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Posnoviciado Salesiano Beato Felipe Rinaldi Materia: Seminario de Especialización (Sistema Preventivo) Docente: P. Mauricio Cuadros sdb Presentado por: José H. Gómez sdb La Pedagogía del Corazón en el Educador Salesiano En los ambientes salesianos como colegios, parroquias, obras sociales, la misma calle entre otros, es muy característico ver que la educación del joven es basada en el sistema preventivo de San Juan Bosco. Si bien este sistema tiene como objetivo prevenir al joven de caer en malos pasos, de enseñarles el evangelio de Cristo para que aprendan a vivir como buenos cristianos y además la formación humana para ser personas comprometidas con la sociedad en la que viven, siendo así buenos ciudadanos. Este sistema educativo tiene como eje central una pedagogía muy particular, propia del salesiano aprendida por Don Bosco. Esta pedagogía se llama la pedagogía del Corazón. El Cuadro Fundamental de Referencia de la Pastoral Juvenil Salesiana lo publica de esta manera: “El sistema preventivo se expresa como un amor educativo que hace crecer y crea correspondencia” (Dicasterio de Pastoral Juvenil 17) Pero ¿en que consiste esta pedagogía del Corazón? Muchas personas le preguntaron a Don Bosco, cuál era el sistema de educación que empleaba para conducir felizmente a los jóvenes por el camino de bien: o lo que él solía responder ¡El sistema Preventivo: la caridad! 1 En efecto, la bondad, la amabilidad eran para Don Bosco el principio y método de su sistema educativo. 1 Peresson Tonelli Mario L; Cruz Ramírez Dagoberto, La pedagogía de San Juan Bosco (Bicentenario de su nacimiento 1815 – 2015), Apostolado Bíblico católico, Bogotá, 2013,, pág. 42. En la pedagogía del Corazón hay un rasgo fundamental el cual consiste en que el Educador Salesiano tiene como misión amar a aquel que se le ha encargado educar. Pietro Braido escribe “el amor debe ocupar el primer puesto en la acción educativa, con un corazón amante, tierno y generoso es como un maestro que debe desempeñar su importante ministerio” (84). Suele suceder en muchos lugares que un educador no expresa ese amor en su pedagogía, y esta expresión se refleja en su modo de formar, es decir, no muestra interés alguno por la formación de sus destinatarios. Para este tipo de educador, el joven es solo un elemento de trabajo el cual su único interés es el de dar temáticas mas no se preocupa por la profundidad que el tema pueda tener, no tiene interés en formarlo para la sociedad cercanía personal con el joven. y mucho menos por tener una No se interesa por su situación, por sus problemas, es un extraño al que solo tiene que atender por obligación colocando una barrera, una pared entre educador y educando, haciendo la relación muy dura y fría y despertando en el joven temor, susto en vez de amor o aprecio. Un ambiente educativo de esta manera es como lo expresa Don Braido “Un lugar de tristeza y dolor donde la juventud se malicia antes de tiempo bajo la autoridad de lúgubres maestros” (87). Ahora bien el papel que tiene el Educador Salesiano es fundamental para el estilo pedagógico a implementar en la educación del joven. Este debe estar en todo momento para colaborar y guiar al joven con sentimientos de aprecio, de cariño, es estar siempre dispuesto a acompañarlo tanto humana como espiritualmente. Ya en el sueño de los nueve años este personaje famoso que era Jesús le decía a Don Bosco “No con golpes, sino con la mansedumbre y la caridad deberás ayudar a estos tus amigos”. Y añade el mismo Don Bosco “la educación es cuestión del corazón” El educador salesiano cuando educa con el corazón despierta confianza en el muchacho y esto permite que se entablen diálogos que permitirán conocer mejor no solo al joven sino también la realidad en la que está sumergida y así por los medios del que dispone generar un ambiente diferente al que el joven se encuentra acostumbrado. El verdadero Educador Salesiano participa en la vida del joven, se hace amigo de él, comparten experiencias, entablan momentos de dialogo fraterno y todo esto con el fin de conocer mejor al muchacho y poder orientarlo en la vida. Además cuando el educador salesiano participa con agrado de las actividades de los jóvenes, estos al ver y sentir el gusto de éste de estar con ellos compartiendo ya sea en lo cultural o lo deportivo, toman nuevas actitudes y generan un gran voto de confianza hacia sus formadores. Por eso la importancia del educador con el carisma salesiano es ser alguien que le guste estar con los jóvenes y que pueda inferir en sus comportamientos tanto cristianos, como sociales. Ya lo dice Don Bosco “aquí con ustedes me encuentro feliz, mi vida es estar con ustedes” Sin embargo Don Bosco decía que no basta solo amar “es necesario que los jóvenes sientan, experimenten que son amados” (Peresson 261). Este sentimiento debe ser percibido por el joven, que sienta que hay personas que se interesan por él, que quieren lo mejor para él y ver en sus educadores testimonios de vida. Este amor es reflejado más que todo con hechos que con palabras. Al realizar alguna acción que vaya en beneficio del muchacho y este se dé cuenta de ello, despierta un agradecimiento que se transforma mas adelante en cariño. El hacer sentir a los jóvenes que son amados, ellos sienten de inmediato el cambio de ambiente como si fuera una segunda casa, una nueva familia en donde son tenidos en cuenta y que saben que tienen unos padres espirituales que los aman y que están pendientes relación al tema de ellos en buena parte del tiempo. Arthur Lenti con escribe que “La filosofía educativa se basaba en el método educativo de una relación afectiva entre educador y discípulo, como en una buena familia” (80). En las actitudes donde el joven siente más ese amor es por ejemplo en el servicio a los demás, en la entrega voluntaria para el trabajo, el sacrificio que se hace por el bienestar del joven, en la acogida que reciben como un miembro importante de la familia, en la escucha, que sienta que alguien esta pendiente de él y esta dispuesto a escuchar sus penas y alegrías, en el dialogo, en donde una buena palabra o un buen consejo puede hacer grandes cosas por el bien del joven y en muchas otras actitudes en donde el sentimiento de amor por la búsqueda de su salvación es percibido por el muchacho con el que se está entablando la relación formativa. Cuando el educador ha amado al joven a tal punto que no solo ha sido sentido por él, sino también ha despertado en él un sentido de gratitud, se afirma con esta expresión. “El educador que quiera ser amado debe amar primero y manifestar su amor” (Lenti 87). Es un sentimiento de reciprocidad, de correspondencia, de querer expresar su cariño a aquel que fue como un amigo, como un padre, como un maestro, los cuales incluso los toman como modelos a seguir. Ellos reconocen el sacrificio, la entrega que han tenido hacia la juventud, y esa gratitud es expresada con signos muy sencillos pero significativos, como por ejemplo un abrazo, un dar las gracias, el de celebrarles fechas importantes realizando actos culturales, en un regalo y muchas otras expresiones con las que agradecen el amor con que han sido formados. “Si un joven no abre su corazón al educador, la educación falla, debería haber reciprocidad, confianza dada y recibida” (Id 88). Por eso el amor salesiano es el que sabe hacerse corresponder, que hace crecer al joven. “el muchacho sintiéndose estimado, aprende a estimarse, a tener confianza, y a dar también él gratuitamente”. (Rodríguez 231). Esta es la pedagogía del Corazón, la que implementa el Educador Salesiano al estilo de Don Bosco, el del encuentro con cada uno de los jóvenes, pero este amor no es vacío, es un amor cristiano, un amor inspirado en el Evangelio. De ahí que Don Bosco a todos lo querían por igual. El Educador Salesiano tiene esa misión, hacer que cada uno se sienta igual de amado, y es el sentimiento que debe dejarse sentir por el joven, que sin importar la condición o situación en la que se encuentre, educativo. cada uno debe sentirse como el más importante en su camino BIBLIOGRAFIA Braido Pietro, PREVENIR, no reprimir, Madrid – España, Central Catequística Salesiana (CCS), 2003 Dicasterio de Pastoral Juvenil, La Pastoral Juvenil Salesiana cuadro fundamental de referencia, Bogotá - Colombia, Ediciones Salesianas, 2005 Lenti Arthur J, Don Bosco: Historia y Carisma 2, Madrid – España, Central Catequística Salesiana (CCS), 2011 Peresson Mario L, Educar con el Corazón de Don Bosco, Madrid - España, Central Catequística Salesiana (CCS), 2010 Rodríguez Jorge, Bicentenario del Nacimiento de San Juan Bosco 1815 – 2015, Cali – Colombia, Instituto Técnico “San Juan Bosco” 2011