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EL TEATRO DESDE COMIENZOS DEL SIGLO XX HASTA 1939 1. Introducción. A comienzos de siglo la actividad teatral era un negocio privado, sin financiación pública, rentable solo en las grandes ciudades, como Madrid, Barcelona o Valencia, en donde el volumen de público era suficiente. En el resto de las ciudades, el teatro es una actividad que sobrevive gracias a las representaciones de aficionados y a las giras de las compañías profesionales. Dada la precariedad del negocio teatral, no hay lugar para la innovación, puesto que los empresarios teatrales apuestan por lo seguro. La escena española se caracteriza por el repetición de los esquemas de éxito y la adaptación a los gustos conservadores del público mayoritario. Esta situación del teatro comercial perdura hasta la Guerra Civil y posteriormente. Dentro del panorama teatral, se diferencian las corrientes que vamos a estudiar a continuación: el teatro comercial y el teatro innovador. 2. El teatro comercial En el primer tercio del siglo XX las corrientes teatrales que triunfan, es decir, que tienen éxito de público y que son las más representadas en España, son las siguientes: 1.- La alta comedia: es un tipo de comedia burguesa (que muestra el mundo de la burguesía y que va dirigida al público burgués), que toca temas de actualidad, con una leve crítica, siempre dentro de los límites de lo que se considera el “buen gusto”. En esta línea, destaca J. Benavente, creador de este tipo de teatro, con una amplia producción en la que destaca Los intereses creados. 2.- El teatro poético: Es el teatro propiamente modernista, escrito en verso e inspirado en el drama romántico histórico. El autor más representativo es Eduardo Marquina, con obras como En Flandes se ha puesto el sol. Los hermanos A. y M. Machado hacen una mezcla de teatro poético y teatro folclórico en obras que tuvieron bastante éxito como La Lola se va a los puertos. 3.- El teatro cómico: Se caracteriza por los ambientes pintorescos y los personajes típicos, que se expresan en un lenguaje castizo. Es una parodia de las costumbres y de los giros regionales, con intención cómica. Así, en la parodia del mundo castizo madrileño destaca Carlos Arniches con sus sainetes y en la del andaluz, los hermanos Álvarez Quintero. También de carácter cómico, pero sin finalidad costumbrista es el teatro de Pedro Muñoz Seca, el cual inventa un género: el astracán, que se caracteriza las situaciones disparatadas y los diálogos absurdos. Su mejor obra es La venganza de Don Mendo. 3. El teatro innovador En general, el teatro que se desarrolla durante este período en España es un teatro bastante convencional, que no sigue las nuevas corrientes teatrales que se desarrollan en los países avanzados europeos... Los intentos de crear un nuevo teatro, acorde con el europeo, sufrieron un rotundo fracaso de público. Esto pasó con escritores como Unamuno, que intenta trasladar su mundo de preocupaciones existencialistas, o con Azorín, que en los años 20 pretendió hacer un teatro vanguardista, o con Valle Inclán, muchas de cuyas obras teatrales ni llegaron siquiera a estrenarse. Los dos dramaturgos más relevantes, por la calidad y la originalidad de su teatro, fueron 1 Valle Inclán -compañero de generación de los autores de comienzos de siglo, como Unamuno o Azorín- y García Lorca, miembro de la generación del 27. Valle Inclán escribió teatro a lo largo de toda su vida. Como en el resto de su producción literaria se observa en él una evolución que parte del modernismo (de comienzos de siglo), al esperpento (creación original de Valle en los años 20). En esa evolución se observan tres fases: 1.- Teatro modernista: con rasgos similares a los de su producción narrativa: lenguaje recargado, que busca la musicalidad, lo sensorial, de tonalidad poética, y ambientes irreales y refinados, propios de una aristocracia decadente. Podemos destacar El marqués de Bradomín, versión teatral de sus sonatas. 2.- Fase intermedia: con obras situadas en una Galicia intemporal, rural, de personajes impulsados por grandes pasiones: Las Comedias bárbaras y Divinas palabras. 3.- El esperpento: desarrollado en los años 20, significa una nueva estética que mezcla lo trágico con lo grotesco. Según Valle Inclán, se inspira en Quevedo y en Goya. El esperpento es una visión pesimista y muy crítica de España; la realidad española, deforme y grotesca, está oculta bajo las apariencias y, por ello, hay que deformar esas apariencias para que esa verdadera realidad se muestre. El procedimiento es, según Valle, semejante a hacer pasar dicha realidad por espejos de feria. Para lograr esto, Valle Inclán deforma el comportamiento y el lenguaje de los personajes: estos aparecen como muñecos de guiñol o animalizados, de forma que el público no pueda identificarse con ellos. La primera obra teatral en la que desarrolla esta fórmula es Luces de Bohemia (que relata las 24 horas finales de la vida de un modernista bohemio, Max Estrella). También escribe otras obras de este tipo como la trilogía Martes de carnaval. El teatro de García Lorca es un teatro poético, porque suele hacer uso del verso (algunas de sus obras están por completo escritas en verso; en otras, combina prosa y verso), porque emplea elementos simbólicos y porque usa recursos retóricos propios de la poesía. Además, emplea efectos escénicos e incluye piezas musicales, que incrementan el efecto poético. En general, sus obras teatrales giran en torno a un mismo tema: el conflicto entre el individuo y su entorno. El individuo representa las ansias de libertad, de amor, de sueños; el entorno es el poder represor que impide que el individuo pueda cumplir sus deseos y está representado, según las obras, por la madre, los vecinos, el qué dirán del pueblo. Ese conflicto suele terminar de forma trágica con la anulación o la destrucción del individuo. En su producción podemos destacar: 1.- Cuatro farsas, en las que se plantea el conflicto derivado del casamiento de conveniencia entre un viejo y una joven. Dos de ellas las escribió para guiñol (por ejemplo, el Retablillo de Don Cristóbal) y otras dos para personas (por ejemplo, La zapatera prodigiosa). 2.- Las obras vanguardistas (de influencia surrealista) como Así que pasen cinco años (un joven debe esperar cinco años para casarse, pero cumplido el plazo la novia rechaza casarse; entonce, el joven le propone matrimonio a otra joven que le impone otro plazo de cinco años...) o El público (ejemplo de teatro dentro del teatro: el drama ocurre durante una representación de Romeo y Julieta; la intención de García Lorca parece ser contraponer dos clases de teatro: un teatro falso y convencional, y otro, verdadero que refleja la vida). 3.- Los dramas trágicos, sus mejores obras: Bodas de sangre (basado en un hecho real: el enfrentamiento entre un novio y el antiguo novio de su mujer, que se ha escapado con este después de su boda), Yerma (el drama de la esterilidad) y La casa de Bernarda Alba (cinco mujeres, sometidas a la autoridad despótica de su madre). 2