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V Encuentro Continental de Teología India Manaus-AM, Brasil, 21-26/04/2006 Entrevista: Mons. Felipe Arizmendi Esquivel Obispo de San Cristóbal de las Casas, México Responsable de la Sección de Pastoral Indígena del CELAM Pte. de la Comisión Episcopal de Pastoral Indígena - Conferencia Episcopal Mexicana Entrevistadores: Christophe Six sj e Fernando López sj 1. ¿Qué le parecer este V Encuentro Latinoamericano de Teología India? Yo fui invitado por la Coordinación y con gusto acepté, tanto a título personal como en nombre de las comisiones que represento de Pastoral Indígena, del Episcopado Mexicano y en el CELAN. Estos encuentros sirven mucho para escuchar distintas voces y personas, ayudan a entender situaciones que se están viviendo y todo eso nos enriquece a todos e ilumina. Descubrimos por donde van los caminos del Espíritu en la Iglesia y nos ayudan también a animarnos en los trabajos que procuramos hacer en las comunidades indígenas. Aprecio estos encuentros porque sirven para compartir los valores y riquezas que Dios va sembrando en sus pueblos. A veces nos queda la pregunta: ¿Hasta dónde en estos encuentro se resalta la figura de Jesús Cristo, que para nosotros los cristianos católicos es central? En una de las reuniones que tuvimos aquí los obispos presentes con la coordinación, expresamos esta inquietud. A veces nos parece que tenemos vergüenza de que aparezca lo cristiano y lo católico; siendo que también esa es nuestra riqueza a compartir. Nos quedamos con el trauma que en la conquista se avasallo mucho a estas culturas. Y ahora no se quiere ofrecer la gran riqueza, la gran plenitud que para ellos mismos significa Jesucristo. Es oportuno resaltar la centralidad de Jesucristo, no como alguien que destruye, sino como alguien que ayuda a discernir el trigo de la cizaña. Pidamos que Él nos dé el Espíritu de bondad, de amor, de comprensión para saber respetar posturas diferentes y nos ayude a enriquecernos los unos a los otros con la convicción de fe que tenemos. Así que no la ocultemos ni la disminuyamos, sino que al contrario, podamos compartir nuestra fe en Jesucristo. Es muy enriquecedor descubrir otras culturas indígenas, ayuda mucho, pero también ayuda compartir que Jesucristo es el que a estas culturas les está dando plenitud. 2. ¿Cómo ve el caminar de la Teología India en América Latina? En el año 1999, siendo un servidor, secretario general del CELAM, fuimos a Roma con toda la presidencia del CELAN para entrevistarnos con el Papa Juan Pablo II y los diversos dicasterios de la curia romana. Cuando nos entrevistamos con el entonces cardenal Ratzinger (actual Papa), él, por iniciativa propia, nos pidió que promoviéramos diálogos entre los obispos y los que promueven la Teología India, con el fin de recibir todos los valores que la Teología India promueve y al mismo tiempo clarificar algunos aspectos que no estuvieran suficientemente bien definidos. Esta actitud del entonces cardenal Ratzinger la confirmó en una carta que envió posteriormente al actual presidente del CELAM, Cardenal Francisco Javier Solís, Arzobispo de Santiago de Chile, en que le recuerda que el CELAM debe continuar haciendo estos encuentros y simposios para seguir clarificando aquellos puntos que requieren discernir que aspectos son conformes con la doctrina católica y cuales no. Esto significa que la Iglesia ya no quiere más confrontaciones o pleitos que desgasten, como sucedió con la Teología de la Liberación, sino que se promuevan distintos diálogos para que haya un enriquecimiento mutuo. Aquí hemos visto distintas posturas: Hay quienes llevan una Teología India-India, sin Evangelio y sin Cristo, y con ellos también tenemos que dialogar. Hay otros que avanzan en una Teología India- Cristiana en la que se dialoga con algunas de confesiones evangélicas. Hay también una Teología India-Católica, inspirada en la Biblia y que, con la ayuda del Magisterio de la Iglesia, trata de discernir todo lo que efectivamente son Semillas del Verbo de Dios en medio de las culturas. Reconocemos que hay ya semillas que han madurado mucho y han dado ya frutos extraordinarios. Esto es importante resaltarlo y la Teología India trata de hacerlo. Pero también, al mismo tiempo, la Teología India trata de discernir aquello que es anti-Reino, aquello que sea destructor dela vida. Por ejemplo: el lugar que a veces se da todavía en algunas culturas indígenas a la mujer no es conforme con el Plan de Dios y hay que discernirlo; igualmente con el curso de la naturaleza, hay que ver qué es lo que Dios quiere en la creación y qué es contrario a su Plan; algunas personas se niegan a usar medicamentos o hacer una operación porque no es uso de la naturaleza… Tenemos que discernir lo que sí ayuda y lo que no ayuda a la vida de los Pueblos. Al final es lo que Dios quiere: ¡Qué nuestros pueblos tengan vida! Yo veo con mucho interés el desarrollo de la Teología, porque son intentos y búsquedas, y como todo intento y búsqueda siempre está expuesta a alguna desviación. Pero cuando vamos dialogando y nos escuchamos como hermanos se pueden recoger frutos extraordinarios. Y por eso hemos tenido y continuamos promoviendo varios encuentros: En México tuvimos un encuentro a nivel nacional. Estamos promoviendo encuentros en las distintas regiones del CELAM. En México y Centro América nos encontramos para hablar de los distintos nombres que se dan a Dios en las diversas culturas indígenas, para ver hasta que punto están de acuerdo con la Palabra de Dios. Y vimos que hay casi coincidencia y una riqueza enorme en estos nombres de Dios. Fue un diálogo muy hermoso con los Obispos y los Teólogos de la Teología India. Tuvimos un encuentro semejante en Bolivia para los países bolivarianos y en mayo/2006 tendremos uno en Paraguay para los Países del Cono Sur. Todos estos encuentros culminarán con el III Simposio de Teología India promovida por el CELAM (que está dentro de los mandatos que el CELAM nos dio) a ser realizado en Guatemala con el tema: “Cristo y las Culturas Indígenas”; intentaremos ver en qué forma Cristo fue recibido, fue aceptado, cómo es proclamado, cómo es pensado, cómo es expresado y vivido Jesucristo en las distintas culturas indígenas. Va a ser un diálogo al que serán invitados todos los que están promoviendo actualmente la Teología India, con varios los obispos de las diferentes Conferencias Episcopales y una representación de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que ya designó al Arzobispo de Villavicencio (Colombia), Mons. Octavio Ruiz, para ser el representante directo de la Santa Sede. También hemos invitado al Obispo Vicepresidente de la Pontificia Comisión para América Latina. Si queremos estar en comunión con Roma y con todas las Iglesias, ir descubriendo las riquezas que tiene la Teología India y discerniendo aquellos puntos que requieren clarificación. Yo lo veo pues con esperanza. 3. ¿Cómo ve el desarrollo de las Iglesias Autóctonas en América Latina? Yo lo veo muy prometedor si se entienden como el Concilio Vaticano II nos transmitió. Porque efectivamente, en algunos momentos, no niego los riesgos de que caigamos en una “iglesia autónoma”. Pero eso no es lo que el Concilio pidió. El Concilio pidió “Iglesias Autóctonas” en el sentido de que sean iglesias encarnadas en las culturas de cada lugar. No solamente encarnadas en las culturas indígenas, sino en todos los tipos de culturas. Pienso, por ejemplo, en el esfuerzo que se está haciendo para que se promuevan en primer lugar los propios idiomas indígenas. Que usen sus propios idiomas es un derecho que los pueblos tienen; que las celebraciones, la Biblia, la catequesis, etc. se hagan en su propio idioma. Es una injusticia que todavía sigamos celebrando en estas culturas indígenas en un idioma que no es el propio. Tenemos en esto que avanzar mucho todos: obispos, sacerdotes, religiosos/as, todos. Incluso precisamos hacer un trabajo más científico para hacer las traducciones católicas, porque muchas veces hemos dependido de las traducciones protestantes que tienen muchos errores doctrinales y muchos errores culturales. Son muy pocas las traducciones católicas, son muy pocos los ritos católicos en los propios idiomas aprobados por la Santa Sede. El segundo paso el más difícil, pero más necesario. Es la inculturación de los signos y de los símbolos y en esto estamos tratando de trabajar. Repito que hay riesgos: algunas veces se pueden tomar ritos que no son tan expresivos de la fe. Pero para esto estamos los pastores y toda la comunidad para estar viendo que esto o aquello se puede hacer de una forma acorde con la ley. Yo veo con esperanza el desarrollo de las Iglesias Autóctonas, pero no dejo de desconsiderar los peligros. Los diálogos son muy importantes. Los diálogos con Roma y con nosotros mismos para clarificar las cosas y no tratar de imponer nada arbitrariamente, porque hay ocasiones que con la mejor intención se inventan signos frente a los cuales los mismos indígenas dicen: “Esto no significa nada para nosotros”… Al final, han sido algunos agentes de pastoral extraños a las culturas quienes inventan signos que para ellos no dicen nada. Es importante que los propios indígenas asuman la Iglesia y que así tengamos, como dijo Juan Pablo II, no solamente varios ministros y sacerdotes indígenas, sino también obispos indígenas. Ya en varias partes del continente hay obispos indígenas y esperamos que surjan muchos más, que el Espíritu Santo nos los regale. 4. ¿Cómo evalúa la posición de Roma en relación al proceso de los diáconos en la Iglesia de San Cristóbal de las Casas? Pienso que estas situaciones son siempre frutos de la incomunicación. La inquietud de Roma empezó cuando una periodista dijo que los obispos anteriores, mis antecesores, habían ordenado a diaconizas. Esto no es cierto. Roma mismo, analizando todo, vio que no había pruebas de que se hayan ordenado diaconizas. El diálogo es muy importante para clarificar estas situaciones. Una de las razones por las que Roma nos pide que esperemos un poco son las peticiones que han llegado allá por parte de diáconos que solicitan ser ordenados sacerdotes siendo casados. El problema no es tanto que los diáconos pidan esto, sino que algunas comunidades y algunos agentes de pastoral están solicitando la ordenación sacerdotal casados a partir de estos diáconos. Y por esto Roma tiene preocupación. Yo he dicho que personalmente no aliento esta esperanza, yo no he prometido ni ofrecido ordenar sacerdote a los diáconos casados. Yo estoy dentro de la Iglesia, acepto y estoy convencido de la bondad también del celibato. Pero es una voz que se oye e yo como Obispo debo escucharla. Yo no puedo encerrarme y condenar a priori todas las peticiones. Hay algunas razones por las que ellos las solicitan, sobretodo para una mayor cercanía cultural con sus comunidades. Pero estamos al mismo tiempo trabajando para que haya más vocaciones sacerdotales célibes. Cuando llegué habían seis seminaristas mayores, en la actualidad tenemos veinte cinco seminaristas mayores. Entonces estamos tratando de alguna forma contrarrestar esta preocupación de Roma, que por otra parte es razonable. Porque repito, no es tanto que los diáconos pidan ser ordenados sacerdotes, y si porque algunas comunidades, y algunos sacerdotes y religiosas no indígenas siguen insistiendo en ello, y llegan esas voces a Roma y a Roma le preocupa. Tratamos de dialogar y aclarar con Roma que sí hay esta inquietud, no solo en San Cristóbal de las Casas, ya que en el último sínodo mundial Obispos de varias partes del mundo lo han solicitado, así no es una inquietud que surja solamente de Chiapas, sino que es una inquietud mundial. Por eso estamos tratando de discernir junto con los diaconos, los agentes de pastorales y al mismo tiempo promover las vocaciones célibes. Y Dios va abriendo caminos. Dios lleva su Iglesia a veces a pesar nuestro y a veces con un poquito de ayuda que le podemos dar nosotros con un poquito de apertura. 5. ¿Cómo evalúa el proceso de resurgimiento de los Pueblos Indígenas en todo el continente? Yo creo que los trabajos que la Iglesia y muchas gente buena ha realizado desde hace muchisimos años están dando sus frutos. No son los frutos de un trabajo reciente. Yo, por ejemplo, soy deudor de Bartolomé de las Casas, que fue el primer obispo que llegó a San Cristóbal de las Casas… Él estuvo solamente un año en la diócesis, pero después trabajó mucho en las cortes españolas y en las universidades para defender los derechos de estos pueblo… Por eso no podemos decir que estos frutos que vemos hoy son mérito de dos o tres personas, sino que es la acción paciente de Dios a lo largo de la historia. Auque sea un proceso lento hay pasos muy significativos. Hoy los indígenas tienen más conciencia de que son personas con muchos dones de parte de Dios y que pueden aportar mucho a la Iglesia y a la sociedad. Yo he encontrado en las selvas de Chiapas indígenas que sin haber ido a la escuela hablan cuatro idiomas: Sotshíl, Shetal, Chol y Español; muchos hablan tres idiomas, muchísimos hablan dos… Y nosotros, con trabajo hablamos el nuestro. Entonces hay muchas riquezas; yo descubro en ellos una capacidad de retención memorística fabulosa que consiguen traducir con una gran fidelidad extraordinaria sin escribir nada. Tienen una enorme capacidad de organización, con una solidaridad comunitaria, humana y eclesial enorme. Por eso cada día ellos asumen más el lugar que les corresponde. Veo como una acción de Dios este resurgimiento de los pueblos indígenas. Y esto es una exigencia para la iglesia, para que acompañemos muy de cerca de estos pueblos abiertos a la voz de Dios pero ofreciéndoles también la riqueza que nos da el evangelio. 6. ¿Cómo obispo que acompaña a los pueblos indígenas que nos aconsejaría a los misioneros/as no indígenas que tenemos la suerte de compartir nuestras vidas con estos pueblos? El único consejo es seguir a Jesús, los caminos de Jesús. Él, durante 30 años estuvo metido en su pueblo, en una etnia bien concreta, con su cultura y lengua bien concreta... Y después, con toda autoridad pudo él corregir muchas cosas, apoyar y desarrollar otras… Cuando uno llega a una comunidad indígena lo primero que tiene que hacer es escuchar, aprender y valorar... No llegar condenando lo que no conocemos. Muchas veces condenamos como superstición lo que es otra forma de reracionamiento con la divinidad. Cuando yo empecé a trabajar con indígenas otomí de México en el año 1967, al principio yo veía como superstición que las personas tocasen mucho con las manos los santos, con el tiempo comprendí que era otra forma de lenguaje, otra forma de relación con la divinidad que no es superstición… Y ahora yo también toco las imágenes, yo también toco el sagrario porque yo soy parte de este pueblo y así trato de comprender, y no condenar, sus modos de rezar. También Jesucristo tiene la gran valentía, que a veces nos hace falta a nosotros, para saber ser discípulos y ser maestros de estos pueblos. Me preocupa que muchos agentes de pastoral dicen que vienen para aprender, está bien, pero también vienen para compartir y comunicar el mensaje del evangelio que en muchos momentos puede ayudar a corregir lo que no está bien y da muerte al pueblo. Los problemas más fuertes que tuvo Jesucristo fue con las costumbres de su pueblo que tuvo que denunciar y corregir porque daban muerte a su pueblo. También hay algunas costumbres en nuestros pueblos que dan muerte y algunos agentes pastorales no se animan a cuestionarlas y criticarlas porque dicen que son costumbres y se consagran las costumbres que matan al pueblo. Y Cristo no consagro todas las costumbres, Él las discernió. Tenemos que saber discernir lo que está de acuerdo con el Evangelio y lo que no está, pero con suma prudencia. Porque antes de condenar hay que conocer y compartir con el pueblo. Y cuando uno comparte el corazón con el pueblo, el pueblo se abre, el pueblo acepta, el pueblo no es ni tonto, ni malo o perverso. El pueblo es sabio y sabe que cuando tu le amas y le das la verdad de Jesucristo el Espíritu abre sus mentes. No queramos que prevalezcan nuestras teorías, sino que conozcan a Jesús y que desaparezcamos nosotros… El que importa es Cristo y los que importan son los pueblos, para que ellos tengan la vida en Cristo. Como dice el lema para la V Conferencia del CELAM: “Que nuestros pueblos en El tengan vida”. 7. ¿Cómo ve el proceso de preparación de la V Conferencia del CELAM en relación a la participación de los pueblos indígenas del continente y en relación a estos temas de teología india, iglesias autóctonas, etc.? En el documento de participación las expresiones que se refieren a los indígenas las aportamos algunos cuando se preparó ese documento. Es importante que todos aportemos. Ahora, el documento de participación pretende justamente promover la participación. Lo que importa es que todos demos nuestra voz. En la próxima asamblea de la diócesis de S. Cristóbal de las Casas, vamos a tratar este documento para dar nuestros aportes como diócesis que tiene el 75% de la población indígena. Este documento de participación está sirviendo también para revisar la vida. Lo importante no es producir un documento en la V Conferencia, sino promover un movimiento de renovación de la iglesia. Hemos tenido también encuentros nacionales de sacerdotes indígenas, de religiosas/os indígenas, de laicos/as indígenas, de seminaristas indígenas para que ellos den su palabra a esta V Conferencia de CELAM. Ahora estamos sintetizando y sistematizando estas contribuciones para poderlas aportar tanto a nivel nacional como al nivel continental del CELAM.