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Anales de la 37ª Asamblea General de ALIDE NICOLA ANGELUCCI Presidente de ALIDE y Presidente del Banco Multisectorial de Inversiones (BMI) de El Salvador Resulta bastante familiar para ALIDE realizar su Reunión Ordinaria de la Asamblea General aquí en la ciudad de Montevideo, Uruguay. Digo esto porque es la tercera vez que nuestros hermanos del Uruguay acogen a la comunidad de banqueros de desarrollo. En el año 1983, por primera vez tuvo lugar la XII Reunión de la Asamblea General de ALIDE cuyo tema fue el “financiamiento del desarrollo en condiciones de competitividad financiera” ocasión en que se analizó la problemática y alternativas para el financiamiento del desarrollo en una situación de escasez de recursos y su disponibilidad a tasas de mercado. Igualmente, se examinó las posibilidades de una efectiva complementación entre la banca pública y la banca privada mediante formulas de cooperación financiera como la co-inversión y el cofinanciamiento en la formulación y el desarrollo de proyectos y empresas conjuntas de alcance multinacional latinoamericano. Eran tiempos muy difíciles para nuestra región. Recuerden que muchos de nuestros países enfrentaban tasas de inflación alta, y una aguda escasez de recursos para el financiamiento productivo y social, pero a pesar de ello nos esforzábamos en promover la cooperación latinoamericana en el ámbito de nuestras instituciones, que constituye precisamente una de las razones de ser de ALIDE Pasaron 10 años y nuevamente en el año 1993, aquí en Montevideo, tuvo lugar la XXII Reunión de la Asamblea General de ALIDE, oportunidad en que se analizó la “modernización económica, reformas sociales e integración en América Latina: la función de los bancos de desarrollo”, y estuvo orientada a propiciar el estudio y la formulación de esquemas organizativos y funcionales que se consideran más idóneos para una eficaz acción de las instituciones financieras en la captación y colocación de recursos para el desarrollo y la integración regional, en el marco de las políticas de liberalización y reformas financieras emprendidas. Para ese entonces, habíamos dejado atrás la preocupación por los problemas de corto plazo y estábamos mirando más aspectos de naturaleza estructural, que tendrían impacto en nuestros países en un horizonte de largo plazo. Ahora, 14 años después, habiéndose liberalizado las economías y abiertos al mundo globalizado, las preocupaciones ya no son tanto la falta de recursos o la falta de crecimiento sino más bien como hacemos, en el contexto de estos mercados globalizados, para que los frutos del crecimiento se hagan extensivos al conjunto de la sociedad. De ahí que el tema de esta Asamblea sea “Crecimiento inclusivo: financiamiento, responsabilidad social y desafíos para la banca de desarrollo latinoamericana”, a fin de examinar el financiamiento del desarrollo desde una perspectiva socialmente inclusiva y cómo los bancos de desarrollo vienen fortaleciendo su compromiso con el problema de la inclusión social incorporando esta variable en sus programas de financiamiento a los sectores productivos. Ello acompañado de otras preocupaciones como son la protección del medio ambiente y los aspectos relacionados con la gestión interna de nuestras instituciones, como son la regulación y supervisión prudencial, y la adopción de políticas y prácticas de gobierno corporativo para proteger la buena marcha de las instituciones financieras de desarrollo. Varios estudiosos y analistas coinciden en que la economía mundial, por lo menos en éste y el próximo año, muestra que seguirá en la senda de crecimiento observada desde hace algunos años. A pesar de las preocupaciones, legítimas por cierto, que se originan por acontecimientos en las principales economías de países desarrollados –como fue el caso de los EE.UU. con los problemas suscitados en su mercado hipotecario-- y en algunas economías emergentes que cada vez van adquiriendo una mayor importancia, como la República Popular de China que hace no muy poco tiempo afectó a la baja a los 1 Montevideo, Uruguay, 24-25 Mayo 2007 Anales de la 37ª Asamblea General de ALIDE mercados de valores y generó más de una preocupación por el eventual enfriamiento de su economía, que viene creciendo a tasas de alrededor del 10% desde hace varios años, y que se ha constituido en uno de los principales mercados para los países de América Latina y el Caribe. Al respecto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) hace muy poco tiempo proyectó que las economías de la región crecerán en torno al 4.8% en el año 2007, cifra mucho más moderada que la observada en el año 2006, cuando la expansión llegó a 5.3%, debido a los altos precios de las materias primas que exporta la región ante una vigorosa demanda de China, a pesar que persistirá la volatilidad de los mercados internacionales. En este panorama alentador, el campo de acción de la banca de desarrollo se perfila en una doble dimensión, que se describe, por un lado, como el estímulo al desarrollo financiero mediante la introducción de instrumentos que acrecienten la disponibilidad de recursos a mediano y largo plazo, y la aplicación de políticas operativas conducentes a apoyar las ramas de actividad que puedan aportar una mayor contribución al crecimiento de la economía y a impulsar el desarrollo empresarial y tecnológico. Igualmente, el papel que le corresponderá desempeñar está determinado por los desafíos que deberán enfrentar las economías y que pueden resumirse en lo siguiente: a) la necesidad de obtener tasas de crecimiento sostenidas y estables para generar empleos bien remunerados que demanda la población, y así contribuir a superar el problema de la pobreza; b) la obtención de mejores niveles de productividad y competitividad; y c) lograr un desarrollo regional equilibrado y respetuoso del medio ambiente. Por otra parte, se espera que los bancos de desarrollo tengan una mayor participación en la financiación de la infraestructura para integrar a nuestros centros de producción con los mercados; fomentar y apoyar al desarrollo de la innovación tecnológica a fin de mejorar la competitividad de las empresas; apoyar al desarrollo de capital humano de calidad a través del financiamiento de la educación y de la capacitación empresarial, de manera tal de ayudar tanto a las empresas como a las personas a adquirir conocimientos y habilidades necesarias para elaborar productos innovadores y de mayor calidad para mejorar su competitividad, ayudar a la inclusión y acceso a los servicios financieros a las PYMEs y sectores excluidos a través de la creación y fortalecimiento de los mercados, desarrollo de productos, servicios financieros, y administración de riesgos, que permita generar oportunidades de empleo, potenciar sus capacidades, contribuir a la cohesión social y generar un crecimiento inclusivo para más personas, que es precisamente el tema que nos convoca en esta 37ª Reunión de nuestra Asociación Latinoamericana. No deseo terminar sin agradecer a las autoridades del gobierno y a la población de la República Oriental del Uruguay, en particular al Banco de la República Oriental del Uruguay en la persona de su Presidente, Fernando Calloia, por la hospitalidad, dedicación y colaboración para la realización de la 37 Asamblea General de ALIDE, que estamos convencidos será todo un éxito. Muchas gracias. 2 Montevideo, Uruguay, 24-25 Mayo 2007