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“ECT1, EVANGÉLICOS Y CATÓLICOS JUNTOS”. Rvdo. David Horta Sepúlveda. Iglesia Metodista Independiente. Chile. evangelmet@latinmail.com “Cualquiera que se rebela, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios: el que persevera en la doctrina de Cristo, el tal tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡bienvenido! Porque el que le dice bienvenido, comunica con sus malas obras” (2ª Juan vers. 9- 11). SALUDOS. Con especial gratitud a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, a quien pronto veremos venir "...Con grande poder y gloria", y en su nombre, saludo a cada delegado e integrante del XVIII Congreso de ALADIC, reunidos en La Paz, Bolivia. INTRODUCCIÓN. Quienes esperamos el inminente regreso de nuestro Señor Jesucristo y observamos el estado avanzado de rebeldía y corrupción del hombre, como así también el deterioro de la fe, el abandono total de la doctrina de Cristo y su santo evangelio, a saber, la única verdad revelada de Dios, y la satánica y creciente apostasía de quienes han escogido el amplio camino que lleva a la formación de aquella maquinaria y bestia religiosa que será la iglesia del anticristo, no podemos llegar a concluir otra cosa, sino que éste es el tiempo del fin de la gracia, el tiempo próximo al encuentro glorioso con el Señor de la Iglesia. Ante esta tremenda realidad cabe la pregunta: ¿Estamos hoy concientes de nuestra responsabilidad de defender la fe, de proclamar la verdad de Dios y de denunciar a quienes pervierten el santo evangelio? Debemos indicar que Dios nos compromete: “…amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 3). EL PEREGRINAJE APÓSTATA Y EL ECT. 1 ECT es el nombre genérico de un conjunto de documentos correspondientes, en inglés, a “Evangelics and Catholics Together” (Evangélicos y Católicos Juntos). En el contexto introductorio de nuestra responsabilidad de defensa de la fe, por la cual debemos denunciar las formas, estrategias y a aquellos hombres réprobos, hemos señalado que aun cuando muchos piensan que el camino ecuménico que lleva a la conformación de aquella bestia religiosa que amparará al anticristo ha sido transitado sólo recientemente, no es así, ya que la historia demuestra que el ecumenismo, especialmente para la I.C.R. (Institución2 Católica Romana) está ligado al dominio y al poder absoluto. Esto implica un permanente e invariable objetivo que a través de la historia sólo ha cambiado en sus estrategias. En este contexto las primeras referencias ecuménicas ideológicas las ubicamos por el año 381, cuando en el concilio de Nicea-Constantinopla se establece: "El objeto de la plena comunión se realizará cuando todas las iglesias se encuentren unas a otras como una iglesia santa, católica y apostólica en su plenitud". El lector comprenderá que esta referencia no significa otra cosa que la auto calificación de "única iglesia santa" por parte de la I.C.R. e indica la ambición permanente de poder a través de los tiempos. Si continuamos con el peregrinaje, encontramos curiosamente que en 1840 un tal Ignatius Spencer (según el romanismo, un pastor convertido al catolicismo), comienza a predicar y a sugerir al interior de la "iglesia" el cumplimiento de una prioridad: " la unión de todas las personas para la unidad plena". Desde esos años muchos son los hombres, instituciones y esfuerzos diversos (Léase “Historia del Ecumenismo”, del mismo autor de este estudio), que han “aportado” a cimentar el camino ecuménico de la iglesia del anticristo y han procurado desvirtuar y destruir la doctrina de Cristo. El ECT, que significa: Evangélicos y Católicos juntos, para muchos es otro esfuerzo que ha entregado su “aporte” para el logro de la unidad ecuménica entre evangélicos y católicos y que por ende es otro ataque y sacrificio del evangelio bíblico en pro de la “eliminación de diferencias”. Pero el ECT no es un simple esfuerzo más; en sí es más que eso, ya que sus propósitos son variados, por lo cual llega a ser una planificada estrategia. Por esto es indispensable que los creyentes fieles estemos informados sobre sus autores, contenidos y alcances. RESUMEN HISTÓRICO DE ECT. El ECT comenzó a gestarse en el mes de septiembre de 1992 en el ambiente religioso ya confundido de Norteamérica. Particularmente dos hombres se destacan en este trabajo inicial: Por los “evangélicos”, Charles Colson, un estratega político, tristemente recordado en este aspecto por haber sido asesor y consejero principal de Richard Nixon, llegando después del caso Watergate a sufrir cárcel por uso de estrategias ilegales en la campaña de reelección de Nixon. Hoy en su libro “Nacido de Nuevo” declara ser un protestante convertido en la cárcel. El “hermano Chuck”, como es conocido, es un prominente asesor político e inteligente comunicador que goza de gran influencia en los diversos medios, Presidente de Prison Fellowship 2 Hacemos referencia a la I.C.R. apelando a su concepto de Institución, no de Iglesia o congregación, por el peso sociopolítico que detenta en la sociedad secular. Ministries, ha logrado ser alabado por reconocidos neo evangélicos como Billy Graham y James Dobson entre otros. Por los católicos, Richard John Neuhaus, ex ministro apóstata luterano que se hizo católico romano, convirtiéndose en sacerdote de la arquidiócesis de Nueva York de la ICR. Actualmente es reconocido por la misma ICR como uno de los voceros de la institución en los Estados Unidos. Juan Pablo II le nombró personalmente miembro del Sínodo de los Obispos de América, simpatizante al menos, de los Legionarios de Cristo, quienes se distinguen por ser una sociedad elitista y cerrada de tremenda influencia en la curia romana, en el mundo de la economía y la política y que actualmente poseen en Estados Unidos y el mundo entero una gran infraestructura educativa que les permite tener una gran influencia secular. Neuhaus declaró: “No soy neutral acerca de los Legionarios de Cristo… uno de los más vibrantes y exitosos movimientos de renovación en el catolicismo contemporáneo”.(First Things, Marzo 2002). Neuhaus es director del Instituto «Religión y Vida Pública» («Religion and Public Life») con sede en Nueva York y redactor jefe de la revista «First Things». Neuhaus y Colson fueron los más importantes promotores y arquitectos de ECT y precisamente el instituto que dirige Neuhaus, “Religión y Vida Pública”, fue el que avaló este trabajo, que si bien como dicen ellos mismos no representaba a ninguna institución evangélica ni tampoco al Vaticano, fue aceptado y admirado por connotados pseudos-evangélicos de la talla de Graham, Schuller, Hayford, Dobson, Hinn y otros tantos. También debemos decir que Colson y Neuhaus fueron supervisados y guiados por el mismísimo cardenal Edward Idris Cassidy, presidente del Concilio del Vaticano para la promoción de la unidad de los cristianos y el referente obligado en cuestión ecuménica de la ICR. A E.I.Cassidy solicitaron la aprobación del texto del documento base en que, además de Colson y Neuhaus, trabajaron en la redacción del texto: Larry Lewis de la Junta de la Casa Misionera de la Convención Bautista del Sur; Jesse Miranda, de las Asambleas de Dios; John White, de la Asociación Nacional de Evangélicos y Geneva Collage, entre otros, incluyendo a los jesuitas Avery Dulles y Juan DíazVilar. El 29 de Marzo de 1994 fue firmado y presentado el documento ya conocido como “ECT: La Misión Cristiana del Tercer Milenio”. Entre quienes firmaron se encuentra J.I. Packer, teólogo que declaró en una entrevista con Christianity Today: "Yo no creo que hacerse católico sea como la tragedia de una persona que se hace liberal... los católicos están entre los más leales y viriles hermanos evangélicos que podemos encontrar en estos días" (Christianity Today, mayo 17, 1985). Packer respaldó el libro de Chuck Colson de 1992: El Cuerpo, que urge a los evangélicos a unir fuerzas con los católicos y los carismáticos y que considera a la Iglesia Católica como una parte del cuerpo de Cristo. Otro firmante fue Bill Bright, fallecido en julio del año pasado, fundador de Cruzada Estudiantil y Profesional para Cristo; otro es Pat Robertson, antiguo candidato a la Casa Blanca, telepredicador del Club 700 y quien goza de controvertida fama por su posición dura respecto a temas sociales y morales, que le han valido el calificativo de “fundamentalista”, pero que tiene una posición ambigua y contraria al evangelio santo de Jesucristo. Por los católicos romanos firmaron el cardenal John O’Connor de Nueva York; el arzobispo Stafford, de Sevilla; y el obispo Francis George, arzobispo de Chicago. Una vez conocido el documento firmado en la oscuridad de las tinieblas (en su tapa se lee: “no para la circulación general”), la reacción comunicacional de evangélicos y católicos no se hizo esperar. Mientras la revista The Christian American, de marzo-abril de 1994 señalaba: “Después de cuatro siglos de división y hostilidad, los protestantes y católicos han dado un importante paso hacia la unidad. Cuarenta dirigentes principales, evangélicos y católicos han firmado una declaración en el Instituto de Religión y Vida Pública en la ciudad de Nueva York, el 29 de marzo de 1994, para urgir a sus seguidores a aceptarse los unos a los otros como cristianos, poner a un lado las diferencias y luchar por causas civiles comunes”. Por su parte una revista católica internacional de agosto de 1994, señalaba; “Diálogo: Budistas y Cristianos, Evangélicos y Reformación Católica revertido: “Los Protestantes abrazan a Roma”. Billy Graham y John Stott lo han venido diciendo. Ahora, Charles Colson, Bill Bright, J. I. Packer, Pat Robertson, John White lo repiten: Evangélicos y Católicos Juntos” “Los evangélicos han dado la sentencia de muerte a la Reforma y es inminente la desaparición de la Iglesia Protestante. La unificación ecuménica de todo el cristianismo bajo Roma es imparable, el fin está a la vista”. EL CONTENIDO DE “ECT: LA MISIÓN CRISTIANA DEL TERCER MILENIO”. Existe el dicho: “Dime con quien andas y te diré quien eres”. Si aplicamos este dicho al documento en cuestión, sólo con estar en conocimiento de quienes intervinieron en él, podríamos deducir en qué consiste y cómo fue estructurado por aquellos hombres que lo redactaron, pero permítanme señalar que al estudiar la declaración es aún más de lo que podríamos imaginar, es un documento que definitivamente ataca al Cristianismo Histórico y la doctrina de Cristo, promoviendo un falso evangelio de obras y rituales que se identifica y es promovido por la I.C.R. En un análisis sencillo se puede observar fácilmente la distorsión del evangelio de Jesucristo: En primer lugar es estremecedor observar la habilidad con que se intenta distorsionar el evangelio para abrir en una hábil maniobra las puertas del dominio a la I.C.R. A modo de ejemplo en la página 5 se lee: "Nosotros afirmamos juntos que somos justificados por gracia a través de la fe debido a Cristo. La fe viviente es activa en amor que no es nada menos que el amor de Cristo..." Este párrafo destruye y echa por tierra el lema de los reformadores “Sola Scriptura ~ Sola Fide ~ Sola Gratia ~ Solus Christus ~ Soli Deo Gloria”, es decir, sólo la Escritura, sólo la Fe, sólo la Gracia, sólo Cristo, sólo Gloria a Dios. Todos sabemos que la palabra sólo, o solamente, implica que no existe otra forma o medio, tal cual como lo expresan de manera clara y absoluta las Sagradas Escrituras en las epístolas a los Romanos y Gálatas, respecto a algo tan esencial como la justificación, cuando nos señala que sólo hay una forma de ser justificado (ct. Romanos 3: 22- 28; 4: 5- 8, 16; 2 Corintios 5: 19- 21; Tito 3: 5- 7; Efesios 1: 7, entre otros). Así que el párrafo de ejemplo que hemos leído no sólo destruye el lema de la Reforma, sino lo que mil quinientos años antes fuera el lema y predicación del apóstol Pablo y en el fondo es un desprecio a la perfecta voluntad de Dios revelada en su evangelio para la salvación del hombre. Pero en el mismo párrafo podemos observar la astucia encubierta, ya que esta declaración, al no establecer la sola justicia o santidad perfecta de Jesucristo para justificación y perdón del pecador, abre la puerta a otros medios, específicamente a las obras o sacramentos impartidos por la I.C.R. El párrafo señala “…a través de la fe… la fe viviente es activa en el amor”. La teología católica romana siempre hace referencia al concepto de "fe viva" para incluir obras, particularmente sus sacramentos, que Roma define como necesarios para la salvación. Los nuevos evangélicos firmantes de ECT están de acuerdo con la definición que los católicos romanos le dan a "fe viva activa en amor", y por consiguiente están formalmente de acuerdo en agregarle al evangelio adiciones que anulan su mensaje. Roma continúa mostrando su manera de entender "fe viva" en su Catecismo de 1994, donde declara: " La raíz más importante de la fe viva de la iglesia (es) principalmente por medio del Bautismo..." (catecismo 249). Si los nuevos evangélicos en realidad creen en el concepto católico romano de "fe viva" entonces, lógicamente ellos deberían también estar de acuerdo con Roma cuando ésta condena a todos los que profesan solamente fe en Cristo por la gracia de Dios, como Roma lo hizo oficialmente en el Concilio de Trento que todavía está vigente: "Si alguien dice que por fe solamente el pecador es justificado, entendiendo por esto que nada más es requerido para cooperar en la obtención de la gracia de la justificación, y que de ninguna manera es necesario que se prepare y disponga por la acción de su propia voluntad: esta persona sea anatema (condenada)" (Denzinger #819). Gálatas 4: 21 nos dice que si nosotros pidiéramos ser justificados por las obras, Cristo murió por demás o sin razón. Además de pervertir el evangelio de Cristo para permitir la “operación del error”, presiona a través de los diferentes ensayos a aceptar el dogmatismo católico romano respecto a la salvación. En un párrafo leemos: “Nosotros testificamos juntos en el contexto de evangelización y reevangelización”; más adelante en la página 23 se lee: “"para los católicos, todos los que han sido válidamente bautizados han nacido de nuevo y están verdaderamente, aunque en forma imperfecta, en comunión con Cristo". Esta comprensión de la salvación por obras se opone totalmente a la Palabra de Dios que Dice: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; más el que no creyere, será condenado” (Marcos 16: 16). Esta porción indica claramente que el bautismo es una ordenanza que sigue a la fe y sólo testifica de esa fe, la prueba de ello es que en la segunda parte del versículo no dice: “el que no sea bautizado, será condenado”. Al aceptar los planteamientos y firmar este documento, aquellos que lo hicieron están de acuerdo con el bautismo de regeneración que ha establecido el dogma de la I.C.R. para su propia conveniencia. EL “ECT II: HACIA UNA MISIÓN COMÚN”. Al tiempo de ser conocido el ECT I, apareció un segundo documento que marcó las huellas de los errados pasos apóstatas de los firmantes del primer documento. El ECT II: “Hacia una Misión Común”, fue redactado hacia 1995, siendo firmado por los ya conocidos pseudos-evangélicos. Este segundo documento no es sino una reafirmación de la infame posición anti-evangelio, como al mismo tiempo una defensa del primer artículo. Una sola muestra de ello está en el aporte de Packer a “Misión Común”, quien escribe: “Ni los evangélicos ni los católicos romanos pueden estipular que las cosas que unos creen y los otros no creen puedan ser fundamentales para que no pueda haber asociación en esta época; así que en ECT los protestantes dejan a un lado su precisión en la doctrina de justificación y su correlación entre conversión y nuevo nacimiento..." (Misión Común, P. 167); más adelante señala: "...diferencias domésticas acerca de la salvación y la iglesia no deberían prevenir una acción común para recristianizar la sociedad norteamericana..." (Misión Común P. 172). Neuhaus, por su parte, en el ensayo presentado indica enfáticamente: "si al final del siglo veinte, la separación por causa del evangelio no es necesaria, esto no se justifica", o sea, dice que ¡el evangelio ya no importa y debe ser relegado ante el compromiso de la unidad! A los documentos anteriores se agregó el 12 de Noviembre de 1997 un documento titulado: “Regalo de Salvación”, en que se vuelve a indicar la intención de estos trabajos ecuménicos: “La aceptación de unos a otros como hermanos y hermanas en Cristo”, y vuelve a afirmar la aceptación de las partes de los conceptos que la doctrina católica romana tiene de la justificación “conferida” (nótese, no “imputada”). EL ALCANCE DE ECT I, ECT II Y DOCUMENTOS COMO ESTRATEGIA ECUMÉNICA. Colson y Neuhaus organizaron una conferencia en octubre de 1997 entre los que firmaron el ETC II. Entre los asistentes se encontraban obispos católicos de América Latina, dirigidos por el arzobispo Oscar Rodríguez, presidente del concilio de las conferencias episcopales de América Latina. Estaban presentes también en aquella ocasión el arzobispo de Nueva York, el cardenal O’Connor y el cardenal Cassidy, quien en un momento, volviéndose a su grupo de obispos y demás les declaró: “La iglesia católica ha evangelizado América Latina durante más de quinientos años y ha establecido la iglesia cristiana en este continente… la iglesia que ha evangelizado a las personas o a un país tiene que ser mirada con respeto por las personas que entraron más tarde en la escena”. ¡Este sentido de respeto requiere que los recién llegados (o sea, los evangélicos) no tienen que tomar como objetivo los miembros activos y bautizados de la iglesia que ha sido responsable de la “evangelización primaria…”. Los “evangélicos” presentes sólo atinaron a observar y escuchar, aceptando y otorgando que la evangelización católica romana fue y es efectiva hoy. Nosotros sabemos que no es sino un puente a la condenación eterna, pero aquellos que firmaron los documentos sólo escuchaban lo que habían firmado en los textos, como la introducción del ECT I, en la que se dice: “...no es legítimamente teológico ni prudente el uso de los recursos de una comunidad cristiana (iglesia) para proselitizar (evangelizar) otros participantes activos de otra comunidad cristiana" (Introducción p.1). El alcance inmediato del acuerdo firmado por todos estos hombres es la prohibición a los evangélicos de evangelizar al 90% aproximadamente de los que viven en América Latina y que han sido bautizados en el catolicismo romano, ya que se establece que aquellas almas ya han obtenido redención por medio del bautismo de la I.C.R. y están procurando ir al cielo mediante los rituales. Ante tal desfachatez sólo podemos decir igual que el apóstol Pedro: “…Es menester obedecer a Dios ante que a los hombres” (Hechos 5: 29 a) y con renovados bríos predicar este evangelio hasta el fin. CONCLUSIÓN. Para quienes conocemos la verdad de la Biblia y de la historia de casi quinientos años de persecución y muerte de hombres, mártires de la fe, que dieron su vida por llevar la verdad del evangelio de salvación por medio de Jesucristo y la gracia de Dios, cuando vemos cómo hombres reprobados transan la verdad santa; pervierten el evangelio, presentando un “evangelio falso e insípido” y llevan a muchos al engaño religioso, nos estremecemos y aferramos a la justicia divina que dará justo pago a éstos. La Biblia nos advierte: “Empero el Espíritu dice manifiestamente, que en los venideros tiempos algunos apostatarán de la fe escuchando a espíritus de error y a doctrinas de demonios; Que con hipocresía hablarán mentira, teniendo cauterizada la conciencia” (1ª Timoteo 4: 1- 2). La Biblia nos señala y enseña: “No que hay otro, sino que hay algunos que os inquietan, y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas aun si nosotros o un ángel del cielo os anunciare otro evangelio del que os hemos anunciado, sea anatema” (Gálatas 1: 7- 8). La Biblia nos desafía, amonesta y compromete: “… amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 3), “…firmes en un mismo espíritu, unánimes combatiendo juntamente por la fe del evangelio, y en nada intimidados de los que se oponen: que a ellos ciertamente es indicio de perdición, mas a vosotros de salud; y esto de Dios” (Filipenses 1: 2728).