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Jorge Himitian www.jorgehimitian.com Sitio oficial EL PROYECTO ETERNO DE DIOS Quisiera transmitirles aquello que Dios tenía en su mente y corazón desde antes de la creación del universo, cuando nada ni nadie existía, sino solo él. Aquel sueño continúa vigente hoy: se trata del proyecto eterno de Dios. El reino de Dios, tema predicado por Cristo y los apóstoles, tiene un único propósito: que el eterno proyecto de Dios se cumpla plenamente. Y la única forma lograrlo es través del evangelio del reino. Él último libro que escribí, con la ayuda del Señor, habla justamente de este tema. Su título es: El proyecto del Eterno. Se trata de un estudio sobre la Epístola a los Efesios, que dividí en doce semanas con el fin de posibilitar su estudio en grupos. EL PROYECTO ETERNO DE DIOS ¿Por qué decimos que es eterno? Porque es el proyecto del Eterno, del único Eterno. Hay un solo ser eterno que siempre existió: Dios. También decimos que es el proyecto eterno de Dios porque es lo que estaba en su corazón desde siempre, desde la eternidad pasada. La Biblia dice: “Desde antes de la fundación del mundo”. Por último, también decimos que es el proyecto eterno porque cuando todo haya acabado lo único que permanecerá eternamente y para siempre es este proyecto ya cumplido. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos El proyecto eterno de Dios pág. 1 Jorge Himitian www.jorgehimitian.com Sitio oficial escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria” (Efesios 1.3-1). Mi esposa escribió el prólogo a mi libro. A continuación extraigo algunas de sus frases: “Se trata del único plan de las edades hacia el que Dios hace convergir todos sus deseos, intenciones, propósitos y poder. Dentro de él confluye la misma historia de la humanidad, aun con las múltiples desviaciones e intentos por detenerlo llevados a cabo por hombres influidos por las fuerzas del mal. Nada hay que quede fuera de este proyecto de Dios. Y cada uno de nosotros está incluido en su plan; tiene un lugar y una acción que llevar a cabo para el cumplimiento de lo que Dios se ha propuesto alcanzar a través de las edades. No hay muchos planes. No hay muchas propuestas. Es el gran El proyecto eterno de Dios pág. 2 Jorge Himitian www.jorgehimitian.com Sitio oficial proyecto que Dios determinó llevar a cabo desde la eternidad pasada, antes de que existiera todo. Y sigue siendo el mismo hoy. Nosotros podemos adherir a su plan, entenderlo, abrazarlo, hacerlo propio o quedarnos al margen… Es imprescindible hacer de las metas de Dios nuestras metas y dejar de girar en forma periférica en torno al proyecto de Dios, como en una calesita eterna que no nos conduce a ningún logro genuino… El gran proyecto de Dios se lleva a cabo a través de aquellos que deciden perder su vida en Dios. Perder su propia identidad dentro del cuerpo. Dejar de buscar lo suyo para buscar lo de Cristo. No podemos buscar lo nuestro y lo de Dios al mismo tiempo. Son cosas contrapuestas. Cuando nos perdemos dentro del plan de Dios, entregando todo lo que somos y nuestros más profundos anhelos a la realización del proyecto de Dios… pasamos a ser parte del todo, de la gran familia de Dios que se goza en ser una. No buscamos la diferencia sino la identidad común. No nos esforzamos por lograr el lugar destacado en el frente, sino que buscamos la retaguardia para ofrecer apoyo y contención a nuestros hermanos desde allí. Y si avanzamos a la primera fila es para ponernos como punta de lanza y escudo de protección a los que vienen detrás. Nuestra meta es el cuerpo, no nuestra individualidad”. Mi esposa no solo escribe bien, sino que Dios le ha dado una lucidez profética. De allí que, combinadas ambas, sabe decir lo que Dios le revela. Ese eterno proyecto de Dios, aunque nos parezca mentira, se puede resumir en una sola palabra: “iglesia”. Sin embargo, debemos aclarar que la iglesia no es un edificio. La iglesia está compuesta por personas. Muchos dicen: “Voy a la iglesia”. Sin embargo, es un error. Nosotros no vamos a la iglesia; nosotros somos la iglesia. Es hora de corregir nuestro vocabulario y hablar según la palabra de Dios. El proyecto eterno de Dios pág. 3 Jorge Himitian www.jorgehimitian.com Sitio oficial La Biblia nunca llama “iglesia” a un edificio. Tampoco se trata de una institución jurídica ni de una denominación. Se trata de la familia de Dios que toma su identidad del único Padre, que es Dios. Pablo dice: “… el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra” (Efesios 3.14b-15). La iglesia no es la jerarquía de nuestro país, como muchos creen. Cuando en algún periódico aparece alguna referencia a “la iglesia” se refiere a la Iglesia Católica. Sin embargo, ni siquiera a ella, sino a su jerarquía. La iglesia no es el clero; la iglesia es el pueblo. La iglesia está formada por todos aquellos que están en Cristo. Y por estar en Cristo son nuevas criaturas, las cosas viejas pasaron, todo fue hecho nuevo. Tomaron la nueva identidad que Dios les dio. Sin embargo, es necesario aclarar también que la iglesia no es una congregación. “Congregación” significa gente congregada y, aunque la iglesia se congrega con regularidad y está bien que lo haga, ¿somos iglesia mientras estamos congregados o cuando nos dispersamos luego de la reunión también? Somos iglesia las 24 horas del día, todos los días de la semana. El lunes la iglesia va a la facultad, a la escuela, a la oficina, al taller, al campo, a la fábrica, está en la cocina, en el dormitorio. Seguimos siendo iglesia las 24 horas del día. Dios no soñó antes de la fundación del mundo con una reunión, sino con nosotros, su familia, su iglesia. Sucede lo mismo con la familia humana. Somos familia, y las familias se reúnen. Pero cuando nos dispersamos en nuestras actividades diarias no dejamos de ser familia. Somos familia todo el tiempo. El proyecto eterno de Dios pág. 4 Jorge Himitian www.jorgehimitian.com Sitio oficial La iglesia no nació en la mente de Dios hace 2000 años cuando vino Jesús al mundo. Y, aunque recién en el capítulo 16 de Mateo Jesús habla por primera vez de la iglesia, ella estuvo en la mente y el corazón de Dios desde los siglos eternos, desde antes de la fundación del mundo. Y digo más, la iglesia no es el “plan B” de Dios luego de la caída del hombre. La iglesia es el “plan A” de Dios desde antes de que existieran los hombres o los demonios. La caída fue un desvío, un atentado contra el proyecto eterno de Dios. Y la redención fue volver todo al plan original. La iglesia es la familia que Dios proyectó tener según su beneplácito, según el designio de su voluntad, según el puro afecto de su amor, según las abundantes riquezas de su gracia desde tiempos remotos. El pecado solo consiguió revelar la inmensidad inimaginable de la gracia de Dios. La creación del universo, la del hombre y la mujer, la institución del matrimonio, la capacidad de procrear, la encarnación del Verbo, el sacrificio redentor de Cristo, su resurrección, su exaltación a la diestra del Padre, la venida del Espíritu Santo, los dones, los ministerios, la palabra de Dios, el kerigma y la didaké, todo está en una misma línea y apunta a un mismo objetivo: la realización del proyecto eterno de Dios. Todo es para que la iglesia surja, sea edificada, construida, y que el plan eterno de Dios se cumpla definitivamente. No nos casamos para nosotros, no tenemos hijos para nosotros, no trabajamos para nosotros, no ayunamos para nosotros, no oramos para nosotros, no evangelizamos para nosotros. El proyecto eterno de Dios pág. 5 Jorge Himitian www.jorgehimitian.com Sitio oficial La Biblia dice que todo es de él, por él y para él. Todo es para cooperar con el propósito eterno de Dios: que su familia se conforme. Todo lo hacemos para cooperar con el proyecto eterno de Dios. ¿Cómo cambia nuestra vida y nuestra visión de las cosas? Zacarías dice: “Se escribirá en las ollas santidad a Jehová”. Significa que somos consagrados para Dios. — ¿Mujer, qué haces mientras cocinas? — Estoy sirviendo a Dios. — ¿Cómo sirviendo a Dios? ¿Acaso invitaste a los pastores a comer a tu casa? — No, no viene nadie de afuera. Aquí estamos criando, alimentando y formando a los hijos de Dios. Nuestros hijos han nacido para ser hijos de Dios, y los estamos sirviendo al cocinar, limpiar y trabajar. Todo lo que hacemos es santidad a Jehová. Este proyecto eterno que es la iglesia tiene un propósito, que se repite tres veces en este pasaje de Efesios. Una clave: el propósito lo puedes encontrar cada vez que hallas la palabra “para”. “Nos bendijo… nos escogió en amor… nos adoptó para alabanza de la gloria de su gracia”. Este proyecto tiene un propósito: la gloria de Dios, que él reciba gloria, que sea alabado, que se conozcan las abundantes riquezas de su gracia. Y en el versículo 12 lo dice aún de un modo más enfático: “a fin de que” (nuevamente el propósito, y significa lo mismo que “para que”) “seamos para alabanza de su gloria”. El proyecto eterno de Dios pág. 6 Jorge Himitian www.jorgehimitian.com Sitio oficial Ahora dice: “seamos”. La iglesia existe para alabanza de la gloria de Dios, para que él sea elogiado, para que se conozca a través de la historia de las naciones y por los siglos eternos que su grandeza y su gracia fueron manifestadas para que nosotros no solo lo alabemos, sino que seamos nosotros mismos para la alabanza de su gloria. Y al final del versículo 14 otra vez dice: “para alabanza de su gloria”. La iglesia no existe para nosotros, existe para él. La iglesia fue creada para la gloria de Dios. Y para que Dios sea glorificado en la iglesia, para que la iglesia sea para la alabanza de su gloria, es indispensable que tenga estas tres características que encontramos en Efesios: 1. Unidad 2. Calidad (que en el lenguaje bíblico es santidad) 3. Cantidad Ninguna de las tres puede faltar, aunque es indistinto el orden en que se las coloque. 1. UNIDAD ¿Glorifican a Dios nuestras divisiones? Por más que algunos traten de explicarlas, lo que dice la Palabra es inmutable. Jesús oró para que todos seamos uno para que el mundo crea. Las divisiones solo nos traen gloria a nosotros cuando decimos: “mi iglesia”. Sin embargo, Jesús pregunta: “¿Desde cuándo es tuya?”. El proyecto eterno de Dios pág. 7 Jorge Himitian www.jorgehimitian.com Sitio oficial Las divisiones pueden traer gloria a una denominación, y si alguien es pastor de una mega iglesia, eso traerá gloria a su persona. Sin embargo, la iglesia no existe para la gloria del hombre, sino solo para la gloria de Dios. Todas las individualidades mueren cuando la iglesia se alinea con lo que Dios desea: la “unidad”. “Dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos…” (Efesios 1.9-10). La palabra “misterio” significa “secreto”, y proviene del griego “misterion”. Se trataba de un secreto escondido por siglos en Dios. Sin embargo, ahora ya no es más un secreto. Pablo afirma que Dios nos dio a “conocer el misterio (secreto) de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo”. ¿Cuál era el secreto? “Reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra”. La palabra clave que revela el misterio (el secreto) de la voluntad de Dios es “reunir”. En castellano no tiene mucha fuerza porque se asimila al término “juntar”. Pero como el texto fue escrito en griego, en ese idioma la palabra “reunir” es “anakefalaiosis”. Se trata de un vocablo compuesto: “ana” = “nuevamente”, otra vez —por eso a los que se bautizaban de adultos, habiendo ya sido bautizados de niños, se les decía: “anabatistas”, porque volvían a bautizarse—. Y “Kefa” = “cabeza”. Así que “anakefalaiosis” significa volver a reunir todo bajo una cabeza. ¡Qué vasto significado en una sola palabra! Esta expresión griega se usaba antiguamente cuando un ejército derrotado, diezmado, esparcido, se volvía a reagrupar o a reunir bajo un nuevo comandante. En el pasaje habla de reunir todas las cosas en Cristo. Significa El proyecto eterno de Dios pág. 8 Jorge Himitian www.jorgehimitian.com Sitio oficial que allí se encuentra el ministerio de su voluntad. Dios se propone volver a reunir todo bajo una cabeza, que es Cristo. Esto presupone: 1. Que originalmente el universo estaba unido y ordenado armónicamente bajo la autoridad de Dios, porque si dice “volver a unir” es porque antes estaba de ese modo. La raíz de la palabra “universo” es “uno”, y significa “unidad”. Existe un solo universo, que originalmente estaba bajo la autoridad de Dios. “Cosmos” significa “armonía”, “belleza”. De allí viene la palabra “cosmético” = belleza. Se refiere al orden del universo, su armonía, su belleza, su unidad. 2. Algo sucedió en el universo que hizo que se rompiera esa unidad. Si se habla de “volver a unir” quiere decir que algo se quebró previamente. ¿Y qué fue lo que sucedió? El hombre pecó, por lo que el pecado rompió la unidad entre Dios y el hombre, y entre este y su prójimo. Todo el proyecto de Dios se centraba en la unidad. Dios hizo al hombre diferente de la mujer, pero los hizo una sola carne. Sin embargo, el pecado quebró esa unidad. Caín mató a su hermano Abel. Y de allí en adelante la historia de la humanidad fue una historia de divisiones, de guerras, de sangre y de muerte. Se rompió la unidad original. Sin embargo, Dios, sabiendo de antemano todo, en su presciencia se propuso en sí mismo volver a unir todo bajo una cabeza, que es Cristo Jesús. ¿Cuál era el plan original de Dios? El plan A: la unidad de todo y de todos. Un mundo unido, hermoso, solidario, armonioso, en el que el hombre viviera en unidad y comunión con Dios y El proyecto eterno de Dios pág. 9 Jorge Himitian www.jorgehimitian.com Sitio oficial con su prójimo, amándolo como a sí mismo. También, en armonía con la naturaleza, con la creación. Él quería que hubiera unidad en el matrimonio, en la familia, en la sociedad; que no existieran egoísmos ni rivalidades. Deseaba una humanidad que viviera en paz y amor, en donde cada persona, llena del amor de Dios, amara al Padre y a su prójimo como a sí mismo. Desafortunadamente, el hombre pecó y rompió esa unidad. A través del pecado entró la muerte. Y muerte no significa aniquilación sino separación, división. El hombre quedó lejos de Dios, dividido y hasta se constituyó en enemigo de Dios. De la misma manera, también se rompió la unidad del hombre con su prójimo, surgieron los celos, las envidias, las peleas, los homicidios, las guerras, las injusticias, los divorcios, la avaricia, la injusta distribución de las riquezas, los conflictos sociales y la discriminación racial. La historia de la humanidad se convirtió en una historia de guerras, sangre, odio, violencia y muerte, muy lejos del modelo de sociedad proyectado por Dios. Pero Dios, en su amor y misericordia, no abandonó al mundo a su propia suerte. En la plenitud de los tiempos mandó a su Hijo a este mundo para llevar a cabo su plan redentor. Cristo pagó con su muerte el precio de nuestra redención, mató en su cuerpo nuestras enemistades, y nos reconcilió con Dios y con nuestro prójimo. Por lo cual, el Padre lo resucitó y lo exaltó hasta lo sumo. La voluntad de Dios es volver a unir a todos bajo la autoridad de Cristo como cabeza. El proyecto eterno de Dios pág. 10 Jorge Himitian www.jorgehimitian.com Sitio oficial ¿Cómo sería este país si desde el presidente de la nación hasta el último habitante viviéramos sujetos a la voluntad de Dios? Sería maravilloso, sería verdaderamente un cosmos en donde habría orden y armonía. Ese es el plan de Dios para la humanidad. Eso es lo que él quiere. Dios propone, no impone. Propone su proyecto y su voluntad, pero los hombres deben aceptar a Jesús como cabeza, como Señor, para poder nacer de nuevo y formar parte de la familia de Dios. ¿QUÉ ES LA IGLESIA? La realización del sueño de Dios en Jesucristo es su proyecto eterno para la humanidad, que fue potencialmente consumado en la cruz por Jesús. “Él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades” (Efesios 2.14-16). En este mundo dividido, enemistado, en donde reinan el individualismo, la injusticia, el egoísmo, la competencia y las guerras; la iglesia es aquella parte de la humanidad que se ha reencontrado con Dios en Cristo para ser uno con él. La iglesia es la parte de la humanidad que, al estar en Cristo, se ha reconciliado con su prójimo y ahora lo ve como su hermano. Es la que ve a los que no están en Cristo como candidatos a ser también hermanos en Cristo Jesús. El proyecto eterno de Dios pág. 11 Jorge Himitian www.jorgehimitian.com Sitio oficial La iglesia es, en su naturaleza esencial, perdón, paz, reconciliación, amor y servicio. Es unidad y familia. Es ósculo santo, abrazo fraterno, pan compartido, comunión de bienes, afecto entrañable. Es el fin de la soledad, del individualismo, de las divisiones, de las competencias, de la guerra. La iglesia es el shalom de Dios, es la paz instalada entre los hombres para manifestar al mundo el más grande de todos los milagros: la unidad. Por eso, la división de la iglesia es un absurdo, una contradicción a la esencia del plan y el propósito de Dios. La división actual de la iglesia es una caricatura grotesca de la nueva creación. Y decir caricatura grotesca es decir poco, porque si el plan de Dios es volver a unir todo bajo una cabeza, que es Cristo, admitir y justificar la división actual de la iglesia es una aberración teológica. La Biblia habla siempre de un solo cuerpo con una sola cabeza. Y nosotros hemos creado un montón de cuerpitos, cada uno con su propia cabeza, y damos justificativos imposibles de sustentar bíblica y teológicamente, según la revelación del Señor. La división actual de la iglesia no tiene ningún fundamento bíblico ni eclesiológico. Y todavía los evangélicos nos jactamos de ser bíblicos, levantando la Biblia y acusando a otros grupos cristianos de no serlo. ¿En qué parte de la Biblia se habla de la iglesia pentecostal, de la iglesia bautista, de la iglesia metodista, de las asambleas de Dios, de comunidad cristiana o de la iglesia Peniel? (y podríamos seguir agregando nombres hasta el infinito). ¿Encontraste algún pasaje? La Biblia solo habla de la “iglesia”. Punto. Ni siquiera habla de “iglesia evangélica” o “católica”. Dios no es evangélico, ni católico. Dios es Dios. Es El proyecto eterno de Dios pág. 12 Jorge Himitian www.jorgehimitian.com Sitio oficial santo, uno, y quiere para sí un pueblo santo que camine en unidad. Y él lo conseguirá. Quédate tranquilo. Él se propuso desde antes de la fundación del mundo volver a reunir todo en Cristo Jesús en la dispensación del cumplimiento de los tiempos. Así que, le guste a quien le gustare, le pese a quien le pesare, Dios ha determinado unir todo en Cristo, y lo va a hacer para la gloria de su nombre. ¡Aleluya! Yo creo en la diversidad, pero en unidad. La Biblia habla de diversidad de dones y de ministerios, pero nunca habla de diversidad de iglesias. Bajo el nombre de “diversidad” justificamos todo. Con una sola palabra anulamos todo el Nuevo Testamento. Hoy el escándalo más grande ante los principados, las potestades y ante el mundo es la división actual de la iglesia evangélica, y de la iglesia en general. La división de la iglesia solo tiene explicaciones históricas, pero ningún fundamento bíblico. Solo podemos explicar lo que sucedió, y algunos se arriesgan a decir cómo fue que pasó, pero nadie puede dar fundamentos bíblicos. ¿Qué era el apóstol Pablo? ¿Carismático, pentecostal, bautista, hermano libre? ¿Qué eran los doce apóstoles? ¿Y la iglesia de Jerusalén? ¿Era evangélica? No, todos son inventos del hombre. Esta división actual de la iglesia tiene apenas 500 años. Surgió en la Reforma. Lutero creía en la unidad, él nunca quizo dividir la iglesia. Él quiso ser un reformador dentro de la iglesia de occidente, llamada “Iglesia Católica El proyecto eterno de Dios pág. 13 Jorge Himitian www.jorgehimitian.com Sitio oficial Apostólica Romana”. Y, leyendo la Palabra, quiso que la iglesia volviera a vivir el evangelio. Sin embargo, no solo no se lo permitieron, sino que además lo excomulgaron. No le dieron opción. Juzgue Dios la historia y no nosotros. Solo Dios sabe quién tuvo la culpa. No nos toca a nosotros juzgar, pero sí entender lo que sucedió. Si Lutero pudo disentir con el Papa, luego podía surgir otro que tuviera el derecho de disentir con Lutero. Luego otro que tuviera el derecho de disentir con el que disentía con Lutero. Luego otro que tuviera el derecho de disentir con el que disentía con el que disentía con Lutero. Y así llegamos hasta hoy. ¿Qué hacer, entonces? Hay tres caminos posibles: 1. La revolución. Consistiría en atacar a todas las denominaciones, destruir todas sus estructuras y finalmente decir: “Somos uno”. Sin embargo, no les recomiendo ese camino porque lo único que se lograría serían más divisiones. 2. Mantener el “status quo”. Es decir, seguir como estamos. Tú eres bautista, yo de comunidad, el otro pentecostal, el otro hermano libre, entonces nos respetamos, nos amamos, tenemos encuentros y retiros juntos, pero mantenemos el status quo. O sea, tenemos solo relaciones fraternales. Sin embargo, ese tampoco es el camino de Dios. Él quiere que seamos uno, y llegará el día en el que no habrá ninguna denominación. El único nombre que se mencionará será el de Jesucristo. Pero eso no lo haremos nosotros, porque si lo intentamos solo complicaremos el cuadro. Sin El proyecto eterno de Dios pág. 14 Jorge Himitian www.jorgehimitian.com Sitio oficial embargo, tampoco se trata de mantener el status quo, mantener las cosas como están. 3. La evolución homogénea. Es una frase que aprendí recientemente. Significa que, de dónde estamos hoy, gradualmente, en paz, en amor y en sabiduría, iremos construyendo la unidad que Dios quiere hasta que lleguemos a la unidad perfecta que Jesús pidió en Juan 17. No rompas nada, no te desafilies de tu denominación, continúa allí porque son tus hermanos, y los de las demás denominaciones también lo son. Entonces, cada uno desde su lugar irá avanzando gradualmente hacia lo que Dios quiere. En términos bíblicos, evolución homogénea significa crecer. Un niño crece de a poco. Si creciera un metro de estatura en poco tiempo sería un trastorno tremendo. Habría que internarlo en terapia intensiva. Sin embargo, Dios no obra así. Él nos hace crecer casi sin que nos demos cuenta, sin traumas, y nos va llevando hasta la madurez, hasta la plenitud. Ese es el camino correcto. Ni hacer una revolución ni afirmar nuestras denominaciones, sino ser fieles a la parte del cuerpo en la que Dios nos puso. Y desde allí avanzar gradualmente en el tiempo y la forma de Dios, y en el mover del Espíritu, hacia la unidad total que el Señor quiere para su iglesia. Y hacia allí llegaremos. ¡Gloria sea al nombre del Señor! Quisiera hacer una sugerencia práctica. De acuerdo con los principios bíblicos, la iglesia es una sola. Y la forma concreta de manifestar esa unidad en el mundo es que se produzca en cada ciudad. Hoy más que nunca el El proyecto eterno de Dios pág. 15 Jorge Himitian www.jorgehimitian.com Sitio oficial mundo se aglomera en pequeñas o grandes ciudades, y la Biblia enseña que todos los hijos de Dios que viven en una misma ciudad forman la iglesia de esa ciudad. Por ejemplo, la Biblia habla de la iglesia de Jerusalén. En Jerusalén había doce apóstoles y miles de discípulos. Sin embargo, los apóstoles no tenían cada uno su propia iglesia. Eran uno, y la multitud de los que habían creído era un corazón y un alma. Se reunían en muchas casas y a veces todos juntos, pero era una sola iglesia: la de Jerusalén. Nunca leemos en la Biblia: “las iglesias” de Jerusalén. Recordemos que iglesia no es un edificio. En otra parte dice: “la iglesia que está en Antioquía” (en singular). ¿Qué era Antioquía? Otra ciudad, donde miles se convirtieron debido a un gran avivamiento. En esa iglesia había cinco líderes, entre profetas y maestros. Entonces, observamos que hay diversidad de ministerios y de dones, pero una sola iglesia que estaba en Antioquía. Se trataba de una iglesia multicultural. Por primera vez los gentiles y judíos se convertían en grandes cantidades, sin embargo no formaron la iglesia de los judíos y la iglesia de los gentiles. Esas divisiones fueron abolidas en la cruz. Dios derribó la pared intermedia, y de ambos pueblos hizo uno solo. Hablar de una iglesia mesiánica o de una iglesia gentil sería una contradicción con la palabra de Dios. La iglesia es una sola, un solo cuerpo, un solo ministerio. En Apocalipsis, Jesús le dice a Juan (ya anciano), que estaba en la isla de Patmos, que escribiera a las siete iglesias de Asia. ¿Cómo siete? ¿No había una sola iglesia? Sí, pero Asia no era una ciudad, sino una región que abarcaba 7 ciudades. Entonces, de acuerdo con el principio bíblico de una El proyecto eterno de Dios pág. 16 Jorge Himitian www.jorgehimitian.com Sitio oficial iglesia en cada ciudad, había siete iglesias. Por ejemplo, le dice: “Escribe al ángel de la iglesia (singular) de Éfeso” (no de las iglesias de Éfeso). Entonces, afirmando este principio práctico, la unidad de la iglesia se debe manifestar en la unidad de todos los hijos de Dios en cada ciudad. ¿Cuántas iglesias tiene Dios en cada ciudad? Una. Puede haber muchas congregaciones. Ojalá haya una en cada barrio. Dios quiera que muchas congregaciones y casas se abran para evangelizar la ciudad. Pero debe haber una sola iglesia. Pueden reunirse en muchos lugares, pero todos formando parte de la única iglesia de la ciudad. Y eso es lo que está sucediendo. Desde hace aproximadamente 20 años, en muchas ciudades de Argentina, América Latina y el mundo comenzaron a formarse consejos de pastores. ¿Qué fue lo que sucedió en estos 20 años? Dios comenzó a obrar. Hoy hay consejos de pastores en casi todas las ciudades de Argentina, de Brasil y de Chile. Algunos todavía están dando los primeros pasos, pero otros ya funcionan perfectamente. El consejo de pastores de la ciudad de Buenos Aires está marchando sobre la visión de que en Capital hay una sola iglesia. Tal vez aún no todos los pastores lo ven así. Sin embargo, es cuestión de tiempo. Porque si es un plan humano se desvanecerá, pero si es el plan de Dios se cumplirá. Y si algún hombre o grupo quiere manipular este principio para su propio beneficio, sin dudas, Dios no lo va a permitir. Estamos en tiempos sagrados, en el kairós de Dios, y él está decidido a seguir adelante. Caminemos junto con Dios hacia la unidad que él realmente quiere. El proyecto eterno de Dios pág. 17 Jorge Himitian www.jorgehimitian.com Sitio oficial Imaginemos el tremendo potencial de recursos espirituales, humanos, económicos, de talentos y de dones que significaría que todos formáramos un solo cuerpo en una ciudad. ¿Habría algo que no se pudiera hacer? Sin embargo, aún los recursos espirituales, humanos y económicos no son nada si Dios dice desde el cielo dice “amén” a la unidad. ¡Caerán principados y potestades! ¡Nadie se opondrá! Dios derramará su gloria y gracia para lograr lo que él se había propuesto. 2. CALIDAD La iglesia está llamada a manifestar la santidad de Dios en el mundo. La Biblia dice que Dios nos escogió en Cristo antes de la creación del mundo para que fuésemos santos y sin mancha. Ese es su propósito. Unidad sin santidad carece de sentido. No glorifica a Dios. En el Nuevo Testamento, setenta veces se llama a los hijos de Dios “santos”. El apóstol Pedro dice en su Epístola: “Como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir”. Santo significa separado del pecado y consagrado a Dios. Ser santo es vivir de acuerdo con la voluntad de Dios y con las enseñanzas de Jesús. Ser santo es ser como Jesús. Es amar al prójimo como a nosotros mismos, es ayudar al necesitado, es ser el primero en servir. Ser santos en nuestra conducta significa no mentir, no insultar, no ofender, no decir malas palabras, no robar, no llevarnos del trabajo lo que no es nuestro (ni siquiera una lapicera). Y, cuando alguien se da cuenta de que ha pecado, ser santo significa confesarlo, devolver lo robado, pedir perdón a aquel a quien uno ha ofendido. Así actúa alguien santo. El proyecto eterno de Dios pág. 18 Jorge Himitian www.jorgehimitian.com Sitio oficial Santo no es ser perfecto; vamos hacia la perfección. Santo es aquel que quiere ser perfecto. Ser santo significa no tener relaciones sexuales antes ni fuera del matrimonio. Ser santo significa no coimear a nadie ni recibir soborno. Ser santo significa no hablar mal del ausente, aunque lo que diga sea verdad (muchas veces es exageración y aun mentira). Ser santo significa honrar los padres, no faltarles el respeto y obedecerlos. Ser santo significa no guardar rencor a nadie, perdonar al que nos ofende. Ser santo significa dejar de ser avaro, materialista, egoísta. Santo es el patrón que paga los mejores sueldos posibles a sus empleados. Santo es el empleado que trabaja con esmero y excelencia cuando lo controlan o cuando nadie lo ve. Santo es el gobernante que no se corrompe ni por un millón de dólares. Santo es el legislador o el juez que no se vende por un sobre cerrado; el empresario o profesional que pone su capacidad para promover el desarrollo y el progreso de otras personas o familias. Es un don que Dios le dio para servir y ayudar a los demás. Santo es el que ama a Dios con todo su corazón, con toda su mente, con toda su alma y con todas sus fuerzas, y lo obedece por amor. Santo es el que vive en comunión con Dios las 24 horas del día, ora sin cesar, da gracias siempre por todo y alaba a Dios no solo en las reuniones (“bendeciré a Jehová en todo tiempo”). Santo es el que ama a su prójimo como a sí mismo, llora con los que lloran, se alegra con los que están alegres, comparte sus bienes con los necesitados, se interesa por los demás, siente el dolor ajeno como propio. Ser santo es ayudar a los más débiles, acercarse a los solitarios, no visitar solo a los más simpáticos, lindos o pudientes, sino a los más débiles y sufridos de la sociedad. El proyecto eterno de Dios pág. 19 Jorge Himitian www.jorgehimitian.com Sitio oficial ¿Quién nos enseña todas estas cosas? La Biblia, la Epístola a los Efesios, el Sermón del monte. De eso se trata el reino de Dios. Esa es la iglesia que él quiere: una y santa. Son las dos peticiones que Jesús le hizo al Padre en Juan 17: “Que sean uno como tú y yo somos uno… la gloria que me diste les he dado para que sean uno así como nosotros… No te pido que los quites del mundo sino que lo guardes del mal, santifícalos en tu verdad, tu palabra es verdad, y yo por ellos me santifico, me consagro para que ellos sean también santificados en la verdad”. Jesús oró por la unidad y por la santidad. Murió para que fuéramos uno y santos. Con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. 3. CANTIDAD Jesús le dijo al Padre en Juan 17: “… como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo… Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno… para que el mundo crea que tú me enviaste”. En la medida en que recuperemos nuestra unidad y santidad, el mundo creerá, y se convertirán miles y millones. Más de la mitad de la población de Argentina será hija de Dios. En cada ciudad y provincia y en toda la nación el fuego se encenderá y se extenderá a otras naciones del mundo. La luz y la revelación acerca de la unidad que Dios le ha dado a la Argentina no la he visto en ninguna otra parte del mundo. Por lo tanto, somos responsables. Tenemos un gran depósito de revelación. Estamos El proyecto eterno de Dios pág. 20 Jorge Himitian www.jorgehimitian.com Sitio oficial proclamando algo que creemos. Dios nos ha dado fe que de que él es poderoso para cumplir todo aquello que ha prometido. ¡El mundo va a creer! ¡Argentina va a creer! ¡Los gobernantes se convertirán! El mundo no tiene la solución para la problemática de la sociedad. Tampoco la tienen los políticos, ni las religiones, ni los economistas, ni los sociólogos. Nadie tiene una propuesta, ni una solución. La gente siente un vacío, impotencia, tiene conciencia de fracaso. Sin embargo, el Señor de la historia lo está permitiendo porque es el tiempo de Dios, el kairós de Dios. El fuego se encenderá y se extenderá a todas las naciones. ¡Bendito sea el nombre del Señor! El proyecto eterno de Dios pág. 21