Download Revista de la Sociedad Española de
Document related concepts
no text concepts found
Transcript
Revista de la Sociedad Española de ENFERMERIA NEFROLÓGICA volumen 6, número 3, 2003 SUMARIO EDITORIAL L. Andreu ....................................................................................................... PARÁMETROS ANTROPOMÉTRICOS MÁS IDÓNEOS PARA VALORAR, EL ESTADO NUTRICIONAL DE LOS PACIENTES CON INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA, TRATADOS CON HEMODIÁLISIS EN LOS CENTROS PERIFÉRICOS JM. Manzano Angua, MD. Nieto Granados, MC Sánchez Cornejo.................... UTILIDAD DE LA ENCUESTA DIETÉTICA CUALITATIVA EN LOS PACIENTES EN HEMODIÁLISIS PERIÓDICA M. Sorribas Martí, S. Piazuelo Campos, MD. Antorán Moreno, CJ. de la Fuente Liedana, P. Adrián Lizama, L. Pitarque Lacueva et al. ........... LA VISITA DOMICILIARIA: HERRAMIENTA FUNDAMENTAL PARA LA DIÁLISIS PERITONEAL A. Andújar, P. Gruart, F. Vilarnau, J. Andujar.................................................. LA JUNTA INFORMA Páginas centrales............................................................................................. INDICES BIBLIOGRÁFICOS E. Force .......................................................................................................... CASO CLÍNICO: PROCESO DE ATENCIÓN DE ENFERMERÍA EN PACIENTE CON ESCARA EN FAVI M. Bustamante Munguira, R. Muñoz Marcos, R. Ferreira Pascual..................... CASO CLÍNICO: GUILLAIN-BARRÉ EN UN ENFERMO TRASPLANTADO R. Mateos Hernández, S. Matías González, A. Porras Porras, C. Mateos Hernández, S. Martín Notario. ................... BIBLIOGRAFÍA COMENTADA E. Limón Cáceres ............................................................................................ CARTA AL DIRECTOR: SISTEMA DIALOCK: OTRA OPCIÓN DEL ACCESO VASCULAR A. Fernández Viña-Fernández, E. González Suárez, Al. García León, L. Fernández González, I. González Díaz, R. Reguera Álvarez.......................... CARTA AL DIRECTOR: PREVALENCIA DE VASCULOPATÍA PERIFÉRICA SUBCLÍNICA EVALUADA MEDIANTE EL ÍNDICE TOBILLO/BRAZO EN PACIENTES CON HIPERTENSIÓN ARTERIAL L. Guerrero, L. Fernández, J. Andúgar, MC. Casal, C. Campo, J. Segura et al. ................................................. CONTENTS EDITORIAL L. Andreu ....................................................................................................... SUITABLE ANTHROPOMETRIC PARAMETERS TO ASSESS NUTRITION IN PATIENTS WITH IRC UNDERGOING HEMODIALYSIS IN PERIPHERAL CENTRES Manzano et al. ................................................................................................ USEFULNESS OF THE QUALITATIVE DIETETIC QUESTIONNAIRE IN PATIENTS UNDERGOING PERIODIC HAEMODIALYSIS Sorribas M et al............................................................................................... HOME VISITS: A BASIC TOOL FOR PERITONEAL DIALYSIS Andujar et al................................................................................................... THE BOARD INFORMS Central pages .................................................................................................. BIBLIOGRAPHY INDEXES Force............................................................................................................... CASE REPORT: NURSING CARE PF A PATIENT WITH CRUST IN “FAVI” Bustamante et al. ............................................................................................ CASE REPORT: GUILLAIN-BARRE IN A PATIENT AFTER TRANSPLANT Mateos-Hernandez et al. .................................................................................. BIBLIOGRAPHY COMMENTED Limon E.......................................................................................................... LETTER TO THE EDITOR: DIALOCK SYSTEM, ANOTHER OPTION OF VASCULAR ACCESS Fernandez A et al............................................................................................ LETTER TO THE EDITOR: PREVALENCE OF SUBCLINICAL PERIPHERAL VASCULOPATHY EVALUATED BY THE ARM/ANKLE INDEX IN PATIENTS WITH ARTERIAL HYPERTENSION Guerrero et al.................................................................................................. Editorial Editorial Nuestra cita anual está ya próxima y no podemos dejar de recordar que hace ya unos cuantos años nuestro congreso también se celebró en Mallorca. Casi veinte años (el primer congreso fue en el 84) separan ambas reuniones, pero muchos de nosotros tenemos presente aquellos actos que, en el hotel “Mare Nostrum”, un comité organizador, presidido por Antonia Morro, nos ofreció un programa de gran calidad. Fue la primera vez que los aspectos científicos del congreso fueron analizados y comentados en unas conclusiones que clausuraron el programa científico, y esta responsabilidad corrió a cargo de Ana Martí. En ellas destacó el interés de la enfermería por la especialidad, el incipiente aumento de temas propiamente de enfermería y el entusiasmo de los profesionales interesados en la diálisis peritoneal. Como verán nuestras jóvenes asociadas, tampoco han cambiado tanto las cosas, hay temas que continúan pendientes y otros se han consolidado, pero no hay duda, de que las generaciones actuales son herederas de un trabajo continuado y entusiasta. No dudamos que el relevo se llevará a cabo de forma ordenada y consecuente, bien es verdad que los problemas que afectan actualmente al mundo sanitario y a la enfermería en particular son difíciles de resolver, e inciden negativamente en el desarrollo profesional. La precariedad laboral, que duda cabe, dificulta que nuestros jóvenes profesionales se integren totalmente al mundo de la nefrología y por tanto puedan desarrollar funciones investigadoras, por otra parte siempre complicadas, con cierta facilidad. No obstante, la enfermería se distingue por su capacidad de supervivencia y ánimo a la hora de afrontar los problemas, y a pesar de todo, cada vez es más evidente el esfuerzo de los nuevos asociados para hacer llegar el resultado de su quehacer profesional a sus compañeros. Son numerosas sus comunicaciones al congreso donde se hace evidente su buen hacer, su entusiasmo y sus deseos de progresar. Por otra parte, todos, noveles y veteranos podremos disfrutar de una novedad, a partir de este número, y como resultado de las decisiones tomadas por la Asamblea General de la Sociedad, los trabajos de mayor calidad presentados al congreso se publicarán en la Revista y para evitar duplicidades aparecerá sólo el resumen en el libro del congreso. Con está decisión se garantiza que los autores obtendrán un mayor reconocimiento y difusión, ya que nuestra publicación está adquiriendo el prestigio que avala su inclusión en importantes bases de datos. En este sentido esperemos daros muy pronto excelentes noticias ya que tenemos grandes perspectivas para nuestra proyección internacional. Lola Andreu “Parámatros antopométricos más idóneos para valorar el estado nutricional de los pacientes con insuficiencia renal crónica, tratados con hemodiálisis en los centros periféricos” Juan Manuel Manzano Angua, Maria Dolores Nieto Granados, María del Carmen Sánchez Cornejo Centro de Diálisis CAMEX S/A Bellavista (SEVILLA) Correspondencia: PALABRAS CLAVE: VALORACIÓN NUTRICIONAL VALORES ANTROPOMÉTRICOS HEMODIÁLISIS RESUMEN La malnutrición calórico-proteica es un problema muy frecuente en los pacientes con insuficiencia renal crónica en tratamiento con hemodiálisis. La enfermería tiene aquí un papel muy importante en la detección e información para mejorar el estado nutricional de estos pacientes. El objetivo principal de nuestro estudio ha sido valorar mediante la antropometría el estado nutricional de los pacientes tratados en nuestro centro, así como, establecer cuáles son los parámetros antropométricos más idóneos para ser usados por el personal de enfermería de los centros periféricos de hemodiálisis. La población estudiada fue de 53 pacientes, con edad media de 52 +15 años, 34 varones y 19 mujeres. Los datos antropométricos utilizados fueron: a) valoración del estado nutricional calórico b) valoración del estado nutricional proteico; c) valoración del estado nutricional global. Metodología: elegimos como parámetros antropométricos de referencia para valorar el estado nutricional calórico el porcentaje de grasa corporal, y para el proteico la circunferencia muscular del brazo. A continuación, se valoró el estado de nutrición según éstos parámetros, así como, con cada uno de los restantes parámetros antropométricos calóricos y proteicos. Posteriormente se valoró el estado global de nutrición mediante los parámetros nutricionales globales. Resultados: a) la suma de los dos pliegues cutáneos tuvo la mejor correlación con el porcentaje de grasa corporal; b) individualmente, fueron el pliegue del tríceps y el subescapular, los que se correlacionaron mejor con el porcentaje de grasa corporal; c) presentaron correlación significativa con la circunferencia muscular del brazo, tanto la circunferencia braquial, como el área muscular del brazo; d)el índice de masa corporal fue el parámetro de nutrición global que mejor se correlacionó con los parámetros antropométricos de referencia. Se concluyó que los parámetros antropométricos más idóneos para valorar el estado nutricional calórico y proteico de los pacientes tratados en los centros periféricos de hemodiálisis fueron: el pliegue cutáneo subescapular y la circunferencia del brazo, por excluir del estudio a un menor número de pacientes, y no aumentar en exceso la carga de trabajo del personal de enfermería de dichos centros. El estado nutricional global debe valorarse mediante el índice de masa corporal, pues además de ser el más fácil de obtener, fue el parámetro que mejor se correlacionó con los dos anteriores y con los parámetros antropométricos de referencia. SUITABLE ANTHROPOMETRIC PARAMETERS TO ASSESS NUTRITION IN PATIENTS WITH IRC UNDERGOING HEMODIALYSIS IN PERIPHERAL CENTRES Protein-caloric malnutrition is a frequent problem in patients with chronic renal insufficiency undergoing dialysis treatment. Nurses have an important role in detecting nutritional problems in these patients The main objective of our study has been to assess the nutritional status of the patients treated in our centre by means of anthropometrics in order to establish the most suitable anthropometric parameters to be used by nurses in peripheral centres of haemodialysis. The group studied was made up of 52 patients with an average age of 52 ± 15 years, 34 men and 19 women. The anthropometric data used were a) assessment of the calorific nutritional status b) assessment of the protein nutritional status; c) assessment of the global nutritional status. Methodology: as anthropometric parameters to assess the calorific nutritional status we chose the percentage of body fat, and for the protein status, the circumference of the arm muscle. The nutritional status was assessed according to these parameters for each of the remaining calorific and protein anthropometric parameters. Later the global nutritional status was assessed. Results: a) two skin folds together had the best correlation with the percentage of body fat; b) individually, it was the fold of the triceps and subscapular which correlated best with the percentage of body fat; c) there was a significant correlation of the circumference of the arm muscle, not only with the circumference of the arm but also with the muscular area of the arm; d) the index of body weight was the parameter of global nutrition which best correlated with the anthropometric parameters of reference. It was concluded that the anthropometric parameters most suitable to assess the calorific and protein nutritional status of patients treated in peripheral centres of haemodialysis were: the subscapular skin fold and the circumference of the arm, in order to exclude from the study a small number of patients and not excessively increase the workload of nursing personnel. The global nutritional status should be assessed using the index of body weight, which, in addition to being the easiest to obtain, was the parameter which best correlated with the two previously mentioned and with the anthropometric parameters of reference. KEY WORDS NUTRITIONAL ASSESSMENT ANTHROPOMETRIC ASSESSMENT HAEMODIALYSIS INTRODUCCIÓN La malnutrición calórica-proteica es un problema muy frecuente en los pacientes con insuficiencia renal crónica en estadio terminal (IRCT) que reciben tratamiento sustitutivo con hemodiálisis (HD), oscilando la prevalencia entre el 20% y el 70%, dependiendo del método usado para la valoración del estado nutricional( 1). Además, la malnutrición es uno de los factores que más influye en el índice de morbilidad y mortalidad de estos pacientes, disminuyendo su calidad de vida y agravando los costes sanitarios(2-3-4). Actualmente no existe un método asequible en la clínica que mida de forma fácil y fiable el estado de nutrición, sino que se recurre al uso de distintas técnicas, las cuales pueden ser, desde muy sofisticadas desde el punto de vista tecnológico, como el análisis con isótopos (k-40), absorciometría por rayos X, tomografía axial computerizada, hasta métodos técnicos más sencillos, como densitometrías, impedancia bioeléctrica y métodos antropométricos. La antropometría presenta como principal ventaja a su favor la facilidad, sencillez y economía de la técnica, así como, una correlación muy alta con la grasa total calculada mediante los métodos citados anteriormente, en cambio, su inconveniente es su precisión, la cual se ve muy influenciada por la falta de reproducibilidad si no se realiza con un calibrador de precisión, y por una sola persona o grupo reducido de personal previamente entrenado(5,6). La valoración antropométrica nutricional, se basa en la estimación de las reservas grasas y proteicas del sujeto. La estimación de los depósitos grasos mediante métodos antropométricos precisa la medición del grosor de diversos pliegues corporales, pues la distribución de la grasa periférica no se correlaciona con la acumulación de la grasa abdominal o visceral(7). Así, el pliegue cutáneo del bíceps (PCB) y del tríceps (PCT), estiman los depósitos grasos periféricos, y el pliegue cutáneo abdominal (PCA) y subescapular (PCS), estiman los centrales o viscerales(6).Aproximadamente, el 60% del total de las proteínas corporales se encuentran en el músculo esquelético, la estimación de la masa muscular esquelética es una medición indirecta de las reservas proteicas. La valoración mediante métodos antropométricos de la masa muscular en un individuo, se realiza habitualmente con el cálculo de la circunferencia muscular del brazo (CMB), la cual se obtiene a partir de la circunferencia del brazo o circunferencia braquial (CB), a la que se le resta el tejido adiposo, incluyendo fracción ósea. Una medida más exacta de la masa muscular es la obtenida a través del cálculo del área muscular del brazo (AMB), la cual no incluye hueso. Otros parámetros antropométricos usados para valorar el estado nutricional global de los sujetos son el índice adiposo muscular del brazo (IAM), el porcentaje de grasa corporal total (% GC), índice de masa corporal (IMC) y el porcentaje de peso corporal estándar (% SBW) (7,8,9). La gran mayoría de los trabajos publicados que valoran con métodos antropométricos el estado nutricional de los pacientes con IRCT en tratamiento con HD, utilizan para estimar el estado nutricional calórico el PCT, obviando las reservas centrales o viscerales de grasas. Para valorar el estado proteico utilizan la CMB(10,11,12,13,14,15) intuyendo que el uso generalizado de estos dos parámetros se debe a la mayor sencillez y fácil localización, ya que ninguno de estos estudios validan el uso de estos dos parámetros respecto a los descritos anteriormente. Nuestro objetivo en el presente estudio es comprobar si el uso habitual del PCT y la CMB para valorar el estado nutricional calórico-proteico, es más adecuado que utilizar otros parámetros, con el fin de describir el método antropométrico más fácil, fiable y reproducible para que el personal de enfermería de los centros periféricos pueda valorar de forma rutinaria el estado nutricional de los pacientes con IRCT en HD. MATERIAL Y MÉTODOS La muestra de la población en estudio está constituida por 53 pacientes, de un total de 68 que reciben tratamiento sustitutivo con hemodiálisis en nuestro centro periférico CAMEX S/A, ubicado en Bellavista (Sevilla); 15 pacientes, fueron excluidos, al no cumplir los siguientes “criterios de inclusión”: a.-) Tiempo que reciben tratamiento con hemodiálisis en nuestro centro no inferior a 2 meses, (0 excluidos), b.-) Todos los pacientes que quieran voluntariamente ser excluidos en el estudio, (2 excluidos), c.-) Presencia de acceso vascular permanente, tipo “prótesis” húmero axilar, o tipo FAVI húmero cefálica, con importantes aneurismas que distorsionen la medición de los pliegues de grasa, (4 excluidos), d.-) Deformidad en el brazo usado para las mediciones de los pliegues, ( 1 excluido), e.) Deformaciones abdominales, causadas por cirugía y/o hernias, que afectan a ambas fosas iliacas, (2 excluidos), f.-) Alteración de la alineación fisiológica de la columna vertebral, (1 excluido), g.-) Pacientes, que por su estatura no están incluidos en las tablas elaboradas por Alastrué, para el mismo sexo , es decir, varones que midan menos de 153 (cm) o más de 188 (cm) y mujeres que midan menos de 145 (cm) y más de 175 (cm), (3 excluidos), h.-) otros: por encontrarse de vacaciones o ingresado durante el estudio, (2 excluidos). Los datos antropométricos que hemos recogido son los siguientes: talla post-HD (cm), peso post-HD (Kg), pliegue cutáneo del tríceps (PCT), pliegue cutáneo del bíceps (PCB), pliegue cutáneo subescapular (PCS), pliegue cutáneo abdominal (PCA), índice de masa corporal o índice de Quetelet (IMC), porcentaje de peso corporal estándar (%SBW), circunferencia braquial (CB), circunferencia muscular del brazo (CMB), área muscular del brazo (AMB), área adiposa del brazo (AAB), porcentaje de grasa corporal total (% GC) e índice adiposo muscular del brazo (IAM). La tabla 1 describe los datos antropométricos utilizados. TABLA 1. PARÁMETROS ANTROPOMÉTRICOS USADOS PARA LA VALORACIÓN DEL ESTADO NUTRICIONAL NOMBRE SIGLAS FÓRMULA Pliegue cutáneo del bíceps PCB (cm) Pliegue cutáneo del tríceps PCT (cm) Pliegue cutáneo subescapular PCS (cm) Pliegue cutáneo abdominal PCA (cm) Suma de los pliegues cutáneos E PC (cm) PCB+PCT+PCS+PCA % de grasa corporal total %GC ((4.95/d)-(4.5))x100. Densidad corporal d (c-d)* x log (E PC) Circunferencia braquial CB (cm) Circunferencia muscular del brazo CMB (cm) (CB)-(3.1416xPCT) Área muscular del brazo AMB (cm2) (CMB)2/4x3.1416 Área adiposa del brazo AAB (cm2) (PCT)x(CB/2) (3.1416)x(PCT2/4) Índice adiposo muscular IAM (cm2) AAB/AMB Índice de masa corporal IMC (Kg/m2) PESO ACTUAL/TALLA2 Peso corporal estándar SBW** % de peso corporal estándar %SBW (PESO ACTUAL/SBW) x100 *c y d, son dos constantes establecidas en las tablas de Durnin y Rahaman.-“Fuente”: A. Alastrué V. Valoración de los parámetros antropométricos en nuestra población. Med. Clin. (Barcelona) 1982; 78:407-415. **SBW: corresponde al peso ideal en relación a una altura de una población española del mismo sexo y edad recogido por Alastrué. Valoración de los parámetros antropométricos en nuestra población. Med. Clin. (Barcelona) 1982; 78:407-415. Los instrumentos de medida fueron una cinta métrica inextensible, un calibrador de panículo adiposo tipo Trimeter‚, un peso y un tallímetro. Las mediciones fueron realizadas por un solo observador previamente entrenado, según las recomendaciones de las guías DOQI de junio del 2.000 sobre perfeccionamiento de las medidas antropométricas(7). La medición de los parámetros antropométricos se efectuó al término de la sesión de diálisis de mitad de semana, siguiendo las normas descritas por Alastrué(8), y los valores obtenidos del PCB, PCT, PCS, PCA, suma de los dos pliegues: (PCT+PCS), CB, CMB, AMB, % GC e IAM, se expresaron con arreglo a su relación porcentual con el percentil 50 de una población sana del mismo grupo de edad y sexo, descrita por Alastrué(8). Se usó el programa estadístico SSPS 11.0, la síntesis de los datos cuantitativos se efectuó mediante la media y desviación típica, y la de los datos cualitativos, mediante las proporciones o porcentajes, junto con las frecuencias. La medida de asociación de variables que hemos empleado son, la distribución chicuadrado para la asociación de variables nominales, y el coeficiente r de correlación de Pearson para variables cuantitativas. Respecto a la metodología, en primer lugar hemos valorado el estado nutricional calórico y proteico de los pacientes mediante los parámetros antropométricos elegidos de referencia, es decir, el % GC y la CMB. La razón de elegir estos dos parámetros es porque no hemos encontrado otros estudios de las dimensiones y rigurosidad empleada por los autores que los utilizan (16). El % GC estima las reservas totales de grasa, tanto centrales como periféricas. La CMB valora el estado nutricional proteico mediante la estimación de las reservas proteicas del brazo. En segundo lugar valoramos el estado nutricional calórico con cada uno de los cuatro pliegues cutáneos y la suma de los dos pliegues, y el estado nutricional proteico se estimó mediante la CB y el AMB respectivamente. En tercer orden, valoramos el estado nutricional global de los pacientes mediante, el IMC, IAM, % SBW y % GC. A continuación se estudió la correlación y asociación entre %GC con cada uno de los pliegues cutáneos y suma de los dos pliegues (PCT+PCS), y la correlación y asociación entre la CMB con la CB y AMB. Además, se analizó la asociación entre las diferentes valoraciones obtenidas del estado nutricional global y la correlación bilateral entre los parámetros nutricionales globales. Por último, se observó la correlación de los parámetros nutricionales globales con los elegidos de referencia, es decir, el % GC y CMB, y con los parámetros antropométricos cuya conclusión del estudio resultaron ser los más idóneos para valorar el estado nutricional calórico y proteico de los pacientes hemodializados en los centros periféricos. RESULTADOS La edad media de la muestra estudiada fue de 52 años + 15’53. La distribución por sexo la siguiente: 34 varones y 19 mujeres. Según la valoración antropométrica del estado nutricional calórico y proteico mediante los parámetros tomados de referencia, es decir, mediante el % GC y la CMB respectivamente, el 56’6% (n=24) presentó un estado calórico normal y el 86’8% (n=46) un estado proteico normal. La figura 1 y 2, detallan el estado nutricional calórico y proteico según los parámetros antropométricos de referencia (%GC y CMB). La figura 3, describe los hallazgos nutricionales calóricos según los diferentes pliegues cutáneos comparados con los resultados mediante el %GC. La figura 4, muestra la clasificación del estado nutricional proteico según la CB y el AMB, respecto a la obtenida mediante la CMB. La figura 5, muestra el estado nutricional global según el % de GC e IAM, y la figura 6 y 7 el obtenido con el % SBW y el IMC. FIGURA 1. ESTADO NUTRICIONAL CALÓRICO SEGÚN EL % DE GRASA CORPORAL. FIGURA 2. ESTADO NUTRICIONAL PROTEICO SEGÚN LA CIRCUNFERENCIA MUSCULAR DEL BRAZO FIGURA 3. ESTADO NUTRICIONAL CALÓRICO SEGÚN EL % DE GRASA CORPORAL Y LOS DIFERENTES PLIEGUES CUTÁNEOS. FIGURA 4. ESTADO NUTRICIONAL PROTEICO SEGÚN LA CIRCUNFERENCIA MUSCULAR DEL BRAZO, LA CIRCUNFERENCIA BRAQUIAL Y EL AREA MUSCULAR DEL BRAZO. FIGURA 5. VALORACIÓN DEL ESTADO NUTRICIONAL GLOBAL SEGÚN EL % GRASA CORPORAL E INDICE ADIPOSO MUSCULAR DEL BRAZO FIGURA 6. ESTADO NUTRICIONAL GLOBAL SEGÚN EL % DE PESO CORPORAL ESTANDAR FIGURA 7. ESTADO NUTRICIONAL GLOBAL SEGÚN EL INDICE DE MASA CORPORAL Validación de los parámetros antropométricos más idóneos para valorar el estado nutricional calórico respecto al de referencia (%GC). Para obtener el % GC hay que medir los cuatro pliegues cutáneos, por ello, se analizó la correlación individual de cada pliegue y la suma del PCT+PCS, con el total de los cuatro pliegues, resultando ser significativa en todos los casos. El mayor valor del coeficiente de correlación de Pearson (r), lo tuvo la suma del PCT+PCS (r=0’938), y el menor el PCA (r=0’816), los valores del PCT y PCS fueron muy similares (r=0.891 y r=0.893, respectivamente). El % de GC se correlacionó significativamente con la suma de los PCT+PCS, e individualmente con cada uno de los pliegues cutáneos. El valor más alto del coeficiente de correlación de Pearson (r) lo tuvo con el PCT+PCS (r=0’884), en cambio, fue el PCB el que presentó el valor más bajo (r=0.732); de nuevo, el PCT y el PCS presentaron valores muy similares (r=0.814 y r=0.812, respectivamente). La asociación entre el estado nutricional calórico valorado con el % de GC, y el estado nutricional calórico estimado con cada uno de los pliegues cutáneos y la suma del PCT+PCS, resultó ser significativa en todos los casos, cuyos valores del chi- cuadrado fueron <0.05. Validación de los parámetros antropométricos más idóneos para valorar el estado nutricional proteico respecto al de referencia (CMB). La correlación de Pearson entre la CMB con la CB y el AMB fue significativa en ambos casos. El valor del coeficiente de correlación de Pearson (r) de la CMB con la CB, fue menor que el que presentó la CMB con el AMB (r=0’790 y r=0’997, respectivamente). El estado nutricional proteico estimado mediante el AMB y la CB se asociaron de forma significativa con el estado nutricional proteico según la CMB, cuyos valores del chi-cuadrado fueron < 0.05. Validación del parámetro antropométrico más idóneo para valorar el estado nutricional global. Para proponer el parámetro más idóneo para valorar el estado nutricional global, primero analizamos la correlación bilateral entre ellos. En segundo lugar, se analizó la correlación de cada uno de éstos con los parámetros calórico-proteicos de referencia, es decir, con el % de GC y CMB. El IMC y %SBW correlacionaron muy bien entre ellos con un valor del coeficiente de correlación de Pearson (r=0.969). La correlación de éstos con el IAM y el %GC fueron bajas, con una r inferior a 0.7 en todos los casos. El IAM y el %GC, correlacionaron significativamente entre ellos con un valor de r=0.751. La asociación entre las diferentes valoraciones del estado nutricional global fueron en todos los casos significativas, con una chi-cuadrado < 0.05. El IMC fue el parámetro que mejor se correlacionó con los elegidos de referencia para valorar el estado nutricional calórico-proteico, es decir, con el %GC y CMB. El IAM y %GC, no tuvieron correlacionaron con la CMB. La tabla 2, detalla la correlación de cada uno de los parámetros antropométricos que valoran el estado nutricional global, con el %GC y CMB. DISCUSIÓN El conocer el estado nutricional de los pacientes con insuficiencia renal crónica en hemodiálisis es de gran importancia, ya que la malnutrición influye muy negativamente en la morbimortalidad de estos pacientes. Además, como profesionales de enfermería que desarrollamos nuestra labor en un centro periférico, consideramos que éste es el lugar más oportuno para efectuar dicha valoración, por la estabilidad clínica en la que se encuentran los pacientes y el contacto frecuente y constante que mantenemos con ellos. Por consiguiente, en el presente trabajo nos hemos planteado el seleccionar los parámetros antropométricos que mejor definan el estado de nutrición, teniendo en cuenta los problemas de accesibilidad de dichos parámetros, así como la sencillez y rapidez para obtenerlos, para no aumentar la carga de trabajo del personal de enfermería que de por sí ya es excesiva en los centro periféricos de diálisis. En nuestro estudio hemos comprobado como la medida de los cuatro pliegues cutáneos para estimar los depósitos grasos totales mediante el %GC, puede ser sustituida por la medición de sólo uno de ellos. Todos los pliegues individualmente se correlacionaron significativamente con la suma de los cuatros, pero fueron el PCT y el PCS los que tuvieron la mayor correlación, caso contrario a lo descrito por Alastrué, según este autor, resulta ser el PCA el que se correlaciona individualmente mejor con el total de la grasa corporal(6). Nosotros optamos por la medida de uno u otro y no de los dos como proponen otros autores(6), porque así se reducen los errores implícitos en la medición de los pliegues por la falta de su reproducibilidad. Además, se incrementa en menor grado el exceso de trabajo del personal de enfermería, aspecto muy importante a tener en cuenta en los centros periféricos de diálisis, donde el ratio de pacientes/ enfermera-o llega hasta 5 pacientes. Otro aspecto importante es las características que actualmente presentan muchos pacientes renales, debido tanto a los problemas fisiológicos como patológicos propios de la edad avanzada con la que entran en programa de hemodiálisis. En este trabajo se comprobó que la valoración del estado nutricional calórico mediante el PCT es un método muy correcto, a pesar de sólo estimar las reservas periféricas de grasa, al presentar la mejor correlación con el %GC. Por tanto, el uso generalizado de dicho pliegue está justificado, ya que no sólo se debe a su fácil localización y sencillez de medida(6). Sin embargo, nosotros proponemos usar el PCS para estimar el estado nutricional calórico, aunque sólo se estimen las reservas centrales de grasa, porque además de presentar casi la mis- La correlación es significativa al nivel 0.01 (bilateral) TABLA 2. CORRELACIÓN ENTRE LOS PARÁMETROS QUE ESTIMANEL ESTADO NUTRICIONAL GLOBAL CON LOS QUE VALORAN EL ESTADO CALÓRICO Y PROTEICO % S.B.W. I.M.C. I.A.M. % G.C. C.B. Correlación de Pearson 0.777 0.859 0.468 0.637 Significación (bilateral) 0.000** 0.000** 0.000** 0.000** C.M.B. Correlación de Pearson 0.635 0.724 -0.174 0.177 Significación (bilateral) 0.000** 0.000** 0.212 0.206 A.M.B. Correlación de Pearson 0.645 0.733 -0.151 0.190 Significación (bilateral) 0.000** 0.000** 0.280 0.173 P.C.B. Correlación de Pearson 0.549 0.594 0.720 0.732 Significación (bilateral) 0.000** 0.000** 0.000** 0.000** P.C.T. Correlación de Pearson 0.520 0.559 0.940 0.814 Significación (bilateral) 0.000** 0.000** 0.000** 0.000** P.C.S. Correlación de Pearson 0.678 0.688 0.542 0.812 Significación (bilateral) 0.000** 0.000** 0.000** 0.000** P.C.A. Correlación de Pearson 0.497 0.552 0.552 0.770 Significación (bilateral) 0.000** 0.000** 0.000** 0.000** P.C.T.+P.C.S. C. de Pearson 0.676 0.696 0.778 0.884 Significación (bilateral) 0.000** 0.000** 0.000** 0.000** %G.C. Correlación de Pearson 0.616 0.642 0.751 1 Significación (bilateral) 0.000** 0.000** 0.000** 0.000** más correlación que la obtenida entre el PCT y el %GC, con este pliegue (PCS) se excluye a un menor numero de pacientes para poder ser valorados desde el punto de vista antropométrico, pues en nuestro estudio fueron excluidos 5 pacientes por no cumplir el criterio de medida del PCT al presentar antiguos accesos vasculares en el brazo de la medición, hecho que cada vez es mas común en los pacientes en diálisis, frente a 1 solo paciente que se excluyó de la medida del PCS por deformidad importante de la línea fisiológica de la columna vertebral. Respecto a la valoración del estado nutricional proteico, se seleccionó como parámetro de referencia la CMB al ser el empleado por Alastrué (8) y otros autores (10, 11, 12, 13, 14, 17). Tanto la CB como el AMB se correlacionaron significativamente con la CMB. El AMB se correlacionó en mayor medida con la CMB porque el primero se obtiene directamente del segundo mediante un cálculo matemático, sin embargo, la CMB no se obtiene directamente de la CB, sino que precisa además la medición del PCT para restar a la CB el tejido adiposo, de ahí la menor correlación. Como consecuencia, la valoración nutricional proteica mediante la CMB y el AMB como ya hemos comentado, excluyen a un mayor numero de pacientes para ser valorados, al tenerse que medir el PCT para obtener dichos parámetros. Además, se trata de pacientes con mayor riesgo de malnutrición, al tener antecedentes de accesos vasculares fallidos, pues el tener un buen acceso vascular es primordial para el bienestar de los pacientes que reciben tratamiento con hemodiálisis. Por tanto, nosotros proponemos la medida de la CB como el parámetro antropométrico más idóneo para valorar el estado nutricional de los pacientes en hemodiálisis. El IMC o índice de Quetelet, consideramos que es el parámetro antropométrico que se debe de elegir para valorar el estado nutricional global de los pacientes, ya que es el que mejor asociación presentó con los parámetros que valoran dicho estado. Además, junto con el %SBW, es el parámetro más fácil de calcular, al obtenerse del peso y la estatura, y no precisa la medición de pliegues cutáneos, hecho que sí sucede con el IAM del brazo y el %GC. Otro aspecto importante, es la asociación significativa que presentó con el estado nutricional calórico y proteico estimado mediante el PCS y la CB, al igual que con el resto de parámetros antropométricos. Podemos concluir según nuestro estudio, que los parámetros antropométricos más idóneos para valorar el estado nutricional calórico y proteico de los pacientes hemodializados en los centros periféricos, son el PCS y la CB respectivamente, junto con el IMC, el cual nos proporciona una información global del estado nutricional del paciente, pues ni el PCS ni la CB nos diferencian entre normalidad, sobrepeso y obesidad, estados nutricionales que sí lo define el IMC, y son de suma importancia su diferenciación al ser tanto el sobrepeso como la obesidad, factores de riesgos cardiovasculares, influyendo negativamente en la morbimortalidad de los pacientes en hemodiálisis. Por último, un aspecto muy importante que no queremos dejar sin mencionar, es la falta de selección por los diferentes autores del mismo método antropométrico para valorar el estado nutricional, ocurriendo lo mismo con los criterios de clasificación. Nosotros hemos considerado los criterios de clasificación descritos por Alastrué, el cual usa diferentes porcentajes de desviación respecto al percentil 50, para valorar el estado nutricional calórico y el proteico. En cambio, otros autores usan para valorar el estado nutricional proteico los mismos porcentajes de desviación que hemos empleado nosotros para valorar el estado nutricional calórico(10,12). Otros, usan distintos porcentajes de desviación respecto al percentil 50 para el estado calórico y proteico, sin mencionar fuentes de información (11, 14,15). E incluso, otros autores se rigen sólo por los límites de normalidad y desnutrición basados en percentiles límites para valorar el estado calórico y proteico(17). Por último, hay autores que inventan medidas basadas en otras con poco rigor científico, e incluso valoran a todos los pacientes aunque no cumplan los requisitos de medición de algún determinado pliegue, excluyendo sólo la medida de éste último (18). Con todo ello, queremos manifestar que si no realizamos la valoración antropométrica del estado nutricional usando los mismos parámetros antropométricos ni tampoco los mismos criterios de clasificación, obtendremos unos resultados que sólo tendrán validez interna, y no podremos establecer comparaciones del estado nutricional de nuestros pacientes con el de otros que hayan sido valorados con otros parámetros antropométricos y/o criterios de clasificación, así como, tampoco podremos saber si determinadas técnicas de diálisis, dializadores, suplementos nutritivos orales, etc..., que reciban otros pacientes, influyen o no y en que medida, en su estado nutricional, y en consecuencia, poder obtener validez externa y avanzar con rigor científico en nuestra labor diaria. AGRADECIMIENTOS Los autores, desean expresar su agradecimiento a todos los compañeros que han permitido el desarrollo del presente trabajo con su colaboración, así como a Ma de los Ángeles Guerrero Risco y Miguel A. Gentil Govantes, por el apoyo docente y moral recibido, para llevar a término el presente estudio BIBLIOGRAFÍA 1. Marsha Wolfson, MD. Pathogenesis and treatmentof malnutrition in maintenance dialysis. Up To DateR 2000; 8 (2): 9. 2. Checa F, Pulido S, Ramírez ML, Becerra F, Moral MA. La desnutrición calórica-proteica es frecuente en pacientes estables en hemodiálisis periódicas. Enfermería nefrológica 1998; 1:17-21. 3. Jaurrieta Mas. Valoración del estado de nutrición. Medicina Clínica 1993; 81:584-588. 4. Marcén R, Gómez C, de la Cal MA y grupo cooperativo de nutrición en hemodiálisis II. Prevalencia de malnutrición proteico-calòrica en enfermos en hemodiálisis. Nefrología XIV. (suplemento 2). 5. Angeles Guerrero Riscos. Nutrición y diálisis adecuada en diálisis peritoneal. Enfermería nefrológica 1er. Trimestre 1999; 5: 6-17. 6. Montiel Castillo A, Iborra Moltó C, Birkhoiz H, Gómez Santos E, Cases Ruíz M, Soriano Serna T et al. Medida de la grasa subcutánea en la valoración nutricional del paciente con IRC: comparación de protocolos. Libro de comunicaciones del XXIII Congreso de la Sociedad Española de Enfermería Nefrológica. Sevilla, 1998; 190-194. 7. K/DOQI nutrition in chronic renal failure. Métodos de perfeccionamiento de la antropometría y el cálculo de las medidas corporales y tablas de referencia. Apéndice VIII. Junio 2000. 8. Alastrué Vidal A, Sitges Serra A, Jaurrieta Mas E, Sitges Creus A. Valoración de los parámetros antropométricos en nuestra población. Medicina Clínica 1982; 78: 407-415. 9. Lorenzo V, Rufino M, Martín M. Aspectos nutricionales en hemodiálisis. En: Fernando Valderrábano. Tratado de hemodiálisis. Barcelona: Médica JIMS; 1999: 339-360. 10. Castro N, Díaz P, Miguel M, Fernández C, Rey M, Alvarez B et al. Estudio del estado nutricional de nuestros pacientes en hemodiálisis. Libro de comunicaciones del XIX Congreso de la Sociedad Española de Enfermería Nefrológica. Alicante, 1994; 43-44. 11. Sancho Arbiol M, Antorán Moreno M, de la Fuente Liedana C, Piazuelo Campos S, Bosque Luna. Análisis del estado nutricional e ingesta alimentaria de los pacientes en hemodiálisis periódica. Enfermería Nefrológica, 1999; 6: 7-12. 12. McCann L M. Malnutrition: detection and intervention Peritoneal Diálisis International, 1999; 19. May supplement 2; 527-532. 13. Mansilla MC, Lurita R, González E, de Miguel V, Camarena A, García Tuñón L et al. La Antitrombina III como marcador nutricional en pacientes en hemodiálisis. Papel de enfermería en la valoración del estado nutricional. Libro de comunicaciones del XXV Congreso de la Sociedad Española de Enfermería Nefrológica. Oviedo, 2000; 139-144. 14. García Alvarez ML, Arranz Pérez I, Roldán Sánchez MA, Velásquez Coca C, Millán Galante M, Bernal Porcel P. Valoración del estado nutricional de los pacientes en nuestra unidad de hemodiálisis. Prevalencia de malnutrición. Enfermería Nefrológica, 1999; 5: 27-30. 15. Millán D, Moreno E, Carbonell P, Vizcaya F, Samper J, Cantó B y et al. Valoración del estado nutricional por parámetros antropométricos en dos unidades de hemodiálisis. Libro de comunicaciones del XXI Congreso de la Sociedad Española de Enfermería Nefrológica, Salamanca, 1996; 253-258. 16. Alastrué Vidal A, Sitges Serna A, Jaurrieta Mas E, Puig Gris P, Abad Ribalta JM y Sitges Creus A. Valoración antropométrica del estado de nutrición: normas y criterios de desnutrición y obesidad. Medicina Clínica (Barcelona) 1983; 80: 691-699. 17. Aneiros R, Gonzalo A, Iglesias A, Novo E, Portela L, Suarez E. Estudio nutricional y hábitos alimenticios de los pacientes en una unidad de hemodiálisis según zona geográfica. Libro de comunicaciones del XVIII Congreso de la Sociedad Española de Enfermería Nefrológica. La Coruña 1993; 179-184. 18. Picó Mira L, Iborra Moltó C, Picó Vicent L. Valoración del estado nutricional en una unidad de hemodiálisis. Enfermería nefrológica 2002; 19:18-22. Utilidad de la encuesta dietética cualitativa en los pacientes en hemodiálisis periódica Sorribas Martí Miriam*, Piazuelo Campos Susana*, Antorán Moreno Mª Dolores*, De la Fuente Liedana Carmen José*, Adrián Lizama Pilar*, Pitarque Lacueva Laura**, Llorens Rosa***, Lou Arnal Luis Miguel**** DUE Nefrología*, Auxiliar Nefrología**, Nefrólogo****, Centro de hemodiálisis AMEX, Alcañiz (Teruel) DUE Endocrinología***, Hospital de Alcañiz (Teruel) PALABRAS CLAVE: HEMODIÁLISIS MALNUTRICIÓ , ENCUESTA CUALITATIVA, ENCUESTA CUANTITATIVA, INGESTA CALÓRICA, INGESTA PROTEICA RESUMEN Introducción y objetivos: La desnutrición es frecuente en pacientes con insuficiencia renal crónica en hemodiálisis periódica (HDP), dentro de su origen multifactorial la ingesta insuficiente es una causa importante. Esta desnutrición produce una mala calidad de vida y un aumento de mortalidad en nuestros pacientes. El objetivo de nuestro trabajo es valorar la información que nos aporta una encuesta cualitativa frente a la cuantitativa realizadas ambas simultáneamente. Material y métodos: Se realiza el estudio con 20 pacientes de nuestra unidad de diálisis, en los que se determina la edad, parámetros de calidad de diálisis y parámetros nutricionales bioquímicos y antropométricos. Se realizan dos tipos de encuesta dietética: cualitativa y cuantitativa. En la encuesta cuantitativa se recoge un registro alimentario de dos días en el que se valora la ingesta calórica y proteica mediante tablas de composición de alimentos. En la encuesta dietética cualitativa se puntúan de 1 a 3 siete variables subjetivas de la dieta: el apetito, los cambios de apetito, descripción de la cantidad de ingesta, dificultad para seguir una dieta, las tomas principales, otras tomas, y los indicadores seleccionados de ingesta proteica. Resultados: Al contrastar los datos obtenidos en ambas encuestas, se detecta que los pacientes con una puntuación superior a 17 en la encuesta cualitativa tienen una mejor ingesta calórica y proteica que los pacientes con una puntuación inferior a 17 (1,44 versus 1,08 gr/Kg/día de proteínas y 32,01 versus 27,8 Kcal/Kg/día de calorías; p< 0,05). Conclusión: La encuesta cualitativa es más sencilla de realizar que la cuantitativa y se puede incluir en el trabajo cotidiano de enfermería nefrológica pudiendo detectar así de forma precoz los déficit de ingesta, evitando el desarrollo de malnutrición. USEFULNESS OF THE QUALITATIVE DIETETIC QUESTIONNAIRE IN PATIENTS UNDERGOING PERIODIC HAEMODIALYSIS Malnutrition is often observed in patients with chronic renal insufficiency (CRI) under periodic haemodialysis (PH). This malnutrition leads to poor quality of life and an increase in the mortality rate. The aim of our study was to compare the information provided by a qualitative dietetic questionnaire with a quantitative one. The study was performed with 20 patients from our dialysis Unit. We recorded the following data: age, dialysis quality parameters and biochemical and nutritional parameters. We performed two dietetic questionnaires: qualitative and quantitative. In the quantitative questionnaire we recorded the dietary intake for two days based on dietetic tables. In the qualitative questionnaire we scored from 1 to 3 seven subjective items: appetite, appetite changes, intake quantity, difficulties in following the diet, main intakes, and other items of protein intake. When data from the two questionnaires are compared we observe that in patients with a score over 17 from the quantitative questionnaire, a better protein and caloric intake than patients under 17. (1.44 vs. 1.08 gr protein/Kg/day, and 32.01 vs 27.8 Kcal/Kg/day, p<0.05). In conclusion, the qualitative questionnaire is easier to perform than the quantitative one, and can be used by nursing staff to detect malnutrition promptly. KEY WORDS: HAEMODIALYSIS, MALNUTRITION, QUALITATIVE QUESTIONNAIRE, QUANTITATIVE QUESTIONNAIRE, CALORIC INTAKE PROTEIN INTAKE INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS La elevada incidencia de malnutrición proteico- calórica en pacientes con insuficiencia renal crónica en tratamiento con hemodiálisis periódica se asocia a un aumento de la morbimortalidad Los factores que contribuyen a esta malnutrición comprenden alteraciones en el metabolismo proteicoenergetico, alteraciones hormonales, estrés catabólico debido al propio tratamiento dialítico, patología intercurrente y escasa ingesta originada por la anorexia, la toma de medicamentos y una dieta poco atractiva3. Mediante el tratamiento con diálisis alguno de estos factores puede ser parcialmente corregido, sin embargo su influencia sobre el estado nutricional es limitada4. Por tanto, nos encontramos ante un paciente con unos requerimientos energéticos y proteicos superiores a los de un sujeto normal pero con una importante dificultad para seguir la dieta, así la ingesta de energía y nutrientes en diálisis es inferior a la recomendada, lo que contribuye a una mayor desnutrición5. El objetivo de nuestro trabajo es valorar si una encuesta cualitativa nos puede aportar la información suficiente acerca de la ingesta alimentaria de nuestros pacientes con el fin de abordar el problema de forma precoz. MATERIAL Y MÉTODO Se incluye en nuestro trabajo 20 pacientes en HDP, 10 varones y 10 mujeres con una edad media de 66,9 ± 13 años. Se realiza un estudio nutricional considerando los siguientes parámetros: 1. Parámetros de calidad de diálisis: Se determinó el KTV así como la tasa de catabolismo proteico ( PCR). 2. Parámetros nutricionales: • antropométricos: - Índice de masa corporal (IMC) definido como: IMC = peso seco (Kg) / talla2 (cm) - Pliegue cutáneo tricipital (PCT) medido con un plicómetro tipo Lange, tras la HD de mitad de semana, en el brazo contralateral a la FAVI, en el punto medio entre acromion y olécranon realizándose tres determinaciones consecutivas y tomando el valor medio. - Circunferencia muscular del brazo (CMB) definida como: CMB = Circunferencia del brazo (cm) (3.1416 x PCT) • bioquímicos: Determinación de glucosa, urea, creatinina, Na, K, Ca, P, proteínas totales, estudio lipídico y hemograma. 3.Encuestas dietéticas: • Cuantitativa: Consiste en la evaluación del consumo alimentario por el método de registro de dos días. A los pacientes y familiares se les explicó detalladamente la forma de anotar los alimentos y bebidas ingeridos así como la forma de preparación y se repasó con ellos la cumplimentación de la encuesta durante sus sesiones de diálisis. Se calcula la ingesta proteica y calórica mediante tablas de composición de alimentos • Cualitativa: Consiste en una entrevista personal con cada uno de los pacientes, elaborada basándonos en encuestas realizadas en pacientes con otras patologías o con insuficiencia renal crónica8, en la que se valoran los siguientes parámetros de forma subjetiva: - Apetito - Cambios en el apetito - Descripción de la cantidad de ingesta - Dificultad para seguir la dieta - Número de tomas principales (desayuno, comida, cena) - Otras tomas ( almuerzo, merienda) - Indicadores selectivos de ingesta proteica Se puntúa cada variable mencionada de 1 al 3, según lo adecuado de la misma, por ejemplo: 1 – pobre apetito. 2 – apetito normal. 3 – buen apetito. Se realiza la suma de las puntuaciones y según los resultados obtenidos se divide la población en dos grupos; Grupo A: puntuación igual o superior a 17; Grupo B: puntuación inferior a 17. Se compara la puntuación obtenida con los resultados de la ingesta de proteínas y calorías según la encuesta cuantitativa. Se expresan los valores obtenidos como media mas desviación estándar. Se comparan las medias mediante la t-Student. Se considera significativa una p < 0,05. RESULTADOS La puntuación media de la encuesta cualitativa fue de 16,8 ± 2,5, con 11 pacientes en el grupo A y 9 pacientes en el grupo B. Las características demográficas (edad y tiempo en diálisis), los parámetros bioquímicos, antropométricos y los parámetros de calidad de diálisis se comparan en las tablas (Tablas I, II, III ). No se encuentran diferencias significativas en estas variables. Tan sólo el PCR es discretamente superior en el grupo A aunque sin alcanzar significación estadística. Según la encuesta cuantitativa, la media de ingesta proteica fue de 1,3 ± 0,3 gr/Kg/día, y la calórica de 29,8 ± 8 Kcal/Kg/día. Al comparar ambas encuestas, la ingesta proteica y calórica media del grupo A fueron significativamente superiores a las del grupo B (Figuras 1 y 2). Tabla I: características demográficas y parámetros bioquímicos Variables Grupo A Grupo B P Edad 68 ± 9 72 ± 10 NS Tiempo HD (meses) 19 ± 14 18 ± 13 NS Albúmina gr/l 3,74 ± 0,3 3,76 ± 0,4 NS Linfocitos mm3 1.224 ± 280 1.240 ± 310 NS Tabla II: Parámetros antropométricos Variable Grupo A Grupo B P IMC 25,4 ± 5 23,4 ± 6 NS PCT mm 12,8 ± 7 11,2 ± 8 NS CMB cm 29,4 ± 8 27,6 ± 7 NS Tabla III: Parámetros de calidad de diálisis Variable Grupo A Grupo B P KTV 1,4 ± 0,3 1,3 ±0,2 NS PCR 1,23 ± 0,2 1,06 ± 0,3 NS DISCUSIÓN La desnutrición proteico-calórica es frecuente en pacientes con insuficiencia renal crónica en tratamiento en hemodiálisis periódica siendo su principal causa la pobre ingesta de nutrientes. Esto favorece la morbimortalidad y empeora la calidad de vida de nuestros pacientes. Su detección precoz es muy importante ya que una vez iniciado el proceso de desnutrición resulta muy difícil recuperar su situación. Aunque algunos parámetros como la albúmina o la CMB se correlacionan fuertemente con la morbimortalidad, sus cambios requieren meses o años de evolución y su descenso se produce cuando el grado de desnutrición es severo y difícil de recuperar9. Dada la escasa sensibilidad de estos parámetros, consideramos que la encuesta dietética desempeña un papel destacado para detectar y corregir de forma precoz los déficit nutricionales en nuestros pacientes La encuesta dietética cuantitativa requiere un importante esfuerzo por parte del paciente y del personal sanitario: recogida de alimentos ingeridos, de su cantidad y forma de preparación; análisis individualizado de su composición en proteínas y calorías. Por este motivo, supone una importante carga de trabajo y su realización queda limitada habitualmente a revisiones periódicas. La realización de la encuesta cualitativa es mucho más sencilla y rápida, pudiendo realizarse de forma repetida en distintas sesiones de diálisis. En nuestro trabajo, la utilización de una encuesta cualitativa con 7 variables nos permite detectar a los pacientes con pobre ingesta, contrastando estos datos con una encuesta cuantitativa realizada de forma simultánea. Podemos concluir que la encuesta cualitativa se correlaciona bien con la encuesta cuantitativa ofreciéndonos una valiosa información. Su realización es más sencilla y rápida, pudiendo incluirse en la actividad cotidiana de enfermería nefrológica. Su elaboración de forma repetida nos permitiría detectar precozmente los déficits alimentarios de nuestros pacientes, pudiendo así buscar sus causas y tratar de corregirlas antes de que lleguen a la desnutrición. BIBLIOGRAFÍA 1 Checa F. Pudillo S, Ramírez ML, Becerra F, Moral MA. La desnutrición calórico proteica es frecuente en pacientes en hemodiálisis periódica. Enf. Nefrol 1:17-21, 1998. 2 Lou LM, Pérez Pérez J, Sanz París A, Alvarez Lipe R, García Escribano I, Martín Marín F, Cebollada J, Gutiérrez Colón JA. Análisis simultáneo de los factores pronósticos de mortalidad en hemodiálisis periódica. Nefrología 18:67-74, 1998. 3 Marcén R, Gámez C, De la Cal MA y Grupo Cooperativo de Nutrición en Hemodiálisis II. Prevalencia de malnutrición proteico-calórica en enfermos en hemodiálisis periódica. Nefrología 14 (supl.2):36-43, 1994. 4 Halter HR. Review of significant findings from the National Cooperative Dialysis Student and recommendations. Kidney Int 23 (supl 13): S107-S112, 1993. 5 Quemada M, Sánchez-Casajús A. Consumo alimentario de los enfermos en hemodiálisis. Nefrología 15 (supl. 2):73-80, 1994. 6 Malaix Verdú J, Marías Almendros M. Tabla de composición de alimentos españoles. Granada. Universidad de Granada. Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos, 1998. 7 Guigoz Y, Vellas B, Garry PJ. Mini Nutritional Assessment: A practical assessment tool for grading the nutritional state of elderly patients. Facts and Research in Gerontology supl. 2:15-59, 1994. 8 Burrowes JD, Powers SN, Cockram DB, McLeroy SL, Dwyer JT, Cunniff PJ, Paranandi L, Kusec JW. Use on an Appetite and Diet Assessment Tool in the Pilot Phase of a Hemodialysis Clinical Trial: Mortality and Morbidity in Hemodialisys Study. J Renal Nutr 6:229-232, 1996. 9 Iseki K, Kawazoe N, Fukiyama K. Serum albumin is a strong predictor of death in cronic dialysis patients. Kidney Int 44:115-119, 1993. 10 Sancho M, Antorán MD, De la Fuente C, Piazuelo S, Bosque P. Análisis del estado nutricional e ingesta alimentaria de los pacientes en hemodiálisis periódica. Enf. Nefrol. 6:7-12, 1999. 11 Antorán MD, De la Fuente CJ, Piazuelo S, Sorribas M, Pitarque L, Llorens R, Lou LM. Ingesta alimentaria y utilidad de los suplementos nutricionales en hemodiálisis periódica. Enf. Nefro. 14:14-19, 2001. La visita domiciliaria: Herramienta fundamental para la Diálisis Peritoneal Alex Andújar. Paqui Gruart. Ferran Vilarnau. José Andujar Hospital “Princeps d’Espanya” CSUB. L’Hospitalet de Llobregat. Barcelona PALABRAS CLAVE: DIÁLISIS PERITONEAL, VISITA DOMICILIARIA KEY WORDS: PERITONEAL DIALYSIS, HOME VISIT RESUMEN La Diálisis Peritoneal (DP) es un tratamiento ambulatorio sustitutivo de la función renal por el que el paciente, una vez ha adquirido conocimientos suficientes en el hospital, es capaz de realizar el autocuidado en su domicilio. El conocimiento del entorno del paciente es imprescindible, tanto para el aprendizaje como en la instauración del tratamiento. El objetivo del trabajo es evaluar la necesidad de la visita domiciliaria como instrumento fundamental en el tratamiento de Diálisis Peritoneal a la hora de valorar el entorno. Realizamos una encuesta (E), en el hospital, a todos los pacientes que estaban en programa de DP en diciembre del 2000 y a los que iniciaron la técnica hasta marzo del 2001. Pasados unos meses, durante una Visita Domiciliaria (VD) a la casa del paciente, el enfermero/ a responsable realizó una observación directa de todos los parámetros contemplados en la encuesta. La valoración realizada por el paciente y por el enfermeros/a diferían; las diferencias más evidentes se encontraron en el apartado iluminación y lugar dónde se realiza la DP. HOME VISITS: A BASIC TOOL FORPERITONEAL DIALYSIS Peritoneal dialysis is a home-based treatment in which the patient, once properly trained, can follow up the treatment at home. Knowledge of the patient´s environment is essential for the training and implementation of the treatment. The aim of this study was to look at the need of the home visit as a tool for the evaluation of the patient´s environment. We gave a hospital-based questionnaire to all patients under peritoneal haemodialysis in December 2000 and those who were enrolled in the programme up to March 2001. After some months we performed a home visit. Nursing staff carried out a direct observation of all questionnaire parameters. The scores obtained by the patient and by the nurse were different in two items: lighting and place were peritoneal dialysisis performed. INTRODUCCIÓN La Diálisis Peritoneal es un tratamiento sustitutivo de la función renal ambulatorio es decir, que los autocuidados que se derivan de este tratamiento suelen hacerse fuera del hospital, una vez que el paciente/ cuidador ha adquirido los conocimientos suficientes para llevarlo a cabo. Durante la educación que se hace al paciente y/o cuidador, entre otras, se explica y pactan las condiciones ideales que deberá mantenerse en el lugar escogido de su casa, para hacer los recambios peritoneales. Se recomienda: • Una habitación con correcta iluminación y ventilación ya que generalmente estos pacientes padecen de patologías visuales • Que sea fácil de limpiar, por lo que deberá contener los muebles imprescindibles y así evitar el acumulo de polvo. • Que mantenga un grado de intimidad, con puertas y ventanas. • Que puedan hacerse los recambios cómodamente y sin prisas. • Que se evite la presencia de otras personas • Evitar la entrada de los animales domésticos, si los hay. • Que no contenga moquetas, alfombras y cortinas que no puedan limpiarse convenientemente • El almacenaje del material debe ser en sitio seco a temperatura ambiente, que no tenga sol directo. Si precisa almacenar el material en la misma habitación de los intercambios, deberá ubicarse dentro de un armario para evitar el polvo en el embalaje. Como han demostrado otros autores la visita domiciliaria, es fundamental antes de la instauración del tratamiento para valorar el entorno y adecuar la técnica También es necesaria para aconsejar sobre la ubicación del material, detectar necesidades y evaluar las capacidades del paciente y del familiar que debe asumir el rol de cuidador. Una vez el paciente ha adquirido los conocimientos necesarios para su autocuidado, la visita domiciliaria ayuda a amortiguar la angustia que puede provocar el inicio del tratamiento. Además la VD puede ayudar a evitar que el paciente realice cambios en los protocolos que puedan causar complicaciones y siempre que sea necesario dar el apoyo familiar tantas veces demandado, evitando así, los desplazamientos al hospital. El conocimiento del entorno del paciente por parte del educador, es imprescindible tanto a la hora del aprendizaje como en la instauración y seguimiento del tratamiento, puesto que una observación directa facilita la comprensión y la adecuación de lo que se está hablando, ya que “No todo lo que se explica, sin ver, tiene el mismo sentido para los que lo oyen”. OBJETIVO El objetivo del estudio es reforzar la necesidad de la VD como instrumento a la hora de valorar la situación real del domicilio. PACIENTES Y MÉTODOS Realizamos una encuesta (E), en el hospital, a todos los pacientes que estaban en programa de DP en diciembre del 2000 y a los que iniciaron la técnica hasta marzo del 2001. Pasados unos meses, durante una Visita Domiciliaria (VD) a la casa del paciente, el enfermero/a responsable realizó una observación directa de todos los parámetros contemplados en la encuesta, cabe destacar que todos los pacientes encuestados habían finalizado el aprendizaje, por lo que conocían las normas de cómo debía ser el lugar idóneo para los intercambios. De los 28 pacientes del programa finalizaron el estudio 19, 10 mujeres y 9 hombres, (3 por traslado, 2 por trasplante renal, 1 en residencia geriátrica, 2 por negación y 1 exitus ). La edad media de los pacientes al inicio de la DP era de 54’5 años (19 a. – 81 a.) con una permanencia media en el tratamiento de 16’54 meses (1 m. – 41 m.), todos vivían acompañados y recibían apoyo familiar . La encuesta consta de 4 apartados (“vivienda”, “lugar donde se realiza la DP”, “almacenaje material”, “entorno familiar”) con diversos ítem cada uno, de observación directa y que se valoran numéricamente según grado de importancia para la óptima realización de la técnica, siendo la máxima puntuación 9,25 ya que el apartado “entorno familiar”, con puntuación de 0,75, no se consideró para este estudio puesto que, además de ser una valoración subjetiva, no es valorable para nuestro objetivo. El tratamiento estadístico de los resultados se realizó con el programa SPSS. RESULTADOS La comparación de los resultados obtenidos de las respuestas de los pacientes y de los enfermeros/as, cabe destacar: En el apartado “vivienda” (Tabla 1) solo existe diferencia en el concepto “iluminación”, 18 pacientes contestan que la iluminación es correcta, mientras que en visita domiciliaria se constata que solamente lo era en el domicilio de 16 pacientes. Las diferencias más significativas encontradas en el apartado “lugar donde realiza la DP” (Tabla 2) fueron: A) VIVIENDA Correcta Incorrecta Iluminación Ventilación Aspecto Agua corriente Aseo completo Animales domésticos Si Tipo------------------------------------Fuera vivienda Dentro vivienda No Tabla 1: Vivienda. B) LUGAR DONDE REALIZA LA DP: Si No Espacio suficiente Dormitorio del paciente Habitación exclusiva Habitación exclusiva Decoración innecesaria Describir muebles ---------------------------------------------------------------Iluminación correcta incorrecta Ventilación Aspecto limpia sucia Tabla 2: Lugar donde se realiza la DP. 1. “Iluminación del lugar“, que 3 pacientes la consideraron adecuada, mientras que en la visita domiciliaria se comprobó que 7 pacientes no tenían la iluminación necesaria en la habitación, ni siquiera con luz artificial. 2. “Decoración innecesaria”, 2 pacientes habían descrito que tenían excesivos objetos dentro de la habitación, favoreciendo la falta de limpieza; comparándolo con la VD, había realmente 11 pacientes cuya habitación tenía esta característica. 3. “Corrientes de aire”, 2 pacientes situaban el lugar de las conexiones en línea directa entre la puerta y la ventana, siendo 3 los pacientes en la observación directa de la VD. En el tercer apartado “almacenamiento del material” no hay diferencias significativas entre la encuesta y la observación directa de la VD, solo resaltar que 4 pacientes hacen sus intercambios peritoneales en el mismo lugar donde almacenan el material, tapando éste con una sábana y cambiándola 2-3 veces a la semana. DISCUSIÓN Y CONCLUSIÓN A la vista de los resultados, creemos que la visita “in situ” antes de la instauración del tratamiento en el domicilio, además del apoyo que se ofrece al paciente/ familia, ayuda a la correcta distribución y realización de los recambios peritoneales, evitando entre otros, las potenciales complicaciones que pueden derivarse por la falta de higiene. El dialogo entre dos interlocutores deben tener un punto de referencia conocido, por lo que para dar las explicaciones del plan educacional en cuanto a la distribución del material y las condiciones del lugar de los intercambios. En conclusión, la visita domiciliaria es necesaria para el conocimiento del entorno del paciente y así integrar la práctica de la DP en su vida cotidiana. BIBLIOGRAFÍA • Perez T, Bermudez C, Portela L et al. La visita como instrumento necesario en un programa de diálisis domiciliaria. En: Libro de Comunicaciones del XXV Congreso Nacional de Sociedad Española de Enfermería Nefrológica. Oviedo, 2000; 101–107. • Gruart F. Atención de enfermería en la Diálisis Peritoneal. En: Andreu L, Force E. 500 cuestiones que plantea el cuidado del enfermo renal. 2ª Edición. Barcelona: Masson, 2001; 189 – 234. • Castro MJ, Sanchez S, Celadilla O, Martinez MV. La Enfermería y la Diálisis Peritoneal: Enseñanza de la DP. En: J. Montenegro, J. Olivares. La Diálisis Peritoneal. Madrid: DIBE SL, 1999; 7: 181 - 199. • Galindo, M.J. Rovira, M. Tejuca, V. Martinez, T. Aterido, et al. Visita domiciliaria. Necesidad o conveniencia. V Jornada de Enfermería de Diálisis Peritoneal. Enfermería 99. Fresenius Medical Care. • Lagaron L, Hervada I, Murgueza J, Valledor G, Bello M, Pazos A. Visita domiciliaria en DPAC. Experiencia de 10 años. En: Libro de comunicaciones del XXIII Congreso de la Sociedad Española de Enfermería Nefrológica. Santander. Octubre, 1997; pag. 1180. • Tejuca M, Gallardo P. Visita domiciliaria en DPCA. Nuestra experiencia de 7 años. En: Libro de Comunicaciones del XX Congreso de la Sociedad Española de Enfermería Nefrológica. Granada. Octubre, 1995; 118 – 121. Índices Bibliográficos Enriqueta Force Relación de artículos de interés extraídos de las bases de datos CINAHL y Medline del año 2002 • Harwood L, Wilson, B. Continuing education series.Charcot foot: implications for nephrology nurses. CANNT-J 2002 Oct-Dec; 12(4): 24-9. • Lawrence Murphy JA, Tereschyn S, Zimmerman, D.Corporate award winner: case success with midodrine for intradialytic hypotension. CANNT-J 2002 Oct- Dec; 12(4): 19-23. • Ennis L. Renal anaemia in children: the role of the specialist nurse. Paediatr Nurs 2002 Sep; 14(7):24-7. • Marti Monros A. Enjoying another European experience and meeting EDTNA/ERCA colleagues. EDTNAERCA J 2002 Jul-Sep; 28(3):106. • Hurst J. The role of the renal specialist nurse in prevention of renal failure. EDTNA-ERCA J 2002 Jul- Sep; 28(3):138-40. • Thomas N, Mahon A. Unstable diabetes and peritoneal dialysis — what are the challenges? EDTNA-ERCA J 2002 Apr-Jun; 28(2):89-90. • Marchant K. The renal diabetic nurse specialist... a luxury or an essential player? EDTNA-ERCA J 2002 Apr-Jun; 28(2):67-9. • Waterhouse D. Vascular access: a role for a renal nurse clinician. EDTNA-ERCA J 2002 Apr-Jun; 28(2):646. • Davenport A, Mehta S. The Acute Dialysis Quality Initiative — part VI: access and anticoagulation in CRRT. Adv Ren Replace Ther 2002 Oct; 9(4):273- 81. • Palevsky PM, Bunchman T, Tetta C. The Acute Dialysis Quality Initiative — part V: operational characteristics of CRRT. Adv Ren Replace Ther 2002 Oct; 9(4):268-72. • Clark WR, Leblanc M, Levin NW. The Acute Dialysis Quality Initiative — part IV: membranes for CRRT. Adv Ren Replace Ther 2002 Oct; 9(4):265-7. • Paganini EP, Depner T, Wensley D. The Acute Dialysis Quality Initiative — part III: solute control (treatment dose). Adv Ren Replace Ther 2002 Oct; 9(4):260-4. • Bellomo R, Angus D, Star RA. The Acute Dialysis Quality Initiative — part II: patient selection for CRRT. Adv Ren Replace Ther 2002 Oct; 9(4):255-9. • Gibney RTN, Kimmel PL, Lazarus M. The Acute Dialysis Quality Initiative — part 1: definitions and reporting of CRRT techniques. Adv Ren Replace Ther 2002 Oct; 9(4):252-4. • Ronco C, Bellomo R, Kellum JA. Continuous renal replacement therapy: opinions and evidence. Adv Ren Replace Ther 2002 Oct; 9(4):229-44. • Ashwanden C. The effects of acute renal failure in the family. EDTNA-ERCA J 2002; (Suppl 2):56-8. • Fischer P. Nursing care plan for renal patients following the Krohwinkel model. EDTNA-ERCA J 2002;(Suppl 2):46-53. • Martin RK. Who should manage continuous renal replacement in the intensive care setting? A nursing viewpoint. EDTNA-ERCA J 2002; (Suppl 2):43-5. • Draper H. Ethical aspects of withdrawing/withholding renal replacement therapies on patients in acute renal failure in an intensive care unit. EDTNA-ERCA J 2002; (Suppl 2):39-42. • Kalra PA. Early management and prevention of acute renal failure. EDTNA-ERCA J 2002; (Suppl 2):34-8. • De Vos J. Anticoagulation therapy in acute renal failure extracorporeal treated patients. EDTNA-ERCA J 2002; (Suppl 2):30-3. • Proesmans W. Acute renal failure in childhood. EDTNA- ERCA J 2002; (Suppl 2):26-9. • Gaspar LJR, Moreira NM, Moutinho AA, Pinto PJM, Lima HB. Continuous renal replacement therapies. EDTNA-ERCA J 2002; (Suppl 2):19-22. • Ronco C, Ricci Z, Bellomo R. Importance of increased ultrafiltration volume and impact on mortality: sepsis and cytokine story and the role for CVVH. EDTNA-ERCA J 2002; (Suppl 2):13-8. • Ronco C, Belomo R, Homel P, Brendolan A, Dan M, Piccini P, La Greca G. ffects of different doses in continuous veno-venous haemofiltration on outcomes of acute renal failure: a prospective randomised trial. EDTNA-ERCA J 2002; (Suppl 2):7-12. • Amato RL. Clinical consult. The link between dialysate and chronic inflammatory disease in hemodialysis. Nephrol Nurs J 2002 Oct; 29(5):490-2. • Breiterman White R. Educational supplement. Timely correction of anemia at the initiation of dialysis: case study of the anemic patient. Nephrol Nurs J 2002 Oct; 29(5):469-72. • Bliss DE. Calciphylaxis: what nurses need to know. Nephrol Nurs J 2002 Oct; 29(5):433-8. • Mitchell S. Estimated dry weight (EDW): aiming for accuracy. Nephrol Nurs J 2002 Oct; 29(5):421-30 • Mitchell MG. Patient-focused care on a complex continuing care dialysis unit: Rose’s story. CANNT J 2002 Jul-Sep; 12(3):48-9. • Meers C. Continuing education series. Ultrafiltration and dialysate sodium profiling: choosing the optimal therapy for your patients CANNT J 2002 Jul-Sep; 12(3):33-9. • Sima C, Deschenes D. Hemodialysis educational tool: is it feasible?... “An educational tool for the care of the hemodialysis patient admitted to an acute care hospital” by Daniel Deschenes. CANNT J 2002 Jul- Sep; 12(3):8. • Shallcross J. Nursing management of patients for greater renal transplant success. Prof Nurse 2002 Aug; 17(12):725-8. • Dinwiddie LC. Clinical consult. Interventions to promote fistula maturation. Nephrol Nurs J 2002 Aug; 29(4):377-402. • Compton A, Provenzano R, Jonson CA. The nephrology nurses’ role in improved care of patients with chronic kidney disease. Nephrol Nurs J 2002 Aug; 29(4):331-6. • Pratt O. A critical analysis of the value of symptom models for managing chronic fatigue in patients with end stage renal disease. CANNT J 2002 Apr-Jun; 12(2):14-20. • Gelmez M, Ak_aoglu T, Utkucu U. Effect of integrated education on nurses’ knowledge of haemodialysis vascular access. EDTNA ERCA J 2002 Jan-Mar; 28(1):33-5. • Lunts P. Improving care and efficiency: appointment times in a haemodialysis unit. EDTNA ERCA J 2002 Jan-Mar; 28(1):7-10. • Colaneri J. Case study. Nursing management of a renal transplant recipient with premature graft loss. Nephrol Nurs J 2002 Jun; 29(3):301-2. • Ehlers SE. Financial aspects of organ transplantation. Nephrol Nurs J 2002 Jun; 29(3):285-91. • Neyhart CD. The patient with progressive renal insufficiency and a failing renal transplant: a unique practice challenge. Nephrol Nurs J 2002 Jun; 29(3):227-43. • Butler KG. Educational supplement. Hemoglobin levels, cardiovascular disease, and left ventricular hypertrophy in patients with chronic kidney disease: case study of the anemic patient. Nephrol Nurs J 2002 Apr; 29(2):189-92. • Freitas T. Nursing experience with daily dialysis at El Camino Hospital. Nephrol Nurs J 2002 Apr; 29(2): 167-9. • Chmielewski C. Medication review. ARANESP (darbepoetin alfa): a new erythropoiesis-stimulating protein. Nephrol Nurs J 2002 Feb; 29(1):67-8. • Deziel SM. Educational supplement. Hyporesponse to Epoetin alfa: patients at risk: case study of the anemic patient. Nephrol Nurs J 2002 Feb; 29(1):60-3 • Haynes BJ, Quarles AW, Vavrinchik J, White J, Pedan A. The LIFESITE Hemodialysis Access System: implications for the nephrology nurse. Nephrol Nurs J 2002 Feb; 29(1):27-33. • Palmieri PA. Obstructive nephropathy: pathophysiology, diagnosis, and collaborative management. Nephrol Nurs J 2002 Feb; 29(1):15-23. • Akyolcu N. Patient education in renal transplantation. EDTNA ERCA J 2002 Oct-Dec; 28(4):176-9. • Theelen B, Rorive G, Krzesinski JM, Collart F. Belgian peer review experience on the Achille’s Heel in haemodialysis care: vascular access. EDTNA ERCA J 2002 Oct-Dec; 28(4):164-6. • Headley CM, Wall B. ESRD-associated cutaneous manifestations in a hemodialysis population. Nephrol Nurs J 2002 Dec; 29(6):525-7. • Hardstaff R, Green K, Talbot D. Noncompliance postrenal transplantation: measuring the extent of the problem using electronic surveillance and nurse practitioner interviews. Transplant Proc 2002 Aug; 34(5):1608. • Piccoli GB, Bermond F, Mezza E, Quaglia M, Pacitti A, Jeantet A, Segoloni GP. Home hemodialysis. Revival of a superior dialysis treatment. Nephron 2002 Oct; 92(2):324-32. • Agraharkar M, Barclay C, Agraharkar A. Staff-assisted home hemodialysis in debilitated or terminally ill patients. Int Urol Nephrol 2002; 33(1):139-44. • Counts C, Holmes KT. Clinical research: we can make a difference. Nephrol Nurs J 2002 Oct; 29(5):506 • Bell J, Ross K. Kidney transplant recipient referral and evaluation. Nephrol Nurs J 2002 Oct; 29(5):477-9. • Breiterman-White R. Timely correction of anemia at the initiation of dialysis. Case study of the anemic patient. Nephrol Nurs J 2002 Oct; 29(5):469-72. • Mitchell S. Estimated dry weight (EDW): aiming for accuracy. Nephrol Nurs J 2002 Oct;29(5):421-8. • Nix W. A survey/Part 2. What are the important issues for the dialysis nurse today?. Nephrol News Issues. 2002 Oct; 16(11):41-3. • Sima C. Hemodialysis educational tool: is it feasible? CANNT J 2002 Jul-Sep; 12(3):8. • Dinwiddie LC. Interventions to promote fistula maturation. Nephrol Nurs J 2002 Aug; 29(4):377. • Martin-McDonald K, Biernoff D. Initiation into a dialysis-dependent life: an examination of rites of passage. Nephrol Nurs J 2002 Aug; 29(4):347-52. • Keogh AM, Macefield J. The use of clinical reasoning Jul-Sep; 28(3):151-2. • Auer J. Dialysis—a family matter. A personal tribute to the relatives of kidney patients. EDTNA ERCA J 2002 Jul-Sep; 28(3):141-4. • Hinkin J. Hand decontamination: what interventions improve compliance?. EDTNA ERCA J 2002 JulSep;28(3):134-7. • Fliser D. Renal replacement therapy in the intensive care unit with a single-pass batch system. EDTNA ERCA J 2002; Suppl 2:8. • Fischer P. Nursing care plan for renal patients following the Krohwinkel model. EDTNA ERCA J 2002; Suppl 2:46-53. • Van Waeleghem JP. Vascular access in acute renal failure. EDTNA ERCA J 2002; Suppl 2:23-5. • Wofford S. Care and maintenance of hemodialysis catheters and subcutaneous vascular access devices— a nurse’s perspective. Nephrol News Issues 2002 Aug; 16(9):27-3. • Walsh AM. Management of a pregnant woman dependent on haemodialysis. EDTNA ERCA J 2002 AprJun; 28(2):91-4. • Thomas N, Mahon A. Unstable diabetes and peritoneal dialysis—what are the challenges?. EDTNA ERCA J 2002 Apr-Jun; 28(2):89-90. • de la Cruz Martinez MT, Hernandez MJ. Self adhesive dressing pouch for the protection of catheters. EDTNA ERCA J 2002 Apr-Jun; 28(2):70-1. • Waterhouse D. Vascular access: a role for a renal nurse clinician. EDTNA ERCA J 2002 Apr-Jun; 28(2):64-6. • Idelson C. Deskilling battle heats up in California. Revolution2002 Jul-Aug; 3(4):4-5. • Colaneri J. Nursing management of a renal transplant recipient with premature graft loss. Nephrol Nurs J 2002 Jun; 29(3):301-2. • Reece SM, Harden PN. Smith AG, Ramsay HM. A model for nurse-led skin cancer surveillance following renal transplantation. Nephrol Nurs J 2002 Jun; 29(3):257-9. • Weiskittel PD. Polyoma virus in renal transplant recipients. Nephrol Nurs J. 2002 Jun; 29(3):247-50. • Neyhart CD. The patients with progressive renal insufficiency and a failing renal transplant: a unique practice challenge. Nephrol Nurs J. 2002 Jun; 29(3):227-40 • Pratt O. A critical analysis of the value of symptom models for managing chronic fatigue in patients with end stage renal disease. CANNT J 2002 Apr-Jun; 12(2):14-20. • Bednar B, Steinman TI, Street J. Changing the operating structure in. Nephrol News Issues 2002 Jul; 16(8):25-8. • Pool R. Korus M. Pediatric kidney transplantation: growth, development, and nursing implications. Prog Transplant 2002 Jun; 12(2):129-35. • Brouwer D. Directing care for the vascular access: first steps. Nephrol News Issues 2002 May; 16(6):40-1 • Castro MJ, Celadilla O, Munoz I, Martinez V, Minguez M, Auxiliadora Bajo M, del Peso G. Home training experience in peritoneal dialysis patients. EDTNA ERCA J 2002 Jan-Mar; 28(1):36-9. • Gelmez M, Akcaoglu T. Effect of integrated education on nurses’ knowledge of haemodialysis vascular access. EDTNA ERCA J 2002 Jan-Mar; 28(1):33-5 • Schmidt RS. Hypertension in the hemodialysis patient: nursing considerations. Nephrol Nurs J 2002 Feb; 29(1):71-2. • Haynes BJ, Quarles AW, Vavrinchik J, White J, Pedan A. The LifeSite hemodialysis access system: implications for the nephrology nurse. Nephrol Nurs J. 2002 Feb; 29(1):27-33. CASO CLÍNICO Proceso de atención de enfermería en paciente con escara en FAVI María Bustamante Munguira, Raquel Muñoz Marcos, Rosario Ferreira Pascual Centro Renal Valladolid (Kidney SL) Valladolid INTRODUCCIÓN Presentamos el caso de un paciente de 75 años con insuficiencia renal crónica terminal y antecedentes de diabetes mellitus tipo 2, que presentó escara tras realizársele reparación quirúrgica en FAVI húmero- cefálica. La duración global de un acceso vascular no depende sólo de la calidad en su construcción, sino de la prontitud y adecuado tratamiento de sus múltiples complicaciones .Un buen acceso vascular en los pacientes en tratamiento renal sustitutivo, incide positivamente junto con otros factores en la calidad de vida de los mismos. En los pacientes diabéticos es muchas veces un problema, por las calcificaciones arteriales extensas que presentan y la mala situación de sus venas, sin olvidar que por otra parte en el caso de la diabetes tipo 2 son pacientes de edad avanzada (2). La aparición de trastornos tales como infecciones, heridas, reacciones alérgicas y otros, pone en peligro la duración del acceso vascular y, por consiguiente, la calidad del tratamiento recibido, que es uno de los factores que inciden en la calidad de vida de estos pacientes. Escara se define como tejido necrótico en proceso de separación de las partes viables del cuerpo (esfacelo) producido por una quemadura térmica, una aplicación corrosiva o gangrena (3). Las infecciones bacterianas y virales también ocasionan úlceras cutáneas, y uno de los microorganismos aislados con mayor frecuencia es el Streptococcus(4). Las infecciones quizá no sean más frecuentes en los sujetos diabéticos que en los no diabéticos, pero cuando aparecen, tienen tendencia a ser más graves, posiblemente por las alteraciones de la función leucocitaria que suelen acompañar a la diabetes mal compensada Tampoco debemos olvidar que la cirugía es un agente estresante físico y psicológico para cualquier persona. Quienes tienen diabetes mellitus corren riesgos adicionales, estando en mayor riesgo de: infección, trastornos en la curación de las heridas, complicaciones relacionadas con la edad (muchas personas con diabetes son ancianos) y complicaciones postquirúrgicas debidas a cambios macrovasculares y microvasculares( Hemos elegido el Proceso de Enfermería (PE) como el proceso terapéutico enfermero para la resolución de problemas de salud reales o potenciales. El PE es un método sistemático y racional de planificación y de prestación individualizada de los cuidados de enfermería, y se caracteriza por tener una validez universal, ser cíclico y dinámico, interpersonal y de colaboración, y se centra en el paciente. El PE consta de 5 etapas en las que existe una interacción constante durante la actuación profesional. Dichas etapas son: • Recogida y selección de datos • Diagnóstico de Enfermería • Planificación • Ejecución • Evaluación Los objetivos del PE son descubrir las necesidades reales o potenciales de los cuidados del cliente, crear estrategias que satisfagan las necesidades identificadas, y prestar y evaluar las intervenciones propias de la enfermera para cubrir esas necesidades PROCESO DE ENFERMERÍA RECOGIDA Y SELECCIÓN DE DATOS Iniciamos el PE el día 20 de febrero de 2002, coincidiendo con la primera diálisis del paciente en nuestro centro. Varón de 75 años de edad, exfumador y exbebedor, con antecedentes de diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, hiperuricemia, hipertrofia de próstata, dislipemia, litiasis renal y cardiopatía isquémica (angina inestable). Diagnosticado de insuficiencia renal crónica secundaria a nefropatía diabética, controlado en consultas de nefrología desde febrero de 2001. Comienza tratamiento renal sustitutivo en nuestro centro siendo portador de acceso vascular permanente (fístula arteriovenosa en fosa antecubital; humero-cefálica izquierda), y de acceso vascular temporal (catéter transvenoso central colocado por vía femoral). Se emplea para realizar la hemodiálisis el catéter femoral, ya que la fístula, realizada en julio de 2001, se reparó por el servicio de cirugía vascular el día 8 de febrero de 2002, realizándose resección y transposición proximal de vena cefálica en arteria humeral, ya que al comenzar en Hemodiálisis, el día 2 de febrero de 2002 se produjo fallo de la misma. En el momento de iniciar el PE el acceso vascular permanente presentaba escara con pérdida de sustancia y signos de infección. DIAGNÓSTICOS DE ENFERMERÍA El enunciado básico del diagnóstico de enfermería en 3 partes se denomina formato PES (problema + etiología + signos y síntomas), encontrándonos en nuestro caso con los siguientes diagnósticos: 1. Alteración real de la integridad de la piel relacionado con proceso quirúrgico, y que se manifiesta con escara con pérdida de sustancia. 2. Alteración de la protección y seguridad en relación con proceso infeccioso, que se manifiesta con tumefacción, eritema y secreción. 3. Alteración potencial de la supervivencia del acceso vascular en relación con proceso necrótico, que se manifiesta por disfunción temporal. Debemos reseñar además que el paciente presentaba unos hábitos higiénico-dietéticos inadecuados y déficit en la capacidad cognitiva. PLANIFICACIÓN En esta etapa, en base a los diagnósticos, se establecieron prioridades y objetivos, y una serie de medidas a tomar: 1. Alteración real de la integridad de la piel relacionado con proceso quirúrgico, y que se manifiesta con escara con pérdida de sustancia. Objetivo: El paciente restablecerá la integridad de la piel en 2 meses. Actividades: -Realización de curas diarias según protocolo médico: sobre campo estéril, la enfermera ayudada por una auxiliar y provista de mascarilla y guantes estériles, realiza lavado de arrastre con suero fisiológico, desinfección de la zona con povidona yodada y aplicación de tulgrasum cicatrizante, cubriéndolo con apósito estéril. 2. Alteración de la protección y seguridad en relación con proceso infeccioso, que se manifiesta con tumefacción, eritema y secreción. Objetivo: El paciente no presentará infección en un mes. Actividades: - Realización de curas diarias según protocolo - Vigilancia de la temperatura corporal pre y posthemodiálisis. - Vigilancia del estado del acceso vascular (signos de infección) - Administración de antibioterapia sistémica, un gramo de Vancomicina posthemodiálisis en 250 ml de suero fisiológico, a pasar en al menos 1 hora. (2 dosis) - Recomendación al paciente para que mantenga la herida tapada. 3. Alteración potencial de la supervivencia del acceso vascular en relación con proceso necrótico, que se manifiesta por disfunción temporal. Objetivo: Resolución total de la escara. Actividades: - Todas las actividades anteriormente mencionadas. - Vigilancia, por parte del personal sanitario y del propio paciente, del funcionamiento del acceso vascular (presencia de thrill, soplo y latido) y del estado del mismo (signos y síntomas de infección). EJECUCIÓN En esta etapa se llevaron a cabo todas las actividades anteriormente establecidas para la consecución de los objetivos fijados. EVALUACIÓN Tras la puesta en marcha del plan de cuidados, se logró alcanzar el objetivo fijado en la alteración de la protección y seguridad, ya que en un mes se resolvió la infección. También se alcanzó el objetivo marcado para la alteración potencial de la supervivencia del acceso vascular, puesto que tras la limpieza quirúrgica fue posible utilizar el acceso, dializándose en la actualidad a través del mismo. Aunque la integridad de la piel se restableció al mes de comenzar el tratamiento (15/3/02) fue necesario el ingreso para realizarle limpieza de la escara con despegamiento de piel, colgajo de desplazamiento y drenaje de Penrose. EVOLUCIÓN DEL PROBLEMA DEL ACCESO VASCULAR Ante la presencia en nuestra unidad de un paciente de 75 años con escara en fístula húmerocefálica, tras realizársele reparación quirúrgica, elegimos el Proceso de Enfermería como el proceso terapéutico enfermero para la resolución de problemas de salud reales o potenciales. Se diagnosticaron tres problemas, y en base a ellos se establecieron una serie de objetivos, y se llevaron a cabo medidas para la resolución de los problemas. Hasta su consecución el paciente se dializó a través de catéter temporal en femoral. Al inicio del PE el paciente presentaba pérdida de sustancia con tejido necrótico , con signos y síntomas de infección, lo que potencialmente ponía en peligro la supervivencia del acceso vascular. Aproximadamente al mes de comenzar el PE , tras realizar curas diarias según protocolo y administrar antibioterapia (medidas adoptadas), el tejido necrótico ya no estaba presente en el acceso, y los signos y síntomas de infección se resolvieron (Figura 1). Sin embargo, para restablecer totalmente la integridad de la piel, fue necesario el ingreso del paciente para realizarle limpieza quirúrgica de la escara, con despegamiento de piel y colgajo de desplazamiento, con lo que se consiguió asegurar la supervivencia del acceso vascular, pudiéndose realizar, posteriormente, las sesiones de hemodiálisis a través del mismo. BIBLIOGRAFÍA 1 Polo JR, Echenagusia A. Accesos vasculares para hemodiálisis. En: F. Valderrábano. Tratado de hemodiálisis. Ed. Médica JIMS, 1999:137. 2 Lin S-L, Huang Eh-H, Chen H-S, Hsu W-A, Yen Ch-J, Yen T-S. Effects on age and diabetes on blood flow rate and primary outcome of newly created hemodialysis arteriovenous fistulas. Am J. Nephrol 1998; 18 :96-100. 3 Dorland. Diccionario enciclopédico ilustrado de medicina. Madrid: Mc. Graw-Hill. Interamericana, 1992. 4 Boloquia J L, Braverman IM. Manifestaciones cutáneas de enfermedades sistémicas. En: Harrison. Principios de Medicina Interna. Ed. Mc.Graw-Hill. Interamericana, 1998. 5 Foster DW. Diabetes Mellitus. En: Harrison. Principios de Medicina Interna. Ed. Mc Graw- Hill. Interamericana, 1998. 6 Blevins D, Cassmeyer VL. El paciente con diabetes mellitus. En: Enfermería Médico-quirúrgica. Un enfoque del proceso de enfermería. Ed. Harcourt, 1999. 7 Kozier B, Erb G, Blais K, Wilkinson JM. Valoración En: Fundamentos de enfermería. Conceptos, proceso y práctica. Ed. Mc Graw-Hill. Interamericana, 1999. CASO CLÍNICO Guillain-Barré trasplantado en un enfermo Rosana Mateos Hernández, Sara Matías González, Ana Porras Porras, Cristina Mateos Hernández, Sebastiana Martín Notario Servicio Nefrología. Hospital Clínico Universitario. Salamanca INTRODUCCIÓN La aparición de este caso del Síndrome de Guillain- Barré (GBS) en la unidad de Nefrología del Hospital Clínico Universitario de Salamanca, nos ha motivado a realizar este estudio, ya que teníamos una escasa información sobre este síndrome y el paciente presentaba además otras complicaciones clínicas como la inmunosupresión post-trasplante y alteraciones genéticas, que convirtieron el síndrome en algo definitivo. Este síndrome neurológico se manifiesta con impotencia funcional y progresiva debilidad muscular. Nadie conoce aún por qué el GBS afecta a algunas personas y a otras no, ni nadie sabe qué es lo que desencadena exactamente esta enfermedad. En este caso clínico presentamos a un varón de 43 años nefrópata que acudió al servicio de Urgencias por presentar dolor en cintura pelviana y EEII con calambres frecuentes. Tras descartar una posible rabdomiolisis por sobreesfuerzo físico se sospechó por la sintomatología, que podría tratarse de un síndrome del Guillain-Barré. El GBS o polineuropatía desmielinizante idiopática inflamatoria aguda es un trastorno en el que el sistema inmunológico ataca a parte del sistema nervioso periférico. Caracterizado por una progresiva debilidad y arreflexia del músculo, con remisión espontánea generalmente. El GBS suele ocurrir unos cuantos días o una semana después de que el paciente haya tenido síntomas de una infección viral respiratoria o gastrointestinal. Ocasionalmente una cirugía o una vacuna pueden desencadenar el síndrome, así como algunos procesos infecciosos sistémicos como el Epstein Barr, citomegalovirus, campilobacterias y recientemente el síndrome de inmunodeficiencia adquirida. En el GBS el sistema inmunológico comienza a destruir la cobertura de mielina que rodea a los axones de muchos nervios periféricos, o incluso a los propios axones. Los nervios no pueden transmitir señales con eficiencia, por ello, los músculos comienzan a perder su capacidad de responder a los mandatos del cerebro. Debido a que las señales que van hacia y vienen desde los brazos y las piernas han de recorrer largas distancias, son las más vulnerables a interrupción, por tanto las debilidades musculares y las sensaciones de cosquilleo aparecen inicialmente en las manos y en los pies y progresan hacia arriba. Esta patología se puede presentar de una forma aguda, recurrente o crónica. Algunas personas tienen un único brote que dura varios meses, o incluso varios años, después del cual tienen una recuperación espontánea. Otros padecen varios brotes entre los que se dan recuperaciones o remisiones espontáneas. Sin embargo, algunos enfermos quedan severamente afectados e incapacitados y puede que dependan de una silla de ruedas o estar, incluso, encamados. Sólo hay un pequeño grupo de desafortunados en los que la patología continua progresando sin remisión. DIAGNÓSTICO Los criterios esenciales para un diagnóstico positivo de GSB se basan en las manifestaciones clínicas como la debilidad progresiva y la pérdida de reflejos. Las pruebas diagnósticas que confirman el diagnóstico son: • Punción lumbar: aumento proteínas en el LCR • Electromiograma (EMG): test de conducción nerviosa. • Resonancia magnética • Biopsia nerviosa TRATAMIENTO Debido al escaso numero de pacientes y a que la mayoría de los métodos de tratamiento son nuevos, existe escasa evidencia de la relativa eficacia de los distintos tratamientos. • Corticoesteroides: prednisona • Inmunosupresores: azatioprina, ciclofosfamida y ciclosporina. • Plasmaféresis: el proceso se repite varias veces durante 2 semanas y en cada sesión se intercambian 2-3 litros de plasma. • Inmunoglobulina Intravenosa: basada en la administración de anti-autoanticuerpos. • Fisioterapia: juega un papel importante para maximizar el potencial físico del paciente, principalmente cuando la debilidad es el problema predominante. Ante esta situación decidimos elaborar un plan de cuidados adaptado a las necesidades del paciente con Guillain-Barrè, desde el que poder mejorar la calidad de asistencia y proporcionar orientación a los profesionales, ya que el relativo desconocimiento de esta patología genera en el personal de enfermería una sensación de impotencia e inseguridad que se transmite en la falta de información del paciente y sus cuidadores. Disminuyendo esto favorecemos la participación activa del enfermo en sus propios cuidados. Con este trabajo queremos también poner de manifiesto la importancia que tiene ese papel de la enfermería que nos da la identidad, es decir, cuidar y todo lo que esto implica: cercanía, empatía, comprensión y valores humanos. CASO CLÍNICO Paciente con antecedentes de espina bífida, meningocele intervenido a los 2 años de edad e incontinencia urinaria desde siempre. A los 19 años se le diagnostica una insuficiencia renal crónica (IRC) terminal de etiología pielonefrítica y condicionada por infecciones urinarias de repetición. Encontrándose psíquicamente estable, se decide incluirle en el programa de Hemodiálisis periódica. En su historia clínica se reflejan además complicaciones como polineuropatía urémica, shock séptico y 2 traqueotomías por edema laríngeo, una de ellas tras la realización de una paratiroidectomía. En algún momento de los múltiples tratamientos a los que fue sometido a lo largo de su vida, contrajo una Hepatitis C, enfermedad entonces desconocida. En el año 1993, ante la posibilidad de llevar a cabo un trasplante renal, se le realiza un Bricker asegurando la permeabilidad de las vías urinarias. En este mismo año se le implanta el injerto, siendo bien tolerado por el paciente. PRIMERAS MANIFESTACIONES Tras realizar un crucero, el paciente acude a urgencias por presentar los siguientes síntomas: • dolor en cintura pelviana y EEII • calambres frecuentes • sensación febril, aunque temperatura termometrada normal El dolor progresaba en intensidad impidiendo mantener la bipedestación por lo que ingresó en la Unidad de Nefrología. EVOLUCIÓN Dolores en progreso que no remiten con analgesia, siendo más intensos en la extremidad inferior derecha. • Parálisis facial izquierda periférica que afecta al ojo izquierdo • Tetraparesia con mayor afectación de EEII • Leucopenia • Estado febril: Streptococus mitis aislado en hemocultivo y E.coli en orina COMPLICACIONES • Estreñimiento, alucinaciones visuales e intranquilidad nocturna debido a los efectos de la morfina. • Hematoma postraumático en glúteo derecho tras caerse de la cama • Anemia aguda consecuencia del traumatismo • Dolor de estómago y vómitos en poso de café debido a una lesión esofágica provocada por los medicamentos y probablemente potenciada por el estrés. Ante esta situación clínica se establece el plan de cuidados que se presenta a continuación: CUIDADOS DE ENFERMERÍA PROBLEMAS DE ENFERMERÍA OBJETIVOS DE ENFERMERÍA ACTIVIDADES ENFERMERÍA EVALUACIÓN CUIDADOS MÚSCULO – ESQUELÉTICOS Deterioro de movilidad física. r/c trastornos neurológicos El paciente presenta obsesión continua por el cuidado físico debido a que es una persona muy activa y realiza numeroso deporte • Mejorar en la medida de lo posible la coordinación • Evitar complicaciones • Controlar evolución • Cambios posturales fre • Protección de zonas predispuestas a ulcerarse • Fisioterapia • Evaluación neurológica diaria de extremidades Apenas se consigue mejorar el problema y el deterioro físisco avanza, aunque aumenta la comodidad y adaptación del paciente llevando un buen control de evolución y evitando complicaciones. CUIDADOS ANTE EL DOLOR Dolor: • Aumentar su tolerancia El paciente refiere dolor al dolor, colocación de forma habitual, sobre todo en la EEII derecha • Cambios posturales fisioterapia de almohadas • Apoyo, refuerzos positivos • Se intenta distraer al paciente para que aumente la tolerancia al dolor • Administración de morfina según prescripción médica A medida que se va sintiendo más comprendido y apoyado. conseguimos que tolere mejor y piense en otras Cosas. Como consecuencia de la administración de la morfina, el paciente se muestra hiperactivo y presenta estreñimiento y sequedad de boca. • Relación de confianza • Comunicar comprensión • Apoyar mecanismos de adaptación • Crear ambiente tranquilo La relación de cercanía con el personal de enfermería es una pieza clave para su adaptación, y así se demuestra con los resultados obtenidos. • Fisioterapia respiratoria • Cambios posturales • Hidratación adecuada •Oxigenoterapia prescrita El empeoramiento progresivo y rápido de esta función se ve acentuado por la. ascendente parálisis muscular del síndrome que finalmente le provocará la muerte por una parada cardiorespiratoria CUIDADOS PSIQUIÁTRICOS Ansiedad r/c afrontamiento individual inefectivo: El paciente no asume la enfermedad por el deterioro progresivo y el carácter incapacitante de la misma. Debido a esto manifiesta aprensión, desamparo, nerviosismo, temor, desesperación, irritabilidad, tensión, llanto y actitud crítica hacia los demás • Ayudar al paciente a asumir su enfermedad • Proporcionarle seguridad y bienestar CUIDADOS RESPIRATORIOS Deterioro progresivo de • Mejorar función la función respiratoria respiratoria r/c la pérdida del tono • Evitar infecciones y muscular acumulo de secreciones CUIDADOS DIGESTIVOS Alteración de la • Proporcionarle un • Dieta blanda, evitando Teniendo siempre en nutrición por defecto r/c aporte nutricional exceso de verduras, que cuenta sus gustos y el deterioro de la adecuado y bien toleraba mal porque apetencias, conseguimos deglución. Estreñimiento r/c tratamiento médico tolerado refería producirle gases. que su aporte nutricional • La dieta se refuerza sea más adecuado. con nutrición parenteral Sin embargo, a medida que avanza la enfermedad, se va afectando más la deglución y en la última etapa del síndrome hay que recurrir a la SNG. el • Mejorar la eliminación • Aporte abundante de y el tránsito intestinal líquidos • Variación del tratamiento farmacológico según orden médica. CUIDADOS HEMATOLÓGICOS Anemia r/c hematoma • Facilitar reabsorción • Aumentar aporte de en glúteo derecho del hematoma líquidos provocado por una caída • Vendaje compresivo • Pomadas heparinoides • Transfusiones según prescripción médica Una vez modificada la dosis de morfina se soluciona este problema eventual. Con los cuidados de enfermería se acelera la reabsorción del hematoma y disminuye la anemia CUIDADOS CUTÁNEO - MUCOSOS Afectación de la • Disminuir ulceración • Cura diaria integridad mucosa r/c la de la zona prevenir presencia del estoma infecciones urinario: Presenta una incapacidad para mantener en su sitio el dispositivo colector debido a la ulceración que existe en la zona de adhesión del disco.. Con las curas conseguimos disminuir la ulceración y así. mejora la adhesión del dispositivo colector No aparecen nuevas infecciones Alteración de mucosa • Disminuir sequedad conjuntival por parálisis facial • Lágrimas artificiale • Apósito A pesar de las curas, la sequedad persiste debido a la parálisis facial. y • Protectores labiales • Hidratación adecuada Siente la boca más fresca. Cuando se modifica la dosis de morfina por orden médica debido a este y otros efectos secundarios, la sequedad disminuye notablemente Alteración del estado de • Suavizarle la mucosa labial r/c los refrescarle la boca efectos de la morfina: Presencia de grietas y fisuras por la sequedad CUIDADOS INMUNITARIOS Inmunodeficiencia r/c • Mejorar sistema • Aislamiento invertido tto inmunosupresor post- inmunitario del paciente trasplante • Prevenir infecciones • Toma de muestras para cultivos de forma periódica • Dieta nutritiva y energética que mejore defensas • Control de signos y síntomas que evidencien la existencia deuna infección La alimentación, el aislamiento y el control periódico evitan la aparición de nuevas infecciones • Control de la temperatura corporal • Mantener en equilibrio hidroelectrolítico y evitar deshidratación Se consigue un control corporal bastante constante de su temperatura corporal. Hipertemia r/c inmunosupresión: aisla Escherichia coli cultivo de orina y Estreptococus mitis hemocultivo. la Se en el en CUIDADOS HEPATOBILIARES Alto riesgo de • Prevenir contagios transmisión de Hepatitis C activa • Utilización de medios físicos • Ingesta de líquidos adecuada extremar higiene de los genitales • Antibióticos según prescripción médica • Cuidado en el manejo No se produce ningún del material utilizado caso de contagio. CONCLUSIONES Debido al carácter degenerativo de la enfermedad y a su progresiva evolución, los cuidados de enfermería y el apoyo psicológico han supuesto un factor de extrema importancia para aumentar la calidad de vida de este enfermo. Un enfermo con un seguimiento clínico que comienza a los 17 años hace que sea inevitable estrechar lazos personales y establecer relaciones de confianza, que más tarde, se han transformado en la base del principal apoyo que puede recibir una persona en estas condiciones, es decir, cuidados humanos y refuerzos personales que le hagan sentir que todavía sigue vivo. Casos como este ponen de manifiesto un papel de enfermería fundamental pero tan poco reconocido que se está transformando en prescindible. Lo que realmente hace que una persona se sienta apoyada en esos momentos es tener a alguien que se ponga a su nivel y que viva con vocación todo lo que hace por el otro; con eso, que es lo que verdaderamente merece la pena, se corre el riesgo de que después haya caras que no puedas olvidar y huecos que no puedas cubrir, pero si no ¿qué es vivir? BIBLIOGRAFÍA 1. Carpenito L.J. Planes de cuidados y documentación en enfermería. Madrid. Mc Graw-Hill Interamericana. 5ª edición 1995. 2. Stein J.H. Medicina interna. Salvat. Barcelona 1985. 3. Ann MH. Molecular mimicry in Guillain-Barré syndrome. N Y Acad Sci 1998. 4. Hartung HP, Pollard JD, Harvey GK, Toika KV:Inmunopathogenesis and treatment of the Guillain-Barré syndrome. Part I. Muscle and Nerve Part II. Muscle and Nerve 1995;18:154- 164. 5. Van der Merché, Van Doom PA: Guillain-Barré and chronic inflammatory demyelinating polyneuropathy. Inmune mechanism and update on current therapies. Ann Neurol 1995;37:14-31. 6. Hahn AF: Guillain-Barré syndrome. Lancet 1998; 352:635-41. 7. Ashbury AK, Comblath DR: Assessment of current diagnostic criteria for Guillain-Barré syndrome. Ann Neurol 1990;27:21- 24. AGRADECIMIENTOS La realización de este trabajo no habría sido posible sin el apoyo incondicional de “Marisa” (Mª Luisa Chico Saldaña, la supervisora de Nefrología del H.C.U. de Salamanca), que tanto nos ha animado a sacar esto adelante, al igual que a todo el equipo del servicio de ese hospital. Muchas gracias también a Miriam, amiga de Paco, el paciente cuyo caso hemos presentado y paciente nefrológica del hospital, por enseñarnos a ver lo que a veces se nos escapa. BIBLIOGRAFÍA COMENTADA Enrique Limón Cáceres Bonner A. Recognition of expertise: An important concept in the acquisition of nephrology nursing expertise. Nursing & Health Sciences 2003; PALABRAS CLAVE: EXPERIENCIA PRACTICA, MODELOS Y TEORÍAS ENFERMERAS; ENFERMERÍA NEFROLÓGICA. Estamos inmersos en un proceso de cambio, de transición y de análisis de la enfermería en España. La carrera profesional se debate en diferentes foros como una necesidad de nuestro sistema de salud. Es en este momento donde debemos analizar como se ha resuelto este proceso en otros países. El articulo descrito a continuación está extraído de un estudio de mayor envergadura que pretende valorar la practica experta y el ejercicio de la profesión en el ámbito de la enfermería nefrológica. El estudio utilizó una metodología cualitativa de análisis de entrevistas y de situación. Se implico a 17 enfermeras expertas que ejercían en una unidad renal de una zona metropolitana en Nueva Gales del Sur, Australia. Además del análisis de las entrevistas se incorporó la observación participante como metodología de estudio. Tras el análisis cualitativo se pudo observar como los diferentes informadores: enfermeras en estudio, enfermeras externas al estudio, pacientes y médicos reconocieron la practica experta en algunas de las profesionales pero no en todas las personas evaluadas. Los resultados del estudio indican que el conocimiento y la experiencia no son suficientes para asegurar la práctica experta. El reconocimiento por parte de otras enfermeras y de diferentes profesionales se destacó como uno de los mejores indicadores de la practica experta frente a indicadores utilizados con anterioridad como eran los años de experiencia. Es preciso adaptar estos estudios a nuestro contexto y buscar soluciones para desarrollar una carrera profesional que sea capaz de valorar todos los ámbitos donde ejercemos nuestra profesión. Painter P, Topp K, Krasnoff J, Adey D, Strasner A, Tomlanovich S, & Stock P. Health-related fitness and quality of life following steroid withdrawal in renal transplant recipients. Kidney International 2003; 63(6):2309-2316. PALABRAS CLAVES: EJERCICIO FÍSICO, APTITUDES DE SALUD; TRASPLANTE RENAL; PREDNISONA. La capacidad de realizar ejercicios físicos aumenta de forma perceptible tras el trasplante; sin embargo, a medio plazo no se observa mejoras importantes y los pacientes se estancan en su progresión para alcanzar niveles de actividad normal. Tal y como destaca este artículo, hasta el momento no hay literatura científica que determine que factores pueden estar incidiendo sobre esta limitación. Uno de los posibles factores identificado, es la posible relación entre la terapia de inmunosupresion que incluye la prednisona con una cierta debilidad muscular y aumento de las grasas. Los autores estudiaron varias medidas relativas a la salud (aptitud, fuerza muscular, y función cardiorespiratoria) en relación a la calidad de la vida. Como muestra se tomaron dos grupos seleccionados al azar entre pacientes receptores de un trasplante renal: uno donde estaban aquellas personas que usaban inmunosupresión estándar de mantenimiento, incluyendo terapia de prednisona (N = 14); y otro formado por aquellos pacientes a los que se les retiraba de forma rápida los esteroides usando como terapia alternativa inhibidores de los receptores, Simulect‚ [interleukin- 2 (IL-2) ] (N = 9). La prueba fue hecha entre los 3 y los 12 meses que seguían al trasplante y los datos de estos doce meses fueron comparados a un grupo de control de 15 individuos clasificados como sedentarios normales. El grupo al que se le retiró los esteroides demostró un aumento mayor en VO2peak (P = 0.05), en la capacidad de esfuerzo de torsión máximo del cuadriceps (P = 0.05) y mayores aumentos en vitalidad en la escala del cuestionario de calidad de vida SF-36 (Pn< 0.05). En el primer año, todos los pacientes tuvieron una capacidad de ejercicio perceptiblemente más baja comparada al grupo de control de personas sedentarias (P = 0.01). No se observó ninguna diferencia en la composición del cuerpo, ambos grupos de pacientes aumentaron en un cierto plazo el peso corporal (sobre todo en grasas). A partir de los 12 meses, los pacientes trasplantados no presentaban diferencias en el porcentaje de las grasas del cuerpo comparado a los controles sedentarios. Los autores concluían en el estudio que la prednisona no es la causa del aumento de grasas del cuerpo después del trasplante; sin embargo, puede contribuir a reducir la capacidad de ejercicio posiblemente limitando la fuerza muscular. La baja capacidad de ejercicio en todos los receptores de trasplante estudiados en un año sugieren una necesidad de entrenamiento físico para optimizar el trasplante. La debilidad de este estudio es el grupo control de no trasplantados y los criterios de elección como persona sedentaria. Hathaway D, Winsett R, Prendergast M, & Subaiya I. The first report from the patient outcomes registry for transplant effects on life (PORTEL): differences in side-effects and quality of life by organ type, time since transplant and immunosuppressive regimens. Clinical Transplantation, 200317(3):183-194. PALABRAS CLAVES: INMUNOSUPRESORES, CALIDAD DE VIDA. El estudio de cómo mejorar la calidad de vida (QOL) de las personas que han sido trasplantadas se está definiendo como una de las principales líneas de investigación enfermera. La calidad de vida del paciente se ve afectada por diversos factores. El articulo describe la elaboración de un registro de pacientes a nivel de todos los EEUU. El objetivo que se ha establecido es evaluar la QOL y determinar los efectos del trasplante y de los tratamientos inmunosupresores. La muestra de pacientes se tomó a partir de contactos establecidos directamente en las reuniones nacionales, a través de centros de trasplante, y en los grupos de ayuda a pacientes. Todas las personas eran mayores de 16 años. Los pacientes contestaron un cuestionario autoadministrado que consistía en cien preguntas sobre datos socio demográficos del paciente, órgano alterado, y resultados post-trasplante. La calidad de vida general fue medida por el cuestionario “Short form – 12 (SF-12)”. “The Memphis Survey” es un instrumento psicométrico validado en la universidad de Tennessee, que sirvió para evaluar en los pacientes los efectos secundarios asociados a la inmunosupresión. Fueron analizados los datos de los primeros 722 pacientes que se incorporaron el registro. Los valores de los efectos secundarios y los resultados de la QOL fueron evaluados según el tipo de órgano, el tiempo desde el trasplante y el régimen inmunosupresivo. Se utilizaron análisis de regresión múltiple para determinar indicadores de calidad de vida postrasplante. Los autores concluyen con un informe positivo en los valores de calidad de vida de los pacientes trasplantados, sin embargo, los efectos secundarios asociados a terapias inmunosupresoras deterioran de una forma importante la calidad de vida en la fase post-trasplante. Se observó también que los problemas relacionados con la movilidad aumentan a medida que pasa el tiempo desde el trasplante. Como dato final los autores destacan que las terapias inmunosupresoras asociadas a terapias con “Tacrolimus” tienen efectos secundarios menores que las asociadas a terapias con “Ciclosporina”. CARTA AL DIRECTOR Sistema Dialock: otra opción de acceso vascular Ana Fernández Viña-Fernández, Esther González Suárez, Ana I. García León, Laura Fernández González, Isabel González Díaz, Rosario Reguera Álvarez. Servicio de Nefrología. Unidad de Hemodiálisis. Hospital General de Asturias. Oviedo Sra Directora: Uno de los grandes problemas que se plantean en las unidades de hemodiálisis, es el mal funcionamiento de los accesos vasculares, que ocasiona una gran morbimortalidad y elevado coste socio-sanitario. Cada vez con más frecuencia tenemos pacientes añosos, con múltiples patologías asociadas y en los que ya se han agotado diversas posibilidades de acceso vascular. Una de las últimas alternativas a este problema la constituye el dispositivo tipo Dialock, que consiste en un acceso de titanio, implantado en el espacio subcutáneo, conectado a dos catéteres de silicona reforzados, que avanzan por una vena central hasta la aurícula derecha. Dicho acceso (fig. 1) tiene dos guías que facilitan la incisión de las cánulas de punción (15G), y un juego de válvulas que se cierran automáticamente al retirar dichas cánulas, evitando así el reflujo. Objetivo: el objetivo de nuestro estudio ha sido evaluar la practicidad y funcionamiento del sistema Dialock (figs 2 y 3) en tres pacientes a los que les había sido implantado el sistema Dialock por el servicio de cirugía vascular. Para su utilización fue necesario un adiestramiento previo del personal de enfermería en sus cuidados. Material y métodos: Hemos estudiado tres pacientes, dos mujeres y un varón, de 52, 77 y 70 años (pacientes 1, 2 y 3), a los que en los últimos meses se les había implantado el acceso Dialock. Hemos analizado la nefropatía de base, tiempo de permanencia previa en hemodiálisis, vía de acceso, tiempo de permanencia del sistema hasta el momento actual, dificultad para la punción, flujos obtenidos, Kt/V, infecciones, hematomas en torno a la zona de punción, presión venosa, dosis de anticoagulante, medicación antiagregante, coagulación del sistema, nivel de hematocrito, así como la opinión por parte del paciente y del propio personal de enfermería. RESULTADOS Paciente Nefropatía Tiempo previo Via acceso Tiempo catéter inserciónen HD 1 Poliquistosis 18 meses Yug. derecha 11 meses 2 GN IgA 72 meses Yug. derecha 3 meses 3 Poliquistosis 6 meses Yug. derecha 5 meses Paciente Kt/V Fujo Presión Hto Antiacoag. Coagul.Ml/min venosa sistema 1 1´3 300 150 37,6 Clexane 40 2 veces 2 1´3 200 180 35,5 Clexane 20 No 3 1´4 250 150 29 Clexane 20 No No hemos tenido ningún cuadro infeccioso en relación con los catéteres implantados. El paciente nº 3 requirió reintervención por hematoma y sangrado en torno a la zona de implantación del dispositivo y una segunda intervención para recolocación de los catéteres por PV elevadas. Resaltar que este paciente por su patología coronaria toma clopidogrel (antiagregante), por lo que su hemostasia es tardía. Los otros dos pacientes presentaron seromas que se resolvieron ejerciendo ligeras presiones sobre la válvula. Los tres pacientes se mostraban satisfechos con el sistema, comparándolo con catéteres previos, haciendo hincapié en su comodidad y mejor efecto estético. Igualmente el personal de enfermería se muestra convencido de estar ante un sistema cómodo, eficaz y que no plantea complicaciones importantes difíciles de subsanar. CONCLUSIONES 1.- El sistema Dialock parece ser una alternativa válida para pacientes con problemas de acceso vascular. 2.- Permite mayor movilidad y autonomía al paciente. 3.- Se obtienen buenos parámetros de diálisis. 4.- Nuestra experiencia es corta, por lo que serían necesarios estudios más amplios y de mayor tiempo de seguimiento para poder obtener conclusiones más contundentes. BIBLIOGRAFÍA 1.- Levin NW Canaud B, Ing My TS, Dubrow AJ, Caraiani MS, Gandhi VC et al. A new subcutaneous device for hemodialysis acces. Am. Soc. of Neph 1998; 9:175. 2.- Cannaud B, My H, Morena M, Lamy-Lacavalerie B, Leray H, Bosc JY, Chomel PY et al. Dialock, a new vascular acces device for extracorporeal renal replacement therapy (RRT). ERA/EDTA Congress Abstracts 1998:271. 3.- Roussell A, Prosl M. A Reliable Hemodialysis Port. Dialysis Times. 5 (5). 4.- Canaud B, Levin N, Ing T, My H,.Dubrow A J,. Polaschegg H D et al. Dialock: Pilot Trial of a new Vascular Port Acces Device for Hemodialysis. Seminars in Dialysis 1999; 12 (5): 382-388. CARTA AL DIRECTOR Prevalencia de Vasculopatía Periférica Subclínica evaluada mediante el índice tobillo/brazo en pacientes con hipertensión arterial Lucía Guerrero, Luisa Fernández, Josefina Andúgar, M.Cruz Casal, Carlos Campo, Julián Segura, Cecilia Roldán, Luis M. Ruilope. Unidad de Hipertensión Arterial. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid. Sra. Directora: La estratificación de los pacientes hipertensos tiene por objeto establecer la presencia de los factores de riesgo cardiovascular y detectar lesión en órganos diana para diferenciar poblaciones de alto riesgo que requerirían intervenciones terapéuticas más agresivas (1). Junto con los datos obtenidos en la historia clínica, la exploración física y las pruebas complementarias de laboratorio recomendadas por las directrices internacionales (2,3), otras técnicas de evaluación no invasivas podrían ayudar a estratificar a los pacientes hipertensos, especialmente a los sujetos con enfermedad vascular subclínica, cuya identificación precoz puede mejorar el pronóstico (4,5). Una de las pruebas no-invasivas, al alcance del clínico y eficiente en la detección de lesión vascular subclínica, es el índice de presión sistólica entre el tobillo y el brazo (ITB). La metodología es de fácil aplicación y debidamente protocolizada, permite obtener datos reproducibles (6). Además ofrece una alta sensibilidad y especificidad (> 90% y > 98%, respectivamente) para estenosis iguales o superiores al 50% en arterias de los miembros inferiores (4). El ITB es un marcador de enfermedad arterioesclerótica generalizada (7-9) y un fuerte predictor independiente de futuros eventos coronarios e ictus (8-10). La prevalencia de enfermedad arterial periférica (EAP) en miembros inferiores estimada por ITB es mejor conocida en pacientes diabéticos, estimándose en un 8% en el momento del diagnóstico de la diabetes, y alcanzando el 45% tras 20 años de evolución (6). OBJETIVO El objetivo de nuestro estudio fue evaluar la utilidad del ITB en la estratificación de hipertensos mayores de 65 años sin ninguna manifestación clínica de arteriosclerosis, enfermedad cardiovascular (ECV) o diabetes, todos ellos con un nivel de riesgo medio-alto en los que el hallazgo de EAP los clasificaría como de riesgo muy alto. MATERIAL Y MÉTODO Se incluyeron pacientes hipertensos esenciales mayores de 65 años, de ambos sexos con TA <180/110. Se excluyeron pacientes con HTA secundaria diagnosticada o sospechada, HTA severa, diabetes, cardiopatía isquémica, insuficiencia cardiaca congestiva, vasculopatía periférica, antecedentes de ictus o accidente isquémico transitorio, insuficiencia renal crónica o sospecha de isquemia mesentérica. A todos ellos se les calculó los ITB pedios y tibiales en ambos miembros inferiores, determinando la presión arterial sistólica en dichos territorios mediante un detector de pulso por sistema doppler continuo (Vasculoscope Model 500, Hayashi Denki Co. LTD). Se consideró anormal los valores de ITB < 0.90, como diagnóstico de EAP. Se recogieron datos sobre presión arterial, peso, talla, antecedentes personales y familiares, uso de fármacos y hábitos tóxicos. También se tomaron muestras sanguíneas para la valoración del perfil lipídico, bioquímica sanguínea y hemograma. Todos los pacientes fueron examinados para determinar la presencia y características de los pulsos en miembros inferiores. Se determinó presión arterial sistólica (PAS) y diastólica. Se realizó un cuestionario sobre la presencia de síntomas de claudicación intermitente, mejorado del cuestionario de Rose (11), además de preguntas sobre los hábitos de vida y actividad física de los sujetos del estudio. MÉTODO DE MEDIDA El paciente permanecía en reposo en decúbito al menos 5 minutos antes de las medidas. Se medía la presión en ambos brazos y se utilizó para los cálculos la mayor de ambas. El transductor Doppler se colocaba en un ángulo de 60º con la arteria para obtener la mejor señal de velocidad de la sangre. La presión en miembros superiores, se medía mediante el sistema Doppler en arteria braquial. En cada tobillo, se medían las presiones con el pulso pedio y el tibial posterior. Se usaba la siguiente secuencia de mediciones, realizada de forma sistemática en todos los pacientes: Presión1: Brazo derecho y brazo izquierdo (se registró la más elevada) Presión 2: Pulso pedio derecho. Presión 3: Pulso tibial posterior derecho. Presión 4: Brazo con presión arterial más alta (de acuerdo a la medición 1) Presión 5: Pulso pedio izquierdo. Presión 6: Pulso tibial posterior izquierdo. Presión 7: Brazo con presión más alta (de acuerdo a la medición 1) Los cálculos de los índices tobillo-brazo se realizaron de la siguiente manera: - Pedio derecho: Presión 2/ Presión 1 - Tibial derecho: Presión 2/ Presión 4 - Pedio izquierdo: Presión 5/ Presión 4 - Tibial izquierdo: Presión 6/ Presión 7 Análisis estadístico Se estimó la prevalencia de enfermedad vascular subclínica como el cociente entre los que presentan un ITB menor de 0.9 ó mayor de 1.3 y el total de la muestra estudiada. Se evaluaron las características clínicas de los sujetos con ITB alterado frente a los que lo presentan normal, mediante T-test y chi cuadrado. Posteriormente, el conjunto de características fue analizado mediante un modelo de regresión logística múltiple. RESULTADOS Se incluyeron 130 pacientes hipertensos, 62% varones, con una edad media de 68+/-5 años, y un valor de presión arterial sistólica media en brazo dominante de 146+/-15 mmHg. Según la clasificación de la OMS/SIH de riesgo cardiovascular (3), 59 pacientes presentaban un riesgo medio y 71 mostraban un riesgo cardiovascular elevado. Las características de esta población se muestran en la tabla 1. Nº total de pacientes estudiados 130 Sexo (masculino) (%) 62 Edad (años) 68±5 TAS (mmHg) 146±15 TAD (mmHg) 88±9 Pacientes con riesgo CV moderado (%) 45 Pacientes con riesgo CV alto (%) 55 Duración de HTA (años) 15.7±14 Nº de fármacos antihipertensivos 3.1 ±1 Tabaquismo (%) 16 Dislipemia (%) 29 Antecedentes familiares de ECV precoz (%) 19.5 HVI en ECG (%) 11.3 Retinopatía hipertensiva grados I-II (%) 25 Sólo 9 de los 130 pacientes (6.9%) presentaron un ITB anormal: 2 (3.4%) en el grupo de riesgo medio, y 7 (9.9%) entre los pacientes de riesgo elevado. Los pacientes con ITB anormal presentaban, como era esperable, características diferenciales con los pacientes con ITB normal. Así, eran más viejos, con niveles de presión más elevados, mayor repercusión hipertensiva (hipertrofia ventricular izquierda y retinopatía hipertensiva) y mayor prevalencia de factores de riesgo, como el tabaquismo o la dislipemia. Tabla1: Características de la población En el análisis de regresión logística múltiple, la presencia de un ITB alterado se asociaba de forma independiente y significativa con la edad, la PAS, el tabaquismo y la dislipemia. CONCLUSIONES En nuestra muestra de pacientes con HTA esencial de riesgo cardiovascular medio o alto se encontró una baja prevalencia de EAP evaluada con ITB, inferior al 7%. La prevalencia encontrada en nuestra muestra es sensiblemente inferior a la descrita en la literatura para los hipertensos de edad comparable, lo que se debe a la exclusión, por protocolo, de los sujetos con más riesgo de padecer EAP. Hasta la fecha, no existen estudios previos dirigidos a evaluar el impacto de la medición de ITB en pacientes hipertensos de riesgo medio a alto, en los que la detección de EAP significaría su inclusión en grupos de riesgo muy alto. Analizando los resultados obtenidos en nuestra muestra podemos concluir que la medición del ITB en pacientes hipertensos libres de ECV clínica y diabetes, con riesgo medio-alto, no parece ser clínicamente útil debido al escaso número detectado de pacientes con ITB anormal y que podrían obtener beneficios de esta intervención al ser reclasificados como de riesgo muy alto. BIBLIOGRAFÍA 1- Sociedad Española de Hipertensión Arterial-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA). Guía sobre el diagnóstico y tratamiento de la hipertensión arterial en España 2002. Hipertensión 2002; 19(Suppl 3): 17-24. 2- The sixth report of the Joint National Committee on prevention, detection, evaluation and treatment of high blood pressure. Arch Intern Med 1997; 157:2413-2446. 3- The Guidelines Subcommittee of the WHO-ISH Mild Hypertension Liaison Committee. 1999 World Health Organization - International Society of Hypertension Guidelines for the management of hypertension. J Hypertens 1999; 17: 151-183. 4- Greenland P, Abrams J, Aurigemma GP, Bond MG, Clark LT, Criqui et al. Prevencion conference V. Beyond secundary prevention: Identifying the high-risk patient for primary prevention. Noninvasive Tests of atherosclerosis burden. Circulation 2000; 101:1-7. 5- Criqui MH, Denenberg JO, Langer RD, Fronek A. The epidemiology of peripheral arterial disease, importance of identifying the population at risk. Vasc med 1997; 2.221-226. 6- Orchard TJ, Stradness E. Assesment of peripheral vascular disease in diabetes. Report and recommendations of an international Workshop spondsored by the American Diabetes Association and the American Heart Association. Circulation 1993; 88: 819-828. 7- Fried L, Newman A. Peripheral Arterial Disease: Insights from Population Studies of Older Adults. Epidemiologis data in clinical practice. J Am Geriatrics Society 2000; 48; 9 8- Criqui MH, Langer RD, Fronek A, Feigelson HS. Coronary disease and stroke in patient with large vessel peripheral artery disease. Drugs 1991; 42 (Suppl 5): 16-21. 9- Criqui MH, Fronek A, Klauber MR, Barrett- Connor E, Gabriel S. The sensitivity, specificity, and predictive value of traditional clinical evaluation of peripheral arterial disease: results from non-invasive testing in a defined population. Circulation 1985; 71(3): 516-22. 10- Newman AB, Sumon-Tyrrell K, Vogt MT, Kuller IH. Morbidity and mortality in hipertensive adults with a low ankle/arm blood index. JAMA 1993; 270: 4887-489. 11- Leng GC, Fowkes FGE. The Edinburgh Claudication Questionnaire: An improved version of the WHO/Rose Questionnaire for use in epidemiological surveys. J Clin Epidemiol 1992; 45: 1101 1109.