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Respuestas de Hillary Clinton al cuestionario de AJC Cuestionario presidencial del American Jewish Committee Hillary Clinton Internacional Irán 1. El régimen iraní continúa avanzando en su búsqueda de capacidad para producir armas nucleares, que le daría cobertura para tratar de alcanzar más agresivamente sus metas de expandir su poder y su versión del Islam en toda la región y aún más allá. Además, Irán rehúsa cumplir las exigencias de ONU y OIEA de suspender sus tareas relacionadas con producción nuclear, que amenazan la paz y seguridad regional y mundial –especialmente con el insolente Mahmoud Ahmadinejad en la presidencia. Los líderes mundiales, incluyendo el Presidente francés Nicolas Sarkozy, y los líderes de ambos partidos políticos de nuestro país, han declarado que es inadmisible un Irán con armas nucleares. ¿Está usted de acuerdo? ¿Qué medidas tomaría para garantizar que el mundo siga estando protegido contra la amenaza de un Irán nuclear? ¿Piensa que es posible disuadir al régimen iraní en caso que cuente con armas nucleares? Estoy a favor de emplear una diplomacia enérgica con Irán. Creo que la política del gobierno de Bush de negarse a hablar con nuestros adversarios ha sido muy perjudicial para nuestra seguridad. Deberíamos recurrir a una diplomacia de premios y castigos con Irán que ha sido tan efectiva con Corea del Norte y Libia. Cuando sea Presidenta usaré todas las herramientas de nuestra diplomacia para impedir el apoyo de Irán al terrorismo y su respaldo a milicias en Irak, y poner fin a sus ambiciones nucleares de una vez por todas. He hecho declaraciones denunciando la retórica contra Israel del Presidente iraní y su negación del Holocausto, y solicité a la Secretaria Rice que ubique a EE.UU. a la vanguardia de una condena enérgica, unida, y manifiesta ante la comunidad internacional. He dicho que como Presidenta no participaría en reuniones personales con los líderes de estados canallas, como Irán. Al tratar con nuestros adversarios, haría planes cuidadosos, plantearía primero el trabajo preliminar, y me aseguraría de lograr un avance significativo como el modo más responsable de aumentar la seguridad de EE.UU.. Durante la Guerra Fría, hablábamos con la Unión Soviética mientras miles de misiles apuntaban a nuestras ciudades, y sus líderes amenazaban con enterrarnos, mientras el régimen sembraba discordia y levantamientos militares y acciones contra nuestros aliados. Esa fue una estrategia inteligente utilizada tanto por presidentes republicanos como demócratas, aun cuando era difícil. Creo que debemos recurrir a una diplomacia enérgica para garantizar que Irán no obtenga armas nucleares. He dicho que si Irán está realmente dispuesto a poner fin a su programa de armas nucleares, renunciar a patrocinar el terrorismo, y desempeñar un rol constructivo en la estabilización de Irak, EE.UU. deberá estar preparado para ofrecerle un conjunto cuidadosamente calibrado de incentivos. Esto permitirá que el pueblo iraní sepa que nuestra pelea no es con ellos sino con su gobierno, y demostrará al mundo que EE.UU. está dispuesto a intentar todas las opciones diplomáticas. Israel y Medio Oriente 2. Estados Unidos mantiene una sólida alianza bilateral con el estado de Israel, y también ha desempeñado un rol histórico como líder del proceso de paz. Este doble rol plantea una serie de preguntas. ¿Cómo caracterizaría la alianza entre EE.UU e Israel, y qué rol debería jugar esa amistad en la política de EE.UU. para Medio Oriente?¿Qué rol debería desempeñar EE.UU. en el proceso de paz? ¿Cuál debería ser el rol de otros líderes internacionales en el proceso de paz de Medio Oriente? ¿Cómo podrían otros estados de la región ayudar a promover la paz y a luchar contra el terrorismo? ¿Cómo debería EE.UU equilibrar la seguridad de Israel en una atmósfera de creciente presión por otorgar concesiones a los palestinos? ¿Debería EE.UU. llevar adelante su compromiso de mantener la capacidad de Israel de disuadir y defenderse contra combinaciones previsibles de amenazas, y mantener su ventaja militar cualitativa? ¿Qué rol debería desempeñar EE.UU. si Israel fuera objeto de ataques y, en el peor de los casos, le resultara imposible defenderse con éxito? Mi compromiso es profundo y permanente hacia una fuerte relación entre EE.UU. e Israel –enraizada en la tradición compartida de democracia, libre expresión, derechos de la mujer, y el imperio de la ley, reforzada por nuestro interés común en la paz, libertad y prosperidad. Creo que este vínculo indestructible, que ha simbolizado la política exterior norteamericana durante más de 50 años, debe seguir siendo la base de la política norteamericana para Medio Oriente. Creo que Israel es un aliado estratégico clave contra los peligros del terrorismo y radicalismo. He probado mi compromiso encabezando el apoyo a legislación que fortalezca esta relación mutuamente beneficiosa. Creo que la diplomacia norteamericana es esencial para resolver este conflicto, y debemos participar en la diplomacia regional con miras a conseguir apoyo árabe para un liderazgo palestino comprometido con la paz y dispuesto a dialogar con los israelíes. La Autoridad Palestina debe redoblar sus esfuerzos contra quienes pretenden destrozar la esperanza de paz a través de la violencia. También creo que el rol del gobierno de EE.UU. es apoyar a Israel en su difícil elección para lograr la paz, y que las partes deben negociar los asuntos relacionados con la situación definitiva. Cuando sea Presidenta, apoyaré enérgicamente los esfuerzos de ambas partes por negociar la paz. Considero que nunca se debe cuestionar el derecho de Israel a existir en seguridad como estado judío, con fronteras defendibles, y a salvo de violencia y terrorismo. Habiendo visitado Israel más de seis veces, en viajes de carácter político y personal, he visto con mis propios ojos los desafíos que enfrenta y lo he apoyado consistentemente en su combate contra el terrorismo. He sido líder en contra del sesgo y la discriminación contra Israel en todo el mundo. Airada por la exclusión de Magen David Adom de la Cruz Roja Internacional, he patrocinado legislación que impuso limitaciones a los aportes de EE.UU. al Comité Internacional de la Cruz Roja hasta que este reconoció a MDA, insté al gobierno suizo a encontrar una solución que otorgara participación plena a MDA, y me referí incansablemente a esta cuestión. Primero denuncié los libros de texto usados en las escuelas palestinas en 1999, que rechazan el derecho a la existencia de Israel y describen la fundación del estado como “una catástrofe sin precedentes en la historia.” Encabecé el ataque contra esta propaganda que adoctrina en lugar de educar a los niños palestinos, a fin de lograr activamente que estos jóvenes vean a Israel como un vecino al lado del cual vivir en paz. 3. Las visiones sobre un acuerdo final –incluyendo aquellas expresadas por los Presidentes Clinton y Bush—consideran la solución de dos estados: el estado judío de Israel viviendo al lado y en paz y seguridad con un estado palestino. Estas soluciones propuestas frecuentemente, incluyen ajustes a las fronteras de Israel retornando a las previas a 1967, para dar lugar a fronteras seguras y defendibles, y a tomar en cuenta las principales comunidades judías de la Margen Occidental. ¿Qué tipo de ajustes esperaría, en caso que los hubiera, a las fronteras pre-1967? ¿Cuál cree que sería la situación definitiva de Jerusalén? Dentro de la estructura de un proceso de paz, ¿qué garantías esperaría de los líderes palestinos en cuanto a combatir el terrorismo, desmantelar la infraestructura terrorista, y dar fin a la incitación contra Israel? ¿Qué acciones esperaría que tome Israel, en caso que tomara alguna, antes de que los palestinos cumplan estas expectativas? ¿Cómo visualiza que se resolverá el problema de los refugiados palestinos en los acuerdos definitivos? En el corto plazo, ¿qué opina sobre la cerca de seguridad que Israel está construyendo para proteger a sus ciudadanos contra los ataques terroristas desde la Margen Occidental? Apoyo un proceso de paz que significará seguridad y relaciones normales para Israel y los palestinos. Considero que los elementos fundamentales de un acuerdo definitivo han estado en claro desde 2000 –con un estado palestino en Gaza y la Margen Occidental a cambio de una declaración que ponga fin al conflicto, el reconocimiento del derecho de Israel a su existencia, garantías a la seguridad de Israel, el reconocimiento diplomático de Israel, y la normalización de sus relaciones con los estados árabes. Apoyo el derecho de Israel a existir en seguridad como estado judío, con fronteras defendibles y una Jerusalén indivisa como su capital, a salvo de la violencia y el terrorismo. La prioridad principal de todo gobierno es garantizar la seguridad y salvaguardar a sus ciudadanos. La decisión de construir la cerca de seguridad se hizo necesaria a causa de la negativa de las autoridades palestinas a combatir el terrorismo. Apoyé enérgicamente el derecho de Israel a construir la cerca, y presenté denuncias ante la Corte Internacional de Justicia por cuestionar el derecho de Israel a construirla. Darfur 4. La situación en la región Darfur de Sudán occidental se ha deteriorado notoriamente desde que el Presidente Bush lo rotuló como genocidio hace unos pocos años. A pesar de la acción internacional para autorizar una fuerza híbrida Naciones Unidas-Unión Africana, la crisis prosigue, habiendo producido ya más de 200.000 muertos y otros 2 millones y medio de desplazados de sus hogares. En caso de ser elegido, ¿qué medidas tomaría para ayudar a poner fin a esta crisis humanitaria acuciante? ¿Qué rol debería desempeñar EE.UU. en garantizar que las tropas que defienden la paz puedan ingresar al país? ¿Qué medidas debería tomar EE.UU encabezando la comunidad internacional para que presione rápidamente a Sudán? Como Presidenta, reuniré a la comunidad internacional a través del liderazgo norteamericano para detener el genocidio en Darfur. Lo he estado denunciando desde 2004, haciendo un llamamiento a la OTAN, al Consejo de Seguridad de la ONU, y a la Unión Africana para que tomen medidas enérgicas para detener el genocidio en Darfur. Debemos aumentar nuestros esfuerzos y trabajar incansablemente para obligar a Sudán a permitir el despliegue completo de la fuerza de paz de ONU-UA autorizada por el Consejo de Seguridad de la ONU, y asimismo trabajar con la región y las principales naciones africanas para garantizar que dicha fuerza cuente con los recursos necesarios para alcanzar el éxito. Estados Unidos debe aumentar la presión sobre China y usar su apoyo para garantizar la plena cooperación de Jartum. Washington también debe desempeñar un rol diplomático más importante y consistente, y apoyar un proceso político que lleve la paz a la zona. Estoy a favor de una zona de prohibición de vuelo. Finalmente, EE.UU. debe estar preparado para implementar medidas significativas, incluyendo la imposición de sanciones multilaterales si el gobierno de Jartum no permite que la fuerza de ONU-UA lleve a cabo su misión. Creo firmemente que EE.UU., como todas las naciones que defienden la libertad y el respeto por los derechos humanos, tiene la responsabilidad moral de condenar, de la forma más enérgica posible, las acciones del gobierno sudanés contra su propio pueblo. Cuando sea Presidenta, EE.UU. mantendrá una participación de alto nivel, consistente y sostenida en Darfur hasta que haya acabado la violencia y se haya resuelto el conflicto. Seguridad interna en EE.UU. Terrorismo: 5. Informes recientes sugieren que Al Qaeda sigue teniendo la misma fuerza que ha tenido desde 2001. Los grupos terroristas que operan bajo la influencia de Irán y con el apoyo de Siria tienen cada vez más poder en el Líbano y los territorios palestinos. Los informes también sugieren que en América Latina y del Sur está tomando impulso una creciente infraestructura terrorista relacionada con Hezbollah como representante de Irán. ¿Cómo conduciría usted, en caso de ser presidente, la batalla global contra el terrorismo? Considerando los éxitos y fracasos en los años transcurridos desde el 11/9, cómo cambiaría usted la política exterior de EE.UU. para combatir efectivamente la amenaza del terrorismo global? Consistentemente he estado de parte de Israel en su lucha contra el terrorismo. Presenté legislación que instaba a la liberación inmediata de los tres soldados israelíes que siguen cautivos de Hamas y Hezbollah, y fui co-ponente de una resolución expresando apoyo a Israel durante la guerra con Líbano en 2006. Como co-ponente de la Ley de responsabilidad de Siria, también creo que Estados Unidos debe presionar a Siria por albergar, apoyar, y patrocinar a grupos terroristas internacionales que amenazan tanto a las tropas norteamericanas de Medio Oriente como a nuestro aliado, Israel. Debemos estar atentos a la amenaza del terrorismo y trabajar para interrumpir el flujo de apoyo a Hezbollah desde Siria e Irán. Al Qaeda y otras organizaciones terroristas de la misma índole siguen absolutamente decididas a atacar a EE.UU. Para detener sus esfuerzos tendientes a causar daño a Estados Unidos, debemos recurrir a cuanto instrumento esté a nuestro alcance. Como Presidenta, intensificaré nuestro esfuerzo militar en Afganistán, que es la primera línea olvidada en la guerra contra el terror. No se puede permitir a los talibanes que recuperen el poder en Afganistán; si retornan, al Qaeda lo hará con ellos. Las políticas actuales de EE.UU. han debilitado el gobierno del Presidente Hamid Karzai permitiendo a los talibanes recuperar muchas zonas, especialmente en el sur. Los terroristas están encontrando refugios seguros en las Zonas Tribales bajo gobierno federal de Pakistán, y se están extendiendo asimismo a zonas urbanas del país, contribuyendo a la crisis. Como Presidenta, nombraré un enviado especial para que plasme una cooperación mucho más efectiva que permita resolver los problemas a lo largo de la frontera entre Pakistán y Afganistán. Combatir el terrorismo en el mundo requerirá una mejor inteligencia y un servicio clandestino que recoja inteligencia en la calle. Como Presidenta, trabajaré para que nuestra comunidad de inteligencia recupere su espíritu, aumentando la cantidad de agentes y analistas expertos en árabe y otros idiomas claves, y elevaré el perfil y estatus del análisis de inteligencia. Para maximizar nuestra efectividad, debemos reconstruir nuestras alianzas. La mayoría de los terroristas detenidos por complotar contra Estados Unidos, tanto antes como después del 11/9, fueron arrestados en otros países como resultado de la cooperación entre los organismos de inteligencia y de ejecución. El problema que enfrentamos es global; por ende debemos estar atentos a los valores, preocupaciones, e intereses de nuestros aliados y socios. Eso también significa trabajar mejor en la construcción de capacidad antiterrorista en el mundo. Debemos ayudar a fortalecer los sistemas policial, judicial y el ministerio público en el exterior; mejorar la inteligencia; e implementar controles fronterizos más estrictos, especialmente en los países en desarrollo. La inestabilidad y el extremismo florecen en sitios que carecen de infraestructura, educación, y oportunidades. Presenté la Ley Educación para Todos para aportar u$s 10 mil millones en cinco años y cumplir la meta de educación básica para todos los niños y niñas del mundo. Desde Pakistán a Sudán, los padres desean que sus hijos reciban educación, pero con frecuencia los gobiernos fallan en la prestación de ese servicio básico o se encuentran con recursos insuficientes para hacerlo aún cuando exista la voluntad. La educación es un instrumento para combatir el VIH/SIDA, facultar a las mujeres, y alcanzar el desarrollo económico. Y creo que todo ello es en favor nuestro. Tortura y tratamiento de detenidos 6. Los medios han prestado mucha atención al tratamiento de prisioneros capturados por EE.UU. y sus aliados. Desde los abusos en Abu Ghraib hasta la limitación de derechos legales en la Bahía de Guantánamo, se ha acusado al actual gobierno de permitir violaciones a los derechos humanos. En caso de ser elegido, ¿qué lineamientos impondría para el interrogatorio a los sospechosos de terrorismo? ¿Qué jerarquía les asignaría a los prisioneros capturados durante operaciones antiterroristas? ¿Cómo encararía la violación de dichos lineamientos por parte de soldados u otro personal norteamericano? He dicho sin dejar lugar a dudas que la tortura no puede ser una política norteamericana. Punto. Como Presidenta, no llevaré adelante la política de este gobierno. Esta es una de las cuestiones más importantes que enfrentamos, porque nada es más dañino para nuestra imagen ante el mundo que nuestro fracaso en cuanto a respetar las normas que hemos adoptado y promovido en todo el mundo. Considero que debemos representar el imperio de la ley ante todo el mundo, especialmente cuando estamos bajo amenazas. Al tratar de alcanzar lo esencial para la seguridad, debemos respetar nuestros valores y convertirnos en ejemplo que podamos señalar con orgullo y no con vergüenza. Asimismo, el Artículo Común 3 –que prohíbe “el tratamiento cruel o tortura,” “agravios a la dignidad humana,” y “tratamiento humillante y degradante”—es una norma que debemos respetar. No hay necesidad de degradar las normas de tratamiento humanitario de las Convenciones de Ginebra que protegen a nuestros hombres y mujeres de uniforme, y que se han incorporado al Manual de campo sobre interrogatorios de inteligencia del Ejército de EE.UU.. También estoy en contra de la negativa del gobierno de Bush a reconocer el derecho de hábeas corpus de los detenidos, porque permite detener personas de las calles de Estados Unidos y retenerlos indefinidamente sin presentar cargos y sin recurso legal. Energía 7. Como algunos de los mayores exportadores de petróleo propugnan sentimientos extremos contra EE.UU. y Occidente, la necesidad de una solución a la crisis de energía de nuestra nación se torna más acuciante cada día, junto con los efectos potenciales del cambio climático provocado por las emisiones de gases de efecto invernadero. ¿Cómo abordaría nuestra dependencia del petróleo importado? ¿Cuáles son las soluciones viables de largo plazo? ¿Cuál es el rol de la energía alternativa y las soluciones que tienden a la conservación en este plan? ¿Su plan incluiría medidas para abordar los efectos potenciales del cambio climático en Estados Unidos? La retractación de Estados Unidos del Protocolo de Kyoto y su negativa a participar en los esfuerzos internacionales de hacer frente a los tremendos desafíos del cambio climático, así como otras medidas unilaterales del gobierno de Bush afectaron nuestra imagen internacional. El gobierno de Bush ha hecho caso omiso del problema y ha perdido tiempo, que debería haber empleado en combatir el cambio climático. Debemos prestar atención nuevamente a esta preocupación vital. Dependemos más del petróleo importado hoy que el 11/9. Y un tercio de nuestro déficit comercial corresponde al petróleo que importamos, ya que transferimos cantidades masivas de riqueza a gobiernos no democráticos que usan esos fondos para sofocar la oposición y financiar el extremismo. Debemos poner fin a nuestra dependencia del petróleo extranjero y un sistema energético antiguo que socava nuestro crecimiento y nuestro futuro. Como Presidenta, trabajaré para reducir nuestra dependencia del petróleo extranjero en dos tercios de los niveles proyectados para 2030 y convertiré en prioridad la lucha contra el calentamiento global. Encarar el cambio climático representa una oportunidad económica inigualable que puede impulsar el crecimiento, crear empleos, y generar una ventaja competitiva en el siglo XXI. No podemos resolver la crisis climática solos, y el resto del mundo no la puede resolver sin nosotros. En mi gobierno, EE.UU. volverá a participar en las negociaciones internacionales sobre cambio climático y aportará el liderazgo necesario para alcanzar un acuerdo vinculante sobre el clima global post Kyoto, que finaliza en 2012, con el objetivo de negociar un nuevo acuerdo dentro del primer año de mi gobierno. Si fuera necesario, participaré en reuniones de alto nivel con líderes de todo el mundo cada tres meses, para impulsar el nuevo tratado. Este reto requiere atención constante y consistente en los círculos más elevados. Sin embargo, primero debemos restaurar nuestra propia credibilidad sobre este asunto. El primer paso esencial es demostrar un compromiso serio tendiente a reducir nuestra propia emisión a través de un enfoque de limitación y comercio (cap and trade) basado en el mercado. También debemos demostrar nuestro compromiso a combatir el cambio climático imponiendo limitaciones internas a las emisiones de gases de efecto invernadero e incrementando gradualmente las inversiones de EE.UU. para un futuro de energía limpia. Con este propósito, he avalado propuestas para reducir nuestra emisión en 80% del nivel de 1990, para el año 2050. También debemos ayudar a las naciones en desarrollo a construir una infraestructura energética interna eficiente y sustentable desde la perspectiva medioambiental. Dos tercios del crecimiento en demanda de energía en el curso de los próximos 25 años provendrán de países con poca infraestructura. Debemos crear vínculos formales entre la Agencia Internacional de la Energía y China e India y crear un foro internacional “E-8” según el modelo del G-8. Este grupo estaría formado por las naciones con mayor emisión de carbono y celebraría una cumbre anual dedicada a asuntos ecológicos y de recursos internacionales. Y también debemos prepararnos para las implicancias referidas a seguridad. Un grupo de generales y almirantes retirados de 3 y 4 estrellas publicó un informe que describe en detalle la amenaza que significa el calentamiento global para la seguridad de nuestra nación, desde mayores conflictos por obtener recursos naturales a inestabilidad y migraciones. El Senado aprobó mi legislación que solicita al Ministerio de Defensa que incorpore el asunto a nuestra planificación. Política interna Inmigración 8. A instancias del Presidente Bush, el Senado de EE.UU. recientemente analizó una reforma inmigratoria integral. Si bien este intento fracasó, sacó a la luz los serios problemas que afectan al sistema inmigratorio de nuestra nación, particularmente los 10-12 millones de inmigrantes indocumentados que viven actualmente en EE.UU. En caso de ganar, ¿cómo decidiría la suerte de estos 10-12 millones de personas? ¿Qué tipo de cambios apoyaría para la política de inmigración? ¿Qué salvaguardas impondría para garantizar que se seguirá brindando refugio seguro dentro de las fronteras de nuestra nación a aquellos que huyen de persecuciones? Cuando sea Presidenta, trabajaré para promulgar una reforma inmigratoria integral que respete el imperio de la ley, nuestro patrimonio de inmigrantes, y nuestros valores. Apoyo una reforma que incremente la seguridad en nuestras fronteras, ubicando en ellas más tecnología y personal, que imponga medidas duras a los empleadores que contratan trabajadores indocumentados, y ayude a las comunidades locales a encarar las consecuencias de un sistema de inmigración fracturado. También trabajaré investigando el modo de ayudar a nuestro vecino del sur a brindar oportunidades a su gente. Y me aseguraré de ofrecer un camino hacia una legalización merecida a las personas con voluntad de trabajar duro, respetar las reglas, aprender inglés y pagar multas. Libertad religiosa 9. Garantizar que el gobierno no imponga una religión es un derecho que garantiza la constitución. Al mismo tiempo, la constitución también protege los derechos de los individuos a practicar su religión, libres de influencia o coerción por parte del estado. ¿Cómo piensa que el gobierno puede proteger simultáneamente ambos derechos fundamentales? ¿Está a favor de que se asigne dinero federal a instituciones religiosas para la provisión de servicios sociales a las escuelas parroquiales? ¿Qué restricción impondría, en caso de hacerlo, a estos fondos, aportados mediante subsidios o vales? Respecto de otro asunto referido a la libertad religiosa, ¿está de acuerdo con legislación dirigida a reforzar la obligación de los empleadores de permitir un tiempo razonable para las prácticas religiosas de los empleados? Es una de las genialidades de quienes fundaron nuestra nación el haber comprendido en nuestra Constitución que debíamos simultáneamente establecer el gobierno de la mayoría y proteger los derechos de la minoría incluyendo el derecho a la libertad de culto, uno de los preciosos legados que recibimos como norteamericanos: garantizar que nuestra nación, que ha sido ejemplo de libertad y tolerancia religiosa entre una población diversa, continúe siéndolo. Es nuestra responsabilidad pensar de qué modo cada uno de nosotros puede promover la libertad de culto. He apoyado la Ley de libertad de culto en el lugar de trabajo, que reformaría la Ley de derechos civiles de 1964 incluyendo disposiciones con respecto a tiempo para practicar la religión en el empleo, y otros fines. Apoyo la asignación de fondos a programas basados en la fe que promuevan el bienestar general –alimentar a los hambrientos, brindar refugio a los sin hogar, y llevar esperanza a quienes sufren. Servicio Nacional 10. El apoyo bipartidista al servicio nacional ha aumentado en los últimos años gracias al reconocimiento que los programas de servicio cubren importantes necesidades de la sociedad y crean hábitos de compromiso cívico en aquellos que participan. Como Presidente, ¿apoyaría la implementación, e incluso la expansión, de estas iniciativas? ¿Qué medidas implementaría, si las hubiera, para aumentar los incentivos para que los jóvenes norteamericanos donen su tiempo a brindar servicios a su país? Creo que AmeriCorps, creado durante el gobierno de mi esposo, es un modelo para los programas de servicio público. Para aprovechar este esfuerzo e incrementarlo, he propuesto incrementar el Segal AmeriCorps Education Award a u$s 10.000 y fundar una Academia de servicio público de Estados Unidos, que brindaría cuatro años de educación universitaria con subsidio federal. Ambos esfuerzos, si se implementan exitosamente, tornarían más asequible la educación universitaria. También tengo un plan integral para que la universidad esté al alcance de más norteamericanos; el plan incluye la creación de un crédito fiscal de u$s 3.500 y el aumento del monto máximo de la Beca Pell. Cuando sea Presidenta, crearé una oficina en la Casa Blanca que coordine todos los programas nacionales de servicio y que me informe de los avances en la ampliación del mismo en nuestra nación. La expansión y promoción del servicio nacional será una prioridad importante para mí y mi gobierno cuando sea Presidenta. Estoy a favor de políticas locales que exijan que los jóvenes cumplan servicio comunitario como condición para graduarse de la escuela secundaria. Estas políticas benefician a los jóvenes, ayudan a dar respuesta a nuestras urgentes necesidades nacionales, y sirven para unir a personas diversas y construir comunidades fuertes. En 2007 presenté la Ley Teach for America, que autorizaría al Ministro de Educación a asignar hasta u$s 20 millones anuales a Teach for America, Inc., para ampliar su programa de búsqueda, selección, capacitación y apoyo a nuevos maestros. Presenté la Ley de la Academia de Servicio público en 2007, que crearía una academia para estudiantes no graduados, diseñada para cultivar una nueva generación de líderes jóvenes dedicados al servicio público. Siguiendo el modelo de las academias de servicio militar, la Academia de Servicio público de Estados Unidos brindaría cuatro años de educación universitaria, con subsidio federal, a más de 5.000 estudiantes por año a cambio de un compromiso de cinco años de servicio público después de la graduación.