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Añoramos la vida y no la muerte
Mucho hemos hablado de violencia contra las mujeres, hemos logrado
avances en materia de leyes, la hemos nombrado, la reconocemos, la
señalamos… muchas luchamos cada día para erradicarla, para que no tenga
cabida en ninguna vida.
Añoramos la vida y no la muerte.
Y sin embargo, pese a nuestros esfuerzos y avances, las mujeres seguimos
siendo violentadas en todos nuestros ámbitos de vida, por el simple hecho
de ser mujeres.
Ser mujer sigue poniéndonos en riesgo en esta sociedad que legitima y
solapa la violencia contra las mujeres.
Hoy nos dicen que hay que estar en contra de toda la violencia, que no es
sólo una cosa que le pasa a las mujeres sino que también es un problema
que viven los niños, los ancianos, los más vulnerables. Ello es una manera
de volver a invisibilizarla de no reconocer que es un problema social que
urge ser resuelto en todos los niveles de la sociedad.
Hoy estamos aquí para que no se nos olvide que miles de mujeres en todo
el mundo están muriendo por ser mujeres. En España han muerto este año
21 mujeres, 6 de ellas de Catalunya.
¿Por qué la sociedad insiste en invisibilizar la violencia contra las mujeres?
?¿Qué pasa con nuestras conciencias que nuestra capacidad de indignación
se ha dejado ganar por la indiferencia?. ¿Que alimenta día a día esta
invisibilidad? miedo, machismo, roles tradicionales de género, abuso
de poder, amor romántico, la falta de autoestima, indiferencia,
desigualdad, fundamentalismos, heteronormativitat, autoritarismo,
patriarcado, neoliberalismo.
Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aquí
resucitando.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal,
porque me mató tan mal,
y seguí cantando.
Cantando al sol,
como la cigarra,
después de un año
bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra
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La violencia contra las mujeres es un delito, es un acto de tortura. No puede
combatirse sólo con palabras, son necesarios los recursos económicos, la
voluntad política y el compromiso de toda la sociedad. La violencia de
género no nos es ajena y está presente en nuestra vida cotidiana, una de
cada cuatro mujeres ha sido afectadas al menos una vez en su vida, incluso
las que estamos aquí.
Combatir la violencia de género es un asunto de salud pública y ello implica
presupuestos generosos, suficientes y bien etiquetados para hacer efectivos
los acuerdos internacionales, las leyes y políticas locales. Ya que sin
presupuesto las intenciones son sólo papeles y retórica.
Es necesario recordar que el problema no sólo judicial sino de salud
integral, educativo y de cambio de actitudes. Ello implica a todas las
instituciones y a todas las personas. A ti, a mí, a ellos, a ellas… tenemos
mucho aún por hacer para no permitir una muerta más por violencia. Para
no tener que recordarte que….(nombrarlas) fueron muertas a manos de sus
parejas.
Tantas veces me borraron,
tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui,
sola y llorando.
Hice un nudo del pañuelo,
pero me olvidé después
que no era la única vez
y seguí cantando.
Cantando al sol,
como la cigarra,
después de un año
bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.
Se necesita que los hombres también se impliquen, que se trabaje por un
cambio en sus actitudes con ellos, sobre todo de aquellos identificados
como los principales agresores de sus parejas, también hacer énfasis para
que las currículas de los profesionales del derecho, la salud, el magisterio y
otras profesiones, incorporen como temas fundamentales la resolución
pacífica de los conflictos, la perspectiva de género y el fomento a las
relaciones equitativas y solidarias entre las personas.
Urge que nos impliquemos todas y todos para que transformemos día a día
aquello que invisibiliza la violencia y la mantiene impune. Necesitamos:
paz, armonía, compromiso, sinergias, una cultura de cuidados,
igualdad, voz, presencia, autonomía, diversidad, poder propio y
poder transformador.
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Quien dijo que todo está perdido,
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
Tanta sangre se llevó el rio
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Y hablo de países y de esperanzas,
Hablo por la vida, hablo por la nada.
Hablo de cambiar esta nuestra casa
De cambiarla por cambiar nomas...
Quien dijo que todo está perdido,
Yo vengo a ofrecer mi corazón.