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En las Tierras del Corazón
Con el Obispo Pates
Unas Vacaciones de Verano Aventuradas
Se dice que es saludable el alejarse de la rutina. Se refrescan la mente y el espíritu, se
reducen considerablemente problemas que parecían ser enormes, se renueva la fuerza
física y se restaura la energía. En la experiencia Americana, esto se logra con frecuencia
en el verano.
En el mes de Julio, tuve la fortuna de hacer un viaje a áfrica y a Sudamérica a nombre del
Comité para la Paz y Justicia Internacional de la Conferencia Episcopal Católica de los
Estados Unidos, lo que me dio ese alejamiento de la rutina.
La primera escala en el viaje de 24 días fue en Kinshasa, capital de la República
Democrática del Congo. Estaban reunidos aproximadamente 70 obispos de todos los
países de África organizados en una Conferencia Pan-Africana conocida como SECOM
(Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar, por sus siglas en inglés.)
El tema que trataron estos representantes de la Iglesia fue Reconciliación, Justicia y Paz.
Conforme se ha introducido gradualmente la independencia en África, han surgido
problemas en su desarrollo. Los nuevos países auto-gobernados se han enfrentado a
serios retos – muchos de estos consisten en conflictos armados. La Iglesia Católica es
una institución única que llega a las regiones más remotas de África con un mensaje de
reconciliación. La Iglesia juega un papel fundamental conforme maduran las naciones de
África.
Cuando era estudiante en el Colegio Norteamericano en Roma, serví como diácono en
Karango, una villa en el área norte de Malawi, país ubicado en África Central. En ese
tiempo, hace aproximadamente 45 años, el liderazgo de la Iglesia de África, sacerdotes y
obispos, estaba casi universalmente concentrado en individuos Europeos y Americanos.
Hoy se acerca a ser casi 100% en liderazgo africano. Bajo este liderazgo nativo, la
Iglesia es fuerte y vibrante. Este desarrollo, sugiero, estimula la esperanza de una
eventual madurez, a la vez, de los gobiernos y organizaciones Africanas.
Uno de los valientes obispos que conocimos era de la República Centroafricana. Este
país en particular está viviendo una violenta acción militar desde el Norte Árabe que está
buscando controlar el país en que el 60% de la población es Cristiana. La República
Centroafricana tiene ricos depósitos minerales y reservas de petróleo. Es una brutal
guerra que ha generado miles de refugiados y terrible destrucción y sufrimiento. Cuando
pregunté cómo podríamos asistirles – el obispo suplicó que divulgáramos la historia. La
situación es poco conocida en Europa o en América por lo cual reciben muy poco apoyo.
Sólo puedo reflexionar en qué pequeños se ven nuestros problemas locales al
compararlos con lo que él me describe.
La segunda escala en África fue en Kigali, en donde tuvimos la oportunidad de pasar
tiempo con los obispos de Ruanda. El país se está preparando para conmemorar el 20mo
aniversario del genocidio de 1994, cuando quienes pertenecían a la tribu Hutu lanzaron
una campaña en contra de aquellos de origen Tutsi. Se calcula que murieron un millón
de personas durante ese triste período. Hoy en día, se recuerda este terrible episodio con
el deseo de ofrecer respeto por las víctimas y de impedir que esto vuelva a ocurrir en el
futuro. Al mismo tiempo, debido a que fue una experiencia traumática tan extensa, uno
delos obispos reconoció que tienen una gran necesidad de terapia general para que el país
pueda salir adelante.
La última para en África fue en Juba, en Sudán del Sur. Apenas unas semanas después
del segundo aniversario de la independencia, el país está batallando en su infancia para
poder unir a varias facciones de manera que puedan crear una sola nación. Una vez más,
la Iglesia Católica tiene una gran influencia en sembrar unidad y en crear paz. Visitamos
a amigos de mucho tiempo del Padre Ambrosio Ladu, un sacerdote de la Arquidiócesis
de Juba que está actualmente sirviendo en la Catedral de San Ambrosio como Director
del Ministerio de Refugiados y como vicario parroquial.
Una impresionante personalidad en particular, muy activa en Sudán del Sur es la
Embajadora de los Estados Unidos Susan Page. Católica practicante, ella es una amiga
objetiva y sustancial de este joven país. Ella ha sacado a relucir lo mejor de los Estados
Unidos para establecer relaciones y utilizar los abundantes recursos de personal
americano para mayor ventaja del pueblo de tan reciente país.
De África salimos a Río de Janeiro en Brasil. Los últimos días del viaje los pasamos en
la junta anual de CELAM, el Consejo Episcopal Latinoamericano. Un tema
particularmente importante de la CELAM ha sido la Nueva Evangelización.
Este tema se consideró en el quinto sínodo general en Aparecida, Brasil en el 2005. El
documento final de Aparecida fue coordinado en gran medida por el entonces Cardenal
Jorge Bergoglio y ofrece un contenido muy sustancial sobre un tema que había sido
eludido. Conforme el documento se está dando a conocer por todo el mundo, éste se está
volviendo una fuerte guía de la nueva evangelización.
Lleno de su tradicional emoción y exuberancia, la Jornada Mundial de la Juventud en Río
del 23 al 28 de Julio se convirtió en una excepcional jornada de fe con la presencia del
Papa Francisco. Su personalidad tan abierta y contagiosa tocó a tantos, particularmente
cuando se dirigió a la juventud. Él es alguien que habla directamente y desafiante. Al
concluir la Misa, le dijo a la juventud:
“¡Tengan cuidado!” Jesús no dijo: “si así lo deseas, si tienes tiempo,”
dijo: “Vayan y hagan discípulos de todas la naciones.” Compartiendo la
experiencia de fe, dando testimonio de la fe, proclamando el Evangelio:
este es un mandato que el Señor le confía a toda la Iglesia, y que los
incluye a ustedes; pero es un mandamiento que no nace del deseo de
dominio o poder, pero de la fuerza del amor, del hecho de que Jesús vino
a vivir entre nosotros y nos dio, no solo parte de sí mismo, sino se
entregó por completo, nos dio su vida para poder salvarnos y para
mostrarnos el amor y la misericordia de Dios. Jesús no nos trata como
esclavos, sino como hombres libres, como amigos, como hermanos y
hermanas; y no solamente nos envía, sino que nos acompaña, Él está
siempre junto a nosotros en nuestra misión de amor.”
Se estima que asistieron 3 y medio millones de personas a la Misa de cierre en la
Playa de Copacabana. Para darnos una perspectiva, esto significa que había tanta
gente reunida en ese momento igual a la población total del estado de Iowa – que
es de 3 millones, junto con 500,000 vecinos de Minnesota.
La próxima Jornada Mundial de la Juventud se llevará a cabo en Cracovia,
Polonia en el 2016. Es una extraordinaria experiencia para jóvenes universitarios
y para adultos jóvenes. Un grupo de peregrinos de la Diócesis de Des Moines va
a asistir. ¡Empiecen a ahorrar ya!
El sábado antes de la última Misa de la Jornada Mundial de la Juventud,
Obispos, sacerdotes y otros fueron invitados a participar en una Misa con el Papa
Francisco en la Catedral de San Sebastián en Río. Estuve concelebrando desde
la 2da banca con un grupo de obispo de varios países.
Cuando el Papa entró, pudimos ponernos en fila en un pasillo cercano al altar en
el que el Santo Padre decidió entrar. Esto me dio la oportunidad de estrechar su
mano, presentarme y traerle saludos de Iowa. En persona, el Papa en verdad
brilla con su rebosante sonrisa y genuina calidez. Por supuesto, la oportunidad
de conocer al Santo Padre no me impactó. Pero gracias a mis hermanos de los
demás países me indicaron que había regresado a la banca equivocada y que
había usado mi mitra mucho tiempo después de que los demás se habían quitado
rutinariamente las suyas.