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Shoten Zenjin (1) Dioses Budistas o Funciones Protectoras del Universo En el Gosho titulado “Las tres clases de tesoros”, Nichiren Daishonin afirma: “Cuando la naturaleza de Buda se manifiesta desde el interior, se obtiene protección desde afuera”. Esto concuerda con el principio de que el sujeto y su medio ambiente son inseparables. Mientras manifestamos el estado de Budeidad desde nuestro interior mediante la invocación de Nam Myoho Rengue Kyo, y nos esforzamos por la causa del Kosen Rufu tal como el Daishonin enseñó, al mismo tiempo manifestamos la Budeidad en nuestro ambiente. ¿Cuál es la forma visible en que ésta se manifiesta? Las personas y las situaciones que nos rodean comienzan a actuar para contribuir a nuestro crecimiento y proteger nuestros esfuerzos. En los sutras budistas, esta función protectora del ambiente se personifica en la figura de los “dioses budistas”. El Budismo se originó en la India, donde el pueblo solía creer en muchos dioses. Se decía que las deidades habitaban en las laderas y en la cumbre del monte Sumeru, y más arriba aún, en el cielo. Aunque los poderes de los dioses eran superiores a los del hombre, en la Indica no se consideraba que las deidades fueran omnipotentes ni absolutas. Se creía que cualquiera podía nacer en la forma de un dios (es decir, en el mundo celestial), en virtud de una acumulación de karma favorable, y también que cualquiera podía caer en ese estado y renacer en otro inferior cuando su buena fortuna se hubiese agotado. Los pobladores de la India de esa época pensaban que los dioses, como los hombres, eran seres “no iluminados”. En realidad, consideraban que la existencia como ser humano era más favorable para el logro de la Budeidad, ya que los dioses estaban absortos en una vida de placer, y, por lo tanto, era menos probable que tuviesen deseo de buscar la vida eterna. La nueva religión budista, apoyada en esta visión de las deidades, naturalmente incorporó los dioses nativos como funciones protectoras. Los Budistas adoptaron todo el conjunto de deidades indias, entre las que había dioses importantes, tales como Bonten (Brama), Taishaku (Indra), y los Cuatro Reyes Celestiales que actuaron como protectores del Budismo. En el Capítulo Vigésimo Sexto del Sutra del Loto, por ejemplo, varios dioses y demonios juraron proteger al devoto de este sutra. Cuando el Budismo se difundió en la China, incorporó los dioses nativos de manera análoga. Algo parecido ocurrió también en el Japón donde deidades autóctonas como Hachinam y Tensho Daijin (Dios del Sol) pasaron a figurar en la religión budista como funciones protectoras. En el Gohonzon figuran inscriptos muchos dioses budistas, que representan las muchas funciones de la Ley Mística. __________ (1) Fuente: Revista “Siglo XXI” – Julio-Diciembre de 1990. El Budismo de Nichiren Daishonin considera que los dioses budistas representan las funciones de la vida universal. El sol, la luna, las estrellas y otras entidades mencionadas en los escritos budistas en calidad de “dioses” son parte de una armonía cósmica, que es la manifestación de Myoho Rengue Kyo. Desde el punto de vista de esta filosofía de vida, es decir la perspectiva budista que considera al cosmos como entidad inherente a la vida del ser humano, los dioses budistas son funciones de nuestro propio ser. Por ello, no oramos a los dioses budistas: por el contrario, cuando invocamos Nam Myoho Rengue Kyo al Gohonzon, nos fusionamos con la ley fundamental del universo, y así activamos las fuerzas protectoras desde nuestro interior para que manifiesten en el ambiente que nos rodea. Es correcto decir que la función de los dioses budistas se fortalece mediante nuestra invocación de Dáimoku. La protección de los dioses budistas puede adoptar muchas formas. Podría ser salvarnos de un accidente grave en la calle. A otro, tal vez, le ofrezcan “casualmente” el trabajo o el departamento ideal, o quizá alguien descubra que padece una enfermedad grave en los momentos iniciales, donde la curación es posible. Muchos creyentes han vivido esta clase de experiencias, pero la protección de los “dioses budistas” no siempre es tan obvia, ni tan dramática: El cariñoso aliento que llega justo cuando uno está desanimado, o hasta el hecho de recibir un beneficio muy anhelado sólo después de haber invocado el suficiente Dáimoku para poder manejar la situación con éxito, son ejemplos de protección que se obtiene mediante la práctica. Mientras creamos en el Gohonzon con determinación de manifestar nuestra Budeidad y de ayudar a los demás, nuestra misión será protegida. El Daishonin repetidamente urgió a sus seguidores a que tuvieran confianza en esta protección, y a que fortalecieran su fe para poder recibir un apoyo cada vez mayor de parte del ambiente. En el Gosho “Respuesta a Myoshin-ama”, escribe: “Cuando usted abraza este mandala (Gohonzon), todos los budas y deidades benevolentes se congregarán para protegerla día y noche, inseparables como la sombra y el cuerpo. La resguardarán con la misma devoción con que los guerreros protegen a su rey, con que los padres aman a sus hijos, con que los árboles y el pasto anhelan la lluvia, y con que los pájaros confían en las ramas donde moran. Crean en esto con todo su corazón”. **********