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NUEVAS FORMAS DE VIDA CATÓLICA, UN NUEVO SEMINARIO Y ‘EL CAMINO’ Columna semanal del arzobispo Charles J. Chaput, OFM Cap. 04 de octubre del 2013 A través de los siglos, la Iglesia ha necesitado una nueva vida muchas veces. Y Dios siempre ha llamado a hombres y mujeres nuevos para hacer el trabajo. Desde los primeros benedictinos en el siglo VI, a los dominicos y franciscanos en la Edad Media, a los jesuitas de la época de la Reforma, Dios ha usado nuevas formas de celo y comunidad para avanzar la vida católica. Mi primera familia religiosa –los Capuchinos– comenzó como un movimiento de reforma dentro de un movimiento de reforma. Los Capuchinos querían recuperar el tempranero espíritu franciscano y vivir aún más radicalmente. Tomaron, pues, un nuevo camino -fiel pero diferente. El siglo 20 vio una explosión de nuevas formas de vida católica, tanto antes como después del Concilio Vaticano II: Opus Dei, Focolares, Comunión y Liberación, el Movimiento de Vida Cristiana y muchos otros. Cada uno tiene una identidad propia. Cada uno tiene una misión única. Pero llevados fielmente, todos sirven a la Iglesia revitalizando a los católicos que se han enfriado en una cultura que alimenta los sentidos y priva al espíritu de alimento. En mis 25 años como obispo me ha sorprendido una y otra vez la alegría que estas nuevas formas de servicio y la comunidad traen a la vida católica. Son un tesoro para la Iglesia. Debemos tratar de tenerlos aquí en Filadelfia. Uno de los más dinámicos de las nuevas formas de vida y servicio es El Camino Neocatecumenal - o simplemente «El Camino» como sus miembros lo conocen. El Camino se inició en España en los años después del Concilio Vaticano II, enfocado en el servicio a los pobres. Con el paso del tiempo, El Camino se convirtió en una forma de vida completa, una formación profunda y continua en vida cristiana basada en el catecumenado -el período de instrucción básica en la fe cristiana -de la Iglesia primitiva. El Camino se ve muy específicamente como una herramienta para los obispos y párrocos para promover la nueva evangelización. Hoy El Camino tiene cientos de comunidades en todo el mundo, incluyendo numerosos seminarios misioneros Redemptoris Mater («Madre del Redentor»"). Las familias de El Camino van a menudo ellas mismas en misión. Participan en una extraordinaria generosidad cristiana. Bill Beckman, un amigo y antiguo miembro de mi personal de los pasados años, ha estado activo en El Camino, junto con su esposa e hijos, desde hace mucho tiempo. Uno de los hijos de Bill recientemente optó por seguir el sacerdocio en uno de los nuevos seminarios de El Camino, y Bill expresó sus pensamientos como un padre en un correo electrónico: «Un seminario misionero se basa en un carisma misionero. Es una necesidad. Los seminaristas, que han discernido un llamado de Dios, reconocen esa llamada, poniéndose a disposición de Dios con la voluntad de ir a donde son enviados. En la reciente [reunión] de más de 350 aspirantes a seminaristas en Porto San Giorgio, Italia, [los hombres jóvenes del Camino Neocatecumenal] fueron enviados a más de 90 seminarios repartidos por los cinco continentes. Los jóvenes de Estados Unidos fueron enviados a seminarios en Ucrania, India, Estados Unidos, Sudáfrica y Guam. Se desprenden del apego a casa y las relaciones familiares en aras de hacer la voluntad de Dios al servicio de su Iglesia. Esto puede sonar muy extraño para algunos de nosotros, pero en la historia judía y cristiana no lo es. «Abraham dejó el lugar natal de su padre y comenzó a caminar a un lugar desconocido donde Dios cumpliría sus promesas. Dios llamó a Moisés para sacar a los israelitas de la esclavitud de Egipto. Todos los profetas recibieron llamadas para diseminar la palabra de Dios en circunstancias difíciles en los lugares que Dios ha querido. La Virgen María respondió con fe al mensaje del ángel sin saber que la iba a llevar al pie de la Cruz. José obedeció el mensaje de un ángel el cual escuchó en sueños y llevó al niño y a su madre a Egipto para escapar de la intención homicida de Herodes. Jesús, fiel a su misión, fue a Jerusalén y recorrió el camino al Calvario. Los apóstoles y sus compañeros llevaron el Evangelio a las naciones, y este mismo movimiento dinámico del Espíritu ha impulsado nuestra Iglesia misionera a través de los siglos.» «La historia estadounidense está llena de historias de dinamismo misionero, y esta época de grandes cambios para la Iglesia no es diferente. El papa Francisco habla constantemente de 'salir', acompañando a los que están lejos, en la periferia, o que son poco considerados. La Iglesia necesita una nueva evangelización, no arraigada en las maneras confortables y familiares, sino en la renuncia de uno mismo, dela riqueza, del lugar y de las relaciones. El servicio de El Camino y las iniciativas de otros nuevos movimientos y carismas son maravillosos ejemplos de la "frescura y la fragancia del Evangelio" en las palabras del papa Francisco. Nosotros somos los beneficiarios de este derramamiento de bendiciones de Dios que nunca se deja ganar en generosidad. ¡Qué nuestros corazones se llenen de gratitud!». Nicholas Beckman, el hijo de Martha y Bill Beckman, uno de los seis maravillosos jóvenes de El Camino asignados a nuestra Iglesia local, es uno de los seminaristas que vienen al nuevo seminario misionero Redemptoris Mater que se fundará este año en Filadelfia, a petición mía. El seminario misionero Redemptoris Mater -similar a una ‘casa de formación’, como los estadounidenses por lo general entienden el término -no va a sustituir o competir con el Seminario San Carlos Borromeo. Redemptoris Mater tiene su propia identidad y rector. Pero San Carlos continuará proporcionando la formación académica para todos nuestros seminaristas. Y todos nuestros seminaristas -tanto los que entran en San Carlos bajo los protocolos tradicionales, como los que son educados por San Carlos a través del seminario misionero Redemptoris Materserán igualmente «nuestros» seminaristas. Los hombres de El Camino ordenados en Filadelfia serán plena y permanentemente sacerdotes de Filadelfia, con la adenda de que un cierto número, como las circunstancias lo permitan, será enviado al servicio misionero por un tiempo limitado en El Camino, en el extranjero o aquí en América del Norte. En las próximas semanas, voy a dar más detalles sobre el nuevo seminario misionero Redemptoris Mater y desarrollos muy positivos en el mismo Seminario San Carlos Borromeo. Mientras tanto, a medida que tratamos de renovar el enorme legado de la vida católica en Filadelfia, les pido que oren por los seis jóvenes que han venido de lejos y comprometido sus vidas a servir a la Iglesia aquí en la región de Filadelfia. Ese es el tipo de confianza en Dios, el tipo de valor, que puede transformar el mundo. Y ese es el tipo de valor que ahora necesitamos como Iglesia -todos nosotros.