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UNIVERSIDAD DE ORIENTE NÚCLEO DE BOLÍVAR COORDINACIÓN DE POSTGRADO EN EDUCACIÓN ASESORIA EDUCATIVA PROGRAMA DE MAESTRÍA EN EDUCACIÓN FACILITADOR: Prof. Abdías Moreno ENERO-FEBRERO 2008 1 ASESORIA EDUCATIVA Objetivo general Analizar la importancia de la asesoría u orientación en la función docente desde el punto de vista de su filosofía, principios, teorías y estrategias metodológicas, con la finalidad de lograr un mejor desempeño tanto del profesor novel así como del docente con experiencia. Objetivos específicos • Definir la función docente y los factores que afectan su proceso. • Analizar el rol del profesor novel: su formación, necesidades, problemas, y elementos que influyen en su desempeño. • Analizar la situación del profesor experimentado: su formación, objetivos de desempeño y obstáculos en su formación continua. • Revisar la importancia de las estrategias metodológicas en el proceso de enseñanza y aprendizaje y la actitud del docente frente a las mismas. Contenidos • • • • • • • • La función docente y su postura ante los cambios en la sociedad moderna. El profesor, sus modelos de formación y sus funciones. El profesor novel y su formación inicial El profesor experimentado y su formación continua. Concepto de enseñanza y de aprendizaje. Teorías y principios del proceso de enseñanza y aprendizaje. Las estrategias metodológicas dentro del proceso docente: enfoque, método, técnica. Las técnicas instruccionales y criterios para su selección. 2 ASESORIA EDUCATIVA INTRODUCCION Por su importancia y por la trascendencia de su accionar, el ejercicio de la profesión docente debe ser analizado y considerado de una manera objetiva y profunda ya que, en su sagrada misión de formar, el profesor debe enfrentar toda una compleja red de elementos tan variados y distintos los unos de los otros que el éxito o el fracaso dependerá de su preparación profesional, amen de su experticia, y de su habilidad para enfrentarlos exitosamente en la medida en que ellos vayan apareciendo. Por ello el docente debe poseer una formación profesional bien balanceada, con amplios conocimientos de la cultura en general y, de manera muy particular, profundos conocimientos de la psicología, la sociología y la didáctica. En efecto, para el alumno, el docente encarna el modelo a seguir, el espejo donde quiere mirarse y, desde el primer momento de su interrelación, es la referencia obligatoria de todo aquello que él interpreta como saber. Debería el profesor, en consecuencia, conocer tanto como fuese posible acerca de las diferentes disciplinas que tienen que ver con el desarrollo del ser humano y de las teorías relacionadas con su proceso de formación. Esto sólo será posible a través un continuo y constante proceso de actualización y de renovación. Sus conocimientos de psicología no solamente lo ayudarán a escoger, de manera efectiva, la decisión más acertada para lidiar con un problema en particular, sino también a entender que su función primordial es ayudar al alumno, de orientarlo en la búsqueda de las soluciones más apropiadas, de reconstruir la pregunta cada vez que la mente del alumno se moviliza en su búsqueda y se compromete con una respuesta que puede ser y no ser al mismo tiempo. Es responsabilidad de ese docente, convertido en psicólogo, lograr que el alumno autorregule la búsqueda de la verdad y se confronte permanentemente con aquella porción del saber que está a punto de descubrir por cuenta y razones propias. El docente debe actuar de mediador en el proceso de aprendizaje de los alumnos; debe estimular y motivar, aportar criterios y diagnosticar situaciones de aprendizaje de cada alumno y de la clase en conjunto. Sus conocimientos de didáctica le brindarán la oportunidad de escoger la herramienta más apropiada que le permita alcanzar, de la manera más efectiva y en el más corto período de tiempo, un objetivo en particular. Es decir, como pedagogo, el docente se convierte en el estratega que diseña un procedimiento en particular para alcanzar una meta, de la manera más 3 oportuna y rendidora. De acuerdo con un conjunto de estrategias llamadas técnicas, las cuales deben encajar dentro de un método particular, el docente emprende el camino con la finalidad de obtener los objetivos propuestos en la formación del alumno. Ya que el alumno deberá recibir una buena formación de recursos didácticos, particularmente en lo que se refiere a recursos tecnológicos y técnicas de comunicación y expresión, se supone que el docente, además de delinear bien claramente la filosofía o enfoque de su asignatura, deberá poseer una muy buena formación en torno a la metodología, las técnicas y procedimientos que deben acompañar a cada enfoque o teoría en particular, y deberá ser capaz de utilizar los propios alumnos y la dinámica del grupo como recurso didáctico. La sociología, por su parte, le proporcionará la competencia para conseguir el equilibrio entre la comprensión y la atención a las diferencias individuales dentro del aula, que le permitan establecer patrones de conducta para lidiar con ellas más efectivamente, así como suprimir o eliminar oportunamente cualquier brote de prejuicio o discriminación, que por cualquier motivo pudiera surgir dentro del proceso educativo. La docencia es una actividad tan compleja en su filosofía y tan importante en su misión transformadora del individuo, que presupone, en primer lugar, un profesional consciente de tan grande responsabilidad y, en segundo término, una institución educativa idónea, que haga posible su realización. Efectivamente, el docente ha de ser un profesional, responsable, competente; un agente propiciador de cambios positivos; un ente dinámico, que se mantenga en constante preparación y actualización de sus conocimientos y que no escatime esfuerzo alguno para lograr sus objetivos y metas. La institución educativa, por su parte, debe mantener una función facilitadora del quehacer educativo del docente; que propicie un ambiente grato de trabajo; que siente las bases para la formación de la generación de relevo; que sea capaz de proporcionar todos los medios que permitan un constante y continuo crecimiento y enriquecimiento del perfil profesional del docente con experiencia y pueda ofrecer la asesoría y orientación necesaria al docente novel, es decir a quien se inicia en el ejercicio de la profesión docente. El proceso de enseñanza y de aprendizaje pudiera presentar, visto desde esta perspectiva, un panorama más alentador, pleno de experiencias que puedan satisfacer las expectativas planteadas; que permita al profesor generar sus propios conocimientos y de valorar e incorporar los aprendizajes nacidos de la investigación, y que este cúmulo de aspectos positivos puedan lograr, en consecuencia, la obtención del objetivo más importante y trascendental de la educación como lo es el de formar individuos idóneos, competentes y capaces de enfrentar los retos que la vida les depare y ser, de esta manera, más útiles a la sociedad y a la patria. 4 LA FUNCIÓN DOCENTE A partir del siglo XIX, la función docente ha experimentado un profundo proceso de revisión, dando paso en los últimos tiempos a una nueva etapa de evolución y transformación lo cual ha propiciado un severo cuestionamiento de la función tradicional del profesorado y numerosas alternativas han sido propuestas con la finalidad de cambiar el rol que la función docente debe desempeñar. Esto ha ocurrido en todos los niveles educativos desde los niveles preescolares hasta la formación universitaria. Los nuevos roles que se proponen, desde la reflexión y el análisis pedagógico, vienen determinados por la evolución de los sistemas educativos, los cuales desarrollan reformas en la enseñanza para poder adaptarse a los cambios violentos que experimenta la sociedad actual. Estas reformas implican nuevas tareas, especializaciones y competencias para los docentes. FACTORES DE CAMBIO Son muchos los factores que inciden en la necesidad de cambiar la función docente. Entre ellos se puede destacar la explosión escolar, la influencia de los medios de comunicación, la acelerada evolución de la sociedad, los avances científicos y tecnológicos y las nuevas corrientes pedagógicas. La explosión escolar En los últimos años el lapso de escolaridad obligatoria ha aumentado en la mayoría de los países. La educación es considerada por todo el mundo, al menos en teoría, como la principal inversión, de cara al futuro, de las sociedades. En consecuencia, se ha ampliado la escolaridad obligatoria hasta los 14, 16 e incluso hasta los 18 años. Se han diversificado los niveles y ha aumentado la exigencia de las especialidades y de especialistas. Desde la educación inicial hasta la universitaria se ha ido prestando una atención cada vez más acentuada en la formación de profesionales de las más variadas disciplinas, de los que existe una creciente demanda en el mercado de trabajo. La explosión escolar, en la mayoría de los países con serios problemas de desarrollo, como Venezuela, ha representado un escollo difícil de superar habida cuenta de la poca capacidad mostrada hasta los momentos para planificar a mediano y largo plazo los proyectos institucionales y poder atender las necesidades originadas por este fenómeno. La irrupción de los nuevos medios de comunicación de masas Si el docente no quiere quedarse rezagado, con la utilización de técnicas obsoletas, tiene que replantearse su trabajo y aprender a utilizar nuevos medios. Esto supone la intervención de las autoridades, bien nacionales o institucionales, para dotar a los centros de enseñanza de los más modernos medios computarizados y audiovisuales que proporcionarán al profesor una herramienta de singular utilidad para mejorar su labor. 5 La acelerada evolución de la sociedad La evolución producida a fines del siglo XX, se ha manifestado en las estructuras institucionales y en sus formas de organizar la convivencia y los modos de producción y distribución, todo lo cual ha obligado un cambio en las formas de pensar, sentir y actuar de las nuevas generaciones de alumnos. No cabe duda que la educación y, en consecuencia, la labor de la docencia, se ha vuelto más difícil y compleja con los alumnos actuales, especialmente con los más jóvenes, y que los problemas de convivencia, de disciplina, de adaptación o de malestar por parte de los profesores son mucho más numerosos. Los avances científicos y tecnológicos El incremento acelerado y el cambio vertiginoso del conocimiento científico y tecnológico, de los productos del pensamiento, de la investigación y la innovación de la cultura y el arte en las comunidades sociales debe incorporarse al currículo escolar, lo cual implica una gran sensibilidad por parte de las instituciones, los gobiernos y los ministerios de educación, pero también de los docentes que, como principales responsables del proceso educativo, deben participar en la toma de decisiones a todos los niveles. El desarrollo de las nuevas corrientes pedagógicas Las nuevas corrientes pedagógicas presuponen el desarrollo de alternativas en los planteamientos teóricos curriculares y organizativos y, como consecuencia, de nuevos enfoques en la formación del docente. Esto implica un desarrollo continuo del conocimiento profesional del docente, de carácter psicopedagógico y didáctico, que lo capacite para intervenir, experimentar y reflexionar sobre su propia práctica, sobre los proyectos educativos de su institución y, en definitiva, sobre los marcos educativos y curriculares que el país se propone desarrollar. EL NUEVO DOCENTE La creciente interacción entre la escuela y la sociedad influye cada vez más en el rol del docente. La tarea del profesor debe dirigirse fundamentalmente hacia el alumno y su desarrollo personal y social, y esto hace que su labor se complique y se diversifique. El docente debe ser facilitador del aprendizaje de sus alumnos; debe ser especialista en recursos y medios, clarificar y aportar valores y ayudar a que los alumnos desarrollen los suyos propios y, por ultimo, debe promover y facilitar las relaciones humanas en la clase y en la institución y, cuando las circunstancias lo ameriten, ser su orientador personal y profesional. No es fácil caracterizar el docente actual. Más bien debe hablarse de cualidades generales que deben poseer los buenos docentes y, junto a esta 6 configuración global, de otras características propias de su especialización, tipos de alumnos y ámbitos del conocimiento. El sistema educativo en el mundo moderno requiere un docente con capacidad para actuar en forma autónoma; que sepa diagnosticar la situación del aula y de cada alumno, el ritmo de desarrollo del aprendizaje, la peculiaridad de los procesos didácticos y las exigencias del conocimiento académico disciplinar e interdisciplinar y, que, al mismo tiempo, sea capaz de incorporar las demandas sociales a los programas educativos. EL PROFESOR, SUS MODELOS DE FORMACIÓN Y SUS FUNCIONES La formación del profesorado ha de tomar como punto de referencia, necesariamente, al educador en el que pretende incidir. A pesar de la imposibilidad de establecer dicho requisito de forma concreta y definida, es necesario efectuar algunas reflexiones sobre este particular; se trata de analizar la figura y las funciones del profesor en la actualidad. ¿Qué significa ser profesor? Desde el 8 de marzo de 1838, fecha en que se inauguró en Madrid, España, la primera Escuela Normal de ese país, cuyo primer reglamento se publicó en 1843, hasta 1989, cuando hace ya más de una década que las Escuelas normales se han transformado en escuelas universitarias de formación del profesorado en virtud de la aplicación de la Ley general de educación del 4 de agosto de 197O, la función específica de estos centros ha sido formar a los profesores de enseñanza primaria y, posteriormente, de preescolar. Respecto al profesorado de secundaria su formación psicopedagógica ha padecido siempre grande carencias. El actual CAP, curso de aptitud pedagógica, institucionalizado a partir de la misma Ley de 1970, es la última muestra de ello. Somos concientes de que las escuelas de formación del profesorado tienen actualmente una función profesional muy clara y específica: por un lado, formar profesores de educación infantil y, por otro, en calidad de centros de formación universitarios, poner las bases para su continua formación permanente y colaborar con ella. Es necesario, sin embargo, advertir que aún hoy no se han establecido unas pautas explícitas y precisas del profesor que debe formarse en estos centros, a pesar de los intentos que en este sentido se han ido realizando a lo largo de los últimos años. Esta indefinición sobre el modelo de profesor de educación infantil que se manifiesta en las escuelas de magisterio, y sobre el de secundaria, de donde su despreocupación por su formación psicopedagógica, ocasiona grandes disfunciones tanto en la formación inicial como en la permanente, ya que únicamente, a partir de una definición clara de las necesidades formativas de los futuros profesores podría establecerse un currículo diferente o un plan de estudios que contemplase armónicamente los programas, las metodologías, 7 las practicas, etc., con el fin de dotar a los nuevos educadores de una formación científica, psicopedagógica y cultural competente. Por otra parte, la aparición y utilización generalizada en el mundo de los eficaces medios de comunicación e información de masas, ha desplazado el modelo tradicional docente hacia nuevos planteamientos de comportamiento que exigen, en primer lugar, un conocimiento exhaustivo y real, no sólo de usos, sino también de alcances a partir de la asistencia sistemática de la revolución tecnológica. Tal como ha afirmado la UNESCO (1966), “en nuestra época los enseñantes ya no son meros propagadores de conocimientos; no sólo se dedican a reconstruir el conocimiento vulgar del alumno, sino que en la actualidad su principal tarea consiste en ayudar a los jóvenes a salir adelante frente a todas esas fuentes de formación desordenadas, dándoles un orden determinado”. Ello significa en palabras de Coombs(1975)… “que el docente no sólo ha de superar el anquilosamiento tradicional de su profesión, sino que ha de convertirse en el hombre de mañana, capaz, a su vez, de formar personas con cierto talante permisivo, que sepan planificar, ir al frente”. Esta aseveración nos revela la importancia que tiene la selección de las personas que llegan a convertirse en profesores. Sin lugar a dudas, cada vez se hace mas patente el creciente interés por este tema, tal como lo demuestra la aparición de publicaciones relativas a la profesión docente, tendencia que parece ir en aumento. Sin embargo, aunque son variados y proporcionan numerosos datos de interés para poder diagnosticar el tipo de profesor que queremos formar, tales estudios e investigaciones son todavía insuficientes, ya que se trata, generalmente, de análisis sectoriales o puntuales sobre un aspecto particular de la profesión. Es, por tanto, necesaria la elaboración de estudios más globales que contemplen aspectos diversos, como por ejemplo: Análisis del sistema educativo y específicamente el escolar, que requiere la sociedad actual y de las funciones propias del profesor para responder a esta demanda (diagnóstico de situación actual) Análisis de las necesidades educativas futuras de nuestra sociedad (planificación prospectiva de la enseñanza a corto, mediano y largo plazo), ya que tenemos el reto de anticiparnos al porvenir intentando prever la futura tarea de la educación, de la escuela y del profesor. Análisis de las necesidades curriculares para poder elaborar un programa de estudios coherente con esas necesidades y proporcionar estrategias de aplicación especifica a los centros educativos, sobre todo en un proceso rápido de obsolescencia de los conocimientos científicos. Análisis de la situación actual de de los centros de formación del profesorado, de los modelos de formación que se ofrece a los alumnos y de 8 cómo este bagaje repercute en la practica real, en el ejercicio de la profesión. Análisis de la situación del currículo de los diversos niveles de la enseñanza, de las necesidades y características de sus alumnos, etc. Análisis de cómo los profesores procesan la información, planifican los contenidos de la enseñanza o deciden delante de una intervención educativa en los contextos específicos. Así pues, de la misma manera que cualquier estudio sobre la tarea de profesor no podría llevarse a cabo dejando al margen estos análisis someramente perfilados, es evidente que, a su vez, para cada comunidad específica, deberá concretarse de manera que se acomode al propio contexto sociocultural. Por ello entendemos que si bien en un sentido amplio todas las investigaciones y estudios pueden aportarnos ideas, sugerencias, puntos de arranque para establecer el modelo de perfil de profesor que requiere hoy la sociedad, no es menos cierto que también habrá que promover estudios en este sentido desde al ámbito específico. Será necesario proceder a concretar además las funciones del profesor o las competencias profesionales que se requieren para atender las necesidades educativas de los escolares y de la misma comunidad. Acerca de las investigaciones que hay que ir desarrollando para llegar a establecer unas pautas que nos permitan una mejor formación inicial y permanente, es necesario apuntar otra consideración. En todos estos estudios se requiere una amplia participación de sectores sociales y de personas implicadas en la formación del profesor: la administración educativa, el profesorado, los sindicatos de enseñanza, los profesores en ejercicio (entre los cuales hay que mencionar a los asociados a movimientos de renovación pedagógica u otras asociaciones de profesores), los departamentos universitarios, los diversos organismos públicos y privados que realizan tareas educativas y, especialmente, los dedicados a la formación inicial o permanente del profesorado. Junto a ellos podríamos destacar algunos grupos de especialistas que ejercen su actividad en el medio escolar, por ejemplo, los equipos psicopedagógicos, los supervisores educativos, etc. Conviene insistir en que no es posible abordar con objetividad cualquier estudio sobre el perfil del profesor si no se parte de un trabajo colectivo elaborado por representantes de los sectores mencionados. En cualquier caso, habría que plantear la necesidad de recoger sus puntos de vista y opiniones sobre las funciones del profesor y sobre el bagaje formativo profesional con el que se han de dotar. La importancia y la necesidad de intervención de la administración en esta cuestión son innegables, ya que son las autoridades de gobierno quienes ostentan la máxima responsabilidad en materia educativa. Cualquier situación de enseñanza es compleja y presenta componentes sociológicos, psicológicos y biológicos en la definición de objetivos, en la 9 selección y organización de los contenidos, y en la elección de medios, recursos, estrategias y técnicas. La docencia exige de los profesores los conocimientos de las teorías y estrategias pedagógicas que permitan desarrollar procesos enriquecedores de aprendizajes significativos, favoreciendo la motivación y el esfuerzo del alumno. Una docencia competente debe conducir al alumno a la adquisición de una formación básica además de procurarle una progresiva autonomía en la adquisición de conocimientos, en el desarrollo de la capacidad de reflexión, en la utilización de instrumentos y lenguajes especializados, de documentación, de fuentes de información y de conocimientos básicos. De acuerdo con la UNESCO La formación de formadores abarca generalmente tres momentos: formación inicial, formación continua y formación permanente. 1. Formación inicial. El término "formación inicial" se utiliza para designar el proceso de educación escolarizada de un individuo desde la primaria hasta la primera salida terminal. Acompañada del término "continuada", la formación inicial adquiere el cariz de ininterrumpida. En nuestro país puede considerarse a partir de la primaria hasta la licenciatura. 2. Formación continua. Este concepto ocasiona una serie de confusiones porque se le puede distinguir a veces como formación continuada, como sinónimo de educación de adultos e incluso como educación permanente. Un ejemplo de la diversidad de significados entre educación y formación nos lo proporciona la realidad francesa, donde para un mismo tipo de actividades, en diferentes lugares y circunstancias, algunas veces se ha utilizado como educación des adultes, otras veces formation des adultes, en ocasiones formation continué, y aun éducation permanente o éducation populaire; esta incertidumbre en el uso de la terminología no es más que un reflejo de la realidad. La educación de adultos es un campo profesional caracterizado por su diversidad y dinamismo. Nuevas metas y formas de acción aparecen continuamente y modifican el contenido de los términos en el lenguaje cotidiano. En español la expresión educación de adultos corresponde al término anglosajón adult education y excluye entrenamiento. Además existen cinco términos para explicar lo siguiente: a) Formación, que implica la adquisición de conocimientos, actitudes y conductas frecuentemente asociados al campo profesional, tales como abogados, médicos, educadores, enfermeras, trabajadores sociales, etc. Sin embargo, la connotación social de formador más difundida es la de enseñante. 10 b) Capacitación, implica preparación y entrenamiento en y para el trabajo calificado o técnico, según si el vocablo va seguido de los términos profesional y técnica, respectivamente. c) Actualización, corresponde al proceso de adquisición de nuevos códigos especializados sobre el ejercicio de una profesión o empleo. d) Entrenamiento, adecuadamente se usa para indicar entrenamiento militar, deportivo o de oficios no calificados. e) Adiestramiento, se asocia conscientemente con el entrenamiento de los animales. 3. Formación permanente. Muchas veces se utiliza este término como sinónimo de educación permanente; es quizá el más utilizado con esta connotación; sin embargo, esta formación es la penúltima fase de todo el proceso de educación permanente. También podemos considerar en esta etapa toda actividad de perfeccionamiento (vinculado a la actualización) profesional realizada a iniciativa de los individuos. A propósito de esta diferenciación, es importante que nos concentremos en la necesidad de mejorar la acción educativa universitaria, de acuerdo a dos escenarios fundamentales en los cuales se ubican los docentes: • • El profesor novel (formación inicial) El profesor experimentado (formación permanente) EL PROFESOR NOVEL El periodo de iniciación a la docencia universitaria engloba un cúmulo de vivencias ambiguas y confusas, de preocupación y, a la vez, de ilusión que generan sentimientos de angustia, incertidumbre e inseguridad y que en palabras de Veenman (19849), y en Cruz Tomé, (1999) suponen un reality shock. No es un periodo fácil, más bien al contrario, puede provocar insatisfacción y llevar a cuestionarse la potencialidad de la persona como docente. Si bien es cierto que las características particulares del trabajo, las condiciones específicas en que se inicia y otros factores de tipo personal determinarán en gran manera el desarrollo de este período y de los problemas asociados, los profesores noveles acusan una falta de apoyo desde el departamento y universidad y lamentan una falta de formación inicial en docencia universitaria. La existencia de actividades de acogida y formación pueden facilitar su integración en la función docente de una forma más gradual y acompañada. 11 1. Aproximación al concepto y características del profesorado novel universitario. Tal como señala Feixas (2002) “se considera novel cualquier aspirante a un lugar de trabajo que realiza un proceso de formación inicial bajo la tutela de uno o varios maestros. En el terreno universitario, el profesor novel es un profesor joven, recién graduado, con alguna experiencia profesional y con menos de tres años de experiencia docente en una institución universitaria, el cual accede a un puesto docente ya sea como profesor ayudante, asociado o becario, habitualmente sin ningún tipo de tutela”. En general, el profesor novel dispone de ciertos conocimientos sobre la materia, pero no ha recibido formación didáctica sobre cómo enseñarla. Gibbs y Habeshaw caracterizan de esta manera el perfil del profesor novel universitario: "los profesores noveles universitarios...a menudo encuentran que enseñar en la universidad es un reto, a veces un reto demasiado grande. Han tenido experiencias con profesores aburridos cuando eran estudiantes y no quieren terminar como ellos. Están dispuestos a hacer lo que haga falta para ser buenos docentes, pero cuando se encuentran con las presiones y angustia de la enseñanza, se preguntan si podrán asumirlo" Sus inquietudes y preocupaciones pueden verse reflejadas en estos comentarios que Gibbs y Habeshaw (1989) recogen: - “Es el mar de caras inexpresivas lo que encuentro difícil. Podría hablar sobre física nuclear en swahili por las respuestas que recibo”. -“Ojeé los apuntes de mis alumnos. Era muy difícil decir qué habían aprendido”. -“Va bien siempre y cuando lo tenga preparado. Me ayuda si tengo muchas transparencias de las cuales hablar”. -“Me pasé todo el domingo preparando la clase del lunes. En este momento no se como va a salir”. -“Cuando era estudiante criticaba las clases magistrales y ahora estoy haciendo lo mismo con mis alumnos”. -“Siento que debo justificar mi sueldo y el hecho de ser profesor, por eso les enseño todo lo que sé-absolutamente todo. " 12 2. Problemáticas del profesorado novel universitario. Pocas experiencias a lo largo de la vida impactan tanto en la vida personal y profesional de un profesor como el primer año de docencia. Las experiencias iniciales impregnan las percepciones y los comportamientos sobre la enseñanza, sobre los alumnos, sobre el entorno y sobre su papel como docente. Cómo este proceso cala en los profesores noveles se puede observar durante el periodo crítico del primer año. Si las experiencias iniciales son gratificantes, la impresión y transferencia es positiva; si las primeras experiencias son negativas y van asociadas a sentimientos de desencanto y fracaso, la impresión es negativa y desarrolla comportamientos similares en el futuro. Tal como afirma Gold, “en muchos casos, un refuerzo continuado de experiencias negativas puede resultar en la decisión de finalizar la carrera docente”. La mayoría de profesores noveles comienzan a enseñar con cierta carga de idealismo. Tienen altas expectativas sobre la docencia y confían en poder utilizar los nuevos enfoques en su docencia y transferir sus ideas más innovadoras. Entusiasmar a los alumnos por la materia y ofrecerles oportunidades de participación y desarrollo de sus potencialidades son los principales incentivos que le han llevado a escoger la profesión docente. Están motivados a colaborar en el engranaje organizativo del departamento y facultad, a participar de sus actividades, discutir sobre experiencias, etc. pero esta motivación se va desvaneciendo durante el primer año cuando perciben la apatía de los compañeros hacia sus dificultades, cuando se les asignan los grupos con dinámicas más conflictivas o últimos cursos de licenciaturas, cuando los alumnos se vuelven irrespetuosos o cuando el temor a su desconsideración les impide asumir ante los demás que no están preparados. El lugar de trabajo no es, en muchos casos, lo que habían imaginado. Muchos profesores noveles se encuentran con pocos recursos para hacer frente a los problemas y soportar la presión institucional: la dificultad en la promoción, la poca colaboración colegial son impedimentos añadidos que afectan la satisfacción, interés y retención en la profesión docente. Estos problemas pueden provocar cambios en las motivaciones iniciales, los estilos docentes, las actitudes y los rasgos de personalidad de los profesores noveles. Si estos primeros contactos con la realidad docente no son satisfactorios y la presión no es soportable, el profesor puede acabar abandonando la profesión. En efecto, el desarrollo de un proceso de enculturización y socialización acompañado - entendido como la integración en un centro, la percepción de apoyo por parte de la dirección y compañeros, la preocupación por ayudar a superar las primeras dificultades, el interés por conocer sus opiniones en reuniones y el establecimiento de un clima de colaboración-, es un aspecto clave en la consecución de una experiencia docente satisfactoria. El proceso es aún más satisfactorio si se dispone de un programa de acogida. Diferentes estudios muestran como un número significativo de profesores bien capacitados se han perdido por no proporcionarles un 13 programa de apoyo y formación adecuado que les ayude a superar los primeros dilemas y problemas como docentes. El éxito y la permanencia de los profesores noveles en la profesión, depende de los siguientes factores: • La satisfacción de sus necesidades psicológicas, u ofrecimiento de apoyo emocional, apoyo personal de tipo emocional ofrecido por mentores, expertos u otros profesionales de la institución. Independientemente de la preparación técnica, si a los docentes les falta seguridad personal, confianza en sí mismos, o tienen la sensación de no tener control sobre ellos mismos o sobre el entorno, es poco probable su éxito como enseñantes. • La calidad y tipo de educación recibida. La preparación, los modelos docentes y las experiencias vividas durante los estudios universitarios tienen relación directa con el interés en continuar una carrera docente. • El compromiso inicial de los profesores noveles hacia la enseñanza. Las primeras actitudes y experiencias laborales y las circunstancias donde se desarrollan pueden ser referentes para entender sus futuras decisiones y deberían ser centro de especial atención del director(a) del departamento. • Los programas de desarrollo profesional disponibles abarcan desde las primeras experiencias de prácticas, como responsable de un grupo de alumnos, hasta el tipo de formación pedagógica que se desarrolla en la universidad. Los profesores perciben grandes diferencias entre la idea preconcebida de lo que es enseñar y lo que realmente acontece. • La integración profesional y social en la docencia. La calidad de vida profesional de los principiantes puede tener un impacto a largo plazo en su desarrollo profesional. • El papel de la institución en la retención de los profesores. Existe poca evidencia de una relación directa entre el comportamiento de la institución y el abandono del docente, pero Gold (1997) demuestra que la dirección es, en gran parte, responsable de la insatisfacción del profesorado al tener importantes implicaciones por su potencial contribución en la mejora de las condiciones donde se dan las primeras experiencias docentes. 3. El papel de los departamentos y el área de crecimiento En el contexto universitario, los departamentos y, específicamente, las áreas de conocimiento o unidades docentes son, indudablemente, el contexto idóneo para la integración y socialización de los profesores principiantes. Las áreas de conocimiento asumen el desarrollo del estudio, el asesoramiento y la orientación al profesorado de la universidad, y a la vez posibilitan el intercambio de ideas y la correspondiente actualización y perfeccionamiento profesional del profesorado, la reflexión sobre el rendimiento del alumnado y la investigación de las medidas apropiadas para incentivar una docencia y unos aprendizajes a la altura de las expectativas del alumnado. 14 Los departamentos, como estructuras formales en el seno de una organización, apoyan las tareas de las áreas y/o unidades. Por su especificidad funcional -la integración de la docencia y la investigación- tienen la responsabilidad de constituirse en el mejor contexto de condiciones para llevar a cabo la mejor enseñanza posible, fomentando la participación y la coordinación del profesorado en el ámbito educativo y curricular. Habitualmente, la coordinación del profesorado de un departamento universitario queda reducida a grupos de docentes que imparten la misma materia o materias afines, colaboran en un mismo estudio o proyecto de investigación, o utilizan metodologías similares. También en comisiones heterogéneas se coordinan actividades de tipo elaboración o modificación de reglamentos, programas de mejoras, estudios de perfiles... Es en este contexto, precisamente a partir de su inclusión en grupos de trabajo, donde toma sentido la integración de profesores noveles. Sistematizar una metodología de trabajo para facilitar su integración en un equipo docente o investigador y, consecuentemente, en el departamento tiene grandes ventajas para el profesor novel, pero también para el resto de docentes: • La asistencia de una manera continuada a sesiones sobre docencia permite compartir ideas, plantear dudas y enriquecerse de experiencias mutuas. • Con una figura responsable del grupo y de la docencia de la asignatura, el profesor novel tiene un guía o mentor a quien consultar y solicitar ayuda para resolver dudas concretas. • El hecho de compartir un mismo programa, consensuado previamente, posibilita la reflexión sobre contenidos, metodologías, materiales didácticos y sistemas de evaluación. • La asistencia y observación de clases impartidas por profesores expertos, modélicos a nivel didáctico (shadowing), le permite reflexionar acerca del estilo docente que desea representar. • Finalmente, es importante la ampliación de la participación de los profesores noveles en otros ámbitos, como la coordinación de objetivos, contenidos, metodología y evaluación de otras asignaturas. La formación del profesor novel universitario Los rápidos cambios que se están dando en la institución universitaria exigen al profesorado más flexibilidad, adaptación y un aprendizaje constante. En este contexto, tiene más sentido que nunca la formación de profesores universitarios en general y jóvenes, en particular. Son numerosas las instituciones universitarias en el ámbito internacional que han formalizado la formación inicial pedagógica de su profesorado. En Noruega y en el Reino Unido, por ejemplo, es obligatorio acreditar un curso de formación pedagógica para aquel docente que se presente a concursar. En la 15 Universidad de Maastricht (Holanda), cualquier profesor contratado debe superar un curso sobre el aprendizaje basado en problemas, metodología común a todas las titulaciones que ofrece. Hasta hace poco, a pesar del aumento significativo en número y sofisticación de acciones formativas pedagógicas en muchas universidades y de los cambios en sus políticas formativas sobre los requisitos para llevarlas a cabo, había poca evidencia de su impacto en el aprendizaje de los estudiantes que ayudara a guiar nuevas políticas y a revisar o instaurar cambios en los modelos de formación. La investigación realizada por Gibbs y Coffey (2001) sobre el impacto de la formación inicial en 22 universidades de ocho países distintos culmina un importante proceso de búsqueda de evidencias y puede finalmente justificar la contribución de las actividades de formación inicial a la mejora de la enseñanza de los docentes y sobre todo a la de los aprendizajes de los estudiantes. Dicha investigación se ha llevado a cabo con un grupo experimental (profesores noveles que han recibido formación) y un grupo control (profesores noveles sin formación) estudiados al inicio y al cabo de un año del estudio con objetivo de conocer hasta qué punto: (a) el enfoque docente de los profesores es centrado en el docente y su enseñanza o centrado en los estudiantes y su aprendizaje, y (b) los estudiantes de estos profesores adoptan un enfoque de aprendizaje superficial o profundo. La investigación muestra evidencias claras de cambios positivos en los profesores del grupo experimental (con formación) y en sus estudiantes, mientras que el grupo control mostró cambios negativos (Gibbs y Coffey, 2001). A la vista de sus beneficios, la formación del profesorado novel universitario, debe darse como mínimo a dos niveles: a) una formación inicial pedagógica donde el profesor aprenda a enseñar. Con ésta se dota al profesor de un conjunto de estrategias para organizar una materia o área de conocimiento, es decir, se enseña a diseñar, desarrollar y evaluar la asignatura; así como fomentar dinámicas que favorezcan un aprendizaje significativo o profundo (frigweIl y Prosser, 1999) en los alumnos. El doctorado es un periodo idóneo para desarrollar parte de esta formación inicial. Uno de los objetivos de la formación inicial pedagógica del profesorado universitario es que facilita desarrollar actitudes propias de un profesional reflexivo y critico, pero además podemos destacar que: • proporciona información y recursos a profesores y departamentos para facilitar y mejorar su tarea docente e investigadora, • contribuye a la innovación de métodos, técnicas y recursos didácticos, 16 • compromete al departamento a mejorar constantemente la calidad de la docencia, • enseña a enseñar, promueve la reflexión y el debate sobre la práctica docente (formación, planificación, metodologías, evaluación de la docencia), • facilita la solución de problemas docentes específicos, • investiga sobre diferentes aspectos de la docencia universitaria, • • mejora la relación con los alumnos y con los demás compañeros de departamento y facultad, • acredita, y aunque no garantiza una excelente docencia, facilita poder llegar a ser un buen profesor, b) un programa de iniciación llevado a cabo en los departamentos. Puede contemplar diferentes acciones formativas para el profesorado principiante: planes de acogida, sesiones de discusión sobre la materia, creación de situaciones de enseñanza y aprendizaje o estudios de caso con otros profesores noveles, observaciones en el aula, grabaciones, o tutorización con profesores expertos. La mentorización puede llevarla a cualquier profesor experto y experimentado, preocupado por la mejora de la docencia, capaz de redirigir la variedad de necesidades del profesor principiante en áreas como las curriculares, psicológicas, logísticas y de gestión de la clase. Concretamente, en experiencias de mentorización desarrolladas en universidades nacionales e internacionales, el profesor mentor: • informa del contenido, estructura y tipo de actuaciones y facilidades en que los profesores acostumbran a estar involucrados; • facilita asesoramiento sobre el programa y los temas de las sesiones, las lecturas, el formato y tipo de trabajo escrito que se prescribirá a los alumnos, el tipo de tutoría y asesoramiento a efectuar durante el curso; y • aporta su colaboración en la evaluación de los alumnos, si bien el profesor mentor es quien toma la decisión final sobre las calificaciones. Gold (1997) justifica la intervención de un mentor por cuanto los profesores noveles no pueden enseñar si no tienen conocimientos sobre organización del aula ni habilidades instructivas, y no pueden utilizar estos conocimientos y habilidades si no han satisfecho sus necesidades psicológicas y afectivas. Plantearse cuál es la formación inicial y el seguimiento más idóneo para el profesorado exige conocer en qué etapa de desarrollo se encuentra el 17 profesor principiante. En este sentido, la literatura sobre la naturaleza de los cambios que tienen lugar en los profesores universitarios a lo largo del tiempo, especialmente al inicio de sus carreras como docentes, está creciendo. Dos modelos de desarrollo, en particular, ofrecen pistas significativas a los investigadores sobre qué observar para hacer el seguimiento del desarrollo de la docencia, sobre todo en los programas de formación inicial. El esquema de Nyquist y Wulff (en Gilbert & Gibbs, 1998), derivado de la investigación cualitativa en un gran número de universidades y colleges de Estados Unidos, manifiesta un cambio en las preocupaciones de los profesores: al principio la principal preocupación es sí mismo (el yo), después las habilidades y finalmente el estudiante. El esquema de Kugel (1993) también presenta una evolución parecida basada en cinco estadios: al inicio la atención se centra en el sujeto preocupado por la opinión que van a tener de él los estudiantes, por si se evidenciaran lagunas de conocimiento, por cómo superar el día a día... Una vez superado este primer estadio, el profesor pasa a centrarse en la enseñanzacomo crear interés y motivar a los estudiantes, cómo variar la metodología para hacer más atractiva la asignatura..., y finalmente, se llega a un estadio de preocupación por el aprendizaje de los estudiantes- qué dificultades tienen, cómo sé qué están aprendiendo, cómo puedo ayudarles a que aprendan..., estadio al que muchos profesores nunca llegan. Las experiencias de formación del profesorado noveles que existen, sobre todo en el extranjero, son múltiples y variadas (en contextos anglosajones son, básicamente, para graduate teaching assistants o profesores ayudantes). Las universidades con un programa de formación para este colectivo tienen unas características concretas: • extensa experiencia en formación del profesorado universitario, • programas planificados y contrastados de desarrollo profesional y organizacional, • forman parte de redes virtuales o asociaciones de universidades preocupadas por el desarrollo científico y académico de su profesorado, desde donde intercambian experiencias, publicaciones, iniciativas y con las que organizan conferencias presenciales y virtuales regularmente. • comparten criterios y planteamientos teóricos comunes, sobre los que basar sus acciones formativas, • buscan constantemente informar y persuadir a los líderes educativos del valor del desarrollo instructivo, organizativo y profesional del profesorado en instituciones de educación superior. 18 EL PROFESOR EXPERIMENTADO Se considera un profesor experimentado aquel docente que ya ha atravesado la etapa inicial de profesor novel, y que, de acuerdo a lo señalado en las consideraciones anteriores, sería fácil identificarlo como a un profesor que ya ha ascendido a la categoría de asociado en el escalafón universitario y que supondría una experiencia de, al menos, seis años. Innovación, objetivos y obstáculos en la formación permanente del profesorado La actualización científica, psicopedagógica y cultural de los profesores implica conocer e integrar las innovaciones que se van produciendo a lo largo de los años en el campo de las ciencias de la educación y de cualquier otra rama del saber que incida en el ejercicio de la práctica docente. Como es lógico, conviene también estar al día por lo que se refiere a los contenidos, objetivos y cambios sociales que se producen continuamente en la sociedad. La formación permanente del profesorado como Innovación Toda acción de formación permanente ha de comportar un cierto grado de innovación. En los diseños de planes de formación permanente hay que prever la incidencia de innovación que se producirá tanto individualmente como en el grupo que se forma y en la institución que lo acoge. Por otra parte, la innovación curricular es inherente a la formación permanente que se aporta al profesorado y que éste deberá asimilar. Todo ello comporta en ocasiones una cierta crisis si la situación (o algún sector de la administración) no permite, o no prevé, la innovación, el cambio que la formación necesariamente origina. He aquí pues uno de los temas a tener en cuenta en la formación permanente cuando ésta se institucionaliza. La administración educativa puede llegar en la formación hasta un cierto límite por lo que se refiere a la innovación, no puede aceptar que una formación ofertada por ella se vuelva en un determinado momento en su contra (una formación en ciencias naturales puede comportar lógicamente solicitar una mayor dotación de material, instalación de laboratorios, etc., ya que esa formación prepara al profesorado para mejorar la relación enseñanza-aprendizaje en dichas materias); de ahí una posible dificultad en la realización de formación permanente en zonas deprimidas educativamente ya que el grado de contestación puede ir parejo al nivel de formación. A pesar del riesgo, la administración o instituciones patrocinadoras u organizadora de planes de formación debería entender que cuanta más inquietud y cambio de actitudes genera una formación permanente, mejor ha sido su diseño y realización. Esta relación formación/innovación es también un aspecto fundamental a tener en cuenta por las asociaciones de profesores, sindicatos, movimientos de renovación, etc., en el momento de solicitar de las instituciones una formación permanente para una zona específica. 19 En septiembre de 1973, en la Conferencia sobre “Innovación en el perfeccionamiento del profesorado en ejercicio», celebrada en Milán, a la que asistieron representantes de todos los países pertenecientes en aquel momento a la Comunidad Económica Europea, se llegó a las conclusiones siguientes, las cuales nos suministran una línea coherente de organización de la formación permanente hoy día aún válida: a) Razones que motivan la formación permanente En una sociedad cambiante hay que estar a la altura de la evolución que se va produciendo, tanto para adaptarse a los cambios presentes como para prever los futuros. Dentro del campo educativo, esta constante adaptación es responsabilidad de los profesores para con ellos mismos y para con sus alumnos. b) Los objetivos del perfeccionamiento El perfeccionamiento ha de suministrar a los profesores capacidades y conocimientos nuevos que promuevan una crítica constante de su papel profesional y social. c) Métodos de formación permanente Es importante orientar profesionalmente el perfeccionamiento, preparando a los docentes en métodos de enseñanza activos y técnicas grupales. Es necesario que los profesores sean los agentes más importantes de su propio perfeccionamiento y que colaboren no únicamente con especialistas académicos y educativos sino también con alumnos y padres con la administración y con todo tipo de profesionales. d) Contenidos de la formación permanente Los más fundamentales son: • La adquisición de conocimientos sobre nuevas técnicas pedagógicas y realización de experiencias; • La problemática de las relaciones interpersonales y las técnicas de trabajo grupales; los métodos de análisis crítico de aspectos sociopolíticos, culturales e institucionales que influyen en el proceso educativo, y el análisis de las nuevas funciones del papel del educador. e) Política de perfeccionamiento Se hablaba de tres niveles de actuación: regional, nacional e internacional En el primero, el ámbito regional ha de organizar una red de centros para la innovación de la educación, las actividades programadas han de realizarse en los centros docentes y el perfeccionamiento ha de organizarse en forma de jornadas de estudio, seminarios y cursos. Respecto al plan nacional hay que prever las actuaciones siguientes: programación de las iniciativas de perfeccionamiento del personal docente; creación de estructuras nacionales de apoyo en función de la armonización 20 de diversas situaciones regionales y una coordinación nacional; preparación de «moderadores» (formadores) formados especialmente para conducir los trabajos en grupo en los centros de perfeccionamiento; inserción dentro del horario lectivo de períodos adecuados para la formación permanente de los profesores y, finalmente, organización de cursos de formación para alumnos y padres dirigidos a preparar su participación en los órganos y las actividades escolares. El plan internacional ha de cubrir los aspectos siguientes: organización de seminarios para la formación de responsables y promotores de iniciativas de perfeccionamiento; creación de un servicio de documentación que recoja todo lo publicado en materia de formación y perfeccionamiento; programación de investigaciones financiadas por créditos comunitarios y la promoción de un estatuto jurídico de alcance europeo que permita seguir los periodos de formación y perfeccionamiento en los países miembros de la CEE. Objetivos de la formación permanente del profesorado a) Mejorar las competencias en la ocupación del conjunto del personal de un centro docente (por ejemplo, un programa centrado en la escuela). b) Mejorar las competencias profesionales de un profesor considerado individualmente (por ejemplo, un programa de orientación y formación de un enseñante novel). c) Ampliar la experiencia de un profesor, en el marco de un perfeccionamiento de las perspectivas profesionales o de objetivos de formación (por ejemplo. un curso de formación para las funciones de dirección). d) Desarrollar los conocimientos y el enfoque profesional de un profesor (por ejemplo, una licenciatura en ciencias de la educación). Todos estos aspectos obligan a definir los objetivos de la formación permanente del profesorado pero, antes de definirlos, es necesario relacionar una serie de principios, que constituyen en nuestro país la especificidad de este tipo de formación dentro del sistema educativo: a) La formación inicial del profesorado que emprende su labor en las instituciones de educación superior y la que reciben los licenciados para la educación secundaria no solamente es insuficiente sino que es incapaz de cubrir todas las necesidades profesionales de los docentes; b) ha de haber una continuidad institucional entre la formación inicial y la permanente, de manera que las dos participen en un proyecto educativo coherente, ya que si un sistema educativo pretende estar en constante renovación y perfeccionamiento no puede, si quiere tener éxito, interrumpir el proceso constante de formación de su profesorado; c) la formación permanente del profesorado ha de introducirse dentro de la casuística de una pedagogía de adultos ya que sus destinatarios lo son y ha de ser objeto de estudio como tal; 21 d) La formación permanente del profesorado ha de propiciar que surjan y confluyan motivaciones profesionales, con la finalidad de originar cambios de actitud, dar solución a problemas curriculares mediante el estudio, la experimentación y la reflexión sobre la propia práctica, y no convertirse únicamente en un “recetario” técnico. Todo ello, uniendo la teoría y la práctica en el propio centro docente; e) Hay que establecer diversos tipos de formación permanente según el tiempo de ejercicio y la tarea docente. Esta formación ha de ser obligatoria, debiendo la administración facilitar los mecanismos adecuados para que dicha obligatoriedad no genere conflictos entre el profesorado; f) Los diseños de planes de formación permanente del profesorado atenderán básicamente a la actualización científica, psicopedagógica, cultural, así como al cambio de actitudes necesario para asimilar los avances correspondientes. Estos planes han de ser diseñados coherentemente por personal suficientemente preparado. g) Es necesaria una flexibilidad a la hora de aplicar las directrices de la administración respecto a la elaboración del currículo. Hay que respetar la autonomía del centro docente y del profesorado para que pueda adaptar y perfilar las directrices fijadas de acuerdo con las circunstancias particulares del territorio mismo y de las características del centro docente y de los alumnos (autonomía en la elaboración de proyectos curriculares específicos). h) Finalmente, será necesario diseñar, elaborar y aplicar los mecanismos para evaluar la eficacia de las acciones de formación permanente del profesorado. Como consecuencia de estos principios, los objetivos fundamentales de la formación permanente del profesorado pueden ser: • Estudio, experimentación y reflexión sobre la propia práctica docente y su coherencia pedagógica a la luz de las nuevas aportaciones científicas. • • • • • • Participar en la animación pedagógica del medio en donde se lleva a la práctica un plan de formación permanente. Intercambiar experiencias y reflexiones con otros profesionales mediante el trabajo en equipo. Adquirir nuevas técnicas de trabajo y llevar a cabo la necesaria experimentación profesional. Acceder a centros de recursos, de profesores o de otras instituciones, facilitadoras de la tarea docente y cooperar con los diversos grupos de trabajo que participen para coordinar, explotar y difundir la información relativa a la educación. Capacitar en diversos niveles de la enseñanza para acceder en caso que sea necesario. Participar y colaborar en investigaciones didácticas. 22 • • • Analizar el grupo en general y el grupo clase en particular. Conocer la vigente cultura social del entorno y estudiar cómo integrarlo en la enseñanza. Adquirir actitudes, hábitos y técnicas de autoaprendizaje. Estos objetivos convergen en otro mucho más amplio: cada profesor ha de recibir, a lo largo de su formación permanente, instrumentos que le permitan alcanzar una mayor autonomía (autoaprendizaje) y una maduración suficiente para desarrollar en su profesión el máximo de sus posibilidades docentes. Obstáculos en la formación permanente del profesorado Hay una serie de obstáculos que impiden conseguir los objetivos relacionados en el aspecto anterior y realizar una planificación y ejecución correcta de la formación permanente del profesorado. Estos obstáculos, que a menudo se convierten en auténticos impedimentos muy difíciles de superar, se encuentran en dos ámbitos distintos: por un lado, en el organizativo y, por otro, en la transmisión de contenidos. Obstáculos en la organización de la formación permanente En la organización de la formación permanente del profesor encontramos que los obstáculos provienen de la administración aunque ésta sea la planificadora y organizadora de esta formación de los propios profesores que son los receptores de esa formación. a) De la administración Respecto de la organización, la formación permanente del profesorado se enfrenta, fundamentalmente, con dos problemáticas. Una, abarca el proceso organizativo como tal, en que se plantea la necesidad real de la participación de todos los profesores interesados en los diversos niveles de toma de decisiones, y la otra está relacionada con un nuevo aspecto de la planificación que surge cuando la formación permanente se institucionaliza. La primera cuestión hace referencia a la necesidad que en diseños, diagnósticos, ejecución y evaluación de los planes de formación permanente, con la intención de propiciar aspectos curriculares específicos; que participen diversos grupos de profesores interesados y, que por, tanto se establezca un procedimiento organizativo extenso y descentralizado. Ello comporta la creación de un sistema de comunicación y participación mediante el cual se llegue a todos los profesores, para que éstos puedan participar efectivamente en el proceso organizativo y también en la dirección, coordinación y toma de decisiones. Para conseguir este grado de participación será fundamental suministrar a los implicados los medios para adaptar continuamente los planes de formación a sus necesidades y aspiraciones. La participación de todo el profesorado será necesaria no únicamente en etapa organizativa, sino también en el momento de llevar a la práctica la formación permanente, de manera que se establezca un proceso continuo de 23 modificación e introducción de las estrategias, basado en la experiencia acumulada y, a la vez, en las nuevas necesidades detectadas. La ventaja que supone para los profesores en ejercicio trabajar en este contexto radica en que su experiencia les permite desarrollar un papel constructivo y creativo en el proceso de planificación y decisión. La segunda cuestión está conectada con la primera: es necesario incorporar a la planificación de la formación permanente a las otras instituciones vinculadas directamente al campo de la formación (las dedicadas a la formación inicial, las instituciones públicas y privadas, sean locales o autonómicas...) y a las enseñanzas no reglamentadas. La planificación, la política educativa y los mecanismos administrativos convencionales ignoran generalmente la existencia de una oferta que realizan otras instituciones, asociaciones o movimientos. En este sentido es evidente que no sólo la administración genera formación permanente, sino que también lo hacen (y es conveniente que continúen haciéndolo) otros grupos, instituciones educativas y asociaciones, la aportación de las cuales comporta una diversidad necesaria dentro del propio sistema educativo. Pero todavía hay que superar otro obstáculo en el proceso de institucionalización de la formación permanente: que la administración llegue a diferenciar el tiempo de escolarización de los alumnos y el tiempo de servicio de los profesores. Este tiempo de dedicación tendría que contemplar todas las actividades derivadas de las propias responsabilidades y no limitarse únicamente a la mera presencia delante de los alumnos, la cual no constituye más que la parte más visible. El trabajo del profesor abarca pues un tiempo de formación, de preparación, de organización y planificación, de presencia delante del alumno, de corrección y evaluación y, en definitiva, de reflexión personal. Esta nueva temporalización conllevaría plantear una formación permanente obligatoria para todo el profesorado, ya que el carácter optativo de esta formación encierra una contradicción evidente. Si, por una parte, se considera obligatoria la formación inicial en base a la novedad (y a la dificultad) de la tarea del profesor, por otra, la no obligatoriedad de la formación permanente significa, desde la misma perspectiva, la negación de la novedad y dificultad en los profesores en ejercicio, actitud totalmente ilógica y que, además, supone un estancamiento de la constante adecuación, en el modo y en el tiempo, que debe existir en los procesos de enseñanza y aprendizaje. No obstante, a pesar de su gravedad, parece ser que en la actualidad el mantenimiento del carácter optativo de la formación permanente se debe únicamente a consideraciones de orden material. Se argumenta que posiblemente los medios de que disponemos son todavía insuficientes para afrontar un incremento de las necesidades de formación permanente. Por supuesto, que esta afirmación conviene ser enmarcada en el contexto de las prioridades políticas que establecen los que administran el sistema educativo. Otra de las dificultades importantes con que topa la formación permanente en el aspecto organizativo es la falta de modelos de planes 24 institucionales de formación permanente y de su correspondiente evaluación, aspecto fundamental para realizar una eficaz formación permanente, ya que ésta no puede depender únicamente de la voluntad política, intuición o improvisación del momento. b) Del profesorado Uno de los aspectos negativos, en proceso de extensión en los países occidentales, en la formación permanente del profesorado, es la notoria disminución de la asistencia y participación de los profesores cuando no ven la posibilidad de conseguir, mediante esta formación, una cierta promoción personal o algún otro incentivo. Para muchos profesores, si la formación permanente va a suponer aumento de la calidad de la educación y una capacitación más adecuada a la enseñanza actual, ha de significar también un mejoramiento del propio estatus profesional, sobre todo en una profesión, donde, al menos actualmente, la promoción en la carrera profesional es casi nula. Esta consideración ha supuesto en diversos países y en algunas zonas del nuestro, en los últimos años, problemas de asistencia a determinados cursos organizados por la administración, concretamente a causa de la falta de institucionalización de la promoción de los profesores y también del incremento de la demanda de certificaciones al finalizar cualquier actividad de formación permanente, lo que demuestra que buena parte del profesorado exige una certificación que le permita, cuando le sea necesario, modificar su situación dentro del sistema educativo. Si bien es cierto que a mediano plazo carecer de posibilidades de promoción puede suponer un gran obstáculo para la formación permanente, en nuestro país esta circunstancia aún no constituye hoy en día un obstáculo muy evidente, ya que por la situación de nuestro profesorado y el proceso educativo (juventud, necesidad de superar viejos esquemas producto del pasado, concienciación del proceso de reforma del sistema...) muchos profesores no desean aún tanto ser recompensados promocionalmente, como participar en un plan de formación permanente coherente y adecuado a sus necesidades profesionales. Ello no evita que pueda ser a mediano o largo plazo uno de los grandes obstáculos en los que pueda encontrarse la formación permanente y, por ende, la renovación educativa, si no establecen criterios democráticos de promoción entre el profesorado. Otro obstáculo que hay que tener presente y tratar de superar es el corporativismo cuando la formación permanente no va acompañada de una certificación acreditativa, sobre todo en la formación en ejercicio en el propio centro docente donde el profesor asiste como miembro de un grupo y no únicamente como individuo aislado (ya que la necesidad y la institucionalización de la formación permanente relativiza la acumulación de títulos y diplomas, creando una reacción en contra a una tendencia en un determinado sector del profesorado de obtención de diplomas, títulos o certificaciones). Otros obstáculos ya han estado expuestos anteriormente, entre los cuales cabe destacar el tiempo de dedicación a las tareas de formación 25 permanente, lo que significa acabar con la voluntariedad de estas tareas y la superación de actitudes negativas en relación al cambio. Obstáculos en la transmisión de la formación permanente Estos obstáculos no difieren en conjunto de los que se plantean en cualquier relación educativa. Se trata, en síntesis, de saber transmitir, de la mejor manera posible, los contenidos de la formación. Pero este aspecto tiene una dimensión particular en el caso de la formación permanente en función de la demanda de “recetarios”- que se produce por parte de algunos profesores en la búsqueda de soluciones que mejoren su actividad profesional. Actualmente es fácil comprobar que el profesor demanda una formación más metodológica o de determinados modelos pedagógicos. El hecho de que, por una parte, los profesores en formación soliciten básicamente “recetas” didácticas y que, por otra parte, los formadores se sitúen en niveles altos de elaboración conceptual y a veces carentes de preparación psicopedagógica, supone el riesgo de dejar inacabada esta “transmisión” y de enfrentar, por un lado, teorización y, por otro, práctica. El problema es importante y su solución inaplazable. Una formación permanente del profesorado ha de tener en cuenta la existencia simultánea de otros modelos de desarrollo cultural, a los cuales los profesores tienen acceso a través de los medios de comunicación. Por ejemplo, la formación permanente ha de introducir elementos no estrictamente académicos y que han de estar presentes en los modelos de formación del profesorado. Se trata de resolver el problema que supone combinar la dedicación académica del enseñante con las exigencias de la auto educación, objetivo último de una formación coherente. Esta dificultad no es insuperable pero su resolución dependerá tanto de la formación inicial, de la permanente y de los procedimientos de transmisión de la cultura que hayan recibido los enseñantes, de las actitudes que han desarrollado a lo largo de su formación y de las formas institucionalizadas que pueden adoptar al mismo tiempo el centro docente y la formación de sus profesores. La formación permanente del profesorado ha de responder efectivamente a las preocupaciones reales, inmediatas, de estos. En el ámbito pedagógico esta exigencia tendrá una consecuencia importante: el formador de cursos o seminarios de formación permanente, antes de nada, ha de escuchar al profesor asistente (conocer sus concepciones sobre determinados hechos educativos). A partir de aquí, la formación del profesorado reclama una relación educativa a base de intercambios, reflexiones, aportaciones teóricas, experimentación, etc.; en fin, una metodología a la vez ascendente y descendente en el estudio de la práctica docente. 26 EL DOCENTE Y LAS ESTRATEGIAS METODOLÓGICAS En la función de enseñanza es importante que el docente considere la utilización de estrategias metodológicas adecuadas, que involucren a los agentes educativos y garanticen la participación activa de los educandos en el proceso enseñanza-aprendizaje. CONCEPTO DE APRENDIZAJE • Se aprende lo que se hace, lo que se practica, porque de otra forma se incurre en el olvido. • Regularmente, el aprendizaje se da de manera intencional. Aprendemos lo que nos interesa (dominar un idioma, tocar un instrumento, conducir en automóvil). Todo lo que es premiado (por la sociedad, por los profesores, debido a los beneficios que reportará) se aprende más fácilmente. • Cuando se relaciona lo que desea aprender con lo que se conoce o se sabe, se hace más fácil integrar la información porque resulta familiar. • El aprendiz transforma y crea nueva información, competencias y actitudes. En estas afirmaciones se resumen una serie de aspectos que caracterizan a una situación de aprendizaje y que pudiera ayudarnos a sacar la siguiente conclusión: El aprendizaje es el proceso mediante el cual los individuos adquieren cambios de conducta más o menos permanente, no atribuible a la madurez. Existe una modificación o transformación en la conducta, que no es aprendizaje, y que se refiere a aquellas transformaciones derivadas de la madurez, como, por ejemplo, el caminar, ya que este cambio de conducta es producto o resultado de procesos fisiológicos en el individuo. Lo que sí constituye un aprendizaje es la respuesta del individuo a determinada situación, cuando ha recibido estímulos del medio ambiente externo y se produce la modificación de conductas en términos permanentes. CONCEPTO DE ENSEÑANZA Es el proceso mediante el cual el docente selecciona y brinda al educando situaciones que promueven respuestas de conductas deseadas y originan experiencias útiles. Estableciendo una relación entre los conceptos de enseñanza y aprendizaje podemos concluir lo siguiente: 27 • La enseñanza conduce al estudiante a reaccionar ante determinadas situaciones estimulantes a fin de que sean alcanzados ciertos objetivos. • En el aprendizaje el individuo responde a, y recibe estímulo de un medio ambiente externo. • El aprendizaje se logra por la conducta activa del aprendiz y, para comprobar que éste ha aprendido, el docente usa como referencia la ejecución de la conducta. Etimológicamente el término enseñanza procede del latín in-signare, que significa poner un signo, señalar, mostrar. En el sentido coloquial, enseñanza equivale a transmitir conocimientos o a instruir, acciones que requieren intencionalidad y relación de comunicación. La enseñanza es, por tanto, un acto comunicativo, un acto por el cual el docente pone de manifiesto los objetos de conocimiento a través de la aportación de nuevas significaciones. Por eso hay que plantear la enseñanza como una adquisición de aprendizajes, lo que implica la participación del alumno. La adquisición de aprendizajes se basa en la correlación entre enseñar y aprender, similar a la que existe entre vender y comprar, tal como lo señaló Dewey. En una visión técnica, exclusivamente normativa, se pone énfasis en la acción docente, en la enseñanza centrada en el tratamiento, y se deja casi en el olvido la acción discente, en la que el alumno no debe limitarse únicamente a similar y a reproducir el conocimiento. En esta visión reduccionista e insuficiente, lo que importa son las actuaciones docentes y los resultados obtenidos por los alumnos. Se supone que, mediante determinadas pautas de actuación, cuanto más programadas mejor, valiéndose de determinados materiales y recursos, es posible conseguir de los alumnos aquello que se pretende. LAS TEORÍAS DE INSTRUCCIÓN Y EL PROCESO DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE Las teorías de instrucción se pueden definir como un cuerpo de conocimientos organizados sistemáticamente, en el que las leyes y principios dan significación e interpretación al fenómeno instruccional. La importancia de estas teorías de instrucción es que toman fundamentos de las teorías psicológicas del aprendizaje y los desarrollan en diferentes metas y contenidos, tomando en cuenta el ambiente educativo y los contextos sociales. La mayoría de los autores han planteado que no existe una teoría única de la instrucción. En todo caso, la finalidad de las teorías de instrucción es la de proveer una visión de conjunto del proceso instruccional, por lo cual se sugieren medios y métodos para llevar a cabo la enseñanza de una manera más efectiva. 28 Para tal efecto es preciso analizar las teorías de instrucción según los más renombrados autores en sus concepciones como tales y su relación con la selección de estrategias y medios de instrucción y, asimismo, la relación entre las teorías de instrucción y del aprendizaje. Jerome Bruner -Para Bruner, aprender es captar la estructura. El estudiante participa activamente en un ambiente de aprendizaje por descubrimiento, en el cual las nuevas situaciones son confrontadas con situaciones anteriores, lo que conduce al aprendiz a la resolución del problema. -Bruner utiliza los métodos inductivo y deductivo en función de las necesidades del que aprende. Fundamentalmente, plantea formular actividades de aprendizaje que motiven al aprendiz y le permitan establecer relaciones entre las situaciones dadas y el entorno donde se desenvuelve. Robert Gagné -Concibe la enseñanza como la planificación de un conjunto de eventos destinados a iniciar y activar el aprendizaje de los alumnos. -El aprendizaje es definido como una nueva capacidad adquirida por el organismo sobre la base de comportamientos anteriores, en interacción con el medio ambiente. -Para Gagné la estrategia está en función de los siguientes eventos: activar la motivación, informar al estudiante de los objetivos, estimular la memorización, orientar el aprendizaje, intensificar la retención, formular la transferencia, producir la actuación y proporcionar realimentación. Burrhus Frederick Skinner -Concibe la instrucción como sinónimo de enseñanza. El maestro es un instructor que modifica la conducta del aprendizaje. -Es considerado como la disposición gradual de las contingencias de refuerzo. -El aprendizaje es el resultado de la relación entre refuerzo y recompensa; es decir, las situaciones se organizan de tal forma que las respuestas dadas por el sujeto se refuercen y aumente su probabilidad de aparición. De allí la importancia de las contingencias de refuerzo. -Skinner es el promotor del sistema de instrucción programada. En esta estrategia utiliza los refuerzos y contingencias de refuerzo. 29 Carl Rogers -Para Rogers, enseñar es facilitar el aprendizaje. Su significado está en relación directa con las experiencias del aprendiz y las motivaciones del medio ambiente. -Este autor considera que aprender es una característica innata del individuo, en la búsqueda del funcionamiento y desarrollo de sus potencialidades. Plantea que hay dos tipos de aprendizaje: memorístico y significativo. El aprendizaje memorístico es poco duradero, no tiene sentido para el que aprende. El aprendizaje significativo o vivencial introduce cambios o modificaciones en la conducta, actitudes y personalidad del individuo. El rol del docente dentro del proceso de instrucción es el de facilitador del aprendizaje de los estudiantes, proporcionándoles las condiciones ideales para lograr el aprendizaje significativo o auto dirigido. Los recursos utilizados no son preestablecidos por el docente, sino que son determinados en función de las necesidades del grupo. Propone los más comunes, como libros, equipos de laboratorio, rotafolios, películas, grabaciones, etc. Igualmente, se considera la utilización de recursos humanos que puedan aportar conocimientos para el logro del aprendizaje significativo. Las teorías instruccionales brindan orientación con respecto a lo que debe ser enseñado y cómo debe hacerse para que el aprendiz alcance los logros preestablecidos dentro de una situación real. En la actualidad se evidencian posiciones bastante diferenciadas; se otorgan un carácter descriptivo a las teorías del aprendizaje y un carácter prescriptito a las teorías instruccionales. Al respecto, Draegert, Izaguirre y Martínez (1994) afirman que “las teorías del aprendizaje son las que proporcionan el como se lleva a cabo el proceso de aprendizaje, y las teorías instruccionales plantean la organización del proceso de enseñanza” En líneas generales, las teorías de aprendizaje podrían considerarse la plataforma del proceso de enseñanza-aprendizaje, mientras que las teorías instruccionales materializan dicho sustrato a través del diseño y desarrollo de la instrucción. PRINCIPIOS DEL APRENDIZAJE Y SU IMPORTANCIA EN RELACIÓN CON LAS ESTRATEGIAS Y RECURSOS. En la actualidad hay una serie de conocimientos o teorías, que son el resultado de las investigaciones educativas realizada en diversos países. Estas investigaciones nos han permitido establecer un conjunto de principios que son importantes y sirven como guía en la selección de estrategias de aprendizaje. 30 Estos principios son: Preparación previa Al diseñar un evento de aprendizaje (curso, taller, clase) hay que determinar los conocimientos y habilidades previas necesarias para la participación, asegurarse de que la audiencia o población a la cual va dirigido cumpla con esas condiciones. Estos conocimientos y habilidades constituyen el prerrequisito que los participantes deben poseer para su participación y, asimismo, son el punto de partida para articular los nuevos conocimientos y habilidades con el conocimiento y experiencias que aporta el participante. Motivación Al existir motivación en el estudiante, la atención se concreta y se facilita la retención. Por ello, el que diseña las situaciones de aprendizaje debe buscar mecanismos para estimular y activar la motivación en el participante. Diferencias Individuales Cada persona aprende a un ritmo distinto, establece su propio ritmo, por lo que las experiencias de aprendizaje deben diseñarse para que cada participante pueda avanzar según su capacidad. Se deberán tomar en cuenta las diferencias individuales y proporcionar materiales que puedan ser utilizados individualmente, según los hábitos de aprendizaje de cada cual. Refuerzo Positivo A medida que se recibe retroalimentación inmediata sobre el aprendizaje la motivación aumenta. En la situación de aprendizaje, al referirse a su diseño se debe incluir formas de evaluación y auto evaluación que le permitan al estudiante confirmar sus avances y logros y, asimismo, verificar cuáles son sus debilidades y fallas. Aplicación En todo aprendizaje se deben proporcionar oportunidades de aplicación a través de ejercicios, prácticas, simulación y otras estrategias que, en lo posible, guarden semejanza con las condiciones y características del entorno para el cual se planificó el aprendizaje. Presentación estructurada de la información El diseño debe garantizar que el contenido informativo se presente estructural mente, subdividido en unidades y utilizando las estrategias y recursos que mejor se correspondan con las características de los contenidos. 31 Con el propósito de orientar al docente en su labor de facilitador de este proceso, a continuación se presenta una información general sobre estrategias metodológicas. Estrategias metodológicas Se entiende por estrategias metodológicas el conjunto de métodos, técnicas y recursos que se planifican de acuerdo con las necesidades de la población a la cual van dirigidas, los objetivos que persiguen y la naturaleza de las áreas y asignaturas; todo esto con la finalidad de hacer más efectivo el proceso de enseñanza-aprendizaje. Dentro de esta concepción, el docente debe mantener una actitud constante de observación y estudio que le facilite la aplicación de estrategias metodológicas adecuadas, el aprovechamiento de los métodos, técnicas y recursos, y la estructuración de nuevas formas de enseñanza que se ajusten más a la realidad e intereses reales de los educandos. Selección de estrategias. Existen diversos criterios que permiten seleccionar las estrategias más adecuadas a determinada situación de aprendizaje, a saber: Las características biopsicosociales del educando. En lo referente a este aspecto para la selección de la estrategia, el docente debe conocer el grado de desarrollo del adolescente, analizar las operaciones cognoscitivas que el educando es capaz de realizar, y tomar en cuenta los conocimientos previos del alumno. Esto garantiza el logro de aprendizajes significativos y una motivación constante. Los objetivos que se desean lograr. El docente debe tomar en cuenta el dominio a que se refiere el objetivo (cognoscitivo, afectivo, psicomotor) para entonces determinar el método, la técnica y los recursos a utilizar. Por ejemplo, la demostración es una técnica válida para lograr aprendizaje de destrezas, y la reflexión grupal es más adecuada para lograr la comprensión de un concepto. Los distintos métodos del proceso enseñanza y aprendizaje. Se debe considerar el momento del proceso en el cual se aplicará: por ejemplo, la exposición puede ser adecuada al iniciarse el desarrollo de un tema, como motivación inicial, no tanto en el momento de desarrollo de la clase, donde es importante la participación activa del educando. El tiempo y el ambiente natural y social. Es necesario tomar en cuenta el tiempo previsto para aplicación del método o técnica, así como la disponibilidad y características del ambiente (aulas, laboratorios, talleres, bibliotecas, etc.). Tamaño del grupo. El docente debe tener presente, que para la aplicación de determinadas técnicas, es necesario conocer el número de alumnos a quienes le facilitará la enseñanza; por ejemplo, la demostración 32 pudiera ser aplicada si el docente cuenta en su aula con treinta y ocho alumnos; sin embargo, el role playing será más efectiva con grupo más pequeños. Por último es importante resaltar que ninguna estrategia es superior a otra, sino que su efectividad depende de la adecuada selección y aplicación por parte del docente, en correspondencia directa con las características del grupo y del educando. METODOS Y TECNICAS El docente tiene a su disposición un conjunto de métodos y técnicas para seleccionar y aplicar aquellas que considere más efectivas. Antes de presentar, a manera de sugerencia, algunos métodos y técnicas que pueden ser aplicados en el proceso enseñanza y aprendizaje, es importante dar una definición tanto de método como de técnica. Método, etimológicamente, significa "camino para negar a un lugar determinado" En lo que respecta al proceso enseñanza-aprendizaje, método es el camino, el modo de enseñar y aprender. Técnica significa "cómo hacer algo", por consiguiente una técnica de enseñanza "es un procedimiento que se adopta para orientar las actividades del docente y del alumno durante el proceso enseñanza y aprendizaje" Según Ferrater, “si el método se define como un camino para llegar a un fin, la técnica incluye una serie de reglas mediante las que se consigue algo”. Visto de esta manera, la técnica es indispensable para el método y forma parte de él. El que ambos conceptos se definan de una manera similar ha hecho que muchas veces se confundan. Las técnicas didácticas constituyen el conjunto de recursos y estrategias metodológicas que utilizan los docentes en la práctica educativa. Los profesores están concientes que la labor diaria está llena de recursos técnicos y que, aun cuando diferentes escuelas utilicen un mismo método, a la hora de aplicarlo pueden emplear técnicas diferentes, consiguiendo con ellas el fin propuesto. Las estrategias que puede emplear el docente básicamente se agrupan en torno a las siguientes funciones: • Las estrategias metodológicas respecto a la organización de los contenidos. • Las estrategias metodológicas respecto a la exposición de los contenidos. • Las estrategias metodológicas respecto a las actividades del alumnado La teoría y la práctica se dan cita en el salón de clases y lo convierten automáticamente en un laboratorio de programación y experimentación del trabajo en grupo. Para hacerlo posible el profesor necesita toda una información sobre el grupo concreto: su estructura, composición, roles, 33 liderazgo, madurez, conflictos, es decir, determinar su dinámica interna y externa. Estos factores ayudarán a determinar la función del profesor, así como la organización de su tarea. Es obvio que el ejercicio le proporcionará constantemente elementos de análisis para revisar las estrategias del aprendizaje. Pero el docente no puede actuar en solitario, ya que su labor tiene lugar en una comunidad educativa. En la práctica, a la hora de realizar su trabajo aparecen dificultades; la mejor ayuda que un profesor encuentra al aplicar las técnicas y topar con obstáculos de diversa índole, proviene de los compañeros de equipo, del análisis de la realidad con los mismos alumnos, de la contrastación de experiencias con otros profesores y del asesoramiento de expertos. No parece aconsejable adoptar actitudes regresivas sino más bien esforzarse por continuar utilizando el trabajo en grupo como una técnica eficaz. Las características de la institución, los espacios, las aulas, los alumnos, etc., han de determinar la adecuación o la creación del proceso de trabajo y son irrenunciales; sin embargo, la fijación de los objetivos o propósitos que se quieren alcanzar, la metodología a seguir, las orientaciones sobre el papel del profesor y, sobre todo, las anotaciones antes, durante y después de la realización de su actividad docente para poder preparar, revisar o reajustar el conjunto de las actuaciones del docente. Se trata, pues, de técnicas flexibles que el profesor creativo puede incorporar habitualmente en el aula, huyendo así de la monotonía y de la reiteración que tanto desmotivan a los alumnos. ¿Qué hacer con los problemas? En el aula los problemas no deben reprimirse, congelarse ni proyectarlos al exterior…sino resolverse, porque tal como afirma Ulich (1974) “Por más que se ponga en duda la paulatina humanización de la sociedad, una de las condiciones previas a este proceso es la humanización de las relaciones en la escuela”. Con base en las ideas expuestas por Nerici, los métodos y técnicas se pueden caracterizar de la siguiente manera: METODOS TECNICAS - Son procedimientos generales basados en -Son medios específicos usados en una principios lógicos que pueden ser comunes a varias ciencias. ciencia determinada o en un aspecto particular de la misma. -Se refieren a la forma de presentación - Son más amplios que las técnicas, inmediata de cualquier área o asignatura. abarcando aspectos generales de la acción didáctica -Son un conjunto de pasos que van desde la presentación del tema hasta la verificación del aprendizaje. -pueden hacer uso de un conjunto de técnicas. -Son procedimientos didácticos que ayudan a realizar una parte del aprendizaje que se persigue con el método. -Utilizan los recursos didácticos para un aprendizaje efectivo con los educandos. 34 Además, casi todos los métodos de enseñanza pueden asumir el papel de técnicas, así como casi todas las técnicas de enseñanza pueden asumir el papel de métodos, según la amplitud que adquieran el orientar el aprendizaje. En tal sentido, si durante toda la clase se estudia un tema o unidad sobre la base de preguntas del docente a los alumnos, puede decirse que se emplea el método de interrogatorio, pero si se utiliza sólo en algunos momentos de una clase expositiva, podría decirse que es la técnica del interrogatorio. Los teóricos de la didáctica han propuesto diversas formas de clasificación de los métodos y técnicas de enseñanza que permiten tener una visión general de los distintos métodos y técnicas existentes. Tomando como punto de partida estas clasificaciones se propone la siguiente: De acuerdo con Luna y otros (1976) los métodos de enseñanza pueden clasificarse en relación con los siguientes criterios: CRITERIOS DE CLASIFICACIÓN METODOS DE ENSEÑANZA En cuanto a: a) deductivo 1. Forma de razonamiento b) inductivo c) analógico o comparativo d) analítico e) sintético 2. Actividades de los alumnos: a) pasivo b) activo 3. Aceptación de lo enseñado a) dogmático b) heurístico 4. Formas de comunicar la información: a) comunicación directa b) interacción docente-alumno c) comunicación grupal 5. Enseñanza individualizada y socializada: a) proyectos b) solución de problemas 6. Presentación del conocimiento: a) globalización b) especialización 35 ELEMENTOS A SER CONSIDERADOS EN EL DISEÑO DE LA ESTRATEGIA INSTRUCCIONAL La estrategia instruccional forma parte del diseño del proceso de enseñanza y aprendizaje, por lo tanto ella debe ser elaborada en función de una determinada necesidad, que debe responder a: El nivel de la audiencia. Los objetivos de aprendizaje Una selección de contenidos Una adecuación de los recursos o medios instruccionales Un sistema de evaluación. Determinación de la necesidad instruccional Debe justificarse la existencia de un problema cuya solución sea de tipo instruccional. Formulación de objetivos de aprendizaje Se establecen los objetivos, es decir, cuáles son las conductas o competencias que debe alcanzar o evidenciar el alumno una vez finalizada la instrucción. La descomposición en objetivos terminales y la determinación de las conductas de entrada, al ser contrastadas con las características reales de los estudiantes, orientan la especificación de los objetivos, que corresponden a esos aprendizajes intermedios que conducen al logro del aprendizaje final. Adecuación de los recursos o medios instruccionales Los recursos o medios seleccionados deben estar acordes con la estrategia de instrucción seleccionada y no perder de vista el logro de los objetivos propuestos. 36 El establecimiento de un sistema de evaluación Esto implica considerar el tipo de aprendizaje a que se pretende alcanzar, cómo se va a alcanzar (estrategias), mediante cuáles recursos, por lo cual es necesario establecer parámetros confiables, es decir, instrumentos válidos para evaluar el logro de los objetivos. TÉCNICAS INSTRUCCIONALES Es sabido que, en el ámbito específico de la situación de enseñanza aprendizaje, todos los aspectos vistos determinan la concepción de la estrategia que el facilitador del aprendizaje debe seleccionar para ayudar a un logro más efectivo de los resultados que espera en el participante. En este caso, es bueno centrarse en la experiencia directa que se desarrolla durante la interacción aprendiz-docente, independientemente de la modalidad y método seguido, traducida en la ejecución compartida de un conjunto de técnicas y actividades que tanto el facilitador como el participante realizan, en un diálogo didáctico permanente cuya característica principal debe ser la bidireccionalidad y realimentación constante. Las técnicas son los procedimientos de instrucción seleccionados para ayudar a los estudiantes a internalizar los contenidos o mensajes instruccionales y así facilitar el logro de los objetivos. Las técnicas comúnmente se confunden con los métodos. En tal sentido, Szczurek (1998) señala que “los métodos, se refieren a procedimientos más generales aplicables por lo común a diversas áreas del conocimiento, mientras que las técnicas son procedimientos regulares y funcionales más específicos, propios de ciertas disciplinas”. En este aparte es muy importante mencionar las técnicas más pertinentes; algunas, inclusive, tomadas del campo de la dinámica de grupo. Exposición Consiste en la presentación oral de un tema lógicamente estructurado. El recurso principal de la exposición es el lenguaje oral, por lo que debe ser objeto de la máxima atención por parte del expositor. La exposición es la base de lo que se denomina la lección o clase magistral, especialmente útil para informar y exponer los hechos, los conceptos y las ideas, y naturalmente también las relaciones, los principios, los criterios y las opiniones que mantienen diferentes autores sobre el tema en cuestión, así como para expresar las propias consideraciones al respecto. 37 La exposición debe permitir que el alumnado adquiera una visión global del tema y para ello es importante que el profesor exprese sus ideas de forma sistemática, conectándolas unas a otras. Panel Consiste en la reunión de una o varias personas especializadas que expresan sus ideas sobre un determinado asunto ante un auditorio, de manera informal y dialogada en tono de conversación y de intercambio de ideas. Para poner en práctica esta técnica es necesario que el docente designe a los panelistas o alumnos interesados en el tema seleccionado. Igualmente se selecciona un coordinador o moderador, que además de presentar los miembros del panel ante la audiencia, orienta el diálogo y formula preguntas motivadoras y, finalmente controla el tiempo y establece el mecanismo para las conclusiones más relevantes. Demostración Es la ejemplificación o exhibición práctica de un enunciado, no suficientemente comprensible, de una teoría del funcionamiento o uso de un aparato o de la ejecución de una operación cualquiera. Esta técnica se caracteriza por la realización de una actividad modelo por parte del docente y se aplica una vez que los estudiantes han adquirido una comprensión inicial del tema, Seminario Un grupo reducido investiga o estudia intensivamente un tema en sesiones planificadas, recurriendo a fuentes originales de información. Para desarrollar esta técnica el docente selecciona el tema, organiza la agenda previa, indica la bibliografía, selecciona los asesores, y dispone el sitio donde se va a trabajar, así como el horario. Debate Un grupo reducido con opiniones divergentes trata un tema en discusión informal, con la ayuda de un conductor u orientador. El tema a discutir debe ser seleccionado de antemano de manera que los alumnos dispongan de tiempo suficiente para documentarse. Se debe nombrar un moderador, que organice el debate, encause la discusión, y un secretario que anote las conclusiones y las lea. Estas servirán de aporte a las conclusiones finales. Desempeño de roles o "role playing" Dos o más personas representan una situación de la vida real asumiendo los roles del caso, con el objeto de que pueda ser mejor comprendida y tratada por el grupo. 38 Esta técnica que también se conoce como dramatización, tiene como finalidad que los alumnos comprendan, analicen y discutan una actividad, un tema o una situación concreta. Por ejemplo, como actuar cuando nos es presentada una persona desconocida, la obediencia a los padres, la incomprensión de los adultos, etc. Taller Se fundamenta en una relación directa entre participantes y facilitador, cuyo propósito básico es lograr la integración de los basamentos teóricos con la ejecución práctica. Existe poca diferencia entre un taller y un seminario. Con esta técnica se pretende estudiar a plenitud un tema para exponerlo. Cada subgrupo debe analizar y discutir el aspecto que le corresponda para formular conclusiones en el equipo. Una vez logrado esto, se reunirán nuevamente todos para dar a conocer sus conclusiones, lograr un acuerdo general y realizar un resumen del trabajo realizado. Phillips 66 Grupos de seis personas, durante seis minutos, expresan sus opiniones sobre un determinado tema y obtienen conclusiones generales. Esta técnica, creada por J, Donald Phillips, tiene como objetivo lograr la participación de todos los integrantes, conocer en poco tiempo sus distintos puntos de vista, crear un ambiente informal donde los alumnos más inhibidos puedan expresarse con confianza, y obtener información u opiniones acerca de un problema a fin de tomar las decisiones que interesen a los integrantes del grupo. Torbellino de ideas ( brainstorming) Consiste en la participación o exposición en forma libre de las ideas o soluciones que propone cada integrante de un grupo en relación con un tema o problema planteado en un clima informal. Se recomienda emplear esta técnica para aportar soluciones a un problema, proponer formas de realizar un trabajo, estimular la creatividad y la imaginación. Por ejemplo, cuando se trate de organizar una fiesta de fin de curso, de crear una biblioteca, etc. Discusión en grupos Intercambio mutuo de ideas y opiniones entre los integrantes de un grupo relativamente pequeño con el fin de comprender un hecho, sacar conclusiones o llegar a decisiones. Con el uso de esta técnica, el tema a discutir debe ser escogido con anterioridad; el día señalado para tal fin, el moderador organiza el grupo en subgrupos y explica o les recuerda como debe como debe realizarse el trabajo. 39 Estudio dirigido Consiste en hacer que el alumno, individualmente o en grupo, estudie un tema o unidad con la extensión y profundidad deseada por el docente, sobre la base de una guía elaborada por este. Fichas de estudio El tema de estudio se organiza con base en tres fichas: una en la que se presenta el asunto a estudiar, otra en la que se proponen ejercicios, y una tercera que contiene las respuestas a los mismos. Proyecto El estudiante, recurriendo a diversas fuentes bibliográficas, realiza una investigación sobre un tema en particular y redacta luego un informe sobre el mismo. CRITERIOS PARA INSTRUCCIÓN LA SELECCIÓN DE LAS ESTRATEGIAS DE Es muy probable que al momento de seleccionar una estrategia surjan las siguientes preguntas: ¿Cómo elijo un método? ¿Sobre qué base elijo? ¿Qué aspectos deben tener en cuenta los docentes para seleccionar una metodología apropiada? La respuesta a estas interrogantes muy probablemente será la elección de aquellos métodos que se ajusten mejor a sus propósitos. En tal sentido se presentan algunos criterios, como punto de partida, que condicionan la selección. 1. La adecuación de los métodos a los objetivos de aprendizaje Debe considerarse tanto el dominio de conducta como el nivel o categoría del objetivo. Las estrategias que permitan mayor interacción son más aptas para el cumplimiento de objetivos afectivos y sicomotores y objetivos cognoscitivos del más alto nivel (síntesis y evaluación). Las estrategias en las que se enfatiza la actividad independiente del alumno son también aptas para los objetivos cognoscitivos de alto nivel. 40 2. La complejidad de la información a ser transmitida A mayor complejidad mayor trabajo independiente. Las estrategias de menor interacción pueden usarse, sin embargo, como promotoras del aprendizaje al inicio de la adquisición de la información. 3. La necesidad de motivar al estudiante Para que el alumno aprenda eficazmente requiere de un elevado grado de motivación. Muchas veces es necesario sustituir estrategias que no son las más motivadoras. En general, las estrategias que inducen mayor grado de motivación son aquellas que enriquecen la situación de aprendizaje con imágenes interesantes de la realidad, desplazamiento fuera del aula, y las que dan al alumno mayor oportunidad de participar activamente. Conviene utilizar este tipo de estrategias, sobre todo al inicio de cursos o unidades. 4. La habilidad de los estudiantes La estrategia debe adaptarse a las características de los estudiantes. Se ha observado que aquellos grupos que tienen poco conocimiento o habilidad sobre una determinada materia aprenden mejor al principio, con estrategias en las que el docente o profesor tienen un papel más protagónico. En los grupos de mayor nivel intelectual y con buenos conocimientos de base se recomiendan los procesos que proporcionen mayor capacidad de dirección al alumno. 5. Adecuación a la situación Comprende variables como el tiempo, espacio, tamaño del grupo; éstas condicionan el tipo de metodología. 6. Adecuación de los métodos al proceso de enseñanza y aprendizaje En este criterio consideramos los momentos del proceso: iniciación, desarrollo, culminación. Es así como el trabajo individual para la adquisición de habilidades en la redacción es oportuno para una fase de desarrollo pero no puede serlo para la fase inicial. 7. Adecuación a las actividades de los estudiantes Un método y una técnica serán pertinentes en la medida en que favorezcan la recepción de la información, la capacidad de reacción por parte del alumno y las oportunidades de éste de llevar adelante un aprendizaje autónomo. 41 Al seleccionar una técnica, ésta nos sugiere todo un conjunto de pasos o actividades que le son propias. Por esta razón, todo docente debe conocer y manejar con propiedad toda la información con relación con las técnicas de instrucción que seleccione, porque de ello dependerá la eficiencia y efectividad de la estrategia de instrucción y del proceso de enseñanza - aprendizaje. Existen diferentes criterios que nos permiten seleccionar la (s) técnica (s) que más se ajusten a una situación de enseñanza y aprendizaje determinada. Entre estos criterios tenemos: 1. 2. 3. 4. El tipo de aprendizaje planteado en el objetivo El tamaño del grupo Las fases de instrucción La modalidad de instrucción Resulta de gran valor para cualquier docente clasificar las técnicas de instrucción basándose en los criterios anteriormente señalados. De esta forma se podría determinar cuál será la técnica más apropiada para enseñar una destreza motora o identificar las técnicas para trabajar con grupos pequeños. No se puede decir que una técnica es superior a otra en todas las situaciones. La utilidad y eficacia de las técnicas dependerá de la situación en la cual se aplica, las características de los alumnos, los tipos de aprendizajes que se quieran lograr, el momento de la instrucción y las destrezas y habilidades del docente. Algunas técnicas serán superiores en un aspecto, mas no en otros; por lo tanto, el docente debe emplear diferentes técnicas en forma combinada y esta estrategia es conocida como eclecticismo. En todo caso, las estrategias metodológicas -llámense métodos o técnicas-, que el profesor decida que son las más convenientes para el desarrollo de una actividad docente, deberán estar ajustadas a la asignatura que se imparte. 42 REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS • Colen, M. Cano, E., Lleixa,T., y Medina, J. (2000): las necesidades formativas del profesorado universitario novel para el ejercicio de la función docente. 1º Congreso Internacional “Docencia Universitaria e Innovación”, Barcelona. • Coombs, A. (1979): Claves para la formación del profesorado. Magisterio Español, Madrid. • Cruz Tomé, M, (1999): el programa de formación inicial para la docencia universitaria en la Universidad Autónoma de Madrid. • Escudero, J. M. 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