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1 Trastorno bipolar: 6 preguntas clave Terence A. Ketter, MD El Dr. Ketter es Profesor del Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento, y fundador y responsable de la Bipolar Disorder Clinic de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, California. 2. El Dr. David Kupfer, presidente del grupo de trabajo del DSM-5, afirmó en un artículo del año 2013, del que también participó la Dra. Mary Phillips, que la depresión unipolar y bipolar «podría describirse como un continuo de trastornos afectivos, con expresiones variables de bipolaridad que dan cuenta de diferentes dimensiones de procesos fisiopatológicos subyacentes.»1 ¿Está usted de acuerdo con esta afirmación? James Phelps, MD, editor de la sección sobre trastornos bipolares R: Estoy de acuerdo con un abordaje de los de la revista Psychiatric Times, fue trastornos del estado de ánimo basado en el concepto de un continuo o espectro. Según quien suministró las preguntas este enfoque, la depresión mixta (o sea, los que integran esta entrevista. episodios depresivos mayores con característi- 1. En su opinión, ¿los cambios al DSM-5 han hecho que la detección del trastorno bipolar en pacientes con depresión sea más fácil, más difícil, o un poco de cada cosa? R: Los cambios al DSM-5, que incorporan el concepto de depresión mixta (episodio depresivo mayor con características mixtas), han hecho de la detección del trastorno bipolar en pacientes con depresión una tarea más compleja, si bien reflejan mejor el fundamental desafío de diagnosticar este trastorno en este tipo de pacientes. cas mixtas) bien puede presentarse tanto en el trastorno bipolar como en el trastorno depresivo mayor unipolar. Este abordaje también permite determinaciones diagnósticas más sutiles, e intenta responder a preguntas tales como «¿cuál es la probabilidad de que un problema actual del estado de ánimo, con protagonismo de la depresión, termine siendo diagnosticado como trastorno bipolar, y no como trastorno depresivo mayor unipolar?», en lugar de « ¿estoy ante un trastorno bipolar o ante un trastorno depresivo mayor unipolar?» 3. El grupo holandés de Regeer reveló que solamente el 22% de los pacientes con trastorno bipolar lograba reconocer sus episodios de hipomanía (versus un 82% que reconocía sus episodios depresivos).2 ¿Usted cree que la mayoría de los profesionales son conscientes de este problema? ¿Cómo llegan al diagnóstico de trastorno bipolar en pacientes que se presentan a la consulta con depresión? R: Estoy de acuerdo con que es un verdadero desafío detectar, en forma retrospectiva, aunque sea un solo episodio de hipomanía en un paciente que está actualmente deprimido. Las razones son muchas y complejas: seguramente una de ellas sea que por definición, una hipomanía previa carece de consecuencias adversas severas (e incluso suele cursar libre de todo deterioro funcional), y por lo general no se detecta o trata en el momento en que se presenta. Otra cuestión es la memoria dependiente del estado, es decir, la incapacidad del individuo deprimido de recordar experiencias que ocurrieron cuando no tenía depresión. 4. Con respecto a los marcadores de bipolaridad que no figuran en los criterios del DSM (por ejemplo, antecedentes familiares, edad de primera aparición, y «resultados problemáticos» de los antidepresivos), y que son indicativos de una mayor probabilidad de trastorno bipolar en un paciente con depresión: ¿cree usted que ha llegado el momento de recolectar y compartir los datos de los profesionales que están tratando a un paciente así (es decir, ¿es hora de 2 convertir a esta tareae n el «estándar de cuidado»?)? R: En mi opinión, hay evidencia suficiente de factores ajenos a la descripción del DSM (por ejemplo, antecedentes familiares de trastorno bipolar; primera manifestación de depresión antes de los 25 años de edad; antecedentes de psicosis; hipersomnia, hiperfagia, depresión anérgica, y su empeoramiento con el uso de antidepresivos) que incrementan la probabilidad de que el paciente evolucione hacia la bipolaridad y que pueden evaluarse en la esfera clínica. Por lo tanto, el tratamiento de los pacientes deprimidos con más de uno de esos factores amerita una particular precaución con respecto a la posibilidad de que estén padeciendo una afección vinculada al espectro bipolar. 5. ¿Cómo aplica usted los datos que el grupo del Dr. Jay Amsterdam produjo sobre monoterapia con antidepresivos en trastorno bipolar tipo II? ¿Usted permitiría que los profesionales bajo su supervisión trataran este trastorno con antidepresivos únicamente? Hay grados variables de dificultades con los antidepresivos, no solamente dentro del espectro de los trastornos del estado de ánimo en general (por ejemplo, el trastorno unipolar presenta menos problemas que el trastorno bipolar tipo II, y este a su vez es menos problemático que el trastorno bipolar tipo I), sino también entre los subtipos individuales de los trastornos del estado de ánimo (por ejemplo, los pacientes con trastorno bipolar tipo II que presentan depresión mixta), ciclado rápido e inicio de la afección durante la infancia pueden llegar a tener más problemas con los antidepresivos que los pacientes que no exhiben estas características. Con algunos individuos puede considerarse más atinado referirlos a clínicas especializadas en trastorno bipolar, en desmedro de las dedicadas al tratamiento de la depresión. R: 6. Un paper publicado en 2012 por un consorcio de especialistas de Canadá reveló que seis sesiones de psicoeducación grupal eran tan efectivas como veinte sesiones de terapia cognitivo conductual específica al trastorno bipolar; y esto incluso cuando la tarea psicoeducativa era realizada a partir de un manual por enfermeras especializadas, mientras que la terapia cognitivo conductual había estado a cargo de expertos en la materia.4 ¿Qué recomienda con respecto al componente psicoterapéutico del tratamiento de la bipolaridad una vez que se determina que la depresión del paciente es una depresión bipolar? Es posible que la psicoeducación sea el ingrediente activo dentro de un conjunto de abordajes psicoterapéuticos adyuvantes dirigidos a personas con trastorno bipolar. Según las características y los recursos de cada paciente, intervenciones específicas tales como la psicoeducación, la terapia familiar, la terapia interpersonal y de ritmo social, la terapia cognitivo conductual y la terapia dialéctica conductual, suministradas en un contexto individual o grupal, pueden producir mejores resultados. También puede suceder que los pacientes con trastorno bipolar que están dispuestos a servirse de la medicación más la psicoterapia tengan una mejor evolución en general (independientemente de las psicoterapéuticas y drogas que se utilicen), debido a una diversidad de factores individuales, tales como una mayor determinación y una mayor capacidad de introspección R: Referencias 1. 2. 3. 4. Phillips ML, Kupfer DJ. Bipolar disorder diagnosis: challenges and future directions.Lancet. 2013;381:1663-1671. Regeer EJ, Kupka RW, Have MT, et al. Low self-recognition and awareness of pasthypomanic and manic episodes in the general population. 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