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REFLEXIONES CATÓLICAS SOBRE LA BIBLIA
Arquidiócesis de Miami - Ministerio de formación cristiana
15 de Mayo de 2016
Domingo de Pentecostés (Ciclo C)
Lectura del santo evangelio según San Juan 14:15-16, 23b-26
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Si me aman, cumplirán mis mandamientos; yo le rogaré al Padre y él les
dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes, el Espíritu de la verdad. El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre
lo amará y vendremos a él y haremos en él nuestra morada. El que no me ama no cumplirá mis palabras. Y la palabra que están
oyendo no es mía, sino del Padre, que me envió. Les he hablado de esto ahora que estoy con ustedes; pero el Paráclito, el
Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto yo les he
dicho.”
Comentario breve:
La fiesta de Pentecostés hoy culmina la cincuentena pascual. Celebramos el don del Espíritu Santo, “el Don que
contiene todo don,” la gran “promesa del Padre.”
En los evangelios Jesús es concebido por el poder del Espíritu y es ungido por éste en el Jordán. En la sinagoga de
Nazaret su lectura del texto de Isaías anuncia que el Espíritu lo ha ungido para “traer la buena nueva a los pobres, dar la
libertad a los cautivos, anunciar la liberación a los oprimidos, dar luz a los ciegos…” En el evangelio de Juan, Jesús en la
Ultima Cena, promete su Espíritu y en el de Lucas, el Señor resucitado pide a sus discípulos que esperen en Jerusalén porque
allí recibirán la fuerza del Espíritu que los capacitará para la misión.
En el evangelio de hoy vemos al resucitado que se manifiesta a sus discípulos, y sopla sobre ellos el Espíritu vivificante
para encomendarles la misión del perdón, la misericordia y la reconciliación; para llamar a todos al arrepentimiento y a
responder con decisión a la oferta de gracia y salvación que Dios hace en Cristo. El Espíritu, la fuente de vida por la cual la
Iglesia permanece y existe. Ella y todos sus miembros, ungidos por el Espíritu Santo son fortalecidos para la misión de ser
testigos de Cristo en el mundo y extender su misión redentora a todas partes. El escenario de Pentecostés nos acerca a una
comunidad dinámica, fortalecida y valiente, capaz de hablar a todos tal como Dios habla, en su propia lengua y cultura de cada
pueblo. Hoy la Iglesia, extendida por el mundo, renovada constantemente por los dones del Señor resucitado y por la
presencia activa del Espíritu Santo, trabaja para anunciar el evangelio de la misericordia a todos los pueblos.
La lectura de hoy nos presenta tres ideas importantes:
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El Espíritu es enviado a los discípulos de Jesús para convertirlos en una comunidad misionera que vive y anuncia a
todos el Evangelio del Señor.
La fiesta judía de Pentecostés celebraba la permanente alianza del Señor con Israel. Para los discípulos de Jesús el
contexto de Pentecostés manifiesta que Dios ha sellado una nueva alianza en Jesús con el don del Espíritu prometido.
Nace la Iglesia como comunidad ungida y facultada para extender la misión salvífica de Jesús en el mundo.
La celebración de los misterios pascuales, que culmina con las fiestas de la Ascensión del Señor y Pentecostés, renueva
la identidad y misión de la Iglesia, la llena de gozo y esperanza, reafirma su fe, y la llama a ser auténtica y audazmente
el Cuerpo de Cristo, que sana y transforma al mundo.
Para la reflexión personal o comunitaria:
Después de una pausa breve para reflexionar en silencio, comparta con otros sus ideas o sentimientos.
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¿Cómo he experimentado la gracia del Espíritu, que nos recrea, vivifica, nos libera y fortalece?
¿Cómo contribuyo y participo en la misión de la Iglesia en el mundo?
¿Cómo he contribuido para que mi parroquia se renueve durante este tiempo pascual, para ser una comunidad
misionera, de discípulos y apóstoles?
Lecturas recomendadas:Catecismo de la Iglesia Católica, párrafos 737-750