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* Salvador TÁVORA Si queremos que el teatro sea creído por los demás, debemos empezar por creerlo nosotros mismos. ...Lo que nosotros tratamos de hacer es no separar el arte de la vida porque el arte debe nacer de ella y es una elevación de ella; el intelectualismo ha perjudicado mucho, no sólo al teatro, sino a muchas manifestaciones artísticas. ...Lo que nosotros queremos encontrar es esa especie de teatro concebido a-literariamente que no tenga que concebirse y manifestarse siempre por la vía de la literatura, porque casi siempre por dificultades sociales que están claras, el acceso a la literatura es muy poco posible en el medio popular; y esa concepción a-literaria podría dar paso a un teatro mucho más rico en matices y sobre todo a un mayor sector de grupos sociales. ...En el teatro el compromiso está en el lenguaje no en el tema. ...La cultura está en la forma y en los comportamientos de los pueblos. Cuando un arte se asienta en la cultura de un pueblo, solamente se requiere para entenderlo la sensibilidad; y como la sensibilidad no es potestativa de nadie, ni tiene las fronteras de la lengua, pasa a ser un elemento de comunicación universal, sin dejar de estar enraizado en la cultura que lo produce. ...Tengo una intención clarísima de que el teatro tiene que ser una confrontación con el público. No considerar al público como al espectador que va a observar una historia que ocurre en el escenario de la cual no es parte, sino hacer partícipe al público de que la violencia escénica que puede haber, también es una violencia que a él le atañe, que todas las historias escénicas son historias que deben preocupar y conmover también al espectador. Mis trabajos son espectáculos frontales, siempre hechos desde la sensibilidad para la sensibilidad del público; tienen una comunicación de persona a persona; se trata de contar una historia con la cara descubierta, sin maquillaje, con el mismo aspecto que la vida le ha dado a esa persona, y presentarles a través de una gesticulación o de unos comportamientos, mucho más que una historia, muchas pequeñas historias de nuestra tierra, de nuestra vida; en definitiva es un poco acercar, por los gestos, por la rabia, por tu propia impotencia, la vida al teatro. ...Poner una máquina en el escenario para mí, por encima de sus posibilidades dramáticas, es una conquista de clase, porque es una clase que hace su teatro con aquellos materiales que conoce muy bien... ...Hay que hacer compatible una poética física, la poética de las máquinas, de la cadena, de la soldadura eléctrica; una poética del medio del trabajador y una poética intelectual; pero siempre unido en el mismo punto, el mismo propósito: el compromiso con la realidad social en la que nace y vive el artista, y el arte tienes que ponerlo siempre a la disposición de la sociedad en la que vives. ...El nuestro es un teatro de compromiso porque pone al descubierto muchas mentiras históricas, pero a su vez, es un compromiso con la forma, porque la forma es un riesgo estético que se corre cuando se narra, cuando se dice, cuando se crea. Y nuestro riesgo estético es total. ...El teatro tiene que basarse en la elaboración de una poética sensorial. Si no se le concibe con los cinco sentidos, no tiene razón de existencia. El elemento literario es un posible aspecto para la comunicación ..El teatro es rito: todos mis espectáculos tienen un carácter sagrado y ritual. Como es un teatro nacido de la vida, no del libro, la recuperación de la liturgia es la reivindicación de la esencia. Todo lo que no sea ritual hoy, me parece un atentado al teatro. El arte no tiene porqué ser explicativo ni contar historias totales. Tiene la obligación de emocionar sirviendo a los intereses de la sociedad. Sólo concibo el teatro como un bello acto sagrado y comprometido. ...En nuestro teatro están los códigos estéticos de la corrida, la belleza y la crueldad de una cultura que los andaluces conocemos bien. ...El teatro es una ficción, pero si carece de la fuerza de la vida y de sus mitos, de la muerte como parte indisoluble del hombre, deja de existir. Nuestro compromiso fundamental no es con el tema sino con la forma. El teatro no solamente importa por lo que cuenta, la historia que relata, que puede ser buena o mala, sino porque lleva implícita toda la forma y los comportamientos culturales del pueblo que lo concibe... Un teatro enraizado en su forma, la forma del lugar donde nace tiene una identidad espontánea. ...Hay que volver a las raíces: devolverle al teatro sus verdaderos valores; esos valores que la palabra había desplazado erigiéndose en el único elemento de comunicación manejable. El sentido de los ritmos, de los sonidos y de aquello que en la antigua tragedia griega era el juego del arte en escena, es lo que puede conducirnos a hacer del teatro un acto vivo, popular y sublime; siempre enraizado en la cultura, las formas y los modos de los pueblos donde se concibe la obra o el espectáculo. ...Sería imposible imaginar o estudiar con rigurosidad la historia de Andalucía separándola de la historia del toro o la historia del cante. La historia del toro y la historia del cante son las dos más importantes crónicas oscuras de la realidad popular andaluza, por eso están en mis espectáculos, porque es nuestra propia historia: la de la cultura de los gestos y los comportamientos. ...En el teatro cada pueblo debe aportar a esta expresión cultural su forma de ser, y en este sentido se puede decir que ha existido una literatura teatral andaluza pero no un teatro andaluz. ...El intento de La Cuadra desde hace quince años, ha sido el de hacer un teatro de características andaluzas. El gran panorama del universo sonoro de nuestro pueblo, la cantidad de matices vivenciales que tenemos, la complejidad de nuestros ritos, permitiría recuperar el teatro de otros lugares. El acento que aportamos es, fundamentalmente, la pasión. Cómo el andaluz adopta una actitud pasional ante cualquier hecho. Otros pueblos tienen pasión, pero en Andalucía, además, existe la posibilidad de elevar esta vitalidad al campo poético. Ahí está lo que esencialmente nos diferencia. ...Luego está la capacidad de los andaluces de hacer suyas todas las propuestas, como se ve en la Semana Santa. De una propuesta de canto a la muerte, ha hecho un canto a la vida. Y todo lo que se produce en un paso de respiradero para abajo -todo lo que es ritmo, color, armonía, riesgoresulta una aportación artística fundamental constituyendo una malla de elementos que pretendemos introducir en nuestro teatro. En la Semana Santa no hay una exaltación de la religiosidad sino de la vida: del olor del naranjo, del azahar, de todo lo sensual, del gusto por el ritmo, la mecida, el amanecer, es decir, un hecho maravillosamente pagano, expresión máxima teatral del pueblo andaluz. ..Mi debate ha sido profundizar en mi propia cultura, hacer de mi cultura una especie de lenguaje teatral sin ningún tipo de aspiración que se parezca para nada a la cultura teatral madrileña, centralista, que se ha elaborado con la cara vuelta a todas las costumbres y formas culturales de los pueblos del estado. ...El ritmo, los ritmos, tienen una especial significación fundamental en el intento de comunicar sensaciones, angustias, rabias, impotencias. etc., mas no debemos confundir las posibilidades comunicativas de los ritmos con los llamados rituales teatrales o teatro ritual. Mis trabajos se asientan mucho en los valores de los ritmos como tiempos dramáticos y tienen que ver muy poco con el llamado teatro ritual que practican sectores de todo el mundo, retorcidamente cultos, con una concepción cursilona o pequeño-burguesa del tiempo dramático. Teatro y compromiso. ...La palabra es la literatura del teatro; la palabra existe sobre los escenarios porque los autores de teatro son literatos, pero yo creo que la literatura es una cosa y el teatro es otra, y pienso que el predominio de la literatura en el escenario perjudica al teatro. No quiero excluir con esto a los elementos literarios pero pienso que debe existir una especie de poética del aire, que es a veces lo que falta en los escenarios. En mis espectáculos no hay excesivas palabras porque nosotros no dominamos la literatura, y porque pensamos que la palabra debe estar presente como una necesidad del escenario, como un complemento del gesto, no como algo prioritario. ...Trabajando a partir de cosas muy tuyas se trasciende lo local y el teatro se hace de todos. Nosotros trabajamos cosas reales, como el sudor y el esfuerzo que son tan importantes como un discurso. ...Existe un elemento permanente de riesgo, y al existir ese riesgo hay que ser más conscientes, aparece la concentración controlada. Para mí el arte es una cosa vivencial, y en la comunión arte y riesgo aparece un elemento estremecedor. El agotamiento físico, al igual que otros elementos como el riesgo, y las máquinas encierran en sí mismos todo un discurso. La historia total del espectáculo se cuenta a partir de pequeñas historias. En cada momento, en cada gesto..., hay una pequeña historia que se va articulando en un tema, y se desarrolla en el escenario con muchas sensaciones. Se pone en marcha el mecanismo emotivo de la persona, tratando de posibilitar desde el escenario un elemento que cause sensación. ...Cada cante jondo andaluz es de por sí una estructura dramática sonora, que tiene unos tiempos, unas caídas, sitio para la respiración y ese poder misterioso y convincente del grito antes de hacerse palabra. ...el cante y el baile pueden muy bien desaparecer del espectáculo, son una expresión más de la cultura de un pueblo. Hay un texto físico, un intento de hacer teatro con muchas más cosas que la palabra, el cante o el argumento, es decir que obedece a un tipo de comunicación de sensaciones que ocurren en el escenario y de introducción en este campo de muchos más elementos de comunicación que no son los tradicionales. ...Hay muchos elementos de la vida del trabajo que ya son elementos puramente andaluces e incluso universales... ...Todo lo popular tiene mucho de ritual y de ceremonia. Hay sin embargo quien tiene una concepción de lo popular como arte bullanguero, al aire libre... y no, lo popular tiene mucho de ritual, sobre todo en Andalucía. En nuestro caso se consigue desde una perspectiva muy andaluza, pero no es un ritual teatral sino de vida. ...Utilizamos todos los posibles elementos de los poderes de comunicación que tiene el teatro, pero los utilizamos por nuestra propia necesidad; el enfrentamiento con el riesgo en el escenario tiene un tipo de sensación teatral fácilmente transferible al espectador y entra por otro sentido que el del entendimiento o la razón. Las máquinas cumplen una función dramática. Introducen unos valores no literarios, pero plásticos, de poética física que es mucho más fácil de que pueda ser entendida. Porque hay una poética de los sentidos que posee todo el mundo y algunos la tienen desordenada, y en cuanto alguien se la ordena se convierte en una especie de poema físico que entienden todos. ...En el campo específico del lenguaje teatral, buscamos la natural coexistencia de lo que podríamos llamar una poética dramática escrita y una poética dramática física: al menos cuando las dos nacen como expresiones comprometidas del entorno vivencial o cultural de un mismo pueblo. ...El unir estas dos poéticas -física y literaria- puede ser una vía importante, porque a través de ella, textos que pueden resultar verborreicos se convierten en algo entendible por todos por su posibilidad de transformarse en texto físico. ...La gesticulación del baile debe ser incorporada al teatro, porque toda su riqueza gestual se introduce en la escena como riqueza dialogante. ...Uno de los elementos que más me inclinan hacía un determinado camino teatral es la búsqueda y el encuentro con el color; cuidar de la armonía del color y sus contrastes. De aquí puede nacer toda una concepción que pretenda tratar al espectáculo teatral como plástica en movimiento, lenguaje escénico en movimiento Para mi hay que terminar con el teatro académico. Creo en las imágenes, en los colores, en la música y en la acción, en las emociones y en la fuerza evocativa del espacio escénico. ...La luz es un signo dramático de enorme potencia y así aparece en mis espectáculos. Lo mismo ocurre con la música. El pasodoble, por ejemplo, se ha utilizado frívolamente, cuando en realidad, es un elemento de hondo contenido dramático. Tanto como la angustia del cante. (...)¿No es lo siniestro uno de los rasgos fascinantes del arte? La corrida de toros es cruel. Y aún con su belleza, ¿no es cruel la historia de España? Si hay una fascinación por la muerte en mi teatro es porque esa presencia está inherente en la vida. Buscamos un lenguaje que se dirija a los sentidos, al olfato por el olor, al oído por la música, a la sensibilidad por el gusto exquisito... Creo que el teatro debe bajar del intelecto para hacerse con el corazón. ...Pretendemos romper tópicos con la belleza de la imaginación. El cante es un hecho dramático teatral de por sí, y el teatro es un acto artístico donde se asumen y se mezclan todos los elementos del arte. ...La dimensión que debe tener el teatro es la posibilidad de introducir en una obra todos los elementos que pueda la persona elevar al campo del arte. Por eso en nuestros espectáculos, el cante, el baile, acción, música, sonido, colores: todo es una forma de lenguaje teatral que alcanza los sentidos, y al alcanzar los sentidos consigue llegar a sitios donde la palabra sola no puede llegar. Hay quien entiende el teatro por la sola palabra y eso es limitar el teatro en sus posibilidades de llegar a todos los sentidos de las personas. El teatro debe utilizar todos los elementos vivos de comunicación que entran por la piel mucho más que por el oído o la razón. Vencer el conservadurismo. Usar los elementos naturales; olores, colores, realidad, riesgo. Usar los códigos de las emociones y las sensaciones. Yo creo que por ahí está el teatro. Hay que buscar un teatro que tenga el futuro y el sello de cada pueblo. Para que arriba en el escenario florezca la belleza, es importante hacer uso de todos los lenguajes, no solo el de la palabra. Cuando convive la poética del movimiento y de la música, al lado de la poética del texto, es posible hablar de que el teatro es la experiencia más rica del mundo La ceremonia procesional, las máquinas, son elementos del lenguaje teatral. ...El ritual de una boda, el pañuelo de la virginidad, el universo sonoro, los comportamientos rítmicos... ...Todos mis espectáculos han tenido coros; son extraídos de tonalidades populares. La música no se ha de entender solo para escucharla, la música hay que verla. En mis espectáculos la música tiene imagen y las imágenes tienen música. Esta es una de las características más singulares de nuestro trabajo. ...Todos los objetos en el escenario deben ser absolutamente necesarios. Todo tiene su significado. Hay que hacer una poética de los sentidos más que una poética de los textos, donde sean válidas para el teatro expresiones viejas o nuevas pero que tengan capacidad para emocionar. Las sensaciones del teatro no hay que buscarlas exclusivamente con palabras. Hay que volver a la música, al gesto, al color, a la acción... La sociedad pequeño-burguesa ha disgregado las artes, realizó una clasificación. El teatro es un pensamiento donde se puede hacer cualquier cosa antes que la palabra. Por ejemplo, puede estar en la escena la música, el sonido de la máquina, el vuelo de las palomas... En el teatro tiene que estar todo lo que tenga capacidad de emocionar. La clasificación de las artes fue un error. El olor forma parte de la poética de los sentidos y el teatro tiene que incidir sobre ella. La sensación corporal-personal del miedo, del peligro, no la tienes ante una película por muchas imágenes violentas que te pongan, sabes que tú, físicamente estás a salvo. El teatro tiene todas esas posibilidades y yo creo, que en esa medida debe usarse. Lo que ocurre es que no se pueden poner de cualquier forma: hay que saber utilizarlo y colocarlo de un modo preciso y muy exacto de la estética. ...El lenguaje de La Cuadra se caracteriza por utilizar no solo la palabra como medio de comunicación, sino con emociones a través de la música, el baile, las artes plásticas. Sin contar una historia en el sentido concreto del término. Los espectáculos de La Cuadra son tragedias. Hay continuas referencias a la muerte. Un sentimiento trascendente de la vida. Todo elemento que tenga capacidad de comunicar -danza, imagen, sonido o color- es teatro. Hacer solo danza o solo teatro es ser pobre escénicamente. El teatro debe enriquecerse con todo tipo de expresión artística. En mis trabajos todos los elementos se interrelacionan, de forma que hemos vuelto a las tragedias griegas en las que la literatura, la escenografía, la danza y el canto constituían una totalidad. El teatro debe ser una unidad en la que comulguen todas las artes. ... Desde que el ser humano nace y recibe sus primeras vivencias, comienza la base de la creatividad, ya que mi hecho teatral no se basa en conocimientos adquiridos, digamos, académicos, sino en experiencias vitales. He tenido el atrevimiento, es más la osadía de utilizar en escena, no como adorno más o menos superfluo, sino como elementos dramáticos fundamentales elementos materiales siempre tenidos antes como extrateatrales, porque no habían sido usados en el teatro. Pero como formaban parte de mi vida cotidiana, yo los he llevado al campo de la comunicación teatral. No cabe duda de que cada uno de esos elementos ha constituido un riesgo, a la vez que un descubrimiento. ...a mí se me enredan en la mente creadora los recuerdos de la cal de mi barrio, del negro de los nazarenos del Gran Poder, de mi trabajo como soldador en Hytasa, y de torero, y todos ellos están presentes como vivencias propias a la hora de crear. Esos veinticinco años anteriores son en realidad una preparación, un punto de partida para los otros veinticinco años de existencia de La Cuadra. ...Yo no concibo pronunciar una frase en escena si no está rodeada de elementos plásticos, geométricos o musicales. ...Para mí la escenografía es un lenguaje dramático, no una mera decoración de adorno en el escenario. Para mí, que no llego a la escena a través de la historia del teatro sino a través de la propia historia de mi pueblo, la de mi gente, la de mi entorno, esos elementos como el toreo, la Semana Santa, el flamenco, la lucha social, las máquinas..., esos materiales me son tan familiares que los puedo utilizar con facilidad para la comunicación. Utilizo ese elemento mágico, de ordenación mágica porque el teatro no es nada más que eso: una posibilidad de ordenar mágicamente todas aquellas expresiones que tienen capacidad emocional y que te sugieren los sentidos. Eso es el teatro en definitiva. Yo creo que el teatro en los tiempos de los griegos era así: todo aquello que forma parte de tus propias aspiraciones y que antes de convertirse en palabras se convierten en música, en elementos, en emociones, en miedo, en llanto, en risa, en todo aquello que sin despegarse de tus propias experiencias vivenciales, tiene la capacidad de comunicar, la capacidad de emocionar. Elementos del lenguaje. ...Situar a los actores ante la necesidad de hacer un esfuerzo físico, aquí y ahora, en cada función, para conseguir que la reacción se produzca con credibilidad ante los espectadores sin posibilidad alguna de apoyarse en lo que se ha aprendido o se hizo en funciones anteriores. Primero surgen una serie de estructuras fijas, de objetos que actúan, que se mueven; después el espectáculo se va alimentando de una serie de gestos, de cantes, etc. ...Lentitud en la acción, el espectáculo se vuelve rito por sí mismo, no fluye con la dinámica de las demás representaciones teatrales: aparece el rito, el espectáculo se vuelve ceremonia. La historia de cada persona influye en la comprensión del espectáculo. El cuerpo con sus limitaciones tiene una estructura dramática de por sí. No hay mayor ritmo que aquel que pueda limitarse por el cuerpo. Los enormes silencios de nuestros espectáculos yo no los he estructurado antes, sino que aparecen posteriormente como una necesidad física de volver a rehacer un poco los movimientos. Esto persigue una cosa que se busca mucho en el teatro y muy pocas veces se logra con autenticidad, y es llevar las expresiones al límite. Yo dejo que los participantes lleguen a sus limites físicos, y estos son condicionantes de un cuerpo que pide existir durante un tiempo, y ahí narra un ritmo dramático puramente natural y verdadero. Por eso en los espectáculos de La Cuadra hace falta una persona que tenga que decir algo y que piense que la palabra está perdiendo sus valores, teniéndolo que decir con otros elementos. La relación del torero con el toro es la misma que tiene el actor con su arte. El torero actúa y se acerca al animal. Lo hace con belleza y sugestión. Su cuerpo debe expresarse con rigor estético y en los encuentros y desencuentros del hombre con la bestia hay conflictos, dudas, temores y esperanzas. El final es la muerte del animal, pero también puede ser la muerte del torero. En los textos, busco los elementos teatrales que hay en ellos. Aunque todavía hay quienes piensan que el teatro es el texto. Yo creo que a lo sumo es una propuesta de trabajo, un camino para recorrer con los actores. El autor, antes de escribir, tuvo imágenes, sensaciones, ideas. Hay que buscarlas y tener el valor de expresarlas. Las emociones más fuertes no pueden resumirse con palabras. Hay un esquema mental de acciones y se van poniendo en práctica. Hay que ir sincronizando a medida que se trabaja en escena, no puede pensarse en la mesa de trabajo y luego dárselo a otro para que lo haga. Nuestros espectáculos están en estrecha relación con las posibilidades que ofrece el escenario y con la capacidad de los integrantes del espectáculo, con sus posibilidades. Nuestra gente, en su mayoría, no tiene formación académica. En nuestras propuestas no se utilizan en absoluto la representación, son presentaciones. Cada uno muestra lo que es. Las clases, las academias, deben ser los espectáculos. Cuando se codifica excesivamente la tarea teatral, se deja de lado la imaginación. Por ejemplo, si un director que trabaja con un texto, condiciona su creación a él, está produciendo un hecho encorsetado que va en contra del hecho teatral. Si el director en cambio, olvida su formación en torno a ese texto y entra en el campo de la creación, dejará los modelos rígidos que algunos llaman respeto al texto. En ese sentido, yo creo que hay que faltarle el respeto al texto, tornándolo actual. Lo mismo debe suceder con el trabajo del actor, quien debe dejar de lado su momificado aprendizaje académico para que pueda hacer propuestas superiores a las aprendidas. El teatro debe ser una anarquía conjunta, perfectamente ordenada en la que el espectador también debe poner su historia. Mis propósitos teatrales han partido siempre de una especie de poética de los sentidos donde la luz, los ruidos, el color y el olor tienen un sitio precisamente más fundamental, a escala de comunicación, que la palabra. ...También intentamos huir de los modelos de declamación habituales, de la falsa naturalidad teatral. Nuestros actores saben hablar perfectamente; sin embargo intentamos diferenciar la forma de hablar: que la palabra sea un ritmo, una tonalidad, que forme parte del universo musical del espectáculo. Perseguimos integrar la palabra en la partitura musical y compaginar la espontaneidad con la modulación de la voz y el silencio, del canto y de la palabra. ...En teatro no es solo importante lo que se dice, sino lo que se hace, y esto es la aportación del director. La dirección es una forma de autoría importante. La obra escrita puede ser una joya literaria, pero no es teatro hasta que la monta alguien que tiene una visión escénica. )¿Por qué el director debe estar al servicio de la palabra escrita y no la obra escrita al servicio de una idea imaginativa de quien la dirige? Nosotros buscamos la palabra cuando surge la necesidad en la escena y después se escribe. ...Los grandes autores teatrales como Lorca, Valle Inclán, Lope, Shakespeare, Moliere, han trascendido porque conocían perfectamente, muchos desde la perspectiva del actor, lo que es la escena y el tiempo dramático, de forma que han podido encajar en ellos perfectamente sus textos literarios. ...Yo no les entrego un papel a los actores y les digo “aprendedlo para mañana”, sino que voy trabajando con la persona en el escenario y según su capacidad y su forma de entender mi propuesta, se va reaccionando y se van ordenando las respuestas hasta dar a parar en una labor de conjunto, donde nadie trabaja forzado, donde es necesario que haya una asimilación perfecta de la idea que yo aporto. ...Mis trabajos, siempre han comenzado por una tonalidad musical y, a través de la música, va llegando la historia. Es un proceso que empieza en mi cabeza y que cuando ya tiene forma, traslado a un guión, pero nunca definitivo, ya que puede ser retocado según su necesidad. Nosotros nos basamos en las necesidades de la obra; si es necesario para la comunicación un salto de caballo en el escenario, pues usamos un caballo y un jinete, y si es necesaria una comunicación musical, pues creamos un ritmo y creamos una música o llamamos a un músico. ...El actor tiene una libertad de creación, pero de creación dentro de la creación; no se puede crear fuera del marco de la creatividad. Para que un actor pueda improvisar tiene que estar o encontrarse en el área más prevista de todas, si no la improvisación no serviría a la unidad dramática. La creación del actor debe estar dentro de un esquema superior de creación. En la misma medida que la creación ayuda a la creación, hay que dejar de lado la creatividad caprichosa. ...En el teatro existe una forma geométrica, que yo le llamo poética de la geometría, porque yo creo necesario crear una geometría en escena para saber qué espacio tengo libre para mis actores y mis motivos de comunicación. Yo utilizo cualquier cosa o persona que tenga capacidad de convertirse en un método para engrandecer el arte del teatro. Sólo pretendemos conmover la sensibilidad dormida de la sociedad para que tengamos una sociedad mejor y hacerlo a través del arte. El texto como pretexto de la imaginación. Como posibilidad de que la poesía escénica y la poética literaria, unidas por los sentimientos y la emoción, se conviertan en el más hermoso hecho artístico que pueda imaginarse: el teatro. Se plantea la necesidad de equilibrar todos los elementos que intervienen en el teatro, de manera que unas veces el texto se subordine a las necesidades dramáticas y en otras el escenario ponga lo que demande el texto. ...Pienso que el texto debe ser un paso impulsivo para hacer teatro; el teatro debe ir un poco más allá del texto. ...La versión escénica de un texto no tiene porqué ser realista, porque el texto escénico es una cosa y el literario otra. La acción teatral siempre tiene un sentido político como cualquier expresión del arte. En la creación hay miles de pequeños factores de inspiración que después tienes que ordenar en el escenario y con tu propia manera de ordenar teatralmente los elementos. A mi me interesa siempre más la ordenación emocional que la racional. ...En un momento se me presentan como los tres puntos fundamentales: el comienzo, la catarsis escénica central y el final. Es algo que aparece en un momento y de manera global. ...Yo se que después mi dolor y mi imaginación coinciden con el dolor y la imaginación de otra mucha gente, y eso teatralmente me parece una gran conquista. Ahí se produce la comunión que lleva a la catarsis de los sentimientos. Para mi el teatro es llegar a esa comunión de sentimientos mucho más que conseguir una perfecta traslación de un relato... El autor tiene que ofrecerlo al hombre de teatro para que este imagine. ...Utilizar el lenguaje de las emociones y ese lenguaje de las emociones es el mío... He sacralizado un relato que no estaba sacralizado, pero creo que el teatro es sacralización. Nuestro teatro es una partitura de los sentidos, una poética de los sentidos, porque allí hay una ordenación dramática que está respaldada por el desarrollo del tema, en el cual es difícil diferenciar cual es el límite de lo que nos pertenece y lo que le pertenece. Y no es posible porque la emoción es compartida. Al ser una poética que trabaja con las emociones, su búsqueda se inicia en los sentidos, para llegar a los sentidos. ...El espectador puede ignorar el nombre de los personajes pero no su función y su comportamiento. ...Mi lucha pertenece a una especie de reconsideración para empezar a recuperar la vida que tiene el teatro, por encima de momificaciones académicas, como aquello de explicar todo por la palabra. Yo busco personas más que personajes. Considero vivos los espectáculos precisamente porque se basan más en la imagen que en la palabra. La palabra, el texto ya escrito, dice todo lo que tenía que decir, el actor puede ir más allá de la escritura. Las imágenes, los sonidos son una permanente búsqueda de comunicación, de enriquecimiento de un lenguaje teatral. No concibo el teatro como una cosa, la música como otra y las acciones como otra. Es una especie de fusión de disciplinas estéticas donde incluimos también la expresión de la acrobacia, la fascinación por el toro y todos esos elementos que hacen de nuestros espectáculos un tipo de lenguaje característico. Ha habido un desarrollo estético. Es una estética que no tenía precedentes y no se podía abandonar caprichosamente, porque no estamos aquí de capricho. Ha habido un desarrollo estético, una forma de mirar el teatro y de mirar el arte desde una perspectiva antes no mirada, desde una perspectiva que no es estrictamente la del teatro. Ahí está la singularidad de estos trabajos. ...La clasificación de los géneros es un concepto capitalista del arte. El arte está clasificado por géneros porque el concepto capitalista es el de los compartimentos. Todas las cosas van dirigidas al mismo sitio. Las disciplinas distintas pueden unirse perfectamente cuando todo tiene el mismo tipo de lenguaje. Eurípides popularizaba sus canciones antes de ponerlas en sus obras, los coros formaban parte del teatro y los dioses subían y bajaban con carruchas con máquinas como las que utilizamos nosotros. Había palabras, música, baile, máquinas, ya en el teatro griego, antes de que la literatura aplastara todo tipo de emoción teatral. El teatro era una conjunción de disciplinas estéticas que todas tenían por sí solas la capacidad de emocionar, pero que unidas formaban una unidad dramática incuestionable. No estamos inventando nada. Al contrario, estamos rescatando la verdad teatral que no es en absoluto la de los libros. Hay que hacer teatro de lo que se vive no de lo que se lee. El texto solo me interesa como el punto de partida, porque creo que un espectáculo se va creando sobre el escenario y no sobre el papel. Medir, medir... Saber qué le sobra a una frase o a un gesto, comprender por qué resulta larga una escena o se queda corto un efecto es algo instintivo. Hay un tiempo dramático orgánico distinto para cada persona. Cuando quise montar Nanas de espinas, a mí Lorca me parecía un desastre en el sentido del uso del tiempo dramático: los tiempos del personaje de Leonardo no tienen nada que ver con los tiempos de la novia, orgánicamente, se entiende. Yo tenía que suprimir del papel de Leonardo palabras y más palabras, para dejar sólo las de la novia, pues las de él me parecían respuestas artificiosas, puestas sólo para responder al modelo coloquial exigido en la dramaturgia de su tiempo. Es que a veces no tienen por qué hablar los personajes. En la escena entre la madre y el hijo suprimí los parlamentos del hijo, porque éste no tenía por qué hablar. ...Uso mi propio tiempo dramático no el tiempo dramático de un determinado modelo dramatúrgico de moda. Yo cojo a Eurípides y veo el tiempo dramático suyo, el de su época, pero no el nuestro. Y lo adapto a nuestro tiempo. Ahí entra toda la forma de crear teatro. Un tiempo rítmico musical. Porque el ritmo es fundamental. Los silencios son tan importantes como lo que se dice antes y después del silencio; porque yo considero el silencio como una especie de surco sobre el que, luego, la palabra, caiga como una semilla que germine y llegue al oído del espectador con toda la fuerza dramática que lleva dentro. ...El texto teatral es para mí todo lo que se escucha en escena, hasta el mismísimo silencio. En consecuencia, subir una hormigonera a escena, además de una conquista de clase, forma parte de un texto teatral porque emite un tétrico ruido dramático que emociona y acongoja al espectador. El texto escénico lo hago en consulta permanente con el escenario y ha de poseer un ritmo musical y sensorial. ...Mis propuestas surgen de un espacio, no de una nota apuntada en un papel. Lo primero que necesito es oscuridad. Yo no puedo montar ningún espectáculo sin oscuridad. A partir de ahí surge el espectáculo. Tampoco podría crear sin partir de un silencio, de un absoluto silencio. Así manejo una cantidad de expresiones físicas, lo que yo llamo una poética física de los sentidos, es algo sensorial e incorpóreo. Esta poética física de los sentidos tiene un alfabeto: silencio y oscuridad. Música e imágenes surgen del silencio y la oscuridad. ...Yo he de crear cada personaje a partir de las peculiares facultades expresivas de su intérprete, tratando de potenciar dichas facultades. Lo mismo hago con los personajes corales. Para mí la palabra ópera, como el teatro puro, quiere decir buscar una forma de comunicar antes de que las cosas se te conviertan en palabras. ...Antes de cada montaje me escribo mi propio texto escénico. Mis textos son escénicos y en ellos la palabra tiene la misma importancia que las pausas, los ritmos, la geometría. El teatro ha de tener su particularidad en la forma, no en el texto. Nosotros hemos utilizado siempre un lenguaje muy andaluz, lo que no quiere decir que hagamos literatura dramática andaluza, sino la de los cantes y los bailes, que nos permiten reflexionar sobre nuestra tierra. Estos cantes, por ejemplo, nos ofrecen textos muy poéticos. La literatura popular andaluza es muy rica y nos permite hacer, más que decir. El texto literario como elemento provocador de la acción, no como un resultado. Un punto de partida. Los espectáculos son partituras de tiempo, de los sonidos y de las sensaciones. Todo está medido y todo se convierte en una disciplina rítmica y estética. Algunos creadores coinciden en afinidades ideológicas y políticas, pero sus planteamientos estéticos proceden de lugares opuestos. En nuestro caso, el lenguaje se anticipa siempre a la teoría. Los espectáculos nacen de un alfabeto de vivencias, de tradiciones andaluzas y de una realidad socio-económica muy concreta. Se transforma en un teatro no literario, que es sobre todo espectáculo, un teatro que ha de tener una capacidad emotiva total de comunicación. No tiene nada que ver con el libro ni con la academia. Lenguaje ritual, comprometido con la propia vivencia social e individual, integrador de todas las artes. Un lenguaje que no aparece porque si. Surge de nuestra cultura, comprendiendo muy bien que hay dos tipos de cultura: la que aprendemos y la de la sangre. Aproximaciones a un método. Salvador Távora o La imaginación herida, C. Távora, F. Murillo, E. Romero. Ayuntamiento de Écija, 1998