Download descargar las hojas de la liturgia de la celebración de la Hora Santa
Document related concepts
no text concepts found
Transcript
Hora Santa 2015 Volver a Jesús… sintiéndonos amados por el Padre Monición de entrada Desde siempre, cuantos han llegado a Tierra Santa tratan de vivir la experiencia de ver y tocar los lugares que dan testimonio de Jesús. El Huerto de Getsemaní, con sus añosos olivos, probablemente está entre los lugares más fieles a la Jerusalén de hace dos mil años. Jesús se retiraba a estos parajes cultivados para pasar la noche y rezar; en la noche de aquel primer Jueves Santo, antes de su detención, soportó el sufrimiento que lo llevó a una decisión consciente y al total abandono a la voluntad del Padre. Getsemaní es el lugar de la duda, de la angustia, de la oración desesperada, del miedo, de la soledad y de la tristeza…, pero también es el lugar de la intimidad, de la confianza y de la familiaridad. Jesús, en ese huerto te veo tan humano, y al mismo tiempo tan pleno… Tan inseguro, y sin embargo capaz de buscar claridad, y al final de acoger, perplejo y turbado, una situación que te desborda. Tan solo… también yo a veces me siento solo, en medio de tormentas, y en busca de sentido... Descubrirte así, temblando, me hace sentirte extrañamente cercano. Y verte capaz de encontrar al Padre ahí, es ante todo, promesa y camino. Canto: Velaré (www.youtube.com/watch?v=0nG2g_wVYP4) Velaré, contigo Señor, mientras yo viva, mientras yo viva. Quedaos aquí y velad conmigo. Velad y orad. Velad y orad. Velad y orad para no caer en tentación. El espíritu está pronto, pero la carne es débil. Velad, estad preparados. Llega el Señor. Oración inicial (todos juntos) Señor Jesús, hoy no venimos aquí para hablar de ti, sino a hablar y a estar contigo. Para acompañar tu soledad y para dejarnos amar por ti. Danos valor para ponernos a tus pies. Queremos derramar ante ti nuestro corazón herido, pecador y pobre; por todo lo que nos hace llorar, por todas las veces en que nos sentimos solos y no te hemos buscado estando tan cerca; por los momentos de desesperación, de fracaso, de inquietud, de zozobra, de duda, de humillación… y no hemos acudido a ti; por todo lo que hemos hecho mal y ya no podemos cambiar; por el daño que hemos hecho y el que nos han hecho a nosotros; por los momentos en los que nos hemos sentido llenos de rabia o de impotencia y nos hemos rendido; por todas las heridas que no han llegado a cicatrizar y por las que ya están curadas. Todo. Lo ponemos todo a tus pies. Y, aquí, contemplando tu soledad, míranos y sentiremos que no hay reproche, ni paternalismo, ni indiferencia por tu parte, sino misericordia y amor. Solamente amor. Tienes en tus ojos y en tu corazón lo que nosotros necesitamos. Silencio Canto: En nuestra oscuridad (www.youtube.com/watch?v=xKLn97XRERE) En nuestra oscuridad enciende la llama de tu amor, Señor, de tu amor, Señor. (bis) Marcos (14,26-52) Llegan a un huerto, que llaman Getsemaní, y dice a sus discípulos: «Sentaos aquí mientras voy a orar». Se lleva consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, empezó a sentir espanto y angustia, y les dice: «Mi alma está triste hasta la muerte. Quedaos aquí y velad». Y, adelantándose un poco, cayó en tierra y rogaba que, si era posible, se alejase de él aquella hora; y decía: «¡Abba!, Padre: tú lo puedes todo, aparta de mí este cáliz. Pero no sea como yo quiero, sino como tú quieres». Volvieron, y al encontrarlos dormidos, dijo a Pedro: «Simón ¿duermes?, ¿no has podido velar una hora? Velad y orad, para no caer en tentación; el espíritu está pronto, pero la carne es débil». De nuevo se apartó y oraba repitiendo las mismas palabras. Volvió y los encontró otra vez dormidos, porque sus ojos se les cerraban. Y no sabían qué contestarle. Vuelve por tercera vez y les dice: «Ya podéis dormir y descansar. ¡Basta! Ha llegado la hora; mirad que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levantaos, vamos! Ya está cerca el que me entrega». Reflexión Jesús se dirige a Dios Padre con el término 'Abba', una palabra que la tradición judía nunca había usado en relación a Dios. Esta expresión 'Abba' sólo se emplea aquí en todos los evangelios, subrayando la profunda intimidad entre Dios y su hijo Jesús en el momento en el que éste se sintió más necesitado del amor del Padre. Para VOLVER A JESÚS, para escuchar al Señor, es necesario aprender a contemplarlo, a percibir su presencia constante en nuestra vida; es necesario detenerse a dialogar con Él, darle espacio con la oración… es necesario que nosotros también nos sintamos amados por el Padre. Con este deseo, venimos hoy a ponernos en presencia de Jesús Sacramentado. Queremos hablar con él. Queremos que él nos hable. Queremos que él sea el centro de nuestra vida. Queremos aprender a contemplarlo. Cuántas veces nos sentimos abatidos, solos, sin fuerza, defraudados, incomprendidos, tristes… cuántas veces le fallamos… cuántas veces le traicionamos no descubriéndole en cada hermano… cuántas veces le dejamos solo… cuántas veces no comprendemos lo que nos pasa en la vida… cuántas veces decimos ¿para qué?... cuántas veces preguntamos “¿Por qué Señor?”… Cuántas veces nosotros y nosotras también necesitamos del amor del Padre. Yo no sé qué deciros, pero sé que a cada uno de nosotros y de nosotras el Señor nos responde en el corazón desde su corazón. Miremos a Cristo. Él es el Señor y Él nos conoce y nos comprende porque pasó por todas las pruebas que nos sobrevienen a nosotros. Digamos juntos: El Corazón de Jesús me mira. Me mira siempre. Me mira en todas partes… Me mira como si no tuviera que mirar a nadie más que a mí ¿Por qué? Porque me quiere, y los que se quieren ansían mirarse. Alma, detente un momento en saborear esta palabra: el Corazón de Jesús está siempre mirándote. Silencio (invitación a una oración íntima con el Señor) Contempla el monumento, piensa en la situación… estás rodeado de personas, de miradas, de hermanos y hermanas en la fe… y ahí está Jesús, te está mirando, te está hablando, te está amando, te está purificando, te está de nuevo llamando amigo, amiga. “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”. Y nosotros lo somos hoy y siempre. Comparte con Jesús en esta noche la angustia y el dolor. Vivir es una aventura apasionante, pero llena de dudas, de riesgos, de sufrimientos y elecciones donde se pone a prueba la consistencia de nuestros compromisos. Exprésale a Jesús tus miedos, tus preocupaciones, tus inseguridades, tus deseos no satisfechos, tus tentaciones y derrotas... Siéntete amado. Canto: Nada te turbe (www.youtube.com/watch?v=go1-BoDD7CI ) Nada te turbe, nada te espante, quien a Dios tiene, nada le falta. Nada te turbe, nada te espante, solo Dios basta. Todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza. En Cristo mi confianza, y de Él solo mi asimiento. En sus cansancios mi aliento y en su imitación mi holganza. Aquí estriba mi firmeza, aquí mi seguridad. La prueba de mi verdad, la muestra de mi firmeza. Ya no durmáis, no durmáis, pues que no hay paz en la tierra. No hay ningún cobarde. Aventuremos la vida. No hay que temer, no durmáis. ¡Aventuremos la vida! Oración final (todos juntos) Señor, Jesús: Gracias por tu incomprensible misericordia, por haber instituido la Eucaristía que nos alimenta, por amarnos en la noche de las traiciones y huidas, por este tiempo que nos concedes para adorarte y venerarte, por la fe que nos regalas y nos sostiene, por ofrecernos siempre una nueva oportunidad, por perdonarnos incansablemente, por derrochar tanta paciencia con nosotros, por tu amor hasta el extremo. Gracias por todos los beneficios que nos concedes, por esta hora de comunión contigo, por tus palabras y gestos que reconfortan y sanan, por tu cruz que salva y que tanto enseña, por tu sangre que a tantos abraza, por el Espíritu Santo que sobrevuela nuestras almas. Gracias por tu amor sin tregua y sin fronteras, por la Madre que al pie del madero nos das y compartes, por olvidar nuestras traiciones e incoherencias, por perdonar el sueño que nos aleja del estar en vela, por ese pan partido en la mesa de la última cena. Gracias porque aun siendo Dios, te arrodillas y a servir nos enseñas. Gracias por tu sacerdocio de generosidad, ofrenda y entrega. Gracias por tu amor sin límites, que en la cruz se hace santa locura. Gracias porque dar la vida por Ti vale la pena, aunque cueste la vida. Canción: En ti Señor (www.youtube.com/watch?v=1o8vCr6N_FM ) En Ti Señor reposa todo mi ser, he sido amado por Ti, sí, sólo en Ti se alumbra la esperanza, en Ti sólo Señor. Monición de despedida Hemos velado junto a Jesús en su momento más amargo y difícil. En esta noche santa, en esta noche del Amor, del Amor Verdadero, os invitamos, antes de salir y volver a vuestros hogares, a permanecer sentados mientras cantamos y escuchamos una última canción, sintiendo el amor de Dios en cada uno de nuestros huesos, en cada poro de nuestra piel, en cada rincón de nuestra alma... Canción: Como el Padre me amó COMO EL PADRE ME AMÓ, YO OS HE AMADO. PERMANECED EN MI AMOR, PERMANECED EN MI AMOR. Si guardáis mis palabras, y como hermanos os amáis, compartiréis con alegría, el don, de la fraternidad. Si os ponéis en mi camino, sirviendo siempre a la verdad, fruto daréis en abundancia, mi amor, se manifestará. ESTRIBILLO. No veréis amor tan grande, como aquél que os mostré. Yo doy la vida por vosotros: amad, como Yo os amé. Si hacéis lo que os mando, y os queréis de corazón, compartiréis mi pleno gozo, de amar, como Él me amó. ESTRIBILLO.