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16 TEMA Betania UNIDAD 7 ¿Cuál es la misión de la Iglesia en el mundo? Miramos la realidad La Iglesia busca estar presente con todos sus hijos e hijas, buscando responder a sus inquietudes e interrogantes. Prueba de ello es que todas nosotras hemos recibido la fe, por la misión evangelizadora de la Iglesia. Por ella hemos encontrado al Señor Jesús y podemos reconciliarnos con Dios, con nosotras mismas, con los demás y con lo creado, y así encontrar el camino para ser plenamente felices. “La Iglesia...se siente íntima y realmente solidaria del género humano y de su historia... Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez los gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón. “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”1. La comunidad cristiana está integrada por seres humanos que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar hacia el reino del Padre y han recibido la buena nueva de la salvación para comunicarla a todos”2. ¿Vas a cooperar con la Iglesia en su misión evangelizadora? 1 Mt 28, 19-20. 2 Gaudium et spes, 1. Manual de Formación Betania - Nivel 1 1 Betania 16 TEMA UNIDAD 7 Iluminamos al mundo con la fe 1. Identidad y Misión de la Iglesia Después de su resurrección, el Señor Jesús se presentó muchas veces a los apóstoles reforzando su fe y preparándolos para el inicio de una gran misión evangelizadora, que les confió de modo definitivo en el momento de su Ascensión al cielo. Es entonces cuando el Señor dirigió a sus apóstoles este mandato: “Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación”3. Este es un llamado a ponerse en marcha, un envío con su poder para continuar su propia misión y proclamar el Evangelio a todas las culturas de todos los tiempos, para transformar a modo de fermento el mundo entero. Icono de la Ascensión “Id, y haced discípulos a todas las naciones…”4. “Esto nos hace reflexionar también sobre cómo las mujeres, en la Iglesia y en el camino de fe, han tenido y tienen también hoy un papel especial en abrir las puertas al Señor, seguirle y comunicar su Rostro, porque la mirada de fe siempre necesita de la mirada sencilla y profunda del amor”5. La Iglesia es el ámbito donde los seres humanos, encontrando al Señor Jesús, descubren el amor del Padre, que está unido al Hijo. Cuando el Señor asciende a los cielos, promete el Espíritu Santo para la santificación de la Iglesia y sus miembros. No nos deja solos, nos deja a Aquel, que derrama abundante gracia para nuestra propia conversión, haciéndonos capaces de amar con el mismo amor de Dios “porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”6. Así, en la Iglesia, en comunión con ella, debemos buscar nuestra reconciliación y santidad, conscientes que nuestra misión es cooperar con la gracia abundante que Dios nos regala para así poder configurarnos conel Señor Jesús, que es “la respuesta definitiva a la pregunta sobre el sentido de la vida y a los interrogantes fundamentales que asedian también hoy a tantos hombres y mujeres”7. La misión de la Iglesia puede resumirse en una sola palabra: evangelización. Se trata de anunciar al Señor Jesús y por ende la reconciliación que Él nos ha traído. De hecho esa fue la preocupación inicial en el Concilio Vaticano II8, cuando se buscó responder a la pregunta “¿Iglesia qué dices de ti misma?”, como una forma de que ésta tome conciencia sobre su identidad y su misión, para responder mejor a las necesidades de los seres humanos del mundo de hoy. 6 Rm 5, 5. 7 Eclessia in America, 10. 8 Ver Luis Fernando Figari, Vigencia y Proyección del Concilio Vaticano II: Una eclesiología de comunión y reconciliación, sobre la Constitución dogmática Lumen Gentium, Vida y Espiritualidad, Lima 1996, p. 37. 3 Mc 16, 5. 4 Mt 28, 19. 5 Papa Francisco, Audiencia General, abril 2013. 2 “La evangelización es lo que marca la identidad de la Iglesia” Manual de Formación Betania - Nivel 1 Manual de Formación Betania - Nivel 1 3 Betania 16 TEMA UNIDAD 7 “El Evangelio no es para algunos sino para todos… No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más indiferente”. Papa Francisco, Misa de clausura, en la JMJ Rio 2013. Así, la identidad más profunda sobre la Iglesia es su propia misión evangelizadora: “Evangelizar constituye, en efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. Ella existe para evangelizar, es decir, para predicar y enseñar, ser canal del don de la gracia, reconciliar a los pecadores con Dios, perpetuar el sacrificio de Cristo en la santa Misa, memorial de su muerte y resurrección gloriosa”9. Asimismo “el que ha sido evangelizado evangeliza a su vez. He ahí la prueba de la verdad, la piedra de toque de la evangelización: es impensable que un hombre haya acogido la Palabra y se haya entregado al Reino sin convertirse en alguien que a su vez da testimonio y anuncia”10. Evangelizar no es otra cosa que acercar a las personas al Señor Jesús, que Él sea el centro de sus vi- das, que ellas encuentren un sendero humanizante de felicidad por el cual avanzar, siendo rescatados y reconciliados del pecado, e invitados a vivir una vocación de libertad, amor aquí en la tierra, y recibiendo el ciento por uno, también en el cielo. Esta evangelización es lo que marca la identidad de la Iglesia, la cual se verá reflejada en la Constitución Dogmática Lumen Gentium11, en la que se comienza enfatizando que Cristo es la luz de los pueblos y que la Iglesia, reflejando la luz del Señor Jesús es luz del mundo. “De esta manera se introduce la reflexión sobre la Iglesia dentro de la consideración del designio redentor del Padre y de la obra salvadora y reconciliadora del Verbo Eterno, prolongada por obra del Espíritu Santo en la Iglesia, Cuerpo místico de Cristo”12. 2. Anunciar en primera persona la Reconciliación obrada por el Señor Jesús “Como todos los fieles, los laicos están encargados por Dios del apostolado en virtud del Bautismo y de la Confirmación y por eso tienen la obligación y gozan del derecho, individualmente o agrupados en asociaciones, de trabajar para que el mensaje divino de salvación sea conocido y recibido por todos los hombres y en toda la tierra; esta obligación es tanto más apremiante cuando sólo por medio de ellos los demás hombres pueden oír el Evangelio y conocer a Cristo. En las comunidades eclesiales, su acción es tan necesaria que, sin ella, el apostolado de los pastores no puede obtener en la mayoría de las veces su plena eficacia”13. 9 Evangelii Nuntiandi, 14. 10 Ibidem. 11 Lumen Gentium, 1. 12 Ibidem, 40. 13 Catecismo de la Iglesia Católica, 900. 4 Como hijas de la Iglesia, las betanias estamos llamadas a anunciar al Señor Jesús y la reconciliación que Él nos trajo. La evangelización, es el anuncio en primera persona de la reconciliación obrada por el Señor Jesús en la propia vida, que nace fruto del encuentro con El, en la oración y en los sacramentos. El mismo Señor Jesús nos dijo “Ánimo, yo he vencido al mundo”14 y con ello nos alienta a seguirlo con radicalidad y a anunciarlo. Nos dice Benedicto XVI: “Tenéis la tarea de volver a proponer con vuestra competencia, la belleza, la bondad y la verdad del rostro de Cristo, en quien todo hombre está llamado a conocer sus rasgos más auténticos y originales, el modelo que hay que imitar cada vez mejor”. Con la conciencia que somos frágiles vasos de barro, pero portadoras de la gracia de Dios, no podemos quedarnos pasivas ante la necesidad de las personas que buscan en- contrarse con el Señor Jesús, quien es la respuesta de sus vidas. “En ese camino de fe que encuentra su base firme en la reconciliación con Dios Amor, debemos aprender a reconciliarnos con nosotras mismas, escuchando la voz de nuestra mismidad y viviendo la adhesión al Señor Jesús”15, solo cuando nos hayamos encontrado con el Señor Jesús y lo hayamos dejado entrar en nuestra vida, escuchando en lo más profundo de nuestro ser, su voz, podremos ser capaces de darlo a los demás, pues, nadie da lo que no tiene. “La Iglesia nos impulsa a ser testigos de la reconciliación, buscando anunciar y testimoniar el don recibido, compartirlo y vivir coherentemente como miembros de la Iglesia, recordando que ninguna actividad humana, ni siquiera en los asuntos temporales, puede sustraerse a la soberanía de Dios”16. 14 Jn 16, 33. 15 Luis Fernando Figari, Horizontes de reconciliación, Vida y Espiritualidad, Lima 1996, p. 180. 16 Luis Fernando Figari, Formación y Misión, Vida y Espiritualidad, Lima 2008, p.50. Manual de Formación Betania - Nivel 1 Manual de Formación Betania - Nivel 1 5 Betania 16 TEMA UNIDAD 7 “Llega la hora, ha llegado la hora en que la vocación de la mujer se cumple a plenitud, la hora en que la mujer adquiere en el mundo una influencia, un peso, un poder jamás alcanzados hasta ahora. Por eso, en este momento en que la humanidad conoce una mutación tan profunda, las mujeres llenas del espíritu del Evangelio pueden ayudar tanto a que la humanidad no decaiga”17. 3. María Maestra en el apostolado “Mujer, ahí tienes a tu hijo… Ahí tienes a tu Madre”18. Desde la Cruz el Señor Jesús nos señala a María como madre nuestra. Y es aquí que ella ha recibido del mismo Señor Jesús la misión de conducir a los hombres hacia el encuentro plenificador con Él. De aquí que nuestro apostolado, sea corolario, es decir, fruto y consecuencia del apostolado que María realiza, cumpliendo así fielmente con la misión que el Señor le encomendó desde la cruz. la verdad del Evangelio. Nos toca a nosotras cooperar activamente en el apostolado de María, anunciando a Jesús, en un amor solidario por los más necesitados, promoviendo la reconciliación de la persona y de todas sus estructuras. 4. Conclusión La Iglesia es un don de Dios para la humanidad. Por ella hemos recibido el don de la fe y estamos invitadas a comunicar a nuestros hermanos este don cooperando según el máximo de nuestras capacidades y posibilidades en la misión evangelizadora a Ella encomendada. La Iglesia “experta en humanidad” busca que todas las personas puedan encontrar el sentido de sus vidas, descubriendo al Señor Jesús y permitiendo que el don de la reconciliación que nos ha traído se haga efectivo en sus vidas. Respondamos con generosidad en la tarea evangelizadora que a todos, como Iglesia, el Señor nos ha confiado. Acojámonos a la intercesión de la Madre de la Reconciliación, Madre de la Iglesia y nuestra. Cooperemos con su tarea de llevar a todas las personas al encuentro con su Hijo, el Señor Jesús, buscando así instaurarlo todo en Él. “Quien ha descubierto a Cristo debe llevar a otros hacia Él. Una gran alegría no se puede guardar para uno mismo. Es necesario transmitirla”. “María es la primera que nos lleva al encuentro con el dulce Jesús, es la primera en hacer apostolado. Quien se acerca a María se ve conducido suave y amorosamente hacia el Hijo. María modela con afecto maternal nuestros corazones asemejándolos al de Jesús. Ella nos guía de manera silenciosa, discreta pero eficaz, hacia la plenitud de la vida”19. Benedicto XVI en la jornada mundial de la juventud en Colonia 2005. Nosotras estamos llamadas a cooperar con ella en la misión apostólica que le ha sido encomendada por su Hijo Jesús, de llevar a todas las personas hacia Él. María, la dulce Madre del Señor Jesús, es maestra en la evangelización y el apostolado, ella siempre atenta a las necesidades de cada ser humano20 nos enseña con su vida cómo hacer apostolado, cómo anunciar al Señor y 17 Mensaje final, Concilio Vaticano II. 18 Jn 19, 26-27. 19 Luis Fernando Figari, Formación y Misión, Vida y Espiritualidad, Lima 2008, p.18. 20 “No tienen vino”, Ver Jn 2, 3. 6 Manual de Formación Betania - Nivel 1 Manual de Formación Betania - Nivel 1 7 Betania 16 TEMA UNIDAD 7 Vivamos nuestra fe “Predicar el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria; es más bien un deber que me incumbe. Y ¡ay de mí si no predicara el Evangelio!”. 1Cor 9,16. ¿Qué haré para cooperar con la gracia? Interiorizamos... ¿Cómo vivo esto? “Es ésta la misión de la Iglesia ayer, hoy y siempre: anunciar y testimoniar a Cristo, para que el hombre, todo hombre, pueda realizar plenamente su vocación”21. Preguntas para el diálogo • ¿Cuál es la misión que el Señor Jesús ha encomendado a la Iglesia? • ¿Eres consciente que como hija de la Iglesia, estás llamada a cooperar con su misión evangelizadora? • ¿Buscas hacer apostolado a “tiempo y a destiempo”, con tu familia y amigos? • ¿Cuál crees que es el apostolado específico que el Señor Jesús te está pidiendo? Acciones Comunitarias • ¿ Qué significa esta cita para ti?: “Predicar el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria; es más bien un deber que me incumbe. Y ¡ay de mí si no predicara el Evangelio!”22. • Medita el Camino hacia Dios n. 180 “Os he destinado para que vayáis y deis fruto”. Puedes encontrarlo en ww.caminohaciadios.com • Visita al Santísimo para pedirle que su amor ilumine y te dé la fortaleza para anunciarlo a “tiempo y a destiempo”23. • Busca a una amiga o grupo de amigas a los que puedas invitar a vivir la aventura de la vida cristiana. • Haz una Visita Mariana y pídele a nuestra Madre que te acompañe y te instruya en tu apostolado. • ¿Tienes una actitud apostólica con tu familia? Piensa en como acercar al Señor Jesús a cada uno de ellos. • C ompartan en una reunión de grupo el apostolado que cada una realiza. • Organicen una actividad apostólica con todo el grupo. • Participen en grupo de una celebración eucarística, con la intención de rezar por el Santo Padre y por la misión evangelizadora de la Iglesia. • Lean la Constitución Pastoral Gaudium et spes y compartan sus reflexiones en el grupo. La pueden encontrar en la página web del Vaticano. • Vean en su grupo la película sobre la vida de Juan Pablo II, “Karol, el hombre que llegó a ser Papa” de Giacomo Battiato, (2005) y compartan sus reflexiones. 22 1Cor 9, 16. 23 2Tim 4, 2. 21 Benedicto XVI, Ángelus del 22 de Noviembre de 2005. 8 Acciones personales Manual de Formación Betania - Nivel 1 Manual de Formación Betania - Nivel 1 9 Betania 16 TEMA UNIDAD 7 Celebramos nuestra fe 2. Rugen tormentas y a veces nuestra barca parece que ha perdido el timón. Miras con miedo, no tienes confianza. ¡IGLESIA PEREGRINA DE DIOS! Una esperanza nos llena de alegría, presencia que el Señor prometió. Vamos cantando, Él viene con nosotros. ¡IGLESIA PEREGRINA DE DIOS! Recemos en comunidad Todas: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Lectora 1: “Y cuando llegaron subieron a la estancia superior, donde vivían, Pedro, Juan, Santiago y Andrés; Felipe y Tomás; Bartolomé y Mateo; Santiago de Alfeo, Simón el Zelotes y Judas de Santiago. Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos”24. Lectora 2: Hoy nosotras también nos reunimos como pequeña porción de tu Iglesia, en compañía de María, para pedirte que enciendas en nuestros corazones el fuego de tu amor a ella, para que seamos siempre fieles colaboradores de la misión que le has encomendado. Monitora: Salgamos dispuestas a cooperar con Santa María, Madre de la Iglesia, en la tarea de guiar a los hombres al encuentro plenificador con su Hijo, el Señor Jesús. Cantamos “Iglesia Peregrina”. Rezamos juntas la oración “Contribuyendo al cambio”25. Todas: 1. Todos unidos, formando un solo Cuerpo, un Pueblo que en la Pascua nació; miembros de Cristo en sangre redimidos; ¡IGLESIA PEREGRINA DE DIOS! Vive en nosotros la fuerza del Espíritu, que el Hijo desde el Padre envió; Él nos empuja, nos guía y alimenta. ¡IGLESIA PEREGRINA DE DIOS! Todas: “Hay tanto que hacer y cada quien tiene su propia tarea en la gesta de nuestro tiempo. Madre Santísima, intercede para que yo reciba la fuerza y el aliciente para cooperar con la gran tarea de cambiar este mundo nuestro poniendo mi grano de arena, que bien podría hacer la diferencia. Amén”. Todos: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. SOMOS EN LA TIERRA SEMILLA DE OTRO REINO, SOMOS TESTIMONIO DE AMOR, PAZ PARA LAS GUERRAS Y LUZ ENTRE LAS SOMBRAS, IGLESIA PEREGRINA DE DIOS. 24 Hch 1, 13-14. 10 3. Todos nacidos en un solo Bautismo, unidos en la misma comunión; todos viviendo en una misma casa; ¡IGLESIA PEREGRINA DE DIOS! Todos prendidos en una misma suerte, ligados a la misma salvación, somos un Cuerpo y Cristo es la cabeza, ¡IGLESIA PEREGRINA DE DIOS! 25 Luis Fernando Figari, Con María en Oración, segunda edición, Fondo Editorial, Lima 2004, pp. 77-78. Manual de Formación Betania - Nivel 1 Manual de Formación Betania - Nivel 1 11 NOTAS NOTAS Betania Manual de Formación Betania - Nivel 1 Manual de Formación Betania - Nivel 1