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Numero 238 I NOVIEMBRE - DICIEMBRE 2010 Revista del Telefono de l a Esperanza avivir www.telefonodelaesperanza.org LOS POLITICOS, PARA QUE SIRVEN? La afinidad ideológica con los partidos políticos se ‘hereda’ con la familia Joaquín Leguina: “El poder acaba por convertirse en un vicio del que, como el tabaco, conviene quitarse” La clase política, el tercer problema actual del país para los españoles CONTEMPLAR LA NAVIDAD LLEGADA LA PLENITUD DE LOS TIEMPOS NORBERTO ALCOVER Los diez capítulos que componen esta obra recorren los misterios de la Navidad. Cada uno de los capítulos acoge una obra pictórica, que como referente artístico ayuda a la contemplación del misterio en cuestión, además de un texto del Vaticano II y algunos poemas relevantes que le dan el apoyo teológico y eclesial oportunos. Por último, uno por uno acaban con una adecuada Plegaria, e incluso la conclusión final. La belleza y profundidad del misterio de la Navidad requiere que para su comprensión, para su contemplación, confluyan diversos elementos. Fruto de esa contemplación, surgen por fin, la oración y la poesía, como manifestación de adhesión del alma al misterio de la encarnación de Dios hecho hombre. Norberto Alcover Ibáñez es mallorquín y jesuita. Licenciado en Filosofía y Teología, cursa también Teoría y Práctica de la Imagen, además de Periodismo, pero con permanente interés por la espiritualidad ignaciana y muy especialmente por los Ejercicios Espirituales. Además de su tarea como Profesor de la Universidad Pontificia Comillas, escribe en revistas (Vida Nueva, 21RS, Mensajero, y avivir, entre otras) y en periódicos (El País y Diario de Mallorca). Es autor de numerosas obras. Su objetivo permanente es procurar que la fe en Jesucristo alcance a los hombres y mujeres de nuestra cultura. Felicitación En el pórtico de la Navidad deseo haceros llegar a todos los lectores de AVIVIR, a todos cuantos, de una u otra manera, nos prestáis vuestra ayuda y, con especial afecto, a todos los Voluntarios del Teléfono de la Esperanza, mi más sincera y afectuosa felicitación navideña. La Navidad, pese a las presiones consumistas que parecen extremarse en estas fechas, sigue siendo para los hombres de buena voluntad, sean creyentes o no lo sean, una amable invitación hacia la Bondad y hacia el Bien. Por eso os quiero desear a todos que abráis las puertas de vuestros hogares al espíritu cordial de la Navidad que encarna la figura de un Niño que nació en medio de la más absoluta y conmovedora sencillez, y nos legó el más hermoso mensaje de fraternidad y de solidaridad. Una solidaridad que ojalá nos impulse a compartir nuestros bienes o nuestro tiempo con los marginados, con quienes se sienten solos, con quienes padecen con más virulen- cia los zarpazos de todo tipo de crisis, con quienes nunca sienten, ni siquiera en estos días, el calor de una familia, con todos aquellos, en fin, que, sobre todo en estas fechas, añoran ausencias o lloran la pérdida de sus seres queridos... Que a lo largo del año que pronto estrenaremos no se apague en ningún momento en nuestro corazón la luz de la Esperanza y no nos falte el coraje ni la generosidad para tender nuestras manos a quienes se aproximen a nosotros en demanda de ayuda. ¡Feliz Navidad y venturoso año 2011! Cordialmente, Jesús Madrid Soriano, presidente de la Asociación Internacional del Teléfono de la Esperanza 3 Carta del Director Sumario SUMARIO Felicitación del presidente // En el pórtico de la Navidad // 3 Carta del director // Regenerar la política // 7 A fondo La gente y la política // 8 De la esperanza al desencanto Por Herminio Otero De Maquiavelo a Tomás Moro // 16 Apuntes para una psico(pato)logía del político profesional Por Alejandro Rocamora La política vista desde el cuarto de estar // 22 Un clima de decepción, hartazgo y desesperanza Por José María Jiménez ¡Yo paso de esa gente! // 28 Por José Luis Rozalén Entrevista // 34 Con Joaquín Leguina, ex presidente de la Comunidad de Madrid. Por Gloria Díez Cine // 44 Pasión por la vida pública Por Norberto Alcover A pie de calle // 48 Aguantar a los políticos, nuevo problema para el ciudadano español Por Antonio Saugar Comunicando // 52 Inauguración del Teléfono de la Esperanza de Jaén. Honduras, sede del II Curso de Coordinadores de América. Eulalia LLosa, ella era esperanza. Colaboradores: Herminio Otero Alejandro Rocamora Redactor jefe y Publicidad: José Mª Jiménez Gloria Díez Fernando Alberca José Luis Rozalén Antonio Saugar Diseño gráfico: José Luis Mendoza Coordinación: Impact 5 Edita: Tel.: 917 818 795 Teléfono de la Esperanza Depósito Legal: Fotografías ©©: M-28.500-1973 www.sxc.hu Dirección, redacción y administración: Francos Rodríguez, 51 (Chalet, 25) Con la financiación de: 28039 Madrid Tel.: 91 459 00 62 Fax: 91 459 04 50 e-mail: asites@telefonodelaesperanza.org Director: Pedro Miguel Lamet 5 SE BUSCAN JÓVENES PARA LA POLÍTICA y que sus padres no se enteren ¿Ves alguna diferencia entre el pasado —sólo diez años, por ejemplo— y el de ahora mismo? ¿No ves que esa sombra que protegía nuestro sueño de vivir —la sociedad, la cultura, la política, la religión— parecen haberse diluido dejándonos a la intemperie? ¿Quién cree en algo? ¿Quién cree en alguien? Pero no, la Política no mancha las manos sino que algunos políticos se manchan las manos. Nos quejamos: ¿qué va a pasar? Pero no nos atrevemos: ¿qué vamos a hacer? Necesitamos jóvenes que se adentren en la buena Política; que la busquen como servicio. Y sobre todo sin esquivar nuestro compromiso de ciudadanos, sí el de súbditos. Deseamos vivir con y para otros en instituciones justas. Aunque diga el refrán “En España es herejía tener sentido común”, no haya lugar para el desaliento. Este libro es un buen avisador y desentraña ideas claras e ilusiones realizables. ¡Quien lo lea tendrá la palabra y, además, se pondrá en marcha! Pedro Ortega Campos (Peal de Becerro, Jaén) es Doctor en Filosofía y Letras, y en Sociología, Catedrático de Filosofía de Educación Secundaria. Fue secretario y vicepresidente de la Sociedad Española de Profesores de Filosofía (SEPFI) y vocal de la Asociación Internacional de Profesores de Filosofía (AIPPh).Voluntario desde hace veinticinco años en el Teléfono de la Esperanza, cuenta en su haber con una treintena de libros y un centenar de artículos en revistas especializadas nacionales y extranjeras. Para contactar con el autor: petrusort1@telefonica.net Carta del director REGENERAR LA POLÍTICA “¡Cómo está la política!” comentaba el sereno gallego de La verbena de la Paloma, para dar “otra vuelta a la manzana”. Los problemas de la cosa pública y la vida política son tan antiguos como el ser humano y la historia se repite. Ya en la vieja Grecia para los sofistas la política era el arte de poder persuadir mediante la palabra. Persuadir no significa tener la verdad, sino poner la palabra al servicio de unos intereses y así concebir las leyes como convencionalismos, que los hombres adoptaban para vivir en sociedad de manera diferente a como lo hacen los animales y en donde el más fuerte se aprovecha del más débil. Hoy el hombre de la calle comienza a descubrir que la mayor parte de los políticos no son sino sofistas disfrazados. Dicen buscar el bien común, pero pronto se les cae la careta y la gente se da cuenta de que se limitan a llenarse la boca de palabras que ocultan el propio interés o el del partido, caiga quien caiga. Sócrates se preocupó por la búsqueda del fin o propósito del hombre, en encontrar el objeto del ser humano, que si bien no definió, viene a ser el de hacer posible que el hombre viva en sociedad. La política viene a ser pues la actividad social y práctica cuyo objeto es la búsqueda del bien común de los integrantes de una comunidad. Por lo tanto, es el bien común el principio y fin ético de la política. Y será bueno todo aquello que beneficie, acreciente o promueva el bien común. Será en cambio malo para la política lo que se oriente a perjudicarlo, disuadirlo, disminuirlo, desvirtuarlo. Esto parece obvio, pero la gran pregunta de siempre es cuál es ese bien común. La respuesta de los politólogos es clara: un bienestar general, que se logra por medio de una auténtica justicia social, cuya finalidad no es otra que alcanzar una adecuada distribución de la riqueza entre todos los grupos sociales. Para ello hace falta la presencia de un Estado capaz de generar ese equilibrio. Un Estado que no elimine la responsabilidad de las personas, de las comunidades y de las organizaciones intermedias. Un Estado que no convierta a los ciudadanos en marionetas o peleles, y en amordazadas servidoras a las comunidades y organizaciones intermedias, puesto que todo el mundo sabe que el exceso de intervención estatal ha sido algo nefasto para las sociedades civiles. Pero tampoco es bueno un Estado del todo ausente, que deje la suerte de sus habitantes al juego de la oferta y demanda. Ni un Estado indiferente a los problemas sociales. El Estado debe intervenir para asegurar el mínimo de bienestar para todos. Sin demagogias pero con eficacia. La mezcla de libertad y justa intervención genera hoy día la tensión entre modelos liberales y socialistas. Por ello, todo Estado se desnaturaliza, es decir, pierde su esencia, cuando se corrompe y desvirtúa transformándose al provecho de unos pocos. Según Aristóteles hay tiranía, oligarquía o demagogia cuando un tirano, una minoría o una mayoría gobiernan para sí mismos. Estas serían las formas desnaturalizadas. Por consiguiente, factores que conducen a la desnaturalización del Estado, a su proceder éticamente negativo, inmoral, ilegítimo e ilegal son principalmente el economicismo, la tentación del poder absoluto y la pérdida de un orden político. Hoy la política se ha convertido en un fenómeno global dependiente del dinero. La posesión de éste engendra poder absoluto, por lo que unos países ricos o sus multinacionales detentan el gobierno del mundo y los pobres no pintan nada. En esta situación todo se derrumba, no hay orden ni justicia. ¿Existe alguna solución? Aunque parezca utópica, no hay otra que volver a la conciencia moral, a la virtud en un sentido amplio; a la rectitud de su conducta, que se traduce en ética personal y colectiva. Krause, filósofo de gran influencia sobre la doctrina radical, sostenía que la ley moral lleva implícita la libertad y el orden, siendo su máxima de conducta más difundida la siguiente: “Haz el bien por el bien mismo”. Es necesario pues encontrar políticos con ideales. ¿Que la política es siempre sucia y lo mejor es huir de ella, como dice la gente? Para éstos es aplicable el dicho: “Aunque no te ocupes de política, ella se ocupará de ti”. No podemos sustraernos de ella, porque condiciona nuestra vida desde la comida a la familia, pasando por la casa y el trabajo. Decía Moravia que “curiosamente los votantes no se sienten responsables del fracaso del gobierno que han votado”. Por eso la regeneración política es una tarea que nos atañe a todos y, al final, tenemos los gobernantes y representantes que nos merecemos. Pedro Miguel Lamet 7 A Fondo LA GENTE Y LA POLÍTICA DE LA ESPERANZA AL DESENCANTO Por Herminio Otero En nuestra historia reciente hemos pasado de la esperanza política al desencanto. Después de años de lucha e ilusión, el divorcio entre la clase política y la ciudadanía parece cada vez mayor. 8 A Fondo La cleptocracia nacional, una realidad Hace años, Jesús Gil sacó a la luz, cuando los delitos habían prescrito, las copias de los cheques con los que había pagado comisiones millonarias a personajes del entorno del PSOE andaluz y de la Junta de Andalucía. Recientemente, el juicio oral de la «Operación Malaya», amplificado “con los ribetes cuasi folclóricos de un morboso carrusel de celebridades del cotilleo”, puso de manifiesto la corrupción política afincada entre nosotros a lo largo de toda la geografía. Los protagonistas, vinculados al gilismo marbellí y convertidos en personajes de la telebasura, representan la cara esperpéntica de una epidemia moral incubada en los entresijos de nuestra sociedad política y que afecta de manera transversal a las estructuras locales y regionales de la mayoría de los partidos que forman parte del sistema. La corrupción de Marbella se distingue del resto de episodios delictivos que salpican la geografía política española en que fue perpetrada por un grupo al margen de la partitocracia convencional. Pero el mal germina en los partidos políticos y en muchos de los que tienen en la política su oficio y beneficio, de modo que los entendidos hablan de “cleptocracia nacional”: una epidemia moral causada por la transversalidad política, la dispersión territorial, el transfuguismo y la impunidad electoral. Estos últimos meses, hemos contemplado entre estupefactos e indignados las informaciones sobre la trama Gürtel que nos han ido desvelando cuán amplio llegaba a ser el número de cargos públicos tocados por la corrupción en el seno del Partido Popular en Madrid y en la Comunidad Valenciana. Estas últimas semanas, la campaña con motivo de las elecciones catalanas ha vuelto a poner de El descrédito de los políticos es tal que nos invade una nueva marea populista, la que daría, por ejemplo, a Belén Esteban, bautizada como “la princesa del pueblo”, el 7,9% de los votos si se presentase a las elecciones; sería la tercera fuerza política más votada por detrás del PP (40%) y del PSOE (37%) actualidad el caso del Palau de la Música en el que se investiga la presunta financiación irregular de Convergència Democràtica de Catalunya. A ojos de los ciudadanos, en la práctica totalidad de casos de corrupción que afectan a los partidos, las direcciones de los partidos se han comportado con gran pasividad y, a veces, hasta con comprensión y respaldo de los presuntos corruptos. Lamentablemente, es muy triste comprobar que el volumen de casos de corrupción en los que están implicados los partidos políticos viene a ser directamente proporcional a la cuota de poder de los mismos. De hecho, de los 730 casos judiciales abiertos hasta noviembre de 2009, más de la mitad (464) correspondía a dirigentes del Partido Socialista (264) y del Partido Popular (200), mientras el resto se repartía equitativamente entre otras fuerzas políticas en proporción con su implantación electoral. Muchos simpatizantes de esos partidos, como si se les hubiera inoculado una vacuna política, tienden a exculpar a los responsables de este mal, sobre todo si son de los ‘suyos’, de modo que estos escándalos no castigan a los partidos. Esta normalización produce un efecto perverso: el desprestigio de la clase política, considerada sospechosa en su conjunto, y que se traduce en frases como “todos son iguales” y “no hay político bueno”, porque “todos van a lo suyo”. 9 A Fondo Melancolía de la política Recientemente Fernando Villaespín (El País, 15/10/2010) resumía que ningún presidente del Gobierno de la reciente historia de la democracia española ha tenido un final feliz en su último mandato. “Adolfo Suárez acabó mal; Felipe González acabó mal; José María Aznar acabó mal. Ahora le toca a José Luis Rodríguez Zapatero. Parece como si el pueblo español, cual Saturno, necesitara devorar a sus hijos, a aquellos a los que previamente ha promovido para ser sus máximos representantes.” Todos ellos fueron vilipendiados, insultados, descalificados… con cierta visceralidad y saña. Parece como si necesitáramos fulminar y destruir a quien ostenta el poder en nombre de todos. Quizás no hemos perdido el carácter guerracivilista de donde provenimos (al menos desde el siglo XIX) y por eso necesitamos liquidar al adversario, aunque en eso no tenemos la exclusiva: lo mismo sucede ahora en Estados Unidos con Obama, en Francia con Sarkozy, en Alemania con Merkel, y quizás pronto ocurra también en Reino Unido con Cameron. El divorcio entre la clase política y la ciudadanía parece cada vez mayor: ambos desconfían uno del otro. Como en democracia los ciudadanos siempre tienen razón, parece que los responsables políticos serían los culpables, pero parece también evidente que no pueden estar haciéndolo siempre y todos mal. O sea, que hay una presunción en contra de la política y de quienes se dedican a ella, y que se concreta en el desprestigio de lo político. La tentación ya ha aflorado: una nueva marea populista nos invade, que daría, por ejemplo, a Belén Esteban, bautizada como “la princesa del pueblo”, el 7,9 % de los votos si se presentase a las elecciones; sería la tercera fuerza política más votada por detrás del PP (40%) y del PSOE (37%). Los datos del estudio, realizado por Sigma Dos, indican además que sería en Cataluña donde Belén obtendría más votos (8,9 %). Parece que Belén Esteban no se presentará a las elecciones, pero seguirá animando el cotarro de la telebasura, donde cada vez más se mezclan la gente de la farándula y algunos políticos que hacen cualquier cosa por llegar a la gente. 10 Es más, algunos faranduleros pasan a ser los que aportan el liderazgo ficticio de un pueblo cansado de los juegos políticos. En ellos se confía para dar soluciones urgentes ante la imagen de impotencia que proyecta la política en unos momentos en los que más necesitamos de soluciones certeras. Pero los políticos siguen ensimismados en sus apariencias y enfrentados con otros políticos en un ritual repetido. Dan la apariencia de seguir sus máximas preferidas: “A menos ideas, más insultos; a menor ideologización, mayor antagonismo.” Y la gente, ante este panorama, deja de implicarse y ya no se responsabiliza de los asuntos públicos. Delegamos en los políticos la solución de los problemas comunes y nos refugiamos en nuestros privatismos. Lo que sí hacemos es quejarnos, como niños malcriados, porque no nos proporcionan los servicios y prestaciones a los que nos creemos con un derecho casi natural. No nos comprometemos; a lo sumo, nos apuntamos a un partido de forma primaria y sin matices, con lo que caemos en la misma imagen de desunión que criticamos en los políticos. “El resultado es una clase política enfrentada entre sí y una ciudadanía en guerra con sus representantes o sumergida en la indiferencia”. Los políticos como problema Esta política agonística y banalizada no provoca ira, sino que desemboca en la melancolía por el desvanecimiento de un verdadero impulso cívico y de una política más heroica. Y entonces los políticos no son la solución sino un problema. Entre ellos se da una alta tasa de mediocres. Sáenz de Buruaga lo resumía recientemente así (El Mundo, 16/10/2010): “Muchos (políticos) han aparecido en la política sin pasar por la escuela de la vida, sin pelearse por un puesto de trabajo, sin hacer una cola en el Inem, ni tan siquiera ser mileuristas. Viajan en coche oficial sin haber utilizado el metro ni saber dónde para la línea 54 del bus. Tienen unos privilegios difíciles de entender. Son profesionales de la cosa que apenas brillarían en el competitivo mundo del mercado laboral. Y lo que es peor, suelen olvidarse de que su obligación, y supuesta vocación, es tan simple como servir al ciudadano y no vivir a costa del contribuyente.” A Fondo Para el periodista Sáenz de Buruaga el problema radica en que “muchos políticos han aparecido en la política sin pasar por la escuela de la vida, sin pelearse por un puesto de trabajo, sin hacer cola en el Inem, ni tan siquiera ser mileuristas. Viajan en coche oficial sin haber utilizado nunca el metro. Tienen unos privilegios difíciles de entender. Y lo que es peor, suelen olvidarse de que su obligación es tan simple como servir al ciudadano y no vivir a costa del contribuyente” Ante esa situación, contraponía “el orgullo de ser españoles, esa sensación única, de tribu, que nos hace sentir la selección española de fútbol, o la de baloncesto, o a Rafa Nadal y los chicos de la Davis, o a Gasol en sus Lakers, o a Contador sin filete de clembuterol, o a Lorenzo, Pedrosa y los kamikazes de la moto, o a Alonso, que va más deprisa que su coche.” Y abogaba por superar las fronteras que políticos mediocres ponen entre la derecha y la izquierda desde la ignorancia y la ceguera ideológica, y por saltar las barreras levantadas en función del lugar en donde habitan… Las banderas salidas espontáneamente a la calle y el himno colectivo «¡Yo soy español, español, español!» les dejan con el culo al aire.” Otros himnos, otros sones En nada se parecían esas banderas y sones de esta fiesta colectiva a otros sones y banderas que se contrapusieron 70 años antes y que desembocaron en una guerra civil todavía no olvidada. Tras la larga noche de piedra llegaron días ilusionantes en los que a la gente se le volvía a invitar a la participación (“Habla, pueblo, habla”) en un país joven que quería olvidar y mirar al futuro. Jarcha resumió en Libertad sin ira lo que la gente vivía y después se convirtió en himno de la Transición: “Dicen los viejos que en este país hubo una guerra y hay dos Españas que guardan aún el rencor de viejas deudas... Pero yo sólo he visto gente que sufre y calla, dolor y miedo, gente que sólo desea su pan, su hembra y la fiesta en paz…”. Y la fiesta comenzó porque había libertad sin ira… Y crecieron las ilusiones y sonaron de nuevo canciones como el Canto a la libertad, de Labordeta, que se convirtió en otro himno de ilusión y de esperanza para muchos: “Habrá un día en que todos al levantar la vista, veremos una tierra que ponga libertad…” 11 A Fondo Era una canción con tintes y guiños religiosos y la gente se vio reflejada en la utopía que reflejaba. Por entonces se buscaba empujar la historia hacia la libertad y todo se hizo nuevo: partidos, Constitución, autonomías… Y comenzó una marcha en la que estamos embarcados desde hace 35 años (el franquismo con la guerra duraron menos de 40), aunque parece que las heridas que aparentaban cerradas se han reabierto con la memoria histórica y otras reyertas. Y poco a poco la ilusión se fue transformando en desencanto y la esperanza fue vencida por la acomodación o el cansancio. Labordeta como representante El 18 de septiembre moría a los 75 años el político y cantautor José Antonio Labordeta. Un día más tarde, más de 25.000 personas, ya de noche, volvieron a entonar de forma espontánea el Canto a la libertad en el exterior del Palacio de la Aljafería, sede de Las Cortes de Aragón, como lo habían entonado en mayo de 1976 miles de jóvenes que asistieron al primer y último Festival de los Pueblos Ibéricos en la Autónoma Tras la dictadura, llegaron días ilusionantes en los que a la gente se le volvía a invitar a la participación; desde entonces hasta ahora, la gente ha pasado de la esperanza al desencanto: reflejo de ello son las canciones –y hasta la propia vida- de José Antonio Labordeta de Madrid. En aquella ocasión todos lo conocían, aunque estaba prohibido: ese himno traducía sus ansias de libertad. De entonces hasta ahora la gente ha pasado de la esperanza al desencanto: las mismas canciones de Labordeta y –hasta su vida– lo reflejan. CARTA DE UNA MADRE A “¡Para las siguientes elecciones, voto!”. Eso es lo que dices a tus 16 años, lleno de ilusión porque, por fin, podrás opinar. Me gustaba escuchar a los políticos, aunque no coincidiese con ellos. portaba lo inmediato, sino, y sobre todo, lo que significaría para el futuro. O así lo sentía yo. Lo malo es que tu voto será de castigo, (“Para que no salga...”), no de convencimiento (“Quiero que gane...”) Los consideraba gente con capacidad, preparados para desempeñar su tarea, manejaban un vocabulario amplio y siempre ajustado a lo que querían decir o transmitir. Hoy la sensación es otra y, si escuchamos a nuestro alrededor, podemos percibir el descontento, el desaliento. Yo recuerdo la primera vez que voté. Me sentía importante: tenía la oportunidad de participar, de decidir. En general, poseían sentido de la responsabilidad, eran cautelosos u osados y tenían una visión amplia de la realidad; no sólo im- 12 Reconocemos que los políticos son necesarios, pero, a menudo, creemos que no son los idóneos. Ya no disfrutamos con sus debates, agresivos, pobres en ideas, sin propuestas, cuyo A Fondo SU HIJO eje es el insulto, la descalificación personal. Tenemos la impresión de que mienten, de que luchan o se despellejan por su propio interés, no por el de todos, y de que improvisan y toman decisiones sin control, sin sopesar las consecuencias lo suficiente. Actúan, después piensan. Nos están fallando. La sociedad se contagia de sus malos modos, de su pobreza intelectual ADOLESCENTE y padece sus múltiples reformas, de tal manera que, poco a poco, lo esencial se olvida: la educación, el reconocimiento del esfuerzo y del trabajo como bien común, el respeto a los semejantes y a los diferentes, el valor de la palabra... ración, por su capacidad para ilusionaros y por su dedicación para llevar a cabo un proyecto en el que cree y por el que merece ese voto. Ojalá tú, hijo, y muchos otros como tú, cuando ejerzáis vuestro derecho a votar, lo hagáis seguros de que vale la pena apoyar al que habéis elegido, por su trabajo, por su prepa- Que la política sea tan transparente como la urna donde lo has depositado. Que sea un voto meditado, y convencido, y confiado. Marimar Luna Regueira (A Coruña) 13 A Fondo Era Labordeta –a decir de Gabriel Jaraba– un hombre bueno y honrado, sabio y sincero, afectuoso y fiel. Y discreto, vergonzoso ante los elogios y receloso con la ostentación. Si hubiera visto su cuerpo en el ataúd expuesto en el palacio de la Aljafería, se hubiera vuelto a morir. O quizás hubiera echado mano de su socarronería para decir: “Jodo, toda esa gente desfila por aquí delante como cuando la muerte de Franco”. Precisamente la masiva reacción ante su muerte se debe a un arquetipo permanente en las sociedades modernas: el complejo de orfandad. Muerto Franco, la gente fue a despedirse en interminables colas. La normalización de la corrupción en la política produce un efecto perverso: una ciudadanía sumergida en la indiferencia y el desprestigio de la clase política, considerada sospechosa en su conjunto, y que se traduce en frases como “todos son iguales”, porque “todos van a lo suyo” Y la gente, pocos años después, volvió a salir a la calle cuando murió Enrique Tierno Galván, alcalde de la “movida” madrileña, que fue adoptado como abuelo por una generación de jóvenes perdidos en la gran ciudad, cuyos mayores se quedaron en el pueblo. hermanos, que no amanece por nada... Vamos ahora, compañeros, a defender lo alcanzado, a seguir hacia delante, la lucha no ha terminado.” Y la gente salió de nuevo a la calle, ahora, en Zaragoza, a expresar su cariño popular a Labordeta, “el abuelo”, un profesor de instituto y andariego, un político llano y un cantante simbólico de un tiempo y un país, que en 1975 había cantado aquello de “recuérdame como un árbol batido, como un pájaro herido, como un hombre sin más”. Lo cantaba en Ya ves, antes de decir:”Ya ves que fuimos agrietando los muros mantenidos.” Y en 1984, en Qué queda de ti, qué queda de mí, entonó otro himno (Somos) con ocasión de la muerte de Tierno. Allí seguía diciendo que “somos como esos viejos árboles batidos por el viento que azota desde el mar.” Pero confesaba ya entonces que “hemos perdido compañeros, paisajes y esperanzas en nuestro caminar... Hemos perdido en nuestra historia canciones y caminos en duro batallar... Hemos atravesado el tiempo dejando en los secanos nuestra lucha total.” Eran los primeros años de ilusión en los que “tras siglos de destrozos” recuperábamos el eslogan de la Revolución Francesa. Y así lo resumía en Caminaremos: “Caminaremos hasta el instante en que en la lluvia crezca la libertad… Caminaremos hasta la aurora en que en el viento renazca la igualdad… Caminaremos hasta el momento en que las manos sean fraternidad…” Un año más tarde, estaba ya Aguantando el temporal, según título del disco en el que confesaba que “de aquel tiempo pasado agridulce es el fin, de aquel tiempo pasado sólo te guardo a ti.” Habían caído las utopías y comenzaba a triunfar el refugio en el yo y la resignación Labordeta siguió soñando año tras año y poniendo voz a nuestros sueños, pero ya en 1978 apuntaba en Compañeros, del disco Que no amanece por nada: “Compañeros, compañeros, hasta aquí ya hemos llegado, atrás dejamos la noche con la violencia y el miedo... Qué larga ha sido la noche, y el alba que tanto tarda: salid al camino, 14 A Fondo y la incertidumbre, como cantó 1987: “Qué vamos a hacer, qué vamos a hacer cuando el futuro venga con nosotros a tomar café.” Dos años más tarde, en 1989, lo resumió de otra forma en Banderas rotas: “He puesto sobre mi mesa todas las banderas rotas. Las que nos rompió la vida, la lluvia y la ventolera de nuestra dura derrota. Rota permanece aquella que levantamos al cielo pensando que la justicia crecería como un vuelo de gaviotas en el mar y vimos cómo al final sólo nos quedó el recuerdo de un mástil desarbolado y unos jirones de tela rotos por el vendaval.” En 1993 apareció el disco Canciones de amor como síntoma del abandono de las utopías y refugio en el encuentro personal. Y ya en el primer año del siglo XXI, en su Retrospectivo existente, dice: “Me registro los bolsillos desiertos para saber dónde fueron aquellos sueños…” Aquellos sueños colectivos se han encontrado con esta realidad de desencanto y de cleptocracia nacional, que no es como la soñábamos, sino como la temíamos. 15 A Fondo DE MAQUIAVELO A TOMÁS MORO Apuntes para una psico(pato)logía del político profesional Hace unos meses leí una frase de David Cameron, primer ministro del Reino Unido, referente a la clase política. Decía así: “Lo importante de un político no es su ideología sino su personalidad”. ¿Es esto cierto? ¿La personalidad está por encima de la ideología? ¿Qué ocurre cuando la personalidad del político no es la adecuada, también la ideología se convierte en perversa? Preguntas que tendrán respuestas en las siguientes páginas. Por Alejandro Rocamora 16 A Fondo Profesión y personalidad La persona, según los entendidos, es una confluencia de fuerzas y de circunstancias: desde la carga genética a la relación con las figuras más influyentes, los padres, pasando por la ciudad en donde hemos vivido, la cultura que respiramos e incluso los profesores que tuvimos, así como los amigos, la familia y un largo etcétera de situaciones que han ido configurando cómo somos. A esa parte genética, que es como la herencia de la personalidad, pero que todavía no se sabe identificar, la llamamos temperamento. El resto de los factores culturales, relaciones, psicológicos etc., son los responsables del carácter. En definitiva, podemos afirmar que somos el resultado de nuestro temperamento y de nuestro carácter. El temperamento es inamovible, pero el carácter si es posible su modificación. Éste último es como la señal de identidad y la manifestación externa de cada uno de nosotros, sabiendo que todo este proceso no se produce de forma pasiva sino que cada persona elabora de diferentes maneras una misma realidad o vivencia. El carácter, pues, representa la originalidad de cada uno de nosotros; el carácter es lo que hace que yo sea diferente e irrepetible. Como decía un psiquiatra “el carácter es lo que hacemos cuando nadie nos está mirando”. La personalidad es una organización dinámica que define el comportamiento y el pensar de cada individuo y se va fraguando a lo largo de cada biografía. Todas las acciones, pues, de cada ser humano son el producto de su personalidad y a la vez, ésta determina su forma de actuar en el mundo: vivir en el campo o en la ciudad (cuando se tiene opción para ello), elegir unos estudios u otros y también dedicarse a la política o a otra actividad. El “político narcisista” parte del convencimiento de que es el mejor del mundo y, por lo tanto, todo debe estar a su servicio. Carece de un mínimo de autocrítica poniéndose una “venda para no ver” las deficiencias y potenciando los pequeños éxitos. Se siente “el ombligo el mundo”. Es tan autosuficiente que es incapaz de comprender el sufrimiento de los demás Así, hay profesiones para todos los estilos de personalidad: de servicio (sanitarios, policías, profesores, políticos, etc.); con gran pasión por las relaciones sociales (relaciones públicas, dirección y producción de eventos, etc.); con dotes de gran planificador con tendencia al control y la perfección (carreras administrativas, ingenieros, entre otros); muy competitivos, motivándose en situaciones de gran tensión (deportistas, carreras comerciales y de gestión, etc.). Esto es simplemente una muestra de la relación entre la profesión y el estilo de personalidad. No obstante, no podemos concluir que el éxito profesional solamente se consigue si hemos elegido en función de nuestra forma de personalidad. El tema es más complejo. Por ejemplo: aunque se afirma que una persona introvertida es un estilo de personalidad idóneo para la investigación, eso no quiere decir que una persona extrovertida no pueda llegar a ser un buen investigador; o para ser un buen administrativo debe tener un “estilo obsesivo”, pues posiblemente todos conocemos a secretarios y secretarias que no tienen esos rasgos y sin embargo son buenos profesionales. La razón es sencilla: la personalidad influye en la profesión que elegimos, pero no es determinante, pues existen otros factores que no podemos controlar: la familia, la cultura, las ofertas 17 A Fondo de trabajo, etc. En definitiva, la elección de una profesión es el resultado del deseo del sujeto, sus capacidades y sus posibilidades reales: inteligencia, recursos económicos, recursos sociales, familiares, etc. Además, en cada profesión, existen diferentes formas de ejercerlas, que también están en relación con la personalidad del sujeto. En política, simplificando, podemos afirmar que los diferentes estilos de la acción política se encuentran entre dos extremos, representados por dos personajes históricos: Maquiavelo y Tomás Moro. De Maquiavelo a Tomás Moro Maquivelo, nace en Florencia en 1469 de familia noble. En su obra más importante, El Príncipe, describe la forma más adecuada que considera imprescindible para gobernar: la búsqueda del bienestar y seguridad de los ciudadanos, sin tener en cuenta los principios éticos o morales. Todo es válido siempre y cuando se busque el bien de los súbditos. Según Maquiavelo el político 18 En el estilo psicopático de hacer política se produce ausencia de culpa. Ponen en práctica la ley del embudo: pueden ser muy exigentes en el cumplimiento de las leyes por los demás, pero ellos pasan completamente de las mismas. Han llegado a la política para servirse de su posición, no para servir a los ciudadanos. Una forma de entender de esta manera la política está representada por los corruptos y estafadores, ya que lo importante para ellos no es el bien común sino su propio provecho debe ser una persona hábil, con capacidad para manipular y destreza para adaptarse a cada momento histórico. Concluye: al político se le valora por su eficacia, no por su virtud. Por el contrario, Tomás Moro (1478-1535) describe en La Utopía un estado ideal, donde lo nuclear y básico es la familia, defendiendo una sociedad agrícola en contra de una sociedad consumista. No existe propiedad privada y rige sobre todo la libertad y la tolerancia religiosa. En este contexto, el político es un hombre virtuoso que respeta ante todo a los ciudadanos y lucha con medios lícitos por su bienestar. Si Tomás Moro lo podemos considerar como un idealista, Maquiavelo está en el extremo opuesto. Entre esas formas de entender la política se encuentran los diferentes “estilos de políticos”: paranoide, narcisista, histérico y psicopático. A Fondo Tipología Es evidente que posiblemente no encontremos ningún político con uno de esos estilos en estado puro, sino más bien una mezcla de los mismos, pero con un predomino de alguno de ellos: Estilo paranoide: El paranoico busca la comprobación de sus sospechas y pone “trampas” a todos sus familiares y amigos hasta que se “comprueban sus temores”. Se ve como inmerso en un torbellino de sospechas, que todo lo que ocurre a su alrededor lo ve desde la perspectiva de su malestar y de sentirse controlado. El paranoico está solo ante el mundo y ante el universo: él es el poseedor de la verdad, su verdad. El paranoico, que da la sensación de seguridad y poder, es un ser indefenso, que se encuentra ‘atacado’ por todas partes. Se defiende porque se siente débil; juega a ser el duro de la película pero en realidad es el más frágil, de tal manera que cualquier acción, mirada, palabra, o gesto, lo puede romper. El paranoico parte de una premisa falsa (que él considera verdadera) y, a partir de ahí, comienza a construir el castillo de sus ‘verdades’. La persona paranoica nunca reconoce su error sino que siempre lo refiere a otro: “los demás son los responsables de mis desgracias”, es el mensaje que transmite. Así, si está enfermo, es por culpa de los médicos que no saben curarle; si la familia no funciona bien, es porque la pareja no colabora. En política esto se traduce en lo siguiente: “los otros siempre son los responsables de las desdichas”. Un ejemplo claro lo tenemos con la actual crisis económica: la oposición dice que el culpable es el Gobierno y éste que el origen de ella estuvo en EE.UU. ¡Siempre echando balones fuera! Estilo histérico El histérico es una persona excesivamente preocupada por llamar la atención y ser el centro de cualquier situación. Son superficiales, inestables emocionalmente y se dejan influenciar por cual- quier persona. Además son muy seductores, pero difícilmente se implican emocionalmente. Buscan la admiración de los demás, pero huyen de todo compromiso. Al “político histérico” le gusta figurar y ser el centro de atención, pero también su eficacia es nula. Actúa en función de las apariencias, de lo que dice la gente y su punto de apoyo no son sus convicciones, sino todo aquello que le puede hacer más agradable a los demás. El estilo paranoide de hacer política se traduce en lo siguiente: “los otros siempre son los responsables de todas las desdichas”. Un ejemplo claro lo tenemos con la actual crisis económica: la oposición dice que el culpable es el Gobierno y éste que el origen de ella estuvo en EE.UU. Estilo psicopático Sus características principales las podemos resumir de la siguiente manera: son explotadores e irresponsables con tendencia a quebrantar las normas establecidas y con gran dificultad para establecer vínculos adecuados y duraderos. Además, para algunos autores, se produce ausencia de culpa (por esto, existe un dicho en psiquiatría clásica que dice: “la diferencia entre un psicópata y un neurótico es que el primero hace sufrir a los demás y el segundo sufre él”). Generalmente son impulsivos, con baja tolerancia a la frustración, que no tienen en cuenta la situación del otro y solamente se rigen por una ley: “esto quiero, esto hago”. La única norma que respetan es su deseo y en ocasiones se mueven por el mecanismo de proyección, al insistir en que los que fallan siempre son los otros, no el propio sujeto. 19 A Fondo En definitiva, son personas que siempre están en conflicto con los otros y parece como si no tuvieran afecto y nada les importara los demás. Todo ello se basa en dos presupuestos básicos de este tipo de personas: se sienten distintos a los demás y su relación con los otros es de explotador. Una forma de entender de esta manera la política está representada por los corruptos y estafadores, ya que lo importante para ellos no es el bien común sino su propio provecho. Ponen en práctica la ley del embudo: pueden ser muy exigentes en el cumplimiento de las leyes por los demás, pero ellos pasan completamente de las mismas. Han llegado a la política para servirse de su posición, no para servir a los ciudadanos. Estilo narcisista Es un concepto que proviene del psicoanálisis. Ha tenido diferentes significados: desde un exagerado amor a sí mismo (como en el mito de Narciso que se ve reflejado en el agua y queda ensimismado de su belleza) hasta la forma de neutralizar un gran sentimiento de baja autoestima que se compensa con la apariencia de un sentimiento de autovaloración hipertrofiada. Algún autor ha llegado a comparar el narcisismo con “la inflación económica”, donde se invierte por encima de las posibilidades reales. Clínicamente se caracteriza porque, pese a su “enorme autoestima”, es muy vulnerable a cualquier pequeño desaire o rechazo, respondiendo con fuertes sentimientos de ofensa o enfado. En las relaciones interpersonales, con frecuencia, se muestran bastantes distantes y tratan de mantener una impresión de autosuficiencia, y de utilizar a los demás para sus propios fines. Son personas que se consideran superiores a los demás en belleza, talento, capacidad intelectual, 20 etc., y solamente se encuentran bien cuando son admirados y valorados por los demás. Su felicidad, pues, depende de la manifestación de aprecio y estima que los otros expresen. El “político narcisista” parte del convencimiento de que es el mejor del mundo y por lo tanto todo debe estar a su servicio. Carece de un mínimo de autocrítica poniéndose una “venda para no ver” las deficiencias y potenciando los pequeños éxitos. Se siente “el ombligo el mundo” y por lo tanto todos deben estar a su servicio. Es tan autosuficiente A Fondo que es incapaz de comprender el sufrimiento de los demás. El político ideal El político debe ser una persona con vocación de servicio y muy sensible a la problemática de los ciudadanos. Además de una adecuada preparación, debe ser una persona honesta, coherente con su ideología y teniendo como fin último, no su propio bienestar sino el de los demás. Debe ser más un Al “político histérico” le gusta figurar y ser el centro de atención, pero también su eficacia es nula. Actúa en función de las apariencias, de lo que dice la gente y su punto de apoyo no son sus convicciones, sino todo aquello que le puede hacer más agradable a los demás ‘Tomás Moro’ que un ‘Maquiavelo’, de modo que la honradez y su capacidad para trabajar por el bien general sean los motores de su acción política. El buen político puede tener cualquiera de los estilos de comportamientos que hemos descrito, siempre y cuando ninguno de ellos esté hipertrofiado y sea tan notorio que se convierta en el motor exclusivo de la conducta del sujeto. Lo patológico no es tener algunos de esos estilos de comportamiento, sino cuando alguno de ellos se convierte en el centro y leit motiv de la conducta del político, pues es entonces cuando la personalidad puede pervertir cualquier acción política. Ser paranoide, narcisista, histriónico e incluso psicopático, dentro de un orden, no es impedimento para ser un buen político. De esta forma el pensamiento de David Cameron será cierto: la personalidad del político es más decisiva que su ideología política. 21 A Fondo LA POLÍTICA VISTA DESDE EL CUARTO DE ESTAR UN CLIMA DE DECEPCIÓN, HARTAZGO Y DESESPERANZA Suele admitirse que, en las conversaciones entre amigos y familiares, conviene eludir tres temas, comúnmente considerados conflictivos, con el fin de conservar el buen clima y evitar situaciones comprometidas: el deporte, la religión y la política. Probablemente, porque se trata de cuestiones que tienden a vivirse con grandes dosis de apasionamiento que dificulta ver las cosas con la distancia aconsejable. Quizá también porque ante ellas no resulta fácil mantener el grado de empatía que nos permitiría comprender los puntos de vista no coincidentes con los nuestros. Por José María Jiménez 22 A Fondo Entre el deporte, la religión y la política tal vez sea ésta última la que concite un mayor interés y despierte entre la ciudadanía un más alto grado de preocupación. El deporte, en efecto, salvo que se trate de eventos muy importantes, pasa bastante desapercibido para amplios sectores de la sociedad y en cuanto a la religión, es justo reconocer, que, en culturas tan secularizadas como la nuestra, ha dejado de ocupar un lugar central entre las preocupaciones de la gente. Todo lo relativo al acontecer político, sin embargo, resulta difícil de obviar en las tertulias familiares y no parece sencillo impedir la entrada en nuestros cuartos de estar a los fantasmas de la discusión política. Sobre todo en periodos de agitación social y quiebra económica que instalan a los ciudadanos en horizontes de inseguridad y hacen aflorar un sentimiento más o menos generalizado de inconformismo y rebeldía. Desde la calidez del cuarto de estar… Pero cabría preguntarse ¿cómo se ve el complejo universo político desde la intimidad del santuario familiar? Pues yo diría que con notables dosis de decepción, hartazgo y desesperanza. Cabría, naturalmente, reflexionar por qué. En carta fechada el 25 de abril de 1739 Voltaire se dirigía a Federico de Prusia en estos términos: “A vos os corresponde destruir el infame político que convierte el crimen en virtud. La palabra político significaba, en su origen primitivo, ciudadano; y hoy, gracias a nuestra perversidad, ha llegado a significar el que engaña a los ciudadanos. Devolvedle, Señor, su antiguo significado”. Estamos, sin duda, ante una de las más ácidas denuncias con que uno se puede encontrar de la prostitución de un término que, habiendo significado algo noble y digno, llega a alcanzar las más altas cotas de la sospecha y el desprestigio. De todas formas, tan crítica visión volteriana no se nos antoja excesivamente alejada de la que comparten un alto porcentaje de hombres y mujeres que, al margen de los aparatos de los partidos políticos, observan, desde la distancia de sus cuartos de estar, cómo sus intereses más inmediatos son escasamente tenidos en cuenta por unos responsables políticos por los que se sienten más utilizados que servidos. La influencia de la familia en la configuración de la mentalidad política no se basa, sin más, en el método de adoctrinamiento, sino que tiene que ver, sobre todo, con el comportamiento que los niños observan en sus progenitores Para mucha gente de a pie, así al menos lo revelan todas las encuestas, la actividad política es percibida como algo sospechoso y poco merecedora de confianza. Muchos ciudadanos, rehenes de minorías sin escrúpulo, se sienten atrapados en un juego de intereses partidistas por los que no se sienten concernidos y perciben que los profesionales de la política mercadean a sus espaldas sin más propósito que mantenerse o alcanzar el poder. Nociones tan importantes como bien común o intereses generales son utilizadas tan sólo como señuelo para fidelizar a los ya convencidos o seducir a los más indecisos. Alguna responsabilidad deberán, pues, asumir, en el hecho de que su imagen se haya deteriorado hasta extremos tan lamentables. Pero no sería justo ni prudente generalizar. Ello supondría cometer una más que notable injusticia con muchos hombres y mujeres que, en aras de una vocación de servicio público, trabajan con denuedo por el bienestar de sus conciudadanos y asumen la gestión de los asuntos comunitarios con dosis encomiables de honestidad y decoro. La familia como agente de socialización política Lo que no puede ponerse en duda es que la familia ejerce una poderosa influencia en la configuración de la mentalidad política de sus miembros y en la forma en que éstos contemplan a quienes 23 A Fondo gestionan los asuntos públicos. Como principal agente socializador y trasmisor de valores, no es ni puede ser ajena a los principios políticos que orientan la vida civil de sus miembros. El profesor Antonio M. Jaime Castillo, de la Universidad de Granada, ha puesto de relieve que las actitudes políticas básicas se generan a través de procesos de socialización que se desarrollan en la infancia, en contacto con la familia. Todas las investigaciones al respecto destacan que ésta es quien moldea las orientaciones ideológicas básicas de los individuos entre las que se incluyen, por supuesto, las políticas. Se ha podido comprobar, en este sentido, que los niños tienen orientaciones políticas desarrolladas antes de entrar en contacto con otras instancias socializadoras. Quiere esto decir que la familia, aún siendo una agencia socializadora no política, transmite valores políticos. Y lo hace con fuerza más que notable si se tiene en cuenta que las relaciones familiares están cargadas de contenidos emocionales que hacen mucho más permeables a los socializados. Y más si añadimos que se trata de individuos poco hechos, todavía en formación en los que cualquier impacto deja huellas mucho más profundas. Fidelidad partidista Ello explicaría el alto grado de correlación entre las orientaciones políticas de padres e hijos. Parece ser que la afinidad hacia los partidos ‘se hereda’ en el seno de la familia. Sin duda el éxito en la transmisión de las lealtades partidistas está muy relacionado con el mayor o menor grado de politización de los hogares, de manera que en aquellos en los que se habla con normalidad de política y los padres expresan y argumentan sus preferencias en relación a los partidos, los hijos tienden, generalmente, a coincidir con ellos. Ese proceso de afinidades ideológicas no se basa, sin más, en el método de adoctrinamiento, sino que tiene que ver, sobre todo, con el comportamiento que los niños observan en sus progenitores durante la etapa de socialización. Es a través del ejemplo como los padres tratan de que sus hijos aprendan sus propios valores y simpatías políticas. La familia se convierte de esta manera 24 Dada la radical sociabilidad del ser humano, la participación en la vida ciudadana se convierte en un verdadero imperativo moral; y la alternativa a la participación no es otra que la manipulación, la triste situación a que se ven abocadas aquellas sociedades que renuncian a sus responsabilidades A Fondo Utilizar la fuerza socializadora de la familia para sembrar actitudes participativas, de tolerancia y de respeto por grandes principios morales, es la mejor contribución que podemos hacer desde el hogar para que la vida política alcance los niveles de madurez que son exigibles en el grupo de referencia clave que transmite y sostiene las lealtades políticas de sus miembros. Sin embargo, su influencia disminuye a medida que aumenta la formación de los individuos. Aquellos que acreditan un mayor nivel cultural tienden a adquirir juicios políticos que se alejan de los que mantiene su familia de origen. Tal vez tenga ello que ver con el hecho bien contrastado de que una buena educación contribuye al desarrollo de la capacidad crítica y, en consecuencia, también a la independencia ideológica. Es así como acaba entrando en crisis la continuidad de las preferencias de una generación a otra lo que implica, sin duda, un más alto grado de madurez y una cierta renovación o, si se quiere, una “ventilación” de la vida democrática. No conviene, en efecto, ignorar que la perpetuación acrítica de las ideologías suele estar llena de prejuicios que instala a quienes las abrazan en un terreno en el que predomina la rigidez y la exclusión. Responsabilidad de la familia Pero si, tal como venimos diciendo, la familia es el principal agente de socialización política y de fidelización partidaria, no deberá dar la espalda a sus responsabilidades como transmisora de actitudes políticas al margen de las cuales no parece posible la convivencia social: me refiero a actitudes como la participación, la tolerancia y la exigencia de talantes éticos y de espíritu crítico: Educar para la participación en los asuntos públicos… En el siglo IV antes de Cristo, ya Aristóteles afirmaba que el hombre era un animal político por naturaleza, es decir, no como algo que se pueda o no elegir, sino necesariamente. Llegó a enfatizar señalando que aquellos que no tuvieran necesidad de vivir en sociedad podrían ser una bestia o un dios pero en ningún caso un hombre. No parece que nadie ponga hoy en tela de juicio esa radical sociabilidad del ser humano de la que hablaba el viejo filósofo de Estagira. Pero siendo las cosas así, se nos antoja, no sólo convenien- 25 A Fondo te, sino necesario que el ser humano comprenda, desde su más tierna infancia, que los asuntos públicos no le son ajenos y que, en consecuencia, la participación en la vida ciudadana se convierte en un verdadero imperativo moral. Participar no significa tan sólo tomar parte de los procesos electorales. Reducirlo a eso puede constituir, y de hecho constituye, una verdadera mixtificación de las responsabilidades políticas. Participa quien se muestra vigilante ante los poderes, quien no hipoteca indefinidamente sus adhesiones políticas al abrigo de prejuicios que le llevan a seleccionar ciegamente la información hasta el extremo de excluir los datos que no vengan a confirmar sus ideas preconcebidas. Participa quien se muestra responsablemente crítico con los gestores de los asuntos públicos sin caer en un clientelismo que le haga cerrar los ojos ante los tropiezos de los ‘suyos’, simplemente porque son ‘suyos’. Participa quien, desde las diversas asociaciones que surgen en las sociedades civiles más dinámicas, denuncia injusticias, se compromete y pelea para mejorar las condiciones de los más desfavorecidos, exige recursos para atender las necesidades de los más menesterosos o participa en movimientos cívicos que persiguen un mundo más justo y más solidario… Porque sabemos de sobra que la alternativa a la participación no es otra que la manipulación. Y la manipulación, no lo olvidemos, es la triste situación a que se ven abocadas aquellas sociedades que renuncian a sus responsabilidades y delegan en quienes las dirigen hasta extremos que no son prudentes ni recomendables. ¿Habrá que recordar que una de las características de las dictaduras es la atrofia de los cauces de participación ciudadana y la hipertrofia, por el contario, de un liderazgo desde el que se controla, se dirige y se manipula a unas masas cada vez más adormecidas y más incapacitadas? Incentivar a los más jóvenes para que desde actitudes participativas se comprometan con los asuntos comunitarios es un objetivo irrenunciable al que las familias no deben dar, en ningún caso, la espalda. 26 El peso de la familia para influir en la afinidad política disminuye a medida que aumenta la formación de los individuos; una buena educación contribuye al desarrollo de la capacidad crítica y, en consecuencia, también a la independencia ideológica Tolerancia… Si algo resulta especialmente llamativo para el hombre de la calle es la facilidad con que los miembros de las castas políticas se descalifican los unos a los otros, excluyen mutuamente sus planteamientos y son remisos a reconocer las bondades de los discursos de sus adversarios… Les cuesta mucho entender que para avanzar por la senda de la convivencia es necesario suavizar posturas intransigentes, admitir discrepancias, reconocer errores y asumir, en fin, que la realidad es compleja y contradictoria…, abrazar, en una palabra, la bandera de la tolerancia. La tolerancia es la virtud personal y social que hace posible la vida en comunidad en condiciones mínimamente confortables, garantiza la coexistencia y aleja los riesgos de conflicto que se agazapan detrás de las visiones excluyentes de los dogmatismos políticos. Vivir al abrigo de la tolerancia es aceptar que existen modos de resolver los problemas comunitarios que no necesariamente coinciden con las soluciones que nosotros o nuestros partidos decimos vislumbrar con la máxima claridad. La tolerancia en la vida pública obliga a admitir que junto a nuestros particulares puntos de vista y a nuestros valores existen otros que no necesariamente deben ser compartidos, pero sí respetados como reconocimiento de un pluralismo social tan enriquecedor como estimulante. A Fondo Es fácil de entender, en consecuencia, que educar desde el hogar en esa virtud, que el ya citado Voltaire definió como uno de los más felices “patrimonios de la humanidad”, es una exigencia y, a la vez, una garantía de que estamos preparando correctamente a nuestros hijos para la convivencia política. Actitudes éticas y críticas… Cuando desde la intimidad de nuestros cuartos de estar prestamos el oído a los discursos de quienes nos dirigen y aspiran –¡cuánta vocación de servicio, Señor!- a seguir dirigiéndonos, hallamos en ellos escasa reflexión y excesos de visceralidad, ausencia de contenidos y sobreabundancia de propaganda. Uno tiene la impresión de que los dirigentes políticos prefieren halagar irresponsablemente a las masas que defender principios y convocar a los ciudadanos tras la bandera de los grandes ideales. Como principal agente socializador, la familia transmite valores políticos con fuerza más que notable si se tiene en cuenta que las relaciones familiares están cargadas de contenidos emocionales que hacen mucho más permeables a los socializados, y que se trata de individuos todavía en formación Mantener la conciencia crítica de nuestros hijos para que se sientan vacunados frente al vacío ético que parece enseñorearse de gran parte del discurso político es un reto al que no debemos dar la espalda. Porque no conviene olvidar que fortalecer la conciencia moral de los más jóvenes es la forma más eficaz de hacer frente a cualquier intento de manipulación. Riesgo éste que se hace más real en la medida en que los grupos humanos se hallan más desvinculados de los valores éticos y su vida moral es más débil y desvertebrada. Concluyendo, utilizar la fuerza socializadora de la familia para sembrar actitudes participativas, de tolerancia y de respeto por grandes principios morales, es, sin duda, la más fecunda contribución que podemos hacer desde el hogar, para que la vida política alcance los niveles de madurez que son exigibles en las sociedades más desarrolladas y más responsables. 27 A Fondo “¡YO PASO DE ESA GENTE!” No cabe duda de que si el político ideal es el que nos describe Platón en sus grandes obras (La República, Apología de Sócrates, El Político, El Sofista…) como aquella persona honesta, inteligente, madura, prudente, austera, perfectamente formada en todas las ramas del saber, permanentemente preocupada por el Bien Común de la comunidad en la que vive, sin bienes propios, sin ostentación, ni soberbia, “dedicado en cuerpo y alma a dirigir la nave del Estado hacia el puerto de la libertad, la racionalidad y la justicia”…., si es ésta la imagen ideal del político, no nos debe extrañar que nuestros jóvenes, ante las actitudes y comportamientos de muchos de nuestros “prohombres de la patria” manifiesten abiertamente que ellos “pasan de esa gente”. Por José Luis Rozalén Medina 28 A Fondo PARA EL 71% DE LOS JÓVENES ESPAÑOLES, LOS POLÍTICOS BUSCAN ANTES SUS PROPIOS INTERESES O LOS DE SU PARTIDO QUE EL BIEN DE LOS CIUDADANOS Los jóvenes de nuestro tiempo manifiestan claramente en estudios recientes y bien documentados que no les interesan los políticos, que les aburren, que no confían en ellos, que en su vida personal juvenil tienen otras prioridades, otras opciones para conseguir una existencia más plena y realizada. El informe Jóvenes Españoles 2010, presentado el pasado 24 de noviembre por la Fundación SM, pone de manifiesto la opinión “deplorable” que tiene la juventud española de los gestores públicos y de todos los representantes políticos. Para el 71% de los encuestados (3.513 chicas y chicos españoles y 503 jóvenes inmigrantes) “los políticos buscan antes sus propios intereses o los de su partido que el bien de los ciudadanos”. Asimismo, el 66,7% considera que los gobernantes “anteponen los intereses de las multinacionales, los bancos y los grandes grupos de presión a los de los ciudadanos”. Sólo el 1% de los jóvenes opina que los políticos tienen en cuenta sus ideas e inquietudes. Mayoritariamente, por tanto, se manifiestan claramente escépticos ante quienes, como nos dice Eduardo, estudiante de Formación Profesional, “constituyen una casta privilegiada que sólo bus29 A Fondo ca su propio y exclusivo interés personal, sus egoístas prebendas por encima del interés general de la sociedad a la que dicen servir”. Están convencidos las chicas y los chicos españoles de que a los políticos no les interesan sus problemas, no quieren en el seno de sus partidos gente joven que pueda aportar ideas nuevas y renovadoras; piensan que los políticos se acercan a ellos cuando llegan las elecciones, prometiéndoles mil proyectos maravillosos, con el único fin de conseguir su voto, pero, en cuanto pasan los comicios, ya no se acuerdan de sus propuestas y promesas. La política, palabra de rancia alcurnia, de noble etimología griega, en donde “los mejores” deberían luchar por una “polis ideal”, se ha convertido en la opinión de estos jóvenes en “refugio de vagos, torpes e inmorales”, como nos manifiesta, con desencanto y bastante agresividad, Javier, universitario de 22 años. ¿Cómo debe ser un buen político? Siguiendo las pautas del pensamiento platónico, el verdadero político debe “cuidar de la salud corporal y espiritual de la especie humana”, debe ser sabio, conocedor en alto grado de los principios de la Ciencia Política, “ya que un ignorante no puede dirigir a los grupos humanos a ningún sitio, si no es al precipicio”; el buen político tiene que velar para que todos los ciudadanos puedan ejercer su libertad, desarrollar todas sus potencialidades y cualidades, vivir en paz, en justicia y en prosperidad; el buen político debe impedir con energía que cualquier iluminado imponga despóticamente sus criterios y lleve a la deriva a la sociedad por caminos de oscuridad y caos. Escribe Platón en su obra Critón o el deber del ciudadano que el buen político es aquél que nunca es injusto, ni devuelve injusticia por justicia, ya que es mejor padecer injusticia que cometerla… El buen político es aquél que no se venga de un mal con otro mal, que cumple todos sus compromisos con la sociedad y nunca la engaña… El buen político es aquél que no habla para halagar a la multitud, que no dice un día una cosa y al día 30 siguiente otra, sino que habla siempre de lo que es justo e injusto, de lo que debe hacerse y de lo que debe evitarse, de lo que es moral e inmoral. El vulgo puede condenarlo, pero (pone Platón en boca de Sócrates) “eso no importa, ya que lo que importa no es vivir, sino vivir bien, con arreglo a la razón y a la verdad”. La muerte o la vida no debe importarle, el ser aplaudido o criticado no le debe preocupar demasiado, sino sólo hacer lo que es justo para todos sus conciudadanos. Según el reciente informe Juventud en España, realizado por INJUVE, los jóvenes valoran mucho más otras instituciones (ONG, Unión Europea, Fuerzas de Seguridad, Monarquía, profesorado, tribunales, empresarios…) que a la clase política, la cual ocupa el último lugar de sus preferencias “El buen político no puede dedicar su vida a acumular riquezas, gloria y honores, sino que debe cuidarse de la sabiduría, del mejoramiento de su espíritu y del de los demás, de la adquisición de todo tipo de cualidades y virtudes, que son las que realmente dan al Hombre la verdadera riqueza, la verdadera fuerza moral”. El buen político, nos cuenta Platón a través de mitos maravillosos, es aquél que, habiendo roto las cadenas de la mentira, de la ceguedad, del engaño, de las apariencias, de la esclavitud, allá en el fondo de la Caverna, sale de ella a través de un duro camino ascendente en busca de la racionalidad, contempla la luz, la claridad, la perfección de las ideas de Verdad, Justicia, Belleza y Bien y, con una clara vocación política y A Fondo ética, como hizo su maestro Sócrates, vuelve a bajar al fondo de la Caverna para ayudar “a sus hermanos hombres” a escapar de las sombras y vivir en la Polis con arreglo a la Justicia y el Bien contemplados. Los jóvenes se muestran escépticos Con este altísimo y noble concepto del político de fondo en el que se da un armonioso e ideal engarce entre Política y Ética, no es extraño que, por contraste, en nuestros días, en los que predomina el concepto maquiavélico (más que maquiavélico, que al fin y al cabo tenía su talla intelectual, posmoderno y relativista) de que la Política va unida al poder, al dominio, al juego de los pactos y conveniencias, al dinero…, no es extraño, decimos, que muchos jóvenes se sientan desilusionados y perdidos, no se sienten identificados con los partidos políticos, a los que acusan de jugar con sus votos. Según el reciente informe Juventud en España, realizado por INJUVE, valoran mucho más otras instituciones (ONG, Unión Europea, Fuerzas de Seguridad, Monarquía, profesorado, tribunales, empresarios…) que a la clase política, la cual ocupa el último lugar de sus preferencias. Y es que muchos de nuestros jóvenes piensan que los políticos buscan sólo su medro personal y asegurarse un buen sueldo para el presente y para el futuro (“en eso”, manifiesta Clara, “todos los partidos, de derechas, de izquierdas o de centro, se ponen de acuerdo con gran facilidad”). Por otra parte, manifiestan algunos, “muchos de estos líderes no tienen una preparación intelectual ni técnica adecuada para dirigir al Estado, a la sociedad”, no trabajan lo necesario para mejorar la comunidad en la que viven, los ha votado y les paga. “Emplean casi siempre la demagogia y el engaño para embaucar a las masas y tenerlas entretenidas”, en palabras de Carlos, estudiante de Derecho y Empresariales. Hay también, por supuesto, opiniones más positivas: “No todos los políticos son corruptos e impresentables”, nos dice Almudena, estudiante de Filosofía: “Hay gente honesta y bien preparada que lucha con ilusión por el Bien Común, el progreso del pueblo, aunque muchas veces tienen que acatar las normas y directrices que les impone las disciplina de partido y que, en el fondo, van contra su propia conciencia; entonces se ven en un dilema: dejar el partido y ser fieles a su conciencia, o seguir cobrando a fin de mes su nómina”. Los jóvenes piden a los políticos preparación, experiencia, dedicación, honradez, y prefieren que en las filas de los partidos haya gente joven que pueda comprender mejor sus problemas y darles solución. El político no debe olvidar que lleva sobre sus hombros una gran carga 31 A Fondo que nunca puede tomar a la ligera: “Nada más, ni nada menos, que contribuir a lograr una sociedad más justa y feliz”. Si no se siente capaz, tiene que retirarse y dejar el camino a otros que mantengan esa ilusión, ese entusiasmo. No debe olvidar nunca, manifiesta Lourdes, estudiante de Ingeniería, que “su misión es noble y exigente: ensanchar día a día los cauces de participación, bienestar y libertad de los ciudadanos hacia horizontes cada vez más elevados”. En el informe cualitativo del Grupo de Estudio sobre Tendencias Sociales (GETS), se habla de que se da entre las jóvenes generaciones una verdadera y preocupante “alienación política”, ya que piensan que la política es un “ámbito ajeno a sus intereses y preocupaciones”, que les aburre y les irrita, que no creen en ella porque “no da soluciones”. Hay, en los chicos y chicas de hoy, desencantados, una resignación impropia de su etapa vital, que precisamente debería estar llena de iniciativas, planes, ideales. “No hay nada que hacer… Lo mejor es aceptar y no pensar… Si te preocupas, lo pasas peor”, nos dicen tres jóvenes madrileños con el ánimo por los suelos. “Viven como reyes y no hacen nada… Yo, o no voto, o voto en blanco, o voto al menos malo, pero sin muchas esperanzas de que cambien las cosas”, manifiesta Ricardo, joven administrativo en paro. No cabe duda de que la imagen negativa de los políticos que, día sí y día también, nos ofrecen los medios de comunicación (enfrentamientos ridículos, descalificaciones continuas, frecuentes casos de corrupción, protagonismos egoístas, búsqueda ansiosa del poder por encima de lo que sea, alejamiento de las bases…) incrementa el pasotismo juvenil, su falta de compromiso político, su poca implicación participativa en la marcha y gobierno de la sociedad, como lo demuestran las últimas encuestas y estadísticas, con lo que esto implica de gravedad para el futuro de las democracias. Y sin embargo, hay jóvenes que sí creen en la política Hay jóvenes que sí creen en que los políticos sí pueden cambiar la sociedad, sí pueden contribuir a forjar un mundo mejor. Hay un sector minoritario 32 “Es hora de aullar, de protestar, porque si nos dejamos llevar por los poderes que nos gobiernan y no hacemos nada por contrarrestarlos, se puede decir que nos merecemos lo que tenemos… ¿Qué mundo es éste que puede mandar artefactos a Marte y no hace nada para detener la muerte por hambre o sed de un ser humano?”, se preguntaba el premio Nobel José Saramago de jóvenes que sí se siente representado por los partidos políticos y sus grupos juveniles, aunque afirman que “hay que cambiar muchas cosas, que hay que seguir inyectando sabia nueva y fuerzas renovadas en las estructuras un poco trasnochadas de los partidos tradicionales”. En un reciente artículo de El País, dedicado a los jóvenes que sí creen en que “con la política pueden cambiar la realidad”, aparecen algunas manifestaciones muy esperanzadoras. Sergio Rodríguez, 28 años, militante de las Juventudes Socialistas, afirma que “ellos están trabajando para que la política no se vea como una maquinaria oscura y llena de malas artes, sino como un servicio a la sociedad”. Sara Dueñas, 25 años, la diputada más joven de España y además alcaldesa de su pueblo, afiliada al Partido Popular, piensa que “hay que realizar labores cercanas y útiles, cosas que mejoren claramente la vida de los conciudadanos”. Esther López Barceló, 26 años, coordinadora de Jóvenes de Izquierda Unida Federal, licenciada en Historia, sin cargo a sueldo y cobrando el subsidio de 400 euros, “siente muy de cerca los problemas de su generación”, pero, a la vez, es muy A Fondo crítica: “Los jóvenes están muy desinformados, no son conscientes de que tienen herramientas para luchar contra una realidad que es injusta”. Albert Rivera, 31 años, líder de Ciudadanos de Cataluña, opina que “hay que cambiar el chip y entender la política de una forma más práctica, alejada de las luchas cainitas entre las dos Españas. El antiguo eje ideológico no tiene en cuenta los problemas reales de los jóvenes, a quienes debatir, por ejemplo, sobre la Guerra Civil les queda muy lejos”… No cabe duda, pues, de que hay jóvenes-ciudadanos que están pidiendo a gritos a los políticos actitudes nuevas y ejemplares: Credibilidad (no puro marketing), sinceridad (no falsedad, ni máscara), transparencia (no opacidad, ni oscuridad), honestidad (no inmoralidad), austeridad (no despilfarro) cercanía (no estiramiento, ni lejanía), preparación (no falta de conocimientos), trabajo riguroso (no vaguería, ni sanchopanzismo)… La vuelta a la buena política es urgente y necesaria: va en ello el futuro de la Humanidad. Traemos a colación unas palabras de José Saramago referidas a todos los malos políticos de la Tierra: “Es hora de aullar, de protestar, porque si nos dejamos llevar por los poderes que nos gobiernan y no hacemos nada por contrarrestarlos, se puede decir que nos merecemos lo que tenemos… ¿Qué mundo es éste que puede mandar máquinas y artefactos a Marte y no hace nada para detener la muerte por hambre o sed de un ser humano”… “¿Qué mundo es éste”, nos dice Laura, licenciada en Historia, actualmente en el paro, “que permite tanta injusticia?, ¿qué políticos dirigen esta sociedad nuestra que permiten que millones de ciudadanos pierdan su trabajo, vivan en la pobreza, en la desesperanza, en la incertidumbre, en la indignidad y no sean capaces de unir sus fuerzas para intentar arreglar esta sangría lacerante, esta injusta tragedia humana, mientras ellos viven perfectamente instalados en una vida confortable, rodeados de consejeros, automóviles de lujo, restaurantes caros, dietas, sueldos altísimos, jubilaciones de lujo? Yo no estoy contra los políticos, sólo contra los malos políticos, aquellos que no cumplen con su sagrada misión de velar por el bien del pueblo”. 33 ENTREVISTA JOAQUÍN LEGUINA EX PRESIDENTE DE LA COMUNIDAD DE MADRID “A menudo el bien propio se disfraza de Por Gloria Díez bien público” Fotos: Cristina Bezanilla 34 ENTREVISTA El tiempo ha tratado bien a Joaquín Leguina. Tal vez ha calmado un poco su entusiasmo juvenil. Una larga trayectoria tiene la culpa. Sus ojos, atentos a cualquier movimiento, han visto muchas cosas. Hay viejas heridas que, en algún lugar, han dejado cicatrices. Hoy, lejos de la batalla, cree que los cambios es mejor hacerlos “poco a poco y con buena letra”. En su despacho de la Gran Vía, tras un amplio ventanal del Consejo Consultivo, las banderas ondean a la espalda de este cántabro, a quien cupo el honor de ser el primer presidente de la Comunidad de Madrid. Joaquín Leguina, inteligente y socarrón, fue testigo del golpe de estado de Pinochet, ocupó la concejalía de Hacienda con Tierno Galván, fue diputado en las Cortes hasta que decidió que “ya no más”, es escritor por placer y un demógrafo experto, “oficio” para el que se doctoró en La Sorbona y al que siempre vuelve. Señor Leguina, hablemos de políticos y de política. Para ser político, basta con presentarse y ser elegido. Me parece que es un poco más complicado… …seguro que sí, pero, digámoslo así, simplificando: ¿qué condiciones se necesitan para ser un buen político? Porque otros trabajos requieren preparación previa. “Para ser político hay que tener voluntad de serlo, poseer resistencia física y moral, tener ideas y estar preparado para la acción” Y usted, ¿cuáles de esas cualidades posee? ¿Quiere mi opinión sobre qué se requeriría para meterse en política? Sí. Pues haber trabajado por cuenta ajena o propia y haber cotizado a la Seguridad Social. Es decir, a mí no me valen los políticos que sólo han trabajado en la política, claro que, a lo mejor, es que soy muy exigente. ¿Qué cualidades debe tener un político? Yo creo que la primera condición es la voluntad de serlo, tener vocación; en segundo lugar, tener resistencia física y moral; en tercer lugar, tener ideas; y en cuarto lugar, estar preparado para la acción. La política consiste en eso: ideas y acción. O consistía, porque ahora las cosas han cambiado mucho… para peor. No sé, alguna virtud de todas esas debo de tener, pero no me pongo yo como ejemplo, ni me pondría nunca. Cuando entró en política, ¿tenía voluntad de ser político? No. Cuando entré en política lo hice por rechazo a una situación verdaderamente insoportable que era el franquismo, por lo tanto la voluntad de ser político, en mi caso, no es un acto voluntario. Resistir los navajazos ¿Tiene resistencia física y moral? Resistencia física he tenido hasta ya bastante mayor; moral yo creo que también, resistencia 35 ENTREVISTA para aguantar las críticas y todo tipo de navajazos, sobre todo los muy abundantes que vienen por la espalda, es decir, desde dentro. ¿Cree que se debería exigir algún tipo de formación académica a los políticos? “La gran apuesta para el futuro es la lucha contra el hambre” Bueno, académica o de la vida. A mí me vale cualquier oficio, pero lo que no me vale es haber decidido a los 17 años meterse en las juventudes de un partido o de otro y ahí, como los viejos chusqueros del ejército, llegar hasta no sé dónde. Eso no me vale. Creo que es malo para esas personas y para los partidos que las promocionan. ¿Qué ha conseguido usted en política? Ser presidente de la Comunidad de Madrid y aprender algo de la condición humana. Esa etapa fue una etapa sobre todo de aprendizaje, aprendizaje de la política y aprendizaje de la vida. ¿Qué le ha enseñado la política? Que no es oro todo lo que reluce, eso para empezar. Luego me ha enseñado que, a veces, en política la distancia más corta entre dos puntos no es la línea recta, hay que hacer concesiones, y me ha enseñado, al final, la tolerancia y el anti-sectarismo, que es en las posiciones en que estoy ahora. Por supuesto que también en la economía. Pero en la convivencia matrimonial... ¿No está tan claro quién manda? ¿Usted diría que los mecanismos del poder son siempre un poco turbios? En la convivencia matrimonial. Existen esos mecanismos, a veces se soportan con discreción y con buena voluntad y otras veces hay líos. Desde la escuela hasta el entierro, existen mecanismos de poder de unos sobre otros. Pensemos, por ejemplo, en la religión católica. La Iglesia está llena de juegos de poder y sin embargo ellos dicen que es para el bien de las almas. Será para el bien de las almas, no lo discuto, pero ahí hay muchísimos mecanismos de poder… que, además, no son muy democráticos. Los sistemas de selección de las élites en la Iglesia católica, la cooptación, están a mil años luz de la Democracia. Claro que una iglesia no tiene por qué funcionar democráticamente. ¡Y yo que creí que pensaba en la economía y en Marx! Hay más grupos en los que las élites eligen a las élites. El mecanismo del poder consiste en que siempre hay uno que manda y otro que obedece. Pero los mecanismos de poder no sólo están en la política. De hecho, en la política es donde están más reglados. En la política democrática se sabe que quien manda es porque tiene los votos y en la no democrática porque tiene la fuerza. En otros aspectos de la vida... ¿Por ejemplo? 36 ENTREVISTA “A mí no me valen los políticos que sólo han trabajado en la política” ¿Quiere que le diga dónde hay cooptación? En el Sacro Colegio Cardenalicio, que es el paradigma de todas las cooptaciones, en las Academias que tenemos en España, la de la Lengua, la de la Historia, y en las Ejecutivas de los partidos políticos, etc., etc. Pero, ¿dónde no hay cooptación? La política debe servir al bien público, pero a menudo el bien propio también se disfraza de bien público. Por ejemplo, acaba de producirse un cambio de Gobierno. ¿Esto se ha hecho para el bien público? Pues en principio parecería que sí, incluso podemos decir que en buena parte sí, pero también busca el bien privado de este señor (señala una fotografía del presidente Zapatero). No siempre los bienes privados y públicos están en contradicción, aunque casi nunca coinciden del todo. (Leguina tiene sobre su mesa, el ABC y El País. Dice que con dos periódicos basta). ¿Por qué la opinión pública en España desconfía tanto de los políticos? Bien público o interés privado Es frecuente que en el ejercicio del poder político se mezclen el bien público y el interés privado. Porque están en el ‘candelero’ todo el día. Si estuvieran en el ‘candelero’ todo el día los miembros de la Real Academia de la Lengua, desconfiaríamos de ellos igual que de los políticos. 37 ENTREVISTA ¿Su literatura política? ha bebido mucho Mis novelas no son políticas, demostrar ninguna tesis. no de la “La gente desconfía de los políticos porque están en el ‘candelero’ todo el día” pretendo Sobre las lealtades Pero los personajes, las situaciones… Eso sí, dado que y, he vivido mucho “en”, “por”, “para” y “de” la política, esa experiencia vital influye en los temas que escojo y en los personajes que describo, sin duda alguna. Dígame una gran persona que haya conocido en el ámbito político. ¿Una gran persona o un gran político? Las dos cosas. Un gran político, Felipe González. ¿Y una gran persona? Sí, he conocido grandes personas en la política, de mi lado y del lado de enfrente… pero no debo señalar, no vaya a ser que los demás se molesten. 38 Entonces no le voy a preguntar por canallas, pero, ¿hay muchos? Yo creo que abundan, pero no tanto entre los políticos más conocidos. Entre los líderes que han existido en la democracia española, desde Adolfo Suárez hasta Zapatero, no creo que haya habido ningún “canalla”, aunque alguno de ellos haya hecho alguna “canallada”, que es distinto, ¿no? Pero en los segundos y terceros niveles, hay algunos que sí, que han venido a vivir “de esto” y lo peor de todo, a sobrevivir “de esto”. Cuando tu objetivo fundamental es sobrevivir, la lealtad se va al carajo. Hay muchos jóvenes políticos, estoy pensando en algunos jóvenes del Partido Socialista, cuyas lealtades tenían una fecha de caducidad más corta que los yogures. Y claro, una persona que no es leal, es un miserable. Directorio Algún día Un coche vuelca en la carretera. De los dos ocupantes, uno fallece y su acompañante pierde la memoria y desaparece sin dejar ni rastro. Con hechuras de novela lírica y retazos de intriga detectivesca, por la obra desfilan personajes como M. M., un periodista solitario que indaga en el destino del desaparecido; un marido despechado que, con la viudedad pretende reescribir el pasado de su relación; una estudiante huérfana que dialoga imaginariamente con su madre; el agente Charifas, guardia civil inmerso en asuntos turbios, o tres poetas de nombre misterioso que anhelan la gloria literaria. El autor de la novela reduce la acción de la trama a la mínima expresión; los acontecimientos se suceden, de forma caótica, en el territorio íntimo de unos personajes desorientados, perdidos en la rueda de un tiempo confuso; no se cansan de mirar atrás, de preguntarse quiénes son, de esperar, “algún día”, que sus sueños se cumplan. Ismael Alonso Álvarez (Fuente el Olmo de Íscar, Segovia) es profesor de Lengua Castellana y Literatura en un instituto madrileño, periodista en extinción (ha trabajado en medios como Diario 16, Cambio 16 o Paisajes desde el tren, entre otros) y lector desordenado. Su principal afición, quizás por puro escepticismo, es la escritura. Algún día es su primera novela publicada. Para contactar con el autor: ismael2404@hotmail.com 39 ENTREVISTA “La experiencia de los cambios radicales no ha sido nunca buena” Entiendo, a favor de la igualdad, pero en contra de la paridad. ¿Cree que las mujeres han aportado algo nuevo? Eso decían ellas, que aportarían otra visión, otro talante, otras formas de comportarse… pero yo no lo veo por ningún lado. ¿El poder engancha, Señor Leguina? Un deseo para España. Sí, sin duda alguna engancha. Estar en el candelero tiene su atractivo y acaba por convertirse en un vicio del cual, como del tabaco, conviene quitarse. ¿Las mujeres han aportado algo nuevo a la política? En este momento, que saliéramos cuanto antes de la crisis. Y en el futuro, que desaparecieran los tirones insoportables de los nacionalismos periféricos, que no traen más que disgustos. Un deseo para Europa. Yo estoy a favor de la igualdad, así que creo que habrán aportado lo mismo que los hombres… Sin embargo y por el momento, apenas un 20% de los afiliados a los partidos grandes son mujeres… y con el invento de la paridad pretenden ocupar el 50% de los cargos, lo cual no es igualdad sino privilegio, y yo estoy contra los privilegios. Por lo tanto, estoy en contra de la paridad. 40 Que resista, porque está en un momento muy delicado. Algunos pasos que se han dado pueden traer malas consecuencias, por ejemplo, una excesiva ampliación. Hay que hacer las ampliaciones con cierta mesura, porque, si no, ocasionan más problemas de los que resuelven. ENTREVISTA La apuesta contra el hambre Y para el mundo. “Estoy a favor de la igualdad entre hombres y mujeres, pero no de la paridad, que es un privilegio” Yo creo que la gran apuesta, a parte de las apuestas ecológicas, es la lucha contra el hambre. Cuándo usted entró en política, ¿creyó que iba a cambiar el mundo? Sí, cuando empecé creí que lo íbamos a cambiarlo de arriba abajo. Pero cuando uno ya tiene alguna experiencia, con que cambies tu barrio ya te puedes ir contento. Yo algunas cosas sí creo que he ayudado a cambiar. Si quiere, le llevo a dar una vuelta por el Madrid sur y le enseño lo que hemos cambiado. ¿Podría ser más concreto? Cuando uno es joven y revolucionario piensa que cambiando el sistema de producción se resuelven todos los problemas. Bueno, en algunos sitios cambió el sistema de producción (estoy pensando en la URSS, en China, en Cuba…) y no sólo no se han resuelto los problemas, sino que se han creado más, y más graves. La experiencia de los cambios radicales, en general, no ha sido nunca buena. Hay que procurar evitar esos cambios violentos, porque el valor de las personas está por encima de los fines patrióticos; eso para empezar. ¿Y a estas alturas cuál sería su método? Encontrar el buen camino e ir por él, poco a poco y con buena letra. Vamos a ver, cuando un petrolero de esos enormes sale del puerto de Bilbao para llegar al puerto de Santander, pone los motores en marcha y, cuando los tiene a toda potencia, los tiene que bajar porque, si no, se pasa de puerto. Hay que marcar el rumbo y procurar no gastar la pólvora en salvas. 41 ENTREVISTA ¿Si se lo propusieran, volvería? Hombre, no sé, alguna mano aún puedo echar, pero volver a primera línea no me gustaría. Yo creo que esa etapa de mi vida está cerrada. “En la primera fila de la política, se está demasiado expuesto a las miradas de los demás; para vivir, es mejor la segunda fila” ¿Completamente? Yo diría que sí le ha tocado una vida… Creo que sí. Y como siempre hay más indios que caballos, nadie me va a decir: “Súbete a este caballo”. ¿Lo desea? Bastante agitada, sí. ...interesante, viendo muchas cosas desde una primera fila. No, no, no tengo ningún deseo, tengo el deseo de vivir tranquilamente, de opinar sobre el mar y los peces, de escribir, de estar con mis amigos, con mi familia, con la gente que quiero y de ser un observador privilegiado, a ser posible. Visto así, sí. Acepto haber sido un “observador privilegiado”, pero muchas veces la vida se vive mejor en segunda fila. Bueno, usted siempre ha sido un observador privilegiado. Porque en primera está uno demasiado expuesto a las miradas de los demás, quizá demasiado ocupado en mantenerse en esa primera fila. Para vivir es mejor la segunda fila, créame. No, no tanto. 42 ¿Por qué? A Fondo CINE Por Norberto Alcover PASION POR LA VIDA PUBLICA Aproximación al cine político/social El cadáver del sacerdote permanece sobre la silla donde ha sido fusilado, atado, humillado, con la cabeza inclinada como un Cristo en la cruz. Mientras tanto, un grupo de muchachos que han contemplado el tremendo espectáculo, marchan acongojados hacia la ciudad eterna en silencio. Esta imagen con la que se cierra Roma, ciudad abierta, del maestro Rosellini, emblematiza la raíz del cine político en toda su gravedad y extensión. Porque el cine político no es solamente el que trata de los profesionales de la política, en absoluto. El cine político es aquel que aborda, desde una perspectiva social y humana, la relación entre unos seres humanos y su correspondiente sociedad en los momentos en que ellos y ellas se interesan precisamente por la problemática de esa misma sociedad, a la que intentan mejorar o, por el contrario, consiguen hundir. El cine político es el cine de la polis, que significa en griego, ese lugar brumoso en el que apareciera una naciente democracia. 44 A Fondo En el cine político, de gran arraigo en la historia de las imágenes móviles y locutivas, es clave un muestrario de las pasiones humanas amplio, complejo y siempre acuciante, porque tales pasiones, las de quien esto escribe y las de cualquiera de sus lectores, forman el entramado viviente en el que surge la relación positiva o negativa entre la ciudad y sus habitantes, formando la urdimbre necesaria para que toda historia de cine político tenga esa agresividad apasionada en todos los cines del mundo donde se proyecta. El sacerdote que es asesinado y objeto de contemplación por los jóvenes romanos, nos sumerge en el significado de la pasión política de la gratuidad absoluta a favor de los demás, por ejemplo. Y nos obliga a reflexionar sobre esa misma gratuidad en nuestros políticos actuales. Y así siempre, repetimos que para bien o para mal, porque nuestros políticos construyen o destruyen la ciudad humana y en la misma medida a cada uno de nosotros. Nos adentramos, con esta entrega, en un mundo fascinante, en el que lo que somos cada uno de nosotros se convierte en materia narrativa de estas historias de amor y de odio en un momento dado. Pasiones sobre la ciudad. El ser humano como ser político. Sin más. 2. Acorazado Potemkin (Sergei M. Eisenstein, 1925). Los marineros del acorazado en cuestión significan la unión de los humillados por la clase dominante hasta acabar como símbolos de la revolución, que implica glorias y consecuentes muertes. Un tipo de cine recogido desde los sesenta, a partir de las grandes revoluciones suscitadas en Sudamérica, África, Este de Europa y también en las sociedades desarrolladas. En definitiva, la eterna lucha de clases que nunca ha dejado de existir como protagonista política de la historia. 3. Todos los hombres del presidente (Alan J. Pakula, 1976). La investigación del caso Watergate nos permite descubrir la guerra sucia ejecutada desde el poder político para perpetuarse en el mismo. La política en estado puro, porque ella misma se convierte en un boomerang para sus mismos protagonistas al destruirlos en la medida en la que se aprovecharon de sus prerrogativas ciudadanas. En general, un cine sumamente interesante y en ocasiones hasta sutil y agrio, en el que suelen intervenir los servicios secretos, que el ciudadano desconoce. La democracia oscura que todos padecemos… y alentamos. Las grandes películas Comenzamos por elegir una serie de films de indiscutible calidad y significado en este maremágnum de un cine que atraviesa la historia humana desde sus comienzos (1895) hasta el día de hoy: 1. Nacimiento de una nación (David Griffith, 1915). La Guerra de Secesión norteamericana, narrada con profundos caracteres políticos, aparece como redoma en la que las pasiones sobre la ciudad se dirimen en el campo de batalla. Un segmento cinematográfico que obtendrá permanente éxito en este tipo de cine. Es decir, la dialéctica de los despachos siempre alcanza esa otra dialéctica de los cañones, produciendo muertes, congojas y pérdidas como camino del triunfo o de la derrota. La política mata. La política resucita. En la carne de jóvenes que apenas saben el porqué de sus armas. 4. Las uvas de la ira (John Ford, 1940). En lugar del campo de batalla, la pobreza, la depresión económica y humana, pero no menos la unión del grupo, el amor desarrollado ante la adversidad, en una palabra, las pasiones de los ciudadanos de a pie tras las equivocadas decisiones de los señores de la política unidos a los señores de la economía. Un film cada vez más interesante, como lo demuestra la recentísima Wall Street II (Oliver Stone, 2010), un tanto simplificada la cuestión pero siempre positivo referente de lo que nos acaba de suceder. 5. El gran dictador (Charles Chaplin, 1940). Los malditos “ismos” han protagonizado la vida política durante décadas y en la actualidad se continúan en otros momentos. Comunismo, nazismo y fascismo encuentran redundancia en el economicismo, el capi- 45 A Fondo talismo y el neoliberalismo, de tal manera que la estricta política se traduce en pura y dura economía. La agresión de los antiguos ejércitos, movidos por hilos políticos, se trasmuta en agresión desde la electrónica, nuevo emperador de un mercado que todo lo invade, hunde o ensalza. Hitler sigue en pie en todo totalitarismo vigente. 6. Un hombre para la eternidad (Fred Zinnemann, 1966). La confrontación entre Tomás Moro y su rey, alcanza uno de los mejores guiones cinematográficos jamás rodados, porque consigue reflejar la eterna dialéctica entre los principios y la pragmática política. Política de ideas frente a política de hechos consumados. El espíritu que alienta la fidelidad es eliminado por la violencia que practica el propio egoísmo. Una cuestión cada vez más abordada por el cine político. 7. El americano impasible (Philip Noyce, 2002). En el Oriente violento, la lucha entre los servicios de inteligencia se hace sofisticada y temible. La política que subyace a las palabras. Los agentes siempre desconocidos. Las acciones que nunca existieron. Como si una permanente guerra fría se hiciera siempre presente aquí y allá mientras los líderes se abrazan en público. Un vector cinematográfico que, cada equis tiempo, reaparece como una ola. 8. Romero (John Duigan, 1989). Cuando la Iglesia Católica se torna agente político sin pretenderlo, como es el caso del arzobispo asesinado en El Salvador sencillamente por predicar la reconciliación y la paz, además de los derechos de los más pobres. Una dimensión poco explotada pero que evidencia la universal dimensión del hecho político, siempre motivado por puntos de vista ideológicos. La política del Evangelio, que ya practicara el mismo Jesucristo. 9. Leones por corderos (Robert Redford, 2007). Afganistán al fondo, unos pobres soldados yanquis cazados en una emboscada, un paisaje casi lunar, hasta la muerte en la lejanía. Mientras tanto, asistimos a las 46 impolutas conversaciones en los perfectos despachos de un Washington perfumado y educado, entre periodistas, políticos e intereses económicos. Unos hablan (los políticos plurales) y algunos otros mueren (los pobres soldados), la bandera siempre intacta en la mesa de los despachos capitalinos. Mediocre film pero impresionante alegato sobre las dimensiones paralelas a la política actual. No tanto la solución bélica a la política (apartado primero), antes bien, el cinismo de unos personajes públicos que determinan, sin pensar en ello, la muerte ajena. Esos chicos que acaban convertidos en carne de cañón. 10.La mejor juventud (Tulio Giordana, 2003). La película política redonda donde las haya, porque mientras desarrolla la acción sociopolítica italiana de cuatro décadas (desde los 40 a los noventa), desarrolla también el tejido conjuntivo correspondiente, sus pasiones, sus ideas e ideales, sus barbaridades ideológicas, sus esperanzas finales y, en fin, los hombres y mujeres protagonistas de tantas y tantas cosas en una Italia que es el mundo en cuanto tal. Un film, mejor serie televisiva, de necesaria visión. El cine testigo, profeta y creador, sin estrías posibles. El cine político no es solamente aquel que se ocupa del universo de los políticos profesionales, sino también el que aborda la relación entre unos seres humanos y su correspondiente sociedad en los momentos en que ellos se interesan precisamente por los problemas de su sociedad, a la que intentan mejorar o, por el contrario, consiguen hundir A Fondo Listado de películas Éstos son los grandes vectores del cine político, concebido tal y como lo hemos expuesto al comienzo: un cine sobre la ciudad, es decir, las pasiones humanas sobre la ciudad, en toda su complejidad e intención. Ofrecemos a continuación tres listados de películas que resumen este decálogo de vectores, en torno a tres posibilidades definitorias: films de política/batalla, films de política/ideales y films de política/economía. Films de política/batalla 1. 2. 3. 4. 5. La gran ilusión (Jean Renoir, 1937). Apocalipsis now (Francis F. Coppola, 1979). La batalla de Argel (Gillo Pontecorvo, 1966). Estado de sitio (C. Costa-Gavras, 1972). El ejército de las sombras (J. P. Melville, 1969). 6. Paradise now (Hann Abu-Assad, 2005). 7. Senderos de Gloria (Stanley Kubrick, 1957). 8. Salvad al soldado Ryan (Steven Spielberg, 1998). 9. Banderas de nuestros padres (Clint Easwtood, 2006). 10.La vaquilla (Luis García Berlanga, 1985). Films de política/ideas 1. 2. 3. 4. 5. Ciudadano Kane (Orson Wells, 1941). La chinoise (Jean Luc Godard, 1967). Los ojos vendados (Carlos Saura, 1979). Norma Rae (Martin Ritt, 1979). La vida de los otros (F. HenkelDonnersmarck, 2006). 6. Casablanca (Michael Curtis, 1942). 7. La naranja mecánica (Stanley Kubrick, 1971). 8. El buen pastor (Ridley Scott, 2006). 9. La caída de los dioses (Luchino Visconti, 1970). 10.Eyes wide shut (Stanley Kubrick, 1999). Films de política/economía 1. El gatopardo (Luchino Visconti, 1963). 2. El caso Mattei (F. Rosi, 1972). 3. Dios y el diablo en la tierra del sol (Glauber Rocha, 1964). 4. Buenas noches, buena suerte (George Clooney, 2005). 5. El crimen de Cuenca (Pilar Miró, 1980). 6. Días contados (Imanol Uribe, 1994). 7. El espíritu de la colmena (Víctor Erice, 1973). 8. Germinal (Claude Berri, 1993). 9. La lengua de las mariposas (José Luis Cuerda, 1999). 10.El Padrino (F. F. Coppola, 1972, 1974, 1990). Cierre de pasiones en la ciudad Como habrá podido comprobar el lector, el llamado cine político en el sentido enunciado por nosotros al comienzo, es de una riqueza extraordinaria, y cubre una serie de vectores que en general no suelen considerarse como incluidos en esta denominación, pero con grave injusticia. Política es “cuidado de la polis/ciudad” y no solamente el universo de los políticos profesionales que, a la postre, han interesado mucho menos a la creación fílmica. Por esta razón, hemos guardado para este final dos títulos emblemáticos de la política de los políticos, que recomendamos muy vivamente: Tormenta sobre Washington, del injustamente olvidado Otto Preminger (1962) y la serie televisiva, espléndida en su realización y pedagogía, El ala oeste de la Casa Blanca, de varios directores, cumbre de este género y arquetipo de un producto tan honrado como incisivo. Pasiones sobre la ciudad desde la intervención humana, individual y colectiva, que siempre es política. Tal vez, nuestras propias pasiones, porque cualquiera de nosotros edificamos la gran ciudad del mundo en que vivimos; puede que sin darnos cuenta, pero siempre de forma permanente y eficaz. Tal es nuestro sino. Tal es nuestra grandeza. 47 A Fondo A PIE DE CALLE AGUANTAR A LOS POLÍTICOS, NUEVO PROBLEMA PARA EL CIUDADANO ESPAÑOL Llenan innumerables páginas de periódicos, ocupan minutos y minutos en los informativos de televisión y radio. Se supone que han de solucionar los problemas de un país, pero ¿cumplen los políticos esta función o sólo se acuerdan del ciudadano cuando toca ir a las urnas? Por Antonio Saugar 48 A Fondo “Un político piensa en las próximas elecciones; un estadista, en la próxima generación”, dijo el historiador y escritor norteamericano James Freeman Clarke. Si este hombre viera un informativo de televisión o leyera un periódico, se llevaría una desagradable sorpresa. Dedicarse a la política supone velar por los ciudadanos, tratar de paliar sus necesidades, solucionar los problemas de la población. Pero, de un tiempo a esta parte, los políticos se han convertido en un problema para los españoles. Así se desprende del Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), publicado el pasado mes de octubre, y que señala que la clase política y los partidos son el tercer problema para los españoles. Los datos del CIS dicen que, para el 19,8 por ciento de los encuestados, los políticos son el tercer problema del país, tras el paro y los problemas económicos. Los protagonistas de la vida política se consolidan en este tercer lugar desde febrero de 2010, cuando consiguieron el 16,8 por ciento, cifra que ha ido creciendo en los últimos cuatro meses, con un 19,4 en abril; 18,8 en mayo; 20,7 en el mes de junio y un 21,7 en julio. Aunque en el Barómetro de octubre ha bajado, los políticos como problema se consolidan entre las preocupaciones de los españoles. La corrupción, un problema Para Arturo, profesor de Español para extranjeros, los políticos, “en teoría, guían nuestros destinos y son capaces de proporcionarnos una vida mejor. Actualmente, parece que para lo único que valen es para llevarse el dinero ‘calentito’, no sólo el de su sueldo, que está más que infladísimo, sino el generado por la corrupción, que se traduce en cantidades tan sustanciosas que suelen apartar a los políticos de su verdadera tarea, según dicen ellos, vocacional y en aras del bien común”. Arturo cree que “muchos políticos sí que provocan problemas en lugar de solucionar las cosas que le interesan a la gente. Deberían reflexionar un poquito más antes de actuar, y tendrían que va “Un político piensa en las próximas elecciones; un estadista, en la próxima generación”, dijo el historiador y escritor norteamericano James Freeman Clarke lorar si lo que están haciendo realmente va en beneficio de la comunidad”. La aparición de los políticos en televisión no siempre atrae a los espectadores. Arturo señala que cada vez les presta menos atención: “Depende de quién sea el político. Pero resulta que, en la mayoría de las ocasiones, uno sabe ya de antemano lo que va a decir un político concreto: en cuanto sale el rótulo con su nombre y las siglas del partido en el que milita, no esperas sorpresas”. Otra de las cosas que se pregunta la gente es si el político debe dedicarse exclusivamente a su trabajo para defender al ciudadano. Para este profesor, “siempre se ha hablado de las famosas incompatibilidades. En el mundo de la educación, por ejemplo, sé de muchos profesores que han tenido que abandonar su docencia porque tenían incompatibilidades. Pasa lo de siempre: los que son realmente buenos y podrían compaginar su labor en varios ámbitos, resultan ser los que, por alguna razón absurda, no pueden hacerlo”. Arturo añade que hay casos “en los que verdaderos incompetentes desarrollan tareas que les vienen muy grandes, y a éstos nadie les dice que se queden únicamente en un sitio para que su ineptitud se extienda lo menos posible”. Para Arturo, a los políticos españoles “no los veo muy preparados. Destaca su incompetencia para hablar idiomas extranjeros. Sin embargo, me da la impresión de que algunas cosas verdaderamente importantes que se tratan en las reuniones europeas y mundiales realmente se fraguan a micrófono cerrado, sin traducción simultánea”. 49 A Fondo Sobre si se atrevería a entrar en política, Arturo afirma que “me daría mucha vergüenza tener que hablar y, si el guión lo exige, mentir ante el público. A veces piensas que si tú estuvieras ahí, las cosas podrían ir mucho mejor. Ya se sabe que cada español tiene dentro un presidente del Gobierno y un seleccionador de fútbol. La política, si somos serios, debería ser materia a respetar porque de ella dependen los destinos de los países”. Teresa, que trabaja en una biblioteca de la Universidad, señala que los políticos están “para servir a los ciudadanos que los han elegido democráticamente en las urnas”. Respecto a si causan más problemas de los que solucionan, señala que “no se puede generalizar, en estos momentos la clase política tiene un gran desprestigio por los casos de corrupción, y es ahí donde cada partido debe ser firme con los corruptos y no permitir que aumente entre la ciudadanía esa idea de que los políticos no solucionan problemas, sino que los crean. Pienso que hay muchísimas personas que trabajan en política y se dejan la piel, y en la mayoría de los casos no son conocidas, pero acuden a su puesto de trabajo y luchan de acuerdo con sus principios por el bienestar de aquellos a los que representan”. Más credibilidad fuera de la primera línea Sobre la aparición de los políticos en la televisión, Teresa afirma que “cuando aparecen aquellos que están inmersos en tramas corruptas o sólo buscan provocar con sus comentarios, cambio de canal, ya que para mí su credibilidad es muy cuestionable. En los casos de aquellos que no están en la primera línea de la política me parecen más creíbles, aunque entiendo que están sujetos a una disciplina de partido y tienen que mantener el argumentario establecido. No obstante, sería muy de agradecer que fueran más sinceros ya que con ello la sociedad tendría mas afección por esa clase política tan denostada”. Para Teresa, política y otras actividades no son compatibles, ya que “gracias a su cargo un político puede tener información privilegiada y tomar decisiones que beneficien o perjudiquen a ellos mismos o a terceros”. Entre los políticos actuales, “hay de todo, creo que hay gente muy valiosa y honrada 50 que sólo pretende luchar por aquello que considera justo, y también hay mucho oportunista. En ese sentido, todos los partidos deberían tener un filtro que evite las actuaciones vergonzosas que se han visto y se siguen viendo en muchos Ayuntamientos y Comunidades Autónomas”, afirma. Teresa no se atrevería a meterse en política, “porque no tengo esa vocación que creo que es la fundamental para hacer un buen papel en política. Si los partidos quieren recuperar el papel que han tenido deben reflexionar sobre los errores cometidos”. Mariano cree que “la política es algo que tiene que existir porque alguien tiene que llevar las riendas de un país. Siempre nos queda la imagen grabada de todos esos políticos ineptos o que se han aprovechado de su puesto, pero no caemos en la cuenta de que gracias a otros políticos más solventes se han podido solventar conflictos y se ha avanzado en muchas cuestiones. Si no existiera la política se le llamaría de otra manera, pero sí creo que ser político en cualquier lugar debe y debería ser un puesto de distinción y ejemplo para los ciudadanos”. La clase política se ha consolidado como el tercer problema del país para los españoles, según las encuestas mensuales del CIS desde el mes de febrero de 2010 Cuestión de carisma Para este periodista ciego, los políticos “causan problemas cuando su gestión no es buena o se aprovechan de ella. Como en todo, no se puede generalizar y hay algunos que sí solucionan problemas”. Respecto a qué hace cuando un político ocupa cuota televisiva, Mariano señala que cambiar o no de canal “depende del carisma del A Fondo Aunque la gente dice pasar de la política, a los ciudadanos les preocupa lo que los políticos puedan hacer para mejorar o empeorar su situación. Quizá si las sesiones parlamentarias tuvieran menos insultos, menos “y tú más”, y fueran más efectivas, los políticos dejarían de ser un problema para quienes viven en este país mismo ya que algunos, sólo por la forma de expresarse o comunicar, te enganchan y otros, en cambio, no te llaman nada la atención. Suelo poner atención al principio y si me engancha o interesa lo que dice continúo; en caso contrario, cambio de canal”. Mariano cree que la persona que se dedica a la política debe abandonar otras actividades, “ya que de esta manera no tendrá distracciones de ningún tipo y se dedicará plenamente a su tarea de político. Conjugar ambas actuaciones creo que es un error, la actividad política requiere o debería requerir una dedicación absoluta a quien se ha votado para obtener buenos resultados”. “Siempre se ha dicho que políticos de antaño como Azaña o Churchill no se encuentran hoy en día”, afirma Mariano, quien añade que, “se ha perdido mucho de esa profesionalidad de los políticos y la mayoría son muy light”. Mariano señala que no entraría en política. “Creo que hay que tener madera para ello, saber ‘tragar’ mucho y decir lo justo y no mentir, pero quizás saber bandear los problemas ‘tirando balones fuera’ y esa habilidad hay que llevarla dentro. Además la política debe de ser una profesión muy desagradecida”. Como se ve, aunque la población en general dice pasar de la política, al final, a los ciudadanos les preocupa lo que los políticos puedan hacer para mejorar o, lo que es peor, para empeorar su situación. Quizá si las sesiones parlamentarias tuvieran menos insultos, menos “y tú más”, y fueran más efectivas, los políticos dejarían de ser un problema para quienes viven en este país. 51 Comunicando INAUGURACIÓN DEL TELÉFONO DE LA ESPERANZA DE JAÉN El nuevo Centro está ubicado en el número 23 de la calle de La Luna y el número de teléfono de su servicio de Orientación es el 953 26 09 31 El olivo siempre ha sido un símbolo de la esperanza a lo largo de la historia, desde aquella paloma que, portando una ramita de olivo en el pico, anunció a Noé el fin del diluvio universal. Por lo tanto no podía faltar, como recordó Jesús Madrid, presidente internacional del Teléfono de la Esperanza, en la provincia cuna del olivo, un Centro del Teléfono de la Esperanza. Jaén se vistió de verde olivo de esperanza para inaugurar el pasado 30 de octubre su nuevo Centro, el número 25 de los que existen actualmente en España, y para culminar el camino emprendido desde hace tres años por un grupo de voluntarios encabezado por María José Martos, la flamante presidenta del Teléfono de la Esperanza en Jaén. Los actos inaugurales comenzaron el 27 octubre con la conferencia El Teléfono de la Esperanza, entidad pionera en la promoción de la salud emocional ofrecida por Jesús Madrid y que concitó una gran afluencia de público en el Centro cultural 52 Miguel Castillejo. El presidente internacional resaltó en su alocución la importancia del fomento de una buena salud emocional en la sociedad actual y la función social de las ONG y entidades con voluntariado por su gran poder para llegar a los más necesitados. “Nosotros somos los protagonistas del cuidado de nuestra salud emocional. El desarrollo de nuestros recursos y nuestro progreso se realiza en la medida en que colaboramos con los demás”, explicó. También con motivo de la inauguración del Teléfono de la Esperanza, el 28 de octubre se celebró una gala lírica en el paraninfo del Conservatorio Municipal, donde se interpretaron piezas de Ópera y Zarzuela. Los músicos (la soprano Alfonsi Marín; Francisco García, al piano; y Violeta González, al violonchelo) colaboraron desinteresadamente. Después del acto, la nueva presidenta de Jaén tuvo unas palabras de agradecimiento a todos los asistentes. Comunicando compañeros de Jaén este acto, disfrutaron de una jornada preciosa, aunque pasada por agua, que tampoco ella se quiso perder este acontecimiento. La ceremonia comenzó al mediodía, en el Hospital de San Juan de Dios, centro cultural de la capital, y estuvo presidido por representantes de diversas instituciones públicas, así como por María José Martos y por Jesús Madrid. La presentación estuvo a cargo de Pedro Castillo Vizcaíno, director de Igualdad y Bienestar Social de la Diputación Provincial, que dio paso a cada uno de los contertulios. Ya el sábado 30 se celebró la inauguración oficial. Fue un acto sencillo, pero lleno de calidez y entusiasmo que emocionó a cuantas personas asistieron al mismo. Los participantes, muchos de ellos procedentes de otros puntos de la geografía nacional que quisieron compartir con los La primera en intervenir fue María José Martos, quien, con palabras de agradecimiento por todo el apoyo social conseguido para lograr que el Teléfono existiera en Jaén, valoró el trabajo del voluntariado, agradeció la cesión del piso que va a albergar la sede del Teléfono y la colaboración de AJAR y del Colegio Cristo Rey. 53 Comunicando Para concluir su intervención, María José Martos dio paso a un montaje audiovisual realizado por voluntarios de Jaén, en el que se hacía un breve recorrido en estos tres últimos años de las actividades realizadas, los problemas superados, y en el que se mostraba las instalaciones de la nueva sede, ubicada en un barrio popular de trabajadores, en el corazón de la ciudad. Se trata de un piso alegre y cálido, decorado con detalles que lo hacen acogedor, y que consta de una sala de orientación, dos salas para la realización de cursos, una sala de reuniones, una estancia para las tareas administrativas, una cocina y un cuarto de baño. Tras la emisión, el público asistente aplaudió emocionado. A continuación, intervino Lola López Justicia, presidenta del Teléfono de la Esperanza de Granada, para expresar su satisfacción después de tres años de trabajo y apoyo a la que a partir de ese día era “su casa”. Asimismo, agradeció el trabajo comprometido de María José Martos y el resto de los voluntarios, así como la colaboración del Colegio Cristo Rey. José Ruiz, coordinador provincial de la Agencia Andaluza del Voluntariado de la Junta de Andalucía, hizo la siguiente reflexión: “Tenemos una obligación moral de colaborar con todas las personas que hacen la vida más fácil y feliz a los demás, tenemos que asumir el compromiso de dar el apoyo necesario”. Como colofón a las intervenciones, Jesús Madrid explicó la necesidad de realizar cursos para promover la salud emocional, ya que “la mejor ayuda no está en manos de los profesionales, sino en la calle, en las personas que nos rodean”. Asimismo, resaltó valores como la generosidad y la entrega: “No juzguéis el día por los frutos que habéis cosechado al atardecer, valoradlo más bien por las semillas que habéis plantado”, dijo citando al escritor Robert Louis Stevenson. “Lo mejor que tenemos es poder dar con gratuidad a los demás”, añadió. En su intervención, Juan Sánchez, vicepresidente internacional del Teléfono de la Esperanza, resaltó que ése era “un día histórico para Jaén, un sueño hecho realidad”, al que habían contribuido desde Málaga con la formación del voluntariado. Tras el corte de la cinta inaugural, los asistentes disfrutaron en el claustro de un ágape. Posteriormente, se realizó una visita a la Catedral. La noche culminó con una cena de gala en el Parador de Turismo del Castillo de Santa Catalina durante la que se entregaron sendos recordatorios en agradecimiento a la labor de apoyo en la formación de voluntarios y creación del Centro de Jaén a Juan Sánchez y Lola López. Cerró la ceremonia un concierto lírico, que amenizó la noche a los comensales. La concejala de Políticas Sociales del Ayuntamiento de Jaén, Carmen Guerrero, entre otras palabras, comentó: “Aquí se habla desde el corazón y el compromiso. El alma y el corazón están en las asociaciones y las ONG. Sois la esperanza en Jaén”. Desde estas páginas, saludamos el nacimiento de este Teléfono (953 26 09 31), el más joven de todos los que forman la familia del Teléfono de la Esperanza, que desde La Luna (calle en la que está situada la nueva sede) nos trae un nuevo soplo de esperanza a todas las personas aquí, en la Tierra. 54 Comunicando HONDURAS, SEDE DEL II CURSO DE COORDINADORES DE AMÉRICA 76 voluntarios del Teléfono de la Esperanza en Estados Unidos, Honduras y Nicaragua participaron en el curso tó los objetivos, metodología y temática que se abordaría a lo largo del fin de semana. Asimismo, los participantes pudieron expresar sus expectativas y deseos de cara al proceso. Del 22 al 24 de octubre, Honduras acogió el II Curso de Formación de Coordinadores, el cual se llevó a cabo con mucho entusiasmo, alegría y optimismo. Se contó con la participación de 76 voluntarios del Teléfono de la Esperanza de León (Nicaragua), Miami (EE.UU.), y San Pedro Sula y Tegucigalpa (Honduras). El Curso de Coordinadores fue dictado por el psicólogo Juan Sánchez Porras, vicepresidente de Asociación Internacional del Teléfono de la Esperanza (ASITES) y presidente del Teléfono de Málaga (España). El centro de Caritas de Siguatepeque abrió sus puertas a los voluntarios participantes, quienes desde tempranas horas de la tarde del día viernes comenzaron a llegar lentamente. Poco a poco, el centro, rodeado de hermosos pinos, comenzó a tomar vida con las risas, abrazos, gesto de compañerismo y rostros de los voluntarios. En palabras de nuestros amigos de Miami y de Juan Porras: “Nos sentimos en casa”. ¿Cómo no sentirse en casa? Si la esperanza sembrada en el corazón y ser de los voluntarios de Honduras abrazó a nuestros amigos y compañeros de León y Miami, quienes con su esfuerzo y entusiasmo nos animaron a valorar y creer una vez más en nuestro trabajo de sembrar y cosechar esperanza. La noche del viernes dio inicio la formación. Juan Porras, en calidad de director de curso, presen- 56 A lo largo de cada día, horas y minutos, pudimos reflexionar sobre nuestro trabajo como coordinadores y voluntarios del Teléfono de la Esperanza. Por otra parte, cabe destacar y agradecer el apoyo que ofrecieron Janeth Avelar, Mateo Clares, Wendy Valle, Sandra Maldonado, Patricia Sandoval, Judith García y Fanny Chavarría, todos ellos voluntarios del Centro de San Pedro Sula, quienes coordinaron los diferentes grupos de trabajo dentro del curso. También hay que reconocer la labor de las profesionales Eugenia Rivera (Tegucigalpa) y Judith García (San Pedro Sula), quienes colaboraron dictando charlas dentro del curso. Se concluyó el curso el día domingo después de haber disfrutado de nuestro último almuerzo juntos. Luego, todos los voluntarios tomamos camino a cada una de nuestras ciudades, con la clara convicción de que hemos optado por un voluntariado que nos permite crecer como personas y, sobre todo, que éste nos impulsa a salir al encuentro del que sufre y necesita de una mano amiga para encontrar sentido y esperanza a su vida. Damos gracias a Juan Sánchez, por su generosidad, compañía y trabajo, así como a los voluntarios de Miami y León, quienes, pese a las largas horas de viaje, dieron respuesta a nuestra invitación. Estamos seguros de que la realización de este curso será de gran beneficio para el trabajo que están realizando en sus países. Agradecemos a todo nuestro voluntariado de Tegucigalpa y San Pedro Sula, por su entrega y empeño, por la labor desinteresada que día a día ponen al servicio de los demás. “Aquí se crece, aquí se respeta, aquí se cultiva la Esperanza” Comunicando EULALIA LLOSA, ELLA ERA ESPERANZA Varios orientadores veteranos, de los que ya estaban allá por los años 70 escuchando telefónicamente las angustias y problemas de los malagueños de la época han querido evocar para AVIVIR quién era y sobre todo cómo era nuestra muy querida Eulalia. Manolo Montes hizo durante mucho tiempo los relevos en los turnos de escucha a Eulalia y a su marido, Andrés (también ya fallecido), y los define como “grandes escuchadores” y “grandes consejeros familiares”. De la capacidad de escucha de esta orientadora, habla también Salvador Rodríguez, quien comenta que “sabía empatizar con la gente, se ponía en la piel de los demás”. Salvador Rodríguez coincide con Carmen Orellana, otra veterana en el departamento de Orientación en la personalidad “maternal” de esta mujer. “Eulalia se mostraba como una madre que nos acogía a todos los demás compañeros”, explica Carmen, quien añade: “era de ese tipo de madres que rebosan bondad y que están dispuestas a todo por los demás”. Por esa forma de ser, los voluntarios “procuraban estar con ella”, siempre pendiente de cualquier problema que pudiera surgir. “Le queríamos todos. Su carácter era conciliador, de las personas que tratan de unir, no de desunir”, recuerda. Eulalia Llosa fue una mujer discreta, entregada y con sentido de servicio a los demás, cualidades que poco a poco fueron conociendo sus tres hijos. Uno de ellos, Ángel, destaca la discreción de su madre sobre los problemas personales de la gente a los que ella tenía acceso. “No entró nunca en detalles sobre sus experiencias en el Teléfono, pero vivía la satisfacción de ser útil a los demás”. Ángel recuerda que era todavía un adolescente cuando su madre empezó a colaborar en el Teléfono de la Esperanza y que, gracias a eso, empezó a ser más consciente de los problemas emocionales y psicológicos que sufren muchas personas. “En mi cabeza empezaron a aparecer situaciones sociales que no sabía ni que existían”, explica Ángel. Los hijos también valoran mucho el haber recibido, tanto de Eulalia como de Andrés, un buen aprendizaje sobre cómo establecer unas relaciones familiares sanas, lo que posteriormente les ha beneficiado en su propia vida. Y de la huella familiar que dejaron entre sus compañeros los orientadores, Manolo Montes lo describe de forma muy gráfica: “Yo sigo en el Teléfono por un compromiso que me arrancaron ellos (Andrés y Eulalia) un día de cansancio. Ellos eran Teléfono”. Sin duda, Eulalia Llosa dejó una huella de cariño, amor y entrega a los demás, tanto en los usuarios del Teléfono como en sus compañeros. Que descanse en la paz que tanto repartió en este mundo. 57 Directorio CENTROS DEL TELÉFONO DE LA ESPERANZA EN ESPAÑA ALBACETE C/ Federico García Lorca, 20-1º 02001 ALBACETE Tel.: 967 52 34 34. Fax: 967 52 34 48 E-mail: albacete@telefonodelaesperanza.org MÁLAGA C/ Hurtado de Mendoza, 3 - “Villa Esperanza” 29012 MÁLAGA Tel.: 95 226 15 00. Fax: 95 265 26 51 E-mail: malaga@telefonodelaesperanza.org ALICANTE C/ Benito Pérez Galdós, 41-Entr. C 03005 ALICANTE Tel.: 96 513 11 22. Fax: 96 512 43 49 E-mail: alicante@telefonodelaesperanza.org MURCIA C/ Ricardo Zamora, 8 30003 MURCIA Tel.: 968 34 34 00. Fax: 968 34 35 66 E-mail: murcia@telefonodelaesperanza.org ALMERÍA Plaza Administración vieja, 1-1º izda. 04003 ALMERÍA Tel.: 950 26 99 99. Fax: 950 26 07 89 E- mail: almeria@telefonodelaesperanza.org OVIEDO Avda. de Bruselas, 4 bajo 33011 OVIEDO Tel.: 985 22 55 40. Fax: 985 27 65 00 E-mail: oviedo@telefonodelaesperanza.org BADAJOZ C/ Ramón Albarrán, 15-1º dcha. 06002 BADAJOZ Tel.: 924 22 29 40. Fax: 924 25 65 08 E-mail: badajoz@telefonodelaesperanza.org PALMA DE MALLORCA C/ Miguel Marqués, 7 - 1º 07005 PALMA DE MALLORCA Tel.: 971 46 11 12. Fax: 971 46 17 17 E-mail: palma@telefonodelaesperanza.org CÁCERES Avda. de los Pilares, 1- bloque 8-3ºB 10002 CÁCERES Tel.: 927 62 70 00. E-mail: caceres@telefonodelaesperanza.org PAMPLONA C/ San Blas, 13 - bajo 31014 PAMPLONA Tel.: 948 23 70 58. Fax: 948 38 20 34 E-mail: pamplona@telefonodelaesperanza.org CASTELLÓN C/ Segorbe, 8 12004 CASTELLÓN Tel.: 964 22 70 93. Fax: 964 22 02 58 E-mail: castellon@telefonodelaesperanza.org SALAMANCA C/ Pollo Martín, 34 - 2º dcha. 37005 SALAMANCA Tel.: 923 22 11 11. Fax: 923 22 62 35 E-mail: salamanca@telefonodelaesperanza.org GRANADA C/ Horno del Espadero, 22 18005 GRANADA Tel.: 958 26 15 16. Fax: 958 26 15 06 E-mail: granada@telefonodelaesperanza.org SANTIAGO DE COMPOSTELA C/ Diego de Muros, 16 - 1º 15701 SANTIAGO DE COMPOSTELA Tel.: 981 51 92 00 E-mail: santiago@telefonodelaesperanza.org HUELVA Avda. de Andalucía, 5 - 1º A 21004 Huelva Tel.: 959 28 15 15. Fax: 959 54 07 27 E-mail: huelva@telefonodelaesperanza.org SEVILLA Avda. Cruz del Campo, 24 41005 SEVILLA Tel.: 95 457 68 00. Fax: 95 458 23 75 E-mail: sevilla@telefonodelaesperanza.org JAÉN C/ La Luna, 23 - 2º A 23009 JAÉN Tel.: 953 26 09 31 E-mail: jaen@telefonodelaesperanza.org TOLEDO C/ Panamá, 2 - 1º N. 45004 TOLEDO Tel.: 925 23 95 25 E-mail: toledo@telefonodelaesperanza.org LAS PALMAS DE GRAN CANARIA C/ Mesa de León, 4 - 3º dcha. 35001 LAS PALMAS DE G.C. Tel.: 928 33 40 50. Fax: 928 33 60 60 E-mail: laspalmas@telefonodelaesperanza.org VALENCIA C/ Espinosa, 9- 1º- 1ª 46008 VALENCIA Tel.: 96 391 60 06. Fax: 96 392 45 47 E-mail: valencia@telefonodelaesperanza.org LEÓN Avda. Padre Isla, 28 4ºIzda 24002 LEÓN Tel.: 987 87 60 06 E-mail: leon@telefonodelaesperanza.org VALLADOLID C/ San Fernando, 7 - Local 47010 VALLADOLID Tel.: 983 30 70 77 E-mail: valladolid@telefonodelaesperanza.org LOGROÑO C/ Duquesa de la Victoria, 24 -1º dcha. 26003 LOGROÑO Tel.: 941 49 06 06 E-mail: larioja@telefonodelaesperanza.org ZARAGOZA C/ Lagasca, 13 - 1º 50006 ZARAGOZA Tel.: 976 23 28 28. Fax: 976 23 41 40 E-mail: zaragoza@telefonodelaesperanza.org MADRID C/ Francos Rodríguez, 51 - Chalet 44 28039 MADRID Tel.: 91 459 00 50. Fax: 91 459 04 50 E-mail: madrid@telefonodelaesperanza.org 58 Directorio CENTROS DEL TELÉFONO DE LA ESPERANZA EN EL MUNDO BARRANQUILLA (COLOMBIA) Calle 53, 50-53 BARRANQUILLA Tel.: (00 57 5) 372 27 27 E-mail: barranquilla@telefonodelaesperanza.org LONDRES (REINO UNIDO) Unit 7, Fairfax House, Overton Road, Brixton Tel.: (00 44) 20 77733 0471 E-mail: londres@telefonodelaesperanza.org BOGOTÁ (COLOMBIA) Cra 25 calle 48-11 4813 BOGOTÁ Tel.: (00 57 1) 323 24 25 E-mail: bogota@telefonodelaesperanza.org MEDELLÍN (COLOMBIA) Calle 57 45 - 129 Tel.: (00 57 4) 284 66 00 E-mail: medellin@telefonodelaesperanza.org BUENOS AIRES (ARGENTINA) Avenida Rivadavia, 2134-6º E BUENOS AIRES (capital federal) Tel.: (00 54 11) 495 444 55 E-mail: buenosaires@telefonodelaesperanza.org OPORTO (PORTUGAL) Rua Duque de Loulé 98, 2º esq Tel.: (00 351) 222 03 07 07 E-mail: porto@telefonodelaesperanza.org CHILLÁN (CHILE) C/ 18 de septiembre, 456 380-0650 CHILLÁN Tel.: (00 56 42) 22 12 00/02/08 E-mail: chillan@telefonodelaesperanza.org QUITO (ECUADOR) C/ Capitán Edmundo Chiriboga N-47227 Tel.: (00 593 2) 6000 477 / 2923 327 E-mail: quito@telefonodelaesperanza.org COCHABAMBA (BOLIVIA) C/ Lanza # 235, entre Bolívar y Sucre 2º Piso Tel.: (00 591 4) 452 18 52 E-mail: cochabamba@telefonodelaesperanza.org SAN PEDRO SULA (HONDURAS) Colonia Alameda, 13 y 14 Avenidas, 5ª calle, N.E. Tel.: (00 504) 558 08 08 E-mail: sanpedrosula@telefonodelaesperanza.org LA PAZ (BOLIVIA) C/ Costa Rica # 1272 (Zona Miraflores) Entre Estados Unidos y Guerrilleros Lanza Tel.: (00 591 2) 224 84 86 E-mail: lapaz@telefonodelaesperanza.org TEGUCIGALPA (HONDURAS) Col. Florencia Norte. 1ª Calle, 1ª Avenida. Casa 4058, 2ª Planta TEGUCIGALPA Tel.: (00 504) 213-8181 / 232-1314 E-mail: tegucigalpa@telefonodelaesperanza.org LIMA (PERÚ) C/ Gustavo Yabar 221-225. Urbanización Vista Alegre. Santiago de Surco. Tel.: (00 51 1) 273-8026 E-mail: lima@telefonodelaesperanza.org ZÚRICH (SUIZA) Postfach 2159 8027 ZÚRICH Tel.: (00 41 43) 817 65 65. Fax: (00 41 43) 817 66 43 E-mail: zurich@telefonodelaesperanza.org CENTROS EN PREPARACIÓN COLONIA (ALEMANIA), LEÓN (NICARAGUA), LISBOA (PORTUGAL), MIAMI (ESTADOS UNIDOS), SAN JUAN DE PASTO (COLOMBIA), SANTIAGO (CHILE) SANTO DOMINGO (REPÚBLICA DOMINICANA) Y VALENCIA (VENEZUELA). 59