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Lección 3: La Salvación PENSAR, ACTUAR Y SER COMO JESÚS CREENCIAS ¿Por qué necesito salvación? Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios. Sin embargo, con una bondad que no merecemos, Dios nos declara justos por medio de Cristo Jesús, quien nos liberó del castigo de nuestros pecados. Pues Dios ofreció a Jesús como el sacrificio por el pecado. Las personas son declaradas justas a los ojos de Dios cuando creen que Jesús sacrificó su vida al derramar su sangre. Romanos 3:23-25 NTV ¿Cómo obtengo una relación con Dios y la salvación? 1. Cree 2. Arrepiéntete y bautízate 3. Cree y declara tu fe 4. Acude a la fe por gracia 5. ¿Haciendo buenas obras? Pasaje 1. Cree Había entre los fariseos un dirigente de los judíos llamado Nicodemo. Éste fue de noche a visitar a Jesús. - Rabí -le dijo-, sabemos que eres un maestro que ha venido de parte de Dios… - De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios - dijo Jesús. - ¿Cómo puede uno nacer de nuevo siendo ya viejo? - preguntó Nicodemo-. ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y volver a nacer? - Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios - respondió Jesús-. Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del Espíritu es espíritu. No te sorprendas de que te haya dicho: “Tienen que nacer de nuevo” (…) Pasaje 1. Cree Nicodemo replicó: - ¿Cómo es posible que esto suceda? (…) Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Juan 3:1-7, 9, 16 Si queremos tener una relación con Dios y obtener la vida eterna, dice Jesús, debemos creer en él. Pasaje 2. Arrepiéntete y bautízate Entonces Pedro, con los once, se puso de pie y dijo a voz en cuello: “Compatriotas judíos y todos ustedes que están en Jerusalén, déjenme explicarles lo que sucede; presten atención a lo que les voy a decir (…) Y todo el que invoque el nombre del Señor será salvo(…)” Cuando oyeron esto, todos se sintieron profundamente conmovidos y les dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: - Hermanos, ¿qué debemos hacer? - Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados - les contestó Pedro-, y recibirán el don del Espíritu Santo. Hechos 2.14, 21, 37-38 Para una relación con Dios y vida eterna, dice Pedro, debemos clamar el nombre del Señor y bautizarnos. Pasaje 3. Cree y declara tu fe Amados hermanos, el profundo deseo de mi corazón y mi oración a Dios es que los israelitas lleguen a ser salvos. Yo sé que ellos tienen un gran entusiasmo por Dios, pero es un fervor mal encausado. Pues no entienden la forma en que Dios hace justas a las personas ante él. Se niegan a aceptar el modo de Dios, y en cambio se aferran a su propio modo de hacerse justos ante él tratando de cumplir la ley. Sin embargo, Cristo ya cumplió el propósito por el cual se entregó la ley. Como resultado, a todos los que creen en él se les declara justos a los ojos de Dios. Romanos 10:1-5 NTV Pablo les dijo: “las obras no funcionan”. El único bueno es Dios. Jesús es Dios y cumplió todos los requisitos de la ley perfectamente. Cuando creemos en él es como que sus obras y acciones se transfirieran a nuestra cuenta. Pasaje 3. Cree y declara tu fe ¿Cómo realizamos esta transacción? Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo. Romanos 10.9-10 Cree con tu corazón; dilo en voz alta. Este tipo de confesión tiene que salir del corazón. (El hombre bueno, saca lo bueno del buen tesoro de su corazón. El hombre malo, saca lo malo del mal tesoro de su corazón; porque de la abundancia del corazón habla la boca. Lucas 6:45) Si queremos tener una relación con Dios y obtener la vida eterna, dice Pablo, debemos creer y declarar nuestra fe. Pasaje 4. Acude a la fe por gracia Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte (de sus buenas acciones). Efesios 2.8-9 ¿Qué es la gracia de Dios? En el AT viene de hesed, que se traduce como bondad y favor. Bondad que está en la naturaleza del que la da. “Fe” es igual a “creer” Gracia no es un derecho. Es una oferta bondadosa de Dios. Debemos expresar fe en Jesús y aceptar el sacrificio que hizo por nosotros en la cruz. Pasaje 5: ¿Haciendo buenas obras?… Cuando Jesús estaba ya para irse, un hombre llegó corriendo y se postró delante de él. - Maestro bueno - le preguntó-, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna? - ¿Por qué me llamas bueno? - Respondió Jesús-. Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: “No mates, no cometas adulterio, no robes, no presentes falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre”. - Maestro - dijo el hombre-, todo eso lo he cumplido desde que era joven. Jesús lo miró con amor y añadió: - Una sola cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme. Al oír esto, el hombre se desanimó y se fue triste porque tenía muchas riquezas. Marcos 10.17-22 ¡Jesús intentaba hacer que él viera que no podía lograrlo! De acuerdo con Pablo: “Por gracia… mediante la fe… no por obras” Idea clave: Creo que el camino a la salvación es mediante su gracia divina depositando mi fe en Jesucristo En resumen: Amado Dios, yo no puedo, pero tú sí puedes. Creo en Jesús, tu hijo. Creo que él murió y resucitó. Deposito mi fe en Cristo para ponerme a cuentas contigo y que me des vida eterna. Solo quiero tener fe y confiar en ti. Hoy estoy haciendo un giro de ciento ochenta grados dirigiendo mi vida hacia ti. Ya no huiré de ti, sino caminaré a tu lado. Lo digo en voz alta con mi boca, para que otros sepan lo que creo. Y públicamente expreso mi plena devoción a Jesús mediante el bautismo. Idea clave: Creo que el camino a la salvación es mediante su gracia divina depositando mi fe en Jesucristo “En ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos”. Hechos 4:12 - Jesús es el único camino: “Yo soy el camino, la verdad y la vida (…). Nadie llega al Padre sino por mí”. - No todos los seres humanos serán salvos. Al final del tiempo, en el juicio final, aunque muchos quieran creerlo, no todos entrarán al reino eterno de Dios (ver Apocalipsis 20:11-15). Aplicación clave: ¿Qué cambio produce eso en mi modo de vivir? • Buscamos agradar a Dios porque lo amamos, no para salvarnos. El apóstol Pablo escribe: Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Así que vivo en este cuerpo terrenal confiando en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó a sí mismo por mí. Gálatas 2.20 • Cualquier problema, por grande que sea, palidece en comparación con la esperanza de mi salvación y vida eterna. Pablo nos insta a no perder el ánimo: Aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día. Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. 2 Corintios 4. 16-17 Aplicación clave: ¿Qué cambio produce eso en mi modo de vivir? • Andamos en la gracia de Dios. En su carta a los gálatas, Pablo escribe: ¡Ay gálatas tontos! ¿Quién los ha hechizado? Pues el significado de la muerte de Jesucristo se les explicó con tanta claridad como si lo hubieran visto morir en la cruz. Déjenme hacerles una pregunta: ¿recibieron al Espíritu Santo por obedecer la ley de Moisés? ¡Claro que no! Recibieron al Espíritu porque creyeron el mensaje que escucharon acerca de Cristo. ¿Será posible que sean tan tontos? Después de haber comenzado a vivir la vida cristiana en el Espíritu, ¿por qué ahora tratan de ser perfectos mediante sus propios esfuerzos? Gálatas 3:1-3 Aplicación clave: ¿Qué cambio produce eso en mi modo de vivir? • Ofrecemos esta misma gracia a los demás. No olvidemos la parábola de Jesús del siervo ingrato registrada Mateo 18:21-35. Debemos ofrecer a los demás la gracia y el perdón que Dios nos ha concedido. ¡Hay cosas que sólo suceden cuando estamos juntos! ¿Y qué hay de ti? ¿Crees en la oferta de Jesús? ¿La has recibido para ti mismo? ¿Podrías ser tú como ese joven rico? ¿Crees que si tus pecados “no le hacen daño a nadie” no son pecados?