Download Tema 9. Creo que Jesucristo nació de Santa María
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¡Venga tu Reino! TEMA: CREO QUE JESUCRISTO NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN CRISTO SE ENCARNÓ PARA QUE CONOCIÉRAMOS EL AMOR DE DIOS. Cristo, el Verbo, la Palabra de Dios, se encarnó para que conociéramos el amor de Dios. «En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de Él» (Jn3,16). ¿QUÉ ES LA ENCARNACIÓN? Es el misterio de la unión de la naturaleza divina y la naturaleza humana de Jesús, que se ha hecho «carne» para salvarnos. Él, Hijo de Dios, «engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre», se ha hecho verdaderamente hombre, hermano nuestro, sin dejar con ello de ser Dios. Creer en la encarnación del Hijo de Dios es el signo distintivo de la fe cristiana. Ésa es la alegre convicción de la Iglesia desde su comienzo. La misión del Espíritu Santo está unida y ordenada a la de Cristo. El Espíritu Santo fue enviado para santificar el seno de la Virgen María y fecundarla por obra divina, sin colaboración de varón. Él, que es «el Señor que da la vida», hizo que ella concibiera al Hijo eterno del Padre en una humanidad tomada de la suya. ¿POR QUÉ ES VIRGEN MARÍA? María «fue Virgen al concebir a su Hijo, Virgen durante el embarazo, Virgen en el parto, Virgen después del parto, Virgen siempre» (San Agustín): ella, con todo su ser, es «la esclava del Señor» (Lc1,38). «Dios envió a su Hijo», pero para «formarle un cuerpo» quiso la libre cooperación de una criatura. Para esto, desde toda la eternidad, Dios escogió para ser la Madre de su Hijo, a una hija de Israel, una joven judía de Nazaret en Galilea, a «una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María» (Lc1,26-27). Jesús es el único hijo carnal de María. Cuando en los evangelios se habla de «hermanos y hermanas de Jesús» se trata de parientes cercanos de Jesús. MARÍA ES LA INMACULADA CONCEPCIÓN. Es decir, fue concebida inmaculada: sin el pecado original, por gracia de Dios. Además, por esta misma gracia de Dios, permaneció inmune de todo pecado personal toda su existencia, por eso es la «llena de gracia». ¿NO ES ESCANDALOSO LLAMAR A MARÍA«MADRE» DE DIOS? María es verdaderamente Madre de Dios porque es la madre de Jesús. Además es Madre de la Iglesia en orden de la gracia, porque es Madre de Jesús, que es Dios, cabeza del cuerpo que es la Iglesia. Ella continua intercediendo por nosotros, sus hijos, siendo para todos modelo de fe y de caridad. ¿POR QUÉ MARÍA ES TAMBIÉN NUESTRA MADRE? Porque Cristo nos la dio como madre desde la cruz.(Jn19, 26). Jesús le confío a María a la Iglesia, por eso podemos invocarla y suplicar su intercesión ante Dios. Centro de Recursos del Regnum Christiwww.missionkits.orgrecursos@regnumchristi.org APLICACIONES A MI VIDA DEL YO CREO EN QUE JESÚS NACIÓ DE LA VIRGEN MARÍA: María es la «puerta de la salvación», la invocamos como nuestra abogada, auxiliadora y mediadora. Lo que la fe católica cree acerca de María se funda en lo que cree acerca de Cristo. Al rezar el rosario, una oración mariana, repasamos y meditamos un compendio (un resumen) de todo el Evangelio. Ante los problemas y dificultades, recordar la aceptación que siempre tuvo María y cómo siguió con fe a su Hijo hasta el Calvario. María, Estrella de la Evangelización, ampara maternalmente todos los proyectos apostólicos que buscan extender el Reino de Cristo, su Hijo. CONSIGNA:CONFIARME EN LA PROTECCIÓN DE MARÍA, IMITAR SU FE Y OBEDIENCIA: «DICHOSA LA QUE HA CREÍDO». María, como dice san Ireneo, «por su obediencia fue causa de la salvación propia y de la de todo el género humano». Por eso muchos predicadores coinciden al afirmar que «el nudo de la desobediencia de Eva lo desató la obediencia de María. Lo que ató Eva por su falta de fe lo desató la Virgen María por su fe». Comparándola con Eva, llaman a María «Madre de los vivientes» y afirman que «la muerte vino por Eva, la vida por María» (LG 56). La Virgen María es corredentora, mediadora, reina de todo el universo. Ella es la pureza personificada, Madre de Dios y Madre nuestra, es parte integrante de la vocación cristiana. En todo momento, como por instinto, hemos de recurrir a Ella, que «consuela nuestro temor, excita nuestra fe, fortalece nuestra esperanza, disipa nuestros temores y anima nuestra pusilanimidad» (San Bernardo). El pueblo de Dios la ha visto siempre como un camino, «senda por donde se abrevia el camino» para llegar a Cristo. «Desearía recordar la importancia y la belleza de la oración del santo Rosario. Recitando el Avemaría, se nos conduce a contemplar los misterios de Jesús, a reflexionar sobre los momentos centrales de su vida, para que, como para María y san José, Él sea el centro de nuestros pensamientos, de nuestras atenciones y acciones. Sería hermoso si, sobre todo en este mes de mayo, se recitara el santo rosario o alguna oración a la Virgen María juntos en familia, con los amigos, en la parroquia. La oración que se hace juntos es un momento precioso para hacer aún más sólida la vida familiar, la amistad. Aprendamos a rezar más en familia y como familia» (Papa Francisco, 1 de mayo de 2013). REFLEXIÓN PERSONAL ¿Qué papel tiene María en mi vida? ¿Es la «puerta de la salvación»? ¿Me genera confianza al actuar responsablemente y obedecer a lo que me confían? ¿Estoy tratando de imitar el modo de ser de María para ser mejor persona, en mi familia, con mis amistades? SUGERENCIAS PARA LA REVISIÓN DE VIDA (HECHO DE VIDA) O UNA REFLEXIÓN EN EQUIPO 1. El demonio se descontrola ante la presencia de María. El P. Amorth, exorcista de la diócesis de Roma, explica qué es este ritual del exorcismo. 2. María nos ayuda a estar atentos. Angelus del Papa Francisco. 3. La Inmaculada Concepción. Homilía del Papa emérito Benedicto XVI en esta fiesta. Centro de Recursos del Regnum Christiwww.missionkits.orgrecursos@regnumchristi.org ¡Venga tu Reino! EL DEMONIO SE DESCONTROLA DE RABIA CUANDO COLOCO ALGO QUE REFLEJA LA PRESENCIA DE MARIA Una mañana de 1985, el cardenal UgoPoletti, vicario de Juan Pablo II como obispo de Roma, llamó a un sacerdote paulista nacido en 1925, el padre Gabrielle Amorth, para encomendarle una misión: ser el exorcista de la diócesis de Roma. En estos veintisiete años, el padre Amorth reconoce haber realizado más de cincuenta mil exorcismos. Por tanto, nadie mejor que él en todo el mundo para explicar qué este ritual del exorcismo, en un momento en el que, en la práctica, está olvidado incluso en el seno de la Iglesia. -Padre Amorth, ¿qué es un exorcismo? -El exorcismo es una oración pública de la Iglesia que se hace con la autoridad de la Iglesia, porque la hace un sacerdote designado por el obispo; es una oración de liberación del demonio, de su influencia maligna o del mal provocado por él. -En la actualidad hay muy pocos exorcistas, ¿No son necesarios? -Durante trescientos años la Iglesia ha abandonado los exorcismos. Los motivos son diversos y los explico en el libro Habla un exorcista. Sin embargo, en cada diócesis debe haber uno ¡como mínimo! Pero ¿cómo los va a haber, si la gente no cree en el Demonio, incluso gente de Iglesia, como sacerdotes y obispos? Es necesario saber que el obispo que no proporciona la ayuda espiritual necesaria a un fiel con un problema demoníaco está pecando gravemente. -¿Por qué permite Dios una posesión o un mal demoníaco? -Hay gente a la que he tratado que va a misa, reza y hace ayuno. Yo les pregunto: “Si no estuvieses poseído, ¿lo harías?”. Y me responden que no. Además, pregunto a los demonios mientras hago este exorcismo: “¿Por qué te empeñas en quedarte? Y me dicen: “No puedo irme porque Dios no me lo permite. Si me fuera de esta persona, se alejaría de los sacramentos, y estando así, acude a Dios y es ferviente su oración”. Luego es posible que para esas personas, esa cruz sea necesaria para su salvación y la de los que comparten esa cruz con ella: su entorno, su familia y sus amigos. -En el Evangelio, Jesús dice que algunos demonios sólo se van con ayuno y oración, pero existen casos en los que el exorcismo dura muchos años, o que incluso no llega a producir nunca esa liberación, aunque se recurra al ayuno y la oración. ¿Por qué? -Hay ocasiones en que el Señor permite un caso de posesión en el que la persona no llegue a liberarse nunca. Yo los he tratado. El Señor invita a acudir al ayuno y a la oración para expulsar cierto tipo de demonios, porque hay varios. Igual que hay ángeles con diferentes funciones y misiones, con los caídos pasa lo mismo, pues también son ángeles. Pero como digo, en ocasiones nada funciona, ya que Dios lo permite para la salvación de muchas almas, no sólo de la persona poseída, aunque no es normal. -Otra cosa incomprensible es cómo puede comulgar un poseído y que no se dé su liberación, siendo como es la Sagrada Forma el cuerpo vivo de Cristo. ¿Acaso no nos ha dicho la Iglesia que el demonio huye de Cristo como de la peste? -Es cierto. No se aleja el demonio cuando la persona comulga. Se queda ahí quieto, aunque supongo que tremendamente incómodo. A veces, durante un exorcismo, coloco sobre la cabeza del poseído una forma consagrada y pregunto: “¿Sabes lo que tienes ahí?”.Y contesta: “Sí, está Él”, y ni se inmuta. Centro de Recursos del Regnum Christiwww.missionkits.orgrecursos@regnumchristi.org Sin embargo, he descubierto algo curiosísimo: el demonio se descontrola en rabia desesperada cuando coloco algo que refleja la presencia de la Virgen, como un escapulario, o si rezo oraciones de la Virgen. ¡A María le tiene un odio impresionante! Entonces sí se revuelve, no lo puede soportar. ¡Huye como de la peste! -¿Por qué? -Porque se siente profundamente humillado. El saberse obligado a hincar la rodilla ante una mujer, la Madre de Cristo... ¡Ah! No puede con eso. Las oraciones a la Virgen durante un exorcismo son extraordinariamente poderosas a mi favor... También ocurre con las reliquias que han pertenecido a algunos santos. Yo suelo utilizarlas con mucha frecuencia, porque no las puede soportar. Suele „salir‟ despavorido por la misma razón: la humillación de la obediencia a la que le obliga Nuestro Señor, que le induce a doblegarse ante un hombre, no ante un ángel o ante Dios mismo: ante un hombre que ha sido santo. Me ocurre mucho con las reliquias que utilizo del padre Pío de Pietrelcina, a quien tengo especial devoción. Sale huyendo ante las oraciones y las invocaciones que hago sobre él. ¿Sabe que lo conocí siendo yo muy jovencito? ¡Le tiraba de la barba y él se partía de risa! Yo le adoraba, era una persona de una bondad hiperbólica, un hombre de Dios de pies a cabeza. Un gran santo de nuestro tiempo. -Usted cuenta que durante los exorcismos un poseído puede expulsar por la boca objetos de metal, cristal y cosas así. -Es curioso, ocurre a veces. Esos objetos no están dentro de la persona físicamente, se materializan en la boca, al ser expulsados. Los he cogido con mi mano, incluso cuchillas de afeitar. Tengo una caja enorme llena de estos objetos. La guardo para demostrar físicamente lo que ocurre durante la expulsión de un demonio. Es muy difícil de creer, pero están ahí. Una vez, una persona sobre la que oraba me escupía todo el rato y yo esquivaba sus salivazos como podía. Una de ésas veces, le vi que me iba a escupir y puse mi mano ante su boca. Fue todo muy rápido, pero cogí al vuelo un clavo enorme y estaba seco. No tenía saliva ni nada. Se había materializado en el momento de salir de su boca. -Usted cuenta que una sola sesión de exorcismo puede ser durísima. -Se necesita una enorme fuerza psicológica para asistir a un exorcismo y no distraerse de la oración con nada, diga lo que diga o haga lo que haga el demonio. La fatiga puede ser muy grande. -¿Cómo nos protegemos para que nunca nos suceda algo así? -El mejor remedio contra el demonio es la oración y la confianza en la Misericordia. Con oración y siendo fieles a los regalos infinitos de la Iglesia: los Sacramentos. Dios jamás abandona a un hijo fiel. Lo protege, lo ama con locura, lo mima con sus regalos. ¡No debéis tener miedo jamás! -¿Usted no ha tenido miedo nunca? -El mismo día que me nombraron exorcista me encomendé a la Santísima Virgen. Le pedí que me arropase y me protegiese cada día con su manto materno. Además, tengo una profunda devoción a mi ángel de la guarda, al que me encomiendo cada día y antes de cada exorcismo. Por lo tanto, creo que es el demonio, por la gracia de Dios, el que se echa a temblar cuando me ve aparecer y empiezo a rezar. Fuente: www.religionenlibertad.com26 de septiembre de 2012, parte de la entrevista. (Regresar al índice) Centro de Recursos del Regnum Christiwww.missionkits.orgrecursos@regnumchristi.org ¡Venga tu Reino! Ángelus, Papa Francisco Antes de concluir esta celebración, quisiera confiar a la Virgen a los confirmados y a todos vosotros. La Virgen María nos enseña el significado de vivir en el Espíritu Santo y qué significa acoger la novedad de Dios en nuestra vida. Ella concibió a Jesús por obra del Espíritu, y cada cristiano, cada uno de nosotros, está llamado a acoger la Palabra de Dios, a acoger a Jesús dentro de sí y llevarlo luego a todos. María invocó al Espíritu con los Apóstoles en el Cenáculo: también nosotros, cada vez que nos reunimos en oración estamos sostenidos por la presencia espiritual de la Madre de Jesús, para recibir el don del Espíritu y tener la fuerza de testimoniar a Jesús resucitado. Esto lo digo de manera especial a vosotros, que habéis recibido la Confirmación: Que María os ayude a estar atentos a lo que el Señor os pide, y a vivir y caminar siempre según el Espíritu Santo. Fuente: www.vatican.va28 de abril de 2013 (Regresar al índice) Centro de Recursos del Regnum Christiwww.missionkits.orgrecursos@regnumchristi.org La Inmaculada Concepción SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA Queridos hermanos y hermanas: Os deseo a todos feliz fiesta de María Inmaculada. En este Año de la fe desearía subrayar que María es la Inmaculada por un don gratuito de la gracia de Dios, que encontró en Ella perfecta disponibilidad y colaboración. En este sentido es «bienaventurada» porque «ha creído» (Lc 1, 45), porque tuvo una fe firme en Dios. María representa el «resto de Israel», esa raíz santa que los profetas anunciaron. En ella encuentran acogida las promesas de la antigua Alianza. En María la Palabra de Dios encuentra escucha, recepción, respuesta; halla aquel «sí» que le permite hacerse carne y venir a habitar entre nosotros. En María la humanidad, la historia, se abren realmente a Dios, acogen su gracia, están dispuestas a hacer su voluntad. María es expresión genuina de la Gracia. Ella representa el nuevo Israel, que las Escrituras del Antiguo Testamento describen con el símbolo de la esposa. Y san Pablo retoma este lenguaje en la Carta a los Efesios donde habla del matrimonio y dice que «Cristo amó a su Iglesia: Él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para presentarse a Él mismo la Iglesia toda gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada» (5, 25-27). Los Padres de la Iglesia desarrollaron esta imagen y así la doctrina de la Inmaculada nació primero en referencia a la Iglesia virgen-madre, y sucesivamente a María. Así escribe poéticamente Efrén el Sirio: «Igual que los cuerpos mismos pecaron y mueren, y la tierra, su madre, está maldita (cf. Gn 3, 17-19), así, a causa de este cuerpo que es la Iglesia incorruptible, su tierra está bendita desde el inicio. Esta tierra es el cuerpo de María, templo en el cual se ha puesto una semilla» (Diatessaron4, 15: SC 121, 102). La luz que promana de la figura de María nos ayuda también a comprender el verdadero sentido del pecado original. En María está plenamente viva y operante esa relación con Dios que el pecado rompe. En Ella no existe oposición alguna entre Dios y su ser: existe plena comunión, pleno acuerdo. Existe un «sí» recíproco, de Dios a ella y de ella a Dios. María está libre del pecado porque es toda de Dios, totalmente expropiada para Él. Está llena de su Gracia, de su Amor. En conclusión, la doctrina de la Inmaculada Concepción de María expresa la certeza de fe de que las promesas de Dios se han cumplido: su alianza no fracasa, sino que ha producido una raíz santa, de la que ha brotado el Fruto bendito de todo el universo, Jesús, el Salvador. La Inmaculada demuestra que la Gracia es capaz de suscitar una respuesta; que la fidelidad de Dios sabe generar una fe verdadera y buena. Queridos amigos: esta tarde, como es costumbre, me acercaré a la Plaza de España al homenaje a María Inmaculada. Sigamos el ejemplo de la Madre de Dios, para que también en nosotros la gracia del Señor encuentre respuesta en una fe genuina y fecunda. Fuente: www.vatican.va Homilía de Benedicto XVI, Papa Emérito, domingo 8 de diciembre de 2012 (Regresar al índice) Centro de Recursos del Regnum Christiwww.missionkits.orgrecursos@regnumchristi.org