADES para esta SEMANA Viernes, día 13, a las 19:30 h. .............Vigilia de ORACIÓN. Sábado, día 14, a las 17:30 h. .............Celebración del Bautismo “ “ , Majadahonda, PENTECOSTÉS (8-06-14) nº 907 "La parroquia no es una estructura caduca; precisamente porque tiene una gran plasticidad, puede tomar formas muy diversas que requieren la docilidad y la creatividad misionera del Pastor y de la comunidad. Aunque ciertamente no es la única institución evangelizadora, si es capaz de reformarse y adaptarse continuamente, seguirá siendo “la misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas” (1). Esto supone que realmente esté en contacto con los hogares y con la vida del pueblo, y no se convierta en una prolija estructura separada de la gente o en un grupo de selectos que se miran a sí mismos. La parroquia es presencia eclesial en el territorio. Ámbito de la escucha de la Palabra, del crecimiento de la vida cristiana, del diálogo, del anuncio, de la caridad generosa, de la adoración y de la celebración (2). A través de todas sus actividades, la parroquia alienta y forma a sus miembros para que sean agentes de evangelización (3). Es comunidad de comunidades, santuario donde los sedientos van a beber para seguir aminando, y centro de constante envío misionero. Pero tenemos que reconocer que la llamada a la revisión y renovación de las parroquias todavía no ha dado suficientes frutos en orden a que estén todavía más cerca de la gente, que sean ámbitos de viva comunión y participación, y se orienten completamente a la misión. FRANCISCUS, Exhortación Apostólica Evangelli Gaudium, Librería Editrice Vaticana, Roma, 24 de noviembre de 2013, nº 28. (1) JUAN PABLO II, Exhortación ap. Postsinodal Christifideles Laici (1988) (2) Cf Propositio 26. (3) Cf Propositio 44. “ “ , a las 19:00 h. .............Reunión C.M.T. del 9 al 15 de Junio S e m a n a C U LT U R A L RECIBID EL ESPÍRITU SANTO Jn 20,19-23 CALENDARIO LITÚRGICO 9 10 11 12 13 14 15 Lunes. San Efrén, diácono y doctor. 1Re 17,1-6. Elías sirve al Señor Dios de Israel. Sal 120. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra. Mt 5,1-12. Dichosos los pobres en el espíritu. Martes. FERIA. 1Re 17,7-16. La orza de harina no se vació, como lo había dicho el Señor por medio de Elías. Sal 4. Haz brillar sobre nosotros, Señor, la luz de tu rostro. Mt 5,13-16. Vosotros sois la luz del mundo. Miércoles. San Bernabé, apóstol. Hch 11,21b-26;13,1-3. Era hombre de bien, lleno de Espíritu Santo y de fe. Sal 97. El Señor revela a las naciones su justicia. Mt 5,13-16. Vosotros sois la luz del mundo. Jueves. Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote. Gén 22,9-18. El sacrificio de nuestro patriarca Abraham. o bien: Heb 10,12-23. Así está escrito en el comienzo del libro acerca de mí, para hacer, oh Dios, tu voluntad. Sal 39. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad. Mt 26,36-42. Mi alma está triste hasta la muerte. Viernes. San Antonio de Padua, presbítero y doctor. 1Re 19,9a.11-16. Ponte de pie en el monte ante el Señor. Sal 26. Tu rostro buscaré, Señor. Mt 5,27-32. El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero. Sábado. 1Re 19,19-21. Eliseo se levantó y marchó tras Elías. Sal 15. Tu, Señor, eres el lote de mi heredad. Mt 5,33-37. Yo os digo que no juréis en absoluto. = Domingo de La Santísima Trinidad. Ex 34,4b-6.8-9. Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso. Sal: Dn 3,52-56. A ti gloria y alabanza por los siglos. 2Co 13,11-13. La gracia de Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo. Jn 3,16-18. Dios mandó su Hijo para que el mundo se salve por él. LA VOZ A TI DEBIDA Sí, por detrás de las gentes te busco. No en tu nombre, si lo dicen, no en tu imagen, si la pintan. Detrás, detrás, más allá. Por detrás de ti, te busco. No en tu espejo, no en tu letra, ni en tu alma. Detrás, más allá. También detrás, más atrás de mí te busco. No eres lo que yo siento de ti. No eres lo que me está palpitando con sangre mía en las venas, sin ser yo. Detrás, más allá te busco. Pedro Salinas Dios nos Lectura del libro de los HECHOS DE LOS APÓSTOLES 2,1-11 Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería. Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma. Enormemente sorprendidos, preguntaban: –¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene; algunos somos forasteros de Roma, otros judíos o prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua. SALMO RESPONSORIAL (103, 1ab y 24ac. 29-30. 31. 34) Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra. habla Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los CORINTIOS 12,3b-7.12-13 Hermanos: Nadie puede decir «Jesús es Señor», si no es bajo la acción del Espíritu Santo. Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de servicios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Porque, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. SECUENCIA Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; Bendice, alma mía, al Señor: ¡Dios mío, qué grande eres! Cuántas son tus obras, Señor; la tierra está llena de tus criaturas. Les retiras el aliento, y expiran y vuelven a ser polvo; envías tu aliento, y los creas, y repueblas la faz de la tierra. Gloría a Dios para siempre, goce el Señor con sus obras. Que le sea agradable mi poema, y yo me alegraré con el Señor. Recibid el Espíritu Santo mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos; por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén Lectura del santo evangelio según san JUAN 20,19-23 Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. En esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: –Paz a vosotros. Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: –Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: –Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos. COMENTARIO VIVIR A DIOS DESDE DENTRO escuchar y acoger.. Juan 20, 19-23 Hace algunos años, el gran teólogo alemán, Karl Rahner, se atrevía a afirmar que el principal y más urgente problema de la Iglesia de nuestros tiempos es su "mediocridad espiritual". Estas eran sus palabras: el verdadero problema de la Iglesia es "seguir tirando con una resignación y un tedio cada vez mayores por los caminos habituales de una mediocridad espiritual". El problema no ha hecho sino agravarse estas últimas décadas. De poco han servido los intentos de reforzar las instituciones, salvaguardar la liturgia o vigilar la ortodoxia. En el corazón de muchos cristianos se está apagando la experiencia interior de Dios. La sociedad moderna ha apostado por "lo exterior". Todo nos invita a vivir desde fuera. Todo nos presiona para movernos con prisa, sin apenas detenernos en nada ni en nadie. La paz ya no encuentra resquicios para penetrar hasta nuestro corazón. Vivimos casi siempre en la corteza de la vida. Se nos está olvidando lo que es saborear la vida desde dentro. Para ser humana, a nuestra vida le falta una dimensión esencial: la interioridad. Es triste observar que tampoco en las comunidades cristianas sabemos cuidar y promover la vida interior. Muchos no saben lo que es el silencio del corazón, no se enseña a vivir la fe desde dentro. Privados de experiencia interior, sobrevivimos olvidando nuestra alma: escuchando palabras con los oídos y pronunciando oraciones con los labios, mientras nuestro corazón está ausente. En la Iglesia se habla mucho de Dios, pero, ¿dónde y cuándo escuchamos los creyentes la presencia callada de Dios en lo más hondo del corazón? ¿Dónde y cuándo acogemos el Espíritu del Resucitado en nuestro interior? ¿ Cuándo vivimos en comunión con el Misterio de Dios desde dentro? Acoger al Espíritu de Dios quiere decir dejar de hablar solo con un Dios al que casi siempre colocamos lejos y fuera de nosotros, y aprender a escucharlo en el silencio del corazón. Dejar de pensar a Dios solo con la cabeza, y aprender a percibirlo en los más íntimo de nuestro ser. Esta experiencia interior de Dios, real y concreta, transforma nuestra fe. Uno se sorprende de cómo ha podido vivir sin descubrirla antes. Ahora sabe por qué es posible creer incluso en una cultura secularizada. Ahora conoce una alegría interior nueva y diferente. Me parece muy difícil mantener por mucho tiempo la fe en Dios en medio de la agitación y frivolidad de la vida moderna, sin conocer, aunque sea de manera humilde y sencilla, alguna experiencia interior del Misterio de Dios. Ed. BUENAS NOTICIAS