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NO ME HAGAS DAÑO kutxa © 2010, Fundación Kutxa © 2010, Rafael Herrero Martínez © De la presente edición: 2010, ALBERDANIA, SL Plaza Istillaga, 2, bajo C. 20304 IRUN Tel.: 943 63 28 14 Fax: 943 63 80 55 alberdania@alberdania.net www@alberdania.net © Cubierta: 2010, Antton Olariaga Impreso en Itxaropena, SA, Araba kalea, 45, 20800 ZARAUTZ ISBN: 978-84-9868-229-8 Depósito legal: SS. 648/2010 LOS PREMIOS LITERARIOS Kutxa Ciudad de San Sebastián, que fueron instituidos por el Excmo. Ayuntamiento de Donostia - San Sebastián, en los últimos años están promocionados y patrocinados por la Fundación Kutxa, con la intención de estimular la creatividad literaria y contribuir a su difusión social. El certamen se convoca con periodicidad bienal, e incluye las especialidades de Cuento y Teatro, tanto en euskara como en castellano. La presente obra ha obtenido el Premio de Teatro correspondiente a 2010 según resolución del jurado integrado por: Mikel Azpiazu Zulueta, Romualdo Salcedo Real, Emilio Gutiérrez Caba, Jerónimo López Mozo y Andrés Sorel. RAFAEL HERRERO MARTÍNEZ. Guionista, director, periodista y autor teatral, es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y titulado por la Escuela Oficial de RTV. Durante los años setenta y ochenta dirigió diferentes espectáculos teatrales y estrenó las obras, Apaga la luz, Al escondite y Estudias o trabajas (en colaboración con el autor chileno Jorge Díaz). Guionista de cine y radio, a partir de los años ochenta dirigió y escribió diferentes programas de televisión, entre ellos, Cajón desastre, Historias de music hall, El mismo día a la misma hora y Lo tuyo es puro teatro, así como las series documentales Fetiche y Autor, autor, una pasión (dedicada a diferentes autores españoles de teatro), y finalmente, durante seis años, ha dirigido el programa cultural de TVE La mandrágora. Fue jefe de Programas Dramáticos de TVE, etapa en la que produjo y seleccionó, entre otras, series como: Media naranja, Platos rotos, Página de sucesos, Tristeza de amor, La voz humana, Régimen abierto y los guiones de series como Anillos de oro y El olivar de Atocha. Llevó a cabo, asimismo, diferentes producciones teatrales y ciclos de teatro español y extranjero. Ha publicado las obras de teatro breve Desde aquí se ve el mar, Dicen que en la guerra pasa y Los niños soldados. Es autor también del libro Producción de series dramáticas de televisión y de un estudio en torno al teatro infantil Es profesor de guión, dirección e interpretación en la Escuela TAI, y ha impartido diferentes cursos de guión en la Universidad Complutense y en la Escuela Oficial de RTV. V NO ME HAGAS DAÑO RAFAEL HERRERO MARTÍNEZ ~ TEATRO ~ ALBERDANIA astiro A Isabel, Rafa, Isma y a esas mujeres reales que quizá se llaman… Luisa, Charo, Paula… y que han inspirado esta obra con su vida y con sus palabras. El problema es de los hombres… Tal vez cien mil hombres, solo hombres, nada más que hombres manifestándose en las calles, mientras las mujeres, en las aceras, les lanzan flores, podría ser la señal que la sociedad necesita para combatir, desde su seno y sin demora, esta vergüenza insoportable. Y para que la violencia de género, con resultado de muerte o no, pase a ser uno de los primeros dolores y preocupaciones de los ciudadanos. Es un sueño, es un deber. Puede no ser una utopía. CUADERNO DE JOSÉ SARAMAGO PERSONAJES LUISA RAÚL, marido de Luisa PAULA, hija de Raúl y de Luisa. Tiene algo más de veinte años CHARO, joven latinoamericana NICO, mediador familiar Espacio vacío con varias sillas que forman un semicírculo. Los actores siempre están en el escenario. Intervienen en las escenas o son testigos de lo que ocurre. ESCENA UNO LUISA: El día que Raúl me trató mal por primera vez debí darme cuenta de lo que iba a pasar, pero no reaccioné. Soy así, incapaz de pensar mal de nadie, y menos de él. Le tenía idealizado, me fascinaba su forma de ser: imprevisible, atento, inteligente. Debí hablar con él, pero no lo hice. Ese día tuvimos una discusión absurda, una de esas discusiones 16 N O ME HAGAS DAÑO que comienzan por una tontería: él me había propuesto ir a cenar a un restaurante que a los dos nos encantaba. Llegué unos minutos tarde, porque tuve que recoger a Paula de la guardería y dejarla con mis padres y, bueno, porque soy un poco desastre con eso de las horas. Enseguida noté que estaba contrariado. Me disculpé y, poco a poco, se le fue cambiando la cara de cabreo y volvió a ser el hombre divertido que a mí me había atrapado. Raúl no era guapo, más bien todo lo contrario, pero estaba enamorada de él. Le gustaba contar historias, anécdotas. Podía hablar de cualquier cosa… de libros, de viajes, de teatro, y a mí me encantaba escucharle… Creo que me enamoré de él con los ojos cerrados. Esa noche ocurrió otra tontería, o quizá no lo fue, pero yo tampoco le di importancia. La cena, para él, tenía un motivo especial, pero yo no lo sabía, y eso le volvió a contrariar, y empezó a regañarme, a decirme que no le prestaba atención, que sólo pensaba en mis cosas. Y comenzaron algunos reproches, temas que parecían R AFAEL H ERRERO M ARTÍNEZ 17 olvidados y que, sin embargo, él tenía ahí guardados. Se fue poniendo tenso, violento. Yo me asusté, porque no me parecía él, y traté de calmarle. Le cogí de la mano y se soltó bruscamente. Me sentía muy mal y le dije que no se enfadara, que lo importante era que estábamos los dos juntos… y que lamentaba no haberme dado cuenta de que era una noche especial. RAÚL (incorporándose a la escena): Vamos a ver, esta tarde te he dejado un mensaje en el móvil contándotelo todo, ¿es que no lo has oído? LUISA: Pues no, la verdad es que… Creo que no lo he recibido. RAÚL: No sé para qué llevas móvil si no hay forma de contactar contigo, o no lo oyes, o no lo miras… o no tiene batería. L UISA : ¿Y qué quieres que haga si no lo he oído…? RAÚL: Es que lo jodes todo, Luisa… Una noche que… Bueno, da lo mismo. LUISA: ¿Por qué no reaccioné? ¿Por qué no le dije que me tratara bien? N O ME HAGAS DAÑO 18 RAÚL: Es que es increíble. Te llamo y nunca contestas al maldito teléfono. Mira el mensaje, joder, ya verás como sí te lo he enviado. LUISA: Y me puse a buscar como una tonta, en el bolso, donde había de todo, como siempre, pero el maldito móvil no estaba. Raúl me dijo que no entendía cómo podía llevar tantas cosas inútiles en el bolso. No le contesté, sólo quería encontrar el teléfono y que esa pesadilla terminara de una vez… LUISA: He perdido el móvil o me lo he dejado en la oficina, no sé… RAÚL: ¿Te das cuenta? Lo pierdes todo… Un día vas a perder la cabeza… LUISA : Soy distraída… No lo puedo evitar. Lo siento. RAÚL: Pues cambia, Luisa, cambia… Porque así no podemos seguir… Cuando no es una cosa es otra… ¿Es que no te das cuenta? LUISA: Yo creo que exageras… RAÚL: ¿Que exagero? ¿Quieres que te haga una lista de tus despistes, de tus meteduras de pata? Si quieres te la hago. Me sacas de quicio, Luisa. R AFAEL H ERRERO M ARTÍNEZ 19 LUISA: ¿Por qué me quedé callada? ¿Por qué no le dije que me estaba haciendo daño?, ¿por qué?…, ¿por qué? R AÚL : Eres única para joder las cosas… ¡Vaya mierda de noche, coño! LUISA: Y siguió con su interminable lista… Que no valía para nada, que no me podía aguantar… que estaba cansado de mis torpezas… que, delante de sus amigos, le avergonzaba, que era patética y atolondrada, que me miraba y… Se levantó de la mesa del restaurante, y me dejó, allí, sola. Pasé mucha vergüenza, sentía que todos me miraban, y yo quería desaparecer. Me puse a llorar como una idiota. Mientras volvía a casa, conteniendo las lágrimas, no era capaz de entender qué es lo que había pasado, y me sentí culpable por ser tan distraída, y por haber perdido el maldito móvil… Tenía una terrible angustia, y no sabía qué hacer, ni a quién pedir ayuda. Me veía sin fuerzas, perdida, sola… De pequeña, muchas veces me sentí así, como inútil, incapaz de hacer bien las cosas. Intentaba ayudar y lo estropeaba todo… N O ME HAGAS DAÑO 20 Como cuando le quemé a mi madre su blusa preferida, porque quise planchársela para darle una sorpresa… Y ella se enfadó… El móvil estaba en casa, encima de la mesita y, efectivamente, tenía un mensaje suyo. Lo escuché y sonó su voz divertida diciéndome que me preparase, que esa noche me iba a sorprender, que jamás la iba a olvidar y que era la mujer de su vida y… Yo me puse de nuevo a llorar como una imbécil porque me di cuenta de que él era feliz en ese momento, y, horas después, todo se había ido a la mierda por mi culpa. Y sentí que le quería con toda mi alma, que le necesitaba, y que tenía que hacer un esfuerzo por cambiar… y no sacarle de quicio… y no hacerle esperar, y… Esa noche llegó muy tarde. Había bebido. Yo estaba despierta, preocupada. Se metió en la cama y se arrimó a mí y comenzó a quitarme la ropa bruscamente. Todo fue muy rápido. Yo… estaba triste y… quería decirle que lo sentía y… Me folló, sin decir nada, sin una sola palabra, sin una caricia. Luego se durmió.