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El cambio climático y el liderazgo de las ciudades –
Lección 3.2: Estrategias de adaptación
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Mejore la capacidad para soportar perturbaciones o alteraciones producidas
por los efectos del cambio climático
Texto de la narración
El tercero objetivo transversal para la
adaptación es mejorar la capacidad de su
ciudad para soportar perturbaciones o
alteraciones producidas por los efectos del
cambio climático.
Como hemos visto anteriormente, una
ciudad así es capaz de soportar, o adaptarse
a, diferentes cambios a un coste razonable,
y recuperarse totalmente de perturbaciones
repentinas e incluso sorpresas en un
período de tiempo razonable.
Esta capacidad es especialmente relevante
para la adaptación al cambio climático.
Seguramente las ciudades se van a
encontrar situaciones que cambian
constantemente, fenómenos
meteorológicos más extremos y más
sorpresas.
A no ser que las ciudades tengan esta capacidad por su propia naturaleza, los impactos de los desastres
aumentarán con el tiempo, y los progresos ya hechos para su desarrollo correrán peligro.
La capacidad de soportar perturbaciones o alteraciones producidas por los efectos del cambio climático
se consigue de dos formas: fortaleciendo los sistemas urbanos y aumentando la capacidad de
adaptación.
Un sistema robusto es tan fuerte que resiste los golpes, está diseñado con márgenes de seguridad que
permiten a los residentes sobrevivir cambios bruscos y recuperarse rápidamente. Se pueden fortalecer
todos los elementos de una ciudad: social, económico y físico. Sin embargo, los márgenes de seguridad
tienen que acomodarse a un clima que cambia rápidamente.
La capacidad de adaptación es la habilidad de reaccionar ante un cambio y una sorpresa, para aprender
rápidamente y adaptarse fácilmente a las nuevas condiciones sin grandes costes ni dejar de funcionar
permanentemente. Todos los elementos pueden ser más adaptables, aunque hay contrapartidas.
Al centrarse en un diseño más robusto y en la capacidad de adaptación, las ciudades mirarán al futuro.
Las estrategias pueden enfatizar las medidas preventivas en lugar de las reactivas. Ese es un elemento
central de los principios internacionales de Hyogo para la GRD, presentados en el módulo 2. La
capacidad de soportar perturbaciones o alteraciones producidas por los efectos del cambio climático
puede servir de guía importante para la planificación estratégica.
El cambio climático y el liderazgo de las ciudades
El cambio climático y el liderazgo de las ciudades –
Lección 3.2: Estrategias de adaptación
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Texto en pantalla
Para conseguir esta capacidad, las estrategias de adaptación deben incluir:
1. Diseño robusto: la capacidad para soportar cambios no deseados y volver a la situación que había
antes.
2. Capacidad de adaptación: para reaccionar aprendiendo y cambiando rápidamente sin perder
funciones permanentemente ni incurrir en costes excesivos.
¿Por qué el diseño robusto es especialmente útil para las ciudades?
Invertir en «márgenes de seguridad» para todas las inversiones nuevas puede aumentar la capacidad
para soportar perturbaciones producidas por los efectos del cambio climático, a menudo a un bajo
coste.
Por ejemplo, el coste marginal de construir una presa más alta o de incluir grupos adicionales en un plan
de protección social puede ser bajo. Los márgenes de seguridad no solo cubren los posibles efectos del
cambio climático (fenómenos más intensos), sino que también cubren la falta de certeza sobre cómo va
a crecer la población y la economía de la ciudad.
Compare la pérdida de bienes inmuebles y de vida de terremotos similares en diferentes sitios y verá
claramente los beneficios de los márgenes de seguridad.
¿Por qué la capacidad de adaptación es especialmente útil para las ciudades?
Si los márgenes de seguridad no son suficientes, todo se viene abajo. Fíjese en el efecto del terremoto
de 2011 en las ciudades de Japón. A largo plazo este tipo de fallos de los sistemas es inevitable. Es lo que
a veces se denomina «desastre por diseño», puesto que las suposiciones sobre la máxima amenaza
(subida del nivel del mar, temperatura, viento, etc.) tienden a crear umbrales de seguridad artificiales
por encima de los cuales todos los sistemas fallan de repente.
Una solución es hacer planes por si los sistemas fallan. Trate la política como experimental, supervise los
resultados con frecuencia y adapte la política como parte de la rutina.
Otra solución es cuestionar todas las suposiciones y utilizar cuidadosamente tendencias y situaciones
para informarse mucho mejor sobre lo que es probable que nos depare el futuro. Desarrolle su previsión
y construya para el futuro.
Una tercera solución es diseñar entornos urbanizados que sean mucho más adaptables. Eso es un reto
para los planificadores, los arquitectos, los ingenieros y los diseñadores. Tienen que replantearse su
papel en ese contexto más amplio, de manera que los edificios y la infraestructura siempre ayuden a
regenerar el entorno urbano: natural, construido y social. Probablemente eso incluirá la incorporación
de rasgos tradicionales de la arquitectura vernácula que ayuden a los edificios a adaptarse al clima local.
Sin duda significa que los edificios y los espacios públicos tienen que ser diseñados pensando en
necesidades cambiantes y en el clima cambiante. Todos los diseños tienen que demostrar su capacidad
de adaptación. ¿Pueden ser fácilmente extendidos a espacios nuevos o conectados a sistemas nuevos?
¿Pueden ser convertidos para usos nuevos o adicionales?
El cambio climático y el liderazgo de las ciudades